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Rodríguez Zapatero

Laureano Márquez P. Oct 21, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Zapatero y la mina de oro
Nunca imaginé que con Zapatero se estaba hablando en sentido literal, de una mina mina, de pepitas de oro, pues, con mercurio y destrucción medioambiental

 

@laureanomar

Tengo tiempo escuchando el comentario de que Zapatero tiene una mina de oro en Venezuela. Siempre pensé que la afirmación se hacía en sentido metafórico, es decir, que la situación venezolana y la consiguiente viajadera al país de Bolívar constituía una mina de oro para el susodicho porque sacaba de ello provecho colateral, pero nunca imaginé que se estaba hablando en sentido literal, de una mina mina, de pepitas de oro, pues, con mercurio y destrucción medioambiental. Esta información se desprende (o despluma) de las acusaciones del Pollo (no Brito, sino el otro) y también de unas declaraciones de esa señora que nunca ha tenido Piedad con nosotros.

Particularmente creo que no se debe desprestigiar a nadie, por muy mal que esa persona le caiga a uno, máxime si la persona tiene una extraordinaria capacidad para desprestigiarse a sí misma. Así que hasta no verle la pepita en la mano, no doy por cierta la información. Me parece que los que tenemos alguna responsabilidad comunicacional, debemos manejar las informaciones con cuidado. Sin embargo (todo tiene un sin embargo), como en el humor la creatividad vuela, es inevitable imaginar toda la “explotación” que la minería del humorismo podría hacer de una noticia así.

Sería un contrasentido que un régimen que le exige una disculpa al rey Felipe VI por la conquista de América, el genocidio de la población aborigen y la expoliación del oro, regalase a un expresidente español –justamente– una mina en la que se roba el oro, se destruye el medio ambiente y se asesina a la población aborigen por la que, por lo visto, se siente mucho menos respeto del que les tenía Isabel la Católica cuando le escribió al almirante Colón reprehendiéndole: “¿quién le ha dicho a usted, señor Colón que mis vasallos son sus esclavos?”. Quizá la leyenda de El Dorado a estas alturas algunos todavía están en capacidad de creérsela.

Uno podría imaginarse al personaje  en el sótano de su casa en Madrid (caracterizado por el excelente humorista español José Mota) con una bata de cuero en una fragua fundiendo lingotes justo en el momento en que le llama su compañero Pedro Sánchez para sostener un diálogo como el que sigue:

–Hola, ¿Está José Luis Rodríguez Zapatero? Que se ponga… José Luis, que parece que el Pollo ha hablado.

–Joder, tío, en España cada vez se ven cosas más raras.

–¡El Pollo de Venezuela!, quiero decir.

–Imposible, yo he viajado muchas veces y allí pollo, no hay.

–Por Dios, que no existe, José Luis, el tío este, Carvajal. Ha dicho que tienes una mina de oro allí en América. ¿Qué tienes que decir?

–Oro reluce, plata no es, el que se lo crea muy bobo es. Mira Pedro, esto tenemos que hablarlo, pero hoy no, ¿eh?, ¡Mañana! Es que hoy estoy fundido…

–Solo quiero que me digas la verdad.

–Yacimiento…

–¿Cómo?

–Digo que ya, si miento, él dice la verdad, pero no miento. Todo esto es una aleación de la oposición venezolana. Encima, Mercurio está retrógrado, así que no es un buen momento. Te tengo que colgar, ya sabes que el tiempo es oro. Adiós, hasta luego, Lucas.

Al cierre de esta emisión, hemos conocido que al Pollo se lo llevan también extraditado para los Estados Unidos, al parecer a toda prisa. No sabemos si esto tiene algo que ver con la supuesta mina. Sin embargo, lo que sí es cierto es que cada vez que abre la boca, alguien del oficialismo de allá se hunde. Quiera Dios que no le toque compartir celda con el otro extraditado y que todo esto termine en riña colectiva en los patios de la prisión.

