La tarima de Caracas no es para las grandes bandas - Runrun
La tarima de Caracas no es para las grandes bandas
La cantidad de espectáculos anunciados para 2022 en la capital venezolana abren la discusión de si el país experimenta una mejoría 
La dolarización y la flexibilización de las normas anti covid-19 han hecho posible que productoras contraten a artistas internacionales  
Luminarias con masiva convocatoria siguen sin pisar suelo venezolano
El aforo y la inflación hacen que los precios de las entradas a espectáculos sean más elevados que en otros países de Latinoamérica 
Espacios como el Poliedro de Caracas y el Teatro Teresa Carreño recuperan paulatinamente su esencia 

 

“Lo que yo siento por los fans, por la gente que nos ha apoyado todo este tiempo, es una forma de amor sincero de verdad…Fue muy fuerte en todos los lugares donde estuvimos…lo de Venezuela ha sido tremendo”

Gustavo Cerati

Del libro Cerati en primera persona 

 

La escena de un cantante gritando “buenas noches, Caracas” mientras en la batería suena el último redoble y unas baquetas vuelan en el aire para aterrizar en las manos de un fanático vuelve a suceder en la capital venezolana luego de un receso obligado por la covid-19 y la crisis económica, que experimenta un alivio debido a la dolarización de facto. 

Artistas internacionales y nacionales como Morat, Alejandro Fernández, Servando y Florentino, Camila, Sin Bandera, Lasso, Lenny Tavarez, Fonseca, Manolito, Il Divo, Siudy Garrido, Antonio Canales, San Luis, Emmanuel, Cristian Castro, Natti Natasha, Nella, Piso 21, Cultura Profética, Kany García, José Alberto “El Canario” y Rauw Alejandro incluyeron a Venezuela dentro de sus respectivos tours apenas en el primer semestre de 2022 y se espera otra buena cantidad para la segunda mitad del año.

El precio y la velocidad con la que se han vendido las entradas impresiona en una nación con uno de los sueldos mínimos más bajos de la región (126 bolívares/28 dólares) y apenas saliendo de una hiperinflación, con crisis de servicios públicos y problemas de movilidad debido a la escasez de gasolina.

Para la banda colombiana Morat, que se presentó en la terraza del centro comercial Ciudad Tamanaco, el costo de los tickets tenía un valor que oscilaba entre 45 y 190 dólares.

Para el show “4LatiDos Tour” de Sin Bandera y Camila, las entradas se ofrecieron entre 60 dólares, la más económica y la más onerosa de $5.000, que consta de un box para 10 personas.

Pese al costo, los boletos se agotaron rápidamente y debieron abrir una segunda función en el Poliedro de Caracas, espacio administrado por el gobierno de Nicolás Maduro y que durante la pandemia sirvió de hospital para los enfermos de coronavirus. 

El precio de las entradas en Venezuela para este show de Sin Bandera y Camila es más elevado al del concierto en Perú, donde los boletos van desde 141 soles (38 dólares) a 459 soles ($124).

El dólar como anzuelo

José Luis Ventura, de Ventura Producciones, sostuvo que la dolarización y la flexibilización de las medidas estrictas en torno a la pandemia propiciaron la escena para que los artistas internacionales miren nuevamente a Venezuela como un destino. 

“Lo que dio empuje a todo esto es esta pequeña brecha que se abrió con la divisa, porque para hacer un concierto especialmente con artistas internacionales hay que manejarse en moneda extranjera y trabajar con bolívares no es negocio. Esto ha permitido que empresarios y productores podamos apostar a traer a talentos de afuera y así poder recuperar la inversión que se hace”. 

El productor musical y locutor, Polo Troconis, manifestó que la realización de conciertos no son un termómetro para medir la situación de un país. “Yo tengo tiempo que estoy fuera de Venezuela, pero que un 6 u 8% de la población tenga la posibilidad de ir a un espectáculo no significa que el país se arregló”.  

Ventura sostuvo que el precio de las entradas en Venezuela responde básicamente a temas de aforo y a la inflación que aún padecen los venezolanos.

“El asunto es que no hay sitios disponibles donde montar espectáculos en Venezuela, está el CCCT, pero eso es un estacionamiento que se habilita para shows y resulta bastante costoso montar una producción allí, a eso hay que sumarle el tema de los impuestos. A nosotros todo nos cuesta más, acabo de montar hace poco un show de Yordano en Madrid y los costos son diferentes a los de Venezuela”.

