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DDHH olvidados | Desmentir la versión oficial y buscar justicia
Alex Yohan fue víctima de una ejecución extrajudicial en un operativo de la OLP en El Valle

@ValeriaPedicini

A Alex Vegas se le sigue quebrando la voz cada vez que menciona el nombre de su hijo. Las emociones lo invaden cuando recuerda cómo lo sacaron de su cama, le dieron dos disparos en el corazón y pretendieron mostrarlo a la opinión pública como un delincuente muerto en un enfrentamiento. 

La injusticia de la ejecución extrajudicial de su hijo, Alex Yohan Vegas de 16 años se repite y profundiza cada vez que tiene que desmentir la versión oficial. Cuando tiene que recalcar que el crimen ocurrió en condiciones ilegales y que los responsables aún no cumplen pena por el delito cometido. 

“Esa gente estaba como loca ese día. Querían matar, y de hecho en casa de un vecino asesinaron a cinco muchachos. La cantidad de funcionarios era impresionante, y a Alex Yohan lo trataron como si fuera un delincuente, un pran. Lo hicieron con mucha saña. En mi casa no encontraron drogas, ni armas, ni nada, al contrario, me robaron. Igual yo les hubiese dado todo, pero no que me hubiesen quitado a mi muchacho”. 

Eran alrededor de las 6:30 de la mañana del 10 de marzo de 2017 y Alex Vegas estaba preparando el desayuno para toda su familia, la rutina antes de ir a sus trabajos y llevar a la menor de sus hijas al colegio. 

Todavía estaba en ropa interior y en cholas, sin imaginar que un comando mixto de fuerzas de seguridad del Estado llevaba rato allanando casas en su zona, en Cerro Grande, El Valle. 

A mandarriazos

No tocaron la puerta, sino que la tumbaron a mandarriazos.  El único que seguía durmiendo era Alex Yohan en el piso superior, a quien los policías despertaron a golpes. Al resto de la familia la mantuvieron abajo, custodiada. “Yo traté de subir varias veces, pero no me dejaban, hasta que uno de los funcionarios se cansó, buscó una cabilla y le dijo a otro ʻsi este se pone cómico le das con esto”. 

Los mantuvieron fuera de la vivienda un rato y luego le consiguieron un pantalón. Habían decidido sacarlos de ahí y mientras les conminaban a bajar las escaleras del sector, sus familiares de las casas vecinas salieron a enterarse sobre qué estaba sucediendo. Alex padre apenas alcanzó a gritarles: “Ahí tienen a Alex Yohan, vayan a ver”. Les obligaron a subir a la camioneta policial y les trasladaron a la División Antidrogas de la Policía Nacional, en el sector de San Bernardino. Luego los llevaron de vuelta a la jefatura de El Valle. 

Durante las cinco horas que mantuvieron a la familia Vegas retenida, sin noticias del adolescente y sin poder comunicarse con alguien, la desesperación y la incertidumbre sobre lo que estaba sucediendo con Alex Yohan se volvieron insoportables. 

La autopsia que le hicieron al muchacho reveló que, a los pocos minutos de subirles al transporte, un funcionario arrastró al joven a la sala y le dio dos tiros en el pecho. “Si hubiese habido un enfrentamiento no habríamos permanecido media hora ahí sentados en piyama, afuera en las escaleras, sin saber lo que estaba pasando. Y habría huecos de disparos por toda la casa, pero no”. 

La letalidad de esa incursión de la OLP en El Valle fue de tal magnitud que se organizó una protesta vecinal en las calles del sector. Fue ahí que los integrantes de la organización Orfavideh recabaron datos de los familiares de los jóvenes asesinados. Para Alex, es importante que se sepa lo que ocurrió. “Hay que estar buscando a los medios, en la calle, recordando lo que pasó porque si no todo se queda en el aire. Hay que sacarlo a la luz pública, porque si no la gente se olvida o cree que esas cosas no están pasando”.

El caso de Alex Vegas es de los pocos que ha logrado avances. El Ministerio Público actuó con celeridad el día de los acontecimientos, estuvo horas en su casa (y en la de las otras víctimas), hizo la planimetría, estableció que no hubo enfrentamiento. 

“El caso mío avanzó rápido dentro de todo porque hubo mucha prensa. Ya los once funcionarios involucrados tienen orden de detención y alerta roja con la Interpol. Está preso el que le disparó a mi hijo, pero cuando bajó toda la atención se empezaron a diferir las audiencias. Pero uno solo no cometió ese delito, cada uno tuvo responsabilidad y tienen que responder”.

N de R: El testimonio forma parte del informe «Víctima a víctima», disponible en el portal de Cofavic