En todo caso, volviendo a lo de la mina: si es cierto o no, seguramente con tanta gente de braga anaranjada tan bien informada y dispuesta a hablar, se terminará sabiendo. Porque al final, la verdad, como el oro, brilla.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Guaidó acusa a Rodríguez Zapatero de cómplice de la violación a DDHH en Venezuela
El expresidente del Gobierno español participó como veedor de las elecciones legislativas celebradas el domingo 6 de diciembre

El presidente (E), Juan Guaidó, acusó este lunes al expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero de ser «cómplice de violación de derechos humanos», por «relativizar» la crisis venezolana, al posicionarse del lado del chavismo, señalado por diversas organizaciones internacionales de la comisión de crímenes y otros delitos.

«En este momento, Zapatero se convierte en cómplice de violación de derechos humanos. No es posible relativizar con la legitimidad del venezolano y no lo aceptamos», dijo Guaidó en una rueda de prensa en la que rechazó los resultados electorales de los comicios legislativos celebrados el domingo y que tachó de fraude.

El líder opositor señaló a Rodríguez Zapatero de ser «abogado de la dictadura» de Nicolás Maduro y reiteró que «no es posible» que se relativice la «violación de derechos humanos» en Venezuela, un país donde -dijo- hay «torturas», «hay gente desaparecida» y familiares de víctimas en protestas buscando justicia.

El expresidente del Gobierno español participó como veedor de las elecciones legislativas celebradas el domingo en Venezuela en las que no participó la oposición liderada por Guaidó, y pidió a la Unión Europea (UE) reflexionar sobre su postura respecto a Venezuela.

Rodríguez Zapatero manifestó, además, su satisfacción por la celebración de los comicios legislativos y dijo que el proceso electoral contaba con la participación de «partidos de oposición», aunque concurrieron con directivas impuestas por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), tras ser inhabilitadas las originales, formadas por antichavistas reconocidos.

«Más de 10 (partidos) que han decidido concurrir a estas elecciones (…) también hay partidos de oposición, líderes de oposición, que han decidido no concurrir en las elecciones», explicó durante una comparecencia durante la jornada electoral del domingo el expresidente español, tras insistir en que los comicios gozan de pluralidad.

Sin embargo, Guaidó rechazó que Rodríguez Zapatero haya «relativizado» de forma «absurda» un proceso que, dijo, fue «fraudulento desde su concepción» y por el cual, señaló, la UE intentó conseguir «condiciones dignas» para que todos los partidos de oposición participaran.

«Se le cerró la puerta en la cara (a la UE)», indicó al tiempo que remarcó que la oposición «nunca» se ha cerrado a buscar una solución para la crisis venezolana por «la vía que sea».

Según el informe del Consejo Nacional Electoral (CNE), el chavismo se impuso ayer con holgura en los comicios legislativos en los que no participaron los líderes tradicionales de la oposición por considerar que el proceso no tenía garantías, debido, entre otras cuestiones, a las intervenciones efectuadas por el TSJ.

La presidenta del CNE, Indira Alfonzo, dijo que el chavismo se quedó con el 67,6 % de los votos emitidos, unos 3.558.320.

Las elecciones también han sido cuestionadas por parte de la comunidad internacional y países como Colombia, Brasil, Estados Unidos o los de la Unión Europea se han manifestado en contra del proceso celebrado ayer.

Rodríguez Zapatero: El camino es el voto y el diálogo
El expresidente español exhorta a la Unión Europea a «reflexionar» sobre su postura respecto a la situación del país

José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente de España aseguró que el único camino en Venezuela debe ser el del voto y el diálogo. «Ya está claro que la imposición y la violencia no son el camino, solo el voto y el diálogo”, expresó durante los comicios legislativos.

Zapatero indicó que aunque respeta la decisión de las 37 organizaciones políticas opositoras de no participar en los comicios, el consejo que les brinda es que la participación en los procesos electorales es un elemento esencial para establecer el futuro democrático en el país.

