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Rusia consolida su avance en el Donbás
La ciudad de Severodonetsk es escenario de fuertes combates 

 

Capturar la ciudad industrial de Severodonetsk es el objetivo principal de Rusia en estos momentos, aseguró este sábado cuatro de junio el gobernador de la ciudad ucraniana de Lugansk, Serguéi Gaidai.

El mandatario regional de Lugansk indicó que Rusia usa todas sus fuerzas disponibles para capturar la ciudad industrial de Severodonetsk, situada en el este del país, y que es escenario de fuertes combates desde hace días.

«La situación en la región en su conjunto es extremadamente difícil. Los combates se concentraron ahora en Severodonetsk porque, tal como lo entendemos, el ejército ruso está volcando todos sus esfuerzos, todas sus reservas en esa dirección», dijo  Gaidai.

«Las primeras informaciones indican que consiguieron tomar el control de la mayor parte de la ciudad. Pero nuestras tropas les están haciendo retroceder», agregó.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que en esta región de Donbás se está llevando a cabo una «guerra de usura» a largo plazo.

La toma de la ciudad de Severodonetsk permitiría a Rusia consolidar el control de Donbás, una cuenca minera que fuerzas separatistas prorrusas gobiernan parcialmente desde 2014.

Las tropas rusas controlan “la mayor parte” de la ciudad ucraniana de Severodonetsk, un importante enclave en el Donbás, reconocieron las autoridades locales el pasado 31 de mayo, horas después de que la Unión Europea aprobara un embargo del petróleo de Moscú.

“Por desgracia, hoy (martes) los soldados rusos controlan la mayor parte de la ciudad”, indicó el gobernador de Lugansk, Serguéi Gaidai, que horas antes calificó la situación de “ultracomplicada”.

Finlandia anuncia intención formal de ingresar a la OTAN
Suecia igualmente podría dar el paso 

El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y el Gobierno finlandés aprobaron formalmente, este domingo 15 de mayo, la solicitud de ingreso del país a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Se espera que esta petición sea ratificada por el Eduskunta (Parlamento), esta semana.

«Es un día histórico. Se inicia una nueva era. Nace una Finlandia protegida como parte de una región nórdica estable, fuerte y consciente de sus responsabilidades», dijo el presidente finlandés, en conferencia de prensa, junto a la primera ministra, la socialdemócrata Sanna Marin.

Niinistö calificó el proceso de integración en la OTAN como «una prueba del poder de la democracia», que ha sido respaldado de forma mayoritaria por los ciudadanos, los partidos políticos y los diputados del Eduskunta.

Asimismo, también este domingo, el Partido Socialdemócrata Sueco, que gobierna el país escandinavo en minoría, informó que respaldará en el Riksdag (Parlamento) la adhesión de Suecia a la OTAN. De esta manera, se revierte la postura tradicional contraria a formar parte de una organización militar.

Amenaza nuclear de Rusia si Suecia y Finlandia ingresan en la OTAN
Finlandia tomará una decisión en unas semanas

Rusia amenazó con el despliegue de armas nucleares en el Báltico si Suecia y Finlandia ingresan en la OTAN.

«Habrá que reforzar a la agrupación de fuerzas de tierra, la defensa antiaérea, desplegar importantes fuerzas navales en las aguas del golfo de Finlandia. Y en ese caso ya no se podrá hablar de un Báltico sin armas nucleares. El equilibrio debe ser restablecido», dijo el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev.

El funcionario hizo hincapié en que si Suecia y Finlandia entran la OTAN se duplicará la longitud de la frontera terrestre entre Rusia y la Alianza Atlántica, por lo que habría que fortalecerla.

La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, reiteró que su país tomará una decisión sobre un hipotético ingreso en la OTAN, país del que es aliado pero no miembro, en el plazo de unas semanas.

Mar 06, 2022 | Actualizado hace 2 años
Visa y Mastercard suspenden sus operaciones en Rusia
Gobierno de Moscú anunció racionamiento ante la preocupación de que surja un mercado negro

Las tarjetas de crédito Visa y Mastercard suspendieron sus operaciones en Rusia. En un signo de que la estrategia comienza a sentirse en Rusia, el gobierno de Moscú anunció racionamiento ante la preocupación de que surja un mercado negro por el acaparamiento.

