Autoritarismo en América Latina no distingue de simpatías ideológicas - Runrun
Autoritarismo en América Latina no distingue de simpatías ideológicas
La región muestra niveles distintos de debilitamiento de la democracia independientemente de la afinidad ideológica de  quien ejerza el poder

Tras la victoria de Lula Da Silva como presidente de Brasil, el mapa de América Latina se solidifica con una mayoría de tendencia izquierdista. Sin embargo, expertos aseguraron que los gobiernos de la región no pueden ser categorizados en un bando u otro.

La izquierda y derecha tradicional no tiene suficientes elementos para entender las dinámicas que se están dando. Los especialistas reiteraron que no todo gobierno de derecha fomenta la democracia y no todo Estado izquierdista implementa medidas autoritarias. 

Según Deborah Van Berkel, presidenta de la Red Sinergia, las naciones de América Latina se encuentran enfocadas en su agenda interna. “Las miradas hacia el panorama regional dependerá de cómo avancen los procesos internos”, indicó.

A pesar de estar enfocados en sus situaciones internas, es posible que en América Latina se tenga la oportunidad de reavivar la coordinación regional en temas trascendentales. “Por la similaridad de tendencias en varios gobiernos, es posible que la región lleve una posición común o una sola voz ante sus relaciones con otros bloques”, explicó Mariano De Alba, especialista en Derecho Internacional.

Mientras que algunos países latinoamericanos siguen tendencias similares, es probable que en la relación con países norteamericanos como Estados Unidos y Canadá aumenten las tensiones.

 De Alba indicó que el gobierno de Joe Biden en Estados Unidos ha sido muy cauteloso, porque sabe que la región se mueve en una dirección distinta. “Estamos viviendo una era donde la influencia americana está perdiendo mucho peso en Latinoamérica”, apuntó.

Para De Alba, de cara a esta nueva etapa, Venezuela deja de estar aislada y comienza a recuperar relaciones con otros países de la región, específicamente con Colombia y Brasil.

“El tema Venezuela sigue siendo polémico en la región, incluso hasta tenso. Pero es evidente que los países han asumido la posición de que es mejor tener relaciones con Venezuela en lugar de aislarlas”, reiteró. 

La región aún tiene la posibilidad de elecciones democráticas y cambios de gobiernos, de acuerdo con el especialista en Derecho Internacional. 

“Ojalá se entienda que la coordinación regional no puede ser únicamente entre gobiernos que piensen igual. La coordinación regional, por el bien de la población y de la región, no puede depender del signo ideológico de cada nación”, reiteró De Alba.

La nueva tendencia política

La categorización entre izquierda y derecha ya no es suficiente para definir y analizar los cambios que están ocurriendo en América Latina.

Van Berkel explicó que la región está atravesando unos procesos de cambio. Anteriormente, la región tenía una especie de péndulo en periodos donde había más gobiernos llamados de derecha o más liberales en tema económico y menos atentos a la agenda social.

 
“Estamos entrando en una etapa diferente porque la característica de los gobiernos que llaman o se identifican de izquierda no lo podemos poner en un solo saco”, aseguró la presidenta de la Red Sinergia. 

Van Berkel señaló que algunos actores de la llamada izquierda se sienten más en una línea progresista y dan a entender que esta fase y estos proyectos buscan diferenciarse de otros ensayos en América Latina, diferentes a Venezuela, Nicaragua y la histórica Cuba.

La presidenta de la Red Sinergia señaló que habrá mayor cercanía a nivel de discurso y posibilidad de diálogo por sentirse más cómodos por el signo que los identifique y también cómo se ubiquen con los cambios en el ámbito global.

Izquierda no significa autoritarismo

De acuerdo con Van Berkel, los dos últimos procesos electorales en la región han sido ganados por líderes con ideología similar. 

Es importante resaltar que en estos países se evidencia que aún existen reglas democráticas, procesos electorales que han permitido cambios y una institucionalidad pública que ha podido manejar esos procesos, dándole la entidad básica a todas las partes que participan y ofreciendo la oportunidad a expresarse a una ciudadanía.

Esa expresión ciudadana ha sido respetada aún cuando ha habido procesos sociales muy polarizados y confrontaciones de fuerza equivalentes, pero las diferencias está en que los resultados son aceptados.

“Los dos últimos procesos han traído a presidentes que dan unas manifestaciones claras con respecto a la necesidad de gobernar para toda la sociedad, la necesidad del diálogo y de entendimiento, de no acabar con el adversario desde el poder. Esos son mensajes que se diferencias de otras experiencias”, dijo Van Berkel.

