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Estudiantes de la USB exigen comicios para renovar autoridades
Dirigentes estudiantiles de la USB han protestado para exigir la celebración de elecciones internas. La respuesta que aseguran recibir de los rectores interinos es que no hay condiciones para llevar a cabo el proceso
Denuncian que quienes presionan por la realización de elecciones son sometidos a procedimientos administrativos
María Restrepo, investigadora de Todos por la Educación, lamentó la situación actual de USB. Dijo que la dirigen autoridades que carecen de «compromiso académico, servicio y transparencia» y que desprecian  «la libertad de asociación, de cátedra y de pensamiento»

 

Estudiantes de la Universidad Simón Bolívar  (USB) denunciaron que las actuales autoridades interinas se oponen a la realización de comicios para renovación de los cargos.

En nota de prensa que hicieron llegar a este despacho, afirmaron que tras la muerte del rector Enrique Planchart, el 27 de julio de 2021, el protocolo indicaba que debía llamarse a elecciones en los próximos seis meses, algo que no ocurrió. 

Entonces, y aunque había varios nombres postulados para los principales cargos,  la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) y el Ministerio de Educación Universitaria designaron tres nuevas autoridades, sin contar con la aprobación del Consejo Universitario: Jorge Stephany, Víctor Theoktisto y José Hernández.

El dirigente estudiantil Luis Becerra destacó que si bien los interinos son profesores de la USB, en un proceso electoral «jamás hubiesen llegado a los cargos que hoy ostentan».

El movimiento estudiantil de la USB ha protestado en reiteradas oportunidades para exigir la celebración de elecciones. Pero aseguran que los rectores interinos han expresado que no están dadas las condiciones para celebrar los comicios.

Comunidad universitaria desconcertada

Los estudiantes denuncian que la pandemia sirvió de narrativa para frenar los comicios por la falta de presencialidad.

Pero Isabella Noy, dirigente estudiantil y aliada de Todos por la Educación, explicó que ahora que los estudiantes volvieron a las aulas los  rectores temporales no tocan el tema.

«De hecho, en protestas más recientes Stephany le dijo al presidente de la Federación de Estudiantes que el único interino aquí era él, por lo que las elecciones se llevarían a cabo sólo cuando él quisiera, Incluso, Becerra destaca que en la actualidad los tres rectores dejaron de usar el título de interino, eso ha dejado bastante desconcertada a la comunidad universitaria”, se lee en la nota de prensa remitida por los estudiantes. 

Y aunque en un consejo le comentaron a una representante estudiantil que si en la UCV hacían elecciones las autoridades estudiarían el caso en la USB, los universitarios denuncian que el tema sigue pospuesto y que se retrasará aún más por el receso vacacional. 

Los estudiantes recalcan otras irregularidades, como falta de transparencia respecto a los recursos que ingresan a la universidad por los conciertos que se celebran en el campus, y procedimientos administrativos contra quienes persiguen la línea electoral. Indican que algunos líderes estudiantiles han sido forzados a firmar documentos para retractarse.

“Si a los rectores interino no les parece algo, eso es suficiente razón para perseguirte”, comentó la dirigente Isabella Noy, quien preside la Comisión Electoral Estudiantil y aspira a que en el  último trimestre del año se lleven a cabo las elecciones, a más tardar en enero. “Venimos de renovar la federación de estudiantes, el cogobierno. Solo nos faltan las autoridades rectorales”.

La estudiante insistió en que los rectores interinos son “despóticos” por su negativa a escuchar y a seguir las normativas institucionales. Denunció que en el último consejo directivo pusieron cinco miembros de seguridad en las puertas del rectorado.

“No querían dejar entrar a la representante estudiantil,  y hubo que llamar al secretario del rectorado, cuando ella es miembro permanente. Es un abuso de poder, solo salen a dar la cara cuando se sienten presionados”, recalcó.

Falta de compromiso académico

Por su parte, María Victoria Restrepo, investigadora de Todos por la Educación y representante de la alianza en Miranda, lamentó la situación actual de la Simón Bolívar.

“Está siendo dirigida por autoridades que carecen del compromiso académico, de servicio y de transparencia que debe detentar cualquier persona que asuma dichos cargos. Ya en más de dos ocasiones han hecho público el desprecio que tienen hacia las demandas estudiantiles, la libertad de asociación, la libertad de cátedra y la libertad de pensamiento”, declaró. 

Restrepo recordó el acto de abandono en plena graduación tras un discurso crítico de una graduando. Para la activista la realidad de la USB no hace más que empeorar pese a los esfuerzos de sus estudiantes y personal comprometido con la institución.

Debido a las denuncias hechas y a la falta de servicios y de transporte, la Alianza Todos por la Educación se sumó a la petición de elecciones rectorales para esta casa de estudio.

La universidad está en mengua: El discurso crítico de una graduada que irritó a las autoridades impuestas en la USB
En su discurso de grado,  Gabriela Álvarez criticó la «falta de ética y liderazgo» de las autoridades rectorales impuestas por el gobierno en la USB el pasado mes de septiembre. Los rectores abandonaron el auditorio y el acto fue suspendido por cuatro horas
A la graduada le negaron otorgarle el título en el auditorio como le correspondía y se lo entregaron en un «acto privado». «No querían que la aplaudieran», denunció su primo

 

«La universidad está en mengua, nos enfrentamos a una realidad aplastante, a una institución en decadencia, a una puesta en duda del futuro de nuestra casa de estudios».

Este es un extracto del discurso pronunciado por una graduanda en un acto en la Universidad Simón Bolívar, y que irritó a las autoridades rectorales impuestas por el gobierno nacional en esa casa de estudios.

En los videos difundidos en redes sociales se aprecia cómo el rector y vicerrectores se retiran del evento mientras la joven aún seguía pronunciando su discurso.

 

«Habría que añadir la falta de ética y liderazgo  por parte de las autoridades rectorales ante hechos recientes. Que sean los valores los que guíen nuestras decisiones y caminos a transitar. Que sean la mística, la honestidad y la responsabilidad la que nos lleve a conquistar éxitos,  que prevalezca la solidaridad y el respeto en el cultivo de las relaciones humanas. Que sea la búsqueda de la excelencia la que nos caracterice», expuso en su discurso Gabriela Álvarez, graduanda de Arquitectura.

El discurso de Álvarez le valió la ovación de pie de los asistentes, pero los rectores se marcharon de lo que fue el primer acto público de entrega de títulos en la Universidad Simón Bolívar luego del inicio de la pandemia por coronavirus. 

A raíz de esta situación, el acto de grado fue temporalmente suspendido durante horas. La universitaria que dio el discurso fue retirada del auditorio. 

