Thaelman Urgelles: Hegemonía comunicacional arropa al cine nacional
Thaelman Urgelles: Hegemonía comunicacional arropa al cine nacional

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El convenio que se informa es otro paso en la conversión del CNAC -Centro Nacional Autónomo de Cinematografía- en un organismo productor de aquellas películas del interés ideológico y político del gobierno.

Se sorprenderán los lectores ajenos al cine de mi disgusto porque el CNAC se ponga a producir películas. A ellos les explico que la misión principal de ese Instituto no es producir películas sino promover los proyectos cinematográficos de los cineastas independientes venezolanos.

Desde hace ya unos años se ha reducido significativamente el número de películas producidas por cineastas independientes bajo el financiamiento del CNAC, tal como lo ordena la Ley de Cine. Los engorrosos requisitos que se mantienen para introducir los proyectos motivan que pocos cineastas se animen a introducir sus proyectos; y aquellos que lo hacen se ven frustrados por las decisiones normalmente sesgadas de la comisión encargada de estudiar los proyectos. En especial los cortometrajistas encuentran un elevado muro para introducir sus proyectos debido a normas que dificultan enormemente su participación.

En lugar de esto, el CNAC ha elevado la producción de cortometrajes y hasta largometrajes que no pasan por los rigores de la Comisión de Estudio de Proyectos, bien sea como apoyo a unas redes populares que se han constituido en el interior del país con criterios más políticos que estéticos, o como coproducciones con cineastas extranjeros alineados casi totalmente con la ideología del gobierno, o bajo la modalidad de «financiamientos de terminación» para películas que han sido ya filmadas, algunas veces con recursos distintos del Estado u otras de escaso interés autoral.

Recientemente el CNAC convocó a un concurso de guiones sobre Alí Primera, con la oferta de financiar una película con el guion ganador. No tengo nada en contra de que se produzca un film en honor de quien fue un artista nacional de indudable valor, y en vida suya un amigo, pero el CNAC no puede hacerlo de esa manera porque lo que está haciendo es un film de encargo, que deja de ser autoral por el hecho de que el financista estará asignando el tema, eligiendo al guion y también al director, mientras que un autor es alguien que elige libremente sus temas y los dirige él mismo. Si un cineasta propone motu propio un proyecto sobre Alí Primera y el mismo reúne los valores artísticos y de producción que lo hagan acreedor de financiamiento, pues que se haga. Pero no como si el CNAC fuese una productora de películas, que no lo es por ley.

Esta forma de invertir los dineros destinados a la producción de películas se realiza a expensas de los recursos que deben ser asignados al financiamiento de proyectos ideados, escritos y desarrollados de modo independiente por los autores cinematográficos nacionales.

El convenio firmado entre el CNAC y el CENAL constituye una exageración al máximo de la desviación que estoy denunciando. Ahora se van a elegir libros publicados por el CENAL -que, como todos sabemos están alineados temáticamente con la ideología oficial y son de autores de similar alineación- para ser llevados al cine. Yo pregunto: ¿cuáles autores venezolanos han puesto su interés y esfuerzo creativo para llevar alguno de esos libros al cine? Quizás ninguno, pero las películas serán producidas porque así lo decidieron unos funcionarios públicos en un convenio. Todo ello a expensas de los recursos que deberían financiar proyectos independientes de autor.

Todos saben que he defendido al CNAC todos estos años, así como respeto y aprecio a sus autoridades y gerentes. Pero no puedo seguir callando ante algo que he venido venir desde hace ya un tiempo y que ahora se despliega ante nuestros todos sin el menor rubor. Lamento muchísimo escribir esta nota que nunca deseé haber tenido que redactar y publicar. Sé que me traerá disgustos e inconvenientes, pero me sentiría muy mal si no lo hiciera.

Finalmente, sé que voy a estar bastante solo en esta posición. Después de todo, el miedo es libre y cada quien desea cumplir su anhelo de hacer otra película, quizás una primera. Sepan, estimados colegas, que aquí se están cerrando notablemente las posibilidades de acceder al financiamiento del CNAC si sus películas son independientes y escapan al modelo ideológico que se está intentando uniformar.