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Así reaccionó la sociedad civil luego de que Ibsen Martínez reconociera que es un maltratador
Ibsen Martínez; escritor, dramaturgo, guionista, novelista, ensayista, colaborador para grandes medios y revistas como El País de España, El Malpensante (Colombia) y Letras Libres (México), admitió al menos tres agresiones ocurridas entre los años 80 y 90

 

La red social X, antes Twitter, fue el escenario para que este sábado, 16 de diciembre, muchos internautas expresaran su enojo, incredulidad y desconcierto, luego de conocerse que el escritor y columnista Ibsen Martínez admitió que a lo largo de su vida agredió físicamente a varias mujeres de su entorno cuando eran sus parejas sentimentales.

El escritor de 72 años, afirmó que la entrevista le generaba un gran alivio, algo que según él tiene que ver con la edad, pues asegura que «está solo como un huevón porque es un maltratador». 

Ibsen Martínez; escritor, dramaturgo, guionista, novelista, ensayista, colaborador para grandes medios y revistas como El País de España, El Malpensante (Colombia) y Letras Libres (México), admitió al menos tres agresiones ocurridas entre los años 80 y 90. 

Según el medio, la violencia de Ibsen contra sus parejas era algo que «ya se presumía en los círculos intelectuales, pero que se mantuvo en silencio».

El País de España señaló que una de sus víctimas, la escritora Sandra Caula, editora de Cinco 8 y también expareja de Martínez, en el año 2019 publicó en el artículo «Secreto a voces» que había sufrido un episodio de violencia de género hace un tiempo en Caracas. Si bien no mencionó directamente al escritor, comentó que recibió “una paliza” mientras su bebé recién nacido estaba al lado.

Al ser cuestionado sobre la veracidad de este señalamiento Martínez afirmó que «en efecto, así fue».

Las reacciones en X

Periodistas, profesores, políticos, escritores y economistas utilizaron la red social para expresar su opinión sobre las declaraciones de Martínez a El País de España. 

Una de las primeras en pronunciarse fue la escritora y poeta Claudia Noguera Penso, quien indicó que «finalmente pusieron la basura en su lugar, y le hicieron justicia a Sandra Caula».

La periodista Ibéyise Pacheco publicó la página de la entrevista y cuestionó que el escritor no muestra arrepentimiento y que solo lamenta estar solo. 

La periodista Mari Montes aseguró que aunque pidió a Martínez que hiciera el prólogo de su libro «Mis Barajitas», desconocía que era un maltratador. 

La profesora Gisela Kozak Rovero se solidarizó con Sandra Caula y cuestionó la normalización de la violencia de genero en la sociedad.

El poeta Guillermo Parra afirmó sentir asco por Ibsen Martínez. «Qué sujeto tan cobarde y miserable», dijo.

El economista Francisco Ibarra expresó que para él ha sido un honor que Ibsen Martínez llo haya bloqueado de sus redes sociales. «Siempre fue lo que es, pero en Vzla ha existido siempre esa especie de culto y de perdonarle todo a ciertas personas. Recordemos al inefable Edmundo Chirinos».

«Solo puedo pensar en las víctimas de Ibsen Martínez. Es lo que importa. Ellas importan. Siento rabia y tristeza. Un abrazo para ellas, para todas», publicó la escritora Oriette D’Angelo.

 
“Políticos” que no saben de política

@ajmonagas

Escribir sobre la cuestión política parte de entender la política en términos de su quehacer o su discurrir. Para lograrlo, primeramente debe tenerse claro que antes de que Platón se diera a la tarea de advertir la condición política del hombre social, debe reconocerse lo que luego Aristóteles definió como el “zoon politikón”. Un tanto para referir la esencia del hombre como “animal político”.

Con esto busca significarse que el hombre es por naturaleza un ser político. Esto hace ver la condición de político que muestra el hombre desde el mismo momento que logra expresar sus intereses y necesidades. De esa forma, puede comenzar a apreciar su capacidad intelectual, emocional y física para organizar la vida en sociedad. Y que consigue hacerlo al desarrollar su conciencia y demostrar sus aptitudes para conciliar la vida.