Profesores informaron que tuvieron que dialogar con las autoridades rectorales para que accedieran a reanudar el acto de grado: «Logramos negociar que el acto se realizara a las 4:00 de la tarde. Fue lo mejor que pudimos negociar, era eso o dejarlo para la semana que viene», pronunció una profesora ante los asistentes.

 

«Nos solidarizamos con los miembros de la comunidad universitaria y, en especial, con los graduandos que tienen suspendido temporalmente su acto tras el retiro de las autoridades internas«, comentó  la Confederación de Estudiantes de Venezuela en medio del incidente. 

Daniel Betancourt, primo de Gabriela Álvarez, comentó posteriormente en su cuenta en Twitter que a la estudiante no le dieron su título en el auditorio, como le correspondía, sino en un acto privado.

«No querían que la aplaudieran. Pero estoy profundamente orgulloso de su valentía e integridad», sostuvo.

Imposición que no pasó por alto

Al comienzo de su alocución, Álvarez dedicaba su discurso al fallecido rector Enrique Planchart, quien murió en septiembre de 2021. Las palabras en vida del profesor fueron recordadas por la comunidad universitaria este 8 de abril. 

Cabe recordar que, tras el deceso de Planchart, el Consejo Nacional de Universidades convocó una reunión para discutir los procedimientos que llevarían a la designación de un rector encargado.

Pero, sorpresivamente, la sesión terminó con la designación inmediata de tres nuevas autoridades: Jorge Stephany como rector interino;  Víctor Theoktisto como vicerrector académico interino y José Vicente Hernández como vicerrector administrativo interino, quienes ya habían sido invitados para su juramentación.

En su cuenta en Twitter, el presidente adjunto de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Simón Bolívar, Juan Manuel Méndez, comentó que el rector de la USB argumentó que el motivo de su abandono del grado fue que ese no era un espacio para hablar de los problemas que afectan a la casa de estudios. 

«Es realmente penoso. Nunca se encontrará espació para hablarle a quien no quiere escuchar», expresó.

Por su parte William Anseume, presidente de la Asociación de Profesores de la USB, aplaudió el discurso de Álvarez, al tiempo que  destacó que las palabras destacaron varias realidades que vive la universidad venezolana, «pero también realidades del país, porque claramente lo que pasa dentro de la Simón Bolívar pasa fuera también».

Además, comparó la suspensión temporal del acto con la casi total paralización de las universidades del país como consecuencia de las actuaciones del gobierno. 

«Lo que está viviendo la USB es justamente esa decadencia impuesta por el régimen que tiene casi paralizada ésta y otras muchas casas de estudio», sentenció. 

 

El objetivo es tomar las universidades una a una: Advierten sobre trasfondo de arremetida contra la USB

 

Nueva Universalia y Venamérica consideran que la universidad venezolana «enfrenta la embestida más despiadada del régimen para borrar cualquier mínimo vestigio de autonomía»

A través de un comunicado dirigido a al opinión pública, Nueva Universalia y Venamérica criticaron la arremetida del gobierno contra la Universidad Simón Bolívar (USB), que fue objeto de imposición de autoridades rectorales. 

El pasado 16 de septiembre, el Consejo Nacional de Universidades convocó una reunión para discutir los procedimientos que llevarían a la designación de un rector encargado tras la muerte de Enrique Planchart. Sorpresivamente, la sesión terminó también con la designación de dos vicerrectores.

Nueva Universalia y Venamérica denuncian que la universidad venezolana «enfrenta la embestida más despiadada del régimen para borrar cualquier mínimo vestigio de autonomía y sentido académico de su concepción como centro de libertad de pensamiento en la búsqueda del conocimiento científico, social y humanístico».

Especifican que este embate se efectúa acorde con un «proceso de destrucción por diseño que se ejecuta hoy en varios frentes»

Consideran que lo ocurrido con la USB tras el fallecimiento del rector Enrique Planchart, devela el objetivo del régimen de «tomar las universidades una a una, violando la normativa vigente, valiéndose de situaciones imprevistas».

Explican que la USB ha sido objeto de este tipo de acciones arbitrarias desde 2017.

«En el 2017 se nombró un Vicerrector Académico encargado cuando lo que correspondía era convocar las elecciones de autoridades para reponer el cargo. Hoy, frente a la falta absoluta del Rector Planchart, se propone nombrar un nuevo rector sin convocar elecciones, con lo que se viola de nuevo la autonomía de la USB y se concreta una toma de facto de esa universidad, para adecuarla a los intereses del régimen, sin tomar en cuenta los intereses de esta casa de estudios fuertemente golpeados por la destrucción por diseño llevado a cabo por el gobierno de facto».

Reiteran que la posición de la comunidad universitaria es que la selección del nuevo rector ante la ausencia absoluta del mismo, y su nombramiento, se realice acorde con la normativa legal vigente, «que no es otra que convocar elecciones de acuerdo a la Ley.

Alternativamente debe ser nombrado por el CNU bajo el criterio de que debe ser un profesor de la USB, que cumpla con los requisitos legales, académicos y morales para el ejercicio del cargo».

Destrucción por diseño

Alertan que el «asalto» a la USB ha entrado en una «fase final» que no puede pasar desapercibida en medio de la inmensa crisis nacional.

«El régimen se propone adelantar un paso adicional en la destrucción por diseño, que gira alrededor de la perversa idea de que en Venezuela es necesario contar solamente con las denominadas carreras ‘prioritarias’, ajustadas al así llamado Plan de la Patria y a la concepción del Estado Comunal que pretende pauperizar al pueblo y establecer un sistema de control que eternice al régimen en el poder. Detrás del pomposo esquema de carreras prioritarias se esconde la intención de formar a nuestros jóvenes únicamente en aquellas áreas destinadas a apoyar el nuevo diseño de la economía dependiente y depredadora que el régimen pretende instaurar con la ayuda de capitales internacionales que acepten operar bajo las condiciones de corrupción y entrega que se establezcan. En la práctica, se intenta transformar a la universidad en un centro de formación de “siervos laborales” para que apoyen el diseño económico que el régimen decida. Una idea inaceptable que debe ser denunciada ante los estudiantes y sus familias para promover un estado de desobediencia ciudadana, pacífica y democrática ante la pretensión autoritaria y populista de condenar a nuestra juventud a servir como peones “mejor pagados” de la oligarquía en el poder», explican con preocupación.

Ante tal pretensión, ratifican que seguirán actuando en dos direcciones complementarias: «Pensar en la universidad del futuro y defender lo que queda de universidad en Venezuela».

