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Médicos sin Fronteras presta apoyo médico y psicológico en comunidad fronteriza del Táchira
Entre agosto de 2021 y abril de 2022, la organización ha realizado y apoyado 2.316 consultas médicas y 92 consultas psicológicas

 

Desde el mes de agosto de 2021, Médicos Sin Fronteras brinda apoyo médico y psicológico en el ambulatorio local en la Comuna Socialista de Guadalupe, una comunidad fronteriza con Colombia en el estado Táchira, para hacer seguimiento a los casos relacionados con ansiedad, estrés y depresión.

Al principio, la organización dictó talleres de primeros auxilios psicológicos a personal médico y no médico, para que cualquier persona fuese capaz de reconocer síntomas relacionados a una crisis psicológica y pudiese brindar al menos una primera contención. Luego, el personal desarrolló e implementó una estrategia para que quienes tuvieran síntomas relacionados con trastornos mentales, pudiesen recibir atención integral a través de consultas médicas, seguimiento regular con psicólogos y medicamentos psiquiátricos en caso de ser necesario.

“Existen diferentes tipos de factores de riesgo que están altamente relacionados con los diagnósticos psicológicos identificados: condiciones médicas como antecedentes de trastornos mentales o de suicidio; situaciones de violencia, como haber sido testigos de hechos violentos o haber sufrido un acto de violencia sexual o un desplazamiento forzado; separaciones o pérdidas a causa de la migración, pérdidas de ingresos económicos y desastres naturales como inundaciones o incendios”, explicó Victoria Caro, referente médica de MSF en el estado Táchira.

Caro añadió que “implementar el componente de salud mental en la comunidad ha traído inmensos beneficios. En un muy corto período de tiempo, logramos atender a pacientes que venían principalmente por causas relacionadas con depresión y ansiedad». 

Entre agosto de 2021 y abril de 2022, la organización ha realizado y apoyado 2.316 consultas médicas y 92 consultas psicológicas. Además, ha capacitado a 405 adultos y 179 niños y adolescentes a través de sesiones psicoeducativas y ha hecho 94 sensibilizaciones a través del equipo de promoción a la salud mental.

Victoria Caro afirmó que las autoridades tienen la voluntad de atender el componente de salud mental; sin embargo observan muchas dificultades, especialmente en las comunidades fronterizas, para acceder a este servicio. 

“Los centros de salud requieren más personal y a su vez este necesita capacitaciones e insumos para trabajar. En este sentido, creemos que es importante que otras organizaciones que trabajen en el área de salud mental, puedan asistir a estas poblaciones vulnerables”, finalizó Caro.

Suicidios en niños y adolescentes en Venezuela se incrementaron 800% entre 2014 y 2019
Mientras que en 2014 la ONG Cecodap registró 11 suicidios en este grupo etario, en 2019 la organización obtuvo reportes de 88 casos. El Observatorio Venezolano de la Violencia encontró que entre enero y junio de 2020, 19 niños, niñas y adolescentes sufrieron muertes  autoinfligidas
El análisis de las estadísticas de 2020 del Servicio de Atención Psicológica de Cecodap, evidencia un incremento de las alteraciones del estado de ánimo y el riesgo suicida en adolescentes en el contexto pandémico

 

@GitiW

 

En mayo de 2020, a pocos meses de comenzar el confinamiento por la llegada de la pandemia de COVID-19 a Venezuela, y de la suspensión de las actividades académicas presenciales, al menos cuatro niños, niñas y adolescentes se quitaron la vida. Uno de ellos fue Miguel, a quien su madre encontró sin vida en su cuarto. El niño sólo tenía 10 años.

Desde que en 2014 el gobierno de Nicolás Maduro prohibiera la publicación del Anuario de Mortalidad, en Venezuela no hay registro público de cuántas personas mueren por suicidio.

Son organizaciones de la sociedad civil como Cecodap -una ONG venezolana fundada en 1984, dedicada a la promoción y defensa de los derechos humanos de la niñez y adolescencia-, y el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), las que se han dado a la tarea de recopilar datos e informar sobre un fenómeno que, además de ser un problema de salud pública, también puede considerarse como un flagelo de carácter social. 