El presidente ruso Vladimir Putin criticó las sanciones como «una forma de hacerle la guerra a Rusia».

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que sus impactos serían «tanto más devastadores» si se intensifica el conflicto. La principal consecuencia inmediata ha sido un alza del precio del petróleo, ya que Rusia es el tercer mayor exportador de crudo del mundo.

Putin advirtió otra vez que la guerra se ampliará si la OTAN impone una zona de exclusión aérea en Ucrania y reanudó su ofensiva sobre el estratégico puerto de Mariúpol tras un breve cese el fuego que no logró su meta de evacuar a la población civil

Lavrov dice que Zelenski quiere provocar un conflicto entre Rusia y la OTAN
Larvrov indicó que las «constantes y resentidas declaraciones» de Zelenski no añaden optimismo sobre la perspectiva de una nueva ronda de negociaciones ruso-ucranianas, tras las dos celebradas el lunes y jueves de esta semana en el territorio de Bielorrusia

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Seguéi Lavrov, afirmó este sábado, 5 de marzo, que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no está interesado en negociaciones y quiere provocar un conflicto entre Rusia y la OTAN.

«Sí a él (Zelenski) le sentó tan mal que la OTAN no le defendiera, quiere decir que espera arreglar el conflicto mediante la inclusión de la OTAN en esta historia, y no mediante negociaciones», dijo Lavrov en rueda de prensa al término de la conversaciones con su homólogo kirguís, Ruslán Kazakbáyev.

El jefe de la diplomacia rusa indicó que el presidente ucraniano no escucha las declaraciones de Washington, París, Berlín y de otras capitales europeas acerca de que la OTAN no tiene el propósito de inmiscuirse en el conflicto.

«Resulta que él «(Zelenski) lo que intenta es provocar un conflicto con la participación de la OTAN, entre la OTAN y Rusia», insistió.

Larvrov indicó que las «constantes y resentidas declaraciones» de Zelenski no añaden optimismo sobre la perspectiva de una nueva ronda de negociaciones ruso-ucranianas, tras las dos celebradas el lunes y jueves de esta semana en el territorio de Bielorrusia.

 

También el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aludió hoy a las apelaciones a la OTAN por parte del mandatario ucraniano, que este viernes criticó a la Alianza Atlántica por su decisión de no imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania y su falta de acción para proteger la población del país.

«En este caso, vemos que los países de la OTAN se dan cuenta perfectamente de la imposibilidad de la participación directa de miembros de la Alianza en lo ocurre en torno a Ucrania», dijo en rueda de prensa.

Con información de EFE

*También puede leer: Rusia y Ucrania acuerdan “cese al fuego temporal” para crear corredores humanitarios

Los reactores de la central permanecen intactos y no se han registrado cambios en el estado de radiación en el momento actual, señala el regulador. Especialistas de este organismo están en contacto con los ingenieros de la planta atómica

 

El ataque de fuerzas rusas a la central nuclear de Zaporiyia y su posterior toma de control traslada el foco a la seguridad de determinadas infraestructuras de energía especialmente sensibles y sometidas al riesgo de un conflicto bélico.

Eso en un país, como Ucrania, en el que está la antigua central de Chernóbil, donde en 1986 un accidente nuclear generó la mayor tragedia de ese tipo en la historia.

Y con la particularidad de que la de Zaporiyia es incluso de superior dimensión, hasta el punto de que es la mayor del continente.

Objetivo militar, como otras infraestructuras de energía, las tropas rusas consiguieron tomar la central de Zaporiyia, confirmó el regulador nuclear estatal de Ucrania, que añadió que el personal de la planta controla el estado de los bloques y garantiza su correcto funcionamiento.

Los reactores de la central permanecen intactos y no se han registrado cambios en el estado de radiación en el momento actual, señala el regulador. Especialistas de este organismo están en contacto con los ingenieros de la planta atómica.

De madrugada los bomberos habían logrado sofocar un incendio en el centro de formación de la central, que se había iniciado tras el ataque de las fuerzas rusas

El ministro de Energía de Ucrania, Herman Galuschenko, denunció que las tropas rusas emplearon fuego de tanques, de artillería y cohetes contra la central nuclear de Zaporiyia, «a sabiendas de las consecuencias catastróficas de sus acciones».

