La falta de “amor mayor” llevó a los pensionados a tomar las calles
Termómetro de la Calle: La falta de “amor mayor” llevó a los pensionados a tomar las calles

Génesis Carrero Soto | Infografías: Elsy Torres

 

“Nunca como en este gobierno a los viejos nos ha tocadopararnos de las mecedoras para ponernos los zapatos y salir a la calle a reclamar una vejez digna”. En ese comentario de Antonio Gutiérrez está inmerso el sentir de muchos de los hombres y mujeres venezolanos que superan los 60 años de edad y que ahora gozan de una pensión, bien sea por su trabajo de años, o por alguno de los programas de ayuda del Gobierno venezolano.

Durante 2018 se han registrado al menos 169 protestas, hasta noviembre, que involucran a pensionados de todo el país, de acuerdo a los datos de El Termómetro de la Calle, un monitor de protestas realizado en alianza entre Runrunes, El Pitazo y TalCual con instrumentos desarrollados junto a ORC Consultores. La mayoría de estas quejas públicas obedecen al pago de las asignaciones correspondientes al programa de En Amor Mayor, con 81 protestas hasta noviembre, lo que representa el 47,93% del total.

Y, aunque estas protestas se han registrado durante todo 2018, tienen un repunte importante en el mes de septiembre cuando los trabajadores de empresas públicas salieron a las calles en 43 ocasiones con cierres de vías públicas y tomas simbólicas de sedes institucionales para reclamar pagos pendientes o desmejoras que se dieron como producto de la reconversión monetaria decretada por el presidente Nicolás Maduro.

Los pensionados, esos que obtuvieron sus compensaciones de vejez luego de años de trabajo en empresas del Estado, empezaron el año reclamando sus derechos, y aunque se registró un bajón en el segundo trimestre del año, el aumento salarial, los cambios en la economía venezolana y la falta de efectivo para pagar las pensiones dispararon las cifras de nuevo.

Los primeros días del mes de septiembre fueron los más caldeados. Los reclamos de este sector, que esperaba poder cobrar en efectivo, no se hicieron esperar. En tal sentido, se registran 65 protestas por esta causa dentro del rango de los trabajadores inactivos, cifra equivalente al 38,46% del total de manifestaciones de este sector.

“Somos pensionados, no bachaqueros”, fue una de las consignas más escuchadas en la capital venezolana el seis de septiembre, cuando los beneficiados de Amor Mayor y del Seguro Social tomaron en los alrededores de la plaza de La Moneda en el centro de Caracas. “Nosotros no vendemos efectivo como dice Maduro. Somos unos viejos y lo único que tenemos es esa pensión y en este país cuando no tienes efectivo todo cuesta hasta el triple entonces el dinero no alcanza para nada”, fue el comentario de Virginia Rojas, una abuela de 79 años, presente en la manifestación de aquel día.

Los abuelos se quejaban de la medida de algunos bancos de solo pagar el 10% de la pensión que entonces era de 1.800 bolívares soberanos. Antonio Gutiérrez recuerda esa ocasión y asegura que es parte de esa “vejez indigna” que les ha tocado vivir. “Ser viejo en esta tierra no es cosa de Dios. Nos denigran, nos tratan como gente inservible, nos creen pendejos y nos quieren tratar como si nos dieran migajas, como si esas pensiones no fueran el resultado de años de trabajo para los gobierno de este país”, dice este pensionado que durante 45 años fue obrero de un liceo público de Petare, en Caracas.

Viviendo la ñapa

En Venezuela hay 3.073.338 personas incluidas en el sistema de pensiones, lo que representa 10% de la población nacional actual, de acuerdo con datos aportados por el Gobierno nacional.  De esta cantidad, 551.549 venezolanos corresponden a la Gran Misión En Amor Mayor, creada en diciembre de 2011 para incluir a personas que no habían cotizado ante el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Manuel Martínez, secretario general de la Federación de Trabajadores Jubilados y Pensionados de Telecomunicaciones (Fetrajuptel), aseguró que los jubilados están en las calles, preocupados por su futuro y disgustados por “los abusos”  del Gobierno y sus empresas. Martínez recordó que es imposible desmejorar y “echar atrás” los beneficios ya adquiridos y aseguró que su queja busca que sean respetados los contratos colectivos que dignifican la figura del jubilado y le otorga similares beneficios que los de los trabajadores activos en la primera escala salarial.

Martínez resalta que la protesta no se limita solo a la capital y como ejemplo de ello da cuenta de las tomas simbólicas de sedes de instituciones públicas que han realizados los trabajadores jubilados durante el mes de septiembre y de octubre y que suman, de acuerdo a su conteo personal, al menos siete solo del sector de telecomunicaciones.

Y, en concordancia con las cuentas de Martínez, El Termómetro de la Calle registra los meses de septiembre, julio, marzo y enero como los más activos en cuanto a protestas para el sector de los pensionados y jubilados, con 43, 29, 28 y 20 manifestaciones de calle respectivamente en esos meses. Estas manifestaciones se dieron con mayor fuerza y volumen en Distrito Capital, con 29 ocasiones hasta noviembre, el Zulia con 23, 17 en el estado Bolívar, 14 en Anzoátegui y Mérida, y 10 en Miranda y Táchira.

Pero, pese a todas las protestas y las quejas visibles de los adultos mayores venezolanos, el Ejecutivo no ha brindado una respuesta. Los pensionados siguen haciendo colas kilométricas para cobrar y algunas veces no les entregan todo el efectivo; los trabajadores jubilados no reciben respuesta del Ministerio del Trabajo, aún y cuando las quejas del sector laboral en esta condición representan 10,65% de las protestas del grupo.

Enrique Castaño, jubilado de Cantv, concluye: “el problema es justamente que nos creen ciudadanos de quinta y eso no es así. Con 33 años de servicio me gano un sueldo mínimo y la quincena no me alcanza ni para comprar un kilo de queso. Yo no siento que en este país le importamos a alguien, siento que estamos aquí solo viviendo la ñapa que nos queda”.