Caos archivos - Runrun

Caos

Realidades salpicadas de “imposibles”, por Antonio José Monagas

@ajmonagas

El concepto de “caos”, ya no tiene la connotación intrigante que el oscurantismo quiso adosarle. Desde que la termodinámica estableció su segunda ley, adquirió razón el concepto de “entropía”. Si bien fue inventado para ayudar a la Física a describir ciertas observaciones que involucran la existencia de energía asociada a cambios de la materia, igualmente alcanzó connotaciones filosóficas. Particularmente, cuando se buscó indagar el comportamiento del Universo como un todo.

Es ahí cuando el “caos”, en un sentido riguroso, induce reacciones que se suceden en el mundo natural tal cual se conoce. Esto es causa de creaciones materiales que incitan cambios irreversibles en el Universo. Solo atendidos por la energía que se desplaza, disipa o provoca. Y por el incremento de temperatura que ocasiona. Por eso se ha dicho, que el Universo proviene del “caos”. Y que, de este, se forma vida.

De manera que el “caos” puede entenderse como una forma de energía capaz de forjar un cierto orden desde el mismo desorden que induce. Pero valiéndose de un particular proceso de desarreglo que incita sobre el contorno donde se acumula la energía.

El caos en la política

En política, el “caos” tiene una acepción no lejos de la que ha servido a la termodinámica para demostrar sus hipótesis. El ejercicio de la política busca desordenar muchas veces los factores que mayor incidencia tienen en el poder. Así procura crear el orden necesario que a su juicio conviene. No obstante, cuesta comprender su realidad. Mucho más, aceptar sus razones a primera vista. Empero, ese orden así inculcado opera en la dirección de hallar oportunidades que, no pocas veces, configuran rutas de solución a difíciles conflictos. Pero solo si es aprovechada la creatividad que motivan los hechos.

Posiblemente, fue razón para que Albert Einstein refiriera tres reglas básicas para la vida, que se le atribuyen: “1. En el caos está la sencillez; 2. En el conflicto está la armonía; 3. En el medio de la dificultad está la oportunidad”

Sin embargo, pese a todo cuanto justifica al “caos” como motivación del orden, siempre incita dudas sobre los efectos que puede generar. En política, esas dubitaciones han acompañado el devenir del hombre en su cotidiano trajín. Ante esta consideración, vale preguntarse si dicha desconfianza es provocada por problemas de actitud política, de (in)cultura política o de resignación ante la incertidumbre.

Todo esto pudiera revisarse desde la política. Pero considerándola en su afán por jugar a las ventajas, sin distinción de las ocasiones que se den. De ahí que el ejercicio de la política debería siempre evitar los extremos en su recorrido por las circunstancias que moldean su praxis. Poco reconoce que los extremos rayan con equivocaciones en que, generalmente, incurre. Sin siquiera advertirlas. Justo ahí yerra la política en su intención de procurar cambios prometidos.

Si acaso el ejercicio de la política tuviera en cuenta que “cuanto más oscura está la noche, más pronto está el amanecer” (adagio popular inspirado en la Biblia (Romanos 13;12), es factible que sus presunciones o aspiraciones apuntarían hacia realidades constructivas.

Deepak Chopra, médico y escritor indio, advirtió este tipo de problemas que confronta el hombre en su interrelación con otros. Así escribió que  “todos los grandes cambios están precedidos por el caos”. Razón para asegurar que luego de la tormenta sale el sol.

De manera que de indagarse (debidamente) lo que sigue al “caos”, quizás el ejercicio de una equilibrada y reflexiva política aseguraría la solución a buena parte de los entuertos contemplados entre sus objetivos a resolver. Es un problema que bien le calza al concepto de “revolución”. Solo que el endiosamiento que propicia el poder (mal concebido), desvía su praxis del camino correcto.

