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Emigración

¡Venezolanos cruzando el desierto! por Carlos Dorado

Frontera-venezolanos-migración-Panorama

A mí particularmente, todo lo relacionado con la emigración, me toca una fibra muy sensible, por el hecho de que siendo un niño, emigré con mis padres desde Galicia (España) a Venezuela. A pesar de la inmensa tristeza que embargaba a mis padres, el tener que dejar cinco hijos en la “Madre Patria”, siempre tendré que agradecer el hecho de que en Venezuela nos recibieron con los brazos abiertos, y mitigándonos ese dolor con la esperanza de poder lograr un futuro mejor.

Al poco tiempo de haber llegado, y con esa capacidad de integración y adaptación que suelen tener los niños, ya sentía que éste era mi hogar y mi país, y ese sentimiento se ha ido acrecentando con el tiempo. Quizás por esto uno sigue apostando al país, y sintiéndose un poco en deuda y con la obligación de pagarle todo lo grato que nos ha dado.

Porque los que emigramos, nunca lo hacemos por turismo, sino por necesidad. Por el hecho de querer buscar un futuro mejor, teniendo que sacrificar muchas cosas, y sacando de dentro mucha valentía para hacerlo. Si por encima de esta tristeza que se lleva en el corazón, de tener que adaptarse a nuevas costumbres e idiosincrasia, y el sacrifico que representa el comenzar de nuevo; hay un repudio hacia uno por el hecho de ser venezolano; entonces el ser emigrante resulta realmente muy duro.

Fuimos durante muchos años, el faro de muchos países y de cientos de miles de emigrantes que vieron en nuestro país un puerto seguro donde llegar, sabiendo que serían recibidos con los brazos abiertos, y que habría una oportunidad de un futuro mejor. Ahora que la historia cambió, y que los venezolanos emigran, no somos bien vistos; resultamos “no bienvenidos”, o “personas no gratas” en la mayoría de los países que gracias a nosotros en el pasado pudieron crecer.

Qué poca memoria tiene algunos países, y qué poca solidaridad. Cuando hemos sido durante muchos años el motor de sus economías, los viajeros alegres del “está barato dame dos”, los que gastaban. En esos momentos no nos pedían visa. No nos discriminaban. Más bien éramos los deseados por todos. Nos buscaban y nos invitaban a visitarlos. ¡Pero la memoria histórica es muy corta, cuando se trata de solidaridad y agradecimientos!

¿Qué sería de mí, si Venezuela no me hubiese dado una oportunidad para realizar mis sueños? ¿Cómo es posible que ahora se la nieguen a miles de compatriotas? ¿Es que sólo éramos buenos cuando gastábamos afuera y recibíamos adentro? ¿Es que esa supuesta hermandad sólo se sustentaba en nuestra riqueza y en sus beneficios?

La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es mejor porque es horizontal e implica respeto mutuo. Pero lamentablemente en este momento, no estamos recibiendo ni respeto, ni siquiera caridad, sino muchas humillaciones.

Sólo espero que esa poca memoria que están teniendo esos países con nosotros, sea inversamente proporcional con la deberemos tener nosotros, cuando en un futuro volvamos a ser un país de inmigrantes, y dejemos de ser emigrantes.

Dicen que la verdadera solidaridad es aquella que no espera ser invocada. Lamentablemente lo único que están invocando algunos países amigos es la insolidaridad. Mi madre solía decirme: “Cuando una mano se alarga para pedirte algo, piensa que esa mano puede ser mañana la que te ofrezca un vaso de agua en mitad del desierto”

Lamentablemente, diese la impresión de que muchos venezolanos tendrán que cruzar ese desierto sin agua.

cdoradof@hotmail.com

Brasil tiende una mano a refugiados venezolanos con eliminación de tasas de residencia

BrasilyColombia

 

 

La Justicia Federal de Roraima pidió que se elimine el cobro de más de 300 reales (equivalentes a 96 dólares) a los venezolanos que llegan a Brasil en busca de residencia temporal ante la situación política y económica que vive Venezuela.

En febrero, Brasil emitió una resolución para otorgar residencia temporal por dos años a los venezolanos que ingresan al país por tierra. Entre los requisitos está el impuesto.

Tanto la Fiscalía como la Defensoría Pública argumentan que para muchos inmigrantes el valor de la tasa “expresa valores exorbitantes dada la situación de miseria que justamente los motivó a cruzar la frontera hacia Brasil”.

La Justicia Federal de Roraima señala que los venezolanos cruzan la frontera huyendo de la crisis humanitaria por falta de alimentos y medicinas. La solicitud realizada en Boa Vista indica que muchos de los venezolanos entran a Brasil “trayendo apenas la ropa encima”. El documento donde se plantea la eliminación del impuesto no establece plazos para que la medida entre en vigencia y tampoco establece por cuánto tiempo durará. Se trata de una decisión preliminar divulgada este martes y está sujeta a la aprobación de la Procuraduría del Estado.

Mar 05, 2017 | Actualizado hace 5 años
Los 13 récords mundiales del comandante galáctico
Más allá de la solemnidad y la magnificencia con que los líderes y la militancia del chavismo se refieren al legado de Hugo Chávez, la realidad lo que muestra es la fotografía de un país en ruinas. Un territorio conocido ahora por una larga lista de registros negativos, que sirven para identificar a Venezuela internacionalmente como la nación más corrupta del continente, la segunda con más homicidios en el mundo o la tierra donde el papel tualé no existe.
Después de 17 años de «revolución», Venezuela también es el país del «socialismo» menos equitativo, donde sus líderes se desplazan en Hummer y hacen mercado en Aruba, mientras el pueblo deambula de cola en cola para adquirir —con restricciones— los pocos alimentos que se consiguen. O el país de las excusas más insólitas, donde una iguana es responsable de un apagón nacional y un hombre admite que va perdiendo la guerra sin armas —la guerra económica— que él mismo creó.
Las curiosidades son infinitas: el país donde la política se confunde con la farándula —El Potro, Roque Valero, Nacho y otra decena—, el país donde el Gobierno es el principal enemigo de las instituciones del Estado, y así hasta llegar al hombre con el pie más grande del mundo, éste sí validado por el Guinness World Records.
El equipo de investigación de Runrunes recopiló 13 récords que reflejan la destrucción que inició «el comandante galáctico» en 1999 y que profundizó su heredero, Nicolás Maduro. A cuatro años de su «siembra», gracias a su legado hoy somos:

 

Corrupcion2017

VENEZUELA ES EL PAÍS MÁS CORRUPTO de América Latina y el noveno en el mundo por segundo año consecutivo. Tan dudoso honor le fue conferido en el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) del 2016, que desde 1995 elabora cada año la organización Transparencia Internacional.

