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Cepaz reporta aumento de acciones femicidas contra niñas

 El Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) reportó un aumento de acciones femicidas contra niñas en el mes de enero de 2024.

Cifras de Cepaz arrojaron que tres de los femicidios consumados tuvieron como víctimas a niñas menores de cinco años. Mientras que tres niñas menores de cinco años sobrevivieron a la acción femicida.

La organización destacó que en el 12,5% de los casos, las víctimas fueron niñas entre 2 a 5 años de edad. Mientras que en el 20,9% de los casos se trató de una adolescente y en el 33,3% mujeres víctimas de femicidio consumado en edades comprendidas entre 34 y 57 años.

En cuanto a los femicidios frustrados, el 30% de los casos documentados en este periodo tienen como víctimas a niñas menores de 5 años; y un 20% a mujeres en edades comprendidas entre 25 a 30 años.

Uno de los agresores de femicidio consumado es un adolescente y su víctima fue otra adolescente. Dos de las tres adolescentes víctimas de femicidio consumado murieron a consecuencia de heridas por arma blanca.

Según el Monitoreo especial de femicidios infantiles, publicado en 2022 por Cepaz, en Venezuela hay una escalada de violencia contra las niñas, que son asesinadas fuera de sus hogares y dentro de ellos.

El informe señaló que los femicidios mayormente ocurre en sus hogares y son perpetrados por sus padres, o por hombres cercanos a ellas, y en menor medida por sus madres, o por mujeres que las cuidan.

Estado sigue sin garantizar protección

El Centro de Justicia y Paz afirmó que la falta de datos estadísticos oficiales, científicamente estructurados y con enfoque social, obstaculizan la verdadera comprensión del femicidio y sus fenómenos asociados. «Recoger datos de manera rigurosa sobre esta problemática permitiría conocer la magnitud de este delito», indicó el informe.

Los femicidios, y más aún los infantiles, son muertes prevenibles que requieren la aplicación urgente de una adecuada política preventiva, enfatizó Cepaz. 

Se desconocen los programas que se han desarrollado y las inversiones que se han hecho para asegurar el correcto funcionamiento de los órganos, servicios y programas que tienen competencia en la prevención de los femicidios.

Cepaz documentó 37 femicidios de niñas en Venezuela en el año 2022
Según Cepaz, en Venezuela ocurrieron 282 femicidios consumados, mientras que se registraron 120 casos frustrados, en promedio, ocurrió una acción femicida cada 26 horas

 

El Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), publicó el monitoreo de femicidios del año 2022, en el que informó que durante ese año se registraron 37 femicidios de niñas.

El documento resalta que, de 37 niñas víctimas de femicidios, veintidós eran menores de cinco años, 11 fallecieron por violencia física y ocho fueron agredidas sexualmente, en promedio, cada 9 días murió una niña por femicidio en Venezuela.

Según el documento, en Venezuela ocurrieron 282 femicidios consumados, mientras que se registraron 120 casos frustrados, en promedio, ocurrió una acción femicida cada 26 horas.

Los grupos etarios más vulnerables fueron niñas y mujeres de 70 a 85 años. De 282 femicidios, 37 niñas y 14 mujeres mayores fueron víctimas de violencia femicida.

Sobre los estados con mayores índices de ocurrencia, Cepaz señaló que 13,5% de los casos ocurrió en el estado Zulia; 11,3% en Miranda; 10,6% en el Distrito Capital y 9,6% en Carabobo. 

El Observatorio Digital de Femicidios reúne datos de los portales de noticias digitales en Venezuela, para monitorear la situación social, debido a que el Estado no publica cifras oficiales.

Muerte de venezolanas en el exterior

Cepaz señaló que del 1 de enero al 31 de diciembre de 2022 se pudieron documentar 79 casos de venezolanas en el exterior que fueron víctimas de femicidios.

En promedio hubo una acción femicida cada 4 días. El 58,2% de los casos ocurrió en Colombia y 16,5%, en Perú. El 50,6% de las víctimas eran menores de 31 años.