Rusia acusa a Ucrania de sabotaje

Rusia negó haber atacado la central de Zaporiyia con tanques, artillería y cohetes, y denunció que el incidente en esta instalación fue una «provocación» llevada a cabo por un grupo de sabotaje ucraniano.

«El objetivo de la provocación del régimen de Kiev en esta instalación nuclear radicó en el intento de acusar a Rusia de crear una fuente de contaminación radiactiva», denunció el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.

De madrugada, dijo, una patrulla rusa fue atacada por un grupo de sabotaje ucraniano. Con el objetivo de provocar el fuego contra el edificio fueron atacados desde las varias ventanas del centro de formación de la central. Konashénkov añadió que los militares rusos respondieron a «los saboteadores ucranianos», a los que acusó de iniciar el incendio en su retirada.

La ONU tranquiliza, pero advierte

El director general de la agencia nuclear de la ONU, el argentino Rafael Grossi, criticó que la seguridad de la mayor central nuclear de Europa se haya visto comprometida por un ataque ruso, pero tranquilizó al señalar que no se han producido escapes radiactivos.

«Se ha comprometido la seguridad con lo que pasó anoche, tenemos suerte de que no haya habido un escape de radiación», declaró Grossi en una rueda de prensa en Viena, y se mostró muy preocupado porque la situación «carece de precedentes».

Grossi aseguró que el proyectil que impactó en la central nuclear provenía de las fuerzas rusas y reiteró el peligro de combatir cerca de esos complejos dada su gran fragilidad.

Varios líderes internacionales avisaron del peligro de atacar determinadas instalaciones, como las centrales nucleares, por las consecuencias que pueden generar.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que el ataque a la central de Zaporiyia, muestra la «temeridad» de esta guerra y la necesidad de que Rusia retire sus tropas.

Y el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, alertó de los efectos «catastróficos» que pueden tener los ataques rusos cerca de las centrales nucleares en Ucrania e instó a que se detengan «inmediatamente».

El jefe de la diplomacia europea se sumó al llamamiento «a la emergencia» lanzado por Naciones Unidas y remarcó que los bombardeos y el consiguiente incendio la pasada noche en la central de Zaporiyia «pueden poner en peligro a toda Europa».

Blinken: la OTAN se defenderá, si llega el caso 

El secretario de Estado de EE.UU, Antony Blinken, está en Bruselas, para una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de países miembros de la OTAN, un encuentro destinado a coordinarse en la respuesta de la Alianza a la invasión rusa iniciado el pasado 24 de febrero.

Blinken subrayó que la OTAN es una alianza defensiva pero advirtió de que si la guerra en Ucrania “viene a nosotros”, la Alianza está “preparada” para defenderse.

“La nuestra es una alianza defensiva, no buscamos conflicto, pero si el conflicto viene a nosotros, estamos preparados para ello y defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN”, aseguró.

Le respaldó en este punto el jefe de la Organización, el noruego Jens Stoltenberg: La OTAN “no es parte del conflicto, es una alianza defensiva, no buscamos guerra, conflicto con Rusia (…) pero tenemos que asegurarnos de que no hay malentendidos; hemos reforzado la presencia en el este, es una presencia defensiva”, indicó.

Alejandro Armas Mar 04, 2022 | Actualizado hace 2 semanas
Ahora sí, el nuevo orden mundial
Veo imposible que el planeta vuelva al statu quo ante bellum con respecto a la invasión rusa de Ucrania

 

@AAAD25

Las segundas décadas de los dos últimos siglos han sido de guerras cuyos desenlaces trastocaron de manera significativa las relaciones entre Estados que las precedieron. Las batallas de Leipzig y Waterloo pusieron fin a un sistema intermitente y mutante de alianzas cuyo objetivo había sido contener la expansión francesa desde tiempos de Luis XIV. Las conflagraciones en Ypres y Verdún terminaron de sepultar los últimos avatares del ancien régime e inauguraron una extensión de la gran geopolítica, fuera del Viejo Continente, y por todo el mundo.

