2019: de apagones para todos a conciertos para pocos - Runrun
2019: de apagones para todos a conciertos para pocos

2019 comenzó con apagones que entumecieron al país y presidencias interinas, y terminó con festivales musicales, bodegones y una economía dolarizada. Si el país fuera un personaje de ficción, podría ser protagonista de la saga de María la del Barrio y sus excéntricas y dudosas transformaciones de la pobreza a la opulencia. 

Un espejismo, para algunos; una señal de mejora económica, para otros. Lo cierto es que solo una minoría de la población se está beneficiando de lo que ya se conoce como “burbuja”, mientras buena parte del país sufre las consecuencias de la emergencia humanitaria compleja a la que el gobierno de Nicolás Maduro llevó a los ciudadanos. 

Del último trimestre del año, nada más en Caracas, se puede recopilar un inventario de eventos que desde hacía mucho no se veían: festivales como el Johnnie Walker Fest y el Cusica Fest, bazares dolarizados, ferias de foodtrucks en las plazas del este de la capital, Black Friday en centros comerciales y tiendas de electrodomésticos y numerosos showrooms en la Quinta La Esmeralda han mostrado en redes sociales y en medios de comunicación la imagen glaseada de un país que existe solo para pocos. 

El Johnnie Walker Fest en el Club La Lagunita fue uno de los primeros conciertos grandes que llamó la atención en el último trimestre del año. Este concierto contó con la presentación de Los Amigos Invisibles y Caramelos de Cianuro el 26 de octubre de 2019 en el Club La Lagunita. En preventa, cada entrada general costaba 35 dólares y 70 el VIP. Para la segunda etapa, aumentaron a 65 dólares el boleto general y 90 dólares el ticket VIP.

Diez días antes del concierto, Nicolás Maduro había aumentado el salario mínimo integral a 300.000 bolívares. Eso equivalía, según el cambio del Banco Central de Venezuela para la fecha, a 15 dólares. Es decir, el venezolano que ganaba sueldo mínimo habría necesitado trabajar un poco más de dos meses para comprar una entrada general en preventa para ver a Los Amigos y a Caramelos. 

Otro ejemplo de este tipo de eventos fue la FGA Gallery. Sus siglas corresponden a Food Gallery and Art Gallery. Este galería se llevó a cabo en la Quinta La Esmeralda el 3 de noviembre. Para asistir a este evento se debía comprar un entrada de 95 dólares. La entrada incluía cóctel de bienvenida, exposición de arte, cuatro platos de comida, una botella por mesa, pasarela de diseñadores de moda y cierre con la presentación del Dj Marco Allen. El costo de esta entrada equivalía a 14 salarios mínimos. 

Cusica Fest fue un festival organizado los días 14 y 15 de diciembre por Cusica, empresa dedicada a la venta y descarga legal de música digital, producción audiovisual y mercancía de artistas venezolanos. Rodolfo Moleiro, CEO de Cusica, explicó que la idea del concierto surgió un año antes. A partir de mayo de 2019, Cusica empezó a contactar distintas bandas caraqueñas de tres generaciones distintas para escoger fecha del festival, trabajar en presupuestos, encontrar la locación ideal, permisología, etc. La preproducción del concierto empezó en octubre. 

El festival realizado en el municipio El Hatillo contó con la asistencia de al menos 5.400 espectadores y generó más de 400 empleos, entre directos e indirectos, según Moleiro. El empresario señaló que durante los dos días del evento se realizaron 420 almuerzos y 450 cenas para todo el equipo que trabajó en el concierto. Las entradas tenían un costo de 35$ cada día de concierto, para asistir ambos días los espectadores debían comprar un ticket válido para sábado y domingo con un costo de 70$.

 

¿Qué parte de la población venezolana puede asistir a estos eventos?

 

De acuerdo con un estudio de Ecoanalítica, empresa de análisis de entorno macroeconómico y planificación estratégica, la población venezolana puede dividirse en tres grupos según su acceso a divisas. 

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, indicó que 15% de la población venezolana tiene una capacidad de compra alta. Viajes y compras en el exterior son algunas de actividades que pueden realizar. Los ciudadanos pertenecientes a este grupo son capaces de cubrir la canasta básica para un grupo familiar de cuatro personas ya que, generalmente, tienen un salario alto en divisas. 

La población perteneciente a este grupo tiene la capacidad de asistir al tipo de eventos como los mencionados anteriormente. 

Oliveros explicó que el segundo grupo está conformado por 35% de la población. El economista explicó que este nivel es una “mezcla de todo”: desde los que obtienen divisas a través de remesas, (alrededor de 100 dólares mensuales), hasta profesionales que cuentan con un salario mensual entre 50 y 200 dólares. Oliveros indicó que son venezolanos que pueden contar desde 30 hasta con 300 dólares al mes. 

Oliveros indicó que dentro del estrato de 35%, hay venezolanos que asisten de vez en cuando a algún evento como los arriba mencionados. Es muy común pensar “me lo merezco” como manera de compensar su esfuerzo. Funciona como un acto de premiación. Una de las actividades culturales que suelen realizar es ir al cine. 

Por último, está el tercer estrato. Los venezolanos que no tienen divisas. En caso de tenerlas, no superan los 30 dólares mensuales. Este grupo de la población no cuenta con ingresos suficientes para tener un consumo estable. Usualmente son empleados públicos, pensionados o personas que habitan en zonas rurales. Muy probablemente ninguno podría ir a ningún festival de música por cuenta propia.

 

Despejar la mente

 

Desde el mes de noviembre de 2017, Venezuela inició un proceso hiperinflacionario cuando se registró una inflación mensual de 56,7% y 1370 % interanual. Desde entonces el país se ha visto en la necesidad de utilizar mayor cantidad de divisas en lugar de bolívares, debido a su devaluación. 

En mayo comenzó la flexibilización de manera más formal del control de cambio que regía en Venezuela desde 2003 y, finalmente, en noviembre, Maduro agradeció a Dios porque existía el proceso de dolarización. 

A pesar de que se trata de un proceso anárquico y discriminatorio, el mandatario terminó de aceptar que la moneda estadounidense que el chavismo había satanizado por años estaba significando un “válvula de escape” a la adormecida economía venezolana. Según Ecoanalítica, en octubre ya 54% de la moneda circulante en Venezuela era el dólar. 

El contraste que existe entre el primer trimestre de 2019 y el último, también puede verse reflejado en los distintos estilos de vida que llevan los venezolanos dentro del país. 

La psicóloga Yorelis Acosta aseguró que en estos momentos la mayoría del país, cerca de 85% de la población según las cifras de Ecoanalítica, está preocupada por cubrir las necesidades fundamentales. “Al tener que reducir la capacidad de disfrutes y gastos, generalmente se empieza por descartar las actividades culturales. Ya que la preocupación fundamental es cubrir las necesidades básicas”, afirmó Acosta. 

Además de ello, Acosta señaló que la carencia de capacidad de poder adquisitivo puede causar decaimiento y problemas en el estado de ánimo en los individuos. “Mucha tristeza rabia y frustración son las reacciones más comunes ante este tipo de situaciones. También preocupación. Esto puede verse reflejado en el discurso negativo enganchado en el quejarse de algunos venezolanos”, dijo.

A pesar de lo anterior, la psicóloga afirmó que durante la crisis cada individuo debe cuidarse y eso también incluye abrir espacio para el disfrute, la recreación y el despejo la mente. Acosta aseguró que eso es lo que brindan las actividades culturales.