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Henrique Capriles Radonski

Esa Venezuela 2.0 por Carolina Jaimes Branger

2.0

Viví en Maracay, Estado Aragua, durante 21 años. Durante ese periodo entendí que aquello que decían los caraqueños que “Venezuela es Caracas y lo demás, monte y culebra” es una falacia. Porque Venezuela es lo que está saliendo de Caracas, ya sea por Tazón, Guarenas o La Guaira. Todo, excepto Caracas. Lo mismo sucede con la Venezuela 2.0, donde se generaliza lo que se lee en las redes, pero ésa tampoco es Venezuela. Me niego a creer que sea una muestra de cómo actúa y siente el resto del país.

En la Venezuela 2.0 encontramos extremos: desde las más nobles actitudes de generosidad, como en el caso de conseguir y donar remedios para alguien que los necesite, hasta los insultos más denigrantes. A esa Venezuela histérica me quiero referir. A esa Venezuela que descalifica sin pruebas, acusa irresponsablemente, agrede, atropella, ofende.

Recientemente leí un tuit de un autodenominado “doctor” (mi papá siempre me aconsejaba huir de esos personajes que se auto alaban) denostando de Henrique Capriles, con una visceralidad que me llamó la atención. Henrique Capriles es, sin que me queden dudas, una de las personas que más ha dado por el país, aún a costo de su salud, seguridad y vida privada. Fue quien evitó una masacre el año 2013, porque no llamó a la gente a salir a la calle a reclamar el triunfo en las elecciones. Hizo bien: Capriles no tenía todas las actas, porque no tuvo testigos en todas las mesas como le había asegurado su comando de campaña. Entonces, ¿cómo iba irresponsablemente a pedir a la gente que saliera a la calle, peor aun conociendo el grado de malandraje de quienes detentan el poder?

Pero no sólo es en contra de Henrique Capriles. Es en contra de todo aquel que por una razón u otra se destaque. No les alaban los logros,pero la forma de restregarles los errores es vergonzosa. No ahorran en calificativos y siempre encuentran algo peor que decir. Sin embargo, contrastan sus epítetos en contra de los opositores, con los que usan en contra del gobierno: son mucho peores los primeros. No sé por qué razón.

En esa Venezuela 2.0 se pasa de héroe a villano y de villano a héroe en un abrir y cerrar de ojos. No importa cuánto ni cómo se haya resteado una persona por una causa, un comentario lanzado a la ligera por cualquier irresponsable –muchas veces anónimo- la puede sumir en un mar de escarnio hasta que caiga otra víctima a quien destrozar.

¿Qué nos ha pasado a los venezolanos que caímos en esa vorágine que tanto nos lesiona? De ser los hermanos de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol, pasamos a ser los cófrades de la inquina, la rabia, los agravios y la maldad. Ciertamente hay quienes se merecen los insultos y las descalificaciones por el daño moral y material que le han hecho al país, pero otros, no. Lo más insólito es que los mayores improperios van dirigidos no a los mayores destructores, sino a quienes han luchado contra ellos. Llamar “cómplice” de delitos a una persona es una acusación grave que no debería hacerse si no se tienen todas las evidencias que la incriminan. Pero no, en la Venezuela 2.0 se dice de todo, se denuesta de todo, se cree todo.

Yo estoy segura de que vamos a salir de esta situación que tanto nos agobia. De lo que no estoy segura es con qué tipo de sociedad vamos a contar para la reconstrucción del país. Si la que se va a imponer es esa histérica 2.0, podemos volver a caer en algo incluso peor de lo que ya hemos vivido. Si ésa es la sociedad que se impondrá a la generosa y amplia, mejor paso y gano…

@cjaimesb

Líderes opositores se pronuncian tras liberación de presos políticos

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Líderes opositores celebraron la excarcelación de más de treinta personas vinculadas con las protestas de 2014 y 2017 contra el gobierno de Nicolás Maduro.

Antonio Ledezma escribió en su cuenta de Twitter que de alguna forma el gobierno reconoció que hay presos políticos en Venezuela.

“Lo que está más que reconocido es que sí hay presos políticos en Venezuela y que esa ilegítima y fraudulenta (Asamblea Nacional) Constituyente no podrá con la dignidad de ciudadanos que tienen limpias sus conciencias”, publicó.

 

Por su parte, María Corina Machado calificó de secuestradores a los miembros del gobierno.

