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Mitos y realidades sobre el Cartel de los soles en Venezuela

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@javiermayorca‏

Desde el año 2004 en Venezuela se comenta con insistencia que la principal banda de traficantes de drogas no es un grupo delictivo como podríamos imaginarlo según los patrones de Estados Unidos, con las “familias” de la Cosa Nostra americana; o de Colombia, con los carteles de Medellín, la Guajira, Cali o más recientemente del Norte del Valle. En el caso venezolano, esta actividad ilícita estaría dominada por un conjunto de oficiales generales activos de la Fuerza Armada Nacional. Es por esta razón que ha sido denominado el Cartel de los Soles.

El origen de este nombre tan peculiar es incierto. La primera vez que se escuchó fue antes del gobierno de Hugo Chávez, para designar a los generales de la Guardia Nacional (GN) implicados en la llamada Operación Norte, en específico a los exjefes del comando antidrogas Ramón Guillén Dávila y Orlando Hernández Villegas. Ambos fueron procesados por tráfico de drogas y sobreseídos en 1993 por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez antes de que hubiese sentencia firme. Como los dos oficiales eran generales de brigada, el grupo fue llamado Cartel del Sol, en singular.

Cuatro años después, con Rafael Caldera en el poder, el tema resurgió en el debate público a propósito de una investigación desarrollada por la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) contra un grupo de militares que supuestamente traficaba drogas en los estados Monagas y Anzoátegui, en complicidad con un sujeto llamado Pedro Antero Gerinho. Curiosamente, el instructor y principal denunciante de este caso fue el mismo que ocasionalmente había participado en la averiguación contra Guillén Dávila. Se trataba del abogado y coronel asimilado al Ejército Claudio Turchetti.

Lo único que este caso tenía en común con el primero era que algunos de sus implicados formaban parte de la GN. No obstante, en el segundo expediente había también una mezcla de funcionarios de distintas policías con agentes de la DIM, la Disip (policía política, actual Servicio Bolivariano de Inteligencia, Sebin) y prominentes empresarios. Además, nunca pudo implicarse a un oficial con grado superior al de teniente coronel.

¿Cómo era posible que se pudiese hablar del mismo “cartel” pero con distintos actores, algunos de los cuales ni siquiera llenaban el requisito de ser generales? La pesquisa sobre el Cartel del Sol dio origen a un expediente militar que se diluyó en 2001 en una maraña de incidencias legales entre la Corte Marcial y el Tribunal Supremo de Justicia. Los tribunales simplemente no dieron crédito a la tesis del coronel Turchetti. El régimen, además, no le tenía simpatía, pues fue él quien años atrás había revelado el video en el que Hugo Chávez, recién salido de la cárcel de Yare gracias al indulto concedido por Caldera, era recibido en Cuba con honores dignos de un jefe de Estado.

En septiembre de 2000, cuando ya conocía que la batalla estaba perdida, Turchetti envió una carta al presidente para advertirle sobre “un grupo que pretende enquistarse en su gobierno, vinculado al narcotráfico”. La organización, por supuesto, estaba conformada mayoritariamente por militares, cuyos nombres no precisó en esa comunicación.

La historia sobre el Cartel del Sol pasó a segundo plano hasta febrero de 2004, cuando una comisión de la Brigada de Acciones Especiales de la policía judicial mató a Eudo González Polanco en una finca de Tocuyito, estado Carabobo. Este hombre era hermano de Hermágoras González Polanco (alias Armando González Apushana), señalado como líder del cartel de la Guajira en Venezuela, quien fue capturado en 2008 y todavía permanece en calidad de procesado en un calabozo del Sebin.

Entre las pertenencias de Eudo González hallaron un carnet que lo identificaba como comisario ad honorem de la GN, firmado por el general de brigada Alexis Maneiro Gómez, quien fue jefe del Servicio de Inteligencia y del Comando Regional 7, precisamente el que tiene jurisdicción sobre los estados Anzoátegui y Monagas. Este hecho ameritó la investigación de una comisión parlamentaria, que recomendó la inmediata destitución del alto oficial.

Hasta ese momento los conflictos en este grupo se mantenían con cierta contención, es decir, las víctimas eran siempre miembros o rivales de las distintas organizaciones. Pero en septiembre de ese año las cosas cambiaron. Ocurrió en Venezuela la primera muerte a manos de sicarios de un activista político ligado estrechamente a los medios de comunicación en Maturín. El locutor Mauro Marcano fue ultimado en el estacionamiento de su residencia cuando se disponía a ir a la radio donde moderaba un programa que se había convertido en tribuna para denunciar la corrupción militar asociada al tráfico de drogas. Precisamente en vísperas de su asesinato Marcano había ofrecido divulgar los nombres de los oficiales que dominaban este comercio en la región oriental.

Las investigaciones de la policía judicial apuntaron hacia José Ceferino García, alias el Indio, un hombre con amplios antecedentes por tráfico de psicotrópicos. Su nombre fue conocido inicialmente en el gobierno de Rafael Caldera, debido a las denuncias de un delegado de la Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de las Drogas (Conacuid) para Delta Amacuro, Armando Johan Obdola. Debido a ellas el funcionario tuvo que solicitar refugio en Canadá, donde vive actualmente.

Cartel o no cartel

En julio de 2005 The Miami Herald publicó una nota en la que ya se habla de la existencia de “un grupo de contrabandistas de drogas conocido como el Cartel de los Soles, por las insignias de los generales venezolanos”. Esa expresión era atribuida a un diplomático destacado en el país, cuyo nombre no fue divulgado. La historia cobraba fuerza en virtud de los casos recientes del general Maneiro, de Mauro Marcano, y también por la presunta participación de generales del Ejército.

¿Es correcta la expresión de cartel para referirse a esta supuesta organización de oficiales? Brand (1984) explica que un cartel es “un grupo de empresas que acuerda fijar mutuamente precios aceptables para sus productos, lo cual frecuentemente es acompañado por cuotas de producción y de inversión”. Esta definición de la ciencia económica fue trasladada al mundo de la investigación criminal para designar al producto del acuerdo o colusión de productores de una mercancía ilegal para controlar su oferta y, por ende, sus precios (Smith et al., 1993). En América los únicos carteles propiamente dichos han sido en primer término los de Medellín y Cali, que llegaron a controlar hasta el 70% de la producción mundial de cocaína, y posteriormente las FARC, con una participación mucho menor en el mercado. Antes, con la “bonanza marimbera”, no existía esa figura sino la de múltiples productores y ofertantes.

La noción de cartel aplicada a este ámbito de conocimiento ha sido cuestionada, debido a que no toma en cuenta la realidad cambiante de los mercados ilegales. El grupo de los antioqueños liderado por Pablo Escobar, Carlos Lehder, los hermanos Ochoa y José Gonzalo Rodríguez Gacha apenas gozó de hegemonía en el mercado de las drogas durante un lustro, y ya para 1985 competía con una lista de organizaciones que tenían participación en este comercio.

Entonces, trasladar el concepto de cartel al ámbito de los generales venezolanos es un error. Por un lado, porque en el país no se producen drogas y, en consecuencia, los oficiales no podrían llegar a acuerdos que regulen sus precios, tal y como lo hacían los “narcos” de Medellín. Por otro lado, los carteles tienen una estructura interna más o menos estable. Sus líderes tienen la pretensión de permanecer en el tiempo. Es posible que sean sustituidos por la fuerza debido a pugnas intestinas o por conflictos con las autoridades u otras organizaciones delictivas. Incluso, en la circunstancia de que alguno de sus miembros sea encarcelado, el liderazgo del cartel intenta preservarse. Ejemplo claro de esto fue la experiencia de Pablo Escobar durante los últimos años de su vida.

En el caso venezolano sería pertinente otro tipo de análisis. Si una parte del generalato venezolano se ha corrompido de forma profunda, concertada y continuada, sería posible estudiar el asunto como el producto de una asociación para delinquir, según los parámetros establecidos en el Código Penal italiano y en el estatuto RICO de Estados Unidos. Algunos de ellos, por cierto, fueron recogidos en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento del Terrorismo. Esto impondría numerosos retos para los investigadores, sobre los cuales en este momento apenas se puede arrojar alguna luz.

La mesa servida

Lo más importante es atenerse a los hechos, y la forma como se fueron concatenando a partir de 2005. Ese año se tomó una decisión clave para entender el desbordamiento de la delincuencia en el país, en especial la organizada.

En lo público, esta decisión ha sido descrita como la ruptura del convenio de cooperación con la Drug Enforcement Administration (DEA), la policía antidrogas estadounidense. El presidente la anunció en una intervención pública, luego de analizar un informe remitido a la comandancia de la GN por el entonces jefe del Comando Antidrogas, general de brigada Frank Morgado, en el que describía una serie de operaciones fallidas, desarrolladas en el seno de un grupo especial de investigaciones conformado bajo la tutela de la DEA con personal escogido de CICPC, la Fiscalía y la propia GN. A Morgado esto le olía a una reedición del caso Guillén Dávila (en el cual él también estuvo implicado, siendo entonces un oficial subalterno).

Sobre la base de una casuística, el jefe del Estado tomó una decisión política que ha tenido importantes consecuencias negativas para el país. Venezuela no solo se distanció de la DEA (esa hubiese sido una consecuencia menor), sino de toda la comunidad de policía internacional, lo que dejó al país prácticamente aislado en materia de investigación a las distintas manifestaciones del crimen organizado. Por lo tanto, a merced de ellas.

Se debe aclarar que el referido convenio de cooperación en realidad no era con la DEA, sino con la Sección de Asuntos sobre Narcóticos (NAS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Estado. Tenía la forma de un memorándum de entendimiento entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela, que incluía desde luego aspectos relacionados con la actividad de interdicción que han sido los más conocidos. Pero había otros tan importantes como ese, destinados a asuntos disímiles como la reforma al sistema aduanero, el fortalecimiento del sistema de administración de justicia e incluso la formación de representantes de la sociedad civil en prevención y tratamiento de las farmacodependencias. Todo eso fue paralizado y reemplazado posteriormente con iniciativas improvisadas, como fue por ejemplo el caso de la instalación de escáneres chinos en la Aduana Marítima de Puerto Cabello, que pronto fallaron.

La decisión de Chávez generaba entonces condiciones ideales para la radicación en Venezuela de mafias de todo tipo. Bastaba a estos sujetos hacerse auténticamente “revolucionarios” para obtener una patente de corso. Ya la Constitución aprobada en 1999 había cerrado la posibilidad de extraditar a los venezolanos requeridos por los tribunales de otros países, de manera que al obtener la nacionalidad los hampones se hacían prácticamente intocables por los delitos cometidos en otras latitudes. Así ha ocurrido por ejemplo con Arturo Cubillas Fontán, señalado por el magistrado de la Audiencia Nacional española Eloy Velasco como el enlace entre la organización separatista vasca Euskadi ta Askatasuna (ETA) y las FARC. Cubillas fue jefe de Seguridad del Instituto Nacional de Tierras (INTI) hasta la salida de Juan Carlos Loyo, en diciembre de 2011.

Hubo, además, otras importantes decisiones que implicaron en la práctica cesiones de territorio a los grupos irregulares y delictivos que operan en la frontera con Colombia. Los teatros de operaciones fueron desmantelados y reemplazados por unidades militares carentes de autonomía operativa, tuteladas desde Caracas. Se prohibió a la policía judicial desarrollar pesquisas antidrogas en la región limítrofe.

Al mismo tiempo, los planes de erradicación de cultivos ilícitos fueron paralizados hasta 2005 con el argumento de que se atendía las quejas de grupos ecologistas. Ese año fueron detectadas 250 hectáreas de coca y amapola de opio. Fue el último en que se contó con la “imagenología” suministrada por la cooperación internacional. Ya los sobrevuelos con los aviones de la DEA equipados con cámaras especiales tenían cuatro años sin realizarse en el país. Desde 2006 la detección de los sembradíos se ha hecho mediante recorridos en helicópteros del Ejército, con escasos resultados. En este caso, no es que Venezuela sea un país “libre de cultivos ilícitos”, sino que las hectáreas de coca y amapola no son avistadas ni reportadas. Son, por decirlo en términos criminológicos, pura cifra negra. Todas las operaciones Sierra efectuadas desde entonces carecen, además, de la verificación que antes hacían invitados de la Organización de Estados Americanos (OEA). Por lo tanto, no hay forma de contrastar lo que dicen los voceros gubernamentales.

