Saqueos en Venezuela dejaron de ser meros intentos
Abr 29, 2016 | Actualizado hace 5 años
Saqueos en Venezuela dejaron de ser meros intentos
Entre marzo y abril ocurrió el fenómeno: el número de saqueos ejecutados sobrepasó al de los intentos de saqueo. Sólo en el último mes hubo 33 eventos de esta naturaleza. Durante el año han sucedido 116
El estado Zulia es el territorio donde se ha consumado el mayor número de acciones vandálicas de este tipo. A raíz de los desórdenes que se han presentado allí desde el lunes, el Comando Estratégico de Operaciones aplica un dispositivo «anti-guarimbas y antisaqueos»

 

Visualizaciones: Jessica Aharonov | Foto principal: @marimagdys

“TENEMOS HAMBRE”. ESO DECÍAN las dos centenares de personas que la noche del martes pasado violentaron el portón rojo rojito del Centro de Acopio de la Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL), ubicado en el sector Buena Vista de Petare, en Caracas. La turba, conformada en buena parte -de acuerdo con los relatos de testigos- por mujeres y jóvenes, se hizo con varios bultos de leche en polvo que cargó en carros y en motos rumbo a Campo Rico, una barriada cercana a la zona. El episodio es uno de los 25 saqueos ocurridos en un abril que aún no ha terminado, pero que ha rebasado los registros mensuales obtenidos durante 2016 de este delito.

Este abril y el marzo pasado comparten una particularidad. En ambos meses, los saqueos ejecutados superaron a los intentos de saqueo. El fenómeno era exactamente el contrario en los dos primeros meses del año. En enero, por ejemplo, el informe del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) indicó que hubo 19 intentos de saqueo y 10 saqueos consumados, mientras que en febrero, los intentos llegaron a 22 y los saqueos a 13. Los primeros, como se ve, solían ser más numerosos que los últimos.

Una revisión hecha por Runrun.es reveló que en marzo  de este año las cosas cambiaron. Ese mes hubo 10 saqueos sólo en el sector alimentario. Sin embargo, por primera vez, el número de intentos fue más bajo: 9. En abril, la aplicación de los racionamientos eléctricos, la escasez y el aumento de precios coció un caldo de cultivo que degeneró en 25 saqueos de mercados, abastos, farmacias y camiones de comida, en tanto que sucedieron 8 intentos. Así, las acciones vandálicas sobrepasaron con creces los desórdenes de quienes querían y no lograban robarse los productos que no tenían en su alacena. La suma de las cifras del OVCS y Runrun.es indica que, hasta el 27 de abril, 116 saqueos e intentos de saqueo se habían llevado a cabo.

Estas acciones violentas no son nuevas. La profundización de la escasez, cuyo índice oficial dejó de difundirse hace dos años, dejó ver los primeros sucesos de esta naturaleza en 2013, cuando comenzaron a verse los ataques hacia gandolas y camiones que transportaban distintas mercancías.

A medida de que transcurre el tiempo, los anaqueles están más vacíos y los números de este delito avanzan año a año. Según el OVCS, en 2015 hubo 287 saqueos e intentos de saqueo en Venezuela. La mayoría estaba dirigidos a transportes de carga de productos alimenticios y a expendios de alimentos.

Los reportes obtenidos en las últimas semanas tienen una palabra en común: desesperación. En casi todas las notas y comentarios, ya sea en medios de comunicación o en redes sociales, se utiliza el vocablo para explicar lo que motiva a una muchedumbre a apoderarse de lo que no le pertenece, lo que justifica el caos. Quienes saquean se desesperan en medio de largas colas por alimentos o al ver un camión volcado, o simplemente estacionado en la vía pública, con aquello que no tienen en su despensa. 

La Real Academia Española define a la desesperación como la “pérdida total de la esperanza” y eso parece haber sucedido esta semana en Maracaibo, estado Zulia, donde ha ocurrido el mayor números de saqueos en las últimas horas. Sólo entre marzo y abril, grupos de personas en esta entidad irrumpieron violentamente en 8 locales de venta de alimentos (mercados, automercados, panaderías) para llevarse su mercancía, se apropiaron de la carga de 5 camiones y se apoderaron incluso del inventario de un par de farmacias, otro de los productos que escasea que una Venezuela que está enferma y tiene hambre.

