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Al menos 18 masacres en cuatro años se han producido en el Arco Minero
Desde la creación de la zona especial en 2016, pandillas armadas y fuerzas militares han ejecutado varias matanzas para controlar ese territorio

 

Al menos 18 masacres en cuatro años. Ese es el verdadero resultado del proyecto Arco Minero del Orinoco (AMO), anunciado por Nicolás Maduro el 24 de febrero de 2016.

La idea original del Arco Minero fue del fallecido expresidente Hugo Chávez, quien en 2011 anunció, delante de un mapa que mostraba ante las cámaras de televisión, que esa zona era «de gran potencial y poderío económico».

La idea la retomó y oficializó su predecesor aquel 24 de febrero de 2016, cuando anunció que su régimen exploraría y explotaría los 111 mil kilómetros cuadrados de la zona que dibujó Chávez, rica en oro, cobre, coltán, diamantes, caolín y bauxita.

En aquel entonces, y con la permisividad del gobernador pesuvista de la región, Francisco Rangel Gómez, las minas del estado Bolívar estaban tomadas por pandillas que se encargaban de explotarlas ilegalmente, a costa de un régimen de terror, extorsión, sobornos y asesinatos.

Ese fue el caldo de cultivo para que, a los pocos días del anuncio de creación del AMO, ocurriera lo que se conmemora este mes: la primera matanza perpetrada durante la nueva política del chavismo, la de Tumeremo.

Un antecedente imborrable

Ángel Ignacio Trejo, de 30 años, conversó con su papá en la mañana del viernes 4 de marzo de 2016. Entonces estaba en Puerto Ordaz. Le dijo por teléfono que iría a Tumeremo. Dividía su tiempo entre los estudios de Derecho en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho (UGMA) y el trabajo en el molino de una mina, llamada Atenas.

Esa fue la última vez que hablaron. Desde la madrugada del día siguiente, sábado 5 de marzo de 2016, cuando comenzaron los rumores de que hubo una masacre, su padre no dejó de llamarlo. Nunca tuvo respuesta: Ángel Ignacio fue una de las, al menos, 17 personas asesinadas.

El gobernador Rangel Gómez, aquel 5 de marzo, negó la masacre y atribuyó el rumor a una campaña malintencionada de la oposición. Dos semanas después, investigadores encontraron los cadáveres en una fosa común. La información la confirmó la entonces fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, hoy en el exilio.

Al respecto no ha habido reparación de daños y, por lo tanto, no ha habido justicia. Solo se sabe que el responsable de la masacre fue el jefe de pandillas Jamilton Andrés Suárez Ulloa, conocido como “el Topo”, asesinado por fuerzas gubernamentales dos meses después.

La masacre de Tumeremo fue como abrir la puerta a lo que vendría. En julio de ese 2016, cuatro mineros fueron asesinados en Santa María, municipio Piar. En octubre de ese mismo año, el diputado Américo de Grazia (hoy también en el exilio) denunció otra masacre en la mina Nuevo Callao. Aunque no se confirmó, sí se encontraron varios cadáveres luego, incluyendo el de una mujer embarazada.

Política continuada

2017 fue el último año de gobierno de Rangel Gómez y el primero de Justo Noguera Pietri, quien está en el cargo luego de un proceso electoral fraudulento perpetrado por el chavismo en las elecciones del 15 de octubre de ese año.

Y 2017 también fue el año en el que continuaron las matanzas, ahora perpetradas por el Ejército. Fueron cuatro registradas en total: en febrero, en agosto, en septiembre y en noviembre.

En 2018, testigos de matanzas y pobladores del sur de Bolívar denunciaron que ahora las masacres eran ejecutadas por nuevos actores: guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En mayo de aquel año hubo dos, incluyendo una en la mina Cicapra. Esa vez hubo 20 víctimas. En junio, cinco pemones fueron asesinados en San Luis Morichal (a siete horas en lancha de El Dorado).