Mientras tanto, en Colombia avanzaba la aplicación de la política de Seguridad Democrática del presidente Álvaro Uribe. En materia de drogas y otras actividades del crimen organizado se produjo lo que se conoce como el efecto “globo” o “cucaracha” (Bruce Bagley): los grupos que antes estaban en el centro del territorio neogranadino se trasladaron a la periferia, con tendencia a mudar sus operaciones a los países vecinos (Ecuador, Venezuela y Panamá). Esto podía percibirse claramente cuando se analizaba la evolución de las estadísticas de vuelos ilícitos en el eje colombo-venezolano entre los años 2003 y 2008. En el primer año de la serie la ruta más usada por los aviones de la droga era el corredor del Pacífico colombiano. En el último año, el trayecto más recorrido partía desde el sur de Apure hacia Falcón y Zulia, y finalizaba en las playas de Honduras o de República Dominicana.

La mesa estaba servida para que los militares venezolanos pudieran ofrecer a los grupos de traficantes colombianos algo que ellos buscan con ansias: una “ruta segura” para sus cargamentos. Para unir esta oferta con los demandantes hacían falta dos importantes brokers o intermediarios, empresarios de la droga y lo que venga con ella. Eran Walid Makled, alias el Turco, y José María Corredor Ibagué, mejor conocido como el Boyaco.

 

De Putumayo al Tamanaco

 

EXTRADITADO A VENEZUELA EL PRESUNTO NARCOTRAFICANTE WALID MAKLED

La captura de José María Corredor en octubre de 2004 fue quizá una de las últimas grandes operaciones promovidas por la DEA en Venezuela. Los documentos internos señalaban claramente que Corredor era un enviado del Bloque Sur de las FARC, unidad comandada por José Benito Cabrera, alias Fabián Ramírez, para colocar alijos de drogas a cambio de armamento para la organización.

Corredor fue apresado en el lobby del Hotel Tamanaco, en Las Mercedes, cuando iba a reunirse con un agente encubierto para cuadrar un envío de drogas. El “cuerda floja” se sentó junto a él, luego se levantó para ir al baño y en ese momento se produjo la captura. Ante el Gobierno Corredor fue descrito como un “paraco” para así garantizar que permanecería detenido hasta el momento de su extradición. Una mentira blanca.

Para ese momento, según documentos de la DEA, el Boyaco tenía más de año y medio operando con la complicidad de un empresario ampliamente conectado con los militares del centro del país, propietario de las almacenadoras más grandes del puerto más grande de Venezuela: Walid Makled García.

Makled tenía nexos con la guerrilla y con los paramilitares. No era difícil, pues los exintegrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se habían reconfigurado en pequeños grupos conocidos como “bacrim” y llegaron a acuerdos operativos con frentes de las FARC que operan en Norte de Santander y los Llanos Orientales colombianos, para así garantizar la continuidad del “negocio”. Estas eran alianzas endebles, nada perdurables. El cartel del Norte del Valle y sus sucedáneos solo tenían en común con los guerrilleros el ansia de acumular riqueza. Ni siquiera podían ponerse de acuerdo entre ellos mismos y a menudo las disputas se resolvían a tiros (López, 2008).

Makled y el Boyaco tuvieron un entendimiento que incluso trascendió a la propia detención del colombiano. El alijo de 5,5 toneladas de cocaína incautado en un jet en el aeropuerto de Ciudad del Carmen, en abril de 2006, fue enviado hasta allá desde el aeropuerto de Maiquetía en una operación organizada por el Turco. Él mismo lo ha reconocido. La droga pertenecía a las FARC y sería recibida en México por sujetos al servicio de una organización conocida como la Federación, comandada entonces por Joaquín Guzmán (alias Chapo) e Ismael Zambada (el Mayo).

Si en algo hay que dar crédito a Makled fue cuando afirmó que ese jet no pudo haber despegado sin la anuencia de las autoridades militares que controlan todas las actividades del principal terminal aéreo del país. El avión estuvo tres días en una rampa mientras le hacían reparaciones y esperaban la llegada del alijo, distribuido en 155 maletas que fueron colocadas en cada butaca. Cuando despegó tuvo un desperfecto en una compuerta y el piloto, Carmelo Vásquez, tuvo que devolverse de emergencia. Sin embargo, no lo inspeccionaron. Repararon la falla y nuevamente salió.

Venezuela poco a poco fue llenándose de enviados de todas las organizaciones criminales. Del Norte del Valle llegaron sujetos como Salomón Camacho Mora, Wilber Varela y Farid Feris Domínguez, todos ellos capturados o muertos en territorio nacional. De Italia llegó Salvatore Miceli, que en Venezuela representó al mismo tiempo los intereses de la Cosa Nostra siciliana y de la mafia calabresa (´Ndrangheta). Desde México llegaron Luis Frank Tello y su compañera sentimental Gloria Rojas Valencia, ambos deportados en distintos momentos. Otros tantos han continuado operando. De ellos el más notable es Daniel Barrera, alias el Loco, señalado por autoridades colombianas y estadounidenses como el principal traficante de cocaína del momento.

No le faltaba razón a Bayardo Ramírez Monagas, expresidente de la Conacuid, cuando afirmaba que las autoridades venezolanas, en el afán de aparentar que luchan contra el tráfico de drogas, lo único que han hecho es atacar a un solo bando de este negocio, siempre el lado de los paramilitares o sus derivaciones. Algo similar a lo que se ha dicho con respecto a las presidencias mexicanas que antecedieron a Felipe Calderón. En Venezuela los únicos paracos que cayeron en manos de las autoridades fueron el Boyaco Corredor, que luego se evadió de la Disip, y Juan Martínez Vega, alias Chigüiro, cuyo nombre figura en la acusación judicial contra la cúpula de las FARC en una corte estadounidense. Este hombre fue detenido casi como un hecho colateral en febrero de 2005, cuando se llevó a cabo el rescate de Maura Villarreal, la mamá del entonces grandeliga Ugueth Urbina, quien había sido plagiada por el frente 10 de la guerrilla colombiana. La mujer estaba cautiva en una instalación turística abandonada al sur del estado Bolívar. Cuando los agentes de la División Antiextorsión y Secuestros de CICPC la liberaron, hallaron además 630 kilos de cocaína escondidos en el mismo lugar.

Las perlas de Aponte Aponte

 

A medida que pasa el tiempo aumenta el cúmulo de indicios sobre la participación concertada y continuada de oficiales generales en el tráfico de drogas. De esta historia apenas se conocen algunos datos, develados gracias a que los propios aliados del régimen sienten cerca el final y tratan de negociar una salida antes de que se hunda el barco.

Las primeras pistas al respecto fueron divulgadas a partir de la segunda mitad de 2008, cuando el Departamento del Tesoro anunció el congelamiento de las cuentas y bienes que pudieran tener en Estados Unidos el entonces director de la Disip, y actual ministro de la Defensa, general Henry Rangel Silva; el general de brigada Hugo Carvajal (el Montesinos de Chávez, según la revista Semana) a la sazón director de Inteligencia Militar, y el capitán de navío retirado y exministro de Relaciones Interiores Ramón Rodríguez Chacín. Todos ellos porque supuestamente sirvieron de enlace con las FARC en el intercambio de armas por drogas.

Al conocer esta noticia el presidente no solo descartó los señalamientos, sino que ascendió a Rangel al grado de general en jefe y lo promovió a la conducción del Comando Estratégico Operacional. Hoy en día, es el militar activo con mayor poder en el país, pues también ejerce la cartera de Fuerte Tiuna. En otros términos, el oficial posee el control administrativo y operativo de la institución militar. ¿Cómo entender esta decisión del comandante en jefe?

La lista del Tesoro fue engrosada en septiembre de 2011, como consecuencia del análisis de los archivos hallados en el campamento donde murió Raúl Reyes tres años atrás. El bloqueo de cuentas y bienes fue extendido también al comandante de la Cuarta División Blindada y jefe de la Guarnición de Maracay, general de división Clíver Alcalá; al diputado Freddy Bernal, el comisario del Sebin, Ramón Madriz, y al diputado Amílcar Figueroa, cuyo nombre también fue mencionado como uno de los respaldos políticos de ETA en Venezuela (Salas, 2010).

En resumen, de las siete personas sancionadas por el Tesoro debido a su aparente vínculo con las FARC y el tráfico de drogas, dos son militares activos de alta graduación, otras dos son retirados que han ejercido posiciones clave en el Gobierno, una es miembro de la policía política con la mayor jerarquía y dos civiles. Todas actuando en una aparente asociación continuada hacia un mismo fin.

Faltaba, sin embargo, la información sobre hechos concretos en los que algunos de los miembros de esta sociedad hayan actuado. Ese dato lo aportó el coronel retirado (GN) Eladio Aponte Aponte, exfiscal general militar promovido por el propio régimen a la máxima posición de la justicia penal venezolana, es decir, a la presidencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia.

Antes de salir del país para convertirse en colaborador de la policía antidrogas estadounidense, Aponte reveló que por presiones de la cúpula militar del momento tuvo que otorgar una medida cautelar al teniente coronel del Ejército Pedro José Maggino, quien fue detenido en marzo de 2006 junto a otros dos oficiales, dos suboficiales y un civil a propósito de las investigaciones posteriores al decomiso de un alijo de 2,2 toneladas de cocaína. Este cargamento fue traído desde Colombia en noviembre del año anterior por vía terrestre y ocultado en la sede de un batallón ubicada en Carora, estado Lara. A pesar de esta circunstancia, Maggino fue ascendido posteriormente al grado de coronel, y continúa activo en la FAN.

El desenlace del caso Aponte, así como los hechos previos, sugieren además que en la FAN no existe un Cartel de los Soles, sino por lo menos dos grandes estructuras en pugna por el control del paso de drogas. Una de la GN y otra del Ejército. La salida de Makled a partir de 2008 dejó a la GN en posición desventajosa frente a una alianza de facto entre las FARC y el componente terrestre.

Conclusión: futuro en peligro

En 1993, Alain Labrousse observaba que Venezuela “ofrece estupendas oportunidades a los narcotraficantes”. Su vecindad con Colombia, la existencia de amplias fachadas con el mar Caribe y el océano Atlántico y, lo que resultaba más importante, la existencia de una élite política que poca atención le ponía al problema del tráfico y consumo de drogas, le conferían al territorio unas características ideales que en algún momento hicieron al primer gran arrepentido de la Cosa Nostra, Tomasso Buschetta, recomendarlo como destino para los mafiosos en apuros.

Antes de la llegada de Hugo Chávez al poder hubo militares activos y retirados implicados en casos de drogas. En 1992 fue detenido en una operación encubierta el general de brigada (Ejército) Alexis Ramón Sánchez Paz, a la sazón agregado militar en Estados Unidos. El tratamiento a una lesión lo hizo adicto a los narcóticos, especialmente la morfina, y esto lo llevó a traficar alijos hacia Estados Unidos, donde finalmente tuvo que pagar diez años de prisión (Azócar, 1994). Durante el segundo período de Carlos Andrés Pérez también cayeron Guillén y Hernández, aunque en condiciones totalmente diferentes. Aún hoy en día existe la duda de si estos oficiales efectivamente traficaban para provecho propio o como parte de un convenio secreto con la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Fue en esa época cuando comenzó a hablarse del Cartel del Sol (Malaver, 1999), aunque el cúmulo probatorio no permitía concluir la existencia de un cartel, con las características que tenía en Colombia.

Esta idea, sin embargo, ha perdurado hasta nuestros días para designar al grupo de militares en actividad que supuestamente ha establecido cierta hegemonía sobre el tráfico de drogas, debido a su vínculo con el poder establecido. No obstante, la evidencia que ha surgido desde la divulgación de los archivos informáticos hallados en poder de Luis Edgar Devia (alias Raúl Reyes), encargado de las relaciones internacionales de las FARC, así como también con la detención del empresario Walid Makled, y más recientemente con la declaración del exfiscal general militar y expresidente de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, coronel retirado (GN) Eladio Aponte, se puede señalar que no existe un cartel propiamente dicho sino al menos dos grandes grupos de militares que se disputan este liderato.

El efecto corruptor de las relaciones entre militares activos y grupos de delincuencia organizada transnacional es mayor a medida que el tiempo pasa y los oficiales se enquistan en posiciones de poder. Un referente histórico claro de esta situación lo tenemos en el breve gobierno del general Luis García Meza en Bolivia (1980-1981), quien intentó capitalizar las relaciones adquiridas con el cartel de Medellín desde años antes de asumir la primera magistratura. Esto sumió al país suramericano en una espiral de ingobernabilidad que propició la caída del régimen, en medio de una gran presión internacional.

Cara a las elecciones del 7 de octubre, es posible que la facción perdedora en el conflicto interno de la FAN mantenga una discreta posición hasta conocer los resultados de este proceso. Entonces, intentará cobrar las cuentas pendientes, por vía judicial o extrajudicial, dependiendo del grado de institucionalidad que conserve el país a partir de ese momento.

 

*Esta investigación fue publicada en el número 24 de la revista Simón Bolívar Analytic, en marzo-abril de 2012

 

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Narco remembranzas. No es el primero, ni será el último. Caso Makled/Aponte Aponte por Pedro Prado

En nuestra sociedad existe una “aseveración” que reza, que como pueblo, el venezolano es de memoria “muy escaza”. Tal creencia parece verse reforzada con el escándalo de las declaraciones del ex magistrado Eladio Aponte Aponte y su relación con Walid Makled, personaje detenido por su supuesta actividad como narcotraficante, sicario, “empresario local” y quien- para muchos- pudiera convertirse en una bomba de tiempo si le da por soltar la lengua sobre sus contubernios políticos con personajes ligados al gobierno.

La relación Makled-Aponte Aponte es sólo un caso de cómo el poderoso narcotráfico puede penetrar los Estados y sus instituciones, sea en gobiernos con poderes democráticos cimentados, en regímenes autoritarios, dictaduras, autocracias, monarquías, revoluciones o cualquier otro tipo de sistema. Venezuela no es la excepción, ni lo será. Para nuestra desgracia en estos últimos años hemos tenido casos que revelan como “el imperio de la droga” nos está minando sin que las espasmódicas acciones gubernamentales hagan mella en tan gigantesco enemigo.

En esta nota no pretendemos inmiscuirnos en el debate sobre si estamos combatiendo o no el narcotráfico ni tampoco en la diatriba sobre quienes son los culpables, las naciones consumidoras o las productoras. Nuestra única intensión es tratar de apelar a la memoria reciente para tratar de demostrar que el caso Makled-Aponte Aponte es un capítulo de una macabra novela que se ha venido escribiendo con trazos lesivos que todavía (como en los caso de Colombia, México y algunos países de Centroamérica) no ha dejado correr ríos de sangre de seres humanos, inocentes o no.

Con el fin de dar sustento a lo que afirmamos, dedicaremos las siguientes líneas a recordar algunos hechos en los cuales se devela cómo el narcotráfico no es un accidente en Venezuela producto de nuestras relaciones fronterizas y ubicación geográfica en el continente. En adelante, buscaremos dejar en claro que el viejo argumento de que “somos un país de tránsito para el tráfico y comercio de estupefacientes” es cosa del pasado. Aunque nos toca precisar que, y ojalá siempre sea así, todavía no llegamos a los niveles de otros países en los cuales este mal “reina” con todo su poderío.

EL LIC. VÍCTOR CONTRERAS TAPIAS

Durante el mes de septiembre del año 2006 el entonces ministro de Interior y Justicia del gobierno nacional, Jesse Chacón, comunicó al Presidente Chávez sobre un operativo realizado en la urbanización La Lagunita en el cual resultó capturado “el segundo narcotraficante más buscado en Colombia”. De inmediato el mismo Jefe de Estado hizo el anuncio y preconizó sobre las bondades de su gobierno en la lucha contra el tráfico de drogas “gracias a que ya no trabajamos con la DEA”, puntualizó.

El personaje capturado portaba documentos “oficiales” que los identificaban como el licenciado Víctor Contreras Tapias quien, entre otras cosas, tenía en su poder un pasaporte diplomático en el que se determinaba que era “asesor del Ministerio de Finanzas”. Este y otros datos estallaron como bomba cuando se supo que el aprehendido en realidad era el conocido narco Farid Domínguez, un importante coordinador de rutas aéreas de los carteles colombianos hacia Centroamérica, México y Estados Unidos. En verdad no formaba parte de la élite de los capos de la droga pero si estaba siendo buscado por las autoridades policiales internacionales desde el año 2004.

El gobierno continuó usando la captura de Domínguez para alabar su labor policial antidrogas pero no esperaba que, luego de su deportación a Colombia en el 2007, el narcotraficante hiciera públicos detalles de cómo estuvo, por un largo tiempo, “supuestamente” vinculado con militares y funcionarios del Estado venezolano quienes le facilitaron su estadía y trabajo en nuestro país. Sus declaraciones encendieron un polvorín pero extrañamente las mismas no tuvieron consecuencias internas inmediatas y dejaron varias interrogantes que nadie en el gobierno, hasta nuestros días, ha querido despejar.

Entre las perlas que dejó caer Domínguez en la opinión pública venezolana está el relato de que él actuaba gracias al amparo de militares y funcionarios de “alto nivel gubernamental”. El detenido expuso que algunos militares en Venezuela tienen el control del narcotráfico que sale de nuestro país a distintos destinos. “Aprendieron de los colombianos el negocio…” aseguró Farid en su declaración ante las autoridades de su país.

Pero en su extensa revelación el narcotraficante confesó que, supuestamente, él coordinó la salida del vuelo de un DC-9 que habría partido de la Rampa Uno (de uso exclusivo para el avión presidencial) con un cargamento de cinco toneladas de cocaína con rumbo a México. Dicha aeronave fue descubierta por las autoridades mejicanas en el estado de Tabasco y sus pasajeros y tripulantes detenidos en abril de 2006.

Como si la anterior no fuera suficientemente grave, Domínguez puso la guinda en la torta al detallar los nombres de quienes le facilitaron su trabajo, estadía y seguridad en el país hasta que fue capturado. Farid expuso que el entonces Director de la Onidex (Dirección de Identificación y Extranjería) Hugo Cabezas fue quien “personalmente” le ofreció ordenar la tramitación de su cédula y pasaporte venezolano. “Vas a nacer en Venezuela”, le habría dicho Cabezas al narco para garantizarle la obtención de sus documentos venezolanos. Como se sabe Hugo Cabezas pasó de la Onidex a ser secretario del Presidente de La República y hoy es gobernado de Trujillo.

El narcotraficante Farid Domínguez también señaló al comisario Marcos Chávez (entonces Director del CICPC) como “su amigo”. También citó al Gral. GN Jesús Rodríguez, a Jesús Intriago (para la fecha Jefe Antidrogas del CICPC), al ex directivo de la Oficina Nacional Antidrogas, Luis Correa, y otros funcionarios como parte de su círculo de conexiones durante su permanencia en Venezuela. El narcotraficante colombiano no cerró la boca sin antes decir que: “los militares del Cartel de los Soles (organización en la cual los capos son militares venezolanos) se quedan con grandes cargamentos y ellos son los que luego los trafican o trasiegan”.

Este caso de Farid Domínguez es más que revelador pero lo que llama la atención es lo poco que las autoridades venezolanas han dicho sobre el particular. Que sepamos nadie está investigado, y mucho menos detenido, a pesar de lo expuesto por el narcotraficante que en la actualidad paga condena en Estados Unidos. La voz de la Fiscalía, los tribunales, la Asamblea o el Ejecutivo poco, o nada, se oyeron en su momento y ahora tampoco.

La historia de Farid Domínguez quizás fue “olvidada” porque su jerarquía es de rango medio pero no deja de evidenciar cuán lejos puede llegar el narcotráfico en una nación tan vulnerable como Venezuela, sobre todo cuando la impunidad pareciera ser ley. Sin embargo, en el caso que reseñaremos a continuación no hablaremos de un “capo tapa amarilla” sino de uno que estuvo en la élite del la organización del tráfico de drogas y quien vivía en Venezuela ante la mirada complaciente de nuestras autoridades.

CUANDO ¨EL JABON¨ LAVA NO LA CARA.

Cuando el propietario del Hotel “Fresh Air”, ubicado en el estado Mérida, se enteró que en una de las habitaciones de su negocio habían sido encontrado los cuerpos sin vida de dos hombres, nunca imaginó que ese hecho tendría la trascendencia continental que le dio el que uno de los ajusticiados fuera un importantísimo capo de los carteles de la droga a nivel mundial. El posadero, quizás, pensó en un principio que se trataba de un hecho violento más de los que semana a semana vivimos en esta Venezuela de hoy. Cuan equivocado estaba el señor.

Con la llegada de las autoridades policiales las primeras indagaciones señalaban que uno de los dos hombres asesinados a balazos respondía- según sus documentos “venezolanos”- al nombre de José Antonio Pérez Chacón. Hasta allí todo parecía “normal”. No obstante, partiendo de algunos detalles que llamaron la atención de las autoridades, al profundizar más sobre crimen y la identidad de los fallecidos los cuerpos policiales descubrieron que Pérez Chacón (cual personaje salido del “Pedro Navaja”de Rubén Blades) no era quien decía sus papeles de identificación sino el buscado capo, y exlíder del Cartel de Norte del Valle Colombia, Wilber Varela, mejor conocido como “El Jabón”.

La noticia del asesinato de Varela corrió como pólvora en medios colombianos y continentales pero en Venezuela el gobierno fue más bien parco en el tratamiento informativo de este hecho que revelaba que un capo de la droga, peso pesado, tenía a nuestro país como refugio y centro de operaciones. A “El Jabón” lo habrían asesinado junto a su mano derecha (alias Grasoso) sicarios contratados por sus enemigos. ¿Pero qué hacía este importante narcotraficante en Venezuela? ¿Por qué escogió nuestro país pudiendo ir a otro lugar? ¿Sabían o no las autoridades venezolanas de la presencia en nuestro territorio del buscado delincuente? Estas son algunas de las interrogantes que hasta hoy pocas respuestas han tenido.

La muerte de Varela se produjo en el 2008 pero informes de las autoridades policiales internacionales reflejan que el sanguinario narcotraficante mantenía negocios en nuestro país desde la década de los noventa y que decidió instalarse en Venezuela desde el 2004. Tales datos resultan llamativos ya que es complicado creer que gobierno alguno no tenga información sobre las actividades de un bandolero por el cual las autoridades norteamericanas pagaban $ 5 millones por su captura.

Para precisar el peso que tenía Wilber Varela en el mundo del narcotráfico es menester acotar que en principio fue un miembro de los cuerpos policiales colombianos y con el tiempo su ambición lo llevó a incorporarse al mundo de las drogas. Como suele suceder, fungió como sicario ligado al famoso Cartel de los hermanos Rodríguez Orejuela (hoy presos en USA) hasta que logró- conjuntamente con otros- independizarse y formar parte de la jerarquía del Cartel del Valle del Norte, organización que vino a suplir a los legendarios carteles de Medellín y Cali en el negocio del tráfico de drogas a nivel universal.

Con el transcurrir del tiempo los problemas afloraron entre los jefe del Cartel del Norte, desatándose una guerra entre ellos ( “Rastrojos” contra “Machos”)la cual sembró de miles de cadáveres a esa zona colombiana. El sangriento enfrentamiento de “El Jabón” con sus enemigos, “Don Diego” y “Chupeta”, obligó a Varela a escapar para salvar su vida. Debido a “lo bien que siempre le fue por estos lados”, seleccionó a Venezuela como su refugio.

Al llegar al país, aproximadamente en el 2004, Varela hizo los contactos necesarios para hacerse de una identidad venezolana, adquirió bienes en varias partes de nuestro territorio y desplegó toda su actividad para continuar con su negocio de tráfico de drogas a varias partes del mundo. De acuerdo con nuestras fuentes, “El Jabón” operaba un corredor comprendido entre los andes venezolanos y el oriente del país que le facilitaba la ruta del tráfico de drogas, sobre todo, hacia Europa. Las mismas fuentes señalan que Varela contaba con la colaboración de las autoridades antidrogas del CICPC-oriente- en especial de un comisario de apellido Ibarreto.

En las investigaciones independientes que derivaron de la muerte de Wilber Varela, es conoció que el capo de la droga habría contado con una amplia custodia que le brindaban, supuestamente, cuerpos de seguridad de los estados Anzoátegui y Sucre. Llama la atención que la presencia de “El Jabón” en Venezuela no era tan “clandestina” ya que- al margen de los informes que autoridades colombianas remitían a sus pares nacionales- la prensa alertó sobre sus actividades en nuestro territorio pero la respuesta gubernamental fue la inmediata negación y descalificación de las versiones de los medios y comunicadores.

Es particularmente paradójico, por decir lo menos, que frente a las informaciones de prensa sobre la estancia de Varela en el país, una connotada figura política ligada al gobierno, como el Dr. José Vicente Rangel, así como los Jefes de la ONA, desmintieran con vehemencia que el capo del Cartel del Norte estuviera en suelo patrio. Rangel llegó a exponer en su programa televisivo que estas versiones obedecían al interés de los enemigos de la revolución de crear un expediente, tipo Rafael Noriega, en contra del gobierno de Chávez. Después de tal argumento, al poco tiempo asesinan a “El Jabón”.

