¿Pasó Catar la prueba del Mundial? - Runrun
La Pizarra del DT Dic 18, 2022 | Actualizado hace 1 año
¿Pasó Catar la prueba del Mundial?
Sin los hinchas argentinos o los marroquíes que viajaron hasta Doha, el mundial hubiese tenido un peso y valor muy bajo en cuanto a ambiente se refiere. Los locales no ayudaron para que el clima mundial fuese como en Rusia o Brasil
La consagración de Lionel Messi hará que el Mundial de Catar sea perdurable

 

El mundial inició y terminó de formas similares. El 20 de noviembre preguntábamos quiénes eran esos “impostores” con camisas de Messi y de la India que celebraban en las calles de Catar. El 20 de diciembre, esos mismos son los que terminan de llenar las calles de Doha con festejos.

En 30 días de competencia se descubrió que Bangladesh tiene una ferviente afición por la selección de Argentina, que Messi se termina de consagrar levantando la Copa del Mundo, que las mujeres sí pueden mostrar las piernas en Catar y que los países del golfo pérsico están en una constante evolución y crecimiento que busca posicionarlos dentro de la élite económica mundial.

Se vieron los 200.000 millones de dólares invertidos en megaestructuras como estadios, edificios con una espectacular arquitectura, pero sin personas viviendo en él y un marketing como muy posiblemente ningún país vaya a tener en un futuro cercano en un evento deportivo.

Catar, con una economía en crecimiento, busca posicionarse como un país potencia. Para el Mundial se prepararon para acoger a tres millones de personas, pero según cifras no oficiales, solamente llegaron 800.000. Lejos de toda la propaganda en contra del Mundial, los ya conocidos problemas de derechos humanos y lo cerrado que pueden ser como sociedad en algunos aspectos, lograron su objetivo: estar en el ojo del mundo.

Los fanáticos no fueron los más fervientes y, sin duda, los locales no ayudaron para que el clima mundial fuese como en Rusia o Brasil. Sin la cantidad de argentinos y marroquíes que viajaron hasta Doha, el mundial hubiese tenido un peso y valor muy bajo en cuanto a ambiente se refiere.

El hecho de todo es que generaciones presentes y futuras sabrán señalar a Catar en el mapa, saber decir que su capital es Doha y que, al menos en el mes del Mundial, se mostraron como una sociedad más que apta para albergar eventos internacionales. Con sus lógicos asteriscos.

¿Catar pasó la prueba? Pues sí. Lo hizo. Y la consagración de Lionel Messi lo hará vivir incluso más en el tiempo. Ahora, toca esperar tres años y medio más para vivir el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá en 2026.