Pero no es una novedad que Venezuela tenga la peor calificación regional por temas relacionados con la corrupción. En realidad, mantiene una tendencia negativa que registra en la última década. Con 17 puntos (dos puntos peor que la calificación del 2014), el 2016 se ubicó junto con Irak en el puesto 166 de 176, por detrás de naciones como Guatemala (puesto 136), Nicaragua (145) y Haití (159).

La medición se basa en estudios y encuestas que recogen la percepción de expertos sobre la corrupción en el sector público de distintos países.

El ranking de Venezuela como máximo exponente de la corrupción regional cuestiona los resultados de la gestión del Cuerpo Nacional contra la Corrupción que creó Nicolás Maduro en 2014, un organismo adscrito a la presidencia al que asignaron un equipo de fiscales y funcionarios policiales. El gobierno del sucesor de Hugo Chávez no niega que haya irregularidades, pero las atribuye a casos puntuales y coyunturales y no a la estructura.

En el otro extremo, se encuentran Uruguay y Chile como las naciones más transparentes de América Latina (21 y 24 respectivamente) mientras que los países nórdicos Dinamarca, Nueva Zelanda y Finlandia encabezan la lista internacional. Transparencia Internacional identifica características claves: altos niveles de libertad de prensa; acceso a información sobre presupuestos que permite al público saber el origen del dinero y cómo se gasta; altos niveles de integridad de los funcionarios públicos y poder judicial independiente.

Basta revisar estas razones y las condiciones en la que se encuentran los países mejor rankeados para entender por qué Venezuela no ha mejorado su posición en el listado.

Inflacion2017

En febrero de 2014 Venezuela llegó a ser el país con la inflación más alta del mundo y en ese puesto se ha mantenido desde entonces. Los venezolanos que en aquél momento iban acostumbrándose a la variación mensual de precios, hoy luchan por conseguir dinero suficiente para comprar lo que necesitan lo más rápido posible, porque mañana el precio será más alto.

La última cifra oficial que se posee es de diciembre de 2015, cuando el Índice Nacional de Precios al Consumidor confirmó una inflación de 180,9%, muy distinta a la cifra de 56,3% con que lidiaban los venezolanos en 2014. Y, a pesar de que el 2016 llegó y se fue sin que el Banco Central de Venezuela diera a conocer cuánto subió todo, el Fondo Monetario Internacional proyectó una inflación superior al 700% para el cierre del año. La Asamblea Nacional también realizó su cálculo y concluyó que el 2016 tuvo una inflación de 550%.

Con esto la Revolución Bolivariana rompe su propio récord y se adjudica lo que no muchos países han logrado, entrar en las filas de la hiperinflación. Es, exactamente, la 57º nación en atravesar este problema económico, y la primera que lo hace en el siglo XXI, de acuerdo a la Tabla Mundial de Hiperinflación de Steve H. Hanke y Charles Bushnell.

Hoy, Caracas lleva tres años consecutivos en la cima de una cumbre que nadie quiere escalar y desde esa altura mira cómo el IPC de capitales como Kiev (Ucrania), su más cercana rival, llegó apenas a 40,3% luego de haber atravesado una guerra civil el año anterior, y que el de Abuya (Nigeria), azotada por el terrorismo de Boko Haram, se situó en 30,5%. Lejos, muy lejos, está el de una ciudad suramericana, Buenos Aires (Argentina), cuya inflación interanual arribó a 14,3%.

Si los precios se aterrizan con los costos de lo cotidiano, el drama venezolano es todavía más doloroso. Una empanada cuesta hoy lo que hace un año costaba un combo de una hamburguesa con papas y refresco, el mismo costo por el que se transaba hace ocho años el alquiler de un apartamento en el noreste de Caracas: unos 1.600 bolívares. Por una hallaca casera, en diciembre pasado, se pagó como mínimo Bs. 3000, con un cero a la derecha más de lo que costaban en 2015, lo que en ese momento era 75 veces más de lo que se cancelaba por el platillo navideño en 2007.

Miseria2017

Tome la tasa de desempleo, agréguela a la inflación y tendrá el índice de miseria de un país. En específico, sume la tasa de desempleo de 7,8% y la inflación 491,9%* y tendrá a Venezuela, el país más miserable del mundo.

El Índice Mundial de Miseria es calculado por la agencia Bloomberg basándose en la suma de la tasa de desempleo y la de inflación que identifica a “las economías más dolorosas para vivir y trabajar”.

Venezuela se ha mantenido en el primer lugar de la lista desde hace tres años, cuando desplazó a Siria, y según las proyecciones para 2017, logrará un cuarto año consecutivo como la economía más infeliz del planeta. En el ranking de 65 casos de Bloomberg, el país tiene la puntuación más alta: 499,7. Le siguen Sudáfrica con 32,2 y Argentina con 30,9.

En 2014, el índice se basó en un estudio del economista Steve Hanke, de la John Hopkins University, que incluyó otras variables como el crecimiento anual del PIB per cápita y las tasas de interés activas. El analista definió la miseria como el efecto que tiene el deterioro de las variables económicas claves en la calidad de vida de los ciudadanos en 89 países.

Las largas colas que a diario se forman en los supermercados del país son apenas un reflejo de la Venezuela miserable, que sufre de preocupaciones económicas por los bajos precios del petróleo –el único rubro significativo que se exporta– y cuyos ingresos solo cubren el 3,26% del Presupuesto Nacional 2017.

Dolar2017

No hace falta mirar muy atrás si se quiere ver cómo al venezolano se le ha minado su poder adquisitivo. La promesa chavista de un “bolívar fuerte, una economía fuerte, un país fuerte”, que venía con la reconversión monetaria aplicada en 2008, se transformó en una falacia que nueve años después deben corregir con un nuevo cono monetario, y con las mismas denominaciones del viejo bolívar.

Basta con hacer un poco de memoria para ver cómo los sueldos se han hecho pedazos. En enero de 2007, el salario mínimo estaba en 465.750 Bs. (lo que se traduce en 466 Bs. de ahora) y esa cifra debía estirarse 4,4 veces para poder comprar todo lo que traía la canasta básica –calculada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FMV)–, que valía entonces 2.053.625 Bs. (o 2.054 Bs. actuales).

Muchos lograban la proeza de poder comprarlo todo e, incluso, un poco más. Ahora, diez años después, el esfuerzo de aquella época debe ser 20 veces mayor. Con un salario de 40.638 Bs., la canasta básica –ubicada en 832.259,95 Bs.– resulta inalcanzable.