En otra curiosa reacción de los representantes del gobierno respecto al asesinato de Varela en el país, el tristemente célebre ex ministro Rodríguez Chacín ofreció unas declaraciones a la prensa mostrando una computadora que encontraron junto al cadáver del narco colombiano. El funcionario se limitó, seguramente tratando de desviar la atención, a decir que en ordenador habían encontrado información que vinculaba al antiguo Jefe policial de Colombia, el Gral. Oscar Naranjo, con el narcotráfico y que el entonces ministro de la defensa de ese país, Juan Manuel Santos, fue sobornado por los carteles para que el citado militar ocupara el cargo policial en el vecino país.

La exposición mediática de Rodríguez Chacín no dijo nada sobre otros detalles de la presencia de “El Jabón” en Venezuela, sobre sus actividades, conexiones y las responsabilidades que habrían tenido supuestos funcionarios gubernamentales que ayudaron al capo a vivir a salvo en nuestro país por años. Tampoco quiso el ministro hacer referencia a lo revelado por fuentes colombianas según las cuales en la computadora del exlíder del Cartel del Norte del Valle se encontraron mensajes codificados que precisaban las relaciones de Wilber Varela con autoridades venezolanas, sus nombre, cargos y qué tipo de participación tuvieron en su estructura de tráfico de drogas.

La muerte de este importante jefe de la droga sigue rodeada de un sinfín de misterios y dudas hasta la fecha y a nadie parece interesarle que esta tenebrosa historia se esclarezca. Lo que si parece cierto es que el narcotráfico tocó nuestras puertas hace bastante tiempo y hay personas que lo han invitado a pasar. Con este caso y el de Domínguez, el escándalo de Makled-Aponte Aponte luce coherente, por lo menos. Walid Makled no es un capo de la droga como lo fue El Jabón ni operaba en los niveles de Farid. No obstante llegó a tocar el Olimpo del poder y seguramente no será el último, para nuestra desgracia.

Los dos casos que hemos citado son parte de una trama que elabora el narcotráfico que es la más poderosa organización de opera en el mundo entero y frente a la cual ningún gobierno ha tenido buenos resultado. El nuestro deberían ser más vigilante y no tomar al episodio Makled-Aponte Aponte como carne de cañón político. Bueno sería que empezáramos a vernos en los macabros espejos de las experiencias vividas en Colombia y México. Los narcos no tienen ideologías…

 

Por Pedro Prado

La prensa global se enfoca en tema narcos y Aponte Aponte

APONTE APONTE, UNO DE LOS MAGISTRADOS del Tribunal Supremo de ¿Justicia? de más confianza del régimen venezolano esta en Washington «conversando» con la DEA y el FBI sobre sus años de actividades como militar, como juez militar y luego en su último cargo de miembro del tribunal más importante del país.

La visión del mundo sobre Venezuela ha venido cambiando, para mal, los últimos años.

Por ello esta comparecencia del declarante que inundó de informacion privilegiada a los medios es demoledora para el gobierno venezolano.

El diario ABC de España dedica un reporte desde Washington al tema del magistrado fugado de Venezuela.

Aquí el reportaje:

El final de Hugo Chávez destapa su vinculación con el narcotráfico

 

 El líder venezolano era informado cada semana de las operaciones de tráfico de drogas realizadas bajo control del Ejército, según pudo saber ABC

Por Emili J. Blasco

Hugo Chávez ha estado recibiendo durante años informes semanales sobre las operaciones de narcotráfico realizadas en Venezuela, llevadas a cabo bajo control de las Fuerzas Armadas. Detalles de esos encuentros, en los que el director de la Inteligencia Militar habría dado cuenta puntualmente al presidente venezolano de cómo se estaba desarrollando el negocio de los estupefacientes, han sido ofrecidos a la poderosa Agencia Antidroga estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) por el huido magistrado venezolano Eladio Aponte. Así lo ha podido saber ABC de fuentes conocedoras de los pormenores de la voluntaria entrega de Aponte a las autoridades de Washington.

Un narcotráfico de Estado, dirigido por «narcogenerales» y tutelado por el propio Hugo Chávez, y una Justicia amañada tanto para proteger esas operaciones como para «montar» juicios contra disidentes políticos, es la Venezuela del chavismo cuya realidad ahora emerge ante la descomposición del régimen. Pieza clave de esa utilización de los tribunales para los intereses del régimen fue el juez Aponte, primero como fiscal militar, y luego como responsable de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia del país. Con Chávez en plena salud, Aponte habría tenido pocas oportunidades de escaparse. Pero ahora, con el presidente frecuentemente en Cuba y los responsables de seguridad más preocupados por su propio futuro, nadie reparó en que el gran testigo de la corrupción del chavismo podía marcharse del país.

La huida

Destituido el 20 de marzo por las acusaciones de Walid Makled, un excapo civil de la droga caído en desgracia debido a luchas internas, Aponte acudió a su despacho el día de su escapada para recoger sus cosas. Cuando salió del edificio le dijo al chófer que prefería regresar a casa en taxi. Viajó en taxi hasta la península de Paraguaná, a unos 500 kilómetros de Caracas. Allí contrató a un pescador para que lo llevara en lancha a la isla de Aruba, a 45 minutos de distancia. Y en la isla tomó un avión, primero a Panamá y luego a Costa Rica, donde le recogió la DEA.

Sospechando que podía pagar los platos rotos por el caso Makled —él mismo había usado a chivos expiatorios muchas veces para salvar la cara de altos mandos militares en procesos penales—, Aponte estuvo enviando fuera del país documentos confidenciales durante tres meses. Todos están ya en poder de las autoridades estadounidenses.

Carta comprometedora

Entre ellos, por ejemplo, hay una comprometedora carta de 2007 en la que el entonces ministro de Defensa, el general Raúl Baduel, informaba a Chávez de que existían «suficientes elementos que vinculan» al general Henry Rangel, hoy titular de Defensa, con un caso de narcotráfico: un cargamento de 2,2 toneladas de cocaína, procedente de las FARC, se había guardado en un cuartel del Ejército de una zona fronteriza con Colombia y estaba siendo transportado por un convoy militar cuando fue interceptado. La carta, a la que ha tenido acceso este periódico, señalaba que Rangel era primo de uno de los imputados, y añadía: «Muy respetuosamente sugiero se abra una profunda investigación y auditoría de sus bienes (…), y el cese de sus actividades laborales, hasta que se pueda descartar su participación en los hechos antes mencionados».

Chávez no solo no promovió una investigación, sino que, de acuerdo con Aponte, le habría insistido para tapar cuanto se pudiera el asunto. Una injerencia en asuntos judiciales desde la Presidencia de la República que el juez asegura es frecuente en el régimen. Baduel pagó su osadía con la obligación de retirarse del Ejército al cabo de unos pocos meses, y en 2010 fue sentenciado a ocho años de prisión por corrupción. Rangel fue promocionado, como también lo acabaría siendo el teniente coronel Pedro Maggino, principal encausado en el mencionado proceso judicial, que Aponte manipuló. El expediente de ese juicio permite concluir que el caso «no era un incidente aislado y que la planificación apuntaba a una red de narcotráfico bien establecida de oficiales militares», según el dictamen de juristas que lo han examinado.

El capo de los capos

Aponte es la primera persona que involucra directamente a Chávez en ese negocio, según el testimonio que avanzó una vez ya fuera de Venezuela a las fuentes consultadas por ABC. El magistrado aseguró que varias veces había estado presente cuando el director de Inteligencia Militar presentaba su informe semanal al presidente sobre las operaciones de tráfico de droga. No está claro que esa acusación la pueda sustentar con pruebas escritas. En cualquier caso, asegura tenerlas (por ejemplo, pagos a cuentas bancarias) contra Diosdado Cabello, el presidente de la Asamblea Nacional, que es el jefe del partido y uno de los posibles sucesores de Chávez al frente del movimiento. «Cabello es el capo de los capos, porque es el que controla toda la infraestructura del lavado del dinero», declaró Aponte, de acuerdo con las fuentes citadas.

En declaraciones que entonces también hizo a la cadena SoiTV de Miami, calificó al general Clíver Alcalá, que comanda la División Acorazada, como «el zar de la droga», quien se ocupa de la operatividad de los envíos, en colaboración nada menos que con la Oficina Nacional Antidroga, el coronel Néstor Reverol.

 

La visión de El País de Madrid sobre Aponte Aponte

LA CORRESPONSAL DEL DIARIO El País de Madrid es la venezolana Maye Primera quien escribe desde Miami:

Un exjuez venezolano acusa a altos cargos del Gobierno de narcotráfico

Aponte, destituido la semana pasada por presuntos vínculos con un narco, afirma que el Ejecutivo de Chávez manipula la justicia con fines políticos

Un exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia venezolano, que ha sido acusado de tener vínculos con el narcotráfico y que ahora se encuentra exilado en Estados Unidos, ha puesto en jaque esta semana al Gobierno de Hugo Chávez. El coronel retirado Eladio Aponte Aponte —exfiscal militar y expresidente de la Sala de Casación Penal del supremo venezolano— ha hecho públicas toda clase de acusaciones que involucran a altos cargos del Gobierno con el tráfico de drogas y con la manipulación del Poder Judicial por parte del Ejecutivo con fines políticos.

El magistrado Aponte huyó de Venezuela la semana pasada, después de ser destituido de su cargo el 20 de marzo por su supuesta vinculación con el narcotraficante venezolano Walid Makled. Makled fue detenido en Colombia en agosto de 2010 y tras su extradición ahora está siendo juzgado en Venezuela. Hasta su captura era el tercer hombre más buscado por la agencia antidrogas estadounidense DEA.En el momento de su detención el narcotraficante portaba credenciales que lo identificaban como personal de la Fiscalía Militar venezolana, que dirigía Aponte, y más tarde también confesó que había sido apoyado en sus actividades ilícitas por altos cargos del Gobierno de Chávez, incluyendo a generales y ministros.

De acuerdo con la versión de Aponte, las acusaciones de Walid Makled son ciertas. El magistrado ha dicho, durante una entrevista grabada en Estados Unidos y transmitida el miércoles por la cadena venezolana Globovisión, que altos cargos del Gobierno de Chávez han colaborado con el narcotráfico; entre ellos, el actual ministro de la Defensa y exdirector de Inteligencia Militar, Henry Rangel Silva; el general Clíver Alcalá Cordones, actual comandante de la IV División Blindada del Ejército, acantonada en la ciudad de Maracay, a unos 100 kilómetros de Caracas; el general Hugo Carvajal Barrios, excomandante de la Dirección de Inteligencia Militar; el general Néstor Reverol, director de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA); y el general Isaías Baduel, exministro de Defensa, actualmente detenido en una cárcel militar por supuesta corrupción. Tres de ellos —los generales Rangel, Alcalá y Carvajal— ya fueron sancionados en 2008 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC, en sus siglas en inglés) por colaborar con las actividades de narcotráfico de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El exmagistrado ha asegurado también que el Poder Judicial en Venezuela está siendo manipulado por el Ejecutivo. Aponte ha confesado, inculpándose a sí mismo, que en muchas ocasiones recibió presiones de parte del propio presidente Chávez “para que condujera de una manera conveniente hacia el gobierno las investigaciones» de casos particulares. Ha dicho, por ejemplo, que muchos venezolanos permanecen en la cárcel por razones políticas y entre ellos mencionó a un grupo de comisarios de policía sentenciados a 30 años de cárcel como responsables de las muertes ocurridas durante el golpe de Estado del 11 de abril de 20021 y a la jueza María Lourdes Afiuni, presa desde hace tres años por otorgar la libertad a un banquero acusado de corrupción.

Quien maneja directamente la justicia en Venezuela, según Aponte, es el vicepresidente ejecutivo, Elías Jaua. “Todos los viernes en la mañana hay una reunión en la vicepresidencia ejecutiva del país, donde se reúne el vicepresidente, que es el que maneja la justicia en Venezuela, con la presidenta del Tribunal Supremo, con la fiscal general de la República, con el presidente de la Asamblea Nacional, con la procuradora general de la República, con la contralora general de la República [Tribunal de Cuentas], y unas que otras veces va uno de los jefes de los cuerpos policiales. De ahí sale la directriz de lo que va a ser la justicia. O sea, salen las líneas conductoras de la justicia en Venezuela”, ha afirmado el exmagistrado.

Aponte llegó a Estados Unidos el martes pasado desde Costa Rica en un avión de la DEA y el mismo día realizó declaraciones en Washington, según han informado medios de Miami. El canciller venezolano, Nicolás Maduro, ha salido al paso a estas declaraciones diciendo que “Aponte es un hombre absolutamente desprestigiado (…) Le ha vendido el alma al diablo” y que trabaja para los servicios de inteligencia estadounidenses. Roger Noriega, exembajador de EE UU ante la Organización de Estados Americanos (OEA), cree, en cambio, que Aponte es el “testigo perfecto” en las investigaciones que actualmente lleva a cabo Washington contra funcionarios de Caracas. “Aponte está dispuesto a comparecer ante una corte federal de los Estados Unidos y fortalecer aún más las acusaciones que han sido hechas por agencias federales y fiscales”, dijo ayer Noriega al diario venezolano El Nacional.