El problema que acá quiere hacerse notar es la confusión que se tiene entre la figura del hombre-político y del político-individuo. O sea, la condición política del ser humano no distingue momentos en que la presunción se impone sobre la razón. Aunque la naturaleza política no abandona al ser humano en su devenir social, cultural y económico, la soberbia y la vanidad lo llevan a actuar desprendido de la razón política propiamente.

Vivir esta tentación o desviación desde un cargo político (de gobierno), le impide comprender  el significado de un cargo de  representación popular. En consecuencia, el individuo se ve afectado en cuanto a la actuación política desempeñada. Por eso, muchas veces se arroga una impostura que lo distancia del carácter político y del papel que infunde el conocimiento cabal de la política.

Esto termina marcando una diferenciación entre el hombre-político y el individuo-político. Finalmente, el individuo asume un comportamiento social disociado del que pudo mostrar antes de verse imbuido en un ámbito de compromisos determinados por el ejercicio de la política.

De ahí que esta disertación busca aludir a “políticos” que no saben de política. Más, luego de comprender que la política, según Hannah Arendt, “reposa sobre un hecho: la pluralidad humana”.

Resulta una incongruencia de “solemnidad” que muchos de quienes usurpan cargos públicos, alcanzados incluso por votación popular (manipulada), no sepan de política. De su concepción, implicaciones y facultades. Suponen que el solo hecho de haber alcanzado un curul o la responsabilidad que compromete la función pública o de gobierno, es razón suficiente para abusar de atribuciones y decisiones. Además, tomadas al voleo. Desconocen el manejo ecuánime de las relaciones de poder y sus correspondientes exigencias administrativas.

¿Y así es cómo se gobierna?

De manera que el ejercicio de la política se vuelve un relajo de máxima jerarquía. La administración de gobierno se convierte en un enjambre de decisiones que terminan conculcando derechos, libertades y preceptos sin razón alguna. No se tiene idea de lo que engloba la coordinación de políticas. Muchos menos, su formulación, gerencia y evaluación.

La tendencia a manejar coyunturas sin siquiera tener claridad de conceptos (aislacionismo, autonomía, centrismo, coerción, desarrollo, estrategia, funcionalismo, humanismo, interés nacional, liberalismo, burocracia, formas de Estado, formas de gobierno, meritocracia, nacionalismo, filosofía de gestión política, negociación, derechos humanos, táctica, tecnocracia, soberanía, teoría crítica de la sociedad, entre muchos más) conduce a enredos operativos e instrumentales que entraban toda gestión política posible.

Estos “políticos” que insisten solo en enquistarse en el poder, por razones más sociales que ideológicas, y que la teoría política califica de “politiqueros”, cuentan apenas con la suerte. O también con el factor aleatorio que consiguen bajo arreglos de oscura y pervertida consistencia. Ni siquiera se forman para luego detentar encargos como funcionarios. Porque ni un libro sobre ideología, o de normativa administrativa terminan leyendo por completo.

Habría que preguntarles sobre el concepto de política que mejor pueden exponer, para advertir la precariedad y mediocridad de sus pensamientos políticos. Y lo que se atreven a explicar o declarar, es solo una retahíla de consideraciones “traídas de los pelos”, pues no son capaces de articular una opinión que relativamente pueda exaltar la condición que se arrogan al hacerse llamar “políticos”. Así, para no mentarse “politiqueros”.

Estos personajes de marras pululan por doquier, como si se tratara de los bucaneros, corsarios o filibusteros que merodearon los mares del planeta cometiendo cuanto exceso les era posible. Vale esta analogía pues estos politiqueros, igualmente, andan tras la primera aventura de la que puedan aprovecharse “a manos llenas”. A la caza de la primera oportunidad para usurpar, taimar o trampear. Asimismo, para someter al otro afincado en su pretensión que le confiere un cargo público. Es decir, para abusar del poder político investido. Son, definitivamente, ni más ni menos, personajes que maltratan, humillan y decepcionan. Son “políticos” que no saben de política.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Juan E. Fernández Abr 25, 2021 | Actualizado hace 4 semanas
El water

@SoyJuanette

Por allá en el año 2011 trabajé en una agencia de publicidad, y para un tipo acostumbrado a las redacciones de diarios y canales de TV, aquel nuevo empleo fue un nuevo mundo. Allí mi puntualidad y formalidad chocó con los modos de varios de mis nuevos compañeros de trabajo. Y es que en los trabajos que implican creatividad la distensión es muy importante; pero no distender por distender, sino para que aflore la inspiración y generar así maravillosas ideas. Yo en aquel momento no lo entendía. Hoy lo agradezco bastante.