“Así es como ‘liberan’ los terroristas a sus rehenes. Los recibimos con emoción y admiración; y con una nueva razón para sacar de una vez a la tiranía, por lo que hoy le han hecho a estos valientes venezolanos”, dijo a traves de la redes sociales.

En tanto, Henrique Capriles Radonski dijo que los casi cuarenta liberados nunca deberieron estar privados de libertad.

Líderes opositores tampoco le pararon a la condena de los sobrinos de Cilia Flores

SI EL CHAVISMO HIZO MUTIS con la sentencia a 18 de años de prisión de los sobrinos de la pareja presidencial, extrañamente los líderes de la oposición hicieron lo propio.

Ni Henrique Capriles Radonski, ni María Corina Machado, ni Antonio Ledezma, ni Henri Falcón, ni mucho menos el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, escribieron comentario propio alguno sobre la condena a los familiares de Cilia Flores.

Capriles se limitó a exaltar la labor de los comedores populares en Vargas, Machado solo dio RT a un tuit de un medio de comunicación, Ledezma escribió sobre su reunión con líderes del parlamento europeo, Falcon felicitó a Guaros de Lara por su título obtenido en la Liga Sudamericana de Baloncesto, Henry Ramos Allup alabó la labor social de su esposa Dora D’Agostino en Los Teques y Borges exhibió el premio Sájarov otorgado a los presos políticos.

¿Cautela pre-diálogo o simplemente omisión espontánea frente a decenas de prioridades en el país? La respuesta solo la tienen los adversos al actual regimen y quizás estén aun digiriendo la noticia.

 

Lea también: Condena a los “narcosobrinos” no existió para el chavismo

 

Encuesta de Venebarómetro: Evaluación positiva de Maduro creció 6,7% de septiembre a noviembre

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*28,6% de consultados votaría por Maduro en presidenciales. El opositor con mayor respaldo en unas hipotéticas primarias es Leopoldo Lopez con 20,6%

*65,3% de los encuestados considera que Maduro debe salir de Miraflores, 65,7% califica como negativo el desempeño de la Mesa de la Unidad Democrática

*49,8% está en desacuerdo con el establecimiento de una mesa de negociación entre gobierno y oposición

*75,3 % cree que la situación del país es pésima, mientras que 61,4% piensa que la ANC es ilegal e ilegítima

 

Infografía: Juan Carlos Hernández

@ideografiko 

La más reciente encuesta de Venebarómetro avalada por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) arrojó que el 28,6% de los consultados votaría por Nicolás Maduro si las elecciones presidenciales se llevaran a cabo en el corto plazo; 25,1% no respondió o no supo qué decir; 18% sufragaría por el dirigente preso Leopoldo López en caso que pudiese ser candidato; 15,4% por el inhabilitado Henrique Capriles Radonski; 6,6% por Henry Ramos Allup y 6,3% por Henri Falcón.

Entre quienes consideran la gestión de Maduro positiva, el respaldo ha crecido de un 24,4% en septiembre a 31,1% en noviembre de 2017, es decir 6,7%. Mientras que para aquellos que etiquetan como negativo su paso por Miraflores el rechazo ha disminuido de 75,6% a 68%.

Por otro lado, 68% de la población consultada considera negativa la gestión del jefe de Estado y 31,1% cree que es positiva. De esos números, 51% piensa que la administración del presidente es muy mala y 9,2% muy buena

65,3% de los encuestados considera que Maduro debe salir de la presidencia lo más pronto posible, mientras que 32,1% cree que debe continuar.

Más del 75% de los consultados considera que la situación del país es negativa, mientras que 24,5% la percibe positiva. De ese universo, el 50,5% cree que la situación es muy mala; el 17% mala; el 15,6% de regular hacia buena; el 8,3% buena; el 7,8% de regular hacia mala y el 0,6% muy buena.

Un 49,8% de los encuestados está en desacuerdo con el establecimiento de una mesa de negociación entre gobierno y oposición. De esa cifra 31,9% está muy en desacuerdo y 17,9% en desacuerdo. Por otro lado 45% está de acuerdo con el encuentro en República Dominicana; 28,8% solo de acuerdo y 16,2% muy de acuerdo.

