Reconocer una derrota, no significa reconocerla sólo en sus resultados. ¡Es necesario reconocerla fundamentalmente en sus causas y consecuencias! Lamentablemente el Presidente Maduro no lo hizo, hoy en la madrugada. Lo podemos entender, no era fácil hacerlo en ese momento. Confiamos que pronto lo hará, como lo debe hacer cualquier polÃtico que asuma la polÃtica con madurez y gallardÃa…
En estos momentos no hablaremos de las causas de la derrota. Es demasiado pronto. No queremos, como dice el dicho popular, hacer leña del árbol caÃdo. Las hay y son numerosas, y habrá que discutirlas y afrontarlas. Hemos cometido muchos errores y caÃdo en muchas contradicciones, y ese es el precio de estos resultados. Las consecuencias son múltiples e ineludibles. La oposición con la mayorÃa calificada, de más de 2/3 de los diputados (112 diputados) puede remover y designar nuevos magistrados del TSJ, nuevos rectores del CNE y nuevos fiscal general, contralor y defensor del pueblo. Y lo harán. Pueden hacer reformas constitucionales. Y lo harán. Pueden revocar convenios internacionales. Y lo harán. Pueden interpelar, abrir investigaciones y emitir votos de censuras a ministros y demás funcionarios públicos. Y lo harán. Ya anunciaron una Ley de AmnistÃa para los presos que ellos consideran “polÃticos”. Reactivarán RCTV y revertirán expropiaciones. Todo esto lo harán y están en su derecho constitucional de hacerlo. Es la cruda realidad. Nosotros harÃamos lo mismo, en circunstancias similares y no podemos criticar a la oposición por ello.
El Presidente Maduro, más temprano que tarde, se verá obligado a renunciar. No estamos pidiendo que lo haga, tampoco lo deseamos, sólo estamos señalando otra consecuencia que nos parece obvia. En cualquier paÃs del mundo, una derrota de esta magnitud traerÃa también la caÃda del gobierno en ejercicio. Es una realidad de la polÃtica que, nos guste o no, debemos asumir. De cualquier manera, de no hacerlo, la oposición promoverÃa un Referéndum Revocatorio, el cual perderÃamos ineludiblemente. Esto nos lleva a un escenario probable, unas elecciones presidenciales en diciembre de 2016, conjuntamente con las ya previstas para Gobernadores de Estado y Consejos Legislativos Estadales. Tendremos que prepararnos para ese complejo escenario electoral…
En estos momentos difÃciles, es indispensable trabajar desde la verdad, dejar de lado las posiciones viscerales infantiles, los “deseos que no empreñan” y los sentimentalismos inútiles. Trabajar desde la conciencia, más frÃa y dolorosa, y desde la madurez y la serenidad polÃtica. El primer paso debe ser, insistimos en ello, reconocer la derrota en sus causas y consecuencias.
¡Recuperemos la dimensión moral de la polÃtica!