Sudeban frena los créditos en dólares: ¿Qué está pasando en la banca? - Runrun
Sudeban frena los créditos en dólares: ¿Qué está pasando en la banca?
Un grupo de bancos comenzó a prestar en divisas, pero la Superintendencia prohíbe los créditos sin su autorización previa. Seis bancos controlan 88% de los depósitos en dólares. Los excluidos del sistema financiero operan en un submundo de maletines y tasas exorbitantes

 

@vsalmeron

 

El 21 de enero la Superintendencia de Bancos contuvo el avance de la dolarización al enviar una circular a las entidades financieras donde prohíbe otorgar créditos en moneda extranjera “sin la previa autorización del Banco Central de Venezuela y de esta Superintendencia”.

En vista de que los depósitos en dólares representan una porción sustancial de las captaciones, un grupo de bancos comenzó a otorgar préstamos en divisas a clientes que consideran de bajo riesgo; pero las autoridades han intervenido en el proceso.

La esencia del negocio bancario es captar dinero y prestarlo. Banqueros explican que los depósitos en dólares, que crecen día a día a través de las cuentas en divisas, pronto serán la columna principal del balance; por lo tanto, si las autoridades limitan los créditos en dólares la banca se reducirá a una plataforma que solo facilita pagos, transferencias y retiros de efectivo.

Leonardo Buniak, analista de riesgo bancario y director de la firma Buniak & Company, considera que “la Superintendencia busca formalizar lo que de manera informal ya estaba ocurriendo, la intermediación en dólares es una realidad”.

Formalmente la moneda sigue siendo el bolívar, pero avanza una dolarización de facto, similar a la que ocurrió en los años noventa en países como Perú y Bolivia, donde la hiperinflación desquició la economía. 

Estudios del Fondo Monetario Internacional demuestran que un paso crucial para la profundización de la dolarización es que al menos la mitad de los depósitos y créditos del sistema financiero estén en dólares y la banca venezolana camina en esta dirección.

Los depósitos en divisas que tienen “libre convertibilidad” y se emplean para otorgar créditos corresponden al Convenio Cambiario Uno. Buniak & Company precisa que al cierre de diciembre de 2020 estos depósitos se ubicaron en 234 millones de dólares.

El ranking de captaciones elaborado por Buniak & Company indica que seis bancos controlan 88% de los depósitos de libre convertibilidad: Nacional de Crédito BNC es líder con 36,9%, seguido de Mercantil con 17,2%, Venezuela 11,5%, BOD 9,7%, Bancaribe 8,6% y Banesco 4,46%.

Crédito en gotas

Por ahora el financiamiento bancario es incipiente en dólares e ínfimo en bolívares. Víctor Zapata es arquitecto y tiene una Visa Signature con la que no puede comprar un refresco. La tarjeta le financia hasta un máximo de un millón de bolívares que equivalen a poco más de medio dólar y una Coca Cola de dos litros cuesta un dólar y medio.

“También tengo una Master Black que tampoco sirve para nada. La verdad es que el crédito desapareció”, dice Víctor Zapata quien dice que hace dos años hacía mercado con una de sus tarjetas.

Entre las causas que explican el poco crédito destaca que el Banco Central lo limita con la idea de disminuir los préstamos para la compra de divisas y contener el aumento en la cotización del dólar que, desde el punto de vista de las autoridades, es la principal causa de la inflación que se mantiene a un ritmo de dos dígitos al mes.

Además, el bolívar se ha devaluado aceleradamente y su capacidad de compra se evaporó al punto que el billete de mayor denominación equivale a 0,02 dólares.

Para cerrar el grifo del crédito el Banco Central obliga a las entidades financieras a congelar a manera de reservas la mayoría del dinero que reciben en depósitos. En vista de que disponen de menos fondos para prestar, los bancos reducen el financiamiento a quienes quieren protegerse comprando dólares, pero también a las empresas que intentan producir, a los comercios y a las personas.

Hasta la semana pasada los bancos estaban obligados a inmovilizar como reservas -mediante lo que técnicamente se conoce como el encaje- 93% de los depósitos; pero la insuficiencia de liquidez de un grupo de entidades financieras encendió las alarmas y obligó al Banco Central a disminuir la proporción hasta 85%. En la mayoría de los países el encaje es inferior a 20%.

Un aspecto clave es que para reducir la posibilidad de que el crédito se utilice para compra divisas el directorio del Banco Central aplicó otras medidas. Ahora, prácticamente todos los préstamos en bolívares están indexados y el monto del crédito fluctúa de acuerdo a la cotización del dólar en el mercado oficial. Además, la tasa de interés máxima aumentó desde 6% hasta 10%.