Cofavic: En los últimos cinco años han sido asesinadas 2022 mujeres, niñas y adolescentes
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer), en Venezuela, una mujer es asesinada cada 39 horas

 

En los últimos cinco años (2017 – 2022), al menos 2.022 mujeres fueron asesinadas en Venezuela, según el último monitoreo levantado por la ONG Cofavic ante la falta de cifras oficiales.

Según cifras de Cofavic, entre enero y agosto de 2022, al menos 203 mujeres, adolescentes y niñas fueron asesinadas.

Los estados con mayor incidencia son Miranda, con 30 casos (15%), Carabobo y Anzoátegui con 21 casos (11%) cada uno, Bolívar, Distrito Capital y Zulia con 17 casos (9%) cada uno y Aragua con 7% (13 casos).

De acuerdo con la organización, 57% de las víctimas (1.155 personas) son mujeres entre los 18 y 40 años de edad. La investigación sugiere que 335 niñas y adolescentes (17% de las víctimas) también murieron de forma violenta.
Otras 357 víctimas (18%) son mujeres de 41 a 60 años, y finalmente 175 son mujeres de 61 años en adelante.

Aunque de acuerdo con el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer) una mujer es asesinada cada 39 horas en Venezuela -por falta de políticas públicas orientadas a la protección de mujeres, niñas y adolescentes-, la directora de la institución conmemoró el Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer exhortando a las víctimas a denunciar.

Esto en medio de un Estado fallido en el que las afectadas recurren a las redes sociales para denunciar, debido a las trabas para alcanzar justicia ante las instancias competentes.

Según Cofavic, 31% de las víctimas contabilizadas en el monitoreo 2017-2022 son personas de la tercera edad, indígenas, embarazadas, extranjeras, con alguna discapacidad, miembros de la comunidad Lgbtiq+ e indocumentadas, es decir, mujeres que estaban en una situación de vulnerabilidad que requerían mayor protección por parte del Estado venezolano.

Violencia en el hogar 

La mayoría de las muertes registradas ocurrieron en el hogar de la víctima (42%), en plena vía pública (36%) o en una zona aislada (11%). Las demás muertes reportadas ocurrieron en la casa de un familiar o amigo de la víctima (3%).

La mayoría de las víctimas fueron agredidas con arma de fuego (47%, 959 mujeres) y armas blancas (15%, 311 mujeres). Otras fueron víctimas de violencia física y fallecieron a causa de asfixia (11%, 214 ciudadanas) o múltiples golpes (9%, 180 damas).

Un porcentaje minoritario pero importante de mujeres fueron degolladas (55), o murieron por quemaduras (52). Otras 40 mujeres (2%) fallecieron tras recibir un impacto contundente, mientras otras 88 fueron descuartizadas, ahorcadas, decapitadas, fallecieron por complicaciones de salud asociadas a hechos violentos previos o tras ser arrolladas.

En 118 de los casos (6%) Cofavic no logró precisar la causa de la muerte en la información pública disponible.

*Con información de Correo del Caroní

OVV reporta aumento de mujeres jóvenes, niñas y adolescentes víctimas de femicidios y violaciones
Según el OVV, las víctimas de estos delitos resultaron ser, en su mayoría, niñas y mujeres entre los 10 y los 24 años, siendo las jóvenes entre 11 y 15 años el grupo más vulnerable a una violación sexual

El boletín de Delitos Cometidos por la Sociedad del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en el primer semestre de 2021, registró un aumento del número de mujeres jóvenes, niñas y adolescentes víctimas tanto de femicidios como de violaciones sexuales y otro tipo de agresiones dentro del ámbito doméstico.

Según cifras del estudio realizado por el OVV, las víctimas de estos delitos resultaron ser, en su mayoría, niñas y mujeres entre los 10 y los 24 años, siendo las jóvenes entre 11 y 15 años el grupo más vulnerable a una violación sexual. 