Pero si la obstinación o testarudez de quienes ejercen la política sigue apegada a obtusos criterios que buscan privilegios personales por encima de lo que configura el bienestar de toda una sociedad, el desarreglo nunca cerrará su ciclo de perversidad, egoísmo y conflictividad. Aun cuando valiera la pena caminar hacia el caos estructural de lo que envuelve al Estado “impropio”, al Estado “forajido”, al Estado “invertido”. O al Estado “fallido”.

Y aunque del “caos” procede el mismo Universo, no significa esto que el orden alcanzado haya sido el estimado a la luz de la relación cuantitativa entre “disipación de la energía y el incremento de la temperatura”. Porque la Física que corresponde a este problema, no es la física “dinámica”. Es la física “política”, bajo cuya sombra persisten y se atascan realidades salpicadas de “imposibles”.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

May 08, 2018 | Actualizado hace 6 años
Caos, por Alejandro Moreno

 

La oposición al régimen demasiadas veces está centrada en la persona del presidente, como si eso fuera lo determinante. No parece comprenderse que no se trata de personas. De personas también, por cierto, pero no son ellas lo determinante, lo decisivo, de modo que, saliendo de ciertas figuras, de los nombres más significativos que aparecen como quienes deciden los destinos del país en este preciso momento histórico, no se solucionarán los problemas de miseria, de inhumanidad y de opresión violenta e implacable que padecemos.

Nuestro problema, en profundidad, no es de personas sino de sistema. Entendámonos. Sistema es una totalidad de vida, pero de vida en su sentido más profundo, un modo de concebir y hacer la vida real de los seres humanos. Si esta totalidad se logra establecer en toda forma de existencia humana, se habrá completado el sistema. Esta revolución es eso lo que busca, lo que desea, lo que planifica y lo que está poniendo seriamente en marcha. Por eso, por la totalidad absoluta del concepto de la existencia humana, la revolución nace y renace, surge y resurge, revive y resucita constantemente en la historia. Fracasa y vuelve a fracasar, pero cuando eso sucede en un lugar, encuentra las condiciones para resurgir en otro. Y las encontrará siempre. No podemos esperar que desaparezca algún día. Por lo menos no es previsible su desaparición en un tiempo preciso y próximo.

Por esta pretensión de buscar y provocar una forma de existencia, una forma de estar en el mundo, totalmente otra, sin relación ninguna con lo existente, lo primero que produce es el caos. Pero ese caos no suele durar. Es prontamente sustituido por la tiranía total que pone orden en las almas y en los cuerpos. En las almas, sí, porque la revolución llega a formar parte de los entresijos más íntimos de los espíritus. Esa es por lo menos su pretensión, su proyecto y, a veces, su logro.

En nuestro caso, aquí, sí están implicadas las personas concretas dada su incapacidad de poner orden y superar el caos, cosa que lo hace tan terriblemente prolongado. Su error ha sido dejarlo libre, dejar que se produzca por su cuenta. En esto ya hemos llegado al caos casi total en todo y le va a resultar imposible tanto al sistema como a las personas superarlo.

Este estado de caos general es su debilidad. Nos abre puertas no solo a la esperanza sino a la seguridad.

Mientras el caos campa por sus respetos, ayudemos a poner fortaleza en los espíritus, en la profundidad de las almas, con la fe, la esperanza y el amor a la vida y a los hermanos. Será nuestro triunfo.

 

ciporama@gmail.com

Falla eléctrica en Caracas, Vargas y Miranda genera colapso

caos

Cerca de las 5:00 pm de este martes en la tarde se produjo un apagón en gran parte de Caracas, el estado Miranda y Vargas producto de una falla eléctrica, informó Corpoelec.

El sistema de transporte superficial colapsó en Caracas por lo que 10 estaciones de la Línea 1 del Metro no prestaron servicio comercial.

Ciudadanos denunciaron que los transportistas estaban cobrando 4.000 bolívares desde la avenida Francisco de Miranda hasta Plaza Venezuela y la Hoyada por lo que han decidido caminar para llegar más rápido a sus destinos.

