Teodoro Petkoff, indoblegable. Por David Maris
Teodoro Petkoff, indoblegable. Por David Maris

A SUS 83 AÑOS, TEODORO PETKOFF es galardonado con el premio Ortega y Gasset, de El País, de España. Desde su residencia en Caracas cuenta que no piensa pedir permiso al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, para poder salir de Venezuela. Sobre él opera una medida que le prohíbe la salida del país y lo obliga a presentarse a tribunales todas las semanas.

Esto es parte de lo que dijo en la entrevista con El País (16/04/2015):

Teodoro -como es conocido por los venezolanos, sus bigotes y lentes convertidos en icono de la cultura popular-, por su parte, algo restringido por los achaques de la salud y, sin duda, por las interdicciones de la justicia, persevera. Asegura El Catirerubio en castellano criollo de Venezuela-, hijo de una pareja de inmigrantes del Este de Europa -ingeniero búlgaro, el padre; médico polaca, la madre-, que estará presente en la venidera campaña para las elecciones parlamentarias, unos comicios en los que la autodenominada revolución bolivariana se juega su continuidad.

«No voy a ser candidato a nada, pero ayudaré en la medida de mis posibilidades a los amigos que se lancen», dice, y luego suelta una frase que sonará como una amenaza para sus adversarios, y como una ráfaga de esperanza para quienes le veneran: «Yo no puedo dejar de ser lo que soy».

Lee la entrevista completa aquí.