«Casi 80 víctimas presentaron agresiones sexuales. En 20 casos, fueron víctimas de homicidio intencional y agresión», señala el boletín.

Un aspecto que estima el Observatorio Venezolano de Violencia que podría estar influyendo en el aumento de la violencia está asociado a las medidas de confinamiento, en particular, la agudización de los conflictos familiares en un entorno signado por fallas y deterioro de servicios básicos y escasez de alimentos, entre otras privaciones.

El OVV señala que la mayoría de los victimarios en estos casos de abuso sexual, femicidios y violencia de género han sido hombres que son pareja, padrastros, padres, abuelos, tíos que actúan al amparo de la impunidad, la exigencia de silencio y complicidad.

El boletín de la ONG afirma que hay razones para pensar que también los victimarios propiciaron el maltrato, agresiones sexuales, lesiones, filicidios, femicidios y otros delitos de violencia de género hacia los hijos.

Niños y adolescentes no escapan de la violencia

El OVV afirma que los niños y adolescentes no escapan de la violencia. Según el estudio, hay reportes de víctimas de violación sexual, tentativa de homicidio, secuestro y otras agresiones sexuales.

De acuerdo con el boletín del OVV, con esto se confirma la debilidad en los distintos grupos de edades también en el sexo masculino. Queda claro que las víctimas de homicidio intencional y agresión se evidencia en mayor cantidad en los grupos de otras edades superiores, pero los más pequeños son víctimas de violaciones y otras agresiones sexuales, lo que imprime un comportamiento sesgado de los delitos de acuerdo con el sexo.

EL OVV afirma en los datos reportados que las características de los victimarios de los niños, niñas y adolescentes que aparecen como responsables de estos delitos son personas adultas conocidas, mayoritariamente, parientes consanguíneos de sus víctimas, con acciones que la legislación tipifica como trato cruel, maltrato, abuso sexual y violaciones a la integridad personal.

«Cuando de la relación con el victimario se trata, se registra mucha más diversidad en el caso del sexo femenino, quienes además de resultar víctimas de otro miembro del hogar, también los son de agresores conocidos, vecinos y parejas o exparejas de sus progenitores. En tanto que, para el sexo masculino, en la cobertura mediática tienden a prevalecer los casos victimizados por otro agresor conocido, un vecino, y pocos casos por otro miembro del hogar o amigo», se lee en el informe.

*Lea el informe completo AQUÍ

Día Internacional de la Niña: Unicef inicia campaña para prevenir la violencia de género
Con la frase «No es broma, es Violencia», Unicef busca visibilizar y contribuir a la prevención de la violencia de género

 

Este domingo, 11 de octubre, cuando se celebra el Día Internacional de la Niña, Unicef inició una campaña en Venezuela para prevenir la violencia de género. Con la frase «No es broma, es Violencia», Unicef busca visibilizar y contribuir a la prevención de la violencia de género que afecta a niñas, niños y adolescentes por igual.

«Este tipo de violencia suele ser naturalizada e incluso pasar desapercibida en bromas y chistes estigmatizantes y más recientemente puede haberse visto potenciada producto de la pandemia por COVID-19, pues las medidas de prevención del virus sitúa a las mujeres y a los infantes en un escenario vulnerable», alertó el organismo a través de una nota de prensa divulgada en su página web.

Los canales digitales de Unicef Venezuela y sus aliados difundirán ampliamente esta primera fase de la campaña, que se prolongará hasta finales de este año con actividades de comunicación masiva.

También a través de especialistas en Caracas y en las oficinas locales de Táchira, Zulia y Bolívar, Unicef seguirá trabajando de la mano de los Consejos de Protección y otros socios en la atención de casos. Exhortó a la comunidad a denunciar ante los organismos los casos de violencia infantil y de género

Según los datos de la Unicef, se estima que el 35 % de las mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual, mientras que estudios nacionales revelan que el 70 % de las mujeres ha experimentado este tipo de violencia.