La caída del bolívar tiene anécdotas que ahora podrían considerarse un chiste, pero que ayudan a ilustrar cómo se ha depreciado frente a las monedas extranjeras más poderosas. En enero de 2012, Venezuela llegó al primer lugar del índice Big Mac de The Economist, y así llegó a tener la hamburguesa más cara del mundo (US$9.08).

Luego, el país pasó a estar en el último puesto del conteo con una hamburguesa valorada en US$ 0.66. El fenómeno se explica por el salto abismal de la tasa de cambio, que está controlada por el estado desde hace 14 años. Ahora, el precio se calcula en US$ 5.25 por el tipo de cambio flotante del gobierno, aunque si se toma en cuenta el cambio a dólar paralelo, valdría cerca de US$ 3.

El otro ejemplo tangible de la debilidad del bolívar es el insuficiente valor de su nuevo billete de máxima denominación –Bs. 20.000–, de los cuales se necesitarían 41 billetes para pagar una canasta básica. Si la cuenta se saca con el de Bs. 100, el antiguo de mayor denominación que aún posee la mayor circulación en el país, se necesita una maleta con 8.322 billetes.

La escasez de productos básicos en Venezuela va más allá de las cifras derivadas de los estudios realizados por la encuestadora de Datanálisis o de las cifras que hasta enero de 2014 el Banco Central de Venezuela dio cuando informó que la escasez de bienes se ubicó en diciembre de 2013 en 22,2 %, lo que para ese entonces representaba un alza significativa con respecto a diciembre de 2012, cuando la escasez de bienes cerró en 16,3 %, según el BCV.

Aunque desde 2014 el BCV no ha vuelto a publicar las cifras de escasez de bienes y Datanálisis en su estudio más reciente advirtió que 8 de cada 10 de los productos básicos no se encuentran en los supermercados, la realidad de la escasez en Venezuela se palpa con sólo ver las colas que las personas hacen hasta por más de 12 horas, para comprar productos que suelen estar ausentes de los anaqueles.

Aunque el gobierno de Maduro ha implementado los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) que se encargan de vender una caja o bolsa con alimentos importados, estos solo llegan al 17% de la población y se presume que esconden más de un guiso entre sus ítems.

Además, la escasez en el país ha sido una oportunidad para los revendedores conocidos como “bachaqueros”, quienes pueden vender un producto 22 veces más caro que su valor establecido. Quienes no tienen tiempo para hacer colas, deben recurrir a este mecanismo y pagar caro.

Los productos que están más ausentes en los anaqueles de mercados y abastos son el papel higiénico, champú, enjuague, harina pan, aceite, arroz y mantequilla. Basta con ver a un ciudadano caminar por las calles de Venezuela con alguno de estos bienes para comprobar cómo se le acercan personas, desesperadas, para preguntarle en dónde los consiguió, a qué precio y cuántas horas de cola hizo.

En el país, tener cualquiera de estos productos, así como también toallas sanitarias, mayonesa, pasta, carne y pollo, sobre todo a precio regulado, es similar a tener oro. En la actualidad la prioridad de los venezolanos es conseguir alimentos y bienes de aseo personal y de limpieza para poder cubrir sus necesidades básicas.

Desde hace dos años Venezuela ocupa un deshonroso segundo lugar entre los países con más homicidios en el mundo, según una clasificación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Actualmente ostenta una tasa de 91,8 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Este número es producto de los 28.479 homicidios ocurridos en el territorio nacional en 2016, según el Observatorio Venezolano de Violencia.

Adicionalmente Caracas alcanzó la primera casilla como la ciudad más violenta del mundo, con una tasa de 119 homicidios por cada 100.000 habitantes. Así superó la ciudad hondureña San Pedro de Sula, que por años habían exhibido el terrible récord.

En solo 17 años, Caracas pasó de ser “la sucursal del cielo” a la capital donde ocurren más homicidios en el planeta, superando a varias ciudades de Honduras, El Salvador y Nigeria.

Estos dos récords no se lograron de un día para otro, son producto de años de impunidad y ausencia de políticas de Estado por parte de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, que -tal como lo prometió- ha continuado y profundizado el legado del comandante intergalactico.

En 1998, cuando Chávez ganó la presidencia, en Venezuela se registraron 4.550 homicidios, con una tasa de 20 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Esta cifra aumentó en 512,63% en 17 años, y la revolución chavista suma 254.887 homicidios.

Adicionalmente se fortalecieron o surgieron delitos que no existían en Venezuela, como el secuestro, el sicariato, la extorsión y el tráfico de drogas.

Los pequeños grupos de hampa común migraron hacia grandes organizaciones de delincuencia organizada que hoy controlan las ciudades y carreteras del país. Se desplazan por el país a su antojo y usan armas de guerra (fusiles, subametralladoras, granadas, entre otras).

Una particularidad es que durante ambas gestiones la seguridad ciudadana ha estado en manos de militares.

Desde 2010 la figura del “pran” o “principal” surge como la máxima autoridad en el mundo penitenciario. Progresivamente estos personajes comenzaron a controlar las cárceles venezolanas y fueron desplazando al Estado en sus funciones. Actualmente ellos son los que mandan adentro y afuera de los recintos penitenciarios. Venezuela se convirtió así en el único país donde los presos administran grandes fortunas, tiene más poder que las autoridades y viven en prisiones que no tienen nada que envidiarle a un hotel cinco estrellas.

“Wilmito”. Wilmer Brizuela, “Wilmito” es conocido como el primer pran de Venezuela por las protestas y delitos que le han adjudicado durante los últimos 12 años en los que ha estado preso en las cárceles de Vista Hermosa, en Ciudad Bolívar, de Tocuyito, en Carabobo, y de Tocorón en Aragua. En 2004 fue apresado por el delito de secuestro y remitido a la cárcel de Vista Hermosa y en 2006 logró controlar por completo ese centro penitenciario y se convirtió en un pran con influencia nacional, lo que no le impidió seguir cometiendo delitos y asesinatos. Carlos Nieto Palma, coordinador general de la ONG Una ventana a la Libertad, dijo que “Wilmito” fue el primer preso que conoció hace 10 años con tanto poder.

En febrero, “Wilmito” y su familia resultaron heridos cuando les dispararon en una playa de Margarita, donde se encontraba gracias a un beneficio de Régimen de Confianza que le otorgó la ministra Iris Varela.

“El Yoifre”. En estos 10 años de pranato que iniciaron en Venezuela desde 2006, el nombre de Yoifre Francisco Ruíz Estanga, alias “El Yoifre”, salió a la luz pública cuando lideró el motín en Rodeo II desde el 12 de junio de 2011 que se extendió por casi un mes y que dejó 23 fallecidos y 70 heridos. “El Yoifre”, junto con su par Yorvis Valentín López Cortés, “El Oriente”.

