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Salud

El ejercicio físico produce cambios musculares que nos protegen de la depresión

Fabrica una sustancia que limpia la sangre de toxinas relacionadas con este trastorno mental

El ejercicio físico puede tener muchos efectos beneficiosos sobre la salud; entre ellos se sabe que protege frente a la depresión inducida por el estrés. Sin embargo, hasta ahora se ignoraban los mecanismos que mediaban en dicho efecto protector. Pero un estudio realizado en el Instituto Karolinska(Suecia) parece haber dado con la respuesta a esta cuestión. Los investigadores han visto que el ejercicio físico induce cambios en el sistema músculo esquelético que pueden purgar la sangre de una sustancia que se acumula durante el estrés y que se sabe que es perjudicial para el cerebro. El estudio se publica en la revista «Cell».

A pesar de que en términos neurobiológicos todavía no sabemos qué es la depresión, señala la investigadora Mia Lindskog, «nuestro estudio representa una pieza más en el rompecabezas de esta enfermedad, ya que ofrecemos una explicación de los cambios bioquímicos protectores inducidos por el ejercicio físico que impiden que el cerebro se dañe durante el estrés». No hay que olvidar que la depresión es un trastorno muy común en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 350 millones de personas viven con la enfermedad.

El estudio parte de la base de que la proteína PGC-1α1 aumenta en el músculo esquelético por la práctica de ejercicio, y que dicha proteína media en el acondicionamiento muscular beneficioso relacionado con la actividad física. Así, a partir de un ratón modificado genéticamente para que tuviera niveles elevados de PGC-1α1 en el músculo esquelético y de otro grupo de ratones control, los científicos expusieron a ambos grupos a un ambiente estresante, como ruidos fuertes, luces intermitentes, y alteraron su ritmo circadiano –sueño/vigilia- en intervalos irregulares. A las de cinco semanas de estrés , los ratones control se había desarrollado un comportamiento depresivo, mientras que los modificados genéticamente no presentaban síntomas depresivos.

Sustancia beneficiosa

«Creíamos que el músculo entrenado produciría una sustancia con efectos beneficiosos sobre el cerebro, pero en realidad vimos justo lo contrario», explica el director del trabajo, Jorge Ruas. «Lo que hacía el músculo bien entrenado es fabricar una enzima que purga el cuerpo de sustancias nocivas, algo similar a la que hacen otros órganos, como el riñón o el hígado al eliminar toxinas».

A continuación los investigadores descubrieron que los ratones con mayores niveles de PGC-1α1 en el músculo también tenían cifras más elevadas de enzimas KAT, que se encarga de convertir una sustancia formada durante el estrés (quinurenina) en ácido quinurénico, una compuesto que no es capaz de traspasar la barrera hematoencefálic. Y aunque se desconoce la función exacta de quinurenina, los pacientes con depresión presenten alteraciones de quinurenina.

Nueva vía de tratamiento

Ahora, en este trabajo los investigadores ha demostrado que cuando se administró quinurenina a los ratones normales éstos revirtieron su comportamiento depresivo, mientras que los ratones con aumento de los niveles de PGC-1α1 en el músculo no se vieron afectados.

«Es posible que este trabajo abra una nueva vía farmacológica para el tratamiento de la depresión basado en la modificación del músculo esquelético en lugar de dirigirse directamente al cerebro. Según nuestros datos, este sistema parece tener un efecto de desintoxicación que, cuando se activa, puede proteger el cerebro de las enfermedades mentales», añade Ruas.

ABC ES

Día Mundial del Corazón: Siete claves para un corazón sano


La American Health Association enfatiza que una adecuada alimentación, práctica de ejercicio habitual y manejo del estrés ayudan a evitar la aparición de problemas cardiacos 

• Haga ejercicio: Como todo músculo, el corazón necesita estar activo. Por ello es recomendable hacer ejercicio aeróbico durante 30 minutos diarios, de tres a cinco veces por semana. 

•Pierda peso:  Con la obesidad, la hipertensión suele empeorar, porque el organismo se ve obligado a mover más sangre y el corazón debe trabajar más. Algunos tips que te pueden ayudar son: comer alimentos cocidos o a la plancha, evitar los aderezos de ensalada cremosos y no añadir azúcar a los alimentos.

•Evite el consumo de sal: Cuando el sodio de la sal llega a la sangre, arrastra agua con él y este exceso de líquido hace que aumente la presión arterial y obliga al corazón a trabajar más de lo debido.

