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jesus alberto Yajure

Periodistas de Runrun.es ganadores del premio IPYS 2016 revelan detalles de sus investigaciones

ESTA CASA ESTÁ DE FIESTA. Tres periodistas de la Unidad de Investigación de Runrun.es fueron galardonados en la edición 2016 de los premios de periodismo de investigación que otorga el Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela. Lorena Meléndez, Lisseth Boon y Jesús Alberto Yajure cuentan cómo llevaron a cabo sus reportajes y hablan sobre el valor del periodismo de investigación en el contexto nacional actual.

 

Lorena

Lorena Meléndez: “Vivimos en un país en donde a cada paso te encuentras con una irregularidad”

Poner la lupa sobre el desarrollo de la Misión Vivienda les valió a los periodistas Lorena Meléndez, Vanessa Moreno, Valentina Oropeza y Yorman Guerrero, el primer lugar del VII Concurso de Periodismo de Investigación 2016, reconocimiento que concede el Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela.

La serie de ocho reportajes publicada en el portal Contrapunto: Biografía Misión Vivienda: testimonios, cifras y desafíos, fue desarrollada por los periodistas a partir de las observaciones realizadas durante la reportería diaria. La limitación de tiempo y la dificultad para obtener datos oficiales no les impidió desarrollar una investigación que tomó más de dos meses completar. 

Meléndez, quien desde octubre de 2015 forma parte del equipo de investigación de Runrun.es, cuenta cómo surgió el trabajo galardonado y habla sobre el valor del periodismo de investigación en el contexto venezolano actual.

-¿Cómo surge la investigación?

Valentina Oropeza, quien era la coordinadora de investigación del grupo, tenía la inquietud de hacer un reportaje sobre la Misión Vivienda (MV) enfocado hacia el área de infraestructura, pero a medida que ahondamos en la reportería fuimos identificando irregularidades y el trabajo cobró un peso mayor. Al final tomó dos meses y medio culminar la investigación. En cuanto al tema de infraestructura, identificamos la precariedad de los servicios públicos y las deficiencias en la construcción y planificación de los urbanismos. También abordamos el tema de la inseguridad, de hecho, dos semanas después de que sale publicado el último reportaje de la serie se llevaron a cabo las primeras OLP en urbanismos de la MV; descubrimos problemas de convivencia e incluso que existía sesgo hacia los residentes colombianos; e identificamos que las personas que habían invadido no tenían derecho a una adjudicación en los urbanismos.

-¿Es incompatible el diarismo con la investigación?

-Mira, ninguno de los reporteros del equipo formaba parte de la unidad de investigación, lo que demuestra que desde el diarismo sí es posible profundizar. El tiempo siempre es limitado pero el diarismo no es incompatible con la investigación, nosotros teníamos el afán de ahondar en las historias con las que nos topamos en la reportería diaria y además contamos con jefes como Valentina y Héctor Bujanda, quienes nos dieron el tiempo para realizar el trabajo.  

-¿Cómo sortearon la dificultad en el acceso a los datos?

Todo se apoyó en una base de datos que fuimos alimentando durante el proceso de investigación, no puedes esperar que te llegue la tablita de excel hecha. A medida que avanzamos vimos las incongruencias en las cifras que reportaban sobre la MV. A mí me tocó revisar las notas de prensa de las construcciones en Trujillo, las cuales un mes decían un número y al mes siguiente otro; nada cuadraba y así identificamos las inconsistencias. Los datos que usamos dentro de las infografías que acompañan cada reportaje fueron tomados de fuentes oficiales públicas, por ejemplo, las Memoria y Cuenta; también de notas de prensa publicadas por el Ministerio de Vivienda. Claro que hay obstáculos porque muchos datos están dispersos y hay que recogerlos de forma manual, por eso es importante tener paciencia, persistencia y entrega; al final te terminas enamorando de tu investigación.

-La entrega de premios de 2016 demostró que la investigación se mudó a los medios digitales ¿Por qué es importante el periodismo de investigación?

-En primer lugar porque vivimos en un país en donde a cada paso te encuentras con una irregularidad y es tu deber investigar, y en segundo lugar porque los trabajos de investigación son los que perduran. Vivimos rodeados de información en redes sociales, pero para ahondar en los temas hay que investigar, no solo le debemos al lector un titular, sino un trabajo que aporte valor y lo ayude a conocer la realidad del país.

 

Lisseth

Lisseth Boon: “Investigamos para conocer la parte de la historia que el poder no quiere que se sepa”

Lisseth Boon no es ajena a los reconocimientos a su labor periodística. Con la obtención del segundo lugar en el VII Concurso de Periodismo de Investigación del Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela 2016, la periodista que forma parte del equipo de investigación de Runrun.es suma cinco galardones. En 2012, su trabajo sobre la construcción del Mausoleo de Simón Bolívar derivó en que el presidente Chávez le pidiera la renuncia al ministro Farruco Sexto.