«Sabemos ya después de lo vivido en los últimos años que no sirve la imposición y sanciones», expresó.

Igualmente pidió a organismos internacionales y la Unión Europea que «reflexionen» sobre su postura respecto a la situación del país, que a su juicio ha estado llena de conflictos y sanciones que se han acentuado en los últimos dos años.

«Espero una reflexión serena y sosegada de la Unión Europea. La diplomacia de la UE se basa en la solución pacífica de conflictos, respeto a procedimientos y deseo que haya reflexión, que evalué lo que ha sido la política de sanciones o de no reconocimiento, que ciertamente no se puede llevar este absurdo al Derecho Internacional, porque si no se reconoce la Asamblea Nacional y la que está, ya se acabó (…) Si no se reconoce a Maduro y a Guaidó como presidente interino por la Asamblea Nacional que termina (…) El absurdo no se puede llegar a decir que no hay parlamento ni instituciones», expresó.

Rodríguez Zapatero se encuentra en el país como un «observador internacional» de las elecciones legislativas de este 6 de diciembre. Manifestó además sentirse «satisfecho» que se haya podido cristalizar el proceso de elecciones parlamentarias en el país.

Consideró, además, que a partir de este lunes, «debe haber una reflexión a fondo» por parte de quienes han apoyado la política del presidente estadounidense, Donald Trump, respecto a Venezuela porque, a su juicio, esa estrategia «ya no existe», en vista del inminente final de la Administración republicana en la Casa Blanca.

«Todo el mundo puede entender mi discrepancia radical con la estrategia de la Administración Trump hacia Venezuela. Era una estrategia que partía de errores graves de información, que tomó medidas injustas y que ha fracasado en los resultados», sostuvo Rodríguez Zapatero.

Con información de TalCual

Sebastián de la Nuez Jul 02, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Los tres ligaditos

De izq. a der., Rodríguez Zapatero, Pablo Iglesias y Baltasar Garzón. Fotos de Wikimedia Commons / Composición: Runrun.es

@sdelanuez 

Es posible que tengamos que convivir con la covid-19 durante meses o años, dicen científicos virólogos y otros expertos. Ya hay experiencias previas. La gente tiene que envalentonarse y saber que el enemigo es invisible. El izquierdismo trasnochado se le parece, por cierto: es completamente invisible pero circula. Hay que lavarse las manos a fondo.

¿Cómo saber si el izquierdismo por el cual nos sentimos seducidos (porque apunta a la justicia social y todas esas cosas bonitas) es, en realidad, un izquierdismo ansioso de perpetuarse, ciego de rabia y soberbia?

¿Cómo saber, si es invisible como el coronavirus y no lo vemos echar espuma por la boca? Yo no he visto a Pablo Iglesias echar espuma por la boca, pero tampoco, nunca, vi a Chávez en eso.

En todo caso, hay que estar conscientes: ese tipo de izquierdismo es una patología, una covid-19, un síndrome enquistado en las neuronas de mucha gente, que lo lleva y quizás es asintomática… a menos que se le escape algo en un tuit. Hay venezolanos que añoran su juventud tirapiedras en la tierra de nadie de la UCV. Como diría Bob Dylan, ¡ah!, pero entonces éramos más viejos de lo que somos ahora.

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio (eso lo ha dicho no Dylan sino Serrat, izquierdista visible y sin rabia).

La verdad es que toda esa ideología revolucionaria, estacionada durante tanto tiempo al borde de la Historia y repleta de resentimiento, sirvió de trampolín al chavismo. El chavismo, o su detritus (usualmente madurismo), es la fase superior y acabada de hornear de la izquierda fracasada.

Una carretera secundaria es el feminismo militante, negado a ver la violencia de manera holística, como fenómeno social y no sectorizado por género, compartimentado. El partido Unidas Podemos, en España, busca su target en la rabia de las mujeres, sea justificada o no. Y el gobierno de Sánchez anda en lo mismo: de allí la burrada que cometieron ambos el 8 de marzo, al promover la expansión del mortífero virus a sabiendas de que la pandemia ya era inminente.