“La precarización de las condiciones de vida no sólo ha incrementado la violencia directa y estructural, sino también la violencia de los individuos hacia ellos mismos”, concluyó el OVV en su informe de 2020 sobre la tendencia suicida en el país. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es una de las principales causas de mortalidad en la población más joven en todo el mundo. De acuerdo con los datos de la organización, cerca de 800 mil  personas se suicidan cada año. Se trata de la segunda causa de muerte en la población entre 15 a 29 años de edad. Se sabe, además, que el 79% de los suicidios que ocurren en el mundo tienen lugar en países de ingresos bajos y medianos. 

En su informe sobre el suicidio infantil 2021, presentado el 9 marzo de 2021, Cecodap evidenció un incremento significativo de estos sucesos: en 2014 se reportaron 11 casos de suicidio de niños, niñas y adolescentes; en 2015 fueron 14; en 2016 se elevó a 17 casos, y en 2017 el informe señaló que habían ocurrido, al menos, 34. No se ofrecen estadísticas del 2018, pero en 2019 la organización obtuvo reportes de 88 casos. 

De esos datos se desprende que el incremento de los suicidios en la niñez y adolescencia en Venezuela es de 800% en cinco años. Por su parte, el OVV encontró que entre enero y junio de 2020, 19 niños, niñas y adolescentes sufrieron muertes  autoinfligidas. 

Las dos ONG realizaron una investigación hemerográfica sobre los reportes de suicidios de niños, niñas y adolescentes, y hallaron que en promedio se reportó un suicidio infantil y adolescente al mes durante 2019 y el primer semestre de 2020. 

 

Estos datos contrastan con el registro propio de ambas organizaciones, por lo que suponen que hay un importante subregistro de estos casos en la prensa nacional, bien por falta de acceso a la información, o debido a la autocensura a la hora de informar sobre estos hechos. Cecodap advierte que la falta de reportes periodísticos puede estar jugando un papel en la invisibilización de los suicidios de niños, niñas y  adolescentes.  

Entre 13 y 15 años es la mayor incidencia

 

El informe 2021 de Cecodap y el OVV revela que la edad de las víctimas osciló entre los 10 y 17 años, y que la mayor incidencia estuvo entre los 13 y los 15 años. 46,2% de los casos corresponden a niñas, mientras que los varones representan 53,9%. “La población de mayor riesgo es la de los varones de 13 años de edad y las mujeres de 14 años”, apuntó el estudio. 

 

Miguel, un niño de tan sólo 10 años, es el caso de menor edad del que se tiene registro. Notas de prensa que reseñaron el suceso indicaron que el detonante de la acción suicida sería un conflicto familiar. 

Justamente, Cecodap halló que el conflicto familiar aparecía como la principal causa de la acción suicida. Las alteraciones del estado de ánimo, entre ellas la depresión y la ansiedad, aparecen también como causas en las reseñas periodísticas. 

Estos hallazgos coinciden con lo observado por el Servicio de Atención Psicológica (SAP) de Cecodap, llamado Crecer Sin Violencia. Las estadísticas de 2020 son abrumadoras: entre enero y junio del año pasado, 31% de las personas que acudieron a consulta lo hicieron por alteraciones del estado de ánimo y, de ese total, 20% presentó ideación y riesgo suicida.  

76% de los casos que atendió el SAP fueron de niños, niñas y adolescentes, siendo 52% de niños y 24% de adolescentes. El resto, 24% de los casos, fueron adultos cuidadores o familiares de los niños. 

Desde el inicio de la pandemia, la OMS ha alertado sobre los graves efectos del confinamiento en la salud mental de las personas. Especialistas en el área han advertido que las secuelas emocionales de la pandemia han creado “una tormenta perfecta para que aumente el riesgo de suicidio”. 

En el contexto venezolano, hay varios instrumentos legales que establecen el derecho a la salud mental, entre ellos están la Convención de los Derechos del Niño, y la Ley Orgánica para la Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna). Pero más allá del negro sobre blanco, ambas ONG cuestionan en su informe la ausencia de acciones del Estado venezolano para garantizar el derecho a los niños, niñas y adolescentes al disfrute de la salud mental. 

Destaca el informe que, en dos de los casos reportados, la presunta causa del suicidio fue la depresión asociada con el cambio de rutina que trajo el confinamiento impuesto por la pandemia de COVID-19. “El dato coincide con el análisis de las estadísticas del SAP, en las que se aprecia un incremento de las alteraciones del estado de ánimo y el riesgo suicida en adolescentes en el contexto pandémico”, señaló el estudio. 

Falcón con 19,2% y Guárico con 15,4% fueron los estados venezolanos con mayor reporte de suicidios entre 2019 y el primer semestre de 2020. Otros  estados que tuvieron una alta incidencia fueron Lara (11,5%), Distrito Capital, Anzoátegui, Mérida, Miranda y Nueva Esparta  (7,7%). 

