Adhesión al Tiar no implica uso de fuerza para el cambio político - Runrun
Adhesión al Tiar no implica uso de fuerza para el cambio político

«VAMOS A AVANZAR EN TODOS LOS TERRENOS DE LUCHA. Tenemos el legítimo derecho de construir capacidades para defender nuestra soberanía. Cumplidos los pasos requeridos, la Asamblea Nacional aprobará el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca», escribió Juan Guaidó, jefe del Poder Legislativo y encargado de la presidencia de la República, en su cuenta de Twitter el pasado 7 de julio.

En junio del año 2012, Venezuela, junto a los países de la Alianza Bolivariana para América Latina y El Caribe (Alba), decidió retirarse de este tratado por considerar que solo servía a los intereses de Estados Unidos. No obstante, como parte de una estrategia política de la oposición para buscar una salida a la crisis, Guaidó plantea la reincorporación del país a este mecanismo de defensa que condena la guerra y en el cual se conviene que un ataque armado de cualquier Estado contra un Estado americano será una agresión contra toda la región, por lo que un órgano de consulta, que en este caso es el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), se reunirá y acordará aplicar una o más medidas, que pueden ser diplomáticas o de fuerza.

Además del ataque armado, el artículo 6 del Tiar, suscrito el 2 de septiembre de 1947 en Río de Janeiro, establece que si la integridad de un territorio resultase afectada por una agresión no armada debe actuarse en conjunto. En ambos casos, se podría aplicar el retiro de los jefes de misiones, ruptura de relaciones diplomáticas y consulares, interrupción parcial o total de las relaciones económicas, o de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, telefónicas, hasta el empleo de la fuerza armada.

Hasta el momento, la incorporación no se ha materializado. La primera discusión de proyecto de ley aprobatoria de adhesión al Tiar se dio el pasado 28 de mayo y de acuerdo con la Constitución, le corresponde al presidente de la República firmar el tratado y a la Asamblea Nacional aprobarlo. Luego deberá ser ratificado por el Ejecutivo y enviado a la OEA para su incorporación formal, la cual se espera sin contratiempos debido a que la mayoría de los 35 países que conforman el organismo han reconocido a Guaidó.

¿Aplica el Tiar en Venezuela?

El politólogo Óscar Vallés califica de positiva esta iniciativa porque sería una forma de reiterar que la OEA reconoce a Guaidó, quien tendrá mayor capacidad de gestionar solicitudes diplomáticas ante los organismos multilaterales para que se retiren tropas y misiones militares extranjeras que no han sido autorizadas por la Asamblea Nacional, como lo establece el artículo 187 de la Constitución. Sin embargo, advierte que el Tiar no tiene la potestad para resolver conmociones internas ni justifica el uso de ejércitos de otros países para favorecer un cambio político en Venezuela.

“Solamente se asiste cuando un Estado está siendo agredido por otro. No intervienen en guerras civiles, en golpes de Estado o en usurpación política. Si un país bombardeara una nave venezolana o si fuese objeto de una invasión, ahí sí se llamaría el Tiar”, argumentó.

Así lo certifica la internacionalista Giovanna de Michele, quien sostiene que el mecanismo de defensa no aplica para resolver crisis internas en los países americanos. “El Tiar representa sin duda un elemento más de presión sobre la administración de Maduro, pero en ningún caso constituye la garantía del accionar militar fuera de las fronteras nacionales”.

Desde la Asamblea Nacional se afirma que la situación de emergencia humanitaria que presenta Venezuela lo convierte en un caso que atenta contra la seguridad de la región. Hacen énfasis en que la “invasión cubana en organismos del Estado”, la actuación de grupos irregulares, bien sean colectivos o guerrilleros, y la presencia de militares rusos justifica la aplicación del Tiar.

Un mecanismo de salida

Mariano de Alba, abogado especializado en derecho internacional, apunta que el escenario menos probable en Venezuela es un ataque armado por parte de otro Estado, pero el Consejo Permanente de la OEA podría considerar que existe una situación que pone en riesgo la estabilidad del continente y proceder a aplicar medidas diplomáticas. Para actuar por la fuerza, los jefes de Estado tendrían que concluir que el riesgo de no intervenir es insoportable, indicó.  

Otros de los factores por los que resulta improbable el empleo de la fuerza en Venezuela está relacionado con la postura que ha tenido el Grupo de Lima desde que Guaidó se juramentó como presidente encargado de la República el pasado 23 de enero. Las conclusiones de sus conferencias han estado enmarcadas en la búsqueda de mecanismos de solución pacífica al caso venezolano, es decir, no estarían dispuestos a sacar a sus ejércitos.  

En el discurso del 28 de mayo, Guaidó consideró que el tratado significaba “un mecanismo de salida más” y la prioridad de la adhesión era lograr la asistencia para 7 millones de venezolanos en emergencia humanitaria. Mientras que el diputado Williams Dávila aclaró que la incorporación de Venezuela al Tiar no suponía una intervención militar.

De los 35 miembros de la OEA solo podrían participar en la votación 18, que son firmantes del Tiar. 15 de ellos han reconocido la encargaduría de Guaidó, mientras que El Salvador, Uruguay y Trinidad y Tobago ubican a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, por lo que sería alta la posibilidad de que rechacen la posición del órgano de consulta.

En declaraciones ofrecidas a El Nuevo Herald el 7 de mayo, Eliott Abrams, enviado de Estados Unidos para Venezuela, aseguró que el mecanismo comprendía más que una acción militar porque se podrían aplicar medidas coercitivas, descritas anteriormente. Sin embargo, la administración de Donald Trump ha emitido una serie de sanciones contra organismos del Estado, sin necesidad de recurrir al Tiar.

Será el próximo martes, 16 de julio, cuando el Poder Legislativo celebre la segunda discusión del proyecto de ley de adhesión al Tiar.