Niños venezolanos que estudian en Cúcuta claman por la apertura de la frontera
Trabajadores que viven en Venezuela y laboran en Colombia esperan que pronto se levante el cierre. Temen pasar por las trochas

@loremelendez

 

EN UREÑA, ESTADO TÁCHIRA, Mayuri vistió a sus hijas, de 11 y 8 años, con camisa blanca y jumper a cuadros, el uniforme del colegio en donde estudian en Cúcuta a pesar de que el puente Francisco de Paula Santander continúa completamente cerrado. Es martes, 26 de febrero, y las pequeñas están a punto de perder su segundo día de clases. “En el grupo de Whatsapp, las maestras nos dijeron que si faltaban esta semana perdían el cupo, porque allá hay niños que necesitan la plaza”, comenta la madre mientras mira hacia el paso fronterizo obstruido por el “murciélago”, el vehículo militar que la Guardia Nacional suele utilizar para bloquear vías con placas metálicas.

Las niñas de Maryuri no son las únicas que esperan. Desde las 6:00 am, varios habitantes de la zona se apostaron frente al puente con sus chicos para pedir que les concedieran una excepción en el cierre de la frontera. Ella, que el año pasado tenía a ambas niñas en la escuela local Pedro María Ureña, decidió sacarla porque los maestros entraron en paro y no iban a dar más clases. 

 «Ya prácticamente todos los niños de Ureña estudian allá (…) Aquí hay como seis escuelas, pero faltan los profesores”, afirma la madre que tiene en brazos a otro de sus hijos, un pequeño de dos años. 

Tener al más pequeño con ella le hace imposible pasar a las niñas por alguna de las trochas cercanas a Ureña, las del caserío de La Mulata, para que puedan estudiar. Ya hay otras madres que han pensado en hacerlo, pero a muchas, como a Maryuri, les da miedo por la delincuencia que azota el lugar. Se trata de un lugar tomado por la guerrilla del ELN, que controlan todos los pasos fronterizos ilegales.

 

 

Mientras, las niñas con su uniforme insisten en pasar. Junto a ellas, otra estudiante porta un cartel en el que se lee: “Queremos estudiar. Déjennos pasar”.

“Ellas (las hijas) lo único que dicen es que tienen que ir a estudiar, que tienen exámenes, que tienen que ir. Ellas no quieren comprender que está cerrada la frontera, no lo quieren aceptar” . 

La mujer cuenta que en las bodegas del pueblo, como consecuencia del cierre de la frontera, comenzó a faltar la comida y la poca que se consigue vale el doble que la semana pasada. “Imagínese, ya no hay pañales y ayer el bebé andaba con diarrea. Y aquí estamos con la frontera cerrada y sin medicinas”, añadió.

Pero no solo los estudiantes aguardaban cerca del puente para pasar. María Medina, una costurera que trabaja en una fábrica de Ureña, también esperaba este martes. Aunque en su trabajo comprenden la situación y le recomiendan que no pase por la trocha para que no se arriesgue, diariamente ella pierde los 30 mil pesos que gana por jornada. Se está quedando sin dinero.

Con resignación, sabe que ni el gobierno de Venezuela ni el de Colombia han aprobado la apertura de los puentes. El de Bogotá prorrogó el lunes el cierre fronterizo y se espera que la medida acabe a la medianoche del miércoles. Sin embargo, en Caracas no se ha dicho nada sobre el tema.

“Colombia le tiende una mano a los venezolanos que se van, pero a uno, que trabaja allá y vive aquí, no. Uno no tiene apoyo ni de Colombia ni de Venezuela”, sentencia con los brazos cruzados. Hoy perderá otro día de trabajo.

Ascienden a 39 víctimas de incendio en refugio de menores en Guatemala

incendio

 

El número de víctimas tras el incendio registrado a media semana en Guatemala asciende a 39. Cuatro niñas sobrevivientes fueron trasladadas al hospital de Galveston, en Texas, informaron las autoridades.

