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Lucha

Días de barbarie, por Carlos Nieto Palma

VENEZUELA-CRISIS POLITICA

 

Venezuela vive una barbarie; ya no se trata de una simple lucha de poderes. Las actuaciones que estamos viviendo, sobre todo en los últimos días, por grupos de desadaptados afectos al régimen, no podemos calificarlas de otra forma que como un acto de salvajismo propio de mentes perversas y primitivas.

Me tocó el horror de vivir la barbarie de cerca, el pasado martes 4 de julio. Mis vecinos estaban en la calle realizando el trancazo, apenas eran como las 3:00 de la tarde, yo me arreglaba para bajar a acompañarlos. Debo decir que era un trancazo bien light, cerraban la calle cuando el semáforo de la avenida O’Higgins en El Paraíso estaba rojo y se quitaban cuando estaba en verde, todo muy pacífico y normal. De repente comencé a escuchar una gritería y sonaban disparos, cuando me asomo al balcón veo un grupo grande de motorizados vestidos de negro, con pasamontañas que supongo eran colectivos o policías encubiertos, no tenían identificación de un cuerpo policial, le estaban cayendo a golpes a la gente y la robaban; cuando uno se asomaba al balcón lo apuntaban con un arma así que por precaución uno se asomaba con cautela. En todo ese trajín tocan la puerta de mi casa y traen a un tío mío, que vive en mi casa, de 82 años y sordomudo, herido y en medio de una profunda crisis nerviosa, los colectivos lo agarraron y lo golpearon, gracias a Dios fueron solo golpes y heridas leves, los vecinos lo trajeron a la casa, un gran susto en verdad.

Situaciones como esta se han venido repitiendo de la misma manera en todo el país, un grupo de delincuentes que bajo absoluta impunidad y amparados por la dictadura mantiene azotada a la población, infundiéndoles temor y que de esta manera no ejerzan su derecho constitucional de protestar, simple terrorismo de Estado.

Estamos ante una situación nunca vista en Venezuela, un régimen forajido que se cree dueño absoluto del país, y de la manera que sea luchan por mantenerse en el poder, independientemente de lo que la inmensa mayoría de los ciudadanos piense; su único objetivo es gobernar así sea a costa de la vida de muchos venezolanos, a poco de cumplir 100 días del inicio de las protestas, la dictadura ya lleva más de 100 personas muertas a su haber.

Venezuela está viviendo uno de los episodios más graves de su historia, las generaciones que nacimos después de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez jamás habíamos visto una situación similar y me atrevo a decir que las anteriores tampoco.

La dictadura cada vez aumenta la represión, las instituciones encargadas de garantizar que en Venezuela exista un Estado de Derecho han sido secuestradas por ellos mismos, y quien se atreva a ir contra sus mandatos es perseguido, atacado, vilipendiado, un claro ejemplo lo tenemos con todo lo que está sucediendo con la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz.

La hasta hace poco llamada “la mejor Constitución del mundo” ya está derogada de facto y el régimen pretende de manera írrita e ilegal realizar una asamblea nacional constituyente para hacer una nueva Constitución que se ajuste a los requerimientos de la dictadura.

Las violaciones de los derechos humanos se han vuelto parte de la cotidianidad de los venezolanos ante un defensor del pueblo que se ha convertido, ya sin ningún tipo de caretas ni disfraces, en el defensor de la dictadura, en su celestino. Cuando estos días oscuros que vivimos los venezolanos pasen, que va a pasar, Tarek William Saab tendrá mucho que responder a la justicia por su negligencia ante las constantes violaciones de los derechos humanos que se han cometido; que no se le olvide que las violaciones de los derechos humanos no prescriben.

La gran demostración de la barbarie que vivimos en Venezuela fue el asalto a la Asamblea Nacional mientras se conmemoraba el 206 aniversario de la firma del Acta de la Independencia, cuando adeptos a la dictadura tomaron el Palacio Legislativo de forma violenta. Una descripción muy clara de lo ocurrido la hace la periodista Luz Mely Reyes en el portal web Efecto Cocuyo donde narra: “Una piñata sangrienta. En medio de una furia llena de tubos, piedras, botellas, golpes, explosivos e insultos que dejó como saldo de heridos a los diputados de la MUD Armando Armas, José Leonardo Regnault y Américo De Grazia, así como a los trabajadores Franklin Babó y Luis Herreira, quedó una profunda sensación de desamparo en algunas de las 400 personas que fueron mantenidas contra su voluntad en el Palacio Legislativo”.