Seis meses le tomó a Boon completar el trabajo premiado en esta edición: Familia zuliana guisó $455 millones “preferenciales” en contratos a dedo con el Seguro Social. Hasta ahora, ninguno de los denunciados ha sido investigado por el Gobierno, sin embargo, los datos presentados tampoco han sido desmentidos. Quedó el registro, la justicia, se dice, siempre tarda en llegar.

-¿Cómo arrancó el trabajo?

-Todo comenzó cuando la fuente me dio un nombre: Continental Medica. Me dijo que esa empresa estaba muy ligada a la importación de insumos médicos a través del Seguro Social. Claro, con un simple nombre uno no llega a ningún lado. A partir de ese nombre comencé a indagar y aparecieron otras empresas, otros RIF de contratistas del Estado; así fui tejiendo una enorme red para llegar a la conclusión de que de Continental Medica era la matriz de una red que manejaba una familia de origen zuliano, la Rangel Baron.

-El mérito del periodismo de investigación está en las pruebas que demuestran la denuncia. ¿Cómo llevaste a cabo ese proceso de búsqueda de datos?

– Estaba el cuento de que esta familia tenía contratos asignados a dedo, pero el reto era demostrarlo. Consulté varios registros para sustentar este trabajo pero a lo largo de la investigación tuve que construir mis propias bases de datos basadas en la información que iba recogiendo. Fue muy valioso revisar el registro de importaciones a través de movimientos portuarios que revelaron que estas empresas habían traído insumos médicos por un valor de US$ 455 millones; esos datos los crucé con Cadivi y así pude construir toda esta historia. También implicó un trabajo de campo en Maracaibo para verificar toda la información, ahí me di cuenta de que se trataba de empresas fantasma, no existían. Todos los días escuchamos cuentos de gente que se enriqueció a través de importaciones hechas con el control de cambio, valiéndose de ese esquema de comisiones y sobre facturación que sabemos que existe; pero demostrarlo es lo difícil. Para mí este trabajo fue un gran entrenamiento y hasta ahora nadie ha rebatido los hallazgos. Todo está sustentado con cifras oficiales.

-Al principio sólo tenías un dato, pero ¿qué más hizo falta para arrancar la investigación?

– Indignación, este caso me indignó mucho por tratarse de insumos médicos. Esa indignación es el principal motor, querer saber qué estaba pasando; no tenía sentido que se aprobara esa millonada para la importación de insumos médicos mientras crecía el nivel de escasez de insumos. Por qué hay tanta escasez; por qué hay tanta gente sufriendo. Dar respuesta a esas preguntas fue una de las principales motivaciones, sabía que ahí había una parte de la historia que no se estaba contando. El periodismo de investigación sirve no sólo para denunciar un caso, sino para evidenciar que hay un responsable; esa es la historia que el poder no quiere que se sepa. El otro requisito para realizar este tipo de trabajos es la pasión. Fueron seis meses trabajando, dedicándole fines de semana y eso sólo lo haces si el tema te apasiona. Los periodistas de investigación tienen un perfil especial, no sé si mejor o peor, pero se apasionan por un tema y persisten hasta completar la historia. No les importa dedicarle tiempo extra.

-Los tres trabajos galardonados por el IPYS fueron publicados en medios digitales. ¿Se mudó la investigación a los portales?

– No es gratuito que los últimos premios del IPYS pertenezcan a medios digitales, en Venezuela pasa un fenómeno muy particular: en su proyecto de hegemonía comunicacional, el Gobierno ha comprado muchos medios y ejerce censura sobre otros; eso hizo que muchos periodistas que estaban en medios impresos migraran a medios digitales. Estos trabajos han sido posibles porque hay editores que creen en la investigación y han abierto estos espacios; además te dan tiempo, que es un recurso valiosísimo para hacer investigación. También hay que decir que yo no estaba dedicada exclusivamente a este trabajo, lo llevaba en paralelo a otras pautas. Ese periodismo de investigación que se refleja en la película ganadora del Oscar, Spotlight, es la referencia soñada; pero eso ya no existe ni existirá, es imposible para una redacción soportar el costo de una unidad exclusiva de investigación. Esos periodistas se dedicaron por dos años únicamente a esa investigación, eso ahora es inviable para cualquier medio. De hecho, en Venezuela se están desmantelando las unidades de investigación.

-El IPYS reconoció tu trayectoria en el periodismo de investigación. ¿Cómo haces para no desanimarte cuando los hallazgos no logran cambiar la realidad que denuncias?

– A veces puede ser muy frustrante. El primer trabajo con el que gané en 2012, el del Mausoleo de Simón Bolívar, impactó porque a los cuatro días el presidente Chávez le pidió la renuncia al ministro Farruco Sexto, pero no todos consiguen repercutir de esa manera. En otro contexto, las autoridades del IVSS habrían sido llamadas a responder por esas denuncias. Creo que es importantísimo en este país saber que los trabajos de investigación no siempre tendrán el impacto deseado. Dicho sea de paso, nosotros no somos jueces ni policías, no vamos a meter presos a los responsables, nosotros somos periodistas y nuestro trabajo es presentar las denuncias sustentadas. Además, hay una labor súper importante que estamos haciendo los periodistas: dejar el registro de todos los abusos de poder, de todas las injusticias que se están cometiendo. Eso me motiva a seguir trabajando, saber que en unos años se leerán estos trabajos y la gente sabrá qué pasaba en Venezuela en 2016 y quiénes fueron los responsables de los casos de corrupción, con nombre y apellido. El que se haga justicia no depende de mí, a mí me tocó registrar la historia de los abusos de poder.