Entre las zonas afectadas están Altamira, Los Palos Grandes, Los Caobos, El Bosque, Alta Florida, Las Palmas, Las Delicias, Santa Eduvigis, Bello Monte, Las Mercedes, La Candelaria, Qta. Crespo, Catia, Av. Urdaneta, Sebucán, Santa Rosa de Lima, La Castellana, Catia, Capitolio y Guarenas.

La Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) informó que trabaja para recuperar el servicio de energía.

“En breve ofreceremos mayor detalle de las maniobras realizadas”, indicó la Corpoelec en Twitter sin ofrecer mayores detalles.

La Alcaldía de Chacao anunció que la avería eléctrica se debe a una falla en una línea de alta transmisión, según información de voceros de Corpoelec.

La agencia de noticias EFE constató que en el municipio caraqueño de Chacao el servicio eléctrico se vio interrumpido al final de la tarde, mientras que ciudadanos consultados aseguraron que la falla se había registrado en zonas aledañas a la capital venezolana, ubicadas en los estados Miranda y Vargas, donde está el principal aeropuerto del país.

Hablan de sabotaje

El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, aseguró que la falla que dejó sin luz a buena parte de Caracas y los vecinos estados Miranda y Vargas, se debió a un acto de sabotaje que consistió en el corte de cables de un transformador lo que causó una explosión y un incendio.

“Al hacer un corte de los aterramientos (cables) de un transformador (…) hubo una sobrecarga lo que produjo una explosión y posterior incendio que dejó sin luz varios sectores de la región capital”, dijo el ministro a través de VTV.

El apagón se prolongó por tres horas. El servicio eléctrico fue restituido cerca de las 8:00 pm.

Con información de El Nacional y EFE

Una falla eléctrica colapsó el Metro la mañana de este viernes

metrocolapso

Una falla eléctrica en horas de la mañana de este viernes causó una hecatombe en la línea 1 del sistema Metro de Caracas, aunado al colapso que se vive a diario bajo tierra.

La avería se produjo entre el tramo de Chacaito y Chacao.c

Usuarios reportaron olor a quemado y un estruendoso sonido.

Horas después, la compañía del Estado informó en su cuenta de tuiter que el problema había sido solventado, aunque los andenes seguían atestados de personas.

No es le primer inconveniente en el medio de transporte que se presenta en la semana, retrasos e insuficiencia de trenes han estado a la orden del día.

 

 

 

EFE Ago 03, 2017 | Actualizado hace 7 años
Gobierno argentino sugiere no viajar a Venezuela

argentinaCO

 

El gobierno argentino recomendó este jueves a sus ciudadanos limitar los viajes a Venezuela, salvo por estricta necesidad, debido a la situación de inseguridad y violencia que vive el país, a través de un comunicado oficial.

«Se sugiere a los ciudadanos argentinos limitar a situaciones de estricta necesidad los viajes a ese país», publicó la Cancillería de Argentina en su página web.

El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto advirtió a los argentinos que en Venezuela se están registrando casos de inseguridad y violencia perpetrados por fuerzas gubernamentales y enfrentamientos con la población civil.

«La inseguridad, las complicaciones de desplazamiento, y el limitado acceso a servicios esenciales, dificulta la posibilidad de brindar asistencia consular”, recogió el texto.

Por ello, solicitaron a los argentinos que planeen viajar al país que lo comuniquen a la Dirección de Argentinos en el Exterior, antes de realizar el traslado para «contar con toda la información necesaria».

Argentina es el tercer país que emite esta alerta a sus ciudadanos. Días atrás Reino Unido y Estados Unidos también advirtieron lo mismo a sus habitantes.