La comunidad internacional ha deplorado la actuación de este grupo de adeptos a la dictadura, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha sido claro en afirmar: «Cuando la voz del pueblo es acallada con armas y violencia es porque ya no queda nada de la democracia. La utilización del terror sobre los ciudadanos y la institucionalidad revela que la represión constituye una acción sistémica con que el gobierno pretende asegurar su permanencia en el poder (…) El régimen pretende instaurar la violencia institucional del Estado, en una guerra sucia contra el pueblo incluyendo uno o varios muertos por día, como si se tratase de una nueva normalidad».

La dictadura arrecia y con ella la barbarie, seguimos resistiendo y luchando por el retorno de la democracia.

 

@cnietopalma

Asdrúbal Aguiar May 20, 2017 | Actualizado hace 7 años
Cuenta regresiva, por Asdrúbal Aguiar

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Venezuela se aproxima, aceleradamente, hacia otro parteaguas histórico, distinto de los que ha conocido casi siempre pasada una generación y desde su aurora republicana.

Esta vez trata que su lucha agonal – con costos de vidas, heridos y encarcelados – le permita renacer como nación, como sociedad con textura y más allá de sus partes, comprometida con prácticas políticas ajustadas a la moral, a las leyes universales de la decencia, desaparecidas a lo largo de los últimos 17 años; pero arrebatadas tales leyes y sus frenos desde el instante mismo en que una logia narco-terrorista se apropia del andamiaje del Estado. Impedir la prórroga de ésta y que se frustre la empresa de libertad que guían jóvenes y hasta niños con admiración de sus mayores – la he llamado “revolución de los pantalones cortos” – es un deber inaplazable.

Toda duda, toda omisión, toda falsa discreción o prudencia, incluida la de gobiernos extranjeros que se neutralizan alegando no querer darle aliento a una “guerra civil” en ciernes e imaginaria, pues es, antes bien, represión abierta y criminal – casi genocida – por parte de militares y paramilitares contra ciudadanos quienes protestan en paz al régimen de Nicolás Maduro, expresa complicidad con éste, responsabilidad compartida por los crímenes que a diario se le suman.

No exagero. El milagro de la tecnología digital hoy impide la censura, el ocultamiento dictatorial y la desfiguración de realidades crudas como las señaladas. Nadie puede decirse ajeno o ignorante. Quien no reacciona con indignación ante el oprobio es socio y cooperador activo o pasivo con la vesania que se fragua desde los laboratorios del Palacio de Miraflores y sus ministerios de defensa y del interior; éste último, bajo la dirección de una suerte de Pablo Escobar acusado de ser la cabeza de uno de los cárteles de la droga que ha secuestrado al país.

Los disparos, las torturas, las patadas de guardias nacionales y colectivos criminales organizados por el propio Maduro para sostenerse en pie por sobre el dolor de un pueblo inerme pero corajudo, son verdades palmarias que aceleran los latidos de todas las opiniones públicas en el mundo.

Cada día son más quienes se deslindan del régimen, con valentía que cabe admirar en la hora, pues es más fácil el alineamiento de quienes a él se oponen como víctimas sufrientes que el de otros, como la Fiscal General de la República, que han convivido con la dictadura y mezclado con sus tuétanos, y ahora la abandonan vomitando intoxicados ante los propios y escamados frente a los ajenos.

La responsabilidad de quienes tienen en sus manos las riendas para administrar y ordenar las protestas – es el caso de la Asamblea Nacional, depositaria de la única legitimidad democrática que resta en medio de la total desarticulación del país – y, sobre todo, de darles su propósito final, es más exigentes que nunca. Se requieren acciones concretas, decisiones incluso simbólicas que anuden al conjunto en su rechazo a lo insostenible, a la presencia de Maduro y su mafia criminal en el poder de facto que a todos intenta dominar. Y ello impone un diálogo, pero no con el crimen, jamás con los criminales, sino con ese resto de actores propios y ajenos, sean nacionales o internacionales, quienes desde sus distintas y no pocas veces antagónicas o diferentes posturas puedan darle una pronta salida al mal absoluto que lucha por sobreponerse de forma definitiva, para salvar sus pellejos incluso sobre un río de sangre inocente que va inundando el suelo de la patria doliente.

La Conferencia Episcopal Venezolana y su presidente, monseñor Diego Padrón, han sido contestes al respecto. Si de conversar se trata bien, pero sólo para que se le devuelva al pueblo el ejercicio cabal de su soberanía, se respeten las competencias de la Asamblea, se liberen a los presos políticos, y la ayuda humanitaria restañe las heridas vitales que causan la hambruna y la falta colectiva de medicinas.