“El Oriente”. Yorvis Valentín López Cortés, conocido como “El Oriente”, tiene antecedentes por robo desde 2003. El 12 de julio de 2007 fue detenido por funcionarios del Cicpc por estar involucrado en el secuestro de un comerciante y de una mujer. Desde ese entonces estuvo recluido en El Rodeo II. Cuatro años después, el delincuente, junto con su colega “El Yoifre”, lideró el motín en ese centro penitenciario y, antes de finalizar el conflicto, burló los controles de seguridad y se fugó. Un mes después fue recapturado.

“El Conejo”. El paso de Teófilo Rodríguez Cazorla, conocido como “El Conejo”, por el penal de San Antonio en la isla de Margarita, fue su trampolín para ascender en el mundo del crimen organizado. No sólo llegó a controlar el centro penitenciario, sino también el tráfico de droga en todo el estado Nueva Esparta. Fue asesinado a tiros la madrugada del 24 de enero en Porlamar y, al día siguiente, los presos de la cárcel que lideró protestaron en contra del homicidio mostrando su arsenal de armas.

“Niño Guerrero”. Héctor Guerrero Flores, “Niño Guerrero”, es uno de los pranes con más renombre debido al control que ha tenido en el Centro Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón, y por sus fugas de la prisión. Tiene antecedentes desde 2005 por los delitos de homicidio y robo cuando era el jefe de una banda delictiva que mantenía el control en la región aragüeña. Su nombre sonó más en septiembre de 2012 cuando fuentes extraoficiales vincularon a la actriz Jimena Araya “Rosita”, con la fuga del líder del penal.

1.600.000 venezolanos, equivalente a 4,28% de la población, han emigrado durante los últimos 15 años, de acuerdo con una investigación de la Universidad Simón Bolívar. Estados Unidos y España concentran 80% de los emigrados, aunque la presencia de connacionales se extiende a casi 85 de los 196 países del mundo.

Iván de la Vega, investigador de la USB, ha catalogado esta diáspora como una grave hemorragia intelectual para el país, ya que más allá de la cantidad de compatriotas que se han ido, de la Vega destaca el elevado nivel de preparación académica de estos venezolanos. Desde el punto de vista cualitativo, esta pérdida de capital intelectual es incuantificable.

De acuerdo con el Pew Research Center, en Estados Unidos están registrados 260.000 venezolanos cuya media de edad oscila entre los 32 años; en cuanto a su nivel de educación, 15% completó el bachillerato y 51% son profesionales. 70% habla inglés y 55% optó por solicitar la nacionalidad estadounidense.

España es el segundo destino elegido por 200.000 venezolanos; le sigue Italia con 150.000. En Colombia se calcula que residen 34.000 connacionales. Panamá es otro país receptor de venezolanos, se estima que han emigrado alrededor de 24.000 personas.

¿Por qué se fueron? La inseguridad, la precariedad del empleo, la inflación, la escasez, el deterioro de los servicios públicos y la persecución política, se hallan entre las razones comúnmente esgrimidas para comprar un ticket de avión que, en muchos casos, no tiene fecha de retorno.

“La calidad profesional del venezolano que está emigrando se está convirtiendo en un problema que va a impactar de manera negativa al país en los próximos 10 o 15 años”, afirma de la Vega. ¿Regresarán esos compatriotas? El investigador destaca que 96% de los venezolanos que emigran no tiene planes de regresar.

Se calcula que 110 toneladas métricas de cocaína pasan por Venezuela anualmente. El subsecretario de Estado para Asuntos Antinarcóticos de Estados Unidos, William Brownfield asegura que más de la mitad de la droga colombiana toca el territorio nacional antes de partir rumbo a Europa y África.

Desde 2011, Venezuela es considerado el principal puente en la ruta que sigue la cocaína de América hasta esos dos continentes. Además Venezuela es uno de los 3 países que no cumplieron con la lucha antidrogas, tanto en el 2015 como en el 2016, según el informe de drogas del Departamento de Estado. “El Presidente de los Estados Unidos determinó que en 2014 Venezuela había fallado de forma demostrable durante 12 meses en la lucha contra las drogas… Las autoridades venezolanas no persiguen eficazmente al narcotráfico, en parte debido a la corrupción política. Además, los agentes policiales venezolanos carecen del equipo, la formación, y los recursos necesarios para impedir las operaciones de las principales organizaciones de tráfico de drogas”, dice el documento.

Adicionalmente, Venezuela ha sido catalogada como un territorio seguro para los narcos. Durante el gobierno de Hugo Chávez más de una docena de capos de la droga se refugiaron en Venezuela para administrar su negocio y amasar sus fortunas. Todos ellos operaban bajo la protección y con el apoyo de una serie de militares de la Fuerza Armada Nacional y funcionarios vinculados al oficialismo (gobernadores y policías).

La falta de controles por parte del gobierno de Chávez, a las actividades del narcotráfico, se agudizó en 2005, cuando el mandatario ordena el cese de la actividades de la DEA en el país.

Desde entonces cobró fuerza la existencia de un supuesto Cartel de Soles, integrado por oficiales de la FANB. Cinco funcionarios fueron sancionados por el Gobierno de EE UU e incluidos en la lista Clinton por supuestos vínculos con el narcotráfico: Hugo Carvajal, Ramón Rodríguez Chacín, Henry Rangel Silva, Cliver Alcalá y Ramón Madriz.

Se ha conocido de otros casos de funcionarios vinculados al chavismo. Pero ha sido con el gobierno de Maduro cuando ha quedado al descubierto la penetración del narcotráfico en casi todas las instituciones del Estado y los poderes públicos. Suman al menos 13 escándalos que involucran a magistrados del TSJ, parlamentarios, jueces, policías de alto rango y gran cantidad de militares, además de los sobrinos de la primera dama, Cilia Flores, y últimamente, el vicepresidente de la República, Tareck El Aissami.  

Entre 2004-2013, el Tribunal Supremo de Justicia no dictó ninguna sentencia en contra del Gobierno. Esa fue la conclusión a la que llegó un grupo de juristas entre quienes figuran Antonio Canova, Luis Alfonso Herrera, Rosa Rodríguez y Giuseppe Graterol, tras analizar 45.474 sentencias de las salas Constitucional, Político Administrativa y Electoral.  

La investigación encontró que durante casi una década, “nunca se dictó una sentencia que anulara una ley dictada por la Asamblea Nacional en materias consideradas estratégicas para el Ejecutivo; tampoco se censuró ninguno de los acuerdos que emitió la mayoría oficialista del Parlamento”. Pero desde que la AN fue asumida por otra dirigencia política, el TSJ puso manos a la obra. Desde el 30 de diciembre de 2015 hasta febrero de 2017 al menos 49 sentencias ha dictado el organismo en contra del Parlamento.

