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ALTO
MAS GRUÑON QUE EFECTIVO:
 

El presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró este 12 de septiembre que su ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, se “pasó de la raya” en la política hacia Venezuela. Textualmente dijo: “Yo estaba en desacuerdo con John Bolton en sus actitudes sobre Venezuela. Creo que se pasó bastante de la raya, y creo que se ha demostrado que yo tenía razón”. Sobre su posición frente a la situación en Venezuela, dijo que mantiene una “política firme” hacia este país. “Venezuela está pasándolo realmente mal, y estamos tratando de ayudarles de una forma humanitaria”, dijo. Recordemos que hace unos meses ya Trump había llamado al botón a sus asesores sobre Venezuela ante la inoperancia de las acciones emprendidas o a medio emprender. Le parecían “mucho ruido y pocas nueces”. Las discrepancias entre Bolton -que se creía guapo y apoyado por Trump- con el Departamento de Estado y la misma Casa Blanca, por no decir con el encargado del capítulo Venezuela, Elliot Abrams, llegaron a su límite esta semana con la discrepancia interna con Trump sobre si recibir o no a los talibanes de Afganistán en Camp David precisamente cuando se conmemoraban 18 años del fatídico atentado del Talibán contra las Torres Gemelas del WTC este 9/11. Cuando Trump lo designó en el cargo el expresidente Jimmy Carter alertó sobre el peligro de tener “un extremista tan peligroso e irracional al lado del presidente que tiene el botón rojo para lanzar la bomba atómica”. Ayer, para no dejar dudas de su interés en el caso Venezuela, el propio Trump dijo a la prensa que su posición respecto a Venezuela era mas fuerte que la del despedido Bolton…

 
¿NO VA A LA ONU?:

 

Por séptimo año consecutivo le toca a Maduro “deshojar la margarita”, coloquialmente, sobre si va o no va a la Asamblea General de la ONU. Ha pasado otras veces. Siempre tendrá un motivo para no asistir. El resto de los 192 países convocados lo hacen al revés, pues si tienen motivos para hacer presencia en el más importante foro anual de la diplomacia global. Temores, desconcierto, interrogantes sin contestar, bochorno con la permanente mentira sobre resultados y esta vez algo más contundente como fue el Informe Bachelet que será actualizado en unas horas. Sin embargo el doble discurso sigue presente. Al más alto nivel de los “amigos” en el Consejo de Seguridad se han movido las fichas de Maduro para tratar de conseguir una entrevista con el presidente Donald Trump. Algo parecido sucedió hace dos años cuando ese encuentro se cayó porque Maduro lo anunció sin haber sido confirmado por Trump. Ese año tenía entre otros temas el caso de los sobrinos presos. ¿Recuerdan el viaje imprevisto a Nueva York para solo saludar a otros colegas presidentes y caminar “libremente y hasta trotando por la Quinta Avenida y el Bronx”?. Todo venía siendo trabajado hasta que saltó la liebre con el tema Bolton. ¿Y los millones de firmas contra Trump a entregara cada uno de los 192 miembros de la ONU?. Por otro lado señalan fuentes rojitas que es un riesgo para el presidente salir a territorio enemigo. Aluden que al “imperio no le importaría detenerlo o hacerle pasar un mal rato”. Todo eso parece haber influido para anunciarnos que no viajará a Nueva York y que en su lugar iría Delcy Eloína Rodríguez Gómez, su flamante y aguerrida vicepresidenta. En medio de esta crisis humanitaria conocida y comentada en todo el mundo y avalada por la Alta Comisionada de los DD.HH. Michelle Bachelet es un riesgo para su imagen. Un bochorno adicional es la actualización y respuesta de ella a las ofensas de Maduro y sus adláteres donde hasta le dijeron haber “firmado ese documento hecho por el Departamento de Estado”. Vale la pena leer a Joaquin Villalobos. Perfecto complemento para entender, aún más, lo presentado por la socialista chilena.