Pero las fuerzas militares también asesinaron en el arco minero en 2018. La primera vez fue en febrero. La segunda, en octubre, en lo que se conoció como Masacre de Los Candados. Los testigos culparon tanto al Ejército como a la Guardia Nacional.

El Ejército continuó su política criminal en 2019. Entre el 22 y el 23 de febrero, siete personas, incluyendo indígenas pemones, murieron asesinados tanto en Kumarakapay y Santa Elena de Uairén, consecuencia de las acciones represivas que desataron los militares para frenar la entrada de la ayuda humanitaria por la frontera con Brasil.

Una semana después, en El Pariche, Sifontes, cinco personas fueron asesinadas por el Ejército.

En julio, las masacres salieron del contexto minero y se trasladaron a San Félix. Ese día, con fusiles, cuatro hombres y tres mujeres fueron asesinados en una parada de autobuses. El crimen se le atribuye al jefe de pandillas (o pran, como se le conoce popularmente) “Zacarías”, relacionado con el control de las minas de oro de El Callao.

El 23 de noviembre, un grupo armado mató a balazos a ocho personas en la mina La Caraota, en Ikabarú.

En todos estos casos prevalece la impunidad y la opacidad informativa.

El Estado, su deber

El protocolo de Minnesota, documento de carácter internacional en el que se describe la metodología de investigación de las muertes potencialmente ilícitas o ejecuciones extrajudiciales, explica que una de las características principales de estas violaciones de derechos humanos es  que “la muerte puede haber sido causada por actos u omisiones del Estado, de sus órganos o agentes”.

Además, añade: “La muerte podría ser resultado del incumplimiento por el Estado de su obligación de proteger la vida. Incluye este supuesto, por ejemplo, cualquier situación en que un Estado no ejerza la diligencia debida para proteger a una persona o personas contra amenazas externas previsibles o actos de violencia por agentes no estatales”.

Codehciu exige al Estado venezolano que investigue de manera imparcial las muertes potencialmente ilícitas en las que estén involucrados organismos públicos, como las que ha habido en los cuatro años del Arco Minero; todo eso sin contar la devastación ambiental y el acorralamiento de comunidades indígenas, consecuencia directa de esta política.

Por otro lado, lo exhorta a proteger las vidas de mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes que sufren en carne viva el terror de los grupos irregulares en zonas mineras y de sus propias fuerzas militares.

 

Prensa Codehciu

Maduro lanzó Plan Nacional de Minería 2019

NICOLÁS MADURO REALIZÓ este miércoles el lanzamiento del Plan Nacional de Minería 2019, con el cual la nación recibirá ingresos por 33.000 millones de euros al recuperar todas las empresas nacionales de minería y también con alianzas con diferentes sectores.

La actividad se realizó desde el Palacio de Miraflores, con la participación de la vicepresidenta ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, el ministro del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico, Víctor Cano, y el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez

El Plan Sectorial de Minería contará con una inversión de 7.700 millones de euros. Tiene fijada la meta de recuperar al 100% las empresas mineras de Venezuela y sellar 50 alianzas con la minería mediana y grande. 

Además se estrecharán 2.100 nuevas alianzas con la minería artesanal. Entre otras metas está la recuperación de 25.000 hectáreas para la explotación minera y la sustitución al 100% del uso del mercurio en la minería, mediante técnicas de bajo impacto ambiental.

 

Maduro resaltó que el proyecto le dará prioridad de explotación a 13 minerales como el oro, el coltán, bauxita, diamante, granito entre otros.

 

Mencionó como metas futuras la explotación de 80 toneladas de oro al año, 1.000.000 de quilates de diamantes, 12.000 toneladas de níquel y 35.000 toneladas de coltán.

El Presidente instruyó a Delcy Rodríguez, dar seguimiento al Plan Sectorial de Minería con un equipo de fiscales y supervisores con el fin de emitir alertas y hacer correcciones en el desenvolvimiento de la estrategia.

