En corto y en cristiano, el llamado Crédito Chino, del cual habla el gobierno a menudo cuando quiere aquietar los mercados por la escasez de liquidez internacional, divisas, no es un préstamo en cash de la Agencia de Desarrollo de China a Venezuela, por liquidez en dólares, como tantos–propios y extraños lo creen. Realmente, ese “crédito” es una estructura financiera comercial de corto plazo mediante el cual Venezuela –PDVSA- se compromete a entregar determinada cantidad de petróleo y derivados a cambio de líneas de créditos/órdenes de pago para compras de bienes y servicios realizadas por el Estado venezolano en China, para “el desarrollo económico nacional” como lo menciono Min Finanzas en días pasado.
Digámoslo claramente para ayudar a la opinión pública a desalambrar la propaganda y la desinformación; ese acuerdo mal llamado “crédito chino” es una especie de trueque -bajo un acuerdo comercial- de petróleo por alimentos, insumos agroindustriales, maquinarias, equipos, viviendas, electrodomésticos, quincalla china, y viajes para conocer la Gran Muralla, un negocio que acarician burócratas chinos y venezolanos, donde la corrupción ha sido parte de ese acuerdo comercial, en China hay presos como arroz blanco.
En otras palabras, el crédito chino, ahora en minúsculas, es un acuerdo comercial a corto plazo de dinero que el Estado recibe anticipado, y cargado con un costo financiero, una tasa de interés más Libor y cuyo desembolso lo ejecuta Bandes como banco colector (y no PDVSA) el banco colector actuando a nombre del Estado, gobierno, cuyos dineros son retransferido a FONDEN y otros fondos rotos extrapresupuestarios, así como al Tesoro, Ministerio de Finanzas. FONDEN y otros utilizarían esas líneas de crédito (dentro del crédito chino) – bien en yuanes o dólares, las dos monedas del Crédito Chino, para adquirir bienes y servicios a ser “invertidos para el desarrollo económico” como expresó el Min Finanzas, y agregamos, para un desarrollo que no vemos por ninguna parte.
El desembolso de esos fondos por parte del gobierno venezolano (BANDES) se hace sobre la entrega del petróleo que es cargado en los VLCC chinos, tanqueros que cargan producción de PDVSA y asociados hasta aproximadamente 2 millones por tanqueros. Los mecanismos de traslado, desembolso y pago son de corto plazo, como ocurre corrientemente en los convenios comerciales. Por alguna razón China se ha cuidado de establecer acuerdos financieros de largo plazo con Venezuela, quizás los economistas del Banco de China han evaluado a Venezuela en los mismos términos que el mercado internacional de capitales (mercado de deuda) que se cerró totalmente para PDVSA y la República, diagnosticando las actuales condiciones de severa angustia financiera; inclusive en la ruta de un default, que cada día gana adeptos.
Esas son las razones por las cuales las finanzas chinas no participan en Venezuela con figuras financieras de largo plazo (deudas, ni con PDVSA o Gobierno, más allá de mantener sus relaciones petroleras como empresa mixta con PDVSA). De hecho Dagong Global Credit Rating, rebajó la calificación de la deuda venezolana a inversión especulativa con “panorama negativo”, hace meses, por razones que han empeorado. A la fecha los precios de los bonos soberanos de la República y de PDVSA están en la categoría de bonos junk, en promedio alrededor de 56% de su valor facial; y los CDS, certificados de riesgo a cinco (5) años que marcan la probabilidad de default de PDVSA y el gobierno, altamente volátiles marcan alrededor de 67% (ver infografía).
Las reservas de China al respecto lo explica la ausencia de China en Venezuela de riesgo financiero de largo plazo, donde el riesgo es soberano, contrario a las formas que hoy mantiene tanto con Venezuela como con PDVSA, de la preferencia de esquemas de créditos comerciales que están asegurados con fianzas bancarias, así como por acuerdos de repago con bienes (el caso del Crédito Chino con petróleo, lo que se ha convertido para el Gobierno venezolano en costoso juego geopolítico que a los chinos no les cuesta nada.) Allí tienen a una empresa china, asociada a Exxon en el Esequibo detrás de un yacimiento que contiene petróleo como arroz blanco.
El nuevo préstamo –supuestamente de 5000 MM USD- notificado por el Ministro de Finezas con bombos y platillos, similar a los anteriores, no contiene dinero fresco, solo el que se desembolsa del Fondo Chino Venezolano cuando el petróleo llega a puerto chino. Bajo la modalidad acostumbrada, el crédito comercial no libera fondos para otras operaciones, distintas a las que encomienda la estructura de financiamiento comercial; es decir, “….los recursos serán invertidos en el desarrollo nacional”. Pero por algunas razones, la opinión pública, viviendo un mar de asimetría informativa, no jurunga donde tiene, y de inmediato piensa que esos 5000 MM$ se van al mercado del dólar, cosa que sabemos no es cierta, pero la propaganda del gobierno y el juego de algunos brokers, que buscando dólares por debajo para grandes ganancias mañana, propagan la idea que el crédito chino se fue al paralelo.
En ese crédito comercial hay órdenes de pago a empresas chinas productoras de alimentos, entre ellos leche (que después el gobierno vende a los agroindustriales venezolanos que producen productos lácteos), además de los acostumbrados importaciones de vehículos, electrodomésticos, viviendas, bienes intermedio para empresas bajo control del Estado.
Hago esta corta salvedad porque el crédito chino ha traído mucha confusión en la opinión pública, está olvida, sobre todos los medios, que el Crédito Chino es solo un crédito tipo comercial donde no hay efectivo, por eso no existe, un fondo liquido porque China no entra en acuerdos de largo plazo de tipo financiero, de hecho en esos medios no se han tomado el trabajo de leer la letra pequeña de esos acuerdos que definen claramente, la naturaleza comercial.
Hay que recordar que el costo financiero de ese préstamo es esencialmente comercial dada su naturaleza de corto plazo, y se materializa por vía de desembolsos por envió de petróleo, que es la clave para la ubicación de las líneas de crédito, y que de paso, impone una fuerte presión sobre PDVSA dado que en ocasiones se entran en carreras para poder satisfacer el tipo de productos de hidrocarburo que los chinos prefieren en ese acuerdo.
Finalmente, dejando los detalles micro financieros de este convenio comercial, el mal llamado ‘crédito chino’ es más un convenio de flujos de bienes y servicios que de flujo de dinero fresco, pero las asimetrías de información presentes en la opinión pública por negligencia y escasez de inteligencia, y por acción propia del gobierno, los medios riegan la información que se genera en la fuente como si el crédito chino fuese flujos de cash regados con ventilador, nada más lejano de ellos, los chinos se empeñaron en que la corrupción llegase por sobreprecios y comisiones en especies, – en China y Venezuela- en un esquema que swapea petróleo por mercancía china, en esquemas de corto plazo, porque dependen del llenado, transporte y entrega del petróleo, algo que ocurre entre 30 y 90 días, más allá que el acuerdo pueda abarcar en obligación es contractuales entre uno y cinco años. Si algo hay que eliminar cuando el país retome la ruta de la decencia es esta grotesca acuerdo comercial elaborado para delinquir, en ambos lados, en China hay 36 detenidos por corrupción en ese acuerdo, en Venezuela ninguno.
*Economist, PhD (London)
