La debacle diplomática por Luis DE LION
La debacle diplomática por Luis DE LION

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Son tantos los escándalos de los cuadros de la « diplomacia » chavista, que es una perdida de tiempo otorgarles la necesaria presunción de inocencia. Son tan graves, como repetitivos.

El más reciente, la mentira del Ministro del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales Elías Jaua, reconocido en parte y que ni sus más íntimos camaradas pueden llamar torpeza. Es una falta, lo suficientemente grave, lo cual llevaría a un político de honor a renunciar inmediatamente a su cargo.

Pero es que reconocer una ínfima parte de los hechos, en nada le otorga sentido político, el hecho que, el grueso de la explicación de Jaua se haya ido en ataques tan torpes como infantiles en dirección de la persona del gobernador de Miranda, Henrique Capriles.

Finalmente fueron los medios brasileños, los que revelaron el verdadero objetivo del viaje de Jaua al Brasil. La mentira, una más, de Jaua lo hace reincidente ante la opinión, pero sin más.

Como quiera que sea, se redunda en el mal y las consecuencias son dramáticas. Es lo propio del declive de una dirigencia y de unos cuadros políticos que nunca estuvieron a la altura de sus cargos. ¿Cómo? olvidar el escandaloso paso de Vladimir Villegas como embajador de Chávez en México. ¿Cómo? resarcir todo el daño hecho por la errante diplomacia petrolera de Rafael Ramírez. ¿Cómo? olvidar que el presidente de la actual junta que nos gobierna fue durante largos años Ministro de Exteriores de Chávez.

La República no saldrá indemne de ésta enésima gaffe diplomática. Luce interminable la larga pendiente por donde ruedan, las costumbres y las formas, de la política exterior del régimen castrochavista.

No quedarán intactos, ni los hombres, ni las instituciones. Ni la diplomacia, mucho menos la política.

En todos los casos, se ha observado que, el común denominador de los actores de la diplomacia en estos tiempos de dictadura es el odio simple y miserable hacia los demócratas venezolanos. La eliminación de estos luce como el plan central en el que convergen actitudes y la práctica de una diplomacia kamikaze. Los intereses y el destino del país pasan a un segundo plano.

Es una política exterior nauseabunda. Dentro de esa viciada diplomacia, Maduro, tiene en agenda un próximo viaje a Teherán, lo cual, no hace más que confirmar la debacle de nuestra política exterior.

La inconsecuencia de estos sultanes de la diplomacia castrochavista, ha hecho un daño que será casi que irreparable, para el momento en que se restablezcan el orden republicano y se reorienten los intereses de la nación.

 

 

@ldelion

luisdelion@gmail.com