•Disminuya las grasas de la dieta: sobre todo las saturadas, con la finalidad de reducir los niveles de colesterol malo. Puedes consumir: frutas y hortalizas, pastas sin grasa y sin colesterol, galletas sin sal, jugos de frutas, y leche o yogures descremados.

•Mantenga sus tratamientos: Si ha sido diagnosticado hipertenso o si tiene niveles de colesterol y/o triglicéridos alterados, es fundamental que cumpla con la toma de los medicamentos recetados. Muchas personas tienden a abandonar estos tratamientos al sentirse “bien”  o al lograr reducir los niveles, pero muchas veces éstos deben mantenerse de por vida y no ser interrumpidos, salvo que el cardiólogo o médico internista así lo consideren y sugieran.

 • Procúrese bienestar y satisfacción:  Este hábito, aparte de favorecer la salud mental, puede ser eficaz para prevenir inconvenientes en el corazón. La evidencia científica, a través de diversos análisis, ha coincidido en que las situaciones que generen emociones positivas y placer, son de beneficio para contribuir en la salud de este importante órgano.  Un estudio reciente de la Sociedad Europea de Cardiología sugiere que la felicidad le hace bien al corazón. Sentirse satisfecho en lo laboral, lo familiar, lo sexual y en el plano personal, funciona como protector del músculo.   La investigación contó con una población de estudio de 8.000 individuos con una edad promedio de 49 años, a los que se le interrogó sobre los niveles de satisfacción en áreas claves. Los resultados determinaron que, en quienes se sentían complacidos por sus dinámicas familiares, laborales y de pareja, se reducía la incidencia de enfermedad cardiaca, independientemente de los otros factores de riesgo. 

• Escuche más música:  El placer que genera escuchar música, también ha sido considerado un posible aliado en la meta de cuidar al corazón. El hallazgo fue realizado por científicos de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) quienes concluyeron que escuchar melodías agradables, podría modificar el • ritmo cardíaco, disminuir la presión arterial y el estrés, así como ayudar en la recuperación de personas que han sufrido un ataque cardiaco.

El Nacional

Cáncer de pulmón es la causa de muerte de más de 1.5 millones de personas


El cáncer de pulmón es en la actualidad la causa de muerte de más de 1.5 millones de personas cada año alrededor del mundo, con tasa de incidencia mayor en hombres que en mujeres. Venezuela no escapa a estas cifras, pues esta patología constituye la primera causa de muerte por cáncer, en ambos sexos, según las últimas estadísticas registradas en el M.P.P.S. en el año 2010.

Dada su prevalencia, el cáncer de pulmón representa un problema de salud pública local y global, que debe ser atendido. Ante la expansión de la enfermedad, las farmacéuticas han impulsado importantes esfuerzos en investigación de tratamientos, dando como resultado moléculas esperanzadoras, como el caso de Afatinib, líder entre los nuevos productos oncológicos en investigación de Boehringer Ingelheim.

Gracias a los nuevos avances en biología molecular que se han desarrollado en los últimos años, específicamente las terapias individualizadas para cada paciente, se han llegado a obtener logros inimaginables en cáncer de pulmón, tanto desde el punto de vista diagnóstico como terapéutico, además de minimizar los eventos adversos inherentes al mismo.

El estudio de LUX-LUNG 3, presentado en el marco del Congreso de la Asociación Americana de Oncología (ASCO), (en mayo de 2012), es el mayor estudio global presentado hasta los momentos y fue el que dio la aprobación por la FDA de Afatinib. Fue un estudio aleatorizado, prospectivo, abierto fase III, que investigó la eficacia y seguridad de AFATINIB comparada con Pemetrexed y Cisplatino en adenocarcinoma de pulmón de enfermedad avanzada portadores de la mutación EGFR positiva.

Los resultados obtenidos en el intervalo libre de progresión (FPS) fueron de 11,1 vs 6,9 meses para las ramas Afatinib y quimioterapia respectivamente, y 13.6 vs 6,9 meses respectivamente, en los pacientes con las mutaciones más frecuentes presentes en el 90% de la población del estudio.

En este estudio los resultados de calidad de vida demostraron que Afatinib controla rápida y significativamente mejor los síntomas relacionados al cáncer de pulmón, como tos y disnea, retrasando la progresión de los mismos en comparación a la quimioterapia.

