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Revolución

Inteligencia Artificial tendrá mayor impacto mundial que la revolución de Internet

PwC VENEZUELA PRESENTÓ el pasado 20 de junio en Caracas la 22va Encuesta Global Anual de líderes empresariales 2019, en la cual participaron 1.378 altos ejecutivos y directores de empresas representativos de 91 diferentes países.

La presentación correspondió a Pedro Pacheco, Socio Principal de PwC Venezuela, en el marco de la primera Reunión de Negocios de los Comité de la Cámara de Venezolano Americana de Comercio e Industria, Venamcham.

Crecimiento económico

La encuesta identifica cuales son las variables que definen o condicionan la confianza en el crecimiento económico de quienes lideran las empresas y negocios a nivel mundial en cuanto al crecimiento global de la economía.

En términos globales hay un cambio de expectativas de los CEO´s. El optimismo en cuanto al crecimiento económico global ha decaído entre los empresarios. Este año solo un 42% de los encuestados manifiestan optimismo en cuanto a más crecimiento, versus un 57% que así se manifestó el año pasado. En otras palabras, uno de cada cuatro líderes empresarial manifiesta puntual precaución en cuanto a una posible recesión mundial.

La encuesta también indica la percepción que tienen los encuestados sobre el futuro de sus propias empresas. Se observa de manera relevante que menos del 50% estima que la  empresa que lidera crecerá en uno o tres años. En la muestra correspondiente a los venezolanos un 52% manifestó no tener confianza en cuanto al crecimiento de su propio negocio en el próximo año, pero estos mismos empresarios cambian radicalmente su percepción al señalar en un 80% su confianza en lograr crecimiento en un lapso de tres años.

Ante la interrogante sobre mecanismos y esquemas que garanticen crecimiento y más productividad, la mayoría de los consultados señaló que en “ser eficientes operacionalmente”, “crecimiento orgánico” y “lanzamiento de nuevos productos o servicios” están las mejores opciones para crecer. En anteriores encuestas aspectos relevantes para el crecimiento de la empresa eran otros tales como; adquisiciones, fusiones y apoyo a emprendedores. 

Las amenazas

Al identificar cuáles son las principales amenazas que se perciben para lograr crecimiento en sus respectivas empresas, los ejecutivos de estos 91 países siguen señalando como la mayor amenaza en el 2019  “las regulaciones excesivas”, seguida de la incertidumbre política, la disponibilidad de habilidades clave, los conflictos comerciales, los ciber ataques, el proteccionismo, los temas inciertos de geopolítica, el populismo y la velocidad de los cambios tecnológicos, entre otras. 

Este año hay tres preocupaciones que se hacen presente que no estaban en la encuestas de años anteriores: incertidumbre política, conflicto comercial y proteccionismo. En el caso de la muestra de los ejecutivos y directivos venezolanos que participaron en esta encuesta señalan que la “inestabilidad social” seguida de las regulaciones excesivas y el populismo son las tres principales amenazas de sus negocios en el país.

Los ejecutivos y directivos a nivel mundial fijan atención en los crecientes procesos nacionalistas y populistas que marcan tendencia y ponen el riesgo el crecimiento de la economía global. Otra amenaza que crece año tras año es la escasez de personal que cuente con las habilidades claves. En este sentido se prevé que acentuará la “guerra por el talento”

Al tratar los temas de los conflictos globales que mayormente amenazan el necesario crecimiento global de la economía, los encuestados manifestaron mayoritariamente que las relaciones de los Estados Unidos con China y con la Unión Europea son a todas luces los dos principales problemas a resolver. Para los venezolanos, la relación con Colombia y países vecinos representan sus principales problemas de carácter comercial. 