La pubertad es una enfermedad que se cura con el tiempo pero en el entretanto produce fantasmas, empuja a desatinos y aventuras suicidas para salvar al mundo.  Durante mucho tiempo, Venezuela vivió en la pubertad. ¿Lo sigue haciendo?

Allí es donde entronca esta historia con Rodríguez Zapatero, Baltasar Garzón y Pablo Iglesias. Los tres son producto de una España indignada pero también corrupta; los tres son la propia defensa del chavismo en Europa.

La corrupción de estos tres personajes es por revanchismo: España les debe algo. El franquismo les debe algo (por supuesto, a toda España, no solo a ellos). Su vecindario, seguramente, les debe algo. El dueño de Zara o de Repsol les debe algo y ellos van a sacárselo, mediante chantaje o sirviéndole como intermediarios ante gobiernos latinoamericanos. Los tres han hecho política, carrera y dinero haciendo uso del carácter noble, pero también ofuscadamente adolescente, del pueblo español.

Erich Fromm, que sabe de cabellos en la cabeza de cada quien porque es su especialidad, dijo que el carácter es el destino del hombre. A los españoles, sobre todo a seguidores del PSOE y de Izquierda Unida, se les ha caído la baba siempre por la infame satrapía castrista. Lo primero que hizo Sánchez al encaramarse al poder fue viajar a Cuba, departir con Raúl, su pana Raúl.

Una noche estaba Baltasar Garzón en el principal auditorio de Casa de América, en un foro sobre Derechos Humanos en América Latina. Habló bien, habló con datos. No es ningún improvisado. Al final me le acerqué y le propuse una entrevista, le dije que saldría en un portal venezolano, que él podía decir cosas interesantes. Me miró por un instante y me dijo que hablara con Pepito Pérez en su Fundación. Traté de que me diera un teléfono pero ya estaba atendiendo, ágil, a otras personas que requerían su atención.

Conseguí los teléfonos, llamé a «Pepito Pérez» y, como temía, nunca estuvo para mí.

Baltasar tiene una Fundación, okey. En sí mismo él es toda una institución. Pero no tendría por qué temer a ningún periodista venezolano radicado en Madrid, ¿no? Lo hubiese entrevistado con delicadeza y le habría preguntado cosas directas y sencillas como «¿cuánto dinero tiene usted, juez, en su cuenta en Andorra?»

¿Qué es la izquierda, hoy en día? Una consigna, un talismán, un muñequito vudú que hace milagros todavía. El parapeto de una cúpula enquistada en el poder en uno de los países más hermosos y ricos del mundo, cúpula apoyada por gobiernos que una vez fueron comunistas pero hoy no se sabe lo que son, porque su ideología, si la tienen, es pastosa, informe, invisible para las entendederas del resto del mundo.

Al menos, antes el mundo sabía a qué atenerse.

***

Ha habido gente en el Twitter burlándose de los venezolanos que creyeron (y siguen creyendo) ver en Trump un salvador, alguien que con poder bélico le dé una lección definitiva al narcogobierno. Pero he aquí que a Trump, fiel a su naturaleza atrabiliaria, se le salió alguna barrabasada sobre Guaidó y enseguida salieron los nostálgicos de la izquierda fracasada con un «qué, ¿van a seguir creyendo?, ahí lo tienen al Trump, ¿qué dicen ahora, ah?»

Resulta que es una ingenuidad y una bobería pretender que los venezolanos, ese pueblo que padece lo indecible, no cifren sus esperanzas en quien sea. Es una crueldad de los que no saben empatizar, ni tienen agallas para ponerse en los zapatos de los más desdichados, los que permanecen.