Adicionalmente, es importante destacar los resultados presentados en el Congreso de la Asociación Americana de Oncología (ASCO-Junio 2014), donde se resaltó el gran beneficio, incluso en Sobrevida Global, de Afatinib vs Quimioterapia, de los dos grandes estudios Fase III LUX-Lung 3 y LUX-Lung 6, siendo el primer estudio en demostrar que la terapia genómica para EGFR mejora la sobrevida de los pacientes

Boehringer Ingelheim tiene un compromiso permanente con la investigación y desarrollo de nuevos productos, que se conviertan en un apoyo a los pacientes, para superar o sobrellevar enfermedades. Hoy en día, la farmacéutica ha puesto especial foco en el área de investigación oncológica, con lo cual se han presentado avances importantes en el tratamiento del cáncer.

El Carabobeño

¿Es malo para la salud el trabajo nocturno?

En algunos trabajos es inevitable trabajar durante la noche.

Hay hospitales que deben funcionar, aviones que volar y tiendas que mantener abiertas, a medida que nos convertimos en una sociedad de 24/7.

Con una planificación cuidadosa y un poco de tranquilidad durante el día es posible trabajar toda la noche y aun así dormir ocho horas al día siguiente.

Algunas personas incluso dirán que no les importa y que es posible acostumbrarse a trabajar de esta manera. Pero ¿es capaz el cuerpo de acostumbrarse por completo a trabajar con los horarios al revés? Aun peor, ¿es malo para la salud el trabajo nocturno?

Hay dos consideraciones a tener en cuenta. Una es cómo nos sentimos: nuestro bienestar mental.

La gente tiene razón cuando dice que uno se acostumbra a cambiar de turnos de trabajo. Se ha demostrado que los turnos nocturnos se hacen cada vez más fácil luego de la primera noche, pero a algunas personas les resulta mucho más difícil que a otras.

Trastornos del sueño

Un estudio canadiense monitoreó el momento del sueño, los niveles de luz y la cantidad de producción de la hormona del sueño, melatonina, en un pequeño grupo de agentes de policía durante una semana de turnos nocturnos.

Por lo general, nuestro cuerpo libera melatonina tarde en la noche, cuando nos empezamos a sentir cansados y listos para ir la cama.

Si usted ha logrado adaptarse a las noches de trabajo, el auge de melatoninda se correrá para el día. En este estudio, se observó que los individuos cuyo patrón de producción de melatonina mostraba que se habían acostumbrado, se sentían más felices y más alertas, y sus tiempos de reacción eran más cortos. Pero sólo un 40% logró hacer el cambio.

En un estudio que incluyó a más de 3.000 agentes de policía que trabajaban por turnos en Canadá y Estados Unidos, se observó que las consecuencias para aquellos que no lograron ajustar sus horarios fueron evidentes: el 40% de los agentes fue diagnosticado con algún tipo de trastorno del sueño.

Incluso si usted se siente bien, aún existe la pregunta de si su cuerpo podría estar sufriendo algún daño al largo plazo.

Cuando se trata de evaluar los efectos fisiológicos, uno de los problemas es diferenciar el efecto que puede tener el trabajar por turnos sobre su estilo de vida del impacto directo de trabajar por la noche.

Si uno trabaja por turnos, es más difícil comer sano o hacer ejercicio regularmente. No sólo es más difícil conseguir una ensalada por la noche, sino que además es más probable que usted quiera comer otra cosa para mantenerse despierto.

Esto hace que la gente se sienta tentada por aperitivos y comida para llevar. Puede resultar más cómodo comer pizza y curry, y estas comidas pueden hacer que usted se sienta mejor, pero obviamente comerlas todas las noches no es muy sano.

Además, es más probable arrastrarse al gimnasio al final de un día de trabajo que hacerlo al final de un turno si ha estado despierto toda la noche y lo único que anhela es dormir.

Un estudio arrojó que los pilotos de avión son más felices durante sus días de descanso en comparación a los días en los que trabajaban en los turnos de más temprano o más tarde.

Por supuesto que no resulta extraño preferir el día libre a tener que levantarse e ir a trabajar, independientemente de a qué hora. Pero los investigadores también encontraron que los pilotos que trabajaban en el turno de mañana tenían niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, al despertar y producían más de esta hormona a lo largo del día.

Enfermedades asociadas

Se cree que, a largo plazo, los niveles elevados de cortisol están asociados con un incremento en el riesgo de problemas cardíacos y de presión alta.

