muertes en Caracas archivos - Runrun

muertes en Caracas

Con la tapa de una arrocera degollaron a sexagenario en Misión Vivienda de Montalbán

UNA ADOLESCENTE QUE LLEGABA DEL COLEGIO a las 10:30 de la mañana fue quien descubrió el cadáver de Santana Rondón Sánchez, de 65 años de edad, el pasado martes 7 en su apartamento del complejo de la Gran Misión Vivienda en Montalbán I, municipio Libertador.

Sobre un charco de sangre yacía el cuerpo del hombre nacido en Mérida, estado Mérida, cuando la niña de 12 años lo encontró luego de observar que la puerta del apartamento en el que habitaba estaba abierta. Avisó a otros vecinos quienes notaron que los asesinos no violentaron el acceso al apartamento.

La sobrina de la víctima, Joana Rondón, dijo en la morgue de Bello Monte que los principales sospechosos son un par de hombres que venden cloro a domicilio o en su defecto lo cambian por comida, cuando las personas carecen de dinero. “Los ‘cloreros’ se metieron al apartamento y le dieron con la tapa de una olla arrocera en la cabeza a mi tío y luego que ésta se partió lo degollaron con el vidrio”, dijo.

https://runrun.es/wp-content/uploads/2019/05/SANTANA-RONDON.jpg

Joana presume que los sujetos sabían que Santana Rondón venía llegando de cobrar la pensión. Familiares no se explican cómo algo así puede suceder en un espacio donde a escasos metros queda un módulo de la Policía Nacional Bolivariana. Joana indicó que los presuntos asesinos frecuentan edificios de la zona por lo que considera no será una tarea difícil para el Cicpc dar con el paradero de estos.

Rondón, cuyo nombre de pila es Santana, vivía solo y no tenía hijos. Su única fuente de ingreso era una pensión. “Lo mataron por una quincena del sueldo mínimo, porque no se llevaron más nada”, dijo Joana.

@franzambranor

https://runrun.es/wp-content/uploads/2019/04/plantilla-instinto-de-vida-monitor_Mesa-de-trabajo-7.png

 

Abr 19, 2015 | Actualizado hace 9 años
La marcha de los policías. Por Naky Soto
polis muertos
Jean Carlos Rodríguez, mayor del Ejército de 39 años de edad, fue asesinado hoy en el Gama Express Chuao, a las 2 de la tarde. La imagen más difundida en redes muestra a su esposa embarazada al lado del cadáver, con efectivos de Polibaruta alrededor. Y hoy asesinaron a otro funcionario. 12 policías en el mes de abril, 46 en lo que va del 2015.
Funcionarios policiales de los municipios Sucre, El Hatillo, Chacao, Baruta, Caracas y la Policía Nacional Bolivariana han convocado a una marcha para mañana, en la Cota Mil, desde Mariperez hasta Los Dos Caminos, a partir de las 7 de la mañana. Una línea resume todo el comunicado con el que convocan: «nos encontramos en total indefensión frente al hampa desbordada y un sistema judicial que condena al policía y favorece las acciones delincuenciales«. La vulnerabilidad del que ejerce la seguridad. Es la anomia, la ausencia del Estado, de un Gobierno consumido en propaganda mientras la criminalidad y la impunidad son imperativos cotidianos. La marcha de los policías será inédita, una prueba del caos, de un Estado que no responde a su población ni a sus funcionarios. Es el hampa la que controla y los poderes públicos permanecen silentes ante la masacre.
La garantía de gobernabilidad de Nicolás son malandros armados e impunes. No es posible tener malandros bajo control. No puedes llamarte Gobierno cuando no eres capaz de garantizar la vida, militarizas el poder, polarizas todo, cercenas libertades individuales, reprimes al disidente, y permaneces indiferente ante la violencia homicida. Para el poder, más crímenes solo se traduce en más escoltas. Esta es la única guerra que libramos en Venezuela: malandros versus ciudadanos. Tan malandro el que empuña el arma, como el que garantiza la impunidad de su acción.
Que Nicolás aclare cómo hace un país para sobrevivir cuando sus cuerpos de seguridad son también víctimas. Ya suman 23 planes de seguridad, fallidos, ineficientes: no hay campaña publicitaria que supere el poder de un parque de armas ilegales como el nuestro. Esto es el desgobierno. En el Archivo histórico de la Nación, no deben estar las firmas contra Obama, sino las biografías de los asesinados, para que los sobrevivientes sepan quiénes fueron los responsables de esta masacre, por estrategia o indiferencia, ambas deleznables, condenables e insoportables.