 

«Este motor minero de la Agenda Económica Bolivariana, adquiere una importancia, grandísima, en lo que resta del año 2019 y en la proyección del año 2025 porque es una generación de riqueza para nuestro país. Tenemos que producir riquezas efectiva para invertirla en la vida del pueblo, en el desarrollo económico, social, en el expansión de Venezuela, la recuperación del país», dijo Maduro. 

 

*Con información de Banca y Negocios y ORC Consultores

Entre mafias y ecocidio: Los 3 grandes hallazgos de Arcominerodelorinoco.com

ArcoMinerodelOrinoco

 

Al sur del río Orinoco, en una extensión de 111.843 kilómetros cuadrados (mayor que el territorio de Bulgaria, Liberia o Cuba) en el estado Bolívar, yacen las riquezas minerales más grandes de Venezuela y una de las más importantes del mundo. Oro, diamante y coltán reposan en las entrañas del Macizo Guayanés desde hace millones de años.

En febrero de 2016, el presidente Nicolás Maduro decretó ese territorio como Zona de Desarrollo Estratégico NacionalArco Minero del Orinoco, una idea que Hugo Chávez, su predecesor en el cargo, había anunciado al país en 2011.

La iniciativa de Maduro surge como un intento desesperado por llenar las arcas de la nación y remontar la caída de los precios del petróleo. La riqueza insuficientemente explorada de los yacimientos de minerales son el aliciente ofrecido a inversionistas nacionales y extranjeros, que se apresuraron a constituir empresas de maletín para obtener mayores ventajas de esta nueva oportunidad de hacer negocios con el Estado. Para el financiamiento del proyecto de minería a gran escala el gobierno venezolano aseguró haber convocado a 150 empresas venezolanas y extranjeras, pero apenas 16 han formalizado convenios y se han creado cuatro empresas mixtas, de las cuales solo una tiene presencia visible en la zona oriental del Arco Minero del Orinoco.

Los más directamente afectados son los pueblos indígenas que desde tiempos ancestrales ocupan el territorio intervenido, así como los ecosistemas de interés mundial, pues el Arco Minero del Orinoco es parte de la Amazonia. El proyecto avanza sin que se hayan elaborado los correspondientes estudios de impacto ambiental y sociocultural.

Pero el intento de Maduro de sustituir la renta petrolera por la renta minera para paliar la profunda crisis económica y social que sufre Venezuela tiene un primer gran obstáculo: el tiempo. Transcurrido año y medio después de la creación del Arco Minero del Orinoco, los ingresos adicionales que el gobierno espera obtener de las minas siguen enterrados en el subsuelo. Y, mientras tanto, la industria petrolera se ha derrumbado el extremo de que la producción en 2017 disminuirá casi 10% en relación con el año anterior y se ubicará en niveles de hace 23 años, según cálculos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Tres años de recesión sin precedentes han contraído la economía en 10%. Una inflación descontrolada(la más alta del mundo según algunas empresas consultoras) golpea a los venezolanos. La gente hace cola no sólo para comprar comida, sino para encontrarla en la basura. Los medicamentos esenciales escasean. El descontento popular se manifestó en las calles en un proceso insurreccional que sumó 121 muertos en un lapso de cuatro meses. La respuesta del Estado se concentra en la represión y en un cambio de las reglas del juego democrático a través de una fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente que persiste en anular los contrapesos institucionales.

Arcominerodelorinoco.com es un especial realizado por Efecto Cocuyo en alianza con OCCRP y difundido por CONNECTAS gracias a un acuerdo de difusión de contenidos

Los reporteros visitaron el Arco Minero del Orinoco y constataron que, en vez de prosperidad, se ha incrementado el delito. La autoridad del Estado venezolano ha sido sustituida por la crueldad extrema de los grupos de delincuencia organizada -o pranes- enquistados en la zona, los cuales se benefician de la minería ilegal e imponen sus reglas a sangre y fuego. La deforestación y el uso del mercurio en la actividad minera que se continúa desarrollando caóticamente causan estragos ambientales y violan el derecho a la tierra de 198 comunidades indígenas, algunas de las cuales han rechazado rotundamente el cianuro como alternativa supuestamente ecológica promovida por el gobierno.