 

Aponte Aponte prende la mecha en el gobierno por Tomás Hernández

La revolución tiembla al escuchar las declaraciones del ex magistrado Aponte Aponte. Este señor ha escupido para arriba, ha prendido el ventilador y ha desnudado al sistema judicial venezolano.

«La justicia es una plastilina y digo plastilina porque se puede modelar a favor o en contra». Estas palabras pronunciadas por este personaje confirman lo que anteriormente se intuía: en Venezuela la corrupción no tiene límites.

Las consecuencias de las declaraciones de Aponte Aponte en cualquier otro país hubiesen sido catastróficas. En criollo, con declaraciones de ese calibre hubiesen rodado cabezas rapidito. No es poca cosa acusar abiertamente de corrupción y de complicidad de narcotráfico al vicepresidente de la república, al presidente del tribunal supremo de justicia, al presidente de la asamblea nacional y a la controlara general de la república.

Lo preocupante hasta ahora es que ningún alto funcionario del gobierno ha desmentido al ex magistrado. Nicolás Maduro dijo que Eladio Aponte Aponte “se ha convertido en el vocero oficial y el máximo representante de la oposición. Le ha vendido su alma a la DEA, vuelve aparecer la DEA como un actor político contra Venezuela y no como una institución que busca la lucha contra el narcotráfico”. El Canciller Maduro capaz tenga razón pero lo cierto es que no lo desmiente.

El primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Aristóbulo Istúriz, le dijo a VTV que el Partido Socialista de Venezuela discutirá las declaraciones de Eladio Aponte Aponte, para fijar una posición formal. “No deberíamos gastar ni un minuto en eso, pero tampoco podemos quedarnos callados. Deberíamos estar acostumbrados a ver como natural que todo prófugo de la justicia venezolana se va para Estados Unidos y allí le tienen un modelo de declaración que es el mismo formato, es la descalificación a las instituciones y personalidades del Gobierno como condición para dejarlo allí, y el que se va es porque es un indigno”. Nuevamente otro pez gordo del gobierno no desmiente al ex magistrado.

¿Cuántas familias venezolanas  se han visto afectadas por las injusticias que ocurren diariamente en nuestro país? ¿Cuántos hogares han quedado destruidos por personajes despreciables como Aponte Aponte?

El hecho de que Eladio Aponte Aponte haya confesado lo grotesco, corrompido y asqueroso que se encuentre el sistema judicial venezolano no lo libra de culpa. El formó parte del mismo durante 15 años, fue cómplice de casos de narcotráfico y admitió que no se aferraba a la constitución sino a las líneas del comandante.

Estas declaraciones, el caso de Walid Makled, la reciente muerte en Anzoátegui del general Wilmer Moreno y el silencio del chavismo, demuestran que la mecha está ardiendo dentro del gobierno y que los días porvenir serán de temer…

 @TomasHHR

 

La paradoja del affaire Aponte Aponte por Víctor Mijares

La política comunicacional del gobierno venezolano es la más pura de todas sus políticas, pues mientras en el resto de sus programas y medidas se permite desviaciones y mixturas con respecto al socialismo, en la forma en la que explica la realidad y expone sus ejecuciones es siempre la más apegada a la lógica del materialismo histórico de vertiente cubana. Y es esa política comunicacional militante y consistente el canal por medio del cual trata de demostrar su cosmovisión con respecto a la política internacional, lo que trae como resultado una simplificación de las relaciones internacionales, las cuales se reducen a la oposición entre el imperio opresor (dependiendo del vocero, la noción de “imperio” puede ir más allá de un Estado concreto, como los Estados Unidos, y abarcar a una cultura, la occidental o de origen europeo, o bien a un modo de producción, el Capitalismo) y los pueblos del mundo que, por medio de gobiernos revolucionarios, operacionalizan su poder nacional para contrarrestar la opresión histórica.

Visto así, el caso del exmagistrado Aponte Aponte ha sido interpretado, tanto por seguidores como por detractores del gobierno venezolano, como una herida mortal al control político y la gobernabilidad misma de la actual élite del poder en nuestro país. Las acusaciones de “narco-Estado” que pesan sobre Venezuela por el presunto involucramiento de altos oficiales, civiles y militares, del gobierno autoproclamado como “bolivariano”, se anuncian como una argucia más del gran poder imperial para desplazar a un gobierno con gran apoyo popular que le ofrece una excepcional resistencia en un área geopolítica clave del mundo; o como un acto de justicia que desnuda la profunda corrupción del régimen venezolano y pone a sus más altos responsables al borde de la defenestración. Ambas visiones, aunque contrarias, se complementan, pues parten de la misma interpretación simple de la política como una confrontación pura entre dos bandos.

La paradoja del caso affaire Aponte Aponte es que debilita internacionalmente al gobierno venezolano, pero lo fortalece internamente. Ello es así porque mientras se robustecen los expedientes de los hombres clave del régimen chavista, no se manifiesta ninguna acción jurídica, política ni económica en su contra. Como la espada de Damocles, aquellos expedientes penden sobre las cabezas de los indiciados limitando su libertad de acción frente a intereses extranjeros. Decimos extranjeros y no sólo estadounidenses porque pueden ser de la misma utilidad para Washington como para Moscú, Brasilia o Beijing, siempre que los intereses de las potencias dicten que es necesario aplicar presión. Para que ese control sea efectivo, el régimen debe sobrevivir, los indiciados deben seguir ocupando posiciones importantes en la estructura del Estado venezolano. Un cambio radical en el actual orden de las cosas dejaría a los poderes foráneos sin recursos suficientes para hacer valer sus intereses en Venezuela, lo cual coopera con la tesis de la necesaria continuidad que sostiene el actual gobierno.

Esta interpretación no pretende ser apocalíptica, ni mucho menos indica la inevitabilidad histórica de la continuidad chavista, pues otra lección política de vital importancia estriba en comprender la inestabilidad inherente de los intereses. El objetivo es abrir nuevas líneas de discusión que rompan con el esquema simple que se ha instalado en Venezuela de la política como dicotomía.

Por Víctor M. Mijares

@vmijares

Sendai Zea Abr 19, 2012 | Actualizado hace 5 años
Runrunes El Universal 19.04.2012
ALTO
¿CANDIDATO?:

El caudillo juega a la desinformación. Sólo con dos de los más allegados ha conversado la posibilidad de buscar otro candidato que represente “el proceso”. Los que si saben todo son los hermanos Castro y sus más importantes generales. Estos lo han dejado saber, entre dientes, a sus colegas venezolanos de más confianza. Los que estuvieron en la reunión de El Laguito. Allí donde al lado de Cliver Alcalá quien lució más aguerrido en defender con las armas la revolución fue el comandante del Ejército Euclides Amador Campos Aponte. Son los vientos de guerra que soplan como lo contó esta semana, muy molesto, Douglas Bravo a una colega. Dos de las corrientes que por el lado de las armas se disputan el liderazgo tienen posiciones encontradas en cuanto a la figura del caudillo. Una quiere verlo como el Gaitán que dé el chispazo al morir y otro como el Perón que establezca una referencia futura en las generaciones por venir. Mientras que la mayoría entiende que “los únicos presos en Latinoamérica por la violación de los derechos humanos son militares” y por ende deben apegarse a los principios democráticos, más aún cuando hoy día en la comunidad internacional no está fácil patear la lámpara de las instituciones. Se recuerdan de los casos de Zelaya y Correa por lo reciente que son ambos.

La enfermedad del paciente no disminuye sino por el contrario avanza. Su nerviosismo y depresión hacen de las suyas. Los días en el Cimeq han sido más de reposo que de tratamiento. Se está dando un tiempo para tomar una decisión. Ante la nota que publiqué  que Nicolás Maduro podría ser el ungido, la reacción del ala uniformada no se hizo esperar. Me llamaron, a través de intermediarios para señalarme que Chávez nunca dejaría a un civil como su sucesor. Que el compromiso con sus compañeros de uniforme estaba por encima de todo. Que ésta es una revolución militar y que de lo contrario, respetar y obedecer las órdenes de un civil aunque sea el más chavista de todos, les sería muy difícil de aceptar. ¿Cuáles son las ideas de Hugo Chávez Frías? ¿Qué piensa el caudillo que ha mandado por ya casi 14 años, lo que serían tres períodos de la vieja democracia, y que ha manejado más de un millón de millones de dólares provocando el más grave deterioro y retroceso que como país hemos sufrido?. Sólo dos ejemplos recientes: las deudas con los trabajadores por sus prestaciones  en las empresas de Guayana, ahora que quiere anunciar una nueva Ley de Trabajo montada en secreto, llegan a 18 Mil millones de dólares y uno de cada tres trabajadores en el sector formal están en el plantel burocrático gubernamental.

El gobierno a control remoto, donde el Twitter se ha convertido en la más usada herramienta por gobierno alguno, es la constante diaria desde Cuba.  Por lo pronto con Fidel y Raúl una de las más recientes conversas, tras el acercamiento de Aponte Aponte a los Estados Unidos, tuvo que ver con el fusilamiento del general Ochoa por acusaciones de narcotraficante y todo el proceso que allí en Cuba se siguió en torno al caso. Tiempos diferentes y hoy más difíciles por la cantidad de dinero que se maneja. Hasta ahora no ha hablado Zaratustra…

MEDIO
APONTE APONTE:

Ex policías, un banquero y varios periodistas son apenas parte de la saga que arrancó desde que el temido militar,  convertido en juez por capricho de Chávez, se escapó en lancha hacia Curazao apenas el pasado mes. Sus declaraciones grabadas para la DEA son la mejor prueba de la inmundicia roja rojita en materia de justicia. Aponte, amenazado de muerte por militares, carteles y funcionarios del gobierno, optó por salvar su pellejo y contar lo que sabe del negocio de la droga y del negocio de la política en el chavismo corrupto que controla el país.

Sus historias: Luisa Estela Morales y Luis Ortega eran extorsionadoras y me llamaban para darme instrucciones para imputar o allanar sin razones. Cuenta como los casos de Mazuco y los paracachitos fueron “montados”. Confirma que el testigo encapuchado contra el diputado zuliano era un preso al que le dieron el guión acusatorio y luego lo perdonaron. Todo falso. Apunta a perdones que para supuestos narcotraficantes se ordenaban desde oficinas del alto gobierno. No tiene empacho en señalar a los generales Cliver Alcalá  y Reverol de la ONA como vinculados al narcotráfico. Dirijan las pesquisas a Puerto Cabello para comprobarlo. Las sentencias tienen costo. La justicia se compra con dinero en Venezuela. Habla de las reuniones todos los viernes en la sede de la Vicepresidencia con los jefes de los poderes: TSJ, FGR, AN PGR, CGR  para darles órdenes de a quien perjudicar o abrirle juicio. Cita el caso de un militar agarrado con droga por el que lo llamaron  desde una oficina en Miraflores,  de MinDefensa cuando era  ministro Baduel,  Rangel Silva, Carvajal de la DIM y otros para que lo soltara. Revela los montajes a Usón, Poggioli, Simonovis y  los policías del 11 de Abril donde la Sala Penal convalidó todo lo que presentaron en su contra y no aceptaron ninguna de sus defensas.

Aponte se siente utilizado (?) y dice que le dio miedo quedarse por temor a ser asesinado en “un atraco normal de los que pasan a diario en Caracas”. Tras recoger sus libros de su oficina en el  TSJ se dio cuenta que la justicia era de plastilina. Reconoce la valentía y honestidad de la Jueza Afiuni al decir: “es una mujer muy valiente y que esos son los juristas que representan bien al sistema judicial”. El cinismo del magistrado no tiene nombre. Y apenas comienza. Tiene guardados en Curazao, Panamá y Dominicana cantidad de documentos que comprometen al gobierno a todo nivel. El ventilador está en “ON”…

BAJO
DESABASTECIMIENTO:


La reunión en el despacho de la vicepresidencia fue de confrontación. Por un lado fabricantes, industriales, empresas locales y transnacionales y supermercados y por otro los burócratas que tienen que ver con los temas de alimentos y productos diversos. La orden de Jaua fue llenar los anaqueles. Hasta a Procter se le reconocieron sus dólares para repatriar con el compromiso que los anaqueles estén llenos, desde pañales a champús, pasando por toallas sanitarias y otros artilugios de belleza natural a laos que están acostumbrados  los venezolanos. Confrontaron con el Seniat, Cadivi y Sundecop entre los más destacados entes públicos. La amenaza está pendiente. No puede haber escasez de nada.