Cambios y futuro

¿Qué eventos o circunstancias han transformado su modelo de negocio en los últimos años? fue una de las preguntas más destacada en la consulta de PwC presentada en la Conferencia de Davos. Los ejecutivos consultados señalaron que en los últimos años las causas que han tenido mayor impacto en sus modelos de negocios están asociados más a “los avances tecnológicos” que a “los cambios demográficos”, “cambios en el poder de la economía global” o la “escasez de recursos y cambio climático” 

Explorando hacia el futuro, se consultó sobre la visión que se tiene al corto plazo en torno al uso de la Inteligencia Artificial. En este sentido un 61% de los encuestados estima que el impacto de esta innovación será inclusive mucho mayor sobre los negocios que la que tuvo internet en el siglo pasado. Llama la atención que esta cifra sube al 80% entre los ejecutivos de la zona Asia-Pacífico. Entre los venezolanos, el 75% señala que no ha tenido ninguna iniciativa, ni tiene planificado tenerla en el corto plazo con la Inteligencia Artificial, lo cual es una señal preocupante de cara al futuro si no hacemos nada para revertir esta tendencia

Los ejecutivos y directivos a nivel mundial destacan que cada vez disponen de más información pero no cuentan con la habilidad de analizarla (Big Data), esperan que la Inteligencia Artificial acorte la brecha entre la información disponible y la necesaria para tomar decisiones

En favor del empresario venezolano

Señala Pedro Pacheco que los resultados de esta encuesta y del debate promovido en el Foro de Davo, llevan a formular un conjunto de preguntas en favor del empresariado venezolano, a los fines del máximo aprovechamiento de la valiosa información obtenida para el desarrollo operacional de sus propias empresas. Ellas son: El actual entorno genera cambios, ¿Cómo aprovechar esos cambios? ¿Cómo innovar en Inteligencia Artificial? ¿Cómo contratar y entrenar talento que distinga nuestro particular negocio? ¿Cómo reinventar nuestro modelo de negocio? ¿Cómo ser mas resiliente? ¿Cómo cuidar nuestra marca y reputación? ¿Cómo llevar el negocio financiera y socialmente sustentable? ¿Cómo estamos involucrando a nuestros actores clave para superar crisis y aprovechar oportunidades? ¿Estamos planificando para nuevos escenarios de riesgo? ¿Cuánto tiempo le están dedicando los líderes de empresas a la planificación estrategia y el seguimiento?Responder estos interrogantes con base a la data recabada en esta encuesta es una oferta que hace PwC Venezuela a los empresarios nacionales, a los fines de aprovechar las oportunidades y cambios que caracterizan al sector productivo venezolano. Estos resultados serán mostrados en una serie de presentaciones a favor de clientes y relacionados de la Firma en nuestro país. 

Promesas recicladas, por Edward Rodríguez

EL PAÍS SE CAE A PEDAZOS. Inocentes venezolanos mueren en los hospitales por falta de medicinas, de insumos médicos, y también por un apagón al no funcionar las plantas eléctricas, pues al parecer era más importante llevarle unas Garotas al subdirector para su oficina, que repararlas.

Cinco mil venezolanos huyen a diario de la peor crisis humanitaria de la que se tenga memoria, ciudades enteras pasan doce horas y hasta más sin electricidad; también padecen por semanas la falta de agua y de gas.

El salario mínimo no alcanza ni para comprar un pollo, por más que lo aumenten todos los meses, no alcanza, se vuelve sal y agua; no hay efectivo, las estaciones de servicio colapsan porque no hay gasolina; en fin.

No caeré en los detalles de los malos chistes de Nicolás, de sus comentarios fuera de lugar, ni mucho menos en su imposibilidad de contener un eructo en plena cadena nacional de radio y televisión; mejor, revisemos el reciclaje de promesas que hizo, no para un año, sino para seis, imagínense ustedes.

Veamos, prometió acabar con la miseria y con los pobres, esto lo está cumpliendo poco a poco, porque los está acabando y matando de hambre, literalmente. Prometió disminuir los índices de desempleo y reactivar la industria, que se va a poner al frente de la fulana guerra económica, que asumirá la conducción de Pdvsa, que Dios nos agarre confesados; etc, etc, etc.

El detalle, no es prometer, el detalle, está en cumplir. Y hasta la fecha Maduro no ha cumplido nada; hasta se inventó una criptomoneda para, según él, salvar la economía, y a la fecha todo se ha quedado en pura ficción.

Destruyó el salario e hizo de Venezuela el único país del mundo en el que un aumento salarial causa angustia. Cinco aumentos salariales en 2018 y uno en lo que va de 2019 han representado seis momentos de terrible zozobra y depresión en la clase obrera de la que tanto habla y dice defender.

La lista de promesas, incoherencias y mentiras fue muy larga y repleta de clichés e ideas huecas, vacías.