En estas condiciones la disminución del encaje tendrá un impacto leve. Síntesis Financiera explica en su informe El Tesorero que “la reducción de la tasa de encaje es una medida en la dirección correcta: aumenta la liquidez disponible para el financiamiento. Pero no basta con estimular la oferta crediticia, toda vez que es pequeño el universo de empresas que está en condiciones de asumir el riesgo de financiarse con créditos indexados al dólar”.

Leonardo Buniak señala que los bancos estaban incumpliendo el encaje en 75 billones de bolívares y en primera instancia utilizarán la liberación de fondos para cubrir este déficit.

Datos de la consultora Ecoanalítica indican que el total de préstamos de la banca venezolana es enano y representa menos de medio punto del PIB, mientras que en el resto de los países de América Latina asciende a 30 puntos. 

Techo bajo

Tras seis años consecutivos en recesión, la actividad de las empresas se redujo y muchas utilizan la quinta parte de su capacidad. Un número relevante de compañías financia la producción con capital propio, en vista de que necesitan montos bajos, pero el esquema comienza a agotarse en un entorno donde sectores como alimentos y productos de cuidado personal han tocado fondo y tienen la posibilidad de aumentar las ventas este año.

Francisco Acevedo, vicepresidente de Conindustria, explica que “las empresas se redujeron mucho y han podido financiar la actividad con capital propio, pero a medida que haya algún crecimiento se va a sentir la falta de financiamiento”.

El poco crédito de la banca fluye por dos vías. En el primer esquema, las compañías con músculo financiero reciben créditos en divisas a través de las sucursales que los bancos venezolanos tienen en otros países como Panamá, República Dominicana y Curazao.

La Superintendencia de Bancos no controla las sucursales en el exterior por lo que esta autopista sigue libre, pero solo disponible para empresas con recursos, capaces de colocar en garantía una suma en dólares que, en la mayoría de los casos, asciende a más de la mitad del crédito que reciben.

Quienes no califican para recibir créditos de las sucursales en el exterior tienen como opción los préstamos en bolívares indexados al dólar, que resultan bastante costosos. Francisco Acevedo explica que se reciben bolívares que hay que cambiar en divisas para obtener materia prima y este es un paso que implica costos transaccionales, los plazos son cortos, generalmente pagarés de treinta o sesenta días y la banca cobra comisiones. 

“Al tomar en cuenta todos estos aspectos, el costo del financiamiento puede alcanzar una tasa de 24% anual en dólares”, dice Francisco Acevedo.

El mercado de capitales

Otro grupo de empresas utiliza el pequeño mercado de capitales, que comienza a resurgir de sus cenizas y se financian a un costo inferior al crédito bancario colocando papeles comerciales en bolívares. Este es el caso de compañías como Topenca, Y&V Ingeniería, Novaro Foods o Alimentos FM.

En este momento están en proceso de colocación papeles comerciales por un monto de 592 mil millones de bolívares y en diciembre Ron Santa Teresa colocó papeles comerciales en divisas por 300 mil dólares.

“El tema con el mercado de capitales es que es muy pequeño, hablamos de montos que están muy por debajo de las necesidades de las empresas”, dice Francisco Acevedo.

 Los intermediarios

 Los operadores del mercado informal de créditos se han dolarizado a tasas exorbitantes y ante la virtual desaparición de los préstamos para personas en la banca, tienen un nicho a explotar. Un intermediario, quien dice representar a un grupo de inversionistas, me explica las condiciones para un crédito en divisas: tasa de interés entre 10% y 15% mensual más una comisión de 15%. Además, debo entregar mi vehículo como garantía mediante un contrato de venta pura y simple. 

El monto del crédito debe ser menor a la mitad del valor de mercado del vehículo y el dinero se transfiere a una cuenta en dólares, en un banco nacional o en el exterior.

“Aparte se hace un documento privado donde consta que es un préstamo y las condiciones. A los inversionistas no les interesa quedarse con el vehículo, esto es un negocio”, agrega el intermediario.

También actúan intermediarios para “bancarizar” dólares en efectivo. Uno de ellos, que exige reservar su identidad, me explica que opera con comercios que reciben dólares en efectivo y necesitan transferirlos a una cuenta en el exterior, desde donde pagan sus importaciones.

“Si se trata de comercios pequeños los bancos no les prestan el servicio de transferirles las divisas al exterior. Entonces, los dólares en efectivo los recibo en maletines y les transfiero a su cuenta en el exterior. Por este servicio cobro una comisión de 4% sobre el monto del efectivo”, explica.

La dolarización de facto generó un área gris donde afloran mecanismos para suplir el poco crédito y las trabas para movilizar el dinero.