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El IGTF aumenta 12% el precio final del producto
Tiziana Polesel, presidenta de Consecomercio, aseguró que los estados que mejor se han adaptado al impuesto son Carabobo y Trujillo
Frente a un impuesto irracional, que es difícil de aplicar y no se comprende, la salida de los comercios ha sido la informalidad
A diferencia del Impuesto al Valor Añadido (IVA), este impuesto no se puede cruzar, por ende, no se neutraliza, si no que se suma a cada factura

 

El 25 de febrero de 2022, fue publicada la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras en la Gaceta Oficial Nº 6.687. A tres meses de su imposición, continúan las dudas en cuanto a su aplicación

A pesar de indicar que sería un impuesto de 3% adicional para aquellos que pagaran en divisas, Tiziana Polesel, presidenta de Consecomercio, indicó que se habla de un incremento de 12% en el costo final del producto.

«Todo impuesto afecta el precio final del producto. El impuesto de grandes transacciones financieras va en cascada hasta el consumidor. Dependiendo del número de niveles de canales, se habla de 12%, cada paso debe incorporar el impuesto a su factura final», explicó Polesel.

Para la presidenta de Consecomercio, el aumento de 12% es significativo. «Desde el punto de vista numérico, la gente puede pensar que este impuesto no impacta, pero sí impacta, y mucho», afirmó. 

A diferencia del Impuesto al Valor Añadido (IVA), este impuesto no se puede cruzar, por ende, no se neutraliza, si no que se suma a cada factura. 

De acuerdo con Polesel, el fabricante, el distribuidor, el mayoristahay canales que tienen hasta tres y cuatro mayoristas– y el detallista deben cobrar el impuesto de grandes transacciones financieras, hasta que finalmente llega al consumidor.

«Si se empieza a sumar ese porcentaje, se va cargando de canal en canal y ahí ocurre el aumento de precio», reiteró Polesel.

Esta ley no es nueva, Polesel indicó que este impuesto ya existía para compras canceladas en bolívares, y era de 2%. «Si se paga en bolívares, también se paga el impuesto. Lo que pasa es que pesa más en el consumo de moneda extranjera», señaló.

Legislador pretende incentivar el bolívar

Según Polesel, el gobierno venezolano pretende incentivar el uso del bolívar y regresar la confianza a la moneda venezolana a través del impuesto a las Grandes Transacciones Financieras.

«Consecomercio no comparte esta afirmación porque la utilización de una moneda no depende de un impuesto. La confianza se devuelve tomando otro tipo de medidas, como las macroeconómicas», aseguró Polesel.

La presidenta de Consecomercio indicó que el uso del dólar y del euro es, precisamente, por la desconfianza que tiene la población en el bolívar.

Contribuyentes especiales deben cobrarlo

Las empresas que son contribuyentes especiales están obligadas a cobrar este impuesto. Polesel señaló que estos son ciertos negocios que por su característica de volumen, exigencia de volumen y representatividad tienen exigencias diferentes para los consumidores. 

«Los contribuyentes especiales son empresas que, para el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), son suficientemente organizadas y ordenadas para cobrar y pagar a tiempo este impuesto», explicó Polesel.

Según Polesel, en principio, este grupo fue seleccionado con una muestra representativa de comercios, en el que se incluyeron los más «famosos» y representativos con gran volumen y gran organización.

Hoy en día son casi todos, hasta kioscos, porque sus montos de ventas se dispararon durante la hiperinflación, sin embargo, no valían nada por este mismo fenómeno.

Sin dinero para ajustarse al impuesto

Además de las confusiones que trajo consigo la imposición del impuesto las Grandes Transacciones Financieras, la incorporación a las máquinas fiscales de los comercios no fue posible por temas tecnológicos. Al no ajustarse, algunos negocios debieron comprar nuevas máquinas. 

Polesel indicó que, primero, el impuesto debe incorporarse como un nuevo concepto a la factura, eso implica modificaciones en máquinas fiscales que tienen los negocios.

De acuerdo con Polesel, esa máquina tiene que comunicarse con el sistema operativo de la empresa. Cuando se impuso el IGTF, las máquinas que se tenían no tenían esta posibilidad. Al hacer esta adaptación, se afectan muchas operaciones internas de la empresa. 

«Las máquinas no se ajustaron. Los comerciantes tuvieron que comprar nuevas máquinas fiscales, cada una cuesta alrededor de $1.200, es muchísimo», aseguró la presidenta de Consecomercio. 

«Una cadena comercial que tenga 20 sucursales en Venezuela y tres cajas por cada sucursal, debe invertir $1.200 por cada máquina nueva, más la programación y ajustes.  La cadena está enfrentando costos no planificados y en un momento altamente complejo como este«, reiteró Polesel.

«No es solo la imposibilidad de comprar nuevas máquinas fiscales, es comprarlas de manera descontada», explicó. 

Ante esta problemática, el Ministerio de Finanzas diseñó un crédito a 12 meses en el Banco de Venezuela para que los comerciantes pudieran adquirir nuevas máquinas fiscales. «En el camino nos dimos cuenta que era un crédito de solo seis meses», indicó la presidenta de Consecomercio. 

Si la empresa no tiene cuenta en el Banco de Venezuela, no tiene acceso al crédito. Según Polesel, la mayoría de los comercios tienen cuenta bancaria en el Banco Bicentenario.

De acuerdo con cifras de Consecomercio, solo 5% de las empresas a escala nacional han obtenido el crédito al 5%. 

Polesel aseguró que los estados que mejor se han adaptado son Carabobo y Trujillo, en un porcentaje aproximado de 50%. En el resto de los estados es, como mucho, de 5%.

Consumidor no solo es afectado por el IGTF

A pesar de haber salido de la hiperinflación, los venezolanos siguen enfrentándose a un alza constante de precios.

Polesel destaca que el IGTF no es lo único que afecta al consumidor venezolano. Tras la llegada de la pandemia de COVID-19, se esperaba que 2022 fuese un año altamente inflacionario en el mundo por la etapa poscovid.  

«Está siendo víctima de una inflación en el mundo, de China y de Estados Unidos. La pandemia de COVID-19 causó que los gobiernos tuvieran que pagar costos, no es gratis, eso debe pagarlo el consumidor», explicó.

Según Polesel, se debe suma al IGTF los impuestos, los costos generados por deficiencia en servicios públicos e infraestructura, el uso de planta eléctrica y gasoil, cisternas, conectividad, entre otros. «Si a eso le sumas los impuestos de los municipios, que han aumentado 2.000%, más el aseo urbano, que incrementó 3.000% o 4.000%, todo se traduce en un costo muy alto», indicó.

«Ese empresario que es emprendedor no se termina de formalizar, y la formalidad quiere informalidad, porque no puede cubrir todos los gastos», dijo Polesel.

Frente a un impuesto irracional, que es difícil de aplicar y no se comprende, la salida de los comercios ha sido la informalidad. 

«La informalidad le hace un daño inmenso al fisco y a quienes estamos dentro de la formalidad», reiteró Polesel.

Abundan las dudas y el desconocimiento en la aplicación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras
La normativa aún no ha quedado del todo clara y a una semana de su veloz implementación abundan las dudas, la incertidumbre y la molestia entre los consumidores

 

Viviana Franco, comerciante en un local ubicado en Filas de Mariches, municipio Sucre en Petare, comentó que desde el pasado lunes, 28 de marzo, muchos clientes llegan a su local a preguntar si está cobrando el 3% del impuesto, o si el cobro aplica para todos o solo para quienes paguen en efectivo.

“Hay nerviosismo y mucha incertidumbre porque nadie quiere perder más dinero del que ya se cobra con el Impuesto al Valor Agregado (IVA), y también porque todos saben que con este nuevo impuesto, los precios de los alimentos se van a disparar, cosa que ya viene pasando desde que Maduro anunció el aumento del sueldo mínimo”, dijo Franco. 

La comerciante opina que el IGTF va a afectar mucho más la ya golpeada economía. “Se habla de grandes transacciones, pero la verdad es que esto va a afectar hasta la compra más mínima. Es como si estuvieran poniendo el IVA al 19%”.  

Por su parte, Juan Osorio, usuario de la reconocida cadena de farmacias, afirmó que el IGTF representa un abuso y un robo, pues es mucho el dinero con el que se está quedando el gobierno. 

“Yo cuando voy a la farmacia me gasto mínimo 50$ en productos de aseo personal y medicinas. Ahora, con este nuevo impuesto, tengo que pagar 9.5$ más si sumo el IVA con el IGTF. Si alguien va y gasta 100$, el gobierno se va a quedar con casi 20 dólares y eso ni siquiera se ve, porque las pensiones son miserables y los servicios públicos ni hablar”, expresó.

El pasado martes, 29 de marzo, la cadena de restaurantes Arturo’s Venezuela anunció a través de su cuenta en Instagram la reactivación de pagos en divisas, esto después de que emitieran un comunicado en donde informaban que momentáneamente no aceptarían pago en dólares debido a la “incertidumbre” generada por la Ley IGTF.

Así como el restaurante de comida rápida, también supermercados, tiendas, servicios y hasta pequeños comercios, el primer día de haberse implementado esta ley, prefirieron esperar y suspender el pago en divisas hasta tener más claro cómo iba a ser el funcionamiento de este impuesto. 

El IGTF entró en vigencia y quedó establecido en la Gaceta Oficial N° 6.687 del 25 de febrero de 2022 que la normativa se aplicará para el cobro del tributo para todas aquellas empresas o personas que realicen operaciones financieras en moneda extranjera o criptomonedas diferentes al Petro.

Sin embargo, la normativa aún no ha quedado del todo clara y a una semana de su veloz implementación abundan las dudas, la incertidumbre y la molestia entre los consumidores por el desconocimiento y la improvisación en la aplicación del IGTF. 

Situaciones complicadas para el pago

A juicio del directivo de la Cámara de Comercio e Industria del Municipio Caroní (CamCaroní), en el estado Bolívar, Camilo London, hay muchas razones por las cuales los comercios han presentado problemas para adecuarse a la nueva normativa.

Una de ellas es que solo tuvieron 10 días para hacer la adaptación, de esos, cuatro no eran hábiles, por lo que solo fueron seis días desde que salió publicada, el 17 de marzo de 2022, la providencia administrativa dictada por el Seniat.

Por su parte, el abogado especialista en derecho tributario, Juan Carlos Castillo, detalló para Runrun.es varias situaciones complicadas que se están presentando con el IGTF y que están generando confusión en la colectividad.

Castillo señala que la primera situación que complica la aplicación de esta normativa es que muchos agentes de percepción no están preparados para poder cobrar o percibir este nuevo tributo, principalmente por la adecuación que necesitan las máquinas e impresoras fiscales para incluir nuevos campos y reflejar las distintas monedas y montos en la factura.

“Otra situación complicada es cuando los pagos se realizan a un sujeto pasivo especial, pero la cobranza es en una oportunidad distinta, es decir, cuando un bufete de abogados emite una factura por 1000$ pero esa factura no se la van a pagar en ese mismo momento, la ley señala que cuando se emite una factura se debe indicar el monto del impuesto y la alícuota, pero si no se sabe en qué moneda te van a pagar es otra complicación, porque el hecho imponible a las GTF no es la emisión de la factura sino la cobranza”, explicó Castillo.

Otro problema que señala el abogado es el pago en divisas por transferencias bancarias desde el extranjero entre dos sujetos pasivos especiales. “La compañía A le paga una deuda a la compañía B y ambas compañías domiciliadas en Venezuela y son sujetos pasivos especiales. En este caso, no está claro en cuál de los supuestos de la ley se aplicaría en esta situación”. 

Con el tema de los restaurantes y la venta de comida, Castillo explica que es complejo, porque en estos lugares se incluye el monto del servicio que se reparte entre el personal del restaurante. En este caso, ellos no son sujetos pasivos especiales, de manera que no se verificaría el hecho imponible del impuesto:

“Están presentándose dificultades porque los restaurantes entienden que cuando se hace un pago con el 10% del servicio no debería estar grabado con la alícuota del 3% porque no es un ingreso del restaurante, es un ingreso de las personas naturales que mantienen”, dijo.

Respecto al pago en divisas por transferencias bancarias desde el extranjero, el abogado afirmó que aún no está claro cuál de los supuestos de la ley se aplicaría en este caso.

Castillo indicó que actualmente hay mucho temor por parte de los dueños de los establecimientos comerciales porque las multas por incumplir sus obligaciones como agentes de percepción son elevadas. El Código Orgánico Tributario establece que la sanción por no percibir o cobrar el impuesto GTF es de 500% del monto que se percibe.

Camilo London indicó que la adecuación de cada máquina fiscal podría oscilar entre los 70 y los 300$, mientras que la adquisición de una máquina fiscal nueva podría estar por encima de los $1.000. Si un establecimiento tiene tres máquinas, supondría un alto costo en inversiones. 

El directivo de la Cámara de Comercio resaltó que un tema que ha afectado a los pequeños comercios es que no hubo una campaña intensa de comunicación: “No se vieron anuncios, publicidad, sobre quiénes son los contribuyentes ni a quienes se les va a aplicar esta ley. La cuenta en Twitter del Seniat se centró en la recaudación del ISLR”, dijo.

Incentivo para el mercado negro

Camilo London, quien dirige el blog Gerencia y Tributos, dijo que la aplicación de este nuevo impuesto o tributo va a incrementar los costos en la cadena de producción o comercialización, y esos costos van a ser trasladados al precio que paga el consumidor final. 

Para London hay una idea errada de que este impuesto lo va a pagar solamente las grandes empresas. “Este impuesto lo va a pagar cualquier persona natural que pague cualquier cantidad de dinero en divisas (hasta lo más mínimo) en cualquier establecimiento que haya sido designado por el Seniat como sujeto pasivo especial”, dijo.  

Por su parte, el abogado Juan Carlos Castillo aseguró que la implementación de este impuesto se va a prestar para la informalidad. 

Considera que habrá operaciones que migren a otros esquemas donde no se cobre el IGTF. “De repente, alguien en vez de pagar en divisas o a través de las cuentas custodias, hacen una operación de cambio, -las operaciones de cambio están exentas por la ley- recibe los bolívares y paga en bolívares. En este caso, solo estaría gravado por el 2% y no por el 3%, esto podría ser una opción para algunos contribuyentes, dijo.

 

Otra opción a la que van a recurrir los usuarios será a la compra  informal: las personas van a preferir comprar en los camiones que no emiten facturas y no en los supermercados.

Castillo enfatizó que el encarecimiento de las operaciones en divisas no va a provocar que la persona cambie su posición monetaria de divisas a bolívares, porque se van a seguir prefiriendo los pagos en divisas ante la pérdida de confianza en el bolívar. 

Insistió en que ese 3% adicional va a impactar en los planes del ejecutivo de mantener la inflación a raya y también en el aumento de los bienes y servicios, porque es una cadena.

 

Gobierno aumentó en casi 150% tasa de salida desde Maiquetía
Para los vuelos nacionales la tasa de salida es de e 0,09 petros o 5,4 dólares al cambio

 

El pasado 25 de enero, el Ministerio del Poder Popular para el Transporte estableció el nuevo “Sistema de Tarifas e Incentivos para los Trámites y Servicios Prestados por los Administradores de Aeródromos y Aeropuertos, Públicos o Privados», es decir, un aumento en la tasa de salida para vuelos nacionales e internacionales. 

Según lo establecido en Gaceta Oficial No. 42.304, el aumento de la tasa para vuelos internacionales es de 150 %. Los pasajeros que viajen desde Maiquetía al exterior deberán pagar 0,70 petros o 42 dólares al cambio.

Según reseña la Gaceta, la tasa de salida para los pasajeros de vuelos internacionales que paguen el boleto en bolívares y despeguen de cualquier aeropuerto distinto al de Maiquetía, el precio se mantiene en 0,30 petros, lo que equivale a 18 dólares.

La tasa para los pasajes internacionales cancelados en moneda extranjera oscila entre los 26 y los 63 euros, o los 29,7 y 72 dólares. 

Para los vuelos nacionales la tasa de salida es de 0,09 petros o 5,4 dólares al cambio.

Según advierte el abogado aeronáutico Rodolfo Ruiz en su página web, es probable que aquellos pasajeros que ya adquirieron boletos, pagaron su tasa de salida pero aún no han salido del país, deban pagar la diferencia al momento de viajar. 

El abogado también indicó que no hay otros cambios en lo que a tarifas por otros servicios aeroportuarios respecta.

Advierten que gobierno podría cobrar impuestos en dólares en 2022
A su juicio, una consecuencia que traerá eso y que a mucha gente no le gusta es que, cuando se avance en la dolarización financiera, «el gobierno puede cobrar impuestos en divisas»

El presidente de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, advirtió este miércoles, 8 de diciembre, que el gobierno podría cobrar los impuestos en dólares en el año 2022.

Durante una entrevista concedida al Circuito Éxitos, Oliveros dijo que esperaba que para este año el gobierno diera un «salto a la dolarización financiera», que permitiría que los instrumentos «de la banca fuesen mucho mejores en términos de la movilidad de dólares, que esos dólares se movieran entre bancos, o permitir los créditos en divisas».

Sin embargo, a pesar de que eso era lo que se esperaba, aseguró que las autoridades «no lo han permitido».

«Pero lo sigo manteniendo como punto pendiente para el año que viene porque tarde o temprano eso tiene que venir, se tiene que dar ese dinamismo”, apuntó.

A su juicio, una consecuencia que traerá eso y que a mucha gente no le gustará es que, cuando se avance en la dolarización financiera, «el gobierno puede cobrar impuestos en divisas, es decir, que parte de lo que se le paga al Estado en términos de impuesto sobre la renta, IVA, tasas, etc, se pague en dólares a través del sistema financiero nacional».

 

«Eso puede pasar cuando den el salto hacia la dolarización financiera, eso puede terminar viniendo”, sumó.

Los pronósticos de 2021: cuáles se cumplieron y cuