La oposición venezolana, encabezada por Juan Guaidó, exigió al Gobierno de Nicolás Maduro una «fe de vida» del militar venezolano Luis de la Sotta, considerado preso político, pues aseguran que se encuentra «confinado» en una celda y sometido a «trato cruel e inhumano».
«El capitán de navío Luis de la Sotta lleva siete días confinado en una celda 2×2 (dos metros de ancho/dos metros de largo) en la DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia Militar), le prohibieron su legítimo derecho a ver a su abogado y continúan sometiéndolo a trato cruel e inhumano, exigimos fe de vida del capitán», denunció Luis Somaza en su cuenta en Twitter.
El capitán de navío Luis de la Sotta lleva siete días confinado en una celda 2×2 en la DGCIM, le prohibieron su legítimo derecho a ver a su abogado y continúan sometiéndolo a trato cruel e inhumano, exigimos fe de vida del capitán, quien no es más que otra víctima de Maduro
— Luis Somaza (@LuisSomaza) July 23, 2022
Por su parte, el también opositor Eduardo Battistini aseguró que se trata de una denuncia hecha por familiares del militar y sus abogados y calificó la situación como «una clara violación continuada a los derechos humanos» del privado de la libertad.
«Hoy en Venezuela existen más de 300 presos políticos, civiles y militares que permanecen en las mazmorras del régimen por defender la libertad y la democracia. Reiteramos al mundo democrático que en nuestro país la situación no es un tema de ideologías sino una cuestión de DD.HH», dijo.
Alertamos a la comunidad internacional sobre graves denuncias efectuadas por familiares del Capitán de Navío Luis de la Sotta, señalando su confinamiento en una celda 2×2 metros desde hace siete días en la sede de la DGCIM en Fuerte Tiuna (principal sede militar de Venezuela)
— Eduardo Battistini (@ebattistini) July 23, 2022
De la Sotta, quien también tiene nacionalidad peruana, fue detenido y acusado dentro de un supuesto caso de conspiración en 2017, acusándole de delitos de rebelión y traición a la patria.
En julio de 2019, el Parlamento, entonces de mayoría opositora, denunció la «desaparición forzosa» de cuatro personas consideradas «presos políticos», uno de los cuales era el militar.
Debido a las condiciones insalubres de su detención, el capitán se contagió de COVID-19, sin que le fuera suministrada atención médica.
En un recuento que hace la organización Defiende Venezuela, indican que desde su reclusión en el Dgcim de Boleíta fue aislado, con restricción de alimentos, sin aseo personal y presentado a los tribunales cuatro días después de su detención sin que la familia tuviera conocimiento de dónde estaba.
Con información de EFE