 

arg

Los escuderos y las arepitas, por Elías Pino Iturrieta

represion7

 

Un funcionario público, a quien corresponde la atención de la comunidad, resolvió hablar con unos jóvenes aguerridos que, cuando les parece, convierten su jurisdicción en una batalla campal. Les habló sobre los inconvenientes de las acciones anárquicas, de los peligros de actuar sin coordinación contra la dictadura y, por supuesto, de los daños materiales que causaban a diario en detrimento de los habitantes del lugar. Muchos de los jóvenes se despojaron de sus escudos, escucharon los argumentos y se dispusieron a participar en un diálogo que podía llegar a conclusiones útiles, pero la sesión fue interrumpida por un grupo de vecinas entusiastas. No venían a hablar de los problemas de su cotidianidad, del ruido que impedía su tranquilidad, de la violencia que azotaba sus vidas, sino a reconocer el heroísmo de los muchachos que hablaban con el funcionario. Llevaban unas bandejas de arepas con forma de corazón, que les obsequiaron como homenaje. Los esfuerzos del servidor público se perdieron en el doméstico azafate, mientras los homenajeados anunciaban la continuación de su cruzada.

Es usual que en las situaciones extremas que experimenta una sociedad sucedan conductas sorpresivas, actitudes de grupos pequeños y grandes que no siguen los lineamientos de quienes aparecen o se reconocen como líderes en medio de una convulsión. En situaciones extremas no predomina la coherencia. Tales actitudes aumentan los escollos de un camino que ya tenía suficientes, y requieren esfuerzos adicionales para evitar que esas y otras aguas abandonen el cauce. En los libros de historia abundan los ejemplos de este tipo, de manera que no estamos ante un caso insólito que conduzca a enigmas jamás planteados. Los escuderos se estrenaron en la antigüedad y se han repetido a través del tiempo, hasta llegar a nuestras venezolanas horas. ¿Por qué? Los pueden mover los resortes más variados: no están de acuerdo con las vacilaciones del liderazgo, juzgan que su patriotismo es el más patriótico de todos, no quieren que la debilidad de la dirigencia los contagie, sienten que se llevan la palma en materia de testículos, consideran que son demasiadas las heridas que se les han causado, han adquirido conciencia en torno al papel que deben ejercer, consideran que llegó el tiempo de salir de los rincones… y siguen más razones en al catálogo de una etiología casi infinita. No son encarnaciones de la mala fe, ni nada por el estilo, sino expresiones genuinas de un caos determinado.

Sin embargo, hay un detalle curioso en el caso de nuestros cruzados: hacen publicidad de su gesta cerca de los semáforos y piden dinero para seguir en la lucha. Ya es un hábito del paisaje su presencia en sitios concurridos, donde exhiben las capuchas heroicas junto con las armas de la lucha y después pasan la raqueta. Una demostración de semejante naturaleza debe llamar a la reflexión. Una resistencia convertida en ornato público invita a las dudas mientras espanta las certezas. Una cuota permanente de demostraciones de coraje que puede obtener réditos materiales ante el regocijo de los viandantes deja de ser un capítulo de historia para volverse circo provechoso en materia de emolumentos. El hecho merece atención porque no solo cuenta con el regocijo de quienes los aplauden y los confortan con sus óbolos, sino también con la anuencia del régimen. Cuando las protestas se convierten en trivialidad sale ganando la dictadura. La falta de transparencia favorece a los mandones. Por eso observan a los escuderos desde prudente distancia mientras se preparan sin ocultamiento, y solo los repelen cuando se trasforman en una hoguera que la salvadora GNB apaga para bien de los vecindarios.

Por consiguiente, las señoras de las arepas en forma de corazón no están solas en la faena de mimar y engordar un fenómeno que puede traer consecuencias perjudiciales para la causa de la libertad. Las acompaña la dictadura, por los beneficios que saca de unas escaramuzas tan banales, tan fáciles de liquidar cuando considere oportuno. Los políticos que han fomentado el culto hiperbólico de la calle deberían pensar al respecto.

 

@eliaspino

El Nacional

Editorial de El País: Descenso al caos en Venezuela

Plantonnacional1s

 

Los acontecimientos de las últimas horas en Venezuela desbordan los escenarios más pesimistas y confirman la disposición del presidente Maduro a conducir al país por la senda de la violencia y el estallido social antes que a dar la palabra democrática a los venezolanos.