El hemisferio y el mundo, a través de sus organismos más calificados – la OEA y la ONU, y la OEA en primer término como lo ha dicho la ONU – ya marca rumbos, pero ellos son, al fin y al cabo, el público o audiencia que ha de estar presente en el teatro de nuestra reconstrucción democrática. Es a los actores, a los venezolanos, con sus narrativas oportunas y ordenadas, como dueños de la trama y su desenlace, a quienes corresponde salir a la escena y llevarla hasta su clímax antes de que cierre con el éxito que todos esperamos. Vivimos un drama. Hemos de evitar que derive en tragedia.

Apenas falta que los ejecutores materiales de la violencia, los soldados, bajen sus armas y adquieran conciencia de que son igual carne de cañón por obra de un gobierno criminal y los generales que los mandan; para que se sumen – como ocurriera en la Alemania comunista – a quienes se esfuerzan en derrumbar los muros de la vergüenza, las paredes que a todos nos han separado siendo hermanos.

Las horas cuentan, las horas pasan.

 

correoaustral@gmail.com

Carta a la madre, por Gonzalo Himiob Santomé

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Hola mamá, discúlpame si durante estos días no he estado a tu lado como corresponde. Sé que mi repentina ausencia te ha producido una tristeza infinita para la que no hay adjetivo ni verbo que valga. Hoy, que es tu día, tampoco podré compartir contigo más que estas líneas, que recibirás de manos de un tercero desconocido, porque mi lucha y mis desvelos por mi futuro y por el de toda la nación me han llevado muy lejos, a ese lugar en el que solo en sueños podemos encontrarnos, a este sitio en el que tu beso cálido y amoroso de cada día y de cada noche se ha convertido en un melancólico pero indeleble anhelo mío, y tuyo; acá donde nuestros abrazos y juegos cotidianos (esos en los que tu volvías a ser esa niña esperanzada y feliz, y yo un pequeñín sonriente y desordenado que veía e interpretaba el mundo entero solo a través de tus ojos, de tu voz y de tus caricias) viven y vivirán vestidos de eterno recuerdo. Desde acá te veo y te siento, desde allá me sientes, pero no me ves. Es difícil, lo sé, pero es un poco como cuando me llevaste en tu vientre antes de traerme al mundo, así me gustaría que lo vieras, y aunque esta vez no hay modo de calcular la fecha en la que podremos abrazarnos de nuevo, me gustaría que sepas que me rodea la luz, que acá no hay miedo ni dolor, que estoy sereno y protegido, como cuando tus pliegues y tu piel eran mi palacio y mi remanso. Ten la certeza de que, porque así será, volveremos a estar juntos, cuando Dios lo disponga, porque esta distancia que ahora parece insalvable no es más que una ilusión.

Desde acá puedo ver mucho más de lo que veía cuando estábamos más cerca, y comprendo mucho mejor la magnitud de los compromisos que asumí, y que asumimos, cuando decidimos que había que ponerle por fin un límite a la terca oscuridad que, por ahora y aunque cada vez menos, todo lo domina. Sé que te preocupabas por mí, que sentías miedo por lo que pudiera pasarme, y que cada vez que me armaba con mi bandera y mi voz para salir a la calle a vencer el miedo, tu corazón se encogía de angustia, pero por favor entiende que nunca quise inquietarte y que no lo hacía para hacerte daño, sino para que te sintieras orgullosa de mí. Aunque muchas veces, de la mano de mi impetuosa juventud, cerré mis oídos a tus advertencias y a tus preocupaciones, nunca lo hice para irrespetarte ni para llenarte de tristeza o desazón, sino para que te llenaras de orgullo, pues fue entre tus brazos, que yo llamo y siempre llamaré mi hogar, y de tus palabras, que son y siempre fueron mi guía, que aprendí que cuando unos pocos quieren abusar de su fuerza, de la violencia y de su poder para someternos a todos, no podemos optar por la sumisión ni por el silencio. No es de tu vientre que nació un indiferente, un cobarde, ni un esclavo. Tú me hiciste inteligencia, bondad, brío y valentía, y jamás quise otra cosa que honrarte demostrándote que esos valores y principios que me inculcaste, a veces zapatilla en mano cuando era necesario, no habían caído en saco roto.