 

Yajure

Jesús Alberto Yajure: “Para investigar hay que ver con ojos nuevos situaciones que creemos trilladas”

Nos vigilan. La investigación que mereció el tercer lugar del VII Concurso de Periodismo de Investigación 2016 del Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela, demostró mediante documentos oficiales, la connivencia entre el organismo rector de las telecomunicaciones y el servicio de inteligencia venezolano.

Al periodista de la unidad de investigación de Runrun.es, Jesús Alberto Yajure, le llevó dos meses completar la historia que describe el estado de vigilancia gubernamental al que son sometidos los usuarios de las redes sociales, en particular Twitter.

El galardón del IPYS a @Conatel elaboró informes para el @Sebin_oficial sobre tuiteros detenidos fue compartido con el reportaje de la periodista Katherine Pennacchio, del portal Armando.Info.

-¿Cómo desarrollaste la investigación?

-El tema de los tuiteros ya se había tratado de alguna manera, había notas sueltas, pero queríamos hacer un abordaje más profundo e indagar por qué estaban detenidos y cuáles eran los cargos que les imputaron. El hecho de que se trataba de un tema nuevo para mí, ya que en 2014 estuve fuera del país, quizás me ayudó a profundizar. Yo veía como nuevas situaciones que otros daban por conocidas. Para investigar hay que ver con ojos nuevos situaciones que creemos trilladas. Lo primero que hice fue sistematizar la data y construir una base de datos completa de los tuiteros. En el transcurso de ese proceso surgió la mediación para tener acceso al informe de Conatel, ya que esa era una pieza clave para demostrar que el organismo efectivamente había colaborado con los servicios de inteligencia y había levantado unos análisis técnicos de las cuentas de Twitter de esos ciudadanos.

-¿En qué medida es importante para el oficio periodístico mantener la capacidad de asombro?

-El equipo de Runrun.es se distingue porque hacemos esfuerzos por contar historias. Cuando lees relatos periodísticos desprovistos de testimonios solo quedan los datos, pero cuando ves a la persona la historia es distinta. Este trabajo muestra cómo el aparato del Estado ha triturado personas y ha acabado con familias; ha apresado a gente con cargos fabricados por represalias políticas. Si como periodista eso no te asombra o no consideras que ahí hay una historia que merezca la pena ser contada y conocida por los venezolanos, creo que quizás el sentido de la profesión está perdido. Toma el tema de las protestas, en las regiones hay cinco o seis protestas diarias por el mismo tema, digamos, el acceso a gas doméstico; no se puede decir que el pesar de esas personas no merece atención, lo que hay que buscar es un ángulo nuevo que permita contar una historia que parece trillada bajo una perspectiva distinta, más amplia.

-¿Cuál fue el ángulo de la historia que te llamó la atención?

-El trabajo evidenció el rol penoso que cumple Conatel en la vigilancia de los ciudadanos; vimos cómo se usó una institución del Estado para hacer un análisis de métricas sobre lo que las personas comentan en las redes sociales. Esto contrasta con la afirmación de los funcionarios frente a organismos internacionales cuando dicen que en Venezuela hay libertad de expresión y que no se castiga a la gente por opinar. El argumento que usan es la existencia de “supuestos de delito”, pero eso hay que probarlo en un tribunal, no se puede acusar a la gente en un programa de televisión. Otro aspecto fue el uso de las instituciones del Estado con fines de persecución política. El papel del Ministerio Público en presionar a los imputados para que se declaran culpables aunque no había pruebas contra ellos; como el caso de Daniely Benítez, quien fue señalada por Diosdado Cabello en su programa de televisión y luego se demostró en los tribunales que ella era inocente. Al final fue absuelta pero cómo se resarcen los daños morales cuando los funcionarios emiten juicios públicos sin respeto a la presunción de inocencia.

-¿Qué se necesita para hacer periodismo de investigación?

-Ahorita es muy complejo hacer investigación. Muchas personas tienen miedo de hablar y es difícil que cuenten sus historias. La investigación es un ejercicio de voluntad periodística, de persistir. La gente tiene que saber que su historia tiene que ser contada. El periodismo de investigación persiste y está vivo en el país porque hay profesionales con voluntad, con ganas de trabajar, con equipos de reporteros que buscan la verdad y gracias a gente que apuesta, que abre espacios, que confía en el periodismo libre como condición indispensable de la democracia. Y el equipo de Runrun.es es un gran ejemplo de esto: con gente joven, con disposición, con ganas de trabajar por el país y para los venezolanos. Yo agradezco mucho la oportunidad de ser parte de ese equipo y agradezco también todo el respaldo y el apoyo del medio.