 

 
“VILLALOBOS DIXIT”:

 

Exguerrillero y político  salvadoreño, fundador y máximo dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) una de cinco organizaciones que conformaron en 1980, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, durante la Guerra Civil de El Salvador. Fue miembro de la delegación negociadora del FMLN en el proceso de paz y fue uno de los signatarios de los Acuerdos de paz de 1992 que pusieron fin la guerra civil de El Salvador. Como consecuencia de los Acuerdos de Paz, el FMLN se convirtió en un partido político legal. Ahora es un crítico abierto de la izquierda de El Salvador y de todos los movimientos de izquierda de otros países latinoamericanos, cercanos al presidente Hugo Chávez. Consultor en seguridad y resolución de conflictos fue asesor del gobierno de Colombia para el proceso de paz. De uno de sus escritos en AmericaNuestra@com, “La gran Estafa Bolivariana” de noviembre de 2017 extraigo algunos párrafos, mas actuales que nunca en nuestra destruida patria: “Intelectuales de izquierda de todo el planeta comenzaron a estudiar el militarismo venezolano y su propuesta de socialismo del siglo XXI. Se escribieron miles de páginas para darle a los uniformados bolivarianos sus credenciales revolucionarias. En vida a Salvador Allende nunca se le consideró un revolucionario, tampoco a Juan Velazco Alvarado, mucho menos a Juan Domingo Perón o al general Omar Torrijos a quien Fidel simplemente llamaba “guajiro filósofo”. ¿Qué tenía Chávez que logró que Castro  cantara el “Happy Birthday” en inglés?, ¿qué hizo que estos militares terminaran aceptados rápidamente como revolucionarios? Los ingresos petroleros de Venezuela desde 1998 hasta 2016 se estiman en cerca de un millón de millones de dólares, el más grande boom petrolero en la historia de Venezuela. Una verdadera orgía de dinero a la que los militares venezolanos invitaron a los izquierdistas de todo el planeta. Fidel Castro, que ya había hecho gala de pragmatismo respaldando a los cuasinazis militares argentinos en la guerra de las Malvinas, se prestó para reconocer como revolucionarios a unos gorilas sin ideología que tenían mucho dinero y estaban dispuestos a repartir.

La plata venezolana llegó, así, a los extremistas de izquierda de todas partes: Estados Unidos, Gran Bretaña, España y toda América Latina; se pagaron consultorías a académicos europeos a precios de ejecutivos de Coca Cola, financiaron partidos políticos, organismos no gubernamentales y campañas electorales, candidaturas presidenciales, convenciones internacionales, se inventó la Alianza Bolivariana de América, se alineó petroleramente a los pequeños países caribeños y con 90 mil barriles diarios de petróleo Cuba logró sobrevivir y ganar tiempo para empezar a transitar gradualmente al capitalismo porque su socialismo ya había fracasado. El dinero venezolano tuvo tres destinos principales, una parte en políticas sociales, otra en geopolítica de protección y otra para los militares y la elite chavista. Todo esto se hizo con un manejo brutalmente ineficiente, despidiendo a los técnicos y colocando militantes en posiciones de gobierno, hasta alcanzar una burocracia de más de dos millones de personas. Las Fuerzas Armadas pasaron a tener el doble de generales que Estados Unidos ascendiendo a dos mil oficiales a ese rango, con ello tuvieron más cabeza que cuerpo, algo ilógico para una fuerza militar, pero lógico para distribuir corrupción. Compraron armamentos militarmente inútiles bajo contratos que les permitieron hacerse de miles de millones dólares. El desorden en el manejo de los recursos ha sido gigantesco, sin controles y bajo el supuesto de que gobernarían por siempre sin jamás tener que rendir cuentas a nadie. El dinero era tan abundante que se tapaba el despilfarro con más despilfarro. Si escaseaba comida se compraba más y se la dejaba pudrir sin repartirla. En esa ruta se realizaron expropiaciones que lo mismo perjudicaban a grandes capitales que a panaderías de barrio. Las empresas expropiadas terminaron arruinadas, afectando el mercado, golpeando la estructura productiva y las cadenas de distribución de productos. Cuando cayeron los precios del petróleo estalló el drama del hambre para los más pobres y se les repartió represión como alimento. Los saqueos más violentos y la represión más brutal han ocurrido en antiguos bastiones chavistas, entre éstos, el lugar donde nació Hugo Chávez y el barrio donde vivió Nicolás Maduro cuando era pobre”. Pueden leerlo en: Joaquín Villalobos: La gran estafa bolivariana