Los objetos para producir asfixia mecánica fueron los que con más frecuencia niños, niñas y adolescentes emplearon para el suicidio, pues son herramientas que se elaboran con objetos comunes y que están a su alcance dentro del hogar. De acuerdo con los datos recogidos por las ONG, el lugar con mayor incidencia de suicidios es el hogar donde residen las víctimas (61,54%). 

Lo que no dicen los reportes de prensa

 

La revisión hemerográfica de Cecodap halló que la fuente empleada por los periodistas para la publicación de la noticia de un suicidio en la niñez o adolescencia, suelen ser fuentes policiales que declaran de forma extraoficial. Sólo en seis de los registros periodísticos, el reportero hizo mención a otra fuente de información. La familia apareció como referente en el 23% de los casos. 

Los medios regionales publican con mayor frecuencia notas sobre suicidios infantiles, mientras que los medios con cobertura nacional hacen poco seguimiento a estos sucesos. Todos los casos que formaron parte de la muestra fueron publicados por medios nativos digitales, o que migraron al ámbito digital. 

Un aspecto que llamó la atención de los investigadores fue que las notas periodísticas carecían de detalles clave que respondieran las interrogantes básicas de toda noticia. 

“Si bien es cierto que la Lopnna establece determinadas prohibiciones con relación a la identificación de un niño, niña o adolescente víctima, se halló que con frecuencia faltan datos como: nombre de la víctima, grado de instrucción y tipo de institución educativa a la que asistía; ausencia de los padres (por  ejemplo, por migración); antecedentes de violencia; registro de indicios para la investigación policial y tratamiento o  acompañamiento médico. Estos datos son relevantes porque permiten caracterizar el contexto familiar y social y, en  consecuencia, permite tener mejores insumos para el desarrollo de políticas públicas”, afirmó Cecodap en su informe. 

La ONG destacó asimismo que en las notas de prensa no hubo ningún dato relacionado con el tratamiento o acompañamiento psicosocial de las víctimas, pese a que en seis ocasiones se mencionó que había indicios de riesgo suicida como, por ejemplo, intentos previos, cambios de estado de ánimo y cambios de comportamiento. 

Finalmente, el informe alertó sobre la falta de seguimiento por parte de los medios de comunicación a los casos de suicidio en la niñez y adolescencia, a diferencia de lo que ocurre con los homicidios, pues no se encontraron historias que visibilizaran el impacto del suicidio en la familia, amigos de la víctima y en la comunidad.

Aumentan los casos de depresión, pánico e intentos de suicidio en Venezuela
Profesionales alertan que es necesario comunicar las emociones, apoyarse en seres queridos y buscar ayuda profesional ante el aumento de pánico, depresión e ideaciones suicidas en la población venezolana

Psicólogos y psiquiatras sostienen que la salud mental debe ser prioridad como asunto de salud pública durante la alarma sanitaria por la pandemia de COVID-19, en un momento en el que aumenta la ansiedad, el pánico, la depresión y las ideas suicidas conforme se agudiza la emergencia humanitaria compleja.

Venezuela atraviesa una crisis multinivel. El venezolano debe enfrentar duelos continuos, no solo de muertes físicas. La cada vez mayor restricción de acceso a los derechos básicos como la salud y la vida también ocasiona sentimientos de pérdida, lo que genera impactos psicológicos que amenazan la salud mental por sentir que no se tiene el control sobre situaciones complejas, así lo explica la psicóloga y miembro de Psicólogos Sin Fronteras, Siboney Pérez.

La psicóloga informó que en los últimos dos meses hubo un aumento de los casos de depresión, pánico, ideación suicida e intento de suicidio en sus consultas, de las 17 personas que atiende semanalmente, al menos cinco tienen ideas suicidas y dos han intentado suicidarse.

“Ahorita el aislamiento también contribuye con la depresión y la tristeza, eso lleva a que la gente piense que es mejor quitarse la vida. Muchas personas se sienten incapacitadas incluso para pedir consejo y asesorías”, explicó Pérez.

94 suicidios fue el saldo que contabilizó el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) durante el primer semestre de 2020 en el país. A partir de marzo —con el inicio de la cuarentena por COVID-19— los casos aumentaron exponencialmente, en abril hubo 14 suicidios, en mayo hubo 36 y hasta el 29 de junio la organización contabilizó 17 casos más.