USBistas... ¡a defender su universidad!
¿Van a poner su alma mater en bandeja de plata al régimen?… Creo entonces que huyo por la derecha y me retiro lentamente, con mucho dolor…

 

@cjaimesb

Esto es historia patria, aunque no se conozca. Y llegó el momento de contarla: corría el año 2001. Al rector Freddy Malpica, de la Universidad Simón Bolívar, se le vencía el periodo. Chávez le había puesto el ojo a la USB, sin lugar a dudas, una de las mejores del país. Y como él creía que el país le pertenecía, se dispuso a adueñarse de la universidad.

Con la excusa de que “los pobres no entraban a la Simón Bolívar”, y que iban a cambiar esa injusticia, en el año 2000 nombró miembro del Consejo Superior de la USB a un señor de quien se decía –no me consta– que había sido expulsado de la misma porque siendo estudiante le faltó el respeto al rector Mayz Vallenilla con unos gráficos que había publicado en una o varias carteleras. Que luego de eso obtuvo una beca Gran Mariscal de Ayacucho y se graduó en los Estados Unidos, pero a su regreso se volvió chavista militante y estaba dispuesto a “tomar” la universidad para ser su presidente.

La verdad es que jamás he entendido esa teoría de igualar para abajo: si quieren que los pobres entren a la Simón Bolívar –hecho que por demás me parece justo y deseable– no es bajando el nivel de exigencia de la universidad, sino subiendo la calidad de educación de los liceos o haciendo, como hizo Enrique Planchart, programas de nivelación académica. Pero ese no es el tema de este artículo.

Soledad Morillo Belloso y yo pertenecíamos a la Red de Veedores que Ruth Capriles había fundado en la UCAB. Comenzamos con el tema electoral, pero cuando el tema del Decreto 1011, del “Estado docente” y los cambios radicales que pretendían hacerse en educación comenzaron a ser más que una amenaza, nos pasamos a la veeduría educativa. Llamarlo “veeduría” es un decir. Pateamos “calle pareja” con el Decreto 1011. Y estábamos activas, pendientes de los cambios antidemocráticos que pretendían imponernos.

La entrada del susodicho representante de Chávez al Consejo Superior de la USB encendió nuestras alarmas. Para la Simón Bolívar nos embalamos a empaparnos de lo que estaba sucediendo. Nos encontramos con que la abstención en las elecciones de autoridades y representantes estudiantiles era pasmosamente alta. Los científicos parecían estar interesados en asuntos menos prosaicos. Ir a votar definitivamente no estaba entre sus prioridades. Pero había que moverlos si no querían perder la universidad.

Fue así como dos jóvenes soñadoras, pero con los pies muy bien puestos sobre la tierra, ninguna de las dos USBistas, por cierto (Soledad es comunicadora social de la UCAB y yo, ingeniero de sistemas de la Unimet) asumimos la tarea de convencer a estudiantes y profesores de la necesidad imperiosa de participar en las elecciones. Fuimos a todas las asambleas… Podemos decir con orgullo que a las primeras convocadas asistió muy poca gente, pero las últimas estaban a reventar. Visitamos salón por salón. Nos instalamos en el cafetín a hablar con quien nos quisiera escuchar. También en la puerta de la biblioteca. Repartimos volantes en la entrada de la universidad. Y las elecciones las ganó Pedro María Aso para el periodo 2001-2005. ¡Salvamos la universidad!

El pasado jueves el CNU, Consejo Nacional de Universidades, convocó a una reunión virtual –un consejo extraordinario– para presentar nombres y hablar sobre la designación del nuevo rector, dado que el rector Enrique Planchart falleció el pasado 27 de julio.

Como era virtual y para nadie es un secreto lo fatal que están las conexiones a Internet en Venezuela, faltaron los rectores de la Universidad de Carabobo, la del Táchira y la UPEL. Los rectores de la UCV (Amalio Belmonte en representación de Cecilia García Arocha), ULA (Mario Bonucci), LUZ (Judith Aular de Durán), UNEXPO (Rita Añez) salvaron sus votos y consignaron por escrito el razonamiento de sus votos salvados. Unánimemente coinciden en que el procedimiento fue irregular de toda irregularidad, empezando porque ni siquiera estaba supuesto elegir al nuevo rector en esa reunión y no solo eligieron al rector, sino también a los dos vicerrectores.

Mi llamado es a la comunidad USBista en general: tienen que hacer escuchar su voz y plantarse ante esta nueva ignominia con la que el régimen pretende rematar con una estocada mortal a la Universidad Simón Bolívar. Si dos jóvenes pudimos parar la locura en 2001, me imagino que una comunidad de tantos alumnos, profesores y egresados podrá exigir que se convoquen elecciones según lo estipulado en la Ley de Universidades y no según el capricho de unos consultores jurídicos que interpretan las leyes a la conveniencia de sus jefes. Ustedes tienen el apoyo de la academia a lo largo y ancho del mundo, ¡busquen esa columna! Y, además, cuentan con el respeto del país. ¿Qué están esperando?

Hasta el momento que escribo este artículo, viernes 17 de septiembre en horas de la tarde, las mejores respuestas que he recibido de los USBistas que conozco han sido tibias: “vamos a ver qué hacemos”; “nos estamos organizando”. Las demás, lejanas e indiferentes: “somos científicos, nuestras armas son las computadoras y el pizarrón”; “soy ratón de laboratorio, no político”, y la peor: «es que han sido muchos años de coñazos y estamos desesperanzados».

¿Van a poner su alma mater en bandeja de plata al régimen?… Creo entonces que huyo por la derecha y me retiro lentamente, con mucho dolor…

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Comunidad universitaria rechaza imposición de autoridades en la USB por parte del CNU

 

El CNU convocó una reunión para discutir los procedimientos que llevarían a la designación de un rector encargado tras la muerte de Enrique Planchart. Sorpresivamente, la sesión terminó también con la designación de dos vicerrectores
Profesores y estudiantes de la casa de estudios de Sartenejas, así como representantes de otras universidades, advierten que esta ofensiva gubernamental que podría repetirse en otras casas de estudio

 

En una polémica sesión extraordinaria, el Consejo Nacional de Universidades designó a un nuevo rector y a otras autoridades universitarias de la Universidad Simón Bolívar (USB). 

El rector de la Universidad de Los Andes, Mario Bonucci, explicó que en esta sesión se debían discutir los procedimientos para designar a un rector encargado en la USB tras la muerte de Enrique Planchart. 

Pero, de forma irregular, la sesión condujo a la designación inmediata de tres nuevas autoridades: Jorge Stephany como rector interino;  Víctor Theoktisto como vicerrector académico interino y José Vicente Hernández como vicerrector administrativo interino, quienes ya habían sido invitados para su juramentación.

En vista de lo irregular de la situación, los rectores de la UCV, UDO, Unexpo, LUZ, UCLA, ULA y representantes de la propia USB salvaron su voto en la decisión. 