Podría haber otras consecuencias también. Un estudio encontró que un sólo turno nocturno es suficiente para ocasionar un aumento de la presión arterial.

Una investigación de la Universidad de Surrey, publicada a principios de este año, demostró que después de tan sólo tres días de realizar turnos nocturnos, la expresión de los genes se interrumpió. Los genes comenzaron a activarse en el momento equivocado del día.

Alrededor del 6% de nuestros genes deben activarse en determinados momentos del día, pero este patrón fue fácilmente alterado luego de unos pocos días con horarios poco comunes.

Y otro estudio encontró que después de cinco semanas las personas que se quedaron despiertas por la noche y durmieron durante el día mostraron un deterioro en la regulación de glucosa, así como cambios en el metabolismo que podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 y obesidad al largo plazo.

Todos estos estudios investigaron los efectos en el corto plazo, planteando la posibilidad de que tal vez nuestros cuerpos logren ajustarse en el largo plazo. Pero en términos generales, los resultados de estudios epidemiológicos llevados a cabo durante muchos años son desalentadores.

Ha habido un cierto debate sobre el impacto que tiene el trabajo por turnos sobre las enfermedades cardiovasculares, ya que muchos estudios encontraron que aumenta el riesgo y unods pocos, que no tiene efecto.

Pero el estudio que resume las investigaciones realizadas hasta la fecha, publicado en 2012, sí demostró un mayor riesgo de ataques al corazón en personas que trabajaban por turnos. Aún en gente con estilos de vida moderados, los que hacían turnos presentaron un mayor riesgo.

Pero cuando se trata del síndrome metabólico, un término amplio relacionado con la obesidad, los niveles de glucosa elevados, el aumento de la presión arterial y los altos niveles de colesterol, el estilo de vida parecía ser la clave.

Si la gente trabajaba en turnos nocturnos pero lograba tener una rutina de ejercicios, comer de forma saludable y no fumar, las evidencias de un mayor riesgo fueron menores, a pesar de los horarios fuera de lo normal.

También se han encontrado pruebas de un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres que trabajan durante la noche, con un mayor efecto en las que son ‘alondras’, es decir que saltan de la cama temprano por la mañana, pero les resulta difícil permanecer despiertas hasta tarde en la noche.

¿Peligro al largo plazo?

Lo que estos estudios epidemiológicos a gran escala no pueden decirnos es cuáles son los individuos más propensos a ser afectados. ¿Acaso sucede, como en los estudios a corto plazo, que hay personas que se adaptan y no sufrirán efectos a largo plazo? ¿O los riesgos siempre existen para todos aquellos que trabajan de noche?

La investigación se complica por las múltiples formas de trabajo por turnos que existen. Trabajar hasta tarde de vez en cuando puede tener efectos en el cuerpo muy diferentes a los de trabajar varios turnos nocturnos durante la semana.

Aún así, hasta que no sepamos más sobre quiénes están en riesgo exactamente, sería prudente que los que trabajan por la noche coman de forma saludable, hagan ejercicio y estén atentos a los síntomas tempranos de estas enfermedades.

 

BBC Mundo

Desiree Sousa Sep 26, 2014 | Actualizado hace 10 años
¿Es real la adicción al sexo?

Esta idea no es nueva y se habla de ella como algo muy común.

Los políticos parecerían que están dispuestos a sacrificar su carrera y su familia por el sexo, mientras la gente común y corriente regularmente destruye sus vidas porque no logra permanecer fiel a sus parejas.

Nadie lo niega, el comportamiento sexual compulsivo puede arriesgar vidas, pero no toda persona está dentro de esta adicción al sexo. Incluso la biblia de la salud sexual ‘Diagnóstico y Manual Estadístico de los Desórdenes Sexuales’, no ha reconocido que la adicción sexual sea un desorden.

Algunos activistas sexuales argumentan que la adicción al sexo es realmente solo una etiqueta para darle un nombre al comportamiento sexual que no ha sido normado. Un nuevo estudio soporta algunas de estas posiciones, enfatizando en que lo que llamamos ‘adicción sexual’ pudiera no funcionar como una real adicción.