Para papá esto no es fácil. Pero tú lo conoces. De él aprendí a mantenerme fuerte y sereno incluso cuando el mundo se nos hacía añicos y cada paso que intentábamos no daba más que con el vacío del abismo. Él no te lo va a demostrar, porque entiende, y así me lo enseñó a mí, que su deber ahora es cuidar de su amada atribulada y de su familia, dejando su tristeza guardada en el cajón más profundo de su alma, al menos ante ti y ante quienes tienen ahora roto el corazón por mi ausencia, pero habla conmigo todo el tiempo y, cuando algún espacio de soledad se lo permite, lanza su mirada al cielo y deja que sus lágrimas corran mientras le pide explicaciones, con justos motivos, a Dios. Compréndelo como él te comprende a ti, pues nadie está preparado para despedirse de un hijo, y si alguna vez se deja vencer por el dolor o la rabia, déjalo hacerse niño entre tus brazos. Solo ustedes dos pueden entender lo que mi ausencia significa en realidad, y solo él y tú, unidos, pueden hacer frente a esta tormenta que, aunque ahora no lo parezca, también terminará, dejándole el paso libre al sol, que todo lo ilumina. Dile por favor de mi parte que no quedan entre él y yo deudas pendientes de ningún tipo, que lo amo y amaré siempre, como te amo y te amaré a ti y que, aunque quizás no nos lo demostrábamos tan abiertamente (son cosas de hombres, tú sabes) siempre fue mi referencia, mi ejemplo y el objeto indiscutible de mi más profunda admiración. No pude haber tenido mientras estuve con ustedes un más hermoso motivo de orgullo que el que su nombre en mis labios, desde que tuve uso de razón, siempre haya sido “papá”.

No tuve tiempo de hablarte de mis planes con mi novia, de los sueños que estábamos empezando a construir juntos y del amor que, incluso ahora tan jóvenes, ya sentíamos el uno por el otro. No estés celosa, lo que de ti aprendí a amar y respetar en las mujeres está en ella, y eso es lo que me tenía enamorado. Me duele que le toque construir ahora otros sueños, otros senderos, otra vida, pero es lo que el destino dispuso y me toca aceptarlo. Tiéndele tu mano en estos momentos, ve en ella a la muchacha enamorada, hermosa y joven que está aún en ti, escondida tras los años que le llevas, ayúdala a crecer desde su tristeza y háganse una en la certeza de que están unidas, cada una a su manera, en el amor y en el dolor que les ha dejado mi partida.

Debo despedirme mamá. Me toca velar desde acá por los que dejé atrás en el campo de batalla luchando por sus sueños, por los que eran y son también los míos. Aunque no los conozcas, aunque no hayan bebido la vida de tus pechos, aunque no hayan sentido tu arrullo en las canciones que siempre me cantaste de pequeño, aunque no hayan sentido tus besos ni tu abrazo, son también tus hijos. Son mis hermanos de lucha.

Recuérdame en cada uno de ellos, no solo ahora, cuando también llenan a sus madres y a sus padres de angustia cada vez que salen a la calle con valentía a plantarle la cara al abuso y a la oscuridad, sino también después, cuando la maldad sea vencida, que lo será, y puedan ellos, como era y es mi deseo, disfrutar de su patria en libertad, en paz y llena de la alegría que a mí y a nuestra familia nos negó la violencia y la irracionalidad de los que ya no tienen de su lado más que el idioma de las balas, de la represión y del miedo.

Yo me fui, pero me he vuelto eterno. Ellos permanecen, y aunque no se dan cuenta, ya se han condenado a sí mismos. No les espera más que la justicia, que llegará, y el olvido, que también llegará.

Te amo mamá, nunca lo olvides.

@HimiobSantome

Oposición se concentrará mañana en el distribuidor Altamira

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La Mesa de la Unidad Democrática convocó a una concentración en el Distribuidor Altamira a las 10 de la mañana de este miércoles, desde donde iniciarán una movilización sin especificar cuál sería su destino final.

«Con los diputados al frente, mañana en el Distribuidor Altamira marcharemos. El destino será sorpresa».

El diputado a la Asamblea Nacional por el estado Mérida, Carlos Paparoni, dio la información desde las inmediaciones de la Asamblea Nacional, y señaló que el objetivo de estas acciones de calle es «mantener agenda de lucha».

Paparoni exhortó a los ciudadanos a confiar en los dirigentes opositores quienes se mantendrán al frente de toda convocatoria y añadió que la MUD ofrecerá detalles sobre la manifestación en el resto de las ciudades del país.

La oposición vive, la lucha sigue, por Armando Martini Pietri

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FOTO: Javier Ross

Lo que se anunció. Se advirtió, habría que precisar. En todo el país. En Caracas, para más detalle, se unieron Este y Oeste, Norte y Sur. Sin exageraciones lo decimos. Con entusiasmo y clarísima voluntad, incluso con fervor y gallardía, los venezolanos salieron a las calles a manifestar, reclamar y exigir democracia. 

Mientras el Gobierno requería, no sin dificultades, la presencia, quisiesen o no, de sus rojos, rojitos. Empleados públicos desganados y obligados a caminar, los milicianos a entrenarse en el oficio ordenado, de sabuesos guardianes. No son dóbermans ni pastores alemanes ni rottweilers, son cruzados criollos de colmillos similares. Mueven la cola, ladran, y con entrenamiento pueden convertirse en mordedores.

Quizás la verdadera madre de todas las marchas fue aquella del 11 de abril 2002, pero la de este 19 de abril le llego muy cerca, pero la supera en voluntad y coraje. En 2002 el régimen mostró por primera vez, su auténtica calaña. En 2017, muestra alarma, pánico, con irregulares uniformados ocultos por cascos y gases lacrimógenos, amenaza con armar y sacar a comprometer sus conciencias en la calle, engañados con poco entrenamiento, mentes groseramente manipuladas que podrían terminar siendo desarmados a la fuerza.

Se tiene que haber sentido el frío gélido en el espinazo rojo, la grabada y difundida de que, si toda la protesta es obra de la derecha burguesa e imperialista, entonces todas las ciudades grandes, medianas y hasta las pequeñas del país son de derecha burguesa e imperialista.

Muy sordo, ciego por completo y con la mente bloqueada tendría que estar el oficialismo para no ver ni escuchar este gigantesco, abrumador, espeluznante grito de “¡no más tiranía!”, “¡libertad y democracia!” que se levantó estruendoso desde todos los sectores, tsunami arrasador de los abusos, que ha inundado mentes, corazones y temores con fuerza imposible de atajar.

Inevitable preguntarse: ¿Qué pensaron? ¿Qué percibieron? ¿Qué interpretaron? ¿Qué comentaron entre sí? ¿Qué contaron después a sus camaradas, amigos y familiares los policías y militares enviados a reprimir con habitual ensañamiento? Puede que acumulen odio, pero también miedo a lo colosal y poderoso, desasosiego por su propio destino incierto, el picante escozor de lo que han oído sobre sus responsabilidades como pecados personales que no podrán ser borrados por la orden de ningún superior. Ante los tribunales y justicia internacionales -y dentro de no mucho también los nacionales-, las órdenes no valen ni valdrán nada, cada funcionario de policía civil o militar, será juzgable por sus abusos y violaciones a los derechos humanos, cada bomba vencida o no, cada perdigón, cada golpe es un delito mayor a ser juzgado y sentenciado.

Deben estar furiosos y atemorizados los guapos de alcantarilla y valientes en grupo pero cobardes en soledad, los llamados “colectivos irregulares” aunque no son más que pandillas y pandilleros.

En zonas densamente urbanas, esbirros ejercieron su valentía lanzando bombas lacrimógenas contra edificios residenciales, ayudando así a la oposición a aumentar seguidores; es decir, ahora hay más anti-oficialistas en el oeste de Caracas y uniformados gubernamentales acumulando delitos en sus cuentas personales de la infamia.

Desde comienzos la protesta entregó el primer muerto, un joven que se dirigía a jugar fútbol y al cual asesinaron de un tiro en San Bernardino, que ya es plena Caracas, Municipio Libertador, donde había multitudes opositoras desde temprano, el deportista fue la víctima fatal. El único éxito de la represión fue que los manifestantes siguieran avanzando con una bandera ennoblecida con la sangre del muchacho ultimado por algún bárbaro.

Como referencia, en este artículo inevitablemente desordenado, porque se escribe sobre la marcha, la información sobre medio millón de dólares que deben estar doliéndole no en el alma sino en la torpeza, que Citgo donó a la campaña de Donald Trump, ¿cómo acusar de golpista contra ti, a quien recibió el dinero venezolano manejado a sus anchas por el patético que se ha constituido en la más tosca, cruel y absurda herencia?

Preguntas surgen ante unas declaraciones en CNN en cuanto a que la oposición “no aceptará un diálogo con ‘los mismos’ mediadores”. ¿Siguen creyendo que es posible y venturoso dialogar con esta clase de interlocutores? Y otra duda necesaria: ¿qué piensa hoy el Papa Francisco, sigue sordo a las advertencias de los obispos venezolanos, o sólo escucha a Numa Molina?

No deja de ser indicativo que volviera a aparecer la Fiscal General con un comunicado que, dentro del lenguaje habitual, ratificó que “es un derecho constitucional convocar manifestaciones pacíficas”  y recuerda que el Ministerio Público “está a la orden de la ciudadanía (…) para recibir denuncias, bien sea por el uso excesivo de la fuerza en la que presuntamente incurran funcionarios a cargo del orden público, así como para establecer responsabilidades penales de cualquier particular que cometa delitos durante las manifestaciones”. Por ejemplo, ciudadanos cruzando el Guaire, o irregulares colectivos esgrimiendo armas de fuego y atacando a manifestantes.