Sin embargo, los inventarios de papel sanitario y jabón de lavar no llegan a Julio. Con los absurdos precios que les colocaron ya la oferta se ve escasa. Hasta los propios empleados de los Bicentenario se lo espetaron a los jefes: “se lo dijimos y no nos hicieron caso…se creen que se las saben todas”…

@nelsonbocaranda

Entrevista a Aponte Aponte: Historias secretas de un juez en Venezuela

A CONTINUACIÓN LES PRESENTAMOS la entrevista que le hiciera el canal estadounidense  SOiTV, y retransmitido por Globovisión,  al ahora ex magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Eladio Aponte Aponte. Quien recordemos fue destituido el pasado 20 de marzo por vinculaciones con el supuesto narcotraficante Walid Makled.

Sus declaraciones grabadas para la DEA son la mejor prueba de la inmundicia roja rojita en materia de justicia. Aponte, amenazado de muerte por militares, carteles y funcionarios del gobierno, optó por salvar su pellejo y contar lo que sabe del negocio de la droga y del negocio de la política en el chavismo corrupto que controla el país. Algunos de los señalados son: el ministro de Defensa, Henry Rangel Silva, el general Cliver Alcalá, quién es jefe de la Cuarta División Blindada del Ejército, entre otros altos funcionarios.

El ventilador empieza a girar…

Un magistrado de Venezuela ex presidente de la sala penal tribunal supremo de justicia es vinculado al narcotráfico y removido de su cargo por el poder legislativo. El día que iba a ser interpelado por la Asamblea Nacional, no acudió, huyo del país. Ahora el juez teme ser juzgado por la justicia venezolana. El magistrado Eladio Aponte Aponte decidió hablar y estas son sus revelaciones

– «Verioska»: Nosotros estamos teniendo esta conversación fuera de Venezuela. El poder moral y su informe, la comisión especial de la Asamblea Nacional hizó un estudio sobre usted y de forma unánime se acordó su remoción de su cargo como magistrado la Asamblea Nacional presuntamente por tener usted vinculación con un presunto narcotraficante de nombre Walid Makled. Usted esta ahora fuera del país.

– «Verioska»: Por qué salió del país?

– «Magistrado»: Salí del país… uno para despejarme. El hecho traumático. Verme señalado en algo que yo ni remotamente había actuado, me obligo prácticamente a despejarme, a ver otro ambiente, a ordenar mis ideas, y de esta manera palear esta situación en la que me vi envuelto debido a esa denuncia que se me hizo de una manera muy altera, muy malintencionada, solamente por hechos noticiosos, y nadie se paró de ningún lado a indagar o averiguar, a precisar, si eran ciertas las cosas.

– «Verioska»: Usted tiene vinculación con Walid Makled? Lo conoce?

– «Magistrado»: Si lo conozco. Nunca lo he negado. Yo soy valenciano. Ese señor vivía en Valencia.

– «Verioska»: ¿De dónde lo conoce?

– «Magistrado»: De Valencia. Ese señor en el paro petrolero en el 2002 si mal no recuerdo, era un gran señor en Carabobo. Le ponían hasta alfombra esos entes gubernamentales. Fue uno que supuestamente ayudó a la recuperación tanto de las refinerías como de la alimentación del pueblo. Entonces ese señor era un gran señor, en ese tiempo.

– «Verioska»: ¿Por eso usted le daría un carnet de la fiscalía militar?

– «Magistrado»: En realidad yo no recuerdo si se lo firmé. Yo firmé muchos carnets de la fiscalía militar. Pero una vez que yo salí de la fiscalía militar, se hizo un anuncio con la prensa nacional, donde todos esos carnets estaban eliminados y se conminaba a los que lo tuvieran que lo devolvieran.

– «Verioska»: Pero ¿usted no recuerda si le dio el carnet o no le dio el carnet?

– «Magistrado»: No no no. Firmé muchos. Tal vez, pero no voy a decir ni una cosa ni la otra. Uno tiene que ser responsable. Pero si firmé infinidades de carnets de ese tipo.

– «Verioska»: Y cómo se firmaban esos carnets? Quién autorizaba, a quién se le daban esos carnets de la fiscalía militar? Por ejemplo, quiénes eran favorecidos con este tipo de credenciales?

– «Magistrado»: Este tipo de credenciales se le daba mas que todo a la gente que se consideraba amiga o amigo de alguno de los fiscales, los funcionarios, que hacían la recomendación y se hacía. Pero esos carnets carecían de actualidad. Qué funcionarios que usted recuerde solicitó carnets?

– «Magistrado»: Los fiscales que estaban conmigo, algunos oficiales externos, algunos amigos

– «Verioska»: Usted ahora esta fuera del país. Va a regresar a Venezuela?

– «Magistrado»: Sí, yo quiero regresar a Venezuela, afrontar mi situación y lavar mi nombre. Mi reputación y mi dignidad, no solamente la mía sino la de mi familia.

-» Verioska»: Para cerrar ese punto del motivo de su remoción. Según la comisión especial que estudió su caso dentro de la Asamblea Nacional, hay varios puntos que ellos tocan. Primero la presunta entrega de un carnet de la fiscalía militar por su parte al presunto narcotraficante. Segundo ellos también mencionan una invitación a la boda de su hijo. Usted lo invitó a la boda de su hijo?

– «Magistrado»: Bueno en el listado que hizo mi hijo se incluyó a este señor. Pero repito, ese señor, ni remotamente sabíamos nosotros qué era lo que hacía. Simplemente se conocía como un comerciante respetado, como un comerciante de mucho renombre, como un comerciante de mucho éxito.

– «Verioska»: Es cierto que tuvo hasta algunas cartas de agradecimiento del señor Makled en ese momento?

– «Magistrado»: De parte de quien?

– «Verioska»: Cartas de agradecimiento por su gestión en Carabobo. Esto es cierto?

-» Magistrado»: Si es cierto. Yo vi una carta, que aunque en este momento no la tengo, emanada de la Presidencia de la República felicitando al señor Makled por su labor en pro de la revolución y el movimiento revolucionario que lidera en estos momentos el presidente Chávez.

– «Verioska»: ¿Cómo funciona el poder judicial en Venezuela actualmente?

– «Magistrado»: Yo formo parte del poder judicial, o formaba parte del poder judicial de una manera protagónica. Y quizás muchas de las cosas que suceden en el poder de ahorita existieron bajo mi responsabilidad. Pero una vez que yo me ví que me midieron con la misma vara y el mismo metro con el que miden a los demás, dije: esto no es la justicia que se proclama, esta no es la justicia que debe ser, esta no es la justicia constitucional.

– «Verioska»: Señor Aponte alguna vez usted recibió alguna llamada de algún funcionario público de cualquier estatus para solicitarle a usted algún tipo de manipulación en la justicia venezolana?

-» Magistrado»: Cierto. Desde el presidente para abajo.

Chávez: “entonces habrá que meterle penas máximas a la jueza y a los que hagan eso. 30 años de prisión”.

– «Verioska»: Por lo menos en el caso del presidente de la república que usted menciona, hablaba directamente con usted el Presidente?

– «Magistrado»: Directamente.

– «Verioska»: Lo llamaba a usted?

– «Magistrado»: A mí

– «Verioska»: ¿Para que?

– «Magistrado»: Principalmente en el caso de los paramilitares de El Hatillo.

– «Verioska»: El caso llamado como los Paracachitos en aquella época.

-» Magistrado»: Le dieron ese nombre también.

– «Verioska»: Que paso allí? Por qué lo llamo?

– «Magistrado»: Bueno para que condujera de una manera conveniente hacia el gobierno las investigaciones.

– «Verioska»: Exactamente cuál fue la solicitud del Presidente?

– «Magistrado»: Mira yo creo, a mi manera de ver, de que tales paramilitares yo dudaba sus procedencia porque eran muchachos imberbes, inexpertos, algunos no manipulaban armas, algunos no sabían por que estaban allí, y que por mera casualidad fueron detenidos los autobuses por una patrulla de la policía metropolitana y se subió el cause. Y cómo vinieron esos señores de Colombia? A qué los trajeron?

– «Verioska»: Osea que el caso fue montado?

– «Magistrado»: Bueno, sacando las conclusiones yo no lo dudaría tanto.

– «Verioska»: Usted considera que ese caso pudo haber sido montado? Usted recibió una llamada del presidente Hugo Chávez para ese caso. Pero no nos ha especificado que fue lo que le pidió.

– «Magistrado»: Bueno ya le dije. Que llevara las investigaciones adelante, demostrando que eso era algo contra el gobierno. Que debiera mostrarse que era tal cosa.

-» Verioska»: Aparte del presidente Hugo Chávez? Como era su relación con otro funcionarios públicos? Por lo menos en el caso del ministro publico, de la fiscalía, Luisa Ortega, Luisa Estela Morales, también usted recibía llamadas telefónicas de ellos para que interviniese en alguna decisión?

-» Magistrado»: De Luisa Ortega sí, más de una llamada recibí. De Luisa Estela Morales, infinidades.

– «Verioska»: Que le decían?

– «Magistrado»: Cuando se iba a imputar a alguna persona, cuando se le iba a privar de libertad, cuando se iban a hacer los allanamientos, para que yo organizara esa situación, y buscara al juez idóneo, para que se realizara tal acto.

– «Verioska»: Es decir, manipular un caso?

– «Magistrado»: Si más de uno.

– «Verioska»: Qué caso recuerda que fue manipulado?

– «Magistrado»: Fueron bastantes. El único que me acuerdo fue un caso en Maracaibo de un diputado que le dicen Mazuco.

– «Verioska»: ¿Cómo fue ese caso?

-» Magistrado»: Bueno el caso fue más o menos un caso que buscaron un preso, lo encapucharon, y lo pusieron como testigo para que dijera que este señor había sido el que dio la orden para que mataran al otro.

– «Verioska»: y que le habría solicitado la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia?

– «Magistrado»: Bueno eso precisamente. Avalar esa situación. Y al hombre se le pago dándole la libertad.

– «Verioska»: ¿Por qué habla usted ahora?

– «Magistrado»: Por qué hablo yo ahora? Yo sé que a mí en Venezuela a raíz de esto me va a dictar de traidor. Y lo asumo. Pero yo fui vilmente traicionado. Fui vilmente humillado. Fui vilmente manipulado.

– «Verioska»: ¿Quién lo traicionó, quien lo manipuló, por qué? Y por qué usted se dejo?

– «Magistrado»: Porque creé un proceso revolucionario.

– «Verioska»: Cuando usted dice que fue traicionado, a qué se refiere?

– «Magistrado»: Bueno para muestra, lo que pasó en la Asamblea Nacional. Lo que pasó con el poder moral, que dan veredicto no estudiando a fondo mis argumentos que le di. Sino que se veía que eso ya venía por un tubo. Esa era la decisión. Y después me iban a poner en la Asamblea Nacional: ahí lo tienen, cómanselo.

– «Verioska»: Que pasó entre usted y altos funcionarios del gobierno central venezolano para que se cortara esa relación tan directa que tenia con usted o esa confianza que tenían en usted hasta solicitarle favores judiciales como usted nos ha dicho?

– «Magistrado»: Bueno en realidad no se.

– «Verioska»: Cree usted que fue el caso de Makled o cree usted que fue otro caso?

-» Magistrado»: Yo creo que… no se. A lo mejor serían otros casos. A lo mejor casos donde yo no me presté o me hice el oído sordo. No me preguntes cuáles porque ahorita no recuerdo. Pero yo creo que el caso de Makled les sirvió a ellos como anillo al dedo para exponerme al público y acabar con mi prestigio y mi honorabilidad.

– «Verioska»: Usted es abogado. No es un abogado cualquiera. Fue el presidente de la sala penal de Tribunal Supremo de Justicia. Cuando usted dice que usted fue manipulado , quiero que nos especifique mas como fue ese modus operandi, como es que lo llaman, amplíenos mas, estos son con fines qué: lógicos, económicos, recibe usted dinero, recibió algún tipo de efectivo, no solamente usted sino las autoridades que le solicitaban el favor?

– «Magistrado»: Bueno eso si no lo sé yo… si había dinero por ese lado. Lo que pasa es que a mí me pedían los favores y yo los ejecutaba. Y ay del juez que se negara a ejecutarlo.

– «Verioska»: Qué le pasaba al juez que no le hiciera caso?

– «Magistrado»: Era removido del cargo

– «Verioska»: a cuantos jueces removió del cargo?

– «Magistrado»: Bueno yo no. Eso lo hacia la comisión judicial. Pero fueron muchos.

