Los desafíos a los que se enfrentan las venezolanas para lograr la igualdad en el fútbol nacional - Runrun
Los desafíos a los que se enfrentan las venezolanas para lograr la igualdad en el fútbol nacional
Victoria Fumero tiene 18 años e inició en el fútbol a los 11, en la Escuela Menor de Fútbol Menor de la UCV Aragua, pese a que sus padres no estaban de acuerdo

El fútbol femenino en Aragua tuvo sus inicios en la década de los 70. Este es un deporte concebido para el sexo masculino, en el cual la mujer del siglo XXI ha logrado ganar terreno, pero enfrentando obstáculos por las barreras y prejuicios sociales.

“Nosotras nos comimos las verdes”, dice la profesora Norma Castillo, quien inició como atleta y se ha destacado como una de las entrenadoras más importantes del país de las categorías menores de fútbol femenino.

Castillo ha dirigido las selecciones de las categorías Sub15, Sub17 y Sub20 de Aragua, así como la Selección Nacional Femenina Sub15 y Sub17. También es directora de la Escuela de Fútbol Menor Juan Arango, donde terminó de formarse Deyna Castellanos.

Aunque Castillo reconoce que “estas niñas de hoy, gracias a Dios, están comiendo las maduras”, es consciente de que aún falta mucho camino por andar y de que no se ha avanzado tanto como quisiera. 

“Yo creo que el fútbol femenino le ha dado mucho al país y todavía seguimos siendo relegadas en muchos escenarios. Deberíamos estar en mejores condiciones”, indica la entrenadora.

Para la entrenadora, el “efecto Deyna” ha sido de gran ayuda para que las atletas femeninas comiencen a practicar esta disciplina deportiva desde temprana edad, sin tanta resistencia por parte de la familia y la sociedad en general, reseña un reportaje de Constructoras de Paz, iniciativa del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS).

Luchando contra los prejuicios sociales

Victoria Fumero tiene 18 años e inició en el fútbol a los 11, en la Escuela Menor de Fútbol Menor de la UCV Aragua, pese a que sus padres no estaban de acuerdo. En especial su papá, pues de acuerdo con lo que comparte “tiene esa mentalidad de que el fútbol es para hombre”.

También, su papá sostiene el prejuicio de las orientaciones sexuales e identidad de género de quienes juegan, porque de acuerdo a sus ideas el fútbol es un deporte que “masculiniza a las mujeres”. 

Por su parte, Elena Nieves, de 19 años, se enamoró del fútbol hace 10 y desde entonces no ha dejado de practicar esta disciplina. Vive lejos de donde entrena y entre “autobuses y cola de representantes” se desplaza de 3 a 4 días a la semana para entrenar. 

Nieves consideró que “hay machismo en el fútbol” y celebra los avances que en los últimos años ha tenido el reconocimiento de las mujeres en esta disciplina que “da valores, disciplina y responsabilidades”, pero le pide a las autoridades le dediquen la misma importancia, tiempo y espacios al fútbol femenino como al masculino.

 

Astrid viene de una familia de futbolistas. “A pesar de que es niña, ha tenido esa voluntad de seguir entrenando y de seguir practicando este deporte que, con mayor fuerza, ha sido del género masculino”, afirma su progenitora.

Mucho por lo que luchar por la igualdad

“En Aragua, lamentablemente el fútbol femenino ha decaído y las atletas han visto la necesidad de emigrar a otros estados para poder evolucionar y ser vistas”, reconoce Katherine Zaa, jugadora de fútbol sala y fútbol campo que en la actualidad es ficha del Caracas FC.

Zaa repara el tiempo que ha dedicado a sus hijos y a los equipos con los que ha colaborado y, al sacar la cuenta de la cantidad de torneos y equipos participantes, contabiliza casi 30 equipos masculinos y poco más de 11 femeninos.

De acuerdo con Constructoras de Paz, todavía existe recelo, incluso entre los atletas masculinos. El ver a una mujer en el campo, especialmente en las categorías menores cuando las niñas y adolescentes deben jugar en equipos masculinos, ya que todavía no existe el número suficiente de atletas para formar un equipo exclusivo de chicas.

 

La presidenta de la Asociación del Zulia y presidenta del Fútbol Femenino Venezolano, Suying Olivares, reconoce que, si bien falta camino por andar, han logrado “desarrollar una filosofía diferente de que el fútbol femenino es una carga para el equipo profesional”.