Para un 41,7% lo más importante a negociar es la fecha para que se produzcan unas elecciones presidenciales en 2018; un 28,2% considera que es la apertura de un canal humanitario;12,3% que se libere a los presos políticos y 8% que el gobierno respete y reconozca a la Asamblea Nacional.

Un 61,4% considera que la asamblea nacional constituyente es ilegal e ilegítima, mientras que 33,8 opina que es legal.

65,7% de los encuestados califica como negativo el desempeño de la Mesa de la Unidad Democrática y 31% piensa que la labor de la oposición ha sido positiva. De esas cifras 28,4% cree que el trabajo de la MUD ha sido muy malo y 26% malo.

El 37% dijo que no está dispuesto a protestar por la escasez de alimentos; 26,1% estaría muy de acuerdo con manifestar; 23,3% quizás saldría a hacerlo y 9,4% tal vez no respaldaría una iniciativa de esa índole.

40,8% aseguró no estar dispuesto a protestar para exigir la salida de Nicolás Maduro; 32,4% dijo encontrarse muy dispuesto y 16,3% quizás lo haría.

34,8% de los encuestados aseguró que no es militante ni simpatiza con partido político alguno; 30,6% con el Psuv; 8,8% con Acción Democrática; 8,2% con Primero Justicia; 4,8% con Voluntad Popular; 2,1% con Un Nuevo Tiempo y 1,9% con Copei.

De mayo a noviembre de 2017, el apoyo al oficialismo ha crecido de un 22,8% a 33%, mientras que el respaldo a la oposición pasó de 45,8% a 49,1% en el mismo período.

En lo que respecta a quienes se definen como opositores, el 46% dijo que estaría muy seguro de ir a votar si las elecciones primarias fuesen próximamente, 29% manifestó que probablemente lo haría, 12% aseguró que no votaría y 10% que probablemente no.

En el caso hipotético que pudiesen postularse un amplio abanico de candidatos a una eventual elección primaria de la oposición; 20,6% apoyaría al encarcelado Leopoldo López; 11,7% a Henrique Capriles Radonski; 10,8% a Henri Falcón; 7,1% a Lorenzo Mendoza; 5,7% a Henry Ramos Allup; 5,2% a María Corina Machado; 4,8% a Julio Borges y 2,1% a Manuel Rosales.

A la pregunta ¿Por cuál candidato nunca votaría para presidente de Venezuela?, Henry Ramos Allup lideró la consulta con 23,6%; seguido de cualquier candidato oficialista con 22,5%; Henrique Capriles con 12,1%; Henri Falcón con 8,5%; Leopoldo López con 6,1%; Julio Borges con 6,1%; María Corina Machado con 4,4% y Manuel Rosales con 0,6%.

 

 

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Acceso a la Justicia: Rosales y Scarano, dos caras de una misma moneda

CON LA HABILITACIÓN POLÍTICA del exgobernador del estado Zulia, Manuel Rosales el pasado 30 de octubre de 2017, el Tribunal Supremo de Justicia reconoció que las inhabilitaciones ordenadas por la Contraloría General de la República violan el debido proceso, pero con la decisión también dejó en evidencia el trato discriminatorio de la administración de justicia venezolana.

La Sala Político Administrativa del TSJ, en sentencia n° 1.169, resolvió dejar sin efecto la inhabilitación de Rosales para ejercer cargos públicos por un período de siete años y seis meses, impuesta por la CGR en agosto de 2014.

Con el fallo, es la primera vez que esta instancia cuestiona una disposición de la Contraloría que restringe la participación política de un opositor. Estas medidas ya habían sido condenadas como una práctica de persecución por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos  en el informe intitulado “Democracia y Derechos Humanos en Venezuela”, publicado en 2009.

En el documento, la CIDH advierte que se trata de una violación al debido proceso, porque la CGR no siguió procedimiento alguno para establecer la inhabilitación, y además por la irregularidad que supone que un órgano administrativo imponga una condena penal y no un tribunal.

Hace unas semanas esa misma sala, en sentencia n.° 1.110 de fecha 17 de octubre no tomó la misma resolución con respecto al exalcalde del municipio San Diego en el estado Carabobo, Vicenzo Scarano.

Atendiendo a la decisión, la sala argumentaría que las causas por las que consideró que en el caso de Rosales no hubo debido proceso son distintas a la del procedimiento seguido contra Scarano y otros políticos. Al exgobernador del Zulia, la SPA le reconoció la violación, señalando que cuando fue inhabilitado él estaba fuera del país, por lo que fue procesado en ausencia, mientras que Scarano y otros dirigentes estaban en el país, por lo que no se trataría de la misma situación.