Ventura aseveró que, mientras en otros lugares de Latinoamérica hay aforos diseñados para albergar conciertos, en Venezuela los productores deben improvisar estos. 

“En otros sitios alquilas el sitio con el escenario montado, la arena, luces, baños, todo está listo…entonces ahí los costos bajan y puedes jugar con el precio de las entradas para que sean un poco más accesibles”.

Ventura califica como positivo que espacios como el Poliedro y el Teatro Teresa Carreño, bajo la administración del gobierno de Maduro, vuelvan a albergar espectáculos privados. 

“Esos espacios son para eso, para promover el espectáculo que es cultura. Yo tengo 25 años en esto y vengo del Teresa Carreño y allí antes uno podía ver todo tipo de show desde Franco De Vita hasta Marcel Marceau, me parece positivo porque esa es la esencia de esos aforos”. 

Los grandes pasan de largo

Si bien están viniendo talentos internacionales, artistas con amplia convocatoria y que tienen tours por Latinoamérica  como Kiss, Maroon 5, Coldplay, Foo Fighters y Guns and Roses, no toman en cuenta a Venezuela.

Troconis indicó que eso no depende de la banda o cantante. “No es el grupo quien decide ir a un país, es el empresario venezolano quien toma la decisión de comprar la fecha o no, en la década de los 90 empresas como Evenpro y Wather Brothers se disputaban artistas como Phill Collins, Sting y Alanis Morrisette”.

Ante lo elevado de los costos de estos artistas y la ausencia de grandes aforos, el empresario venezolano se decanta por shows más modestos.  

“Prefieren traer a los que se denominan artistas de catálogo,  como Emmanuel por ejemplo, que están haciendo giras por la región y te aseguran una taquilla”, dijo Troconis.

Ventura manifestó que, para que venga una banda como los Rolling Stones, tienen que estar todas las condiciones dadas.

“No veo que hayan las características para eso en este momento, tal vez en un futuro sÍ. Cuando iba a venir Michael Jackson a Venezuela yo estuve involucrado en la producción y tuvimos que hacerla con mucho tiempo de antelación porque se trataba de un gran espectáculo, hay muchas exigencias…lamentablemente, al final eso se suspendió”. 

Troconis agregó que para los grandes shows es necesario aplicar la fórmula de aforo, más costo de entradas sumado a disponibilidad de patrocinantes.

“Eso depende de los empresarios y del riesgo que quieran tomar”, acotó

Ventura indicó que en Venezuela hay gente preparada para montar espectáculos masivos con grandes artistas. “Hay empresas locales que prestan servicio en la parte de equipos y personal en el extranjero, últimamente el país se ha preparado para que los artistas y sus representantes se sientan a gusto en lo que se refiere a la parte técnica”.

Es necesario el esparcimiento

Para la psicóloga Yorelis Acosta este boom de conciertos dan una sensación de mejoría en el país.

“Pero es solo eso, una sensación. La verdad es que sigue siendo un grupo muy pequeño el que puede acceder a estos espacios, pero los medios de comunicación y las redes lo magnifican hasta el punto en que se da esta discusión de si en realidad el país se está arreglando o no”. 

De acuerdo con Acosta, la recreación y el esparcimiento a través de la cultura es importante para la salud mental.

“Vivimos en un país donde tenemos un exceso de noticias negativas. Hay que recordar que venimos de meses de confinamiento en un mundo que vive una crisis económica global por ello, es necesario escarbar en las cosas positivas, estamos ávidos de entretenimiento”, sumó. 

Acosta sostuvo que el venezolano promedio siente una especie de culpa cuando puede costear de su bolsillo algo tan simple como asistir a un concierto.

“Hemos vivido mucho tiempo en crisis y eso nos genera algo que yo llamo las emociones de la crisis. Los que han tenido la oportunidad de sortear esta situación no lo dicen por consideración a los demás, pareciera que está prohibido ser exitoso y tener dinero, pero la gente tiene derecho a sentirse satisfecha por el hecho de seguir produciendo en estas condiciones, sostuvo.

Acosta indicó que, para aquellos que no están en la capacidad de pagar una entrada a un concierto, la ciudad de Caracas ofrece espacios de esparcimiento gratuitos.

“Está este proyecto de Nos vemos en la Concha (de Bello Monte) que cada día convoca a más personas por la necesidad que tiene la gente de desconectarse, de disfrutar de la música que es tan sanadora”, concluyó.