Recuerdo que mi primer conflicto se vino con el horario, pues yo me ajusté siempre a un horario de entrada que era a las 8 a. m. Pero en la agencia las personas comenzaban a caer a eso de las 10 a. m. Ojo, quiero aclarar que no era por flojas, sino porque se trabajaba hasta muy tarde en la noche.

Confieso que a la semana me quería ir a la mierda, pero gracias a mi jefe Alejandro, quien era el director creativo, aguanté las papas y me quedé algún tiempo. Y justo Alejandro tenía una metodología de trabajo algo irreverente que muchas veces lo metió en problemas, pero que al final del día cumplía el objetivo: mantener unido al equipo para alcanzar las metas.

Una de las cosas que hacíamos con Alejandro, y el resto de los compañeros de la agencia, era una sesión de trabajo que se llamaba el “Water C”. Consistía en encerrarnos todos en una de las salas de reuniones y decirnos lo que no nos gustaba del equipo y de algún compañero en específico, esto podía ser incluso algo personal.

El objetivo del Water C era “sacarse toda la mier…” (no voy a escribir mierda dos veces, soy un caballero) es decir, todo eso que no nos dejaba avanzar, para luego dejar que se fuera por la cañería. Y les puedo asegurar que, después de esa confesión colectiva terapéutica, todos salíamos más unidos para afrontar los retos.

Ojalá los políticos del mundo, pero principalmente de nuestro continente, pudieran hacer esto del WC. Al menos a los dirigentes de mis dos países les vendría bárbaro encerrarse; decirse todo lo que tienen para decirse, y ya luego ponerse a trabajar para poder transitar este momento tan terrible que es la pandemia.

En el caso de Venezuela, estoy consciente de que es muy complicado, pues es un país donde se perdieron hasta las formas, y todo se desdibujó. Aunque a muchos les duela, Venezuela es un lugar donde políticamente habitan dos países dentro del mismo territorio.

Por otra parte, en la Argentina, donde nuestros políticos nunca están de acuerdo, aún tenemos leyes, separación de poderes y marco legal para hacer viable la administración de un país… Aunque pensándolo bien, hay una cosa en la que los políticos argentinos sí se ponen de acuerdo: en hacer que la gente se enfrente, en alimentar la maldita grieta. Chicos, mientras sigamos haciéndoles caso en eso, ¡el país se nos va al carajo!

Pido a Dios que nos haga un milagro y logre que los políticos de vocación aparezcan por algún lado, o que al menos los traigan los extraterrestres que, según el cronograma de eventos normales para 2021, llegan a final de año.

De última, y si no pueden traernos políticos honestos y comprometidos en solucionar los problemas de todos, entonces que los extraterrestres nos den ideas para “tirar la cadena” y que nuestros dirigentes ¡todos! (izquierda, derecha, centro, perpendiculares y hasta los paralelos) se vayan por el WC.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Así reaccionaron los políticos ante el indulto del gobierno a diputados de la oposición
El “indulto” fue otorgado a 110 ciudadanos, entre ellos diputados, periodistas, activistas, médicos y sindicalistas 

 

Este lunes, 31 de agosto, el ministro de Comunicación e Información de la administración de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez anunció un decreto de «indulto» presidencial con vigencia inmediata para 110 ciudadanos entre ellos, 27 parlamentarios de oposición, presos políticos, periodista y activistas, esto como parte de los resultados de las negociaciones que se están realizando entre el oficialismo y la oposición. 

Freddy Guevara, Mariela Magallanes, Freddy Superlano, Américo de Grazia, Carlos Lozano, Jorge Millán, José Guerra, Richard Blanco, Tomás Guanipa, Luis Stefanelli, Carlos Paparoni, Juan Andrés Mejía, Miguel Pizarro, Rafael Guzmán, Franco Casella, Juan Pablo García, Winston Flores, José Simón Calzadilla, Henry Ramos Allup, Edgar Zambrano, Luis Florido, Juan Pablo Guanipa, Gilber Caro, Ismael León, Renzo Prieto y Tony Geara fueron los diputados que recibieron el «indulto».