Sin embargo, Acceso a la Justicia hace notar que, como refiere la CIDH, la decisión de inhabilitarlos provino de un órgano incompetente y no de un tribunal, además que fue tomada sin procedimiento alguno, por lo que el estar en Venezuela no les garantizó tener un debido proceso.

Cabe resaltar además que lo hecho por la CGR con Rosales replica lo hecho por la Sala Constitucional con Scarano la primera vez que lo inhabilitó, así como lo ejecutado contra varios alcaldes recientemente y el exgobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski. La Sala les siguió juicios en ausencia bajo la figura de un amparo cautelar y un supuesto desacato, tomando una decisión de índole penal y además violando su derecho a que los procese su juez natural.

Principio de igualdad

Otro elemento que debe ser considerado, por las dudas que genera en cuanto a la intencionalidad de la sentencia, es por qué se le dio un trato distinto a Rosales si es un opositor político al igual que Scarano y otros alcaldes.

La inquietud parte de que una vez conocida la medida, el Consejo Nacional Electoral (CNE), por orden de la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente, decidió repetir la elección del gobernador del estado Zulia tras declarar vacante el cargo, pues el mandatario regional electo en octubre pasado, Juan Pablo Guanipa, perteneciente a la oposición, no se subordinó a la ANC, pero Rosales se inscribió para participar en esa elección inconstitucional.

Sumado a la secuencia de eventos que favoreció la vuelta al ruedo político de Rosales, pero no así la de otros tantos opositores, Acceso a la Justicia pide a la SPA que habilite a Scarano como lo hizo con el exgobernador zuliano, así como al resto de dirigentes de la oposición que la CGR ha inhabilitado sin seguir los procedimientos de ley.

Otro elemento que ensombrece la decisión es que, de forma muy inusual, la sentencia a favor de Rosales se publicó un día lunes, cuando lo habitual, en el caso de la SPA, es hacerlo de martes a jueves (días de despacho). La revisión de las sentencias publicadas en lo que va de año evidencia que esta es la única decisión divulgada un día fuera de los establecidos para dar despacho.

De manera coincidente, las postulaciones para la elección del gobernador zuliano iniciaron el día después de dictada la medida, de acuerdo con el cronograma publicado por el CNE.

Conocidos los hechos, Acceso a la Justicia está en la obligación de señalar todas las irregularidades que evidencien un trato ajeno a la imparcialidad de cualquier decisión judicial, y que el TSJ dé despacho un día que no corresponde para publicar una única sentencia y en el contexto antes descrito es un ejemplo de ello.

En suma, para la ONG resulta preocupante que la justicia se esté aplicando de manera distinta según quién sea la persona que se enjuicia, cuando un tribunal para ser tal debe ser imparcial e independiente, y debe aplicar la Ley con base en el principio de igualdad constitucional.

También es contrario a la seguridad jurídica, que un juzgado modifique sin razón y el debido proceso, las reglas y derechos, pues ello coloca a las personas en una situación de absoluta y grave indefensión.

Cada vez se hace más claro que, al estilo de la obra Rebelión en la granja, de George Orwell, en la que el autor, imaginando en lo que se convertiría el socialismo, describe un Estado totalitario con un partido único en el que el Gobierno hacía lo contrario a lo que promovía con su discurso e iba cambiando las normas a su conveniencia, en Venezuela rige la regla: “todos somos iguales pero unos más iguales que otros”.

Con información de Acceso a la Justicia 

 

Su causa es Venezuela, por Víctor Maldonado C.

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A veces hay que hacer memoria. Parte de la vorágine que estamos viviendo los venezolanos se nutre de esa amnesia que contradice las esperanzas de Jorge Luis Borges. Es cierto, con un mínimo esfuerzo deberíamos conseguir el escurridizo hilo de Ariadna, esa clave que nos permitiría adentrarnos dentro de los laberintos de los recuerdos que se han perdido, sin obligarnos al recomenzar eterno, el verdadero castigo proporcionado por el cruel minotauro. Es verdad lo que propone Borges, “solo una cosa no hay. Es el olvido”. Eso es cierto, pero también lo es que hay que hacer el esfuerzo de volver a una etapa de nuestra historia que nos provoca el amargo sabor de lo inconcluso. O peor aún, sometidos al escarnio porque terminamos siendo víctimas fatales de las mentiras de otros.