El estudio del OVV determinó que 35% de las personas que se quitaron la vida, lo hicieron por motivos vinculados con la emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país, 29% de las personas tenían depresión clínica, y 27% tenía problemas con su pareja.

Los expertos en salud mental señalan que el contexto venezolano es bastante complejo, y por ello requiere que el Estado reconozca que la salud mental de la mayor parte de la población en el país está en riesgo para implementar políticas públicas adecuadas.

*Lea más en Correo del Caroní

Estudio de ARS asegura que la ansiedad es una emoción dominante durante la cuarentena
Una investigación realizada por ARS demostró que 94% de los encuestados tienen compañía durante la cuarentena
68% de las personas que respondieron el cuestionario sienten ansiedad durante la cuarentena

@fefamaya

La agencia publicitaria ARS realizó un estudio, basado en un cuestionario aplicado a 950 personas, que asegura que la ansiedad es la emoción dominante en los encuestados. Adicionalmente, las personas que respondieron el cuestionario indicaron que también sienten aburrimiento, sensación de encierro, tranquilidad y esperanza.  

 La agencia de comunicaciones integradas dio a conocer los resultados de su estudio cuantitativo “En Tiempos de Cuarentena”. La investigación fue realizada con el objetivo de conocer el comportamiento y las emociones de la población durante la cuarentena, por la pandemia de covid-19, e identificar cómo las marcas pueden interactuar con ella. 

La presidente ejecutiva de ARS, Mariana Frías, señaló que la agencia publicitaria decidió hacer el estudio para brindar a sus clientes información sobre lo que está sucediendo y ver cómo las marcas tienen que establecer conexión con sus consumidores. 

“Es importante que las comunicaciones y trabajos de contenidos que hacemos para nuestras marcas tengan relevancia para las audiencias a quién nos dirigimos”, aseguró Frías en una entrevista a Runrun.es. 

“En Tiempos de Cuarentena” fue el resultado de un cuestionario realizado en línea a 950 personas entre 15 y 64 años en siete países de América. El cuestionario contaba con un segmento enfocado en las emociones, otro en el tipo de contenido que se consume, qué  actividades se realizan en conjunto o de forma individual. Seguidamente, se encontraba una sección dirigida a los hábitos de compra y por último un segmento dedicado a la relación de los consumidores con las marcas.

De acuerdo al estudio de ARS, 94% de los encuestados tienen compañía durante la cuarentena, es decir, una de cada tres personas está acompañada. 23% de los encuestados cuenta con el acompañamiento de niños. 

La investigación concluyó que las personas dedican 78% del tiempo de la cuarentena a mantener contacto con familia y amigos. Posteriormente, 73% del tiempo, los encuestados usan las redes sociales para distracción y formación. 

“Los individuos estamos buscando la forma de mantenernos ocupados. Desde cumplir con el trabajo y las responsabilidades, hasta dedicar tiempo al hogar, y luego, buscar distracción y entretenimiento. La gente no quiere sentir que está dejando pasar el tiempo como si nada”, reiteró la presidente ejecutiva de ARS. 

Según los resultados, las plataformas digitales son la ventana al mundo exterior. 95% de las personas que realizaron el cuestionario realiza actividades online y navegan en la red social Instagram con el fin de distraerse.

 

Ansiedad: emoción dominante 

Más del 68% de las personas que respondieron el cuestionario sienten ansiedad durante la cuarentena. Seguidamente, está el aburrimiento con 43% y la sensación de encierro con 42%. 

La comunicadora social, Mariana Frías, aseguró que una de las razones por las que los individuos buscan ocupar su tiempo es por el aburrimiento. 

“Los más jóvenes están aburridos y fastidiados. Más allá de que puedan entender la situación del covid-19, es la edad más evidente para llevar una vida social”, dijo la publicista. 

Foto: «En Tiempos de Cuaretena», ARS.

Frías explicó que en el caso de los adultos medios, estos sienten inquietud y preocupación. Además de ello, tienen una perspectiva de qué va a suceder. Mientras que en las edades más elevadas la búsqueda de ocupación del tiempo está dirigida hacia entretenimiento, aprendizaje y lectura.

 

Consumidores compran pensando en la cuarentena

La investigación indicó que el consumo de los clientes se enfoca en adquirir compras de cuarentena. Según la presidente ejecutiva de ARS, estas compras se concentran en alimentos y productos de higiene. 