Con las sentencias que han emitido las salas Electoral y Constitucional, la Asamblea Nacional ha visto vulneradas 77 de las atribuciones que la Constitución le otorga. En otras palabras, 55% de las facultades del Parlamento fue cercenado durante el primer año de gestión de la oposición al frente de ese poder.

Sostienen los juristas que realizaron la investigación, que la sala Político Administrativa, nunca ha cuestionado alguna política pública del Gobierno, como las expropiaciones de industrias, empresas o tierras; ni la intervención del Gobierno en la economía a través de las estatizaciones, los controles de divisas, costos y precios. En relación a las decisiones de la Sala Electoral, afirman que ocho de cada nueve sentencias beneficiaron al oficialismo.

Los hallazgos del equipo liderado por el profesor universitario, Antonio Canova, se publicaron en el libro El TSJ al servicio de la revolución. En el texto se da cuenta de la existencia de un patrón que evidencia la subordinación del Poder Judicial al Ejecutivo: el Gobierno anuncia sus planes y luego el TSJ, con inusitada rapidez, le proporciona el piso jurídico para las medidas que el presidente quiera tomar, al tiempo que desestima, por inconstitucionales, todas las objeciones que se presenten ante el máximo órgano judicial, incluyendo las referentes a los rumores sobre la nacionalidad del presidente.

A Hugo Chávez lo acompañó la suerte del mercado petrolero. Durante buena parte de su mandato, iniciado en 1999, se vivió el ciclo alcista en los precios del petróleo más persistente de la historia. De unos 16 dólares por barril, que se cotizaba el petróleo venezolano en ese 1999, se pasó a picos históricos de casi 130 dólares en 2008, lo que se tradujo en la mayor bonanza petrolera vivida por Venezuela.

Durante cinco años consecutivos, entre 2004 y 2008, el crudo venezolano se elevó desde un promedio de poco más de 30 dólares hasta el promedio de casi 89 dólares en 2008, lo que permitió al Gobierno elevar el gasto público, disparar las importaciones con un dólar barato y costear la política de expropiaciones, entre otras acciones. En 2012 el precio se situó otra vez por encima de los 100 dólares por barril.

El resultado de esas fluctuaciones es que Venezuela percibió casi 700 mil millones de dólares sólo por concepto de exportaciones petroleras entre 1999 y 2012. Si el cálculo se extiende a 2015, en esos 16 años de Gobierno chavista el ingreso petrolero llega a 879 mil millones de dólares, según las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV).

Pese a que el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) entre 2005 y 2014 manejó 170 mil millones de dólares, de acuerdo a los datos del ministerio de Finanzas, el aparato productivo del país hoy está semi-paralizado y el Gobierno plantea la necesidad de desarrollar la “economía productiva”.

Al término de la bonanza petrolera el país está sin ahorros. Las cifras del BCV indican que las reservas internacionales apenas rondan los 10.657 millones de dólares, un nivel similar al que tenían antes de la llegada de Chávez al poder, y que en el denominado Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM) apenas hay depositados 3 millones de dólares.

A principios de la década pasada, se reportaron 83.180 casos de dengue, una cifra que se disminuyó en el siguiente año. En 2003, también se dio una disminución en la cantidad de personas que contrajeron esta enfermedad; pero de 2004 a 2007, incrementó notablemente la cantidad de personas afectadas por la picada del mosquito Aedes aegypti.  

Comparando el número de víctimas del dengue de 2003 con el de 2007, hubo un aumento de aproximadamente 300%. En 2008 esa cifra disminuyó, pero creció de nuevo en los dos años siguientes.

En 2010 se alcanzó una cifra récord de casos de dengue en un año: 124.931.

Según cifras de la Sociedad Venezolana de Salud Pública, el número de casos de malaria en el país en 1999 fue mayor a 20.000. Entre 2002 y 2004 se dio un aumento sostenido de la enfermedad, aunque hubo algunos años en los que disminuyó el número de casos de paludismo.

Pero, desde 2008, no ha parado de crecer la cantidad de casos de malaria en el país. Los 136.402 casos del 2015, marcaron el tope en estos 17 años de gobierno chavista. El aumento entre los casos de malaria de 1999 y 2015 es de 630%, es decir, por cada 10 personas que sufrieron malaria en 1999, hoy la sufren 63 ciudadanos.

Además de estas enfermedades, en Venezuela han aparecido algunas más. La llegada del chikungunya y el zika, el resurgimiento de la escabiosis –popularmente conocida como sarna– debido a la escasez de jabón y agua, el síndrome de Guillain-Barré y la Fiebre Hemorrágica Venezolana (FHV), conocida también como guanarito y que suele diferenciarse del dengue por algunas características.

‘El Legado’ que ha dejado Chávez en materia de salud pública parece ser bastante claro: el país de las siete plagas.

Las políticas de Chávez también han afectado al aparato productivo de todo el país en sus diversas ramas. Esto no es de extrañarse si se analiza el conjunto de medidas que fue tomando a lo largo de su gobierno, desde las expropiaciones hasta los controles (precios, cambiario, entre otros) pasando por las constantes amenazas a la propiedad privada.

Nicolás Maduro, heredero del difunto expresidente venezolano, se ha esforzado por mantener ese legado desde que llegó a Miraflores con: devaluaciones del bolívar, mayor control de precios, leyes como la ‘Ley de Precios Justos’, recorte en la asignación de divisas y una ofensiva contra una presunta ‘guerra económica’, un suceso que parece estar solo en la mente de los gobernantes herederos de ‘El Legado’.

“Estamos frente a una ley que para lo único que sirvió fue para asfixiar, exterminar y hacer desaparecer las empresas privadas y las fuentes de empleo en Venezuela”, dijo en el 2014 el director de Consecomercio, Gilberto Gudiño Millán, al referirse a la Ley Orgánica de Precios Justos.

De acuerdo con información de Infobae, en el 2014, tras la aprobación de esta ley, quebraron 77.839 empresas —desde pequeños comercios hasta medianas empresas— en todo el territorio nacional. Sobre esto, Gudiño también afirmó que de las 374.000 empresas que quedaban en el país para ese año, 90.000 estaban en riesgo de cerrar durante los próximos meses. Cada mes de este año, 6.487 empresas, en promedio, cerraron sus puertas.  El año 2015 no fue distinto: 58.000 empresas más cerraron sus puertas ante la agudización de la crisis general que se vive en el país, según cifras del Instituto Nacional de Estadística.

Entre 2000 y 2010, se dieron, aproximadamente, 700 cierres anuales de industrias, según Fedecámaras.