Hay que resaltar la invencible, imponente, voluntad ciudadana de tomar las calles para expresarse. Las fotos contrastadas son el mejor testimonio. Del lado opositor, una multitud caminando en y desde lugares diferentes, del lado oficialista grupos rojos que suman, pero ni de lejos se acercan siquiera a la categórica mayoría que le adversa.

En el oficialismo hay gotas de fanatismo y litros de fastidio y miedo. En algunas partes del país los ciudadanos habían sobrepasado la ofensiva química y ferocidad, llegando a las sedes de la Defensoría del Pueblo. En Caracas toda la ciudad, desde los puntos cardinales, estaba más que conmocionada, regada de pueblo rechazando al gobierno y sus compinches.

Este 19 de abril de 2017, como en el de 1810, los ciudadanos se adueñaron de sus ciudades y caminos. El pueblo está en la calle y no hay milicianos, militares, policías ni colectivos irregulares suficientes para someterlos y obligarlos a desistir en su empeño de continuar. Y hoy 20 de abril, lo seguiremos dando, en Caracas y toda Venezuela, que ayer y hoy seguirán siendo un ejemplo vivo, palpitante, definitivo.

@ArmandoMartini

Abr 09, 2017 | Actualizado hace 7 años
Venezuela en lucha y resistencia, por Jesús Torrealba

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Venezuela se resteó, y con heroísmo busca en la calle –con talante pacífico, determinación y firmeza- la solución que el gobierno bloqueó en las instituciones. Ante un pueblo con hambre, sin medicinas y con hampa desbordada, un régimen sin apoyo social, sin ideas y ya sin legitimidad sólo atina a usar las amenazas y la represión para intentar perpetuar su agonizante poder. Mientras tanto, el pueblo venezolano en las calles, y la comunidad internacional en todos los foros y organismos, coinciden en un único pedido: “¡Elecciones ya!”.

La represiva respuesta gubernamental es un bumerán, pues con cada disparo de los paramilitares oficialistas, con cada bomba lacrimógena lanzada por la Guardia Nacional o por la Policía Nacional “Bolivarianas”, con cada medio de comunicación censurado y con cada líder opositor “inhabilitado”,  el régimen sólo ratifica lo que ya es una convicción sólida dentro y fuera de nuestras fronteras:  Que en Venezuela la cúpula madurista ejerce el poder al margen de la Constitución, de los tratados internacionales y del sentido común, y que solucionar democráticamente la crisis pasa indefectiblemente por la realización de elecciones de las que emerja un nuevo gobierno de Unidad Nacional.

 

“LLEGÓ LA HORA DEL CONTRAGOLPE CIUDADANO…”

 

En comunicado público suscrito por organizaciones populares el pasado jueves 30 de marzo dijimos “Llegó la hora del ciudadano en protesta pacífica y  constitucional” (http://radardelosbarrios-fuerzavenezuela.blogspot.com/2017/03/llego-la-hora-del-ciudadano-en-protesta.html?spref=tw ), y el pasado domingo 2 de abril afirmamos en esta columna que como el golpe de estado perpetrado desde el régimen seguía su curso, igualmente debe continuar en marcha el CONTRAGOLPE CIUDADANO.

 

Esta estrategia ciudadana no es un asunto solo de movilización.  También lo es de ORGANIZACIÓN, y la urgencia de la dimensión organizativa viene determinada por la realidad de lo comunicacional en tiempos de dictadura:  Con los medios convencionales fuertemente agredidos por la censura y con las señales internacionales como CNN y NTN24 sacadas del aire, solo quedaba al pueblo el acceso a lo que ocurre a través de medios digitales como VIVOplay y VpiTV, cuyas señales también fueron bloqueadas esta semana en Internet por disposición oficial.

 

VENCER AL GOLPE PASA POR DERROTAR LA CENSURA

 

En esta nueva situación, ahora saber que pasa dependerá casi enteramente del intercambio ciudadano a través de las redes, y para que esa información tenga calidad verificable las redes 2.0 deben afincarse y difundir las informaciones que produzca y verifiquen las organizaciones ciudadanas 1.0, es decir, los grupos organizados de ciudadanos en lucha, ya sean partidos políticos, gremios, sindicatos, ONG’s, organizaciones comunitarias o los Comités de Defensa de la Constitución y la Democracia que debemos hacer a imagen y semejanza de aquellos “comandos familiares”  con los que defendíamos el voto, cuando aun se podía votar en este país.

 

Queda claro entonces: El Contragolpe Ciudadano no consiste sólo en marchar, que por cierto es muy importante.  El Contragolpe Ciudadano implica también fortalecer, expandir y profundizar la organización del tejido social, activando las organizaciones que existen y creando las que serán necesarias.  Y los mensajes de esas organizaciones son los que debemos difundir en Internet, reduciendo así la influencia de las “operaciones psicológicas” del régimen y sus laboratorio de desinformación.  

