La única razón por la que está Dictadura sigue en el poder es por culpa del liderazgo. El pueblo siempre lo ha dado todo… hasta su vida. Nunca el pueblo ha dejado mal a la dirigencia, por el contrario es la dirigencia la que ha dejado mal al pueblo. En el 2007 fue la única vez que se ganó una elección contra Chávez no sólo porque se tenían los votos sino porque había una nueva dirigencia: jóvenes amenazaron con salir a la calle a defender los votos porque los derechos no se negocian. Esa es la prueba de como el cambio de dirigencia significa un cambio de resultados.
Mi opinión es que tenemos casi 20 años gobernados por asesinos no por qué ellos son más fuertes que nosotros. Tenemos 20 años gobernados por asesinos por culpa de nuestros errores. Pero esos errores tienen que terminar y tal vez eso signifique un cambio de dirigencia. La Dictadura lo tiene tan claro que por eso Antonio Ledezma, Leopoldo Lopez, Daniel Ceballos, y tantos otros se encuentran tras las rejas. Solo aquellos que están dispuestos a negociar gozarán de libertad plena. Es cuestión de tiempo para que también Freddy Guevara, Maria Corina Machado y los que ya tienen orden de captura terminen tras las rejas.
Pero tenemos una solución: No negociar nuestros principios, decirle NO a la Dictadura. NO a sus regionales. NO a la constituyente. NO al CNE fraudulento y NO a todo lo que no garantice la vuelta de la democracia. Con una dirigencia pusilánime pasaran 20 años más bajo esta Dictadura cubana. Veremos cómo Venezuela dejará de existir solo porque no entendimos nunca que en la vida hay cosas que se pueden negociar pero nunca los principios. No es hora del cálculo político, es hora honrar a nuestros caídos, a nuestros más de 600 presos políticos y todos aquellos que lo han dado todo en esta lucha. La unidad debe ser alrededor de una estrategia ganadora. Quienes usen el chantaje de la unidad para incluir tácticas que le den oxígeno a la Dictadura no deben ser escuchados. Es hora de actuar unidos contra la Dictadura sin aquellos que retrasen una vez más nuestra anhelada libertad.