fuga de capitales archivos - Runrun

fuga de capitales

Sep 28, 2015 | Actualizado hace 9 años
En Venezuela hay un corralito silente

bolívares7

 

por Margot Valos

*seudónimo de una economista venezolana que vive fuera del país
 Neorika

 

¿Qué es un corralito?

El corralito es una imposición gubernamental que no les permite a los ciudadanos, naturales y jurídicos, disponer de su dinero cuando lo necesiten o lo deseen; a veces, lleva implícito un control de cambio y la imposibilidad del uso de monedas extrajeras. El objetivo del corralito es evitar la fuga de capitales o evitar el movimiento de la moneda local por falta de liquidez o de billetes.

En el corralito argentino el gobierno estableció que los habitantes solo podían disponer de  250 pesos semanales, durante un año, sumado a otras restricciones como el uso del dólar para compras, transferencias  y pagos en el exterior.

En Grecia se declaró, el pasado junio, un corralito por falta de liquidez y, también,  para evitar la fuga de capitales por la crisis económica.  Los bancos griegos estuvieron cerrados por 3 semanas a la espera del tercer rescate económico del Eurogrupo.  A los ciudadanos se les permitió disponer solamente de 60 euros diarios a través de  retiros por cajeros automáticos o ATM; contaban con la posibilidad de hacer transferencias electrónicas entre los bancos griegos sin límites,  pero no al exterior porque se prohibieron  las transferencias fuera de Grecia. No se devaluó la moneda porque dependen del euro.

Venezuela y el comienzo de los controles de la moneda

El gobierno de Hugo Chávez impuso el control de cambio a partir de 2003, sitema que se ha incrementado en el tiempo. Actualmente, bajo el gobierno de Nicolás Maduro, existen tres tipos de cambio: dólar Cencoex para comida y medicinas con un valor de Bs. 6.30  por dólar; dólar Sicad que es una subasta restringida a pocos rubros económicos con valor de  Bs. 12.30 por dólar;  dólar Simadi que es otra subasta con un valor de Bs. 198.60 por dólar.

Desde hace más de 4 meses el gobierno no adjudica a los venezolanos naturales ningún monto por Simadi. La promesa de adquirir dólares por este sistema se esfumó sin información oficial y bajo absoluto silencio. La población solo puede comprar dólares en el mercado paralelo por un valor aproximado de Bs. 780 por dólar. Al ciudadano mayor no de edad le corresponden anualmente US$ 2700 a Bs. 12.30 cada dólar, pero solo por concepto de viajes al exterior y US$300 por consumo electrónico en el exterior, siempre y cuando tenga una TDC de un banco estatal, otra imposición que se inició este año, cuando el presidente Maduro anunció que solo la banca pública podía liquidar los dólares para viajes y pagos electrónicos.

Para algunos especialistas el control severo sobre las divisas ha sido el principio de un corralito. El gobierno venezolano niega que estas restricciones sean un corralito financiero, lo asume como un control de cambio.

Corralito Venezolano

Así como sucedió con el corralito argentino y el griego, los venezolanos tienen prohibido pagar bienes en el exterior (a menos que no sea el cupo electrónico asignado de US$300 al año), y de igual manera no pueden hacer transferencias en monedas extrajeras, solo pueden hacer transferencias en bolívares entre bancos venezolanos. Pero estas transferencias, entre otros bancos, también tienen un límite diario que es impuesto de la siguiente manera:

(El valor del dólar ha sido calculado a cambio paralelo de Bs. 780 por dólar).

Lee el artículo completo de Neokira AQUÍ

Se fugan más capitales de Venezuela con control de cambio que sin él

fuga

(Foto: Banca & Negocios)

Maria Alesia Sosa Calcaño

@MariaAlesiaSosa

Una investigación reciente del economista venezolano Miguel Ángel Santos y la profesora de la Universidad de Harvard Carmen Reinhart, concluye que la fuga de capitales en Venezuela es mayor cuando existen controles de cambio. El estudio, titulado De la represión financiera a los desequilibrios externos: El caso de Venezuela, demuestra que en períodos de controles de cambios, precios y tasas de interés, el Gobierno genera inflación y destruye el valor de los ahorros de los ahorristas como una manera de financiar el déficit fiscal.