23 de enero de 2013. El estratega J.J. Rendon está siendo entrevistado por Jaime Bayly. En Venezuela se estaban viviendo tiempos cruciales. Había pasado más de un mes desde la última aparición del presidente reelecto, y todo parecía indicar que nunca más volvería a mostrarse. La conversación lleva a lo obvio. Era inminente la convocatoria una segunda elección por vacante absoluta del cargo, cosa que ocurrió ciento ochenta y nueve días después de las que había ganado Hugo Chávez. Como siempre, el régimen administraba convenientemente la información y la desinformación. Ellos sabían perfectamente lo que estaba ocurriendo, mientras el resto del país tenía que lidiar con la propaganda oficial, las medias verdades, y un muro infranqueable de mentiras. Eso solamente les daba ventajas, mientras que la oposición jugaba a una corrección política paralizante. Ninguno quería jugar posición adelantada, ninguno quería parecer el buitre que revoloteaba la agonía del comandante. Por todo eso y más comenzaban a surgir interrogantes sobre cuando, pero sobre todo quién debía ser el abanderado de la oposición.

“Es bastante posible que la gente quiera que Capriles sea el candidato nuevamente” atinó a decir el entrevistado ante las interrogantes del acucioso periodista. Todo un filón informativo del que se deriva una inacabable curiosidad. Por esos recovecos sigue la indagación. La segunda pregunta trata de adentrarse en las turbias aguas de un futuro incierto. Y en ese caso, Capriles contra Maduro, en unas elecciones propuestas para mediados de este año, ¿quién crees que ganaría? La respuesta fue tajante. “Ganará quien tenga la mejor estrategia”. Nadie se lo esperaba. El auditorio, incluido el anfitrión del programa, hubiera preferido una mentira compasiva, una apuesta desde el flanco parcial, un recordatorio a la falacia más popular del mundo político, “porque los malos no pueden ganar. Tienen que ganar los buenos de la película. Deben alcanzar el éxito aquellos que tienen mejores antecedentes, propuestas y capacidades. Pero J.J. Rendón no concedió el más mínimo espacio a la benevolencia. Ganan siempre los que tienen mejor estrategia.

El estratega dejó colar así la esencia de su experticia. El principal problema es “la manera como nosotros pensamos”. Son demasiados años en los que la propaganda ha hecho estragos en el sentido de realidad de los venezolanos. Sin duda, la cercanía con el régimen distorsiona. Mientras más adentro estás, menos ves. Todo luce demasiado sencillo. Esa es la peor de las alucinaciones, la que trae como consecuencia el bajar la guardia, o peor aún, la que conduce a la convicción irrenunciable de que se puede avanzar montados en la agenda propuesta por el gobierno. Por eso mismo hay una tara que luce inextinguible, porque al final, estratégicamente no tenemos diagnóstico, ni tenemos profundidad en el análisis. Obviamos con demasiada facilidad la realidad es un continuo de complejidades, que no se pueden resolver si no se desglosan, para intentar simplificarlas.

Al régimen solo es posible vencerlo si se privilegia el análisis por encima de las ganas y las fantasías proporcionadas por las falsas trochas del realismo mágico. Una campaña política debe partir de una investigación que permita deslindar las aproximaciones parciales y las subjetividades. Hay que estar con la razón, y no con el punto de vista. En términos de aproximación de la realidad, tú tienes que escoger un punto de vista experto. Se necesita “diagnóstico diferencial” basado en la experticia.