El Estudio ​

“En las generaciones pasadas, los doctores creyeron que la adicción era algo como un déficit de personalidad. La gente se convertía en adicta porque rechazaba el dejar de comprometerse en comportamientos compulsivos. Ahora sabemos, sin embargo, que la adicción trae cambios reales en el cerebro. Esta es la razón por la que la gente adicta a menudo vive etapas de abstinencia en una lucha por superar su adicción, incluso cuando han experimentado consecuencias muy serias”, señala Zawn Villines, escritor especializado en temas científicos y de salud mental, en un reportaje realizado para‘GoodTherapy.org’.

Sin embargo, un estudio de la UCLA, descubrió que los llamados adictos al sexo no muestran los cambios cerebrales que se asocian con la adición. Los investigadores presentaron imágenes eróticas a 39 hombres y 13 mujeres que decían tener problemas con la ‘hiper-sexualidad’.

Sin embargo, los patrones cerebrales de los participantes eran diferente de los que estaban comúnmente asociados a la gente adicta. Los investigadores creen que una persona adicta al sexo mostraría una respuesta mucho más potente a las imágenes visuales, pero los participantes no demostraron ese incremento de actividad en el cerebro.

Cuando el sexo es un problema

Incluso si la adicción sexual no es real, esto no significa que el comportamiento sexual nunca sea un problema. Simplemente significa que el sexo no funciona como otra adicción en el cerebro.

Una persona que tiene sexo con varias parejas cada día y quiere dejar de hacerlo, puede tener un problema si no lo logra. Pero este problema pudiera ser que él no tiene ninguna cosa que llene su vida, que está solo o que no quiere dejar de hacerlo aunque crea que sí lo quiere hacer.

La adicción sexual también puede estar correlacionada con el abuso de las drogas o el alcohol y, en estos casos, es posible que el problema de la adicción sea lo que alimenta el deseo sexual. Si esa adicción es controlada, la ‘adicción’ al sexo también desparecerá.

El Comercio

1 de cada 10 fallecidos por accidente cardiovascular es por alto consumo de sal

Un estudio publicado en New England Journal of Medicine concluyó que el promedio de ingesta de sal diario en el mundo es de 3,95 gramos, mientras que la OMS recomienda que sea de 2 a 3 gramos

Una de cada diez muertes por accidentes cardiovasculares en el mundo -lo que equivale a 1,65 millones de personas, siendo 61,9% hombres y 38,1% mujeres-, se debe al excesivo consumo de sal, determinó un estudio publicado en New England Journal of Medicine.

La investigación se realizó a personas de 66 países que se agruparon acorde a su edad, sexo y nacionalidad, mediante pruebas de orina y plan de dieta para determinar el consumo diario de sal y los efectos del sodio en la presión arterial.

Los resultados arrojaron que en 2010, el promedio de consumo de sal diario de estas personas era de 3,95 gramos y que los niveles más altos estaban en Georgia y los más bajos en Kenia.

Según lo establecido por la Organización Mundial de la Salud, el correcto uso de la sal debe estar entre los 2 a 4 gramos.

 

El Nacional

El gusto por el alcohol está en nuestros genes

Las variaciones genéticas podrían utilizarse en la prevención del riesgo de adicción de una persona que se expone por primera vez al alcohol

Un estudio, publicado en la revista «Alcoholism: Clinical & Experimental Research», indica que variaciones en el genoma producen una percepción más intensa del sabor amargo, generando una aversión a ciertas bebidas alcohólicas como la cerveza. Es decir, tenemos una predisposición que podría ser genética.

En concreto, la investigación, liderada por Alissa Nolden, experta en ciencia de los alimentos de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), indica que los poliformismos -variaciones genéticas posibles en una población- en los receptores del sabor amargo afectan a la intensidad con la que se perciben los sabores.

«Cuando las personas prueban el alcohol en el laboratorio, la cantidad de amargor que experimentan difiere, lo que está relacionado con la versión del gen receptor que posee cada individuo», explica John E. Hayes, director del Centro de Evaluación Sensorial en la universidad estadounidense y otro de los autores.

Según los autores, la sensación amarga podría ser un mecanismo de defensa del organismo ante la ingesta de compuestos tóxicos encontrados en plantas. Aunque las sensaciones que provocan los alimentos y las bebidas influyen en su consumo, para los expertos esta predisposición genética no es determinante.