Así, durante los tres períodos de control de cambio que han ocupado veinte de los últimos treinta años en Venezuela, la recaudación fiscal por concepto de represión financiera (pagar tasas de interés a los tenedores de bonos de deuda pública nacional y ahorristas muy por debajo de la inflación), es equivalente en promedio a entre 1.5% y 5%  del PIB. Esta cifra es similar a la que han registrado economías con niveles de deuda interna seis y siete veces mayor que Venezuela, lo que quiere decir que la represión financiera en Venezuela en períodos de controles es muchísimo mayor.

El mecanismo, tal y como lo describe el estudio, es relativamente sencillo. Con control de cambio, el gobierno tiene incentivos para fijar tasas de interés bajas, y luego imprimir dinero y generar una inflación que destruye el poder adquisitivo de quienes mantienen moneda local. Este se ha convertido en unos de los mecanismos de financiamiento más importantes durante períodos de controles. “En períodos de libre mercado no existe recaudación fiscal por este concepto, o en cualquier caso es muy baja, pues nadie guardaría depósitos y bonos en bolívares si no rinden al menos la tasa de inflación”, explica Miguel Ángel Santos.

En esa circunstancias, y según cita el estudio, los tenedores de bolívares salen huyendo hacia el dólar, independientemente de las penalidades y castigos con que amenazan los controles de cambio. Según el estudio, la fuga de capitales es mayor en períodos de control de cambio, ya sea medido como porcentaje del tamaño de la economía o en dólares constantes. Nada más entre 2008 y 2013, la balanza de pagos del Banco Central de Venezuela (BCV) registró fugas de capital equivalentes a 104.000 millones de dólares, aún en medio del control de cambio.

La investigación sostiene que esa cifra no incluye la sobrefacturación de importaciones, “uno de los mecanismos esenciales para sacar divisas del país en períodos de control de cambio”. El estudio hace una estimación novedosa de esta cifra y contrasta las importaciones que declara el BCV, con la suma de las importaciones declaradas por las diferentes aduanas venezolanas.

Para Santos, los resultados son impresionantes. “La sobrefacturación de importaciones, que en los años 2007 y 2011 alcanzó cifras récord de 15.500 y 11.900 millones de dólares, es significativamente superior en períodos de control de cambio”, indica el economista.

Peor aún, el estudio contrasta la diferencia entre las cifras del BCV y las de aduanas para los últimos treinta años, y demuestra que en períodos de control esa diferencia en Venezuela puede superar por tres o cuatro veces el promedio de la diferencia registrada en el resto del mundo. Según el estudio de Miguel Ángel Santos y Carmen Reinhart, la sobrefacturación de importaciones entre los años 2006 y 2011 totalizó más de 52.000 millones de dólares. Eso es equivalente a las importaciones de alimentos de entre dos y tres años.

Los investigadores concluyen que existen vasos comunicantes entre las pérdidas forzadas que sufren los ahorristas y tenedores de bonos en bolívares en períodos de control de cambio, y las dificultades para seguir sirviendo la deuda externa. El canal que comunica ambos efectos es la fuga de capitales y la sobrefacturación de importaciones, que deterioran la posición en dólares del gobierno y reducen las reservas internacionales disponibles para pagar la deuda, aumentando la percepción de riesgo. Según el estudio, esto explica en parte la enorme probabilidad de default  que tienen que le asignan hoy a Venezuela en los mercados internacionales.

El estudio fue presentado en la conferencia anual de Business Association of Latin American Studies (BALAS) celebrada en Puerto Rico en Marzo, donde ganó el premio a la mejor investigación del encuentro. También ha sido publicado por la escuela Kennedy de Gobierno, y puede ser consultado en:

http://www.hks.harvard.edu/centers/cid/publications/faculty-working-papers/from-financial-repression-to-external-distress-the-case-of-venezuela

En definitiva, el informe demuestra que, aunque la fuga de capitales es un fenómeno persistente en Venezuela, resulta mayor en períodos de control de cambio.

“Es una conclusión insólita, toda vez que evitar la fuga de divisas es uno de los principales motivos que esgrimieron los gobiernos de Lusinchi, Caldera y Hugo Chávez para implementar y mantener los controles. Quizás la diferencia sea que en control de cambio no se fugan todos, sino los que el gobierno escoja”, sentenció Santos.