«Las niñas serán atendidas en un hospital especializado de Galveston, Texas, Estados Unidos», informó el Gobierno de Guatemala a través de su cuenta de Twitter.

El presidente Jimmy Morales señaló que «gracias a las gestiones realizadas, las primeras cuatro niñas van a un hospital especializado».

La titular de la Procuraduría General de la Nación (PGN), Anabella Morfín, informó que el traslado de las menores se logró después de que se localizara a sus familiares para que dieran su consentimiento ante un juez.

La embajada de Estados Unidos les facilitó el permiso para ingresar a ese país por razones humanitarias.

Carlos Soto, el director del hospital Roosevelt donde eran atendidas,  dijo que la oportunidad de atención para las menores se concretó luego de una visita de médicos estadounidenses especialistas en «quemaduras profundas».

El pasado miércoles 8 en el incendio ocurrido en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción fallecieron 19 menores, todas en edades comprendidas entre 14 y 17 años. Otras 11 murieron en el hospital San Juan de Dios y nueve en el Roosevelt por la gravedad de sus heridas.

El suceso provocó indignación y dolor en la población que reclama «justicia». Cientos de personas se manifestaron la tarde de este sábado frente al Palacio Nacional de la Cultura, sede del Ejecutivo.

Morales decretó tres días de duelo, que finalizaron este sábado, y dijo que corresponderá a los entes de investigación formular cargos contra las autoridades que resulten responsables.

Morales descartó que se trate de un «crimen de Estado».

 

Derechos sin revés: impunidad sigue presente en casos de mujeres y niñas víctimas de violencia de género

violencia

 

Aunque en Venezuela existe un marco normativo vigente sobre violencia contra la mujer y se ha reconocido legalmente como un delito público, un asunto de derechos humanos, de salud pública y educación, lamentablemente, no existen planes ni acciones concretas para reducirla y/o erradicarla. La impunidad sigue presente y el número de mujeres y niñas víctimas sigue en ascenso.

La muerte violenta de las mujeres constituye la forma más extrema de violencia contra la mujer. Ocurre en el ámbito familiar o en el espacio público y puede ser perpetrada por particulares o ejecutada o tolerada por agentes del Estado. Constituye una violación de varios derechos fundamentales de las mujeres, consagrados en los principales instrumentos internacionales de derechos humanos, en especial el derecho a la vida, el derecho a la integridad física y sexual, y/o el derecho a la libertad personal.

Representa un tema muy relevante para los organismos internacionales de protección de los derechos humanos, las organizaciones de la sociedad civil en el mundo y un desafío para los Estados, quienes progresivamente deben ir adecuando sus leyes a favor de los derechos humanos de las mujeres.

En el caso concreto de muertes violentas de mujeres y niñas, existe un valioso instrumento denominado Modelo Latinoamericano de Investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género (Femicidio/ Feminicidio), el cual constituye una valiosa herramienta que contribuye al abordaje judicial del fenómeno de la violencia letal contra las mujeres.

El mismo es el resultado de la colaboración de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU MUJERES) publicado y difundido en el año 2014. Tiene como objetivo apoyar a las instituciones pertinentes en el abordaje de las muertes violentas de mujeres desde una perspectiva de género. Dicho protocolo tiene un enfoque multidisciplinario en el que se abordan factores individuales, institucionales, y estructurales como elementos esenciales para entender de manera adecuada este crimen y brindar una respuesta adecuada.

En este sentido, es importante destacar la clasificación que realizara la Relatora Especial sobre Violencia Contra la Mujer de las Naciones Unidas, sus causas y consecuencias, Rashida Manjoo, quien agrupa las muertes violentas de las mujeres por razones de género en dos categorías: a) las activas o directas, entre las que destacan: las muertes de mujeres y niñas como resultado de violencia doméstica, ejercida por la pareja en el marco de una relación de intimidad o de convivencia; el asesinato misógino de las mujeres; las muertes de mujeres y niñas cometidas en nombre del “honor”; las muertes de mujeres y niñas relacionadas con situaciones de conflicto armado (como estrategia de guerra, opresión o conflicto étnico); las muertes de mujeres y niñas relacionadas con el pago de una dote; las muertes de mujeres relacionadas con la identidad de género y con la orientación sexual (femicidioslesbofóbicos); el infanticidio femenino y la selección de sexo basada en el género (feticidio); y las muertes de mujeres y niñas relacionadas con el origen étnico y la identidad indígena.

