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El mundo forestal está en crisis y los pueblos indígenas de la Amazonía están siendo criminalizados por enfrentarse a las fuerzas económicas que codician las riquezas naturales

A medida que el Sínodo para la Amazonía llega a su fin, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de los nueve países de la Cuenca Amazónica son conscientes de la necesidad de ser cautelosos al responder al resultado de las deliberaciones que prometen transformar el tratamiento de la sociedad hacia esta importante región del planeta y hacia los pueblos ancestrales.

El mundo forestal está en crisis y los pueblos indígenas de la Amazonía están siendo criminalizados y asesinados por enfrentarse a las poderosas fuerzas económicas que codician las riquezas naturales.

Cinco siglos después de que los misioneros llegaron de Europa con los colonizadores portugueses y españoles, el Papa Francisco convocó un evento destinado a abordar una crisis para la iglesia y para la humanidad. Y en un movimiento sin precedentes, invitó a los pueblos indígenas a participar en este debate de tres semanas que dará forma al futuro de la Iglesia en la Amazonía.

Entonces, el Sínodo para la Amazonía da razones para tener esperanza. Pero en los bosques, los pueblos permanecen en guerra, en defensa de la Amazonia.

A lo largo de las selvas tropicales de Latinoamérica, se lucha contra gobiernos que buscan convertir los ríos en represas, crear caminos de ruina a través de los bosques y convertirán las tierras en desiertos sin vida.

En Ecuador, los pueblos salieron a las calles para protestar por los esfuerzos por abrir las tierras a nuevas exploraciones petroleras. Por ejemplo, en Bolivia y Brasil, los bosques están en llamas. 

El mundo está despertando al rápido ritmo de destrucción de la Amazonía. Ha revelado las intenciones de las corporaciones, los inversores y los líderes nacionales que se comprometen voluntariamente a salvar los bosques y su gente, al tiempo que celebran contratos que destruirán los bosques.

En medio de este panorama, aparecen el Papa y su ejército de obispos y sacerdotes con la promesa de un modelo de desarrollo que pone en peligro a todo el planeta.

El Vaticano se une a la comunidad científica y a un creciente ejército de jóvenes para reconocer a los pueblos indígenas como fundamentales para conservar el planeta. 

El Papa y sus obispos saben que, para poner fin a la destrucción de los bosques, deben hacer que las demandas sean centrales en el texto que el Papa aprobará. Y eso guiará la implementación del plan de acción de la Iglesia.

Se ha advertido a los obispos que ellos solos no pueden salvar el Amazonas y que su ayuda es fundamental para continuar protegiendo los bosques.

Al describir los objetivos del Sínodo, los obispos se unieron a los científicos para celebrar las prácticas tradicionales para proteger los bosques y la biodiversidad, y como fuente de medicamentos y otros beneficios para la humanidad. Pero sin la  tierra, los humanos también desaparecerán, y también lo harán las prácticas que definen quiénes son.

Por lo tanto, es menester el apoyo a territorios ancestrales y que los derechos indígenas sean reconocidos y aplicados.

El papa Francisco invita a la humanidad a vivir una vida más simple y que recuerda que el mundo material no ha traído alegría. Su mensaje no es solo para la Amazonía, sino para toda la humanidad. En las ciudades más ricas del mundo hay personas sin hogar y familias, personas adictas a las drogas y al alcohol, y personas con un profundo anhelo por una vida espiritual, incluso cuando están rodeados de riquezas.

El Papa Francisco pone límites a los conservadores en el Sínodo

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El papa Francisco intentó tranquilizar a los conservadores al asegurarles que la doctrina católica sobre el matrimonio es firme, cuando comenzó una reunión de obispos de tres semanas para determinar cómo la Iglesia debería acoger a los homosexuales, divorciados y otros católicos en uniones “irregulares”.

El pontífice intervino después de que la primera jornada empezó con un discurso del encargado del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdo, que cerró la puerta a toda iniciativa para que los católicos vueltos a casar fuera de la Iglesia puedan recibir la comunión.

Francisco dijo a los 270 cardenales y obispos que ese asunto no era el único en el temario y que la doctrina de la Iglesia no estaba en cuestión, pero también pareció contrarrestar las afirmaciones de Erdo al advertir que el único documento oficial en debate era un informe final emitido por una reunión de obispos el año pasado, en la que el tema quedó en el aire.

El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, se hizo eco de esa advertencia y aclaró que el Sínodo debate un texto de trabajo con aprobación papal, donde quedó abierta la cuestión de la comunión para los católicos vueltos a casar por civil.

Monseñor Claudio Maria Celli, que dirige la comisión de información del Sínodo, confirmó que el tema permanece abierto. “Hubo una afirmación del papa acerca de cuál es la doctrina católica sobre el matrimonio”, dijo Celli. “Pero creo que si la obra de los padres hubiese concluido con el discurso de ayer en la mañana (de Erdo), ¿entonces qué estamos haciendo aquí?”.

Entretanto y en las primeras dos rondas de intervenciones, un sector exhortó a recibir a los homosexuales como hijos e hijas de Dios sin utilizar términos compasivos y a favor de un lenguaje incluyente.

Un bebé en el Sínodo.

Davide

 

Davide es un niño de tres meses y hasta el momento ha acaparado la mayor parte de la atención del Sínodo incluso de los obispos, que no dudan en tomarse fotos con el pequeño. Sus padres son italianos, Patrizia Calabrese y Massimo Paloni, y forman parte de las 18 parejas de auditores y expertos invitados para contar su experiencia. Viven en Holanda y tienen otros 11 hijos.

Las fotos de Davide en brazos de su madre con su chupón para calmarlo han dado la vuelta al mundo, ya que nunca se había visto un bebé en el aula del Sínodo cuando se celebra la solemne asamblea de los obispos.

Libby Lane, primera obispa de la Iglesia de Inglaterra

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La reverenda Libby Lane, hasta ahora en la parroquia de Crowe, ha sido designada como la primera mujer obispo de la Iglesia de Inglaterra. El nombramiento se produce justo un mes después de la decisión histórica del Sínodo.

«Antes de fin de año tendremos la primera mujer obispa», vaticinó Justin Welby, el arzobispo de Canterbury, que anticipó que su sucesor en el báculo de la Iglesia Anglicana será posiblemente una mujer.

Libby Lane ejercerá como obispo de Stockton, un puesto menor, a la sombra del actual obispo de Chester. De entrada, Lane tampoco accederá directamente a la Cámara de los Lores.

«Ha sido una noticia inesperada y excitante», admitió Lane, que pertenece a la primera generación de mujeres sacerdote en 1994. Hoy, justo antes de su discurso de aceptación, pidió una oración por los niños muertos en el asalto talibán en un colegio en Peshawar (Pakistán).

Hincha del Manchester United y devota del saxofón

Lane está casada con el capellán del aeropuerto de Manchester y será ordenanada como obispa el 26 de enero en una ceremonia en la catedral de York. En la página web de su parroquia se confiesa hincha del Manchester United y devota del saxofón.

Su nombramiento fue aprobado esta semana por la reina Isabel II. El primer ministro David Cameron destacó el histórico nombramiento como «un paso al frente de la Iglesia de Inglaterra hacia la igualdad».