 

LO QUE TENEMOS Y LO QUE NOS FALTA

 

En el desarrollo de este Contragolpe Ciudadano es mucho y muy importante lo que tenemos:  Tenemos una ciudadanía que ha recuperado la confianza en su propia movilización; Tenemos una dirigencia política, encarnada fundamentalmente en nuestros diputados, que ha establecido con el pueblo en lucha una conexión de respeto y confianza mutua; Tenemos un liderazgo que ante la aberrante inhabilitación de uno de sus integrantes supo reaccionar con rapidez, firmeza y sobre todo con UNIDAD; Tenemos, finalmente, el apoyo creciente, ya casi unánime, de la Comunidad Internacional.  Todo eso lo tenemos.  Y con eso, vamos ganando.

 

Nos falta sólo señalar con precisión lo que vendrá DESPUÉS del cambio, lo cual por cierto es vital para que el cambio mismo se produzca: Cómo será la transición a la democracia, cómo será el Gobierno de Unidad Nacional que sucederá al desastre madurista, cual será el Proyecto de Reconstrucción que ese gobierno aplicará y cual será el Acuerdo de Gobernabilidad que garantizará la estabilidad de todo ese esfuerzo.

 

DEFINICIONES IMPRESCINDIBLES

 

La Resistencia no se expresa sólo en la saludable periodicidad de convocatorias a actividades. La Resistencia consiste en la tensión y ejercicio de las fuerzas de todo un país en procura de un cambio.  Saber en que consiste ese cambio es lo menos que puede exigir el pueblo que enfrenta la represión.  Haber sostenido en toda esta lucha una “estrategia-marco” pacífica, electoral, constitucional y democrática ha permitido que hoy los demócratas venezolanos tengan el apoyo de la comunidad internacional y de la mayoría del pueblo. En esta crucial etapa de la crisis es fundamental saber con precisión como esa “estrategia-marco” se expresa concretamente en una estrategia para llegar al poder de manera electoral y pacífica,  y ejercerlo en forma democrática y constitucional.

Hay definiciones que son fundamentales. A quien crea que “aquí lo importante es salir de esto, ya lo demás se verá después”, le recordamos que el próximo martes se cumplirán 15 años de aquel día en que por no prever, no discutir y no consensuar lo que sería el futuro, perdimos el futuro.  Si, en efecto: El próximo martes será 11 de abril. Hagamos bien lo que hay que hacer ¡Palante!.

 

 

@ChuoTorrealba

Radar de los Barrios

Las 6 orientaciones para la lucha según Freddy Guevara

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El vicepresidente a la Asamblea Nacional Freddy Guevara informó a través su cuenta en Twitter seis orientaciones para la lucha. En sus tuits, el parlamentario anunció que la lucha no debe ser violenta y que la protesta debe ser cada vez más grande y disciplinada. Aquí los tuist de Guevara:

 

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El Panteón y los otros muertos, por César Miguel Rondón

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Foto: @PresidencialVen

 

La historia vuelve a repetirse”, cantaba Felipe Pirela. Era un lamento, una queja melancólica. El bolero se titula “Por la vuelta”, y cuenta la pena de una pareja que no logró superar sus diferencias. Todo para ellos quedó en un vacío. Hace un año se vieron, alzaron la copa de champán y la historia volvió a repetirse sin que ocurriese absolutamente nada. La memoria y sus caprichos me hicieron evocar la pegajosa melodía tan pronto vi la fotografía en la que Julio Borges y Henrique Capriles le entregan un documento al rector Luis Emilio Rondón en la avenida Libertador. ¿Cuántos documentos le han entregado los dirigentes opositores al rector Rondón en la avenida Libertador, o en la Plaza Venezuela, o en todo caso nunca en la sede del Consejo Nacional Electoral?

La marcha de ayer no fue como la de septiembre, como bien apunta el diario 2001, ni fue tampoco tan escuálida como habrían deseado algunos, pero igual terminó en un documento en medio de una avenida y del cual muy poco se puede esperar. Dice 2001: “La decepción pasa factura. En comparación con septiembre, la concurrencia a la marcha para exigir comicios fue ‘de regular hacia abajo’. La oposición entregó un documento al rector Rondón porque, ‘para variar’, no los dejaron pasar de Plaza Venezuela. Además denunciaron bloqueo de vías y cierre del Metro, por lo cual Capriles dijo que ‘la próxima será sorpresiva’. Según Luis Vicente León, la MUD tiene el reto de superar la pérdida de motivación”.