De acuerdo con la publicista, la ansiedad es un detonante importante para el consumo de alimentos. Frías explicó que en los hogares con niños se observó un incremento importante en el consumo en productos como cereales y harina de maíz. “Se ve que hay un incremento, principalmente dado porque hay un mayor consumo dentro del hogar”, dijo. 

El estudio realizado por ARS explica que es crítico obtener los insumos necesarios en los horarios permitidos. Adicionalmente, la investigación señala que en Venezuela las compras en puntos de venta tradicionales se realizan una vez por semana. 

Los supermercados son los establecimientos más visitados, seguidamente de las farmacias, abastos y bodegones.

Sin embargo, 70% de los encuestados aseguró que el delivery es el servicio más valorado. 

 

Las marcas deben acompañar a sus consumidores durante la cuarentena

Mariana Frías afirmó que los individuos deben estar en contacto con sus marcas y que mientras más joven es la generación, más necesitan que sus marcas hagan pronunciamientos. 

La investigación hecha por ARS indica que para que las marcas creen una relación inquebrantable en un momento de coyuntura deben verificar su posibilidad de ser útil, crear conciencia y generar entretenimiento. 

Las marcas deben ser como un familiar o un amigo más que acompaña, conecta y distrae. 

Foto: «En Tiempos de Cuaretena», ARS.

Frías señala que las marcas que no cuentan con un producto de primera necesidad, como alimentos o de higiene, tienen que buscar la manera de reinvención de su propuesta dentro del contexto de la pandemia de covid-19. “Si las marcas no se mantienen en contacto con sus audiencias, perderán el contacto que da la visibilidad de la marca”, dijo. 

Esta propuesta plantea cómo deberían insertarse las marcas en el contexto de pandemia. Además de ello, la publicista reiteró la importancia de crear una conexión emocional, entre marca y consumidor, que permita que al levantamiento de la cuarentena tenga algún tipo de rebote en su compra o en su consumo. 

En el caso de las marcas que tienen productos como bebidas alcohólicas y vehículos,  indicó que estas deben encontrar la fórmula para mantener contacto con sus audiencias de actuales o a futuro. 

“ARS está ideando proyectos, que si bien no van a generar la compra y con la regularidad que quisiéramos, que deberían generar el intercambio de empatía y conexión que esos clientes actuales o futuros merecen”, expresó la presidente ejecutiva de ARS. 

 

Descarga aquí la presentación completa de los resultados de ARS.

Venezolanos padecen de ansiedad por la pandemia
La Fundación Rehabilitarte, de Maracaibo, Zulia, destaca que los síntomas de ansiedad y tristeza manifestados por los venezolanos encuestados, también hacen ver la importante necesidad de crear mecanismos de comunicación entre los profesionales de la salud mental y la población

La situación de alarma mundial que causa el covid-19 desarrolla en la población sentimientos de angustia, tristeza y preocupación. Por ello la Fundación Rehabilitarte realizó una encuesta a los venezolanos sobre la salud mental ante la gran cantidad de información recibida sobre esta pandemia en la que registró, entre otras cifras, que 87,4% de los encuestados presenta síntomas psicológicos de ansiedad.

En este sentido, 75,6% señaló que también presentaba síntomas físicos de ansiedad, los cuales pueden ser intranquilidad, inquietud y agitación. Es decir, la rutina por la cuarentena preventiva y la sobreinformación impactan de manera negativa en la salud mental de quienes no están infectados por el virus.

En el informe se destaca asimismo que el distanciamiento social genera tristeza en 79,8% de los venezolanos encuestados, de los cuales 27,4% enfatizó sentirse “gravemente afectado” ante esta medida.

77,4% de la población admitió que la mayor parte del contenido que recibe a diario está relacionada con el covid-19. Eso representa un estado constante de alerta a causa de la sobreinformación.

Preocupaciones

Las preocupaciones de los venezolanos tienen que ver con el agotamiento de recursos como comida, agua, medicamentos y gasolina, pensamiento que afecta a 52,8% de la población.

Otros temas que generan inquietud son los familiares o amigos que están fuera del país, la falta de actividad laboral, los niños y personas vulnerables de la familia, y el sistema de salud local, calificado como grave por los encuestados.

Las conclusiones

«La reiterada información que se recibe hace sentir ansiosa y alerta a la población, por lo que recomendamos aprovechar la atención captada para fomentar mensajes positivos de convivencia, prevención y preservación de su bienestar; además el contexto comunicacional hace fácil propagación de rumores, que generan alarma y ansiedad en la población por lo que hay un trabajo de educación a la población necesaria en la detección de noticias falsas y engañosas«, señala Rehabilitarte.