Venezuela reclama por la conducción de alguien capaz y verdaderamente comprometido con la democracia y el progreso. El país cambió, los venezolanos cambiaron, y no se calan más el cuento de la caja de comida y los perniles que nunca llegan, el miedo se perdió, la revolución se perdió.

Se está a tiempo de deponer el orgullo y ambición.

“El hombre es amo de lo que calla, y esclavo de lo que dice”.

 

@edwardr74

Inversionistas a juro y limpios, por Ramón Hernández

MI AMIGO EL TECNÓCRATA NO ES políticamente correcto ni tan mal educado y grosero como el mecánico italiano que tenía una cafetería en la esquina de Panteón y nunca le fio a los periodistas de Últimas Noticias. Tampoco dice groserías, pero llama “cretinos tecnológicos” a los lerdos en el uso y manejo de computadoras, teléfonos inteligentes o cualquier herramienta digital que “requiera utilizar más de una neurona, como ocurre para mascar chicle y caminar”. Es su descripción. A los denominados “millennials” los trata con desdén y apenas les ofrece el beneficio de la duda.

Frustrado y arrecho apagó su computadora y la desenchufó. Su malestar no se debía a la poca velocidad de Internet, la intermitencia de la banda ancha ni el bloqueo informativo que aplica la Cantv a los medios informativos que contradicen y se burlan del control comunicacional del régimen, sino a su imposibilidad de recuperar todos los bolívares del tercer mes de aguinaldo de la pensión del Seguro Social que el gobierno convirtió sin aviso y sin protesto en medio petro, cuidado.

Confiado, acudió a la página www.patria.org.ve y trató de revertir su dinero siguiendo las instrucciones que publicó un diario capitalino que tuvo fama de serio y que se rocheleó antes de que su ex dueño decidiera regresar a su Nueva York anhelada. Siguió las instrucciones con rigor. Primero tropezó con el lenguaje utilizado por el medio que fundó Andrés Mata en un arranque de poesía; luego quedó a mansalva de la estupidez –artificial, no congénita– de la web que transpira un dejo antillano tan fuerte que casi se le escucha el “mira, tú” y las palabrotas que más se oyen en bulines y paladares de La Habana.

No se amilanó. Cuando se disponía a “ingresar usuario y clave, ir a la pestaña ‘Monedero’, luego pinchar la opción ‘Plan de Ahorro’, a la izquierda de la pantalla”, mi amigo soltó una palabrota. No se había perdido la conexión ni había aparecido la pantalla azul de “fatal error” tan frecuente en los equipos obsoletos que sobreviven a la revolución. No, era algo peor. La página dejó de funcionar. Eran las 9:59 de la noche. El servició se restablecería a las 6:00 de la mañana. Muchos minutos después de lo anunciado, la página estaba operativa. Puso la clave o contraseña y luego hizo clic en la opción “Retención Anticipada”. Sin anestesia apareció una ventana con el monto de la comisión que le cobraba Miraflores por recuperar su dinero “ahorrado”. Poco le importó que apareciera el solecismo “a pagar” ni otras incorrecciones gramaticales de peor cuantía, la mentada de madre al de siempre se escuchó y reverberó más allá de Fuerte Tiuna.

El madurazgo no solo lo obligó a “ahorrar” una importante porción de sus menguados ingresos en una criptomoneda inexistente, sino que además tuvo que pagarle “vacuna” para recuperar sus activos. Igual que en las operaciones que los muchachos del ELN y los disidentes de las FARC realizan en la frontera y más acá de San Juan de los Morros, pero con un oficioso toque de legalidad que deja en babia hasta a los aplatanados de la constituyente.

Mi amigo no cuestiona las buenas intenciones implícitas en la medida: la acumulación de capital, lo que no entiende es que el ahorro lo haga el régimen desde el bolsillo de los pensionados y no desde el buen manejo del Tesoro que tanto descosió Alejandro Andrade con la complicidad y la asesoría de los hermanos Sánchez, Tomás y el otro de la pistola al cinto. Quien recibe unos emolumentos que apenas le alcanzan para comprar unos muslitos de un pollito desmirriado no puede ahorrar ni una locha, mucho menos medio petro. Al contrario, le falta dinero para las medicinas, el alquiler, los trapos, los zapatos, el agua, la electricidad y el aseo urbano. Le faltará todavía más si tiene que ponerse en manos de un avispado que desde su computadora le haga la reversión de los petros y le pida para el cafecito, siempre en diminutivo, el bien que más pagan los venezolanos en efectivo. Vendo portal con Niño Jesús, sin ganado mular ni parientes cercanos.