El auditorio se percibía nervioso, incómodo, como si se estuvieran interrogando, o pidiéndole al cielo al menos una mínima opción de triunfo, como si eso fuera posible solo por desearlo, o por mantener la mente en positivo. “Pero entonces tú tienes que trabajar con Capriles, para que no ganen los malos en Venezuela. ¿Estás dispuesto a trabajar en Venezuela? ¿Pro bono?”. Las preguntas fueron hechas atropelladamente, reflejando las angustias de quien las hacía. Pero las respuestas no se hicieron esperar. J.J. Rendón contestó afirmativamente, pero quiso dejar claro qué significaba para él “trabajar pro bono”. Dijo “Yo personalmente no tengo ningún interés en ganarme un peso en mi trabajo personal con respecto a la oposición venezolana, pero por supuesto que para hacer una campaña hacen falta recursos. Yo sería feliz en una campaña donde yo pongo mi trabajo, no cobro un peso, pero lo que haya que hacer, encuesta, grupos de enfoque, estudios, hay que pagarlos”. Bayly, asumiéndose como el heraldo de las angustias de todo un país, atajó la oferta y dijo “yo le ruego al señor Henrique Capriles, al señor Aveledo, y a la mesa de la unidad democrática que contraten a este señor”. Un momento incómodo para el invitado, quien seguramente no estaba preparado para esa intervención casi “publicomercial”, y por eso cortó la línea argumental para insistir en las otras condiciones que son indispensables para obtener la victoria. “Otra cosa es la disciplina -dijo- o sea, que hagan efectivamente lo que se convino, porque no soy un consultor alcahueta”. Lo acordado no se cambia. La coyuntura no se puede imponer.  En una campaña corta e intensa no hay otra alternativa que centralizar las decisiones. Es imprescindible recortar los tiempos entre la deliberación y la actuación. Profesionalizar las áreas débiles. Levantar la moral. Hacer el corte entre lo anterior y lo que viene. Eliminar cualquier contradicción. “No se habla de lo que se quiere, sino de lo que se tiene que hablar”. La entrevista concluyó allí, pero el mensaje había sido enviado con claridad, precisión y con suficiente tiempo.

El manual del estratega sigue presente. “Pensar, decidir, actuar. Es un proceso que debe ser articulado, progresivo. Hay que ponerle tiempo a cada uno de los procesos. Si por apuro, se olvida la definición de roles, objetivos y acciones definidas, se pierde el tiempo. Hay que consensuar el plan para que tenga empoderamiento social. No podemos dejar de hacernos preguntas cruciales. Porque nunca comenzamos de cero. Nos insertamos en una trayectoria que a veces hay que reencauzar. ¿Por dónde comenzamos?  ¿Qué estamos haciendo bien? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Qué deberíamos hacer, que no estamos haciendo? ¿Qué deberíamos dejar de hacer? Porque ellos si saben lo que quieren (destruirnos a nosotros), pero a veces nosotros no estamos tan clarso. ¿Nosotros sabemos lo que queremos hacer? Si lo sabemos, de igual manera tenemos que construir una estrategia con más músculo. Y hay que hacer un inventario de recursos, más allá de los económicos.

Para los que vivimos de cerca ese período y pudimos ser espectadores cercanos de todo lo que en esa época ocurrió, ese mensaje era un incentivo para componer una campaña que fuera diferente en términos de procesos y resultados. A la maquinaria perversa del oficialismo, que además manejaba con ventaja información y recursos, no se le podía seguir enfrentando desde el diletantismo. Fue por eso por lo que un grupo de amigos, externos a los partidos, y lejanos de la lógica y procedimientos de la plataforma unitaria, comenzaron a tratar de hilvanar los hilos para que esa oferta, por demás muy generosa, pudiese concretarse. No podía dejar de aprovecharse la incorporación “pro bono” de J.J. Rendon. Por eso se hicieron viajes a países diversos, contactos de varios niveles, precisiones sobre la forma de trabajar, largas sesiones de trabajo, y la difícil, casi imposible construcción de la base mínima de confianza que se necesitaba para que se pudiera impulsar una campaña con alguna probabilidad de éxito.

En el transcurso, mis amigos aprendieron que no hay nadie más prepotente que un diletante. Para comenzar a trabajar con una mínima disciplina, uno de los problemas que se debía superar era que todos se suponían a sí mismos como unos grandes estrategas, a los que, por supuesto, no les hacía falta un J.J. Rendón. No importaba si no habían dirigido una campaña en su vida. Tampoco parecía ser relevante que hubiesen participado y perdido. Ninguno de ellos se preguntaba si había una diferencia relevante entre un político profesional y su gabinete de asistentes y promotores, por una parte, y por la otra un especialista en estrategia, estructura y productos políticos, mercadeo político y campañas electorales. No parecían encontrar el deslinde lógico entre el político profesional, aquel que se lanza a la aventura de una candidatura, y aquel que tiene destreza, experiencia y competencias profesionales como para abordar el desafío como un sistema de acciones consistentes, llevadas a cabo con disciplina, y con un uso eficaz de variables críticas como el tiempo, la información, y la necesidad de organizar lo que no está organizado. Y en el medio, esa masa de partidarios y leales al postulante, que se vendían como los imprescindibles. Sin dudas, habíamos retrocedidos a los tiempos de la artesanía política, previos a la década de los 70´s del siglo XX.