Cabe precisar que la delegación profesoral había presentado una lista de 20 nombres de candidatos para seleccionar el rector encargado que, aseguran, fue ignorada por el ministro César Trómpiz.

Nuestra Consultoría Jurídica ha hecho todas las evaluaciones y se designó como rector de la Universidad Simón Bolívar a Jorge Estefan, egresado de esta casa de estudio y físico quien asumirá las riendas de esta universidad con el objeto de avanzar en el proceso de regularidad institucional”, subrayó Trompiz. 

Condena dentro de la comunidad universitaria

La Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Simón Bolívar rechazó la ilegítima designación de tres autoridades rectorales por parte del CNU.

Explicaron que los cargos de vicerrector administrativo y vicerrector académico no presentaban ninguna falta absoluta, ya que estaban siendo ocupados por profesores designados por el CNU entre los años 2016 y 2017, luego de la renuncia de los profesores electos en 2009.

En un comunicado, objetaron que los profesores designados «participen o hayan participado en proyectos políticos del Ejecutivo Nacional y el Partido PSUV, poniendo en entredicho la autonomía de su accionar».

Entre los antecedentes políticos de las nuevas autoridades designadas por el CNU en la USB señalan la creación de la criptomoneda Petro, la candidatura a la Asamblea Constituyente de 2017 (desconocida internacionalmente) o la propia representación del ministro ante el Consejo Directivo de la Universidad.

En redes sociales, profesores y estudiantes han activado una propuesta digital para hacer visible el problema y exigir elecciones.

 

¿El comienzo de una política de imposición de autoridades?

La polémica decisión levantó una ola de condena por parte de voceros de universidades autónomas y experimentales y distintas organizaciones. 

El profesor Amalio Belmonte, secretario de la Universidad Central de Venezuela, explicó en entrevista con Román Lozinski las irregularidades que evidenció esta designación. 

«La sesión se hizo de forma ambigua y, en el marco de esa ambigüedad, ellos decidieron que se debía elegir no solo al rector interino, sino también a dos vicerrectores. Esos dos vicerrectores estaban designados hace algún tiempo porque habían renunciado los dos titulares», explicó.

Además, denunció que el ministro de Educación Universitaria ignoró la lista de 20 personas propuestas desde la universidad y que se decantaron por escoger a los nombres que puso sobre la mesa el Ministerio.

«No estaba convocada una reunión para elegir a tres autoridades de la USB. En segundo lugar, lo habitual es que se nombre una comisión que examine los currículo y en otra sesión, de acuerdo al informe establecido, se someta a consideración. Eso no ocurrió así y se nombraron tres personas vinculadas con la posición del gobierno tanto en la política nacional como en la universitaria», denunció.

Advirtió que este antecedente podría replicarse en otras casas de estudio en las que no se han podido hacer elecciones o hay falta de autoridades.

«Esto puede ser el comienzo de una política en la que se convoque un CNU para designar autoridades en cada universidad y vayan construyendo autoridades afines al gobierno (…) Estas acciones no son ingenuas, no son neutras, tienen un carácter político por la capacidad de crítica que ha tenido la Academia venezolana frente a la situación política nacional», alertó. 

 

Por su parte, la ONG Aula Abierta, que defiende y promueve los derechos humanos en el ámbito universitario, recalcó que el CNU basó su decisión en el presunto vencimiento de los 180 días para celebrar elecciones, debido a la extemporaneidad de los cargos de las anteriores autoridades.

«Desde Aula Abierta, aclaramos que las universidades públicas venezolanas se han visto imposibilitadas de celebrar elecciones debido a las prácticas sistemáticas del Poder Ejecutivo y el Poder Judicial en la última década», explicaron.

También,  recuerdan que el CNU «de manera continua y contraria a la ley», ha venido designando autoridades en diversas universidades en Venezuela desde el año 2016. 
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«Exigimos al CNU y demás autoridades que cesen las prácticas de designación ilegal de autoridades y que estas se hagan en consonancia con la LU y los tratados internacionales en materia de educación», concluyen. 

Mientras que Benjamín Scharifker, químico venezolano y exrector de la USB, opinó que esta imposición de autoridades en esta casa de estudios es «parte de la apoptosis (muerte programada) diseñada por la dictadura para acabar con las universidades» en Venezuela. 

Finalmente, la rectora de la Universidad de Carabobo, Jessy Divo de Romero, declaró a un medio universitario que esta decisión es una «intervención a la USB» y constituye  una «flagrante violación a la autonomía», así como una «demostración del talante antidemocrático»  de quienes dirigen la cartera universitaria.

 

Cuando se siembra una semilla en Venezuela y germina en el exterior

Cuatro venezolanos nacidos en el interior del país, cuatro historias de emigrantes, cuatro rumbos distintos. Fernando de Valencia, Melecio de Maracay, Cristina de Barquisimeto y Gustavo de Coro no salieron caminando por una frontera, no huyeron ante la impotencia de sortear la escasez de alimentos y medicamentos, ni emigraron con el bolsillo vacío y sin planificación alguna. Tampoco llegaron a sus respectivos destinos a limpiar pocetas, labor que el presidente Nicolás Maduro le ha endosado con intención despectiva a algunos venezolanos que han salido por tierra, mar y aire. Sus casos responden a un talento que ahora lo explotan en el extranjero. Son profesionales que están siendo aprovechados por empresas e instituciones foráneas. Seres con destrezas que quizás sean irrecuperables para el aparato productivo de la nación. Personas formadas en universidades y academias venezolanas a quienes les encantaría decantar sus habilidades en la tierra de Bolívar, pero que encontraron afuera una realidad más acorde a sus aspiraciones.

Momentos en los que el gobierno emprende una campaña llamada #VuelveALaPatria con decenas de venezolanos provenientes de América Latina retornando a Maiquetia a bordo de aviones pagados por el Estado, un estudio de Meganálisis elaborado entre el 5 y 10 de septiembre de este año arrojó que 20,5% de una muestra de 1.100 personas encuestadas se irían del país si Maduro continúa en el poder.

De ese porcentaje de 20,5, un 52,3% no sabe cuando podría partir, 17,8% entre abril y junio de 2019, 14,7% antes de abril del año entrante, 14% previo a diciembre de 2018 y un 1,1% en los venideros días.

También de ese 20,5%, un 30,3% sostuvo que se iría a Colombia, 18,8% todavía no sabe, 12,4% emigraría a Perú, 9,8% a Ecuador, 6,7% a Chile, 4,5% a Argentina, 4,4% a Europa, 3,3% a los Estados Unidos, 2,5% a Brasil, 2,2% a México y 5% al resto de los paises de America Latina.