@ramonhernandezg
El Nacional 
Alejandro Armas Nov 02, 2018 | Actualizado hace 3 semanas
El símil que viaja en el tiempo

LA ESPADA DE BOLÍVAR DEJÓ DE CAMINAR por América Latina. La época en la que Hugo Chávez podía viajar por todo el continente desde México hacia el sur parece un recuerdo distante. Conservadores y liberales han desalojado, uno tras otro, los gobiernos izquierdistas que tanto entusiasmaron a los jerarcas de Caracas en la década y media pasada. Recuerdo que hacia mediados de 2017 Nicolás Maduro pronosticaba un viraje espectacular, una nueva sucesión de victorias electorales socialistas en el vecindario. Pobre intento de emular a la profetiza Casandra. La derecha luce cada vez más fortalecida en Latinoamérica. El despegue impresionante de Jair Bolsonaro es la manifestación más reciente (mi opinión sobre este personaje la expuse en el artículo justamente anterior a este).

Sería un error asumir que estos cambios son la única causa de la sobrecogedora pérdida de amigos del chavismo en América Latina, aunque sin duda es un factor. Esta debacle también tiene mucho que ver con la magnitud de la catástrofe en la que ha caído Venezuela política, económica y socialmente. La confiscación de funciones de la Asamblea Nacional, la represión espantosa de protestas, el hostigamiento de dirigentes opositores, la pobreza exorbitante y la estampida de ciudadanos que huyen hacia otras tierras conforman un cuadro ante el cual solo un puñado de aliados incondicionales de Miraflores cierra los ojos. La mejor prueba de que no fue un fenómeno puramente ideológico es que gobiernos de izquierda moderada que por años guardaron silencio sobre los atropellos cometidos en Venezuela alzaron la voz por primera vez, gritando “¡Basta!”. El caso más notable fue el Chile de Michelle Bachelet.

Este proceso ya estaba bastante avanzado cuando en 2017 los ecuatorianos fueron a las urnas. Los venezolanos opositores, emocionados por las derrotas de los compinches del chavismo, se llevaron un chasco al ver que Lenín Moreno, el delfín de Rafael Correa, salió airoso. Pero muy a pesar de su pasado e incluso de su nombre de pila, Moreno no ha parado de sorprender, dentro y fuera de su país. Ha tendido puentes hacia la oposición, ha roto con sus viejos correligionarios (incluyendo al propio Correa), ha promovido con éxito cambios constitucionales para restringir la permanencia de un individuo en la Presidencia (¡siendo él Presidente!)… Y, poco a poco, se ha distanciado del chavismo. La reacción oficialista en Venezuela no ha sido la más acertada para sus intereses. En vez de explotar hasta más no poder cualquier afinidad ideológica con la nueva elite ecuatoriana, el chavismo arremetió contra Moreno con su verborrea belicosa característica. Como resultado, Ecuador expulsó a la embajadora venezolana y viceversa. Tal vez el éxodo venezolano, del cual Ecuador se ha vuelto un gran receptor, hizo inevitable este desenlace.

De todas formas, el pleito con Moreno indica que el chavismo está dispuesto a resistir su aislamiento en la región. En un país petrolero donde las colas para llenar el tanque de gasolina pueden ser eternas, Maduro tendrá que destinar mucho más combustible a su avión, porque en vez moverse por las cercanías, la mayoría de sus viajes sería hacia las antípodas, a Asia, donde están casi todos los grandes amigos que le quedan.

En la actualidad, los venezolanos hacen cada día miles de comparaciones entre su suerte y la de los cubanos. Y con razón. El parentesco con la isla cada vez es más notable, tal como la extrema izquierda criolla ha soñado desde 1959. Sin embargo, el símil en algunos aspectos puede hacer como el científico de H. G. Wells y embarcarse en un viaje por el tiempo. En otras palabras, en ciertos asuntos tenemos mucho en común con la Cuba de otra época. Así sucede con el hecho de ser los parias del continente.

