El nombre de Adriana Martínez se escuchó por primera vez en 2011, cuando el régimen venezolano le abrió las puertas al Fondo Global de Construcciones SAS
Una pequeña firma que funciona en un centro empresarial de Cota, Cundinamarca, ha despertado el interés de la justicia de Estados Unidos por sus nexos con Álex Saab, el señalado testaferro de Nicolás Maduro, y con su socio, el también procesado por corrupción, Álvaro Pulido.
Se llama Vram Holding S.A., su contabilidad es compleja y su dueña es Adriana Martínez Rodríguez, una espigada bogotana, de 47 años, que ejecuta negocios que van desde actividades en mercados financieros y construcción de casas hasta comercialización de carne de pollo, cerdo y res.
Una investigación de EL TIEMPO recogió evidencia que demuestra que la empresaria bogotana aparece en empresas y negocios del extraditable Álex Saab, preso en Cabo Verde desde el 12 de junio pasado. Además, que registra movimientos bancarios desde Venezuela y desde el Medio Oriente, ligados a Saab y a su entorno.
Adriana Martínez. Foto: El Tiempo
Adriana Martínez saltó por primera vez a este ruedo en 2011, cuando el régimen venezolano le abrió las puertas al Fondo Global de Construcciones SAS, la firma con la que Saab construyó las casas subsidiadas por las que hoy es procesado y pedido en extradición por Estados Unidos.
Hasta ahora, nadie ha ido a preguntarle a la empresaria por la contabilidad y los negocios que hizo con Saab mientras estuvo en la empresa. Tampoco la han indagado por sus nexos personales con su socio Pulido, de quien fue pareja sentimental. Incluso, en redes la señalan como el supuesto eslabón para llegar al oro que ha salido subrepticiamente desde Venezuela.
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