Aunque en la actualidad no se manejan cifras oficiales, Tomás Páez, director del Observatorio de la Diáspora Venezolana estima que al menos 3 millones han huido de la crisis. El Informe de Tendencias Migratorias de América del Sur elaborado por la Oficina Internacional de Migraciones de la ONU en febrero de 2018 señala que la migración venezolana en 2017 representó entre un 4,7% y 5,4% de la población del país, superior al 2,3% de 2015.

Por su parte, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) correspondiente a 2017, reveló que 8% de los hogares venezolanos ha reportado al menos un emigrante en los últimos cinco años.

“La mayoría de los emigrantes tiene un nivel académico, al menos educación media. Lo que significa pérdida del capital intelectual humano y fuerza laboral”, dijo la socióloga Claudia Vargas en el foro “De cuna de oportunidades a país de emigrantes”, efectuado en la Universidad Central de Venezuela en abril de este año.

Fernando Ramos – Voleibolista (Chile): “Hasta hace poco éramos potencia deportiva”

Fernando Ramos no quería emigrar de Venezuela. Pero en 2014 una propuesta proveniente del exterior le hizo cambiar de parecer. Al voleibolista de playa la idea de mudarse de país le venía dando vueltas en la cabeza en vista de la devastación económica y social que veía en su entorno. “Ya en ese momento la situación se estaba poniendo un poco mal, mi hijo venía en camino y quería darle un mejor futuro, hablé con mi familia y mi esposa, me apoyaron al 100%”.

Un directivo de la federación de voleibol en Ecuador le contactó porque necesitaban a un entrenador para las categorías menores. Allá estuvo dos años hasta que un terremoto de 7,8 grados en abril de 2016 le hizo abandonar abruptamente la ciudad de Portoviejo en la provincia de Manabí, precisamente uno de los epicentros del movimiento telúrico.

“El centro de la ciudad prácticamente quedó devastado, para nosotros que no estamos acostumbrados a eso fue fuerte. Salimos casi de emergencia y por seguridad”.

El valenciano de 35 años estaba decidido a seguir en el extranjero y emprendió viaje a Chile con esposa e hijo. En Santiago había dejado una estela de contactos producto de sus visitas como atleta. “No podíamos volver a Venezuela, porque la situación allá no está fácil”.

El carabobeño comenzó a entrenar atletas y a la par seguía dando mates y voleas sobre la arena. Estuvo activo en competencia hasta abril del año pasado cuando representó a Venezuela en el Suramericano de Voleibol de Playa, efectuado casualmente en Chile, su nuevo hogar.

“Empecé a trabajar con las selecciones femeninas de menores y mayores. Un técnico brasileño no siguió y tuve que asumir también las masculinas. Por fortuna llegó recientemente un nuevo entrenador y ahora estamos menos atareados”.

“Este país (Chile) me acogió después de lo que pasó en Ecuador”, enfatizó.

Ramos confesó que haber representado a Venezuela en distintas competencias internacionales le hace más llevadero el hecho de viajar y adaptarse a nuevas situaciones. “A mi esposa no le afectó mucho, ella también fue atleta de alto rendimiento. En este trabajo uno cambia de país constantemente, ella comprende este tipo de situación, a Chile se ha adaptado muy bien”.

Mauro Hernández, encargado de las selecciones nacionales de voleibol de playa en la actualidad, dijo que el deporte de los mates y voleas ha sufrido un éxodo de entrenadores en los últimos dos años. “Ramos (Fernando) está en Chile, Leonardo Ojeda se fue a Ecuador, Luis Campos a Estados Unidos y yo estuve en Lorca, España, pero regresé para encargarme de los combinados”.

Hernández aseveró que el desmantelamiento también es de atletas. “La dupla de voleibol femenino está separada, Gabriela Brito está en Chile y Norisbeth Agudo en Bolivia, al igual que Carlos Rangel. Muchos deportistas, algunos compañeros míos y otros a los que entrené están fuera de Venezuela por esta situación que atravesamos”.

Un vocero vinculado a la Federación Venezolana de Voleibol que prefirió no identificarse calcula que alrededor de 50 personas se han marchado entre atletas y entrenadores. “Como le dices tu a un atleta que no se vaya”, se cuestionó. “No hay recursos para practicar, el Centro de Entrenamiento de Voleibol de Playa en Valencia está casi cerrado. Siendo un país con tradición olímpica, Venezuela viaja a competencias internacionales sin entrenadores, trainers ni preparadores físicos, de broma van los atletas”.

Fernando Ramos no descarta que en un futuro, un importante número de deportistas venezolanos pasen a formar parte de otras selecciones en el extranjero. “Muchos atletas hacen vida afuera, si al país donde están le es viable, va a hacer lo posible por nacionalizarlos. El atleta venezolano es bien visto a nivel internacional. Venezuela hasta hace poco era una gran potencia deportiva”.

El valenciano no descarta regresar a Venezuela y sueña con entrenar a promesas criollas. “Es lo ideal porque se como se trabaja allá, me gustaría aplicar en Venezuela  toda esa experiencia que estoy obteniendo. El tiempo decidirá. Hoy estoy aquí, pero no se si mañana estaré en otro lado”.

Melecio Ponte – Desarrollador de software (Alemania): “No me gusta pensar que nos fuimos escapando”

De su círculo de amistades y ex compañeros de estudio de la Universidad Simón Bolívar, Melecio Ponte fue uno de los últimos en emigrar de Venezuela. “Todas las personas cercanas se estaban yendo, no me gusta pensar que nos tardamos en irnos, como si todo el mundo se tuviese que ir”, dijo el ingeniero en computación nacido en Maracay.

El aragüeño de 29 años salió por el aeropuerto internacional de Maiquetia hacia Alemania apenas en junio de este año. Amazon, la mega empresa estadounidense de comercio electrónico y servicios de computación, le contactó por Linkedin y ofreció una vacante en Berlín como desarrollador de software.

“Fue un proceso, la última entrevista que me hicieron fue en Colombia. Ellos (Amazon) me ofrecieron Alemania y me pareció bien”.

A Melecio, como a todo ingeniero joven le urgía un reto, un desafío que le obligase a madurar profesionalmente. Venía de laborar en Caracas en una empresa de software. “Esta es una oportunidad de crecimiento única. Lamentablemente no existe una empresa similar en Venezuela y no va a existir por ahora. Me impulsa que este mercado es grande, siento que estoy en una etapa de aprendizaje que me gustaría que fuese en Venezuela, pero eso no se percibe probable actualmente”.

Ponte nunca tuvo el anhelo de mudarse definitivamente de Venezuela, pero lentamente fue asimilando que las deterioradas condiciones de vida más su techo profesional le harían comprar un boleto al extranjero solo de ida.