Aprender a beber

«Puede ser más fácil para algunas personas aprender a comer o beber ciertos alimentos y bebidas, incluyendo alcohol. Pero el aprendizaje, la experiencia previa y el medio ambiente también desempeñan un papel muy importante en las preferencias y decisiones que tomamos», apuntan. Tal y como afirma a Sinc Nolden, «con la exposición repetida, algunos individuos pueden aprender a disfrutar cierto amargor en sus bebidas y comidas, como ocurre con el chocolate negro o el café».

Además de los receptores del gusto implicados -TAS2R1 y TAS2R38-, este estudio indica que el receptor del calor TPRV1 podría estar implicado también en la preferencia por las bebidas alcohólicas. «Este gen es importante ya que el alcohol provoca sensaciones de ardor, además del sabor amargo». Según subraya Nolden, este receptor «es el encargado de percibir dolor cuando tocamos una superficie caliente o comemos algo picante».

Adicción

Para realizar el experimento, los investigadores dieron a probar diferentes soluciones de alcohol a 93 participantes de raza blanca que tenían distintas variaciones en los genes receptores estudiados. El objetivo fue analizar la reacción de los receptores al alcohol puro ya que «las bebidas alcohólicas contienen otras sustancias encargadas de activar el sabor y que pueden suprimir su amargor».

Dado que cada individuo posee un genotipo y este no se puede asignar aleatoriamente, los investigadores concluyen que los resultados deben ser considerados provisionales hasta que el estudio se realice en una muestra mayor.

Para los autores, estas variaciones genéticas podrían utilizarse en laprevención del riesgo de adicción de una persona que se expone por primera vez al alcohol. Según Nolden, si se llegara a prever el consumo a través de la genética, «se podrían realizar intervenciones personalizadas a individuos propensos en una edad temprana».

Sin embargo, para Russell Keast, investigador en la Universidad de Deakin (Australia) y autor del trabajo, este estudio no tiene más alcance que la asociación de ambas variables: los factores genéticos y la intensidad en la percepción de ciertas características del alcohol. «El amargor puede influenciar o no la toma de alcohol», sostiene Keast, quien apunta que serán necesarias más investigaciones para evaluar si dichas variantes están vinculadas con el consumo.

ABC ES

La obesidad puede causar 22 tipos distintos de cáncer


Entre ellos están cáncer de útero, hígado, colon, ovario, vesícula y tiroides.

El problema de estar muy gordo no es estético, ni que toda la ropa le quede estrecha. El verdadero problema es que causa muchas, pero muchas, enfermedades.

Ya se sabe que la obesidad -que es el sobrepeso excesivo- es un factor de riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemia, accidentes cerebrovasculares, enfermedades coronarias, infartos y osteoartritis. Pero un estudio realizados por científicos británicos descubrió que también se asocia a la nada despreciable cifra de 22 tipos de cáncer.

Según reseña Irene Pérez Schael, química con especialización en Nutrición, en el site médico venezolano Mirador Salud, el cáncer en el que mayor impacto tiene la obesidad es uno de los más frecuentes en las mujeres: el de útero, con una tasa estimada de asociación entre obesidad y enfermedad de 41 %.

La investigación, que fue publicada en The lancet, entre los tipos de cáncer en los que el sobrepeso excesivo influyen más son los de hígado, colón, ovario y cáncer del seno aunque, más que nada, en el período posterior a la menopausia.

Aumentar el Indice de Masa Corporal exageradamente también causa un riesgo importante de padecer tumores de vejiga, riñón, cérvix, tiroides y leucemia. En una menor escala también se reportó vinculación con cáncer de esófago, páncreas y estómago en personas no fumadores.

Los investigadores basaron su análisis en los datos de atención primaria, específicamente el Indice de Masa Corporal de 24 millones de individuos registrados en la británica Datalink Practice Research.

Descubrieron que cada cinco kilos de aumento de peso corporal, se asoció con mayor riesgo de padecer cáncer de útero, de vesícula biliar, de riñón, de cuello uterino, de tiroides y de leucemia.

Sin embargo, no se encontraron asociaciones directas con el cáncer de próstata, de mama antes de la menopausia. Tampoco en personas no fumadoras en cáncer de pulmón o de cavidad oral.

En resumen, descubrieron un nivel de asociación entre obesidad y tumores de 41% en cáncer de útero, como ya se refirió, 10% o más en cáncer de vesícula biliar, riñones, hígado y colon. «Estimamos que un aumento de un kilo en el Indice de Masa Corporal en toda la población se traduciría en 3.790 pacientes anuales adicionales del Reino Unido con algún tipo de cáncer».

El Universal