Los venezolanos creen en Trump porque no tienen otro remedio sino asirse de cualquier clavo ardiendo, no importa qué clase de clavo, para conservar alguna esperanza de cambio.

En fin. No se puede destruir al virus SARS-CoV-2, que ha penetrado en las paredes celulares, bebiendo galones de agua caliente. Con eso no haces nada. Solo irás al baño con más frecuencia. Lo que debes hacer es estar bien claro en que si el periódico El País es amigo de Sánchez y de Zapatero y les hace la pelota a ambos (como se dice vulgarmente en España), y Sánchez gobierna con Iglesias, e Iglesias y Baltasar tienen el mismo carácter revanchista y saqueador, ¿qué demonios más necesitas para saber el resultado de esa ecuación?

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Un fantasma que no descansa

Un fantasma que no descansa

 

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Guaidó a Zapatero: Es un aliado del usurpador que nos oprime
Guaidó calificó la administración chavista como un «régimen dictatorial»

El presidente encargado Juan Guaidó, dedicó una carta abierta a José Luis Rodríguez Zapatero, donde lo calificó como un «aliado del usurpador».

A través de la misiva, que publicó El Mundo, Guaidó manifestó su pérdida de confianza hacia Zapatero, quien en el pasado actuó como mediador.

«Usted, Sr. Rodríguez Zapatero, para nosotros solo es un aliado del usurpador que nos oprime, que nos persigue, que nos asesina», expresó.

Concretamente, Guaidó se refiere a una entrevista que dio Zapatero en donde insistió que en Venezuela se debe llevar un proceso de diálogo.

“Al que se le usurpó la democracia, y Maduro lo que representa es una dictadura cada día más decadente, abusiva y cruel, con la que usted está colaborando abiertamente”, afirma.

Además, Guaidó calificó la administración chavista como un «régimen dictatorial», y que fue mencionado 11 veces en el Reporte Anual de Derechos Humanos de la Unión Europea de 2019.

«Sr. Rodríguez Zapatero, el Gobierno que nosotros representamos sigue siendo la voz legítima del pueblo venezolano al que se le usurpó la democracia, y Maduro lo que representa es una dictadura cada día más decadente, abusiva y cruel, con la que usted está colaborando abiertamente», agregó.

 

También aseguró que Rodríguez Zapatero actúa en forma contraria a la democracia, tras alegar lo siguiente:

“Un defensor de la democracia debe exigir que se libere a todos los presos políticos, que se permita a todos votar libremente, estén dentro o fuera del país; que haya una autoridad electoral neutral, no solo maquillada”.

«¿Toleraría usted unas elecciones en España con PSOE, PP, Vox y Ciudadanos prohibidos o perseguidos?», le preguntó.

Por último, reiteró que no espera que el gobierno interino sea reconocido como «buenos buenos», frente a los «malos malos». 

Para nosotros la distinción verdadera está clara: es la que separa a los demócratas de los sátrapas. Lamentamos que usted se haya situado, ya sin ningún maquillaje, en la defensa de los segundos», culminó.

La transición se machaca, por Sebastián de la Nuez
Es cierto: la transición en Venezuela comenzó el 10 de enero y eso no tiene vuelta atrás. Desde el exilio o la diáspora, la transición también se construye y se desarrolla en busca de un mejor país, el país posible. En esto, Madrid es un buen ejemplo

 

EN ESTOS DÍAS EL ANALISTA Michael Penfold escribió que “la transición no es posible decretarla, sino que es necesario acordarla”.

¿Eso será así? ¿Eso ya no fue acordado, en las calles, por el país? Penfold, en la línea de Rodríguez Zapatero y del Grupo Prisa (o sea, del PSOE de Pedro Sánchez), dice que la transición no se ha iniciado en Venezuela porque no existe en el país una alternativa “que sea lo suficientemente apetecible para aquellos factores internos que la puedan precipitar”.