Específicamente en el sector industrial, al menos 15 mil empresas han cesado sus labores durante los últimos 17 años. Para 1999, año en el cual Chávez asumió las riendas del país, existían entre 17.800 y 19.000 empresas, pero a sol de hoy, en marzo de 2016, la cifra no llega ni a 5.000, lo que significa una reducción de más del 300% durante el período del chavismo, todo esto según cifras de la directiva nacional de Consecomercio.

En 2014, Venezuela se ubicó como el peor país latinoamericano para crear una empresa, de acuerdo con un informe publicado por el Banco Mundial. En general, la economía venezolana ocupó el lugar 187 de las 189 economías que estudia esta institución para realizar la publicación.

En otras palabras, Venezuela es el tercer peor país del mundo para crear una empresa, detrás de Haití, Honduras y Bolivia, entre otras naciones tradicionalmente paco industrializadas.

VIDEO:  Los 13 récords mundiales del «comandante galáctico»

 

 

La patria ida y olvidada, por Ramón Hernández

Emigraciónvenezolana

Las cifras son escandalosas, tan grandes como la indolencia del Estado con respecto a los problemas más acuciantes de la ciudadanía y de lo que en Venezuela se le conoce como pueblo. Lo familiares y amigos dicen que son 25.000 estudiantes que desde hace 3 años no reciben su remesa de dólares y 12.000 los pensionados jubilados a quienes el Seguro Social les mantiene retenida la mensualidad. Son parte de la diáspora, de los desalojados y desplazados, pero en peores condiciones: siguen amarrados a la nave madre. Amarrados y a la deriva.

Si quisieran regresar, la obligación del Estado es traerlos o proveerlos de la documentación necesaria para que puedan desenvolverse con autonomía y sin ataduras. Lo injustificable es que se les engañe, que les hagan promesas y nunca se las cumplan. Hay casos de jubilados que han hecho viajar a Caracas con la promesa de que les van a solucionar el problema y después de haberse endeudado han visto empeorar su situación. Los jóvenes no tienen cómo sobrevivir ni cómo reunir para el pasaje de vuelta, sus familiares tampoco; deben subsistir de la caridad, dormir a la intemperie y comer desperdicios. Venezolanos en necesidad.

También los son los 30 millones que no han emigrado y sobreviven a punta de hambre. La indolencia del gobierno es igual o peor. Mientras gasta miles de millones de bolívares en fiestas de Carnaval sin participantes y arrullan las esperanzas con un carnet de la patria que no silencia las tripas, el país va desfiladero abajo. La inflación alimentada por el asedio a la empresa privada, la impresión de billetes sin respaldo, el saqueo descarado de los fondos públicos y la entrega de las riquezas y bienes nacionales a otros Estados por intereses particulares o ideológicos, entre otros genocidios, mantienen al país al borde de la explosión, de convertirse en polvo cósmico. Nunca hubo crisis mayor ni peor en la historia nacional, ni nunca fue tan irresponsable el grupo en el poder, ni tan indolente.

Las últimas cifras indican que ya han abandonado el país cerca de 2,5 millones de personas, mayoritariamente profesionales universitarios, técnicos superiores y jóvenes que han visto el «exilio» como la manera de escapar de la escasez, la inseguridad, la injusticia y la creciente y asfixiante exclusión. Fue su decisión, y son boyas luces que ayudan desde fuera a reencontrar el rumbo, a mantener la calma, a seguir la lucha por la libertad y la democracia. En España, donde residen 7.000 de los pensionados a los que el Estado venezolano les mantiene secuestradas sus pensiones, surgió una iniciativa que es ejemplo de buen periodismo, de solidaridad y de las cosas positivas que somos capaces de hacer: Actualy.es, una página web que dirige Víctor Suárez, buen periodista y mejor amigo. Permuto libro sobre el arte de marear por conversa en tasca en la Candelaria.

Para ti, que sigues aquí, por Gonzalo Himiob Santomé

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Diciembre es un mes de nostalgias. Mucho más en Venezuela, país en el que ya más de dos millones de padres, madres, hermanos, esposos y esposas, hijos y amigos nos han dejado en los últimos años para probar suerte en otras tierras, llevados a ello por el miedo a terminar en la cárcel por alzar su voz contra el oprobio dominante, por la inseguridad, por la grave situación económica que padecemos o sencillamente por sus razones y motivos personales, que tan válidos son en y para ellos, los que se van, como en nosotros y para nosotros, los que nos quedamos.

Mucho se ha escrito sobre la diáspora venezolana, sobre las vicisitudes del exilio voluntario o forzado, sobre la tristeza de la ausencia, sobre la melancolía, los esfuerzos y los afanes de quienes optaron por despedirse dejándonos como testimonio la imagen de sus pasos sobre la “Cromointerferencia de color aditivo” de Cruz Diez, en Maiquetía. Y todo eso está muy bien, pues cierto es que decidirse a empezar desde cero en tierras ajenas requiere de muchos sacrificios y de mucho coraje, pero esa no es la única cara de la moneda. Artículos, poemas y hasta libros enteros se han dedicado a registrar las penas y las alegrías de los venezolanos en el exilio, pero poco se dice de los que acá seguimos, y muchas veces lo que se dice o se escribe viene teñido de incomprensión o se presenta cubierto bajo el halo de la condescendencia, nacida de una postura no siempre positiva, a veces hasta de reproche, como si mantenerse por propia voluntad en la tierra que nos vio nacer, y luchar en ella por ella, fuese, dadas las circunstancias, una estupidez o un acto de insalvable locura.

Pero no es ni una cosa ni la otra. Es un acto de amor y de valentía como pocos, y como tal merece ser reconocido. Por eso he querido dedicar mi última entrega de este año a quienes han decidido, pese a las adversidades, arrostrar esta tormenta desde adentro, sin soltar el timón de este navío, que no desde otras costas u orillas. Ello, sin hacer distinciones maniqueas entre los que estamos y los que no están, sin demeritar ninguna decisión personal, y partiendo de la base, que a veces se nos olvida, de que ciudadanos de este país somos todos, independientemente del lugar en el que nos encontremos, y de que tan válida es la pelea y los esfuerzos de los unos, de los que se fueron, como de los otros, los que nos quedamos.