Destaca que los síntomas de ansiedad y tristeza manifestados por los encuestados también hacen ver la importante necesidad de crear mecanismos de comunicación entre los profesionales de la salud mental y la población, creando canales de asistencia psicológica remota, comprendiendo el contexto y tomando en cuenta líneas bases de información para la asistencia brindada.

«Por otra parte, las preocupaciones frecuentes de la población asociada al agotamiento de recursos hace ver una realidad: el contexto venezolano se encuentra bajo emergencia no solo desde una perspectiva sanitaria, sino desde el ámbito político, social y económico; el Estado debe propiciar y asegurar el acceso a los recursos básicos, como alimentación, agua y servicios públicos, y asegurarlos como derechos fundamentales de la población. Las organizaciones de cooperación internacional deben observar estos problemas y apoyar sobre sus soluciones», destaca.

Advierte que las necesidades manifestadas pueden ocasionar episodios de conflictividad aun mayor en la nación, y que las personas no acaten la cuarentena social por la búsqueda de recursos económicos para su subsistencia.

Finalmente Rehabilitarte indica que «una de las manifestaciones de tristeza en la población está asociada al distanciamiento social, todo esto es congruente con lo que planteó el sociólogo Alejandro Moreno, quien describió que la convivialidad en el venezolano es el verdadero motor de la actividad comunitaria, económica y familiar, todo esto traducido a que el venezolano es un individuo de convivencia; cuando estos elementos fallan por motivos mayores la cotidianidad cambia y se origina una crisis en el modo de vida de las personas, explicando, de este modo la aparición de síntomas de tristeza y anhelos de reencuentro».

La encuesta

500 venezolanos provenientes de Zulia, Táchira, Distrito Capital, Lara, Miranda y Yaracuy respondieron vía online la encuesta cuyos resultados se exponen en el informe La salud mental en la emergencia del covid-19 disponible en la página web de la fundación Rehabilitarte.

¿Están los trastornos de ansiedad realmente sólo en la cabeza de la persona?
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Todos atravesamos por períodos de ansiedad, pues es la manera en la cual el cerebro nos prepara para enfrentar y/o escapar del peligro, o para lidiar con situaciones estresantes. Por ejemplo, sentir ansiedad antes de los exámenes puede hacernos estudiar más y, por tanto, rendir mejor; pero la ansiedad a veces también puede ser muy fuerte o exagerada en relación con la situación real y conducir a sensaciones físicas intensas, pensamientos ansiosos, preocupaciones y evasiones que repercuten sobre la vida de la persona, como en el caso de llegar a faltar al colegio el día del examen o sufrir un ataque de pánico que hace imposible dar el examen.
Pero, entonces por qué la ansiedad se manifiesta con síntomas físicos, la doctora Filza Hussain, proveedora de atención médica para asuntos del comportamiento en el Sistema de Salud de Mayo Clinic, simplifica la respuesta de la siguiente manera: el cerebro no sólo es un órgano sumamente poderoso, sino que de cierta manera, también es el centro principal de emisión de órdenes para el resto del cuerpo e influye sobre todos los distintos sistemas orgánicos. Cuando la ansiedad secuestra a este sistema central de órdenes, entonces adquiere carta abierta para causar estragos en los diferentes sistemas orgánicos y producir síntomas físicos, aunque el órgano mismo no tenga ningún problema. La primera línea de defensa para este ataque normalmente son los médicos de atención primaria y de las salas de emergencia, cuyo enfoque metódico para ante todo descartar otras causas médicas (problemas de tiroides, corazón u hormonales) y luego diagnosticar un trastorno de ansiedad, es un medio positivo de establecer el diagnóstico.
Lo bueno es que los trastornos de ansiedad son controlables. Existen medicamentos para ayudar a corto y largo plazo a la persona, además de varias maneras no medicamentosas de controlar la ansiedad, tales como reducir el estrés, hacer ejercicio, practicar ejercicios respiratorios y aplicar técnicas de yoga. Puede también ser útil la terapia cognitivo conductual que enseña al cerebro a cambiar el patrón de los pensamientos.
“Por lo tanto, si escucha que su problema es un trastorno de ansiedad, no se desespere ni piense que nadie le toma en serio; sino más bien alégrese de que los síntomas no se deban a un problema médico, y consulte con el médico cuál es la mejor manera de controlar su afección”, concluye la Dra. Hussain.
*Con información de Mayo Clinic
El copiloto tomaba remedios para la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico

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Fuente: La Vanguardia

Andreas Lubitz, el copiloto de Germanwings sospechoso de haber estrellado a propósito un avión en los Alpes franceses estaba tomando medicación para tratar depresión, trastornos de ansiedad y ataques de pánico, según publica hoy el diario alemán Bild, añadiendo que los fármacos eran un antidepresivo y el tranquilizante Lorazepam.