No es por nada pero esta gente del Iesa siempre ha vivido, pese a su excelencia académica, como quien dice meando fuera del perol. Es inolvidable un artículo de Moisés Naím de 2002, en El Nacional, donde decía que Hugo Chávez caería por su propio peso debido a las medidas económicas que adoptaba entonces. ¡En 2002! Busquen el artículo.

A la transición hay que considerarla, de común acuerdo tácito o expreso, en marcha. Si no, no hay vida. Si hay transición, hay sentido de la inminencia, movilización y pensamiento práctico. La transición se discute, se reflexiona, se vocea, se machaca y se vuelve a machacar hasta hacerla realidad cotidiana, futuro en presente.

Madrid es un escenario principalísimo como espejo y reclamo de la tragedia venezolana. El otro día pasé por un mall en el extrarradio y allí estaba la tienda de lentes de moda Hawkers, del bolichico Alejandro Betancourt. Dan ganas de patearle las vidrieras, es verdad. Tengo familiares que trabajan en el sector inmobiliario: la oleada inmigrante venezolana, la que llega con real, ha hecho que suban los alquileres de los edificios y el costo de los pisos (apartamentos) en general. No es que lo digan los telediarios, que también lo dicen —incluyen a los millonarios chinos también—, es que resalta con la contundencia de los hechos. “Me llegó uno el otro día y me preguntó por un piso que le gustó mucho pero que ya estaba comprometido con un cliente que había llegado primero. Se lo dije y me preguntó que por cuánto, que él pagaba el doble y por adelantado”.

Eso no fue en el exclusivo barrio de Salamanca, reducto predilecto de la boliburguesía. Fue en un suburbio. Cuando me lo contaron pensé: “Carajo, el venezolano no tiene compón. No escarmienta”.

En Madrid habrá un interesante encuentro el 27 de este mes, “T de Transición”, en el Círculo de Bellas Artes, promovido por el inquieto activista cultural Guillermo Barrios, quien regenta un sitio llamado Cesta República, verdadera sede artística de los venezolanos en España. Lleva aquel evento el subtítulo “De la experiencia española a la Venezuela de hoy” pero en verdad quienes llevarán la voz cantante allí son los españoles y los venezolanos se limitarán a la relatoría. De todos modos es una tremenda oportunidad de tomar nota y comparar. Desde el exilio, luego, tendrá que verse cómo se mastica la transición criolla, la cual tiene, por naturaleza, originalidades frente a la española que va de 1975 a 1982. Empezando por la propia idea que encierra su denominación, Transición a la Democracia. En Venezuela es, o debe ser, Transición a la Recuperación de la Democracia puesto que varias generaciones llevan tatuada en su fuero interno la vivencia que va del 58 al 98, de modo que el bache chavista será, históricamente hablando, eso precisamente, un bache o escollo (precipicio cloacal, si prefieren) superado en el largo camino en pos de la civilidad republicana que arranca en 1830.

La transición venezolana implica, entonces, un nítido ejercicio de memoria: allí, en el espejo retrovisor, hay fundamentos y haberes espléndidos. Los españoles volteaban hacia atrás y lo que veían, con horror, era una Guerra Civil y un millón de muertos.

Donde hay mucho de semejanza entre los casos de España y Venezuela es en los miedos. La gente siempre tiene miedo a dar un buen salto.

En todo caso, solo queda aplaudir iniciativas como la del sábado 27 en el Círculo de Bellas Artes, sobre todo porque allí estará una eminencia como el historiador Santos Juliá. Es un seminario que parte de una premisa: debe pensarse y proyectarse la reconstrucción del país más allá de lo que concierne estrictamente a la gestión de lo político y económico; por eso plantea el universo de lo simbólico.  

En el caso venezolano hay que poner de bulto lo siguiente: uno, enfrentar la espantosa corrosión de los valores del venezolano, ese elemento no debe despreciarse porque no hay transición hacia nada si los valores se revelan podridos en el comportamiento cotidiano.

