Amigo izquierdista, por Brian Fincheltub - Runrun
Amigo izquierdista, por Brian Fincheltub

Permíteme que te dedique estas líneas, seguramente mientras me lees estarás bebiéndote tu vainilla latte del día en Starbucks o quizás desayunando una omelette en la terraza de tu restaurante favorito mientras, desde tu iPhone X, aprovechas para defender la causa socialista mundial. No puedo negarlo, me da un poco de envidia, eso de leer tranquilo desde tu celular sin temor a que te lo roben, sin que se te quite el hambre de dolor luego que un niño de la calle te ruegue que le des algo para comer, sin miedo a que te maten, eso es algo que los venezolanos, sobre todo los jóvenes no sabemos lo qué es. Para ti es simplemente “capitalismo opresor”, sin duda debe ser muy duro vivir bajo tanta “opresión”, desde aquí nuestra solidaridad.

Pero ese no el tema que me anima a escribirte, hoy quiero hablarte de Venezuela. Lo sé, lo sé, aunque soy venezolano entiendo que nadie sabe más de la realidad de mi país que tú. Te he leído en Facebook, twitter y en YouTube, opinas y criticas como todo un experto tras pasearte por un par de artículos en un sitio propagandístico para progresistas veganos. Por eso no pretendo convencerte de nada, solo te pido que me permitas contarte mi punto de vista como un joven que ha vivido 20 años en socialismo. Comenzaré por responder a algunas de las afirmaciones que he leído en los últimos días, así llevamos un orden y no nos perdemos entre tantas contradicciones que se han dicho:

“Los presidentes los eligen los pueblos”: dicha en abstracto nadie pudiera estar en desacuerdo con esta afirmación, aunque para que sea más exacta habría que añadirle: “en las democracias a los presidentes los eligen los pueblos”. Pero como Venezuela no es una democracia los venezolanos no eligen, aunque pueda que voten. La inhabilitación de decenas de políticos opositores, la ilegalización de los principales partidos de oposición, el control social, la censura en los medios masivos de comunicación y la ausencia de un árbitro electoral imparcial son algunos de los elementos que permiten descartar la posibilidad que sea la herramienta del voto la que permita impulsar los cambios en el país. Eso solo sería posible en la medida que se generen las condiciones mínimas para elegir en libertad y con garantías, algo que, en una dictadura, evidentemente no es un escenario viable.

“En Venezuela hay un golpe de Estado”: comenzaré diciendo un cliché pero que resume muy bien el estado de cosas en Venezuela: los golpes de Estado los dan los militares. Hasta el momento lo que hemos visto es un pueblo en masa acompañando a su única institución legítima en la tarea de cumplir con la constitución y su artículo 233. Para entender el contexto de su aplicación hay que saber que expirado el mandato de Nicolás Maduro el 10 de enero de 2019, se produce una ausencia absoluta del cargo de Presidente de la República, pues resulta obvio que quien ha burlado la voluntad popular, en modo alguno pudiera ser considerado presidente electo ni mucho menos pretender juramentarse. Pero voy más allá, incluso en el supuesto negado que haya sido legítimamente electo, estaría igual violando la constitución al prestar juramento frente a su servil Tribunal Supremo de Justicia y no frente a la Asamblea Nacional, única institución legítima en Venezuela y que la dictadura ha declarado en “desacato”, una figura jurídica que no existe. Pero es que si incluso los militares pensarán en intervenir, tampoco estaríamos frente a un golpe de Estado pues la constitución exige en su 350 a cada ciudadano civil o militar, frente a la ruptura del hilo constitucional, la obligación de restablecerlo.

“Los EEUU quieren el petróleo venezolano”: aquí si es verdad que llegaron tarde. Es que si ese fuera el objetivo de los EEUU, los tiempos no le dan, los cubanos, los rusos, los chinos y ahora los turcos se apropiaron de nuestras riquezas y no los leímos a ninguno de ustedes elevar su voz. Ustedes que se dicen ecologistas no han dicho nada sobre el ecocidio que ejecutan impunemente potencias extranjeras y grupos terroristas como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) al sur del territorio venezolano. Me pregunto entonces por qué tanta hipocresía de su parte, como si de verdad le interesara en algo cuidar nuestras riquezas, si así fuera hace mucho ustedes hubiesen condenado el pillaje chavista.

Para finalizar una última recomendación, si nunca te han interesado los miles de asesinados, los torturados, les perseguidos, los millones de exiliados. Si nunca te ha interesado cuántos sufren sin medicamentos, cuantos mueren en los hospitales. Si has sido siempre indiferente al sufrimiento y el hambre de quienes viven la crisis de un modelo fracasado en silencio. Si nunca te ha interesado el eco de nuestra voz de protesta, lo mínimo que pudieras hacer es guardar silencio.

Brian Fincheltub
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@Brianfincheltub