Aquí estamos, tú y yo, que nos quedamos. Buscando la manera de que diciembre no nos pase por debajo de la mesa, tratando de hallar paz, tranquilidad y alegría en un espacio en el que el poder se ha encargado sistemáticamente de dinamitarlas, tratando de que nuestros hijos se mantengan lo más al margen posible de las oscuridades que nos rodean y de que, como nosotros lo aprendimos en su momento, ellos también aprendan a amar a Venezuela, sirviéndonos para ello de la magia que aún guarda, especialmente en esa naturaleza indomable que se mantiene ajena a los desatinos humanos y que ha permanecido intacta ante los ataques de aquellos que la ven sólo como un tesoro para dilapidar a placer. Nos contentamos con poco, con menos hallacas, pero hallacas al fin, con nuevas y creativas recetas de ensalada de gallina que no involucren mayonesa, que no se consigue o se consigue carísima, con un pan de jamón que no se parece mucho al que disfrutábamos cuando muchachos, pero que monta el paro, y con el pernil que podamos hallar en cualquier oportunidad. El arbolito es un lujo, pero no va a faltar en casa, así que ya no compramos aquel que rozaba nuestro techo sino uno más modesto, pero el cariño con el que se lo decora es el mismo. Si aún más pequeño, resulta demasiado costoso, nos las arreglamos con un pesebre viejo que desengavetamos o con cualquier otra idea imaginativa que, sobre todo a los ojos de los pequeños, nos recuerde la importancia de estas fiestas y que, pese a la dura cotidianidad, hay símbolos y costumbres que nos trascienden y que nos unen con hilos que ningún abuso puede cortar.

Quizás ya no vamos como antes al estadio a ponerle el alma a nuestro equipo favorito, pues el convite cuesta y significa mucho más de lo que antes costaba y significaba para nuestro presupuesto, y además siempre está sobre el tapete el miedo a que algún malandro te desgracie la vida en la salida, pero seguimos de cerca la temporada y no dejamos de chalequearnos cuando toca. Es parte de nuestra idiosincrasia y contra eso nadie puede. Además, eso nos devuelve a aquellos tiempos mejores, que tenlo por seguro, regresarán, en los que salir de noche era lo normal y seguro, en los que nuestras diferencias no pasaban de las de ser fanático de uno o de otro equipo, sin que eso supusiera enemistad ni odio contra nadie. Es verdad, antes de la llegada al poder de esta tragedia que se llama chavismo había exclusión y desigualdades, pero los venezolanos, contra lo que cuenta la falsa “leyenda negra” que inventan quienes no quieren aceptar que antes Venezuela era mucho mejor que ahora, siempre encontrábamos los espacios para igualarnos, para crecer unidos y para tratarnos todos como hermanos, y esta crisis nos ha servido para recordárnoslo. A final de cuentas de un barco no se puede hundir solo un pedazo, o se hunde completo o no se hunde, y hoy por hoy son muy pocos los que no se han dado cuenta de que para salir de esta pesadilla debemos ponernos de acuerdo todos, sin distinciones, pues el mal de uno es a la vez el mal de todos.

Estaremos también pensando en enero y en sus dificultades. Tomaremos las previsiones del caso y alistaremos nuestras herramientas de lucha y de supervivencia, pero lo haremos porque en lo más recóndito de nuestro ser guardamos la firme convicción de que no le vamos conceder tregua ni le vamos a dar el gusto de la rendición, a quienes quieren arrebatarnos el hogar, la patria, que nos vio nacer y crecer.

Son simples ejemplos cercanos de lo que implica vivir así, sobrevivir así, hoy en Venezuela. Pero también demuestran compromiso, imaginación y coraje, no irresponsabilidad ni locura.

Hoy en la noche, ya pasadas las campanadas y el alboroto, quizás encenderás un cigarrillo y te permitirás el lujo de servirte un trago de aquella botella que te quedó de tiempos mejores. Verás a tus pequeños dormir y pensarás de nuevo, pues es lógica la duda, si vale la pena o no seguir acá, en esta guerra que por momentos luce perdida. Pero estás hecho de madera fina, no lo olvides. Tu voz es la de la selva profunda, la de la mar infinita, la de las cumbres altas y ominosas, y retumba e ilumina como el Catatumbo. Por tus venas corre la sangre de Libertadores, no la de “hombres nuevos” que no son sino invento de quienes quieren, para esclavizarte, hacerte olvidar quién eres y de dónde vienes. Deléitate entonces unos minutos en las estrellas que nos regale la primera madrugada de 2017 y confirma en ellas que, para seguir acá, y para mantener tu fe en nuestra tierra, hay que estar hecho del material especial y luminoso con el que se construye la verdadera valentía. Esa es tu virtud y tu fuerza.

Y tenlo por seguro, pues la historia lo demuestra, que este mal no durará mucho más. Es, como todo en la vida, pasajero, y aunque no lo parezca a veces, todo indica que ya va de salida. No será fácil, pero quizás mucho más pronto de lo que la dura desesperanza y el miedo inducido a veces nos impulsan a creer, tendrás la dicha, el honor y orgullo de contemplar desde tu tierra, desde tu hogar, al que defendiste desde esta trinchera sin haber claudicado, nuestro primer amanecer en libertad en mucho tiempo. Ver salir, desde Venezuela, desde tu casa, como se verá más pronto de lo que se cree, el primer sol venezolano libre, sin miedo, botas, gases ni balas que lo oscurezcan, hecho de oportunidades y de sueños por cumplir, es un privilegio al que no estamos dispuestos a renunciar, porque lo hemos bregado y lo seguiremos bregando en cada espacio que se preste para ello. Por eso mi brindis de hoy es para ti, que sigues aquí.

Lo mereces.

@HimiobSantome

Orden Pía de los Guerreros del Teclado, por Carlos Blanco

twitter

 

Homenaje al tuitero desconocido

Uno de los escándalos de esta hora son los ataques a “los guerreros del teclado”. Serían estos opositores palabreantes, que actuarían como el Capitán Araña, el que embarca a todo el mundo y se queda en la playa, prontos para el verbo y lerdos para la batalla. Peor calificación aún tienen los que lo hacen “desde Miami”, espacio hórrido, lugar donde opinar se ha vuelto prohibido por los que sí librarían terribles batallas desde las trincheras domésticas. “Miami” va desde Cúcuta hasta Siberia, pasando por Washington y Cracovia. “Los que se fueron”, los destinatarios del “regrésate pa’ca a ver si eres tan valiente”.

Severas dudas introduce esa visión. Sus perpetradores estigmatizan la palabra ajena, dicha por “los guerreros del teclado”, como si no fuese esa palabra parte de la lucha, muy práctica, por cierto. No hay inocencia; es la censura a lo disímil.

La repulsa hacia los que escriben en las redes sociales en tono crítico es autoritarismo que intenta construir una hegemonía como la chavista pero en el campo opositor, no por la virtud de las ideas que unos tienen sino por el intento de silenciar a los que tienen otras.

Al despropósito anotado se une otro que produce iguales penas. Se trata de cierto primitivismo que insinúa que todo era más sano cuando no existía el despliegue viral de opiniones e informaciones. Se ignora que ante el ensanchamiento autoritario del régimen venezolano las redes sociales son herramienta esencial de comunicación e información. Por supuesto que hay errores y distorsiones; algunos extremos, pero no hay forma de corregirlos que no sea a través del uso, en forma crítica, de las mismas redes.

