Otra vez Miguel Cabrera protagoniza un incidente lamentable. Nuevamente se mete en líos por el alcohol y pone en riesgo una carrera que podría llevarlo a las más altas cumbres del beisbol.

Finalizando la temporada de 2009, su joven esposa levantó el teléfono para llamar al número de emergencias 911 y pedir auxilio, temerosa por la actitud desmesurada de su consorte, quien estaba ebrio y ofuscado. Sin embargo no hubo denuncia de violencia y aquel episodio terminó cuando Dave Dombroski, mandamás de los Tigres de Detroit, fue a buscarlo en la comisaría.

Ese fin de semana los Tigres aún peleaban la posibilidad de llegar a la postemporada, hecho que hizo ver peor la actuación del jugador aragueño. La afición de Detroit esperaba que su mejor jugador pudiera ayudarlos en días definitivos y en contraste pasó lo ya tantas veces comentado.

Cabrera se comprometió a someterse a un tratamiento para controlar su adicción al alcohol y hace exactamente un año, cuando se reportó en los entrenamientos de primavera, aseguró que había aprendido la lección y que su mente estaba en ayudar a los Tigres de Detroit.

No tengo dudas de que la inmensa mayoría decidimos creer que estaba dispuesto a reivindicarse y es un hecho que sus números fueron superiores, como para pensar que el problema de la adicción al alcohol estaba siendo superado.

No obstante en agosto, según Detroit News, Cabrea tuvo un incidente en un bar de Birmingham, en el que presuntamente incitó a pelear a un hombre y se burló de un adolescente.

Su desempeño en el terreno de juego fue incuestionable y ello hizo pensar que los malos momentos habían quedado en el pasado.

Hoy volvió a ser noticia cuando se dio a conocer la información de su detención en Port St Lucie, Florida, por conducir en estado de ebriedad y negarse a cooperar. Incluso, según informaron los agentes involucrados, quiso tomarse un trago de la botella de escocés en frente de ellos.

¿Saben quién soy? No saben nada de mis problemas», dijo a los policías..

La gerencia de Detroit está considerando asignarle un chofer y un médico que lo ayude en el tratamiento para superar su adicción al alcohol, pero todo eso será poco si él no pone de su parte.

A cualquier persona hay que darle todas las oportunidades posibles para reivindicarse.

Cuando pasan estas cosas, lo único que pienso es que en ocasiones olvidamos que esos “súper héroes”  son seres humanos, con virtudes, defectos, fortalezas y debilidades y muchas veces no les perdonamos errores que hemos cometido nosotros, nuestros amigos o familiares.

Somos despiadados en las sentencias y le exigimos que sean ejemplos para nuestros hijos porque saben batear o controlar una pelota.

por Mari Montes

Nota del editor:

Seleccionamos la última foto de Miguel Cabrera por dos razones, primero por el análisis de nuestra escritora sobre el ejemplo que le exigimos a los deportistas para nuestros hijos y segundo por la camisa que tiene el fanático de «Cabrerita» en la foto que lee: «I tried to be good, but I got bored» lo que se traduce en: «traté de ser bueno, pero me aburrí» una señal de los tiempos que vendrían.