Seguramente, cuando las multitudes salieron a celebrar en la madrugada del 1 de enero de 2010, pocos quisieron que se repitiera el patrón. Porque, si bien a veces la guerra es inevitable y al menos desde Agustín de Hipona tenemos argumentos que la justifican bajo ciertas condiciones, hay que estar mal de la cabeza para desear una. Sobre todo, si tiene la magnitud de las aludidas en el párrafo anterior. Resulta que al siglo XXI no le tocó en su segunda década la experiencia traumática, sino en la tercera. Tal vez nunca tenga el alcance geográfico de sus predecesoras, y esperemos que sea así. Pero sí tendrá el mismo efecto transformador del orden internacional.

Veo imposible que el planeta vuelva al statu quo ante bellum con respecto a la invasión rusa de Ucrania. Esta vez, hablar de un “nuevo orden mundial” no es asunto de orates paranoicos obsesionados con George Soros y Bill Gates, ni de quienes los satirizan.

Yo no soy experto en materia militar, ni me hago pasar por tal solo con una lectura de Sun Tzu y de los comentarios de Julio César como credenciales. De broma conozco el enroque y otras jugadas básicas del ajedrez. Así que yo no puedo decir cómo acabará esta guerra.

Pero sea Kiev conquistada o logren los ucranianos repeler a su agresor, las consecuencias de esta campaña megalómana de Vladimir Putin trascenderán el futuro de las estepas del Dnieper.

Las señales de que Putin tenía la ambición de restaurar el rol de Rusia como potencia mundial, con zona de influencia propia e impacto en tierras distantes, tienen ya casi dos décadas y media. Vimos la primera cuando Rusia se aprovechó de un conflicto étnico en Georgia para invadirla y arrebatarle territorios. Pero hacer algo parecido a un Estado que es vecino de miembros de la Unión Europea y de la OTAN, y que además aspira a ingresar a ambas organizaciones, es como dejar un carrito chocón y montarse en un Ferrari de Fórmula 1.

Al invadir Ucrania, pese a las advertencias de sanciones fuertes y de aislamiento que hasta ahora se han cumplido, Putin da a entender que está mucho más dispuesto a correr riesgos con tal de lograr sus objetivos geopolíticos.

También que no tolerará que países en lo que él considera su zona de influencia le den la espalda para estrechar lazos con el mundo democrático, lo cual por lo general conlleva compromisos de liberalización y democratización propios. Como escribió la periodista rusa Masha Gessen en un artículo reciente en The New Yorker, el morador del Kremlin no puede permitir que los ucranianos tengan la esperanza de vivir en una república democrática, so riesgo de que esa esperanza se contagie a los propios rusos, y a Putin se le alborote la cosa en su propia casa.

Tal vez la pretendida reencarnación del zar Iván el Terrible pensó que este era el mejor momento para entrar en acción. Para eso pasó años preparando a la economía rusa, reduciendo su dependencia del dólar y dirigiendo exportaciones hacia mercados más amigables a sus designios autoritarios. Además, el planeta entero sigue lidiando con las pesadillescas consecuencias de la pandemia de covid-19. Y varios de los países que integran la némesis del Kremlin, la OTAN, atraviesan crisis de polarización que entorpecen sus acciones internacionales. Sobre todo en Estados Unidos, líder de facto de la alianza atlántica.

Ah, pero a la hora de la verdad, la anfictionía de países europeos y norteamericanos, junto con varios de sus socios en otras partes del mundo, reaccionaron con una cohesión que, si bien es imperfecta, ha sobrepasado las expectativas. Puede que la provisión de material defensivo a Ucrania, así como la lluvia de sanciones sobre el gobierno ruso, no detengan a Putin, pero lo obligarán a pagar un costo en términos de pérdidas materiales enormes.

No solo eso. Países que se han caracterizado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial por la neutralidad estricta empiezan a replantearse sus posiciones. En Suecia y Finlandia gana terreno la perspectiva de ingreso a la OTAN. Cuando Joe Biden, en su discurso anual de rendición de cuentas en Capitol Hill, dijo que “hasta Suiza” se unió al coro de agentes contra el expansionismo ruso, el adverbio de inclusión asombrosa no estuvo de más.