La idea orienta, la palabra guía, el lenguaje tiene formidable capacidad transformadora. No se trata de “quedarse” en la palabra sino entenderla como parte del tramado de la lucha por la libertad. El patetismo de los que denuncian a “los guerreros del teclado” es más sorprendente cuando se descubre que para sus ataques usan… el teclado.

Siendo el proyecto chavista de carácter internacional la lucha en su contra también lo es. Por eso, la palabra por la libertad dicha en cualquier lugar del planeta es digna de respeto. Sea nombrada en Miami o Varsovia, en Bobures o Betijoque, por Twitter o por señales de humo.

Con Neruda: “… Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Salimos ganando… [los conquistadores] Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras”.

@carlosblancog

El Nacional

El programa EB-5 de Western Energy ofrece seguridad a inversionistas para que recuperen su dinero

 

La firma norteamericana Western Energy, especialista en inmigración de inversionistas en Estados Unidos por más de 20 años, organizará del 7 al 9 de Diciembre las segundas jornadas informativas para orientar a las familias venezolanas de alto nivel sobre los beneficios del programa EB-5 orientado a inversionista en los mercados de petróleo y gas.

Gregory Neher, CEO de Western Energy Regional Center, con sede en Oklahoma, USA, afirma que su programa EB-5 ofrece una mayor seguridad para los inversionistas a la hora de recuperar su dinero con alta rentabilidad, incluso mas alta que las inversiones en proyectos inmobiliarios. Algunos de los beneficios a destacar son:

  • La inversión en Western Energy funciona como un préstamo a años, para la explotación de pozos petroleros de reservas probadas con las más alta calidad.
  • Rentabilidad anual garantizada del 2%, más la devolución del capital invertido a más tardar en 5 años.
  • El inversionista de Western Energy tienen una posición de primer gravamen, y reciben su capital inmediatamente al vencimiento de su préstamo.
  • La rentabilidad y retorno de capital para el inversionista proviene de la producción y venta diaria de petróleo y gas, lo cual acelera el retorno de capital en un lapso menor a 5 años.
  • El flujo de caja proveniente de la producción de los pozos petroleros en Oklahoma con un vibrante y acelerado promedio de explotación, un nuevo pozo petrolero por mes.
  • Petróleo y gas sigue siendo la principal fuente de energía a nivel mundial y requiere de inversión de capital continuo.

 

Para obtener más información sobre los próximos seminarios de información de la visa EB5 en Venezuela, visite www.wercregionalcenter.com o póngase en contacto con la Dra. Ivory Garcia de la firma EmigraUSA por correo electrónico en emigrausa@wercregionalcenter.com o enviando un tuit a @emigrausa.

Invierta y obtenga su Green Card” el seminario informativo organizado por las firmas norteamericanas @EmigraUSA y Western Energy

greencard

 

“Invierta y obtenga su Green Card” el seminario informativo organizado por las firmas norteamericanas EmigraUSA y Western Energy, especialistas en inmigración de inversionistas en Estados Unidos, regresa a Caracas del 7 al 9 de Diciembre en el Hotel JW Marriott del Rosal.

En su segunda edición el seminario se enfocará en educar a las familias venezolanas de alto nivel sobre los beneficios del programa de inversionista EB-5 versus una visa de estudiante F-1 que permite a niños y jóvenes estudiar el bachillerato o una carrera universidad en Norte América.

El Programa EB-5 que funciona desde 1990 permite a familias venezolanas invertir $ 500,000 en un Centro Regional aprobado por el Gobierno de EE.UU., como Western Energy, con más de 20 años de trayectoria en inversión de petróleo y gas, y así poder obtener la residencia permanente para a padres e hijos menores de 21 años de una misma familia.

El Inversionista EB-5 recibe todos los mismos beneficios que cualquier ciudadano de los Estados Unidos, y la familia conservará estos beneficios y oportunidades para todas las generaciones sucesivas.

 

 

La investigación de EmigraUSA y Western Energy sobre las familias venezolanas ha revelado lo siguiente:

– Quieren tener la certeza de su estatus migratorio por adelantado, antes de mudarse a los Estados Unidos, versus la incertidumbre asociada con las loterías de visados.

– Ven con preocupación el tener que pagar para sus hijos las matriculas infladas para estudiantes extranjeros por parte de universidades en los Estados Unidos.

– El requisito de ser «patrocinado» por su empleador después de la graduación de sus hijos en universidades americanas provoca una desventaja competitiva para los altos cargos.

– Están contentos de participar en programas de inmigrantes inversionistas EB-5, siempre y cuando puedan recuperar el capital invertido, más intereses, durante el mismo período que sus hijos están estudiando en USA.

 

Ivory García, Directora de la firma EmigraUSA LLC, con sede en el estado de la Florida, USA, afirma que el Programa de Visas de Inversionistas EB-5 es una alternativa superior a la tradicional visa de estudiante F-1 por las siguientes razones:

 

Proporciona una Green Card para la familia (padre, madre e hijos menores de 21 años de edad). Esto significa que tanto los padres como sus niños se convertirán en residentes permanentes de los Estados Unidos al mismo tiempo.

Las familias que poseen visas EB-5 pagan una matrícula universitaria más baja en el país, en muchos casos un 70% menor que los estudiantes extranjeros.

Los graduados universitarios con visa EB5 serán automáticamente residentes permanentes, poniéndolos al mismo nivel que los ciudadanos estadounidenses y proporcionándoles una ventaja competitiva sobre otros estudiantes internacionales.

El programa de visas EB5 tiene el mayor porcentaje de aprobación para venezolanos. El 97% de las visas EB5 han sido aprobadas, y solo un mínimo de 3% han sido postergadas o devueltas por proveniencia ilícita de los fondos invertidos.

Las familias con visa EB-5 mantienen la opción de reubicarse permanentemente en los Estados Unidos, o compartir su tiempo entre los Estados Unidos y su casa actual, utilizando su Green Card para visitas ocasionales.

10.000 visas EB5 son asignadas cada año

Entre 2009 y 2013, 72 visas EB-5 fueron otorgadas a venezolanos. Comparado con el número de venezolanos de alto nivel socio económico, existe una gran oportunidad. Aunque China e India actualmente encabezan la lista, se espera que muchos más venezolanos vayan por la ruta EB-5.

Para obtener más información sobre los próximos seminarios de la visa EB5 en Venezuela, visite www.wercregionalcenter.com o contáctelos por el correo electrónico en emigrausa@wercregionalcenter.com, o envíe un tuit a @EmigraUSA.