El diario, que citó fuentes de la investigación, dijo que Andreas Lubitz, de 27 años, había buscado atención médica para tratar un problema en el ojo. Aunque Lubitz dio a los doctores información sobre su empleo como piloto, y en algunos casos sobre su empresa Germanwings, omitió deliberadamente el hecho de que seguía en actividad, dijo el diario.

Bild añadió que los documentos disponibles para los investigadores también habían revelado que Lubitz había dicho que estuvo implicado en un accidente de coche a finales de 2014. Resultó aparentemente herido cuando se abrió su airbag y se quejó desde entonces de problemas de visión.

Los investigadores siguen tratando de desvelar el motivo por el que Lubitz tomó los mandos del Airbus A320, se encerró en la cabina y aparentemente estrelló el avión deliberadamente contra las montañas. Las 150 personas a bordo murieron en el accidente.

Ayer se supo que la escuela de aviación de Lufthansa, en la que se formó el copiloto, sabía que había sufrido una depresión que le llevó a interrumpir su formación, según reveló la compañía aérea alemana.

Hasta el momento, Lufthansa se había negado a revelar las causas que llevaron al joven alemán de 27 años a interrumpir durante medio año su formación como piloto que comenzó en 2008 en la escuela de la compañía en Bremen.

La información se suma a la facilitada el lunes por la fiscalía, que aseguró que Andreas Lubitz recibió tratamiento psiquiátrico hace unos años por tendencias suicidas antes de comenzar su carrera como piloto.

Sin juegos ni “muelas” por Gonzalo Himiob Santomé

MaríaCorinaMachadoyAntonioLedezma

 

Las calles se ven vacías. Al menos en Caracas, pese a que es cierto que enero es normalmente un mes “flojo”, ya empezaron las clases y las actividades regulares, y de día no se padece ese tráfico despiadado que ya no respetaba ni siquiera las “horas pico”. De noche la soledad de las calles se ve más. Apenas oscurece, entre rumores que van y vienen, la mayoría se guarda en sus casas. El miedo y la incertidumbre mandan. Por lo que se sabe, en el interior del país la situación no es muy diferente, y ya han comenzado además en varios estados protestas de magnitud, aunque muchos medios no den cuenta de ellas, lo que mantiene a la ciudadanía de esas localidades, también en zozobra.

La crisis y la ansiedad que produce son reales, palpables, inclementes. Se han hecho patentes en los cambios de nuestros hábitos alimenticios, en nuestra desconfianza y desazón perennes, en la manera y frecuencia en la que lavamos nuestra ropa y limpiamos nuestras casas, y hasta en la forma en la que nos entretenemos, cuando toca. Basta circular un viernes o un sábado de noche por algunas de las urbanizaciones que albergan los locales nocturnos, los bares y discotecas más populares de la capital, para que nos demos cuenta de que aunque no hemos renunciado completamente a nuestra proverbial disposición a la rumba, ya no es lo mismo. Nadie quiere salir de la seguridad de su hogar pasadas las diez de la noche, ni mucho menos de madrugada, a arriesgar la vida propia y la de los suyos. La inseguridad y la impunidad reinan, esto es inocultable.

La escasez también es verdad. Más allá de las mentiras oficiales, que chocan de frente con lo que uno vive al hacer sus compras básicas, lo cierto es que los insumos esenciales no se consiguen. Cuando llegan a algún mercado, bodega o abasto, vuelan de los anaqueles a la velocidad de la luz, no porque haya millones de acaparadores y bachaqueros que se los queden para especular o para su reventa, sino porque no son suficientes para satisfacer la necesidad que existe. La situación es igualmente grave con las medicinas, los pañales y los productos de aseo personal.