Los cercanos a Venezuela 

Según los expertos, las dos nuevas relaciones de Venezuela con otras naciones será con Brasil y Colombia. 

La reanudación de relaciones entre Venezuela y Colombia y Venezuela y Brasil puede traer cambios y significar aperturas que siempre van a estar signadas por los intereses de los países.

“No es una acción de estricta bondad, hay interés de los países con relación a su intercambio con Venezuela”, indicó Van Berkel. 

En el caso de Colombia, hay un interés político y económico. “La cercanía de su signo político lo facilitará”, dijo la presidenta de la Red Sinergia. 

Según Van Berkel, los gobiernos anteriores de Lula fueron muy cercanos a Venezuela. Hubo un intercambio importante y cercanía con el mandato de Hugo Chávez. “La relación se ha mantenido. Ese contacto estuvo también en tiempos que no fueron gobierno. Por supuesto, hay una mayor facilidad de intercambio con Venezuela. A Lula le interesa tener un aliado más en la región como un espacio de influencia de su políticas”, dijo.

¿Izquierda y derecha o democracia y autoritarismo?

Para los expertos, separar en solo dos grupos a las naciones latinoamericanas no es tan sencillo. Ambos coinciden en que no todas las izquierdas son iguales ni siguen los mismos parámetros, lo mismo ocurre con las naciones de derecha. 

“Más que izquierda y derecha, hablaría de gobiernos con mayor ejercicio de libertad democrática y gobiernos más alejados y más autoritarios en su manejo interno y externo de las relaciones”, explicó Van Berkel. 

La presidenta de la Red Sinergia señaló qué hay una tensión grande entre gobiernos más respetuosos de la base de la democracia y gobiernos que han decido tomar una ruta más autoritaria del poder.

En la región podríamos ver qué países se están alineando más con la vía de preservar y prevalecer la democracia y cuáles están más en la búsqueda de la hegemonía del poder interno, así como de una relación entre actores que coincidan con estas perspectivas. En ambos casos, pueden ser tanto de izquierda como de derecha. 

Van Berkel reiteró que por eso no puede hablarse de izquierda y derecha tradicional. “Debemos observar los signos que evidencian desde el poder, por dónde asumen la línea de actuación más o menos cercana a los principios democráticos”, dijo.

¿A quién le importa la democracia? 

Para entender las dinámicas de los países, los siguientes factores permiten saber dónde hay mayor probabilidad de ejercicio de derecho, mayor posibilidad de convivencia democrática, posibilidad de que haya disidencia interna y que esa disidencia pueda expresarse y que el poder pueda ejercerse en todo su derecho sin que signifique un riesgo para la democracia.

Tomando en cuenta los siguientes aspectos, independientemente de la tendencia política, Van Berkel expresó que se puede evaluar qué países de Latinoamérica siguen más las nociones básicas de la democracia y cuáles optan por un camino más autoritario

  • Si existe independencia de poderes, un estado de derecho que asegure el ejercicio de esos derechos y la actuación de entidades públicas sin estar bajo la tutela o la connotación del poder ejecutivo.
  • Si los poderes puedan tener una actuación autónoma frente al ejecutivo.
  • Si tiene índices mínimos de libertad de expresión y de uso de información pública por todos los actores. 
  • Si tienen posibilidad de ejercer los  derechos y la exigibilidad de ellos por parte de la ciudadanía sin que eso implique comprometer la integridad física e intelectual propia. 
  • Si hay posibilidad de diálogo internacional sin que haya un riesgo, derecho a la disidencia, la exigibilidad y posibilidad de dinámicas de integración sin riesgo.
  • Si son transparentes y honestos en su rendición de cuentas, si tienen transparencia a la hora de mostrar los resultados de sus políticas y la posibilidad de corrección de esos procesos, si hay dinámicas electorales y procesos de decisión democrática electoral aceptables con estándares nacionales e internacionales y si hay la posibilidad de un cambio con un mínimo de principios democráticos. 

“Si es así, uno puede decir que las naciones están más o menos cercanas a cumplir con ser espacios democráticos”, explicó Van Berkel. 

Según la presidenta de Sinergia, acatar las reglas mínimas de lo que es el juego democrático puede ayudar a entender dónde están los gobernantes y las sociedades y conocer hasta dónde estás permiten, aceptan y promueven dinámicas de poder que van en contra del sentido de la democracia.