Los 26 muertos registrados hasta ayer en las protestas contra el régimen chavista, los saqueos a comercios y la inseguridad ciudadana y jurídica son solo algunos ejemplos del estado de degradación y caos en el que se está sumiendo la sociedad venezolana mientras desde el Gobierno —máximo responsable del mantenimiento de la seguridad y el orden constitucional— la única respuesta que se obtiene viene en forma de soflamas populistas, cuando no amenazas a los líderes de la oposición.

Preocupa particularmente la aparición de “colectivos” paramilitares afines al régimen que desde sus motocicletas disparan indiscriminadamente contra manifestantes indefensos. Maduro debe ordenar el cese inmediato de la violencia contra las marchas opositoras que exigen la liberación de los presos políticos y la convocatoria inmediata de elecciones presidenciales libres y supervisadas internacionalmente.

No puede, pues, extrañar la preocupación con la que se siguen los acontecimientos desde fuera de Venezuela, empezando por Naciones Unidas, cuya Oficina de Derechos Humanos ha exigido a las fuerzas de seguridad bajo el mando de Maduro que ejecuten sus acciones conforme a los estándares del derecho internacional. Por eso mismo, resulta cada vez más incomprensible la actitud de algunas fuerzas políticas en España que siguen utilizando piruetas retóricas para referirse a la crisis venezolana y no condenar la actitud del régimen. Y del mismo modo destacan positivamente actitudes como la de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, capaz de discernir y sumarse a los llamamientos por la democracia y la liberación de los presos políticos en Venezuela.

¡Hágase el caos!, por Antonio José Monagas

el-callao

La genealogía de la humanidad, está contenida en el primer libro de la Sagrada Biblia. Es el prolegómeno de la vida. Su relato explica el origen y creación del mundo, del hombre y de la vida en general. Por supuesto, desde la perspectiva del Cristianismo. De hecho, su lectura ilustra el poder de Dios al disponer de todo lo que el Universo pudo proveer a su maravillosa tarea de darle forma a “los cielos y a la tierra” cuando en principio “la tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo”. Tan profusa fue su obra, que hasta le dio vida a “las alimañas terrestres de cada especie, y a las bestias de cada especie”.

La política también tiene su génesis. No tanto desde el mismo momento en que fue creado el ser humano, como a partir del instante en que las virtudes del hombre se torcieron como producto de las bajas y pérfidas pasiones que devinieron en perversidad, envidia, egoísmo y maldad como sentimientos pecaminosos que sirvieron de razones sobre las cuales igualmente se apostó a cimentar el mundo que hoy se tiene. Quizás por su praxis, se han inspirado duras frases que conciben la política desde una infortunada acepción. Y que no dejan de ser ciertas. Arturo Graf, escritor italiano, decía que “la política es demasiado a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos”. Por eso, hay quienes explican que las complicaciones sobre las cuales se sujetan las convulsiones de la política, resultan de las perturbaciones de un ejercicio político infundado sobre presunciones establecidas. Inclusive, como promesas de naturaleza electoral. Cuando no, simplemente como objetivos contenidos en programas de gobierno y divulgados como expresiones que simbolizan ilusas y estúpidas acciones.

Sin embargo, hay decisiones que colman todo nivel de equivocación. O que superan cualquier actitud de crueldad, saña, infamia y hasta de locura. Por ejemplo, la tomada por el régimen dictatorial venezolano, es la coronación de cuanto gazapo ha cometido desde que se instaló en enero de 1999. Aunque hoy, diferenciado por la infamia con la que maneja, administra y controla casi todo. Ello, propio de un gobierno autoritario, arbitrario, violento y abusivo. Precisamente, lo característico de una situación dominada por el exceso de codicia, impudicia e impunidad. O sea, que en Venezuela se vive lo que la sociología política denomina “anomia”. Es decir, la incapacidad de la estructura gubernamental para poner en práctica la desviación o ruptura de las leyes no sólo en el seno de la sociedad. Peor aún, adelantada por miembros de los cuadros gubernamentales. Y tan grave problema, se ha visto incitado por los desastres ocurridos en la economía nacional luego de determinaciones administrativas totalmente absurdas, como en efecto ha sucedido con la decisión presidencial de sacar de circulación la masa monetaria formada por billetes de 100 cuyo monto rondaba los 600.000 millones de bolívares.