Segundo, el desmontaje del aparato de mitificación es impostergable porque la propaganda chavista ha contaminado o tergiversado desde la Historia patria hasta la iconografía de las calles de ciudades y pueblos.

Tercero, valorar el rol de los medios de comunicación. Ahí hay tela para cortar. La transición se documenta, se difunde y se sustenta en experiencias dignas de ser narradas.

Todo eso debe formar parte del asunto. Un asunto que ya está en marcha y es irreversible, digan los que digan Michael Penfold y Rodríguez Zapatero.

 

@sdelanuez

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El nada grato Zapatero, por Armando Martini Pietri

SE DEJA CONSTANCIA, QUE EL APELLIDO implica justo lo que el apellidado ni es ni tiene, trabajo honrado, riguroso, detallado, de artesanía tradicional y cordialidad de quien se gana la vida con mérito propio y confianza de sus clientes.

Es palabra castellana que abarca no sólo al oficio, sino a algunos personajes que, en vez de tener la honra y rigor del buen artesano, despliega la deshonra oportunista, deslustre del aprovechador, bajeza del tarifado, y certeza del perieco de cualquier honestidad. No se puede juzgar a los esforzados zapateros por un individuo que usa el nombre de la actividad como apellido, seguramente ni siquiera es culpa de sus antecesores que trajeron el apelativo hasta él.

Sea cual sea su origen, es claro que este desastroso político español tuvo la astucia e hipocresía necesaria para crecer en un partido con extensa y sólida tradición de enfrentamiento a tiranías y censuras, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que gobernó a aquella España que venía arrastrando dolores y complejos del franquismo, renovada y reconducida hacia Europa, el mundo de la democracia y libertad en mucho por ese mismo partido que después, de manera sorprendente, llevó al poder -como quinto presidente desde la transición, año 2004-, a este señor de tan honorable apellido y tan rastrera actitud.

El PSOE ha pagado con creces su error, tras varios años de cuestionado gobierno, crisis económica, crecimiento de la corrupción y aumento en el desempleo, todavía no se recupera del zapaterismo y sólo por una patraña parlamentaria, apoyándose el nuevo joven dirigente y hasta el momento dudoso líder en grupos que siempre adversos al socialismo, a la democracia y a España, como los independentistas fanáticos y los poco aseados peludos de Podemos que, coinciden oportunistas en un chavismo ibérico, por empezar, le están cortando las cabezas al veterano y excelente sistema de medios audiovisuales del Estado español. Por cierto, ¿de qué se extrañan que un tipo, que está al servicio del régimen castrista venezolano, se reúna con el etarra Otegui?: El PP y las víctimas piden explicaciones.

Parece obvio que la estadía de este PSOE anti-histórico y revuelto contra sí mismo, nacido de las ruinas que dejó Rodríguez Zapatero en el socialismo democrático español, será breve mientras sus errores alimentan a quienes pueden ser la peor pesadilla -de los despreciados tarifados-, los jóvenes demócratas e innovadores de Ciudadanos. No es cuestión comentar en otra oportunidad, porque la situación venezolana, al estilo castrista y chavo-madurista, es tema de interés en España entre la posición de Podemos, que quiere ferviente convertir a la madre patria en un castro-madurismo europeo, y las opciones ciudadanas de democracia y progreso moderno.

En ninguno de esos extremos está José Luis Rodríguez Zapatero, su tiempo tiene dueño y lo dedica a quien le paga, ese pagador es el régimen de Maduro de acuerdo con el castrismo de La Habana, quienes hacen esfuerzos para rescatar el prestigio perdido; de allí, el goteo de liberaciones que busca reconstruir el crédito de Zapatero como negociador. Por cierto, D. Pedro Sánchez, visitará Cuba el 22 y 23 de noviembre. Será el primer viaje oficial de un presidente español a la isla caribeña en 32 años. Seguramente los Rodríguez y Zapatero lo acompañaran. Ni siquiera guarda las formas haciendo equilibrios, está cómodamente sentado como los perros guardianes que apoyan el trasero en el piso y sacan la lengua jadeando en espera de cariño e instrucciones de sus amos. A los mastines, el que les pone la perrarina. A individuos como Rodríguez Zapatero el que firma las transferencias en Miraflores -no irán a pensar que esta cobra en soberanos, certificados de lingoticos de oro, quizás petros-, ni de vaina, a él se le cancela en euros; y según Rafael Ramírez: “Zapatero, ha recibido contratos petroleros en la Faja del Orinoco”