¿Qué postura tiene cada país? 

Según Van Berkel, cada país debe atender su agenda propia y, al mismo tiempo, debe ubicarse en el contexto latinoamericano. Y es acercamiento será distinto en este contexto global.

Cada país tiene una agenda nacional, en la que ven primero hacia adentro y después hacia la región. Además de Nicaragua y Costa Rica, que son los dos extremos de la realidad de países en Latinoamérica, hay unos intermedios y los otros buscan afianzarse en su propio terreno y situación interna.

De acuerdo con Van Berkel, en estos momentos pueden abrirse más espacios de diálogo entre los que se sientan más afines y puede abrirse una oportunidad para un replanteo del juego latinoamericano.

Según  Van Berkel, hay gobiernos cerrados que están dispuestos a no hacer juegos democráticos como Cuba. 

Nicaragua ha sido una experiencia atroz para el tema de derechos humanos y derechos civiles.

“Hemos visto en tiempo real el asesinato de una incipiente democracia”, aseguró Van Berkel. 

Venezuela mantiene unos elementos de forma para plantear que es una democracia, pero evidentemente está lejos a ser el ejercicio real de estos principios.

En El Salvador hay prácticas cerradas y totalmente autoritarias a muchas misiones democráticas, aún cuando el nuevo liderazgo no se identifique con la izquierda, al contrario es de derecha, pero hay prácticas en las que se ven las semejanzas.

Por su parte, en Colombia hay otros signos de izquierda en proceso de cambio, son dinámicas en un  proceso donde por primera vez hay un gobierno de esa tendencia en el país, lo que plantea una gran interrogante a la que no se le puede adelantar una respuesta. 

En Brasil, es esperable que Lula entienda que su gobierno debe ser distinto a los anteriores, pero eso está por comprobarse también. 

Un discurso de izquierda pero que tiene una particularidad es el de Argentina, que se asemeja más a dinámicas ya conocidas y está estancada en esa situación de péndulo que no resuelve realmente la situación país

Mientras que hay cambios generacionales en Chile, una vuelta de la izquierda al poder después de años de otros signos que ha enfrentado muchas dificultades porque se quisieron acelerar unos procesos de transformación, pero no salió muy bien el ensayo. Por ende, está buscando un reacomodo. También, está la necesidad de negociar con toda la fuerza para poder seguir adelante con su política. 

En la región hay países con mayor estabilidad como Uruguay y Costa Rica, que han logrado institucionalidad y un proceso interno que les da mayor tranquilidad para el manejo de condiciones internas, pero que no escapan a la necesidad de mantener su propia agenda y no con la suficiente fuerza para ser un factor decisivo o de cambio de la condición de región.

Perú está en una circunstancia muy complicada, con el presidente y la situación de inestabilidad política interna que lo mantiene en la institucionalidad existente. 

Honduras y Panamá están en un nivel interno que busca una estabilización interna y tratan de no alinearse con ninguno de los polos.

Ecuador está en un marco distinto, enfrascado en una condición interna dura, tiene un problema con el crimen organizado y fuerzas no formales que decidieron atacar al poder: “Es una lucha distinta a la que ocurre en otros países y los actores en el poder están centrados en enfrentar esa amenaza más que una visión regional”, dijo Van Berkel. 

Bolivia pudiera estar en estos signos de gobiernos de izquierda. Van Berkel explicó que normalmente se alinea con la postura de Venezuela y anteriormente con Nicaragua, quizás ahora más prudente, pero ahora también están enfocados en su realidad interna y con mantener unos niveles de bienestar que se han logrado los últimos años

La presidenta de la Red Sinergia indicó que los mexicanos quieren ser importantes en la región, quieren sobresalir con una agenda propia no alineada, que les permita dialogar y estar en conexión con todos, pero el ejercicio del poder es más autoritario y están cerrando las posibilidades de apoyar agendas de derecho y de garantías a nivel situaciones de país difíciles.

El país centroamericano tiene una situación interna entre el poder de los actores fuerzas no formales que generan condiciones internas muy duras y el crimen organizado, que en México es un poder más allá del Ejecutivo que endurece la realidad. 

«México y Brasil son países con fuerza económica y relevancia internacional que les da posibilidades de proyección y posicionamiento distinto. Ahora se abre una oportunidad grande para Brasil de retomar agenda en contexto global. Son agendas que tienen impacto más amplio, como Venezuela con el tema petrolero», dijo Van Berkel.