Anécdotas hay muchas. Pero la más inolvidable fue cuando por razones inexplicables, una reunión pautada en Bogotá fue cambiada intempestivamente de un sitio a otro, solo para dejar fuera al grupo de promotores que inicialmente había hecho el esfuerzo de coordinar los encuentros entre J.J. Rendón y el equipo del candidato. El carácter del hombre es su destino, y lo refleja en la falta de grandeza, cuando hace falta empinarse, y también en las cosas pequeñas, cuando hay que cuidarse de ser enanos morales. De esa decisión no hubo ninguna notificación, y por eso mismo terminó siendo uno de esos casos tragicómicos donde unos supuestos anfitriones se quedan con el evento montado, habitaciones y salones de reuniones previstos, todo debidamente organizado, salvo que nadie llegó, nadie comunicó las razones, nadie tuvo un mínimo de consideración. A media noche, luego de ocho horas de espera y de expectativas, cayeron en cuenta de lo que era obvio. Habían sido dejados al margen. Al día siguiente fue el mismo J. J. Rendón el que tuvo la gentileza de hacer control de daños. Sabiéndose parte de un equipo en el que el común denominador era el desinterés, todo quedó saldado en un abundante desayuno.

 No fue una campaña fácil, de hecho, el presidente terminó siendo Nicolás Maduro, aunque el que obviamente ganó las elecciones fue el otro candidato. En el trascurso, obviamente se notaron las diferencias entre una campaña con dirección y las anteriores, artesanales, erráticas y poco integradas. La noche de la elección fue crucial. Había que elegir entre dos cursos de acción: o reconocer unos resultados falseados, o salir a la calle, demostrar vigor democrático, exigir que se respetaran los verdaderos resultados, y comenzar una escalada de desafío político hasta arrebatar el triunfo de las garras de una tiranía en ciernes. Recordemos todos que la diferencia anunciada fue de 234.935 votos, 1,49 puntos porcentuales. Ya sabemos que ocurrió. El candidato exigió primero un reconteo y al día siguiente propuso un cacerolazo. Dicen que esa noche J.J. Rendón se comunicó con el candidato y le preguntó si se decidía por el coraje o, por el contrario, iba a reconocer. Conocida la respuesta, hasta allí llegó la colaboración, “pro-bono”, entre el estratega y la opción política unitaria.

Todo este recuento viene al caso porque recientemente Jorge Rodríguez, en una de sus intervenciones televisivas, se mofaba de Capriles y le recomendaba que pidiera a J.J. Rendón la devolución de esos millones de dólares que había cobrado por la fallida campaña. Hubiese sido muy noble de parte de Capriles, o de cualquiera de su entorno, que respondieran de inmediato con la verdad. Que J.J. Rendon nunca cobró nada, que fue un aporte al país, como el de tantos otros venezolanos, que suman corazón y voluntades a la causa de la libertad. Eso no ocurrió, nadie salió a resolver el entuerto, ninguno invocó la verdad, como si todo diera lo mismo en este diluvio de mentiras, descalificaciones y odios que ha enchiquerado el país y lo ha vuelto un espacio tan hostil a la confianza y tan revulsivo al agradecimiento. Pero la verdad está allí. J.J. Rendón fue el estratega de la campaña del 2013, lo hizo sin pretender honorarios, porque como él dice, la causa es más grande y más importante que cualquier necesidad o expectativa personal. La causa es Venezuela. Y como bien lo dice Jorge Luis Borges, más allá de hacerle honor a la verdad, nada cabe esperar del asunto porque “el olvido es la única venganza y el único perdón”.

@vjmc

Falcón: No me quiero imaginar a Capriles llevando el destino de este país

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El líder del partido Avanzada Progresista, Henri Falcón, criticó a los partidos Primero Justicia y Voluntad Popular por obstaculizar su candidatura a la gobernación del estado Lara.

«Hubo complot de algunas organizaciones políticas vinculadas a la MUD en contra de nuestra candidatura, incluso con reuniones con la candidata del gobierno, un interés muy personal», dijo el ex mandatario regional en rueda de prensa.