A principios de los años 60, a medida que la Revolución Cubana se radicalizaba y hacía explícita su orientación marxista-leninista, casi todos los demás gobiernos latinoamericanos procedieron a cortar lazos con la isla. Hubo algunas excepciones destacadas, como México. Pero en general, Cuba se volvió la oveja negra del rebaño. El clímax llegó con la cumbre de la Organización de Estados Americanos en Punta del Este, en enero de 1962, cuando una mayoría de miembros del ente internacional aprobó excluir a Cuba.

Si bien es muy cierto que, en el contexto de la Guerra Fría, las demás naciones americanas tuvieron su alineación con Estados Unidos entre las causas para proceder de esta forma, también lo es que el régimen de los barbudos no era una víctima inocente. La Cuba comunista quiso desde un principio replicar la avanzada desde Sierra Maestra en cada uno de los países latinoamericanos. Durante los 60, Venezuela fue sin duda el caso más resaltante: guerrillas comunistas intentando derrocar por la fuerza gobiernos electos democráticamente, que contaron con el respaldo técnico de Cuba para lograr su cometido.

La isla aislada (disculpen la cacofonía) supo resistir su situación con el juego bipolar de la Guerra Fría. A saber, convertirse en un satélite soviético en el Caribe y depender completamente del intercambio comercial con la Unión Soviética y otros regímenes comunistas. La extinción de este mundo desató la peor crisis en Cuba desde que Castro y compañía irrumpieron en La Habana. Fue el catastrófico Período Especial, caracterizado por una extrema carestía de cuanto bien pueda imaginarse. No obstante, y a pesar de algunos brotes de descontento, el régimen nunca estuvo muy amenazado y consiguió estabilizarse en la segunda mitad de los 90.

Hoy Cuba no está aislada. Ni siquiera en el continente, a pesar de que el gobierno de Donald Trump ha retomado el tono duro hacia el castrismo, con implicaciones prácticas aún inciertas. Pero el repudio del mundo democrático hacia las prácticas de Caracas no parecen extenderse a La Habana. Incluso la invitación a Cuba para que retome su puesto en la OEA sigue en pie. Mientras tanto, Maduro queda limitado a sus alianzas con Rusia, China y otros Estados no democráticos al otro lado del planeta. Las aproximaciones a Turquía, una nación que lentamente se ha hundido en las garras del autócrata Erdogan, son bastante llamativas.

Maduro podría tener un respiro regional con la invitación al ascenso de Andrés Manuel López Obrador en México. Este ha sido el único triunfo (al menos relevante) de la izquierda populista en América en los últimos años. Está por verse con cuántos mandatarios latinoamericanos coincidirá y si podrá aprovechar para intercambiar palabras con ellos, o incluso con el segundo al mando de Estados Unidos, Mike Pence.

Como sea, el aislamiento venezolano preocupa por una sencilla razón: No son solo los dirigentes oficialistas quienes se aíslan, sino todas las millones de almas que siguen en el país. Tener muy malas relaciones con los vecinos puede ser inquietante para los habitantes de una nación de emigrantes. Otra angustia más para una gente que ya tiene demasiadas.

@AAAD25 

Oct 16, 2018 | Actualizado hace 6 años
Proceso de desvenezolanización, por Alejandro Moreno

LA IDEOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN RADICAL de tinte socialista que el gobierno trata de imponernos se quiere identificar como la revolución venezolana. Así, con el artículo, porque para sus promotores no ha habido ninguna otra revolución. La independencia tampoco se puede considerar revolución porque hubo cambio de régimen político pero no de cultura, ni de estructura económica, ni de relaciones sociales, ni de manera de pensar en la población, ni de ninguna de las organizaciones realmente fundamentales de la sociedad. Ahora sí, el proyecto es un cambio total tan radical que la próxima Venezuela no se parecerá en nada a la actual; y además se ha de obtener en poco tiempo. Será pacífico si es posible, pero si no, será a como dé lugar. Este es el verdadero proyecto. Para lograrlo, no se necesita ningún consenso democrático, porque ya se sabe que cuando se producen transformaciones de tal naturaleza, no se tendrá la anuencia de la mayoría, ni siquiera de una parte ni significativa de la población porque al producirse modificaciones totales y tan de fondo, la inmensa, especialmente de los sectores populares, poco capaces de calibrar el sentido de las realidades sociales concretas, se sentirá plenamente desquiciada en su forma habitual de vivir. Los verdaderos revolucionarios solo pueden ser una vanguardia que sabe plenamente la real marcha de la historia. Los demás, esto es, la masa, tendrán que someterse a la conducción de esa vanguardia. Y para lograrlo, se necesita disponer de todo el poder dirigido por ella.