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En la capital zuliana, las revueltas ocurridas entre el martes y las primeras horas del miércoles dejaron 73 comercios afectados -24 de estos fueron saqueados en cinco eventos distintos- y 103 detenidos.

Ya en la noche del lunes, los saqueadores habían hecho estragos en una panadería y en un farmacia, de donde se llevaron medicinas y equipos informáticos. El miércoles, corrió el rumor de que la ciudad sería militarizada. En esas horas se activó el «dispositivo de seguridad ‘anti-guarimbas’ y ‘anti-saqueos'», ejecutado por los militares de la Región Estratégica de Defensa Integral Occidental, bajo las órdenes del Comando Estratégico Operacional.

El reporte de las 24 primeras horas incluye el saqueo de cuatro comercios, tres de ellos de alimentos, califica como «descontento por el ahorro energético» a las protestas por los racionamientos eléctricos que, oficialmente comenzaron a aplicarse este lunes, aunque los cortes de luz ya se habían instaurado en las capitales del interior del país desde Semana Santa.

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Cuatro factores que potencian los saqueos

Los hechos de violencia colectiva, que han pasado de protestas, quema de cauchos y cierre de vías, a saqueos y actos vandálicos, están potenciados por cuatro factores, afirma el sociólogo y experto en temas de violencia, Luis Cedeño: erosión del salario, escasez, desmovilización laboral y la matriz de opinión que transfiere la carga de culpa por la falta de alimentos a los comerciantes.

El experto y coordinador de la ONG, Paz Activa, explica que los ciudadanos han disminuido sus acciones en sus diferentes roles pues sienten que sus ingresos no compensan sus esfuerzos. En el caso de los policías la inconformidad con su realidad salarial se manifiesta de distintas maneras. “La policía hoy día siente que no tiene la responsabilidad de intervenir en este tipo de hechos de violencia, como los saqueos y los linchamientos. Que lo que ganan, lo que reciben a cambio no compensa los riesgos que deben enfrentar. Y entonces lo que hay es una conducta permisiva. La gente ha notado que la función policial ha disminuído y aprovechan esa situación.”, explica Luis Cedeño.

Pero en parte los funcionarios no dejan de tener razón. “Una pareja de patrulleros no está en capacidad de enfrentar o controlar a una multitud de 100 de personas violentas y armadas con objetos contundentes. Por otra parte, las policías municipales no tienen funciones de orden público, y podrían argumentar que los saqueos son hechos de orden público”, señaló el sociólogo. Sólo las policías regionales y la Policía Nacional Bolivariana tienen los equipos y la potestad legal para controlar las protestas y manifestaciones.

Cedeño explica que el otro factor que potencia los saqueos es la escasez de productos básicos y medicamentos. “Existe una tensión clara entre la oferta y la demanda. No hay oferta de los productos que necesita la gente”.

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El tercer elemento que sirve de abono a los actos vandálicos y desvalijamiento de comercios es que se ha creado una matriz de opinión que transfiere la carga de culpa por la falta de alimentos a los privados. “Desde el Gobierno han hecho ver que no es un problema de escasez sino de acaparamiento. Que el responsable no es el Estado sino los comerciantes, y esto de alguna manera explica el porqué la gente arremete contra los establecimientos como abastos, farmacias y panaderías”, dijo el coordinador de Paz Activa.

El último factor que podría estar facilitando los saqueos es la desmovilización laboral, así denomina Luis Cedeño le medida del Gobierno de suspender las actividades en los entes del Estado de miércoles a domingo. Esto solo ocupa dos mediodía a los funcionarios públicos. “El ocio es un estado que facilita la sugestión y que lleva a las personas a participar en hechos en los que no intervendrían si estuvieran ocupados en sus trabajos. Esto aplica para los saqueos y los linchamientos”.