“Queríamos maximizar nuestras oportunidades. Siempre pensé en irme con la intención de tener un aprendizaje y volver. Éramos una familia de recursos limitados y nunca viajé al exterior de niño, mi primer viaje lo hice a los 21 años y pagado con mi trabajo de arreglar computadoras”.

Melecio contrajo matrimonio el año pasado con Fabiana Díaz, una psicóloga graduada en la Universidad Central de Venezuela. Asegura que una porción de los invitados a las nupcias ya no están en el país. “Nos casamos con 120 invitados y si nos hubiésemos casado hoy en día, hubiesen sido como 80”.

Se considera bendecido por arribar con empleo a un nueva nación. “Alemania es un país que ofrece muchas facilidades a las personas que vienen con trabajo, siempre me planteé que si emigraba no iba ser apurado, sino con una planificación”.

El investigador Manuel Silva Ferrer estima que en Alemania hacen vida entre 20 y 30 mil venezolanos, pero según datos de la Oficina Federal de Migración y Refugiados y la Oficina Federal de Estadística hasta 2017 habían 2980 venezolanos, cifra que solo contempla a quienes solicitaron asilo político, son naturalizados o poseen doble nacionalidad.

Asegura que hacia el final de su estadía en Caracas, la inseguridad, escasez de alimentos y medicamentos y el colapso de la infraestructura de servicios, le impulsó a tomar en serio la búsqueda de una salida.

“No me gusta pensar que nos fuimos escapando. Yo veía que 9 de cada 10 de mis compañeros se iban del país. Es triste, pero ahora es más fácil decir que no vuelvo más nunca”.

Para Ponte, la situación de la Universidad Simón Bolívar, su alma mater, es dolorosa.

“No es nada más en la USB que hay un éxodo grande de alumnos y profesores. No sé como realmente siguen y siento una admiración profunda por ellos, es una situación insostenible”.

Según un estudio llevado a cabo por la Dirección de Admisiones de la USB entre enero y marzo de 2018, entre las principales causas de deserción en esa casa de estudios se encuentran: Emigración (34%), continuar estudios en universidades del exterior (33%), mudanza al sector laboral (16%) y precarias condiciones socioeconómicas (15%).

El análisis revela que 22% de los alumnos no se inscribieron para 2017 y se espera por las cifras oficiales en 2018.

Aunado a la diáspora estudiantil, el rector de la USB, Enrique Planchart, declaró recientemente que el alumnado no resiste la exigencia académica. Recordó que desde hace un par de años, el Tribunal Supremo de Justicia prohibió los exámenes de admisión en las universidades públicas autónomas y la asignación del número de estudiantes corresponde a la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu).

“De los estudiantes que ingresaron el año pasado no queda ni la mitad. No aguantan. Son personas que no vieron matemáticas, química ni física en bachillerato ¿Cómo pueden estudiar ingeniería así? Eso es inaudito”, expuso.

Ponte señaló que desde 2015 existe un programa llamado “Un Café por la USB”, cuyo propósito es recolectar fondos para ayudar a la universidad.

“Aquí en Berlín lo hemos hecho, la idea es reunirse en un café cada cierto tiempo y lo que gastes en un café lo dones para la universidad”

Ponte sostuvo que en una Venezuela ideal y próspera le encantaría dar clases en la Universidad Simón Bolívar.

“Si las condiciones cambiasen me encantaría regresar a Venezuela, de hecho me inquieta la posibilidad de no poder volver, porque si se da un cambio la necesidad de reconstruir va a ser inmensa y en ese sentido los ingenieros tenemos mucho que ver”.

Melecio no cree en un cambio radical de un día para otro. Considera que la reconstrucción es un proceso lento. “Creo más en las pequeñas victorias, en gente que está allá trabajando a pesar de las adversidades, que luchan y se esfuerzan a diario. Si tu miras al país, hay gente que está aprendiendo cómo sobrellevar la crisis, todas estas cosas van a rendir su fruto en un futuro”.

Cristina Reni – Periodista (Italia): “Vivo fuera, pero tengo muy claro lo que pasa en Venezuela”

Pese a que escribía sobre literatura en la revista El Librero, Cristina Reni siempre estuvo enganchada con el tema culinario. La predilección por la gastronomía es una herencia. En su Barquisimeto natal, la cocina era el lugar predilecto de la familia.

Graduada de periodista en la Universidad Catolica Andres Bello y con una tesis precisamente sobre la gastronomía en el estado Lara, Cristina cruzó el océano en busca de una vida suculenta y productiva.

Fue hace casi un lustro, cuando la hecatombe hiperinflacionaria y de escasez estaba gestándose en Venezuela que tomó la decisión de emigrar a la tierra de su abuelo: Italia. Aprender a hablar italiano y seguir estudiando eran dos de sus prioridades en el viejo continente.

“Empecé trabajando en una empresa de catering e hice un master en la historia de la alimentación”, dijo la periodista de 29 años.

Fue su tutora de tesis en la UCAB, Sasha Correa, quien le presentó a quien se convertiría en su jefe en la actualidad. Correa se ha desempeñado como periodista gastronómica, estuvo en Italia, México y actualmente vive en España.

El primer encuentro con el chef Massimo Bottura fue la llave que abrió la puerta hacia un mundo de posibilidades. De ahí en adelante, para Cristina todo fue ganancia.

Bottura es el propietario del restaurante Osteria Francescana, con sede en la ciudad de Modena. El lugar tiene tres Estrellas Michellin y fue considerado el mejor restaurante del mundo en el ranking The Worlds 50 Best Restaurants Awards en 2016.

“Me dijo que tenía un proyecto interesante en Milán y que probase por seis meses a ver si encajaba”.

Dicho proyecto interesante era el Refettorio, un comedor social para personas sin hogar, que funciona como centro comunitario.

La idea de Bottura era alimentar a los necesitados con los excedentes de su lujoso emporio gastronómico.

“Soy manager de proyecto, cordino esta organización sin fines de lucros que pertenece a Massino y a su esposa. Me ocupo de trabajar con gente alrededor del mundo que quieran abrir Refettorios de manera de construir puentes en sociedades donde hay mucha polarización”.

Cristina comenzó atendiendo al público en uno de los restaurantes de Bottura y poco a poco fue escalando en la empresa hasta ser una especie de gerente de los Refettorios.

Reffetorio es una palabra que viene de latin reficĕre, que significa restaurar. Era el lugar donde los monjes comían y posteriormente leían la Biblia.

“Hasta ahora tenemos seis, uno en Milán, otro en Modena, Bologna, Londres, París y Río de Janeiro. Hay muchas necesidades en Europa, especialmente con el tema de los refugiados”.