– «Verioska»: Usted apoyo a más de uno para que fuese removido de su cargo?

– «Magistrado»: Si lo apoyé.

-«Verioska»: ¿Por qué?

– «Magistrado»: Porque eso es parte de la comisión judicial.

– «Verioska»: pero por qué los removían? Simplemente por no seguir su orden?

– «Magistrado»: No solamente la orden, porque la orden no la daba yo directamente. La orden la daba también la presidenta del tribunal directamente. Muchas veces la orden la daban directamente los fiscales. Hay un fiscal de apellido Castillo, que ese llamo directamente a los jueces y llegaba hasta amenazarlos.

– «Verioska»: Cómo es esa relación con la Fiscalía ahora que usted nos menciona eso? Amplíenos un poco mas. Hay información extraoficial en Venezuela que quizás hay una especie de grupo de preferidos de la fiscalía general y de este tipo de situaciones como la que usted nos acaba de nombrar de presunta extorsión estarían ocurriendo en el país. Que sabe usted de eso? Amplíenos más.

-» Magistrado»: Si cierto que había un grupo preferido. Y son esos, los que llamaban a los jueces. Creo que el Castillo, Mejía, llamaban a los jueces y si no hacían lo que les pedía el fiscal: voy a hacer que te boten. Te expulsa.

– «Verioska»: Y esa intromisión en el poder judicial era por qué?

– «Magistrado»: Esa era la componenda que había a nivel de Presidenta de la Corte Suprema y Fiscal General de la República.

– «Verioska»: pero recibían dinero? Extorsionaban a clientes? Que sabe usted?

– «Magistrado»: Yo creo que si extorsionaban principalmente en el caso de los banqueros. Por qué en el caso de los banqueros pasó algo muy curioso. Que los grandes banqueros, los dueños de los bancos, se fueron del país, y fueron muy pocos los que quedaron en el país. Y solamente agarraron a personal de segunda y de tercera, que son los que están presos ahorita.

-» Verioska»: Hace unos 6 años aproximadamente otro magistrado, Luis Velásquez Alvaray, hizo una denuncia muy grave y todavía los venezolanos desconocemos que ha pasado con eso. Él hablaba de una supuesta banda de los enanos, dentro del poder judicial. También hablaba de como el narcotráfico había entrado dentro del poder judicial y había tocado a muchos jueces. Usted que acaba de salir, cuéntenos que sabe de esto? Que ha pasado en estos seis años?

– «Magistrado»: Bueno sí, incluso hasta ahorita recientemente los llamados enanos, que todo el mundo sabe quienes son, trabajan con las fiscalía. Están relacionados con la fiscalía.

– «Verioska»: Como funciona eso?

-» Magistrado»: Bueno tendrán su mecanismo. El fiscal actúa y lo solicita al gobierno

-» Verioska»: Es decir, si necesitan algún favor judicial, se les cancela? Para qué es esto?

– «Magistrado»: De los negocios que ellos hacen por fuera yo no tengo conocimiento. Veo lo que se hace adentro. Y allí llega es la solicitud del fiscal.

Verioska»: Es cierto que en Venezuela las actuaciones procesales y las sentencias tienen costo?

– «Magistrado»: En algunos casos si.

 «Verioska»: Se puede comprar la justicia en Venezuela entonces con dinero?

– «Magistrado»: Tal vez.

– «Verioska»: A que se refiere con tal vez?

– «Magistrado»: Si en algunos casos si lo han hecho. El poder judicial da la autonomía que no hay, o sea como un poder independiente. Eso es una falacia. Y te voy a decir por qué. Todos los fines de semana principalmente los viernes en la mañana, hay una reunión en la vicePresidencia ejecutiva del país, donde se reúne el vicepresidente, que es el que maneja la justicia en Venezuela con la Presidenta del Tribunal Supremo, con la Fiscal General de la República, con el Presidente de la Asamblea Nacional, con la Procuradora General de la República, con la Contadora General de la República, y unas que otras veces va uno de los jefes de los cuerpos policiales. De ahí es donde sale la directriz de lo que va a ser la justicia. O sea, salen las líneas conductoras de la justicia en Venezuela.

– «Verioska»: Usted acudió a una de esas reuniones?

– «Magistrado»: A varias acudí yo.

-» Verioska»: Es una reunión que ocurre todos los fines de semana, los días sábados dentro de la vicePresidencia?

– «Magistrado»: No los días viernes.

– «Verioska»: Como queda la independencia de los poderes en Venezuela?

– «Magistrado»: Yo creo que no hay tanta independencia.

– «Verioska»: Qué se habla en esas reuniones?

– «Magistrado»: Bueno de cuáles son los casos que están pendientes, qué es lo que se va a hacer. O sea se daban la directrices de acuerdo al panorama político.

– «Verioska»: Usted estuvo primero en la fiscalía militar? Qué hizo usted para lograr ese ascenso luego en el TSJ? Cuál fue ese caso emblemático que usted considera que hizo que usted llegara hasta la Presidencia de la TSJ?

– «Magistrado»: Yo creo que mi actuación fue muy pulcra y muy adaptada a los parámetros exigidos. Aparte del curriculum que tengo.

– «Verioska»: Cuando usted habla de pulcra, significa leal al presidente?

– «Magistrado»: si leal al gobierno.

– «Verioska»: Más no leal a lo que establece la constitución?

– «Magistrado»: Tienes razón, es cierto.

– «Verioska»: En medios en Venezuela ha salido los últimos días que aparentemente Estados Unidos podría tener interés en usted. Porque usted aparentemente tendría pruebas o evidencias de altos funcionarios del gobierno vinculados con terrorismo y narcotráfico. Es esto cierto?

– «Magistrado»: Mira de mí se han dicho tantas cosas que no lo dudo que sea así.

-» Verioska»: Pero usted tiene pruebas de que altos funcionarios del gobierno podrían estar vinculados con el narcotráfico en Venezuela?

– «Magistrado»: Yo trabajé en la sala del tribunal supremo de justicia en Venezuela, por lo tanto maneje mucha información.

– «Verioska»: Repito la pregunta. Usted tiene evidencia de funcionarios del alto gobierno que presuntamente estarían relacionados con el narcotráfico?

– «Magistrado»: Te repito, maneje y manejo mucha información.

– «Verioska»: ¿Si o no?

-» Magistrado»: Sí

– «Verioska»: ¿Quiénes?

– «Magistrado»: Bueno tendría que verlo. Pero señalártelos así, creo que no seria conveniente por ahora.

– «Verioska»: Hay algunos informes en los Estados Unidos que establece que usted estaría colaborando con algunos narcotraficantes, aparte del caso de Walid Makled. Esto es cierto?

– «Magistrado»: La única persona, y lo voy a decir en mi defensa, relacionado con el narcotráfico que yo conocí, fue este señor Makled. Y desconocía sus actividades, sus negocios, sus grandes negocios, lo desconocía. Y en realidad tuve muy poco contacto con el. Incluso un carnet que se me esta imputando por ahí, que yo se lo di como jefe de seguridad del magistrado de la Aponte Aponte, ese carnet no esta firmado por mi.

– «Verioska»: Pero el aseguró que usted estaba dentro de la nómina de los pagos que él hacia.

– «Magistrado»: Bueno a donde? Eso lo dice el. A lo mejor a mi esa nomina no llegaba.

– «Verioska»: Nunca recibió dinero de Walid Makled?

– «Magistrado»: No.

– «Verioska»: Nunca recibió dinero del narcotráfico?

– «Magistrado»: Nunca. En ningún momento favorecí al narcotráfico. Solamente en un caso que me acuerdo ahorita. De un comandante Magino. Un teniente. No me recuerdo muy bien. Que fue detenido en Carora con un cargamento de cocaína. Era subalterno del comandante Magino, se le descubrió la droga. Por Magino me llamo a mí, desde la Presidencia de la República para abajo para que lo favoreciera.

– «Verioska»: ¿Quién es ese señor Magino?

– «Magistrado»: Un comandante que luego lo ascendieron a general. Coronel o General no se. Y lo mandaron como agregado militar a Brasil.

-» Verioska»: Y estaría involucrado con el narcotráfico ese señor?

– «Magistrado»: Bueno el teniente llevaba las drogas al batallón donde estaba Magino.

– «Verioska: Y cual fue su participación en este caso? Como lo favoreció?

– «Magistrado»: Lo favoreció dándole una medida cautelar, mas no se dejo en libertad.

– «Verioska»: Quién le mando a usted a que hiciera eso? O fue algo propio?

– «Magistrado»: No, a mi me llamaron. Desde la Presidencia de la República para abajo.

– «Verioska»: Aja pero en ese caso…

– «Magistrado»: En ese caso. Me llamaron de la Presidencia de la República.

– «Verioska»: Quién de la Presidencia de la República?

– «Magistrado»: Fue uno de los secretarios o de los allegados de la Presidencia de la República. Creo que Morales.

– «Verioska»: Osea usted esta diciendo que uno de los allegados del Presidente de la República de Hugo Chávez lo llamé a usted para que usted favoreciera a un narcotraficante a una presunta actuación de narcotráfico?

– «Magistrado»: Si. Me llamó el Ministro de la Defensa para ese entonces que era Baduel. Me llamó Rangel Silva. Me llamó Hugo Carvajal. Me llamó un Almirante… Aguirre creo. O sea que mucha gente abogó por ese señor.

– «Verioska»: No recuerda exactamente ese caso?

– «Magistrado»: Lo que me acuerdo es que devuelve la droga y tuvo que pernotar una noche en un cuartel y ahí fue donde se descubrió la droga.

– «Verioska»: La droga durmió en un cuartel venezolano de la Guardia?

– «Magistrado: Venezolano. No, creo que del ejercito.

– «Verioska»: Y esto era un decomiso?

– «Magistrado»: No era ningún decomiso. Venía.

 «Verioska»: O sea la droga estaba pasando y se resguarda dentro de un cuartel del ejército venezolano.

– «Magistrado»: Si es cierto.

– «Verioska»: No era decomiso, sino que era utilizado para guardar la droga que pasa hacia donde? Y de donde viene esa droga?

– «Magistrado»: Esa droga viene de Colombia, eso fue por Carora. Eso venia del Sur.

– «Verioska»: Durmió allí y luego iba para donde?

– «Magistrado»: Iba hacia el centro. Hacia el centro del país.

– «Verioska»: Y usted dio esa medida cautelar para favorecer a ese señor.

– «Magistrado»: Sí. Ese es el único caso que me acuerdo que yo haya favorecido a un narcotraficante.

– «Verioska»: Retomemos, Presidencia de la República le pidió que usted favoreciera entonces ese caso de narcotráfico. Quien más? Deme los nombres por favor es importante. Quien más lo llamo?

-» Magistrado»: Carvajal, Rangel silva,

– «Verioska»: Quien es Carvajal?

– «Magistrado»: Es el director del DIM, Henry Rangel Silva que era el director de la DISIP, Baduel que era el Ministro de Defensa, El almirante Aguirre que es el estado mayor Presidencial

– «Verioska»: Que le decían exactamente?

– «Magistrado»: Bueno que ese era un buen muchacho, que el Presidente esta muy interesado en ese caso.

– «Verioska»: Pero sabían que tenía droga metida en el cuartel del ejército?

– «Magistrado»: Si! No lo iban a saber? Parece ser que este Magino fue Edecán de la mamá del Presidente, y había ese vinculo.

– «Verioska»: Y se logró demostrar que ese señor había colocado droga y que iba a trasladarla?

– «Magistrado»: Yo le di la cautelar y la fiscalía no continuó investigando. Incluso me recuerdo que el favorecido sobreseyó sobre el caso posteriormente.

– «Verioska»: Eso fue hace cuanto tiempo?

– «Magistrado»: Debe ser como 4 o 5 años. Alcalá Cordones es para mí en estos momentos el Zar de la droga junto con Reverol en Venezuela.

– «Verioska»: Cual Reverol? El director de la ONA?

– «Magistrado»: El director de la ONA

– «Verioska»: O sea el director de la ONA, de la Oficina Nacional Antidroga usted asegura que estaría vinculado con el narcotráfico?

– «Magistrado»: Es muy llave de Alcalá Cordones.

– «Verioska»: Usted tiene algún tipo de pruebas de eso que está diciendo? Porque eso es grave.

– «Magistrado»: Es grave.

– «Verioska»: Y qué evidencia tiene usted de que esto es cierto?

– «Magistrado»: Buscaría. Ahorita no la tengo.

– «Verioska»: Pero por qué usted considera que este señor Comandante de un Regional, de una división, junto al Director de la Oficina Nacional Antidrogas pueden estar vinculados con el narcotráfico?