Este inconveniente se ha dado en medio de una realidad marcada por una reticente brecha entre posturas asumidas desde un socialismo anunciado como la “panacea que redituará ingentes beneficios” a la población venezolana, y los valores sobre los cuales los venezolanos han afianzado su conducta ciudadana. Pero al mismo tiempo, el referido trastorno que tiene atrapado al país en los estadios más hondos de la descomposición social, política y económica, ha sido capaz de promover la delincuencia en sus distintas modalidades. Desde las que preceden y presiden personas de la más baja ralea, hasta aquella dirigida por politiqueros encumbrados.

Pero lo más insidioso de toda esta situación, es causa y efecto de lo aventurado a lo cual llegó el régimen a consecuencia de las incongruencias e inconsistencias que sirvieron de criterios de gobierno para mantenerse embutido al poder. Más aún, sin que lograra recuperar al país de los bandazos que recibió como resultado de un modelo de gestión totalmente desguarnecido de la conciencia de reivindicar a Venezuela del impacto de políticas públicas absolutamente rastreras.

En principio, el régimen no pudo contener una inflación que comenzó a superar niveles de asfixia que naturalmente tuvieron la fuerza (presión alcista) para desbaratar cualquier economía con algún aprecio de lo que su influencia determina en la vida de una nación. Esto motivó decisiones que, lejos de enfrentar las insuficiencias, indujeron a desbocar las finanzas públicas lo cual animó que la crisis económica que venía manifestándose, se viera incrementada de modo desproporcionado e incontrolado. Fue así como comenzó a depreciarse el valor de la masa monetaria circulante sobre la cual se cimentaba la ya debilitada economía venezolana. Ya no había forma de que el régimen pudiera desembarazarse de tan pesado fardo. De hecho, el Banco Central de Venezuela, sabía del problema que venía agobiando la estructura financiera venezolana. No obstante, por aquello de la pérdida de su autonomía, gracias a la reforma de su normativa impulsada por la necedad y la ignorancia ante los efectos de una incertidumbre mal definida, tuvo más peso la decisión de voltearle la tortilla a la economía venezolana. Sólo que la susodicha operación se hizo de manera alevosa. O sea, contrario a lo que pauta la teoría económica en caso de argumentaciones de esta naturaleza. Y la tortilla terminó quemándose. Fue lo que le ocurrió al país toda vez que pesaron más los intereses ya desequilibrados del alto gobierno, que las necesidades de desarrollo económico de una sociedad impulsada por convicciones democráticas.

Para entonces, tristemente, se había alcanzado problemas de hiperinflación, de ajustes de precios por encima de los ajustes de salarios, pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Asimismo, del poder adquisitivo de la moneda en curso lo cual sumó el número de contrariedades suficiente para que convulsionara la economía tal como se ha visto por estos días.

En medio de lo que esta situación de abismal crisis produjo, razón que no admitió el régimen por razones de populismo barato, simplemente le achacó su origen a conspiraciones que sólo las creen los ilusos y furibundos prosélitos seguidores del fustigador verbo presidencial. De manera que lo único que le quedaba al alto gobierno para terminar de afrontar su cercano suicidio político, fue el de ordenar el impúdico asalto al bolsillo ya descocido de los venezolanos mediante la decisión de conculcarle sus derechos económicos del modo más perverso, humillante y deshonesto. Así dictaminó el mayor desconcierto posible que registrara la historia de la economía venezolana al inducir la desestabilización no sólo de la esmirriada funcionalidad de la finanzas nacionales. También, de la estructura política que lo sostiene. En otras palabras, armó una conmoción económica, la propia guerra económica, sin siquiera un disparo. Sólo articuló lo necesario para provocar el desbarajuste de todo, cuando decretó el caos declarando: ¡Hágase el caos!

(Y el caos se hizo…)