Reni explica que excedentes no significa sobras de comida. “Es la comida que no se usa en el restaurante. Cuando trabajas con excedentes de comida hay mucho prejuicio, uno puede comerse todo lo del animal siempre y cuando este bien cocinado. Es absurdo que aquí boten la comida, es aprovechar al máximo. Los recursos se deberían manejar mejor. El tema del hambre no es producir más, sino gerenciar mejor lo que tenemos”.

Cuando habla de hambre en el mundo, Cristina por supuesto piensa en Venezuela. No descarta que un futuro abran un Reffetorio en su país natal. Por ahora no lo considera viable. “Como organización no estamos preparados para eso, carecemos de la logística para hacerlo, además está el tema de los requisitos legales y la seguridad. Conozco muy bien lo que está pasando en Venezuela. Creo que hay otras organizaciones que están haciendo una labor increíble como Barriga Llena, Corazón Contento, la idea es sumar esfuerzos. Me gustaría pensar que en el futuro es posible”.

Desde que vive en Italia, Cristina viene cada año a visitar a su familia en Barquisimeto. A la par pasa buen tiempo montada en un avión, visitando proyectos similares en el mundo entero. Se considera una persona afortunada que ha sabido aprovechar las oportunidades.

“Los restaurantes son lugares que hacen felices a las personas. La comida es el gran conector de muchas cosas, es la identidad de un país, me parece una plataforma muy válida para mostrar los distintos problemas de una sociedad”.

Gustavo Lugo – músico (Marruecos): “Tuve las maletas en la sala por tres meses”

Gustavo Lugo nació y fue criado en Coro en medio de un ambiente musical. Su padre, ya fallecido, perteneció a la banda del estado “Mariscal Juan Crisóstomo Falcón” y su madre cantaba en coros. Desde pequeño tuvo influencias de melodías clásicas, jazz y salsa. En su familia cuenta al menos diez músicos, entre primos y tíos. Estudió clarinete en la escuela de música “Elías David Curiel” y posteriormente se inclinó por el saxofón. Desde ese entonces hasta el día de hoy no ha soltado el saxo, es su fiel acompañante y el que le da de comer.

Con una carrera transitada por la Orquesta Sinfónica de Falcón, la Billos Coro Boys y las banda de música bailable “La nueva fuerza del merengue”, además de una licenciatura en música obtenida en el Instituto Universitario de Estudios Musicales, ahora Unearte, Gustavo estaba decidido a emprender camino internacional.

“Se me ocurrió irme de Venezuela desde hace tiempo, estaba buscando principalmente hacia Colombia. Un amigo de Maracay me llamó y me dijo que estaban buscando a un saxofonista en Marruecos, me comuniqué con una persona vía WhatsApp, envié unos videos, le gustó y acordamos, eso fue por el 2014”.

“Me contactó la gente del resort Palmeraie Golf Palace en Marrakech, un complejo grande donde hay un restaurante que se llama Fuego Latino, ellos necesitaban un saxofonista y a través de Alejandro “Nene” Pérez, un músico que tocó con Ricardo Montaner y ahora está con los hermanos Primera, pude audicionar. Allí estuve un año tocando seis días a la semana”.

Lugo confesó que entre haber sido aceptado en un nuevo trabajo a miles de kilómetros de distancia y coger un avión, pasaron cinco meses.

La fecha inicial de partida era febrero de 2014, época de protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro, manifestaciones que cobraron la vida de 44 personas.

“Hice todas mis maletas y las coloqué en la sala de mi casa, el viaje se suspendió y esas maletas estuvieron allí como tres meses, sacaba lo que tenía que sacar y me vestía en la sala, confieso que no era por pereza”, dijo Lugo.

A Lugo no le iba mal en Venezuela hace cuatro años. Tocaba en fiestas, impartía clases, y seguía con su actividad académica. Era un hombre dedicado a la música las 24 horas del día. “Cuando salí de Venezuela, el país era más o menos vivible, ahora todo es muy cuesta arriba. Aquí llegué el 1ero de agosto de 2014 y desde entonces no he parado, ya no estoy en el resort, ahora trabajo por mi cuenta y me va mejor. Estoy integrando un proyecto de música cubana. El mercado acá es muy amplio, aquí hay gente que habla castellano por la cercanía con España. El marroquí parece latino en su fisonomía”.

Lugo ahora vive entre Marrakech y Casablanca, la ciudad más grande de Marruecos y capital administrativa.

“Marruecos posee una cultura totalmente distinta, siempre estoy en eso de comparar cosas que tenía allá y lo que hay aquí, a veces desechamos cosas que aquí aprovechan, detalles que hacen a una sociedad mejor”.

Para ganarse la vida, Gustavo ha tenido que expandir sus fronteras musicales.

“Una experiencia nueva para mí ha sido trabajar con música house. Hago Deep House, toco con DJs, con cuartetos y tríos. Ejecuto saxofón, clarinete y hasta flauta con backing tracks”.

Si bien no cuenta con su familia, Gustavo ha conseguido refugio en los venezolanos que están en Marruecos. “Aquí la migración de venezolanos es mínima comparada con otros países, pero si se siente. La mayoría son profesionales y vienen a trabajar duro. De América Latina después de nosotros están los chilenos, brasileños, peruanos, mexicanos y colombianos”.

Asegura que los músicos venezolanos son los más contratados. “El músico venezolano es todero, versátil y se adapta a diferentes situaciones, no así el de otro lado. Los mariachis que hay aquí están integrados básicamente por venezolanos”.

Desde que llegó a Marruecos y se identifica como venezolano, el interrogatorio político es un requisito obligado en la agenda de Gustavo, especialmente en la frontera con Argelia, país aliado del gobierno de Nicolás Maduro.

“Desde que llegué me hablan mucho de Chávez y a veces confieso debo seguirles la corriente, pero hasta ellos incluso saben que Maduro no lo está haciendo bien”.

Lugo reconoce que el movimiento musical en Venezuela se ha visto afectado por la diáspora, pero considera que en un futuro y con circunstancias apropiadas una considerable cantidad de talentos regresarán.

“Especialmente los que han emigrado a América Latina y el Caribe, porque aunque parezca increíble, el movimiento musical venezolano con todo y lo disminuido que está, es mayor al de esos lados”.

Uno de sus anhelos es volver a Venezuela a trabajar y vivir dignamente. Al lado de sus afectos.

“Me gustaría regresar y continuar trabajando allá, venir a Marruecos solo por temporadas o instalarme en Colombia, Aruba o Perú”.

Madre y hermanos de Lugo siguen viviendo en Coro. Su esposa e hijos se fueron a Ecuador, mientras fraguan un plan de reencuentro familiar permanente.

“Mis dos hijos, uno de 19 y otro de 15 son pianistas…me ha pegado mucho no estar con ellos y también con mis amigos”.

“Yo me veo en Venezuela viviendo por el resto de mi vida. Hay que reconstruir el país, pero no va ser tan rápido”.