Ante la noticia, las reacciones de políticos, organizaciones y sociedad civil en general no se hicieron esperar. Aquí una recopilación de las más importantes: 

Desconfianza en los militares y en los políticos

La desconfianza pulula en nuestros días. Es un mal mundial y generalizado  que se hace más evidente en la vida política, pero que abarca todos los sectores. Desconfiamos de los alimentos, de las vacunas, de los médicos,  de las investigaciones científicas, de los medios de comunicación, de nuestros vecinos y parientes. En fin, desconfiamos de todo y de todos.

El francés Alain Peyrefitte, en su obra La societé de la confiance, atribuye a ese factor inmaterial el mayor o menor desarrollo de los pueblos. De ser cierta esta tesis, y apostamos que sí, estamos en vías de regresar al período neolítico. La mayoría de las informaciones que nos llegan son ciertas, pero tenemos la tendencia a darle más credibilidad a las más inverosímiles. La mayor parte de las personas son confiables, pero preferimos pensar que no lo son.

Analicemos los casos de nuestros militares y políticos

 Los militares

Durante muchas décadas hemos escuchado a los dirigentes civiles predicar que los militares no deben ser árbitros en política. Que las instituciones civiles son las que deben designar a los presidentes por la vía del voto y destituirlos cuando violan la Constitución y las leyes. En teoría esto es lo correcto.

El problema se complica cuando un presidente viola la Constitución, y las instituciones civiles se hacen las desentendidas o incluso avalan las fechorías, como sucede frecuentemente en Venezuela.

Nuestra Constitución contempla en su artículo 333 que Todo ciudadano, investido o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia,  lo cual es un mandato que no excluye a los militares.

El punto es quién decide cuándo se viola la Constitución y quiénes son los culpables. Obviamente, en condiciones normales no deben ser los militares los que deben calificar el delito.

Por otra parte, algunos políticos consideran que sería nefasto que los militares intervengan, lo cual envía un mensaje confuso a quienes están en los cuarteles. Los oficiales que decidieron actuar o que expresaron su desacuerdo con el régimen están presos. Algunos fueron torturados, uno fue además asesinado, el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, y otros pasados a retiro o exiliados.

A pesar del elevado número de militares que han sufrido atropellos, existe una fuerte tendencia a  descalificar a la institución armada. Desconfiamos de todos los verde oliva y los tildamos de corruptos.

 Los políticos

Los políticos constituyen el otro sector frecuentemente vilipendiado. Muchos desconfían porque no actúan como solicitan quienes ven los toros desde la barrera o quienes están en el ruedo, pero son solo ayudantes en la cuadrilla. Dos políticos fueron asesinados: Albán y Rada. Y hay muchos políticos presos, refugiados en embajadas y exiliados, pero eso tiende a no valorarse.

Desde luego que la desconfianza hacia militares y políticos tiene alguna base. Hay militares militantes del PSUV, como Padrino López y Remigio Ceballos. Muchos corruptos y también hay torturadores, como en la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Y en la Guardia Nacional hay oficiales y guardias que reprimen manifestaciones con uso abusivo de la fuerza.

Entre los políticos hay corruptos y también integrantes de la quinta columna del régimen. Escarrá y Arias Cárdenas son ejemplos evidentes de hipocresía. Otros, como Timoteo Zambrano, Claudio Fermín,  Felipe Mujica, Rafael Marín y Henry Falcón despiertan  desconfianza,  más con razón, que sin sin ella, de ser colaboracionistas del régimen.

Los traidores

Los traidores

El llamado G4, integrado por Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, es visto con desconfianza por insistir en la vía electoral para salir de la usurpación. Por su parte, Vente Venezuela y Alianza Popular no inspiran confianza por la terquedad de insistir en las protesta de calle y en un TIAR que ningún país quiere aplicar.

Con todo y sus errores y defectos, debemos aceptar que no saldremos de esta narcodictadura sin el concurso de militares y de políticos.

Un paso necesario, aunque no suficiente, es que los ciudadanos de a pie dejemos de criticar a ambos sectores y que estos se unan alrededor de los principios y valores. Los militares solo  darán un paso al frente si perciben que el sector político está unido y con un acuerdo y un plan de mediano plazo. Los ciudadanos de a pie solo dejaremos de desconfiar cuando los militares dejen de reprimir y los políticos depongan posiciones y remen en la misma dirección.