No estoy diciendo nada nuevo, pero es frecuente que este verdadero proyecto se nos encubra y desviemos de él la atención confundidos por los más variados acontecimientos los cuales forman parte del mismo proceso puestos ahí en buena parte para desviar el foco de donde debe ponerse.

Más que nunca es pertinente insistir en la llamada del Evangelio a vigilar, a estar despiertos y a no dejarnos adormecer por las muchas distracciones que se nos ofrecen mientras no tenemos más remedio que preocuparnos de qué comeremos, de cómo nos curaremos o de cómo llegar al trabajo.

El proyecto, pues, es hacernos realmente otros.

ciporama@gmai.com

Sep 11, 2018 | Actualizado hace 6 años
Revolución y cultura, por Alejandro Moreno

En estos días Maduro dirigiéndose a militares de alto rango, les ha dicho que deben abstenerse de mantener relaciones con aquellos de sus familiares que no están con la revolución so pena de perder su carrera y todo lo que ella supone. Nunca antes, entre nosotros, se había expresado tan clara y contundentemente uno de los contenidos más medulares de la ideología revolucionaria. En ella, la revolución como concepto, como práctica y como dedicación única, focaliza total y exclusivamente los afectos y las relaciones. Para un revolucionario así, la revolución está absoluta y únicamente por encima de todo.

En mi artículo anterior he expuesto muy brevemente la base anclada en lo más profundamente vivido de nuestra cultura raigal. La relación afectiva, y sobre todo con la familia, constituye su esencia humana. La vivencia y sentido de familia es un componente estructural del mundo-de-vida venezolano. Esto lo hemos encontrado consistentemente en todas y cada una de nuestras investigaciones.

El análisis de las historias-de-vida de líderes políticos, específicamente de origen popular y actuando como tales en el seno del pueblo nos lo ha confirmado amplia y profundamente. Las relaciones entre adscripción a un partido político en términos de liderazgo y la familia siempre resultan conflictivas pero el líder político popular sabe encontrar la solución a ese conflicto sin perder nunca el fondo de familia, ni el “modo a lo familiar” de comportarse cuando se trata de los partidos tradicionales.

En cambio, cuando se trata de un compromiso con una política de izquierda radical las cosas son completamente diferentes. “Es que tú rompes con la familia; se rompe con la familia y hay un alejamiento afectivo y físico; es un asunto de izquierda”, es la confesión de quien en un momento de su vida se comprometió muy a fondo con ese tipo de política.

Las historias-de-vida de quienes, siendo de origen popular, permanecen en movimientos de izquierda radical lo atestiguan. La revolución absorbe, y debe hacerlo, totalmente todos los afectos y todo el mundo de relaciones de la persona.

En este sentido, la persona de izquierda se sale completa y radicalmente de la cultura propiamente venezolana. Así es como hay que entender lo que ellos llaman “el hombre nuevo”: un sujeto que pertenece a una otredad cultural desde la raíz de su modo de ser humano.

El proyecto revolucionario es, pues, un proyecto de desvenezolanización de nuestro pueblo en sí mismo y su mundo-de-vida.

¿Lo lograrán? Nunca lo han logrado. Los pueblos han resistido siempre.

ciporama@gmail.com

Se puede tapar la olla, pero no el lamento de los grillos, por Armando Martini Pietri

 

Los rojos rojitos son una lavativa seria, ahora resulta, uno que se siente perseguido y no reconoce su propia corrupción afirma conversar con quien se supone debería rechazarlo. Otro descubre, tarde como aquél pajarito, que los mandos deberían ser electos por las mismas bases que llevan más de veinte años esperando las promesas que siempre son para el próximo plan de la patria -y viendo cómo arriba escogen jefes por lo que jalan y no por lo que valen. Un tercero, más realista que los anteriores, advierte que ya no es tiempo de culpar al pasado después que en dos décadas no han cumplido y ha empeorado casi todo. Y, por último, al que señalan de culto dice; algunos compañeros emiten fuertes señalamientos y reproches, la crítica es imprescindible, pero la lealtad también. ¡Las entrañas pujan insistentes y adoloridas!