La semana que viene -martes 23 de octubre- los diputados en la Asamblea Nacional deben votar la moción/acuerdo presentado por la @fraccionAN16J y declarar Persona Non grata a José Luis Rodríguez Zapatero ratificando que, a los venezolanos dignos, de principios éticos, valores morales y buenas costumbres ciudadanas, no nos son gratos sinvergüenzas vendidos que actúan contra el país y la población que padece carencia y violaciones. Los parlamentarios, en obediencia, conciencia, reconocimiento a sus electores y a la Venezuela decente, deben acordar que sujetos dóciles y subordinados como el nombrado puede que sean recibidos con sonrisas y transferencias oficialistas, pero no son gratos para los venezolanos de honor.

 

@ArmandoMartini 

 

Rodríguez Zapatero: Intervenciones militares son insostenibles y arcaicas

EL EXPRESIDENTE DEL GOBIERNO ESPAÑOL, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó hoy en Santo Domingo que las intervenciones militares unilaterales corresponden a una doctrina «insostenible» y «arcaica» y que el continente americano tiene una experiencia «nefasta» en cuanto a esto.

Consultado sobre las declaraciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en el sentido de que no descartaba una intervención militar en Venezuela, Rodríguez Zapatero consideró «insólito» que alguien que dirige un organismo internacional desconozca las reglas básicas de la Carta de las Naciones Unidas.

«Resulta insólito que alguien que dirige un organismo internacional desconozca las reglas básicas de la Carta de las Naciones Unidas y de la legislación que regula el uso de la fuerza, que solo puede ser autorizado por el Consejo Seguridad de la ONU en una serie de supuestos», dijo el político español.

El viernes pasado, en Colombia, Almagro dijo que no se podía descartar una intervención castrense contra el Gobierno de Maduro, aunque posteriormente ha dicho que sus palabras fueron malinterpretadas y que su objetivo es detener la violencia dentro del marco del sistema de derecho internacional público.

Rodríguez Zapatero, quien hizo declaraciones a la prensa antes de dictar en la Cancillería dominicana una conferencia sobre seguridad vial, consideró que Venezuela es un país con serias dificultades económicas a las que se han sumado las sanciones de Estados Unidos que bloquean financieramente al país y que perjudican directamente a la gente.

«Prueba de ello es que éstas son las sanciones de (el presidente estadounidense Donald) Trump; (el expresidente de EE.UU. Barack) Obama no hizo estas sanciones, la Unión Europea no ha hecho sanciones económicas, y esto está siendo perjudicial, el Gobierno (venezolano) ha estado tomando medidas y deberíamos todos tener una perspectiva de apoyar», refirió.

Dijo que su reciente viaje a Venezuela lo hizo para intentar ayudar, «para favorecer que el clima sea lo más sosegado posible» y también para hacer algún esfuerzo en lo más acuciante en ese país, que es la situación económica «e intentar atisbar un horizonte a medio plazo en el que se puedan abordar problemas pendientes de carácter político».

Rodríguez Zapatero, quien lleva años como mediador en la crisis venezolana, dijo que República Dominicana «está siendo solidaria con los inmigrantes venezolanos» y manifestó su deseo de que todos los países sean solidarios con la inmigración «porque son seres humanos, seres humanos que van buscando un futuro, que van buscando salir de una situación difícil; es incompatible hacer política decente con utilizar la inmigración en la confrontación política», acotó.