La difícil situación que vivimos amerita que descartemos la desconfianza. Se debe seguir protestando y apoyando las sanciones. Mientras, paralelamente, prepararnos para elecciones siempre y cuando se den las condiciones de transparencia que exigimos. 

Como (había) en botica

* Por sustraer de un pesebre unas figuras para jugar, dos niños de 8 y once años fueron torturados por un oficial de la Guardia Nacional en San Tomé. Al general que acudió a conversar con la comunidad parece que le preocupó más que el video ruede en las redes que el hecho criminal.

* La masacre en Ikabarú, Gran Sabana, evidencia que la Fuerza Armada brilla por su ausencia en ese municipio o es cómplice en el negocio del oro.

* ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!  

eddiearamirez@hotmail.com

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Nota actualizada el 2 de agosto de 2010.

Así reaccionaron políticos, organizaciones y sociedad civil al ingreso de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos de la ONU

A PESAR DE LAS NUMEROSAS ACUSACIONES e informes emitidos sobre violación de Derechos Humanos en Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro obtuvo un lugar en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ante la noticia, diversas organizaciones, políticos y sociedad civil en general rechazaron que el país forme parte del grupo, pues en Venezuela se han cometido crímenes como torturas y ejecuciones extrajudiciales que quedaron registrados en el informe que presentó Michelle Bachelet en julio de este año. 

El Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) publicó a través de su cuenta en Twitter que tanto en Venezuela como en Brasil (país que también fue electo) son dos Estados con serios cuestionamientos sobre su desempeño en DDHH. «Bolsonaro y Maduro son expresión del autoritarismo que sigue lesionando las garantías para los DDHH», afirmó. 

El abogado y defensor de Derechos Humanos, Mariano de Alba afirmó que la Elección de Venezuela al Consejo de #DDHH de la ONU por una mayoría de la Asamblea General es un llamado de atención a los países de la región. La diplomacia hay que ejercerla, no bastan comunicados y lo mediático. La tardía candidatura de Costa Rica demuestra improvisación.

El exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma afirmó que :»No me extrañaría que si en la ONU se designa un comité antidroga, incorporen a un representante del Cartel de Cali o de Sinaloa o del Cartel de los soles. Así está el mundo, al revés. Que patada le han dado a las tumbas de los asesinados por Maduro y su pandilla». 

 

Otras de las reacciones de rechazo a través de Twitter fueron: 

 

 

 

Así reaccionaron políticos, economistas y civiles ante el aumento del salario mínimo

POLÍTICOS, ECONOMISTAS Y sociedad civil reaccionaron a través de Twitter en rechazo por el nuevo aumento salarial que informó la mañana de este lunes el constituyentista y exministro del Trabajo, Francisco Torrealba.  

“Nuevo ingreso mínimo para todos los trabajadores en la República Bolivariana de Venezuela ha sido establecido en 300 mil Bolívares Soberanos de los cuales 150 mil corresponden a Salario Mínimo y 150 mil a Cesta Ticket Socialista”, informó Francisco Torrealba. 

 

Puede leer también: Con Gaceta Oficial vieja y a través de Twitter, Gobierno anuncia aumento de salario mínimo 

 

El Presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó calificó el anuncio como una «burla» al pueblo venezolano. Por su parte, el economista y diputado en el exilio, José Guerra dijo que el aumento sigue siendo insuficiente y que no contribuye a frenar la hiperinflación. RunRun.es hizo una recopilación de reacciones al nuevo incremento salarial: 

 

https://twitter.com/mairaA83/status/1183778955880517632?s=20

 

 

Guaidó, el pueblo y los políticos, por Elías Pino Iturrieta

@eliaspino

 

A partir de las recriminaciones de Pompeo, el tema de la desunión de los opositores frente a la usurpación ha cobrado relieve. El incremento de la idea relacionada con los debates internos de los líderes de los partidos parte del conocimiento que el secretario de Estado de Estados Unidos debe tener de la política venezolana, pues la viene trajinando sin cesar. Por consiguiente, se  supone que su afirmación tiene fundamento. De allí que hayan corrido las pareceres adversos en torno a los jefes de los partidos de nuestra orilla, hasta crear una tenencia digna de atención que los muestra como sujetos solamente interesados en sus propósitos particulares, por los cuales juegan sin freno en detrimento de la causa común de derrotar al usurpador lo más pronto posible.