La nación helvética es famosa e infame por su secreto bancario y su aceptación de dineros de origen turbio. Hasta oro manejado por los nazis pasó por sus bóvedas. Justo ahora una filtración periodística de documentos del banco Credit Suisse da fe de cómo los fondos de la corrupción en varios países subdesarrollados, incluyendo a Venezuela, terminaron ahí. Sin embargo, esta vez la patria de Guillermo Tell se plegó a sus vecinos europeos imponiendo sanciones a la elite gobernante rusa.

Y hablando de nazismo (del de verdad, no del que el aparato de propaganda del Kremlin y sus loros caribeños atribuyen al gobierno ucraniano), Alemania también se está despertando del letargo castrense producido por el recuerdo tormentoso de su pasado facho y militarista. La idea de tensión con Rusia es particularmente mortificante para los teutones, debido al sentimiento de culpa por las atrocidades genocidas de la Wehrmacht y las SS en la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética por el Tercer Reich. No obstante, ahora el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció un aumento del gasto defensivo a 2 % del producto interno bruto.

Así pues, todo indica que el nuevo orden mundial en el que estamos entrando es uno de años, y quizá décadas, de alta animosidad entre un Kremlin desafiante y renegado, por un lado, y una alianza de democracias que intenta frenarlo, por el otro. Dicha animosidad será especialmente alarmante en Europa Oriental, donde chocan. Putin pretende que la OTAN se retire de donde ya entró. El peor escenario es que se atreva a agredir a un vecino miembro de la alianza atlántica (e.g. las repúblicas bálticas), como hizo con Ucrania. Todo eso bajo el riesgo permanente de una hecatombe de plutonio.

El vaticinio de Francis Fukuyama sobre un triunfo irreversible de la hegemonía democrática global, vástago de la absurda tesis hegeliana sobre el “fin de la historia”, hoy luce menos creíble que nunca. Hemos perdido la inocencia que nos dejó el fin de la Guerra Fría… Si es que hubo un fin, en vez de una tregua.

Quedan muchas preguntas pendientes, que el tiempo irá respondiendo. Para empezar, el papel de China, que de seguro será determinante. Su conducta ambigua ante la invasión de Ucrania no nos permite aún verlo con claridad. Una interrogante mucho más inquietante es la suerte de aquellos países que no cuentan con el privilegio de la membresía de la OTAN, ni de una alianza defensiva alternativa con las democracias desarrolladas. Sobre todo, los que las potencias autoritarias reclaman para sí: Moldavia, Georgia, Taiwán, etc. Ahora son mucho más vulnerables a las garras de Moscú y Pekín.

Para cerrar este artículo, que nunca quise escribir, una perogrullada ética: todos debemos apostarle al triunfo de las democracias en esta nueva era, y hacer lo que esté a nuestro alcance para lograrlo. No los invito a ello. Los exhorto. Vamos, pues.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Nicolás Maduro apoya firmemente la «operación militar especial» de Rusia en Ucrania
Putin compartió con Maduro su visión sobre el desarrollo de los acontecimientos en torno a Ucrania y enfatizó que el objetivo ruso es proteger a la población civil del Donbás

 

Nicolás Maduro, expresó este martes, 1 de marzo, su firme apoyo a la «operación militar especial» de Rusia en Ucrania, según informó el Kremlin.

«Nicolás Maduro expresó su firme apoyo a las acciones decisivas de Rusia y condenó las actividades desestabilizadoras de Estados Unidos y la OTAN», dice el comunicado oficial.

El gobernante también enfatizó «la importancia de contrarrestar la campaña de mentiras y desinformación lanzada por los países occidentales».

Durante la conversación, que se produjo por iniciativa de la parte venezolana, Vladímir Putin compartió con Maduro su visión sobre el desarrollo de los acontecimientos en torno a Ucrania y enfatizó que el objetivo ruso es proteger a la población civil del Donbás y conseguir un reconocimiento de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk por parte de Kiev, agrega la nota.

Putin también mencionó entre los objetivos de Rusia el reconocimiento por Ucrania de la soberanía rusa sobre la península de Crimea, anexionada en 2014, la desmilitarización y la desnazificación del país vecino, así como garantías de su estatus no nuclear y neutral con respecto a la OTAN.

Ambos presidentes también abordaron asuntos de asociación estratégica bilateral y la implementación de proyectos conjuntos.

El comunicado del Kremlin concluyó con el acuerdo de continuar los contactos a distintos niveles.

*Con información de EFE