– «Magistrado»: Busca las estadísticas del tráfico internacional y vea por donde están saliendo mas drogas en Venezuela. Y yo no dudaría que fuera Puerto Cabello.

– «Verioska»: Que podría conseguir?

– «Magistrado»: Bueno algo que señale a estos señores

– «Verioska»: Alguna vez usted tuvo relación o tuvo conocimiento de la relación directa entre el Gobierno Central con FARC en Colombia?

– «Magistrado»: Llegó el momento en que las instrucciones que nosotros recibíamos, principalmente con la fiscalía militar, todos esos señores ni los viéramos.

– «Verioska»: Cuando usted estuvo en la fiscalía militar, hubo caso como el caso USON,

– «Magistrado»: Sí

– «Verioska»: Caso Baduel,

– «Magistrado»: También

– «Verioska»: Caso Poggioli,

– «Magistrado»: No, Baduel no lo tuve yo

– «Verioska»: No lo tuvo usted, caso Uson si.

– «Magistrado»: Uson Si

– «Verioska»: ¿Fue manipulado ese caso?

– «Magistrado»: Si fue manipulado ese caso

– «Verioska»: Usted recibió alguna orden Presidencial, o alguna orden del Ejecutivo para actuar diferente a lo que Fiscalía Militar hubiese actuado?

– «Magistrado»: sí

– «Verioska»: Qué le dijeron?

– «Magistrado»: Bueno que… que había que, que acusarlo o imputarlo

– «Verioska»: ¿Por qué lo hizo?

– «Magistrado»: uhhh

-«Verioska»: ¿Por qué usted lo hizo??

– «Magistrado»: Recibía órdenes

– «Verioska»: ¿Qué pasa si usted no ejecutaba esas órdenes?

– «Magistrado»: Quedaba afuera

– «Verioska»: Eso fue lo único que lo motivo a usted a seguir esas órdenes?

– «Magistrado»: Sí! Yo soy militar, o era militar de carrera.

– «Verioska»: Ahora como se siente usted en este momento luego según su testimonio de haber manipulado la Justicia Venezuela, ahora está usted en manos de la Justicia?

– «Magistrado»: Bueno, como te digo, se lo que me espera… y lo que me espera no es nada bueno

 «Verioska»: ¿Cómo se siente usted con personas quienes perdieron su libertad, familiares de personas quienes fueron presas, que le diría a esa gente que usted en algunos casos por cumplir órdenes o por cualquier tipo de razones privó de libertad, que le diría a esos familiares, que lo están viendo ahora en el país, que le diría a Venezuela que lo está viendo reconocer que usted manipuló la justicia?

– «Magistrado»: Yo le diría a Venezuela que está tiempo de recuperarse, que no caigamos en los errores del pasado que pensemos en un futuro mas promisor, mas democrático y mas de libertad, y yo como hombre, como venezolano, asumo mi responsabilidad y si lo hice mal, si lo hice mal asumo mi culpa; y si es de pagar por ello… pago por ello, pero yo no voy a pagar por un delito, que yo no cometí.

– «Verioska»: A cuál se refiere, porque usted esta reconociendo que sí, si manipuló la justicia…

– «Magistrado»: Al caso de… no no no, me refiero al caso MAKLED..

– «Verioska»: Una pregunta, para usted ahora existe presos políticos en Venezuela

– «Magistrado»: Sí, hay gente que la orden es no soltarlos, principalmente los comisarios

– «Verioska»: Quién da la orden y cual es la orden y de que…

– «Magistrado»: La orden viene de la Presidencia para abajo, no nos caigamos en dudas, en Venezuela no se da puntada si no lo aprueba el presidente.

– «Verioska»: Usted recibió orden de no soltar a Simonovis?

-» Magistrado»: uhh

– «Verioska»: Simonovis, los policías del 11 de abril, cual fue la orden, dígame?

– «Magistrado»: ¿Cuál fue la posición de la sala penal, convalidar todo lo que venia hecho, eso en pocas palabras es, aceptar que esos señores no podían salir pues, y que la justicia ahí, le dio la espalda. Entonces que le diría yo a los familiares, tengan fe y luchen por lo que creen que merecen y tienen que luchar,

– «Verioska»: ¿Siente usted que el gobierno le esta dando la espalda en este momento?

-» Magistrado»: Bueno yo creo que me la había dado hace mucho tiempo lo que pasa es que yo no me había dado cuenta,

– «Verioska»: Cuando comenzó a darle la espalda el gobierno a usted?

– «Magistrado»: Yo creo que hace mas de un año,

– «Verioska»: ¿Por qué?

– «Magistrado»: Bueno, a lo mejor ya no le seria útil, o a lo mejor tenían que buscar a otro que le fueran mas, mas condescendiente con lo que quieren hacer,

– «Verioska»: Ahora usted que va a hacer, hay información extraoficial que usted estaría brindando algún tipo de colaboración y conversaciones con algunos organismos internacionales, tipo idea, FBI?

– «Magistrado»: Hasta el momento no, en este momento no

– «Verioska»:¿ Lo haría?

– «Magistrado»: Bueno si es para aclarar la justicia y lavar mi nombre lo haría.

– «Verioska»: ¿Por qué no aclara la justicia yendo a Venezuela y enfrentando el poder judicial venezolano?

– «Magistrado»: ¿Tengo garantía?, me dan garantía?, si me dan garantía con mucho gusto me les presento allá.

– «Verioska»: ¿Cuál fue la garantía que tuvo aquellas personas a quienes usted afecto?

– «Magistrado»: Bueno te estoy diciendo, que asumo mi responsabilidad, pero yo conociendo el sistema por dentro y como se funcionan y como se maneja, yo o creo que haya ninguna garantía. Al menos para mi caso,

– «Verioska»: Usted tiene mas de 15 años en el poder judicial, y hechos de los que hemos conversados en donde se habría manipulado la justicia en Venezuela tienen mas de 6 años, porque no lo tocaron a usted nunca, porque nunca buscaron investigar, porque ahora?

-» Magistrado»: Esa es la pregunta que me hago yo?, esa es la pregunta que me hago yo?, y si cabria la paradoja de perseguidor a perseguido.

– «Verioska»: Usted tiene cuenta en los EE.UU. le congelaron sus cuentas?

– «Magistrado»: Yo no tengo cuenta en ningún lado

– «Verioska»: Hay también información extraoficial que usted en Venezuela se manejaba información extraoficial que usted utilizaba a su propia hija de testaferro, que hay de cierto en esto?

-» Magistrado»: Que lo averiguen, que vean las cuentas que tiene, que vean donde están los reales pues, algo tienen que averiguar.

– «Verioska»: Hay otros casos extraoficiales y aprovechamos para consultarle de forma extraoficial informaciones que se han manejado en Venezuela uno de ellos un caso emblemático en Venezuela que fue el caso del maletín, una de las personas que pago condena en los Estados Unidos fue un señor de nombre Franklin Duran, quien ya estuvo de vuelta en Venezuela hace pocos días, ese ciudadano hay algún tipo de información que estuvo 5 días en la DISIP brindo declaraciones y que esta en libertad, y aparentemente hay un expediente por lavado de dinero si mal no recuerdo, hay una información extraoficial que supuestamente hay unos familiares que se habrían acercado a usted y le habrían dado una cantidad de dinero es esto cierto?, para favorecerlo y que no le ocurriera nada a Franklin Duran cuando pisara Venezuela, es esto cierto?

– «Magistrado»: Yo creo que esta información es errada, y le voy a decir por que,

– «Verioska»: ¿No recibió 2 millones de dólares de la familia Duran?

– «Magistrado»: ¿Qué?, no. Incluso este señor Duran llegó fue directamente a la Fiscalía y estuvo en la Fiscalía y de allí salió a los tribunales y los tribunales le dieron una cautelar, que tuve yo que ver con eso.

– «Verioska»: ¿pero conoce el caso?

– «Magistrado»: el caso es un caso muy sonado, pero de que me dieron… porque me iban a dar dinero si yo no tenía nada que ver con eso? Si yo deje… tengo tiempo que no manejo los tribunales.

– «Verioska»: ¿ahora que hace?

– «Magistrado»: hacer sentencia era lo que me quedaba, y ahorita me dedicare a escribir.

– «Verioska»: ¿qué va a escribir?

– «Magistrado»: bueno a lo mejor mis memorias

– «Verioska»: ¿qué tienen esas memorias?

– «Magistrado»: bueno… muchas cosas

– «Verioska»: usted fue amenazado en Venezuela, teme por su seguridad?

– «Magistrado»: en Venezuela si.

– «Verioska»: ¿cómo fue?

– «Magistrado»: si temo por mi seguridad, bueno por lo emblemático que fui, como tu lo acabas de decir hace rato, otro porque ahorita seria una presa fácil de cualquiera, a como tal sicariato o sea que ahorita en Venezuela no me atrevo a caminar por las calles

– «Verioska»: ¿por la inseguridad?

– «Magistrado»: por la inseguridad. Y no tengo carro blindado, no tengo escoltas, entonces mija me quede como dicen como cualquier hijo de vecino y como cualquier hijo de vecino puedo sufrir la consecuencia de un hecho delictivo.

– «Verioska»: ¿usted reconoce el daño que le hizo al poder judicial venezolano señor Aponte?

– «Magistrado»: sí, le digo yo asumo mi responsabilidad y mi culpa y si es de pagar por ello yo pago.

– «Verioska»: así como usted, que tan contaminado está ese poder en Venezuela?

– «Magistrado»: yo creo que bastante suficiente y a todos los niveles, mucha manipulación, le dije ahí no sale una decisión sino se consulta, últimamente los tribunales penales antes de cualquier decisión tienen que consultarlo.

– «Magistrado»: Tu sabes que cuando yo… el día 20 cuando termine de recoger mis cosas de la oficina, mis libros mi biblioteca, me dije mas nunca vuelvo a agarrar un código…la justicia no vale… la justicia es una plastilina, digo plastilina porque se puede modelar, a favor o en contra y de ahí mas nunca, no quiero saber de libros no quiero… pondré una venta de perros calientes, pero y entonces después que te doy esta reflexión que he tenido tiempo de pensar, que vi que he visto manos amigas que me han tendido la mano y digo que por la justicia hay que luchar…. Y que esa dama ciega hay que enseñarle un camino.

– «Verioska»: Usted decía hace poco minutos que se sentía traicionado, de quien específicamente, quien lo traiciono?

– «Magistrado»: De mis camaradas,

– «Verioska»: ¿Por qué, quiénes?

– «Magistrado»: bueno, todos, todos, muchos, la lista es interminable; una persona que yo levantaba el teléfono, llamaba y nadie me contestaba el teléfono, nadie quería saber de mi,

– «Verioska»: Ahorita

– «Magistrado»: Ahorita

– «Verioska»: ¿Pero antes si lo llamaban?

– «Magistrado»: Si me llamaban y yo llamaba y nos veíamos; ahora nadie quiere nadie quiere verme la cara. Entonces digo, te repito, a la dama ciega, a la diosa temes, hay que llevarla por buen camino, y todos los venezolanos tenemos esa obligación, por lo tanto, yo no voy a quemar los códigos ni los voy a dejar de ver, ahora es que los voy a ver más. Porque tratare de subsanar en lo que me queda de vida el daño que hice, esa es mi penitencia

– «Verioska»:¿ Cómo lo va hacer?

– «Magistrado»: Luchando por la justicia, aclarando la justicia

– «Verioska»: Si yo fuese hija de alguien que fue detenido por su responsabilidad, por su intento de manipular la justicia, como le creo?

– «Magistrado»: los hecho lo demostrarán

– «Verioska»: Ya para cerrar esta entrevista, existe independencias de poderes en Venezuela.

– «Magistrado»: ninguna

– «Verioska»: El poder judicial en Venezuela

– «Magistrado»: Ni el poder judicial, ni el poder ejecutivo, ningunos de los poderes.

– «Verioska»: existe presos políticos en Venezuela?

– «Magistrado»: existe presos políticos en Venezuela.

– «Verioska»: el caso Afiuni?

– «Magistrado»: Igualmente un caso muy político y emblemático

– «Verioska»: Ella es juez, abogada igual que usted, seguramente en este momento debe estar viendo esta entrevista, que le diría a ella específicamente?

-«Magistrado»: que es una mujer muy valiente y que esos son los juristas que representan bien al sistema judicial.

Descargue toda la entrevista aquí –> Historias Secretas de un Juez en Venezuela2

A continuación la entrevista en video, cortesía de Globovisión:


«De la vicepresidencia salen las directrices de… por Globovision


Aponte Aponte asegura que caso de «Mazuco» fue… por Globovision


Aponte Aponte habla de su relación con Walid… por Globovision