Pompeo es una fuente digna de atención, no faltaba más, pero los hechos no lo acompañan del todo porque, por lo menos a simple vista, por lo que vemos en la superficie, permanece entre los jefes opositores el cometido de permanecer juntos, o de que no se vea a vuelo de pájaro el descosido de su indumentaria. Es lo menos que pueden hacer porque no les conviene mostrar las troneras de su techo, dirán ustedes, pero hay elementos que permiten sentir cómo es más lo que los junta que lo que los disgrega; y que se aferran a la pasta de una amalgama dispuesta a resistir muchos embates.
El fundamento de la amalgama es Juan Guaidó, quien ha logrado un respaldo popular que lo convierte en pilar del proyecto que se está desarrollando para salir de la usurpación.

Las giras que lleva a cabo en el interior de la república lo demuestran a cabalidad. Las comunidades colman las calles para aclamarlo. En las poblaciones grandes y pequeñas lo ven como la encarnación de una esperanza próxima, como la cercanía de una regeneración que no debe esperar para convertirse en hecho concreto. Su discurso es aplaudido por las multitudes, independientemente de lo que diga, o sin detenerse a cogerle las goteras que algunos analistas han advertido en su contenido, sus palabras son recibidas con señales de apoyo y regocijo. Si así sucede, si no se exagera en estas líneas ante el calor popular que abrasa al joven líder, parece imposible que existan, en el seno de los factores de la oposición, elementos que se le opongan o que pretendan formar tienda aparte sin su cobijo.

Una piedra se atravesó en el camino, los deplorables hechos del 30 de abril, la irresponsabilidad y la locura que significaron, pero, pese a su trascendencia, no logró disminuir la potencia de su liderazgo. Fue un episodio con el cual estuvo Guaidó vinculado por acción y por omisión, según parece cada vez más, pero que no se tradujo en el advenimiento de una debilidad realmente peligrosa.

Pese a sus negativos corolarios, el líder pudo superar un bache de ardua salida, o los espectadores terminaron por sentirlo como un fenómeno transitorio que no debía conducir a buscar otra cabeza en medio de la lucha. Se mantuvo el nexo entre el líder y la ciudadanía, por lo tanto, lo más evidente cuando observamos cómo el joven sigue su marcha viento en popa con el apoyo de la ciudadanía. De una ciudadanía desesperada,  de un gentío que no encuentra otro palo para ahorcarse, se podrá decir, pero lo cierto es que lo que pudo ser un valladar insuperable se volvió escollo menor y pasajero gracias a una estrella personal que brilla en el centro del firmamento.

La superación del serio problema, de la indiscutible torpeza, no solo se logró gracias al respaldo popular que los hechos no disiparon, sino también porque, se supone, los líderes de los partidos se sacaron los trapitos en privado y llegaron a la conclusión de evitar una mudanza de domicilio y un cambio de jefe en el condominio. Se estaba ante un capítulo de precariedad que pudo alimentar fraccionalismos partidistas e intereses personales, pero que no tuvo un desenlace explosivo. Era el momento de pasar facturas cargosas y tal vez definitivas, pero los cobradores frenaron el impulso y guardaron los recibos  en el maletín. Quizá no los quemaron, pero los metieron en el archivo. Si se buscaba una ocasión para que se manifestaran del todo las distancias proclamadas por Pompeo, los intereses individuales, las ansias candidaturales que estaban en cuarentena, la sangre no llegó al río.

Se habla aquí de los dirigentes más reconocidos por la sociedad y de los partidos arraigados a escala nacional, a los cuales debe atribuirse el destino de la unidad. No entran en el cuadro los dirigentes sin respuesta positiva en las encuestas, ni los que van cuesta abajo por sus flagrantes errores del pasado reciente, que han  labrado a pulso su soledad o que no han sabido cambiar su desierto por un vergel. Lo cual no significa que no estemos ante una abundancia de zancadillas, ante ataques arteros contra Guaidó y contra las organizaciones que lo respaldan. Seguramente se fijó en ellos Pompeo cuando comunicó su sombrío diagnóstico. De ser así, es cuestión de que la ciudadanía haga lo mismo para no perder la oportunidad que ofrece un liderazgo que merece permanencia.

El Nacional