Los jefazos, engordados por el buen vivir, ¿alguien recuerda lo delgados que eran antes? están desconcertados. No deciden, adivinan. Escuchan la algarabía de sus propios grillos y tratan de cubrir la olla, es lo único que se les ocurre sólo han sido entrenados para reprimir, no para administrar, pero ya es una vasija con demasiada presión acumulada e incapaz de ocultar los chirridos y cántico tan llamativo de los insectos que se desesperan no por el ruido de una cocina llena de alimentos, sino vacía hasta de sonidos. Parece que se prendió la mecha por allá en los predios socialistas del siglo XXI y se amenazan de todo, quitarle la cabeza a los tradicionales, pedir la disolución de la irrita y fraudulenta Asamblea castro constituyente, evaluar las relaciones con el imperio, y ya sin disimulo, comenzar a distanciarse del madurismo, como lo hicieran -hace poco-  algunos en el Congreso del partido comunista cubano.

El falso bolivarianismo no da para más, demasiados militares golpean sus sables y bayonetas buscando ecos, los silencios de las cárceles también suenan. El castrismo se angustia, porque se da cuenta por la marea de espías y cooperantes distribuidos en la que soñó como colonia productora, que sus delegados han sido tan torpes e incompetentes que han derrochado los dólares y arruinado la mina petrolera, sin petróleo ni divisas la Cuba de Díaz-Canel y los gruñidos de Raúl Castro no valen nada, la tramoya se les descoyunta, el armazón tiene bases de barro y se desmorona reseca, ni siquiera para ellas tiene agua Hidrocapital.

La revolución ha cambiado su inicio y ya es lo que siempre fue, aunque lo ocultaba: involución, que rima perfectamente con destrucción. La guía de pensamiento, el plan maestro para Cuba fue enterrado en una roca granitada, con un peso aproximado de 49 toneladas, y una altura cercana a los cuatro metros, en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, que comenzó a diseñarse en 2006, y el intérprete ejecutor es hace tiempo un cadáver devorado por un cáncer imprevisto, mal tratado por una medicina que se estancó en el pasado, anquilosada por la falta de información, y sepultado a buen resguardo en una pesada losa sobre la cual los chavistas herederos ponen las manos pero no el talento que no poseen.

La olla hierve, presiona, mantenerla cubierta es sólo cosa de tiempo porque el grillerío crece y empuja para salir y si un grillo puede poco, miles lo pueden todo, la unión hace la fuerza y el chavismo de base unido fue vencido por sus propios grilleros, la derrota duele y avergüenza, sobretodo indigna porque ellos también han sido engañados y saben que hay una parte de la oposición que se ha mantenido firme en lo que advirtió años atrás y nunca ha dejado de advertir, una oposición que fue minoría cuando los cooperantes creían tenerlo todo en las manos y que de un tiempo para acá, los que están furiosos dentro del pote, y los que se enfurecen fuera es porque han sido siempre los principales burlados y perjudicados, se están dando cuenta de que en esta revolución fallida, hipócrita y prometedora de falsedades, sólo había una verdad y tiene nombre de mujer.

La cacerola está ahí, y el fuego sigue encendido, el apremio crece y a los malos cocineros se les hace más difícil sostener el cerramiento para que el caldo furioso no se rebose, estalle, y queme las manos. Inventan aguas frías, tratan con apaciguadores, pero fracasan, perdieron la confianza y nadie les cree.

“¡Soy Venezuela!”, gritan cada vez más ciudadanos venezolanos ¡Fuera Maduro! hartos de miseria y frustraciones; empieza a escucharse el imponente rugido desde la cazuela cada vez que la tapa se va levantando.

 

@ArmandoMartini 

La revolución que vendrá y su profeta venezolano, por Isaac Nahón Serfaty

 

En 1975 apareció un breve libro escrito por un venezolano peculiar. Su título era ambicioso: “La revolución de la inteligencia”. Su autor era un hombre culto, de hablar pausado y suave (muy alejado del vociferante demagogo), siempre con la sonrisa del optimista en la boca, y una cierta picardía en la mirada, como diciéndonos “todo irá bien”. Luis Alberto Machado planteaba allí una idea con un potencial tremendo, pero en términos simples: “…la inteligencia puede mejorar. Y, si puede mejorar, tenemos que hacer que mejore al máximo posible. Si ante mayores estímulos no dirigidos especialmente a este fin, de una manera que podemos llamar espontánea, ya ha mejorado, ¡qué no podría lograrse con un sistema dirigido consciente y sostenidamente con ese propósito?”.