Luego destaca la categoría b) las pasivas o indirectas, entre las que se incluye: las muertes debidas a abortos inseguros y clandestinos; la mortalidad materna; las muertes por prácticas dañinas (por ejemplo, las ocasionadas por la mutilación genital femenina); las muertes vinculadas al tráfico de seres humanos, al tráfico de drogas, a la proliferación de armas pequeñas, al crimen organizado y a las actividades de las pandillas y bandas criminales; la muerte de las niñas o de las mujeres por negligencia, por privación de alimento o maltrato; y los actos u omisiones deliberadas por parte de funcionarios públicos o agentes del Estado.

El Modelo de Protocolo para Investigación de Femicidios/Feminicidios, cuenta con la siguiente estructura. El Capítulo I brinda algunas aclaraciones sobre los conceptos de “femicidios” y “feminicidios”, haciendo énfasis en sus condiciones estructurales así como en sus diferentes tipologías y modalidades delictivas. El Capítulo II analiza el estándar internacional de debida diligencia aplicado a la violencia letal contra las mujeres. El Capítulo III presenta unas recomendaciones para llevar a cabo un análisis de género y de la interseccionalidad de las discriminaciones en la investigación penal de los femicidios. El Capítulo IV ofrece pautas de actuación para el diseño del plan o programa metodológico de investigación penal de estos delitos. El Capítulo V se centra en la actuación médico forense y en el análisis criminal, con el objeto de aportar los elementos y las el contexto característico de un femicidio. El Capítulo VI presenta elementos para la consolidación de las hipótesis y las líneas de investigación en la teoría del caso de la acusación. Y el Capítulo VII brinda recomendaciones para garantizar los derechos de las víctimas indirectas, los familiares y los testigos en el juzgamiento de los femicidios.

Del mismo modo, la jurisprudencia internacional ha llamado la atención sobre diferentes aspectos que reflejan la aplicación injustificada de estereotipos de género que en la administración de justicia afectan a las mujeres y a las niñas, tal como la determinación de la credibilidad de la víctima en función de ideas preconcebidas sobre la forma en que esta debería haber actuado antes de la violación, durante el acto y después del acto, debido a las circunstancias, a su carácter y a su personalidad; la presunción tácita de la responsabilidad de la víctima por lo que le sucedió, ya sea por su forma de vestir, por su ocupación laboral, conducta sexual, relación o parentesco con el agresor; el uso de referencias a estereotipos sobre la sexualidad masculina y femenina de la víctima o del perpetrador; la poca atención brindada al testimonio de las niñas; la interferencia en la vida privada de las mujeres cuando su vida sexual es tomada en cuenta para considerar el alcance de sus derechos y de su protección.

La recomendación general descrita en diferentes protocolos de actuación es que se investigue y analice la muerte violenta de una mujer desde una perspectiva de género: De esa manera se examina el hecho como un crimen de odio, cuyas raíces se cimientan en las condiciones históricas generadas por las prácticas sociales de cada país. Abordar la muerte violenta de las mujeres no como un hecho coyuntural y circunstancial sino como un crimen sistemático, cuya investigación requiere de la debida diligencia de las instituciones del Estado.

Esta es parte de la lucha que ha sostenido por más de 15 años Linda Loaiza López., cuyo caso pasó, el pasado 01 de noviembre de 2016, a ser juzgado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). Es la primera vez que este importante tribunal internacional atenderá la denuncia de una venezolana por un caso de violencia contra las mujeres.