
La inflación aumentará en los meses finales del año pero no de forma significativa
Alertan que la política de contención del tipo de cambio que ha adelantado el gobierno presiona el aumento de los precios en divisas (por el desfase entre inflación y devaluación) y, además, genera presión a los productores nacionales, porque sus costos suben a un ritmo muy fuerte
El socio y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, comentó en entrevista con el Circuito Éxitos que la inflación en Venezuela podría cerrar en 1.000% al término de 2021, una cifra un tercio menor a la de 2020, que fue 3.000%.
En la conversación con Román Lozinski, Oliveros explicó que este año ha sido atípico desde la perspectiva de gasto público por parte del Estado y que eso tiene varias lecturas.
«Hasta hasta hace dos semanas atrás, la ejecución de gastos por parte del gobierno ha sido bastante limitada, el gobierno no está incrementando gasto de forma importante. Ya para esta época deberíamos ver un incremento de gasto y no lo estamos viendo. Eso tiene lecturas económicas y políticas, tú pudieras decir si tienes elección en 18 días y no estás incrementando el gasto en forma sustancial pareciera que es porque te sientes cómodo y no te sientes amenazado, ya que no has hecho una ejecución de gasto como se hacía antes, esto tampoco se cumplió en la elección de 2020″, comentó.
El experto proyectó que la inflación aumentaría en los últimos meses pero no por el evento electoral del 21 de noviembre, sino porque los organismos deben cerrar ejecución presupuestaria y pagar bonificaciones pendientes que, aunque son bajas, siempre impactan.
«Es probable que antes de que finalice el año venga un aumento de salario por parte del gobierno, cosa que no se hizo. Estamos viendo un gobierno más conservador en términos de cómo gasta y eso incide en los datos de inflación y tasa de cambio. Es probable que veamos un repunte, pero no uno que desborde la tasa de inflación en noviembre y diciembre», indicó.
Política de contención de cambio y sus efectos
Oliveros también se refirió a lo que definió como una «obsesión» por parte de algunas autoridades del gobierno: frenar la tasa de cambio a través de distintos mecanismos, como la inyección de divisas y una menor ejecución de gastos.
En consecuencia, el tipo de cambio no subirá sustancialmente ni alcanzará los niveles esperados por los economistas a principios de año.
Oliveros precisó que si el tipo de cambio este año se hubiese ajustado a la tasa de inflación, en este momento, estaría más cerca de Bs. 10 que de Bs. 4,5, que es cómo está ahora. Advirtió que esto demuestra que hay una política de contención de la tasa de cambio que tiene sus consecuencias.
«Abarata los productos importados, obviamente incide en que la inflación no suba más, genera el fenómeno de que los precios en divisas suben por el desfase entre inflación y devaluación, y además, le mete presión muy fuerte a quien produce en Venezuela, porque sus costos suben a un ritmo muy fuerte, mientras que quien importa tiene más estabilidad por la tasa de cambio. Al final, tiene unas distorsiones, no todo es color de rosa, pero efectivamente pareciera, que el gobierno quiere cerrar bonito para la foto, quiere mantener tendencia de reducción de inflación y una tasa de cambio que no represente incremento y, probablemente, los analistas nos quedemos con cifras por encima de los que esperábamos para este año», argumentó.
Por otra parte, Oliveros opinó que no tendría sentido reactivar el esquema 7+7 en el mes de enero, cuando terminen los dos meses de flexibilización ampliada. Alertó que el país necesita que su economía siga funcionando porque se ha contraído 80% en 8 años.
«En buena parte de sectores de la población no se cumple y genera esquemas perversos ligados a corrupción o matraqueo. Antes de enero se deberían evaluar permanentemente dónde se dan focos de contagio, cómo se está haciendo, por qué la curva está cómo está y no se reduce, cómo va la vacunación, si tenemos stock y vamos a tener acceso a nuevas vacunas. Son los temas que se deben evaluar entre un país que necesita que su economía sigue funcionando, nos hemos contraído 80% en 8 años, no podemos seguir cayendo y es muy difícil poder mantener a todo el mundo en trabajo remot,o porque el acceso a internet tiene graves problemas. Al final, hace falta una evaluación para escoger la mejor política pública y de acción del sector privado y llegar a una balance sobre lo que es mejor para la economía y que se sigan reduciendo las tasas de contagio», opinó finalmente.