 

Parecía que el Dr. Machado no sería profeta en su tierra, como había ocurrido con muchos otros grandes venezolanos, desde Andrés Bello hasta Fernández Morán. Pero el presidente Luis Herrera Campins, mandatario que no ha sido suficientemente valorado por sus logros debido a los también muchos errores de su gobierno, sí creyó en la propuesta del Dr. Machado, y creó en 1979 lo que entonces se llamó el Ministerio de Estado para el Desarrollo de la Inteligencia, del cual fue su primer y único titular. Entre otras cosas, como ministro el Dr. Machado puso en marcha un programa para formar a jóvenes madres en la estimulación precoz de sus bebés, programa que fue acompañado de una campaña de televisión, sin duda única e innovadora, en la que se ilustraban las técnicas para estimular el desarrollo de los niños a través del contacto amoroso y la interacción con sus madres. Pero como ha ocurrido en Venezuela muchas veces, al producirse el cambio de gobierno se desmanteló el ministerio y el desarrollo de la inteligencia ya no fue una prioridad del Estado.

 

Aunque sus ideas sobre el desarrollo de la inteligencia y la educación habían sido adoptadas en otros países como Israel, México, China, Corea del Sur, Bulgaria, Suráfrica, Costa Rica, el Dr. Machado se convirtió en un personaje casi exótico en su propio país. Fue objeto de chistes, de imitaciones en programas cómicos, y de esa acidez sardónica tan venezolana que a veces se confunde con viveza y “buen humor”, y que no es otra cosa que el reflejo de un profundo problema de autoestima que afecta a muchos compatriotas. La expresión más brutal de ese sarcasmo destructor vino del vociferante demagogo que fue Hugo Chávez, cuando en uno de sus infinitos Aló Presidente recordó, en tono de sorna, que cuando era candidato presidencial mandó a Edmundo Chirinos (ya en el momento en que se transmitió el programa en 2008 era sospechoso de asesinato y de abusos sexuales de sus pacientes) a que debatiera con el Dr. Machado.

 

Lo que Machado había planteado un su breve libro en 1975, y que puso en marcha durante los cinco años como ministro para el Desarrollo de la Inteligencia, hoy es confirmado por la ciencia y por la práctica. Primero, como lo dijo este profeta venezolano amable pero agudo, no existe un determinismo biológico, social o psicológico que marque el futuro de una persona. Numerosas investigaciones han confirmado que la combinación de una buena nutrición y de estímulos afectivos, cognitivos y motores son fundamentales para el óptimo desarrollo de un niño sano e inteligente (aquí pueden ver una entrevista con el médico pediatra Dr. Abel Albino que explica la importancia de un enfoque combinado de buena nutrición y estimulación temprana). Segundo, que el cerebro es un órgano que tiene una gran plasticidad, que puede cambiar y regenerarse (claro que con ciertos límites como los daños causados a temprana edad por la desnutrición), lo que va contra de la vieja premisa que decía que cuando las neuronas mueren se pierden para siempre o que un cerebro dañado (por ejemplo, por un accidente vascular) no puede recuperarse. Tercero, que los seres humanos somos una unidad indisociable cuerpo-mente que funcionamos a partir de otra unidad fundamental que es la del afecto y la razón. Y esto implica que toda política que se ponga en marcha tiene que enfocarse en el ser humano como unidad porque lo que nutra su cuerpo nutrirá su mente (y viceversa), y que su capacidad mental tendrá que ser el resultado de lo que hay llamamos una “inteligencia emocional”.

Cuando despertemos de la pesadilla chavista, que está produciendo una devastación social, sanitaria, nutricional, económica, política, educacional y moral, habrá que volver al simple y ambicioso programa del Dr. Machado, y de otros grandes venezolanos (recuerdo a los expertos en nutrición y desarrollo infantil, los doctores José María Bengoa y Hernán Méndez Castellanos, por solo mencionar a dos  héroes de la república civil), para construir un país en que la palabra revolución sea sinónimo de inteligencia y no de maldad destructiva.

 

@narrativaoral

*Profesor de la Universidad de Ottawa (Canadá)