Al día de hoy, el Arco Minero del Orinoco quedó reducido a una inviable promesa gubernamental de reinvertir la renta minera en beneficios para los sectores más empobrecidos de la población.

Algunos hallazgos:
1. Una mafia disfrazada de sindicato controla el yacimiento de oro más grande de Venezuela

Humberto Martes lleva oro hasta en los dientes. Siete gruesas cadenas guindadas en el cuello que terminan en medallas, seis con las letras iniciales de su nombre y la séptima con el rostro de Jesucristo en alto relieve. En la muñeca de su mano izquierda un reloj dorado y en la derecha una gruesa pulsera que se une con una cadena a un triple anillo. Prendas parecidas luce el menor de sus 24 hijos, de apenas 11 meses de edad.

Martes es una especie de representante político del pranato -nombre por el que se conoce a quienes dirigen las bandas criminales en Venezuela- que, bajo la figura de sindicato, se ha consolidado en Las Claritas, la población aledaña al yacimiento  de oro Las Brisas-Las Cristinas, el más grande de Venezuela.

Se presenta como benefactor de la comunidad: “Yo atiendo bien a todo el mundo y los ayudo en lo que pueda. Por ejemplo, aquí todos los jueves se hace una buena sopa de pescado y se le da a todo el que llega”, dice Martes a las puertas de su residencia.

Y también habla de alguna de las funciones que ejerce: “Aquí todo el mundo tiene que contribuir para que nosotros podamos mantener el orden. Como tú has visto, yo no paro”, comenta en relación con las rondas que hace por Las Claritas para recaudar “la vacuna” que deben pagar todos los comerciantes del pueblo, especialmente los que compran oro.

El pranato de Las Claritas impone sus propias reglas, actúa impunemente, administra las minas como si fueran de su propiedad y las autoridades civiles y militares no interfieren en el imperio que ejerce en la zona.

Precisamente en Las Brisas-Las Cristinas, donde se supone que yacen más de diez millones de onzas de oro y 1,5 millardos de libras de cobre, el gobierno pretende desarrollar el proyecto más ambicioso del Arco Minero del Orinoco, a través de la empresa mixta Siembra Minera. El pranato emerge como un enorme escollo.

2. Las Brigadas Socialistas Mineras nacen intoxicadas con mercurio

Letra muerta. El decreto que prohíbe el uso del mercurio en la explotación del oro, que fue suscrito por el presidente Nicolás Maduro el 5 de agosto de 2016, es letra muerta para  los pequeños mineros del sector La Ramona, en El Callao.

“No hay cambios en la forma en que hemos trabajado desde siempre. Seguimos picando rocas en los barrancos, trasladando el material a los molinos y usando mercurio para separar el oro”, aseguró Misael Reyes, en abril de 2017.

Alexis Chaurán, vocero de la Asociación de Mineros y Molineros Revolucionarios de La Ramona, agrega: “Nosotros seguimos trabajando de la manera tradicional, con mercurio. Si eliminamos el mercurio, ¿cómo extraemos el oro? El decreto de prohibición del mercurio no se ha cumplido, porque es el Estado el que tiene que ofrecer las alternativas. Y mientras tanto la pequeña minería no se va a paralizar. Si prohibimos el mercurio eliminamos la pequeña minería y 80% de los habitantes de El Callao viven de la pequeña minería”.

Sin embargo, el Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico ha insistido que el total de 3.932,10 kilogramos de oro supuestamente extraído del Arco Minero del Orinoco en los últimos 15 meses es un “oro limpio”, que no ha causado daños a las personas ni al ambiente.

