Como una «exageración». Así calificó el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, la afirmación del Gobierno de Estados Unidos de que Venezuela representa una «amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad nacional».

En un comunicado, el purpurado consideró «deplorable» que mientras que Washington y La Habana normalizan sus relaciones tras más de cinco décadas de enfrentamiento la Casa Blanca y Miraflores «profundicen» sus diferencias.

Por último, el máximo representante de la Iglesia católica en Venezuela hizo «votos porque la sensatez, la cordura de ambas partes y la necesidad de relaciones normales entre los gobiernos prevalezcan sobre la conflictividad» y que «se inicie un diálogo que aclare la situación y se disipe el peligro de una escalada del conflicto».

La declaración de «amenaza» es un requisito que establece la legislación norteamericana para facilitarle al Ejecutivo de ese país adoptar medidas contra un tercer país o sus dirigentes sin necesidad de tener que recurrir al Congreso. En los seis años que Barack Obama tiene en la Presidencia estadounidense ha declarado a siete países como un riesgo para el suyo (Rusia, Ucrania, Siria, Yemén, Somalia y la República Centroafricana) y acto seguido ha aplicado sanciones como las impuestas contra siete cargos venezolanos, entre las cuales figuran retiro de visas y congelamiento de cuentas y bienes.