Sentenció que la oposición creó falsas expectativas. «Fueron irresponsables al asegurar que marchando sacarían al gobierno, pero no se hacen responsables de los más de 100 muertos que hubo en el país por las protestas»

Al mismo tiempo calificó de inmadura la posición del dirigente de Primero Justicia, Henrique Capriles Radonski, al amenazar con salirse de la MUD.

Aseveró que el hecho de que algunos gobernadores de la oposición se hayan juramentado ante la ANC no quiere decir que este organismo sea constitucional.
«¿Cómo se las vamos a volver a entregar al gobierno esas gobernaciones?, eso no parece tener mucho sentido político. Así como tampoco tiene sentido político decir que vamos a entregar las alcaldías».
Indicó que el triunfo del gobierno en las pasadas elecciones regionales fue circunstancial. «El gobierno obtuvo una victoria numérica, pero no política y mucho menos moral».

Líderes opositores se dividirían en negociadores, institucionales y radicales

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La decisión de los recién electos gobernadores del partido Acción Democrática de juramentarse ante la «fraudulenta» Asamblea Nacional Constituyente parece haber resquebrajado irreparablemente la unidad entre los adversarios del régimen de Nicolás Maduro, dando inicio a un traumático proceso de redefinición de la oposición venezolana, dijeron analistas a El Nuevo Herald.

Expertos dijeron que la decisión de AD podría haber propinado la estocada final Mesa de la Unidad Democrática, alianza de partidos que por años dominó las decisiones de los adversarios del chavismo, y advirtieron que del venidero proceso de reajuste podría salir una oposición purificada, con una visión mucho más clara sobre como enfrentar al régimen, o una oposición atomizada e inefectiva.

«Todo indica que va a haber una rearticulación de las fuerzas opositoras y en ese reordenamiento podrían emerger tres diferentes polos», señaló Oscar Valles, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Metropolitana.

«Son tres las coaliciones que podríamos ver articulándose en las próximas semanas», explicó Valles. En la primera, que podría pasar a llamarse la «Coalición Negociadora», están los partidos dispuestos a mantenerse negociando con el gobierno. La segunda coalición estaría un poco más distanciada del régimen pero seguiría siendo una «oposición institucional». La tercera giraría en torno a los sectores que tradicionalmente han sido tildados como «radicales», explicó Valles.

En el primer grupo dominaría AD y el partido Un Nuevo Tiempo. En el segundo estaría Primero Justicia; y en el tercero, dirigentes como María Corina Machado y Antonio Ledezma, quienes repudiaron abiertamente la decisión de la MUD de participar en las elecciones regionales de este mes.

El partido Voluntad Popular, cuyas posiciones oscilan entre las del segundo y tercer grupo, podría decidir aliarse con cualquiera de ellos.

En un escenario algo más favorable para la oposición venezolana, el segundo y tercer grupo se unirían en uno solo, dejando a la «Coalición Negociadora» a su propia suerte.

Por el momento, dirigentes de Primero Justicia y Voluntad Popular manifestaron su rechazo a la decisión de los gobernadores de juramentar ante la Asamblea Nacional Constituyente convocada fraudulentamente por el régimen, acción que los partidos de oposición habían jurado previamente que no harían.

«Yo no voy a seguir en esa mesa (MUD), no voy a hacer parte ya, mientras esté en la Unidad, Henry Ramos Allup», declaró el ex candidato presidencial Henrique Capriles Radonski.

El opositor dijo que llegó el momento para realizar profundos cambios dentro de la oposición venezolana.

«Cuando se está enfermo hay que operar y sacar el tumor. En la Unidad hay que hacer lo propio», afirmó Capriles.

«Es el candidato que quisiera el gobierno de Nicolás Maduro en las presidenciales del 2018», opinó Capriles, quien consideró un engaño el anuncio de Ramos Allup de que los gobernadores se “autoexcluyeron” al juramentar ante la Constituyente.

“Que no venga Ramos Allup a lavarse las manos y hacernos creer que se autoexcluyeron”, afirmó el político, señalando que en AD no se mueve una hoja sin la orden del experimentado parlamentario.

Por su parte, el coordinador nacional encargado de Voluntad Popular, Freddy Guevara, también se pronunció a favor de reformular a la oposición venezolana.