De estas realidades hasta hace muy poco, haciendo la salvedad de algunas declaraciones puntuales que incluían más crítica que propuestas, el liderazgo político opositor se había mantenido más o menos al margen. A algunos de los dirigentes opositores más conspicuos, se les percibía como desconectados de la realidad, pensando solo en elecciones y cuotas, cuando la calle y sus verdades les reclamaban atención inmediata y urgente. Los últimos meses del año pasado, si hacemos caso a la prensa, el tema principal de discusión y de la proposición política, se centraba en la elección de las autoridades del Poder Ciudadano y del CNE, y en las parlamentarias. Ahora ya no es así.

Capriles, Ledezma, Machado y López, por solo mencionar a los más visibles, al parecer se han puesto de acuerdo para arrostrar la crisis de manera directa y conjunta mostrando, al menos, unidad en el diagnóstico de la enfermedad que padece el país, y en el pronóstico de las graves consecuencias que de esta grave situación pueden derivar, tratando con ello de encauzar políticamente, lo cual no es baladí ni tarea sencilla, la angustia generalizada y la protesta ciudadana que no ha cesado desde los inicios del año pasado.

En lo que aún no parece haber consenso aún es en cuanto al tratamiento a seguir para curar al país. Eso, hay que decirlo, nos tiene a todos los que anhelamos un cambio muy preocupados, como en la sala de espera de la emergencia de un hospital, cuando ya nos han dicho qué tenemos, pero aún no sabemos qué se hará para aliviar nuestros males. En este sentido, de cara al pueblo, el establecimiento de una “línea” de acción lo más incluyente posible, el diseño y difusión del curso a seguir y de sus formas de recorrerlo, son urgentes.

Por ello me sirvo de estas líneas para hacer algunas consideraciones que estimo deberían ser tomadas en cuenta por nuestros líderes, especialmente si se acepta que esta vez, son la ciudadanía y la realidad las que les han forzado a salirse de su zona de confort, para arriesgarse a aceptar públicamente, como lo hizo por ejemplo Capriles, que esto ya es insostenible, que “esto se acabó”, y que quizás si seguimos como vamos, el país, con consecuencias imprevisibles, no aguante ni aguarde hasta el 2019 por el giro de timón que necesita.

Les pido entonces con respeto, pero con firmeza, cuidar las razones por las cuales ahora se muestra la posición recientemente asumida, cuando la verdad sea dicha, hasta hace poco el consenso entre los factores políticos opositores sobre la situación del país, y especialmente en cuanto a las medidas a tomar para cambiarla, no existía. Celebro que por fin la unidad se esté mostrando como algo más que un simple pacto electoral, buscándole la vena al pueblo que está clamando a gritos por ello, pero a veces se hace lo correcto, o se comienza a hacer lo correcto mejor dicho, por las razones equivocadas. Eso siempre conduce al fracaso

Me explico, y me perdonan el ejercicio de duda si estoy equivocado, que espero que así sea. Si en esta movida no hay más que el anhelo de capitalizar, con fines de hegemonía personal, el evidente descontento de las masas, que no una verdadera voluntad de salvar el país, a riesgo incluso de las propias cuotas de poder o de la propia libertad, si así toca, por las vías pacíficas y constitucionales posibles, pero de manera clara e inequívoca, estamos perdiendo el tiempo.

Si detrás de todo esto no está más que la mano peluda de “asesores de imagen”, que viendo las encuestas recientes les han dicho que es “el momento” de montarse en esta ola, para ganar puntos entre los electores y nada más, también están perdiendo y nos están haciendo perder el tiempo; y lo más grave (noten el uso claro del condicional) si tras las declaraciones recientes, lo digo con todas sus letras y de la manera más coloquial posible, alguno de ustedes esconde un pacto con el poder, a costa de nuestro futuro, para tomar por los cachos, desde la acera opositora, al toro del descontento general, para ganarle al gobierno el espacio de maniobra del que ahora carece, mientras todos nos estamos comiendo un cable y mientras la gente está muriendo en Venezuela porque no encuentra insumos médicos, o porque el hampa anda con el moño suelto, es el momento de que se aparten de la arena política y dejen que la historia, de la mano de otros protagonistas, siga su curso.

Si por el contrario en sus empeños subyace, que así lo espero por el bien de todos, la comprensión plena de nuestra realidad, de la grave crisis que se padece y la de la necesidad de poner por encima de los anhelos personales, por legítimos que sean, el bienestar de Venezuela y de todo su pueblo, pues bienvenidos sean su liderazgo, sus propuestas y su dirección política.

Que no haya duda: Lo demás son juegos y “muelas” para los que sinceramente no estamos.

 

@HimiobSantome