Son muchos los retos que tiene la MUD en particular, y muchos más los de la dirigencia opositora en general. A propósito de esto, El Nacional publica hoy un interesantísimo artículo firmado por el politólogo Ángel Oropeza. “El numeral 14 como clave”, es su título y parte de un punto fundamental: hacer oposición democrática frente a una dictadura militarista, armada y corrupta es muy difícil. Pero por ser difícil hay que ser ingeniosos. La respuesta es calle, la calle es la que manda, se escucha con obstinación. Pero acota Oropeza: “…Calle no es solo ocupar con gente metros cuadrados de asfalto, ni presión popular es llamar sin más a la expresión catártica de legítimas indignaciones. Para que la protesta y la presión social tengan el éxito que de ellas se espera, se requiere dotarlas de tres componentes esenciales: organización, disciplina y direccionalidad política. Sin ellas, la calle no podrá alcanzar la necesaria eficacia para convertirse en el elemento clave de una estrategia de presión sistemática, inteligente e insoportable que socave las bases institucionales y de soporte del régimen autoritario, y le obligue, buscando para sí el menor daño, a permitir que el pueblo pueda finalmente expresarse por vías electorales”.

La lucha es difícil, pero por algo hay que ser líderes. Es imperativo ser realmente ingeniosos y originales. Ya veremos.

Mientras los opositores eran detenidos por el piquete policial, otra marcha, como también ha sido fastidiosa costumbre, sí pudo cruzar la ciudad, la de los oficialistas. En esta oportunidad para llevar al Panteón Nacional a Fabricio Ojeda. Algo que nunca se le consultó, como exige la Constitución, a la Asamblea Nacional. Hoy la prensa oficialista le dedica grandes titulares. Últimas Noticias: “Rindieron homenaje a Fabricio Ojeda”. El Correo del Orinoco: “Fabricio, una historia de dignidad que reposa en el Panteón Nacional”.

En ese acto Maduro habló de la resistencia política a comienzos de la década de los sesenta, y mencionó a Simón Sáez Mérida. Su viuda, Inés Castillo, de inmediato, muy alterada e indignada, se puso en contacto con nosotros: “Maduro hizo uso indebido del nombre de Simón, cuando Simón fue un férreo opositor de Hugo Chávez y crítico de todo que representa Nicolás Maduro en este régimen negador de los derechos humanos y corrupto”. Incontrolable la indignación de la señora Castillo, y tiene razón.

Pero más contundente aún fue el artículo “El Panteón”, de Fabricio Ojeda, hijo. Dice Ojeda que está en desacuerdo con que se hayan trasladado los restos de su padre al Panteón Nacional:

“No estoy de acuerdo, no porque crea que no es una gran honra el hecho de que los huesos de mi viejo vayan a reposar a la tumba de los héroes, sino porque quien imparte ese honor es el mismo sepulturero que ha despilfarrado nuestra enorme riqueza y enterrado al país en la más grave crisis de su historia, en tiempos que según el eufemismo debemos llamar ‘de paz’.

“…El 23 de enero se cumplen 58 años de la caída de la dictadura perezjimenista, violadora de los derechos humanos, por cuyo derrocamiento mi padre arriesgó su vida. Es curioso –o al menos hipócrita– que se elija esta fecha para hacer el traslado y la respectiva marcha hacia el Panteón, por un régimen cuyo ‘líder eterno’ no solo mostró pública admiración hacia Marcos Pérez Jiménez y su modo de mandar, sino que además le pidió personalmente consejos en Madrid.

“Es irónico que quien organiza el acto sea el mismo gobierno antidemocrático que ha secuestrado a los poderes públicos; eliminado la soberanía popular –al desconocer a la Asamblea Nacional electa por voto directo y secreto en diciembre de 2015– y le ha arrebatado al pueblo el derecho que le otorga la Constitución de revocar a sus gobernantes…

“Homenajes así, en vez de enaltecer, mancillan”.

En esas estamos, entre la indignación, la rabia y la impotencia de la calle opositora.

Quiero cerrar con esta nota que firma Mariel Lozada, en Efecto Cocuyo. Poco tiene que ver con lo anterior o quizá mucho tiene que ver con lo anterior, decida usted, estimado lector.

“En una casa de paredes roídas y con muebles de plástico viven 15 personas, 9 niños y 6 adultos. Antes eran 16, pero a Keiner Iván Cardozo Millán lo mató el hambre. Solo tenía 1 año y 4 meses, pero la vida no fue amable con él (…) La muerte ocurrió el domingo 15 de enero en San Félix, estado Bolívar. Es el tercer niño muerto por desnutrición en la zona: entre julio y agosto Kennedy, de 14 años, y Aketzali, de 7 meses, perdieron la vida porque sus papás no podían alimentarlos”.

Para ellos no hay Panteón Nacional.

 

@cmrondon

El Nacional