UCV salió del top 100 de las mejores casas de estudio de Latinoamérica

 

La Universidad Central de Venezuela (UCV) salió del top 100 de las casas de estudio superior más prestigiosas de Latinoamérica, según un listado publicado anualmente por el suplemento educativo inglés The Times Higher Education (Thes).

La Universidad Simón Bolívar (USB) ahora ocupa el lugar 39 y la Universidad de Los Andes (ULA) pasó a ocupar el 61. Estas dos casas de estudio descendieron 13 y 15 puestos respectivamente.

El encartado Thes, por cierto, se encarga de calcular el posicionamiento de las universidades alrededor del mundo. La UCV era considerada hasta hace poco la más prestigiosa del país, desapareció del ranking luego de ocupar el lugar 46 en 2017.

Esta lista, supuestamente, está basada en “13 rigurosos indicadores de rendimiento adaptados a las condiciones y características de las universidades latinoamericanas”. El estudio, según reseña el medio El Estímulo, evalúa tópicos como la calidad de la docencia, la investigación y las perspectivas internacionales.

La Universidad Estatal de Campinas, ubicada en la ciudad de Sao Paulo, continúa en el primer lugar por segundo año consecutivo.

La UCV, recordemos, fue declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2000.

Descontento, irregularidades y emigración frenaron el voto de los jóvenes el 15-O

centrovotacion

Paola Martínez / @mpaolams

“¿Dónde están los chamos? No han venido a votar” preguntó con preocupación una testigo de mesa en el Colegio Merici de El Hatillo, horas antes del cierre de los centros electorales el domingo 15 de octubre.

En los comicios regionales celebrados en Venezuela participaron más de 10 millones de electores, pero la presencia de jóvenes votantes pasó desapercibida, al contrario de pasadas elecciones. “A pesar de la presencia de jóvenes en los centros, las personas mayores nos superaban. No nos adueñamos del proceso”, opina Gabriel Valdez, presidente de la Federación de Centros Estudiantiles de la Universidad Simón Bolívar.

Las irregularidades que plagaron el proceso del domingo se sumaron al descontento que invade a parte de la juventud venezolana por el panorama político nacional e infundieron desconfianza en el camino electoral. Los niveles de participación de la oposición en estas elecciones, en la que obtuvo casi 5 millones de votos, regresaron a sus antiguos estándares tras haber obtenido 8 millones de firmas en la Consulta Popular del 16 de julio.

“Venimos de un escenario de calle en que muchos esperaban cambios, y luego sucedió la constituyente”, contó a Runrun.es la presidenta de la FCU de la Universidad Central de Venezuela, Rafaela Requesens. La dirigente de 25 años considera que los jóvenes se están desinteresando de la política luego de los cuatro meses de protestas antigubernamentales en que murieron más de 150 personas.

“Los jóvenes fuimos protagonistas de un proceso de manifestaciones que nos dejó un gran luto: heridos, presos, fallecidos. El ánimo actual no estaba para un clima electoral. Esa nube negra que algunos tenemos encima después de la ANC, que sin duda es el objetivo del gobierno, nos desmoralizó”, agregó Valdez.

Para la coordinadora nacional de Voto Joven, Luisana Sobero, el cese de las protestas en que participó gran parte del movimiento estudiantil y el repentino llamado a elecciones por la oposición sin contar con las condiciones necesarias, como el cambio de las rectoras del Consejo Nacional Electoral (CNE), afectó la participación juvenil del domingo 15.

“Fue difícil aceptar que íbamos a un espacio electoral. Desde el movimiento dejamos en claro que debían haber condiciones, pero de no darse igual teníamos que estar ahí. No se podían regalar las elecciones”, afirmó Requesens.

La decisión de ir a votar, para Valdez, fue la correcta. “Las injusticias que conocemos se fueron sumando con otras nuevas. Sin embargo, llamamos a votar. Lo hicimos en asambleas de vecinos, en redes sociales; lo hicimos para recuperar la democracia en el país”.

A pesar de que el movimiento estudiantil estuvo presente el 15 de octubre en los centros de votación en Caracas, careció de la fuerza del estudiantado que en comicios anteriores los ha caracterizado. La abstención también afectó la estrategia de la operación remate por parte de los jóvenes, que en esta ocasión no se llevó a cabo, pues todos los que estaban dispuestos a votar ya lo habían hecho más temprano.

 

Los votos que migraron con los jóvenes

Valdez considera que la migración fue otro factor que restó votos jóvenes en las elecciones. Cada uno de los estudiantes de la universidad conoce al menos una persona que se ha ido del país, comenta. “Todas las semanas tenemos reuniones para decirle adiós  a alguien. Desde el 30 de julio las despedidas han aumentado”.

El dirigente de la Unimet, Samuel Díaz, también relaciona los bajos niveles de participación en Miranda con la migración, específicamente en los municipios Chacao, Baruta y El Hatillo, los cuales demostraron una afluencia de votos menor a la usual en pasadas elecciones. En las regionales de 2012, la participación de los tres municipios se ubicó en promedio en 58%, pero para las del 2017 fue de 47%.

Aproximadamente 2.400.000 venezolanos habrían dejado el país para 2016, señala la coordinadora de Voto Joven citando el estudio del Departamento de Migración de la USB. Entre 60% y 70% de ese número corresponde a jóvenes.

Otro impedimento del voto para muchos jóvenes que en el año han cumplido la mayoría de edad fue su inscripción en el Registro Electoral. La apertura del registro para las votaciones de gobernadores solo se realizó por una semana en julio, del 6 al 15. Díaz indica que los cortos periodos en que no estuvo abierto, además de la poca divulgación del proceso, ha entorpecido la posibilidad de que estudiantes, a pesar de tener la edad requerida para votar, no pudieran hacerlo.

 

Seguir adelante

“La juventud es más irreverente y más sentimental. Se deja llevar más por las emociones y hay que ver cómo se maneja eso. No es fácil”, admite Requesens ante la pregunta de cómo continuar con la lucha por la democracia tras la derrota de la oposición. “La preocupación es hacia los jóvenes. Como se les vuelve a levantar el ánimo. Eso debe ser un trabajo en conjunto, con una estrategia y una organización. A pesar de los resultados negativos, hay que continuar”.

“Lo importante es seguir con la cabeza en alto”, dice el dirigente de la Unimet. Seguir haciendo el trabajo de bases, de hormiguita, y empoderar a la gente es la ruta que no se debe perder, considera.

Las decisiones ante un posible nuevo proceso electoral deben ser tomadas por todos, explica Valdez, no solo por los factores políticos. “Es una lección para todos, incluida la dirigencia estudiantil. No solo hace falta votar, sino involucrarse en todos los procesos”.