Algunas comunidades indígenas han rechazado el uso del cianuro como alternativa al mercurio. En noviembre de 2016, los pemones de la localidad Araimatepuy, la más cercana al yacimiento de oro más grande del país (Las Brisas-Las Cristinas), lograron paralizar, con sus arcos y flechas, la construcción de la planta de cianuración Sarrapia, que promovió el gobierno.

3. BCV no registra oro extraído del Arco Minero del Orinoco

El Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico ha reportado la extracción de un total de 3.932,10 kilogramos de oro del Arco Minero del Orinoco y su inmediata venta al Banco Central de Venezuela. Sin embargo, el instituto emisor no registra esas transacciones.

En noviembre de 2016, el para entonces ministro Jorge Mirabal, le entregó al presidente Nicolás Maduro el primer lingote de oro, como parte de un cargamento de 400 kilogramos supuestamente producidos en el Arco Minero durante un lapso de 6 meses. Ello equivale al doble de la producción de oro en todo el año anterior. El Ministerio de Petróleo y Minería registra un descenso sostenido entre 2006 (14,76 toneladas) y 2015 (0,55 toneladas).

Otros 7 anuncios similares se hicieron durante la gestión de Jorge Arreaza (ahora canciller), quien reportó un total de 3.007,68 kilogramos de oro, valorado en 120 millones de dólares. Y más recientemente, el 31 de agosto de 2017, el actual ministro Víctor Cano anunció que la pequeña minería de Bolívar aportó otros 524,42 kilogramos de oro a las arcas del Banco Central de Venezuela.

En abril de 2017, el BCV suspendió la publicación de estadísticas sobre compras internas de oro por mes. En todo caso, los registros del instituto emisor no coinciden con los anuncios realizados desde el Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico. En noviembre de 2016 del BCV reportó 0,32 toneladas y en diciembre de ese año 0 toneladas. Respecto a 2017, el instituto emisor  informó que no hubo compras en enero, en febrero 0,02 toneladas, en marzo 0,01 y en abril 0,01.

Lea más en: Arco Minero del Orinoco: crimen, corrupción y cianuro

5 cosas que debe saber sobre el coltán

Captura de pantalla 2015-03-02 a las 17.43.48Foto: Joseph Poliszuk

Fuente: Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (The International Consortium of Investigative Journalists)

  1. Es usado por casi todo el mundo – en los teléfonos móviles, los carros eléctricos y una amplia gama de dispositivos electrónicos de consumo; en equipos ópticos y médicos. Mientras surjan nuevas tecnologías y producción de nuevos dispositivos, la demanda crecerá. No hay ningún sustituto actualmente.

 

  1. La capacidad del coltán para sostener y mover señales eléctricas, y su capacidad conductiva en temperaturas extremas, lo hace ideal para los controles de orientación de las bombas inteligentes. Los analistas de seguridad dicen que es un mineral estratégico.

 

  1. La guerra de este mineral en África Central suple cerca de un cuarto del mercado mundial, mientras la producción disminuye en Australia, líder mundial anterior. La mayoría del coltán centro africano se considera un mineral de conflicto porque las zonas mineras están controladas por grupos armados y el crimen organizado. Lo mismo sucede en América del Sur, donde se encuentran las fronteras de Colombia, Venezuela y Brasil, y donde han encontrado grandes reservas de coltán.

 

  1. No existe una manera sencilla de mantener el conflicto del coltán fuera de la corriente de minerales legítimas utilizadas por los fabricantes. No tiene «geo-huellas» como los diamantes de conflicto.

 

  1. Controlar el flujo de coltán implica una acción integral de los gobiernos, la industria y los activistas. Pero es difícil: las empresas estadounidenses y europeas estan contemplando la certificación del coltán, pero como los fabricantes en China y la India utilizan la mayor parte de la oferta mundial, los esfuerzos de certificación fracasarán si esos países no participan.

Para ver el trabajo original, haga clic en la imagen:

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Zonas donde hay Coltán en la frontera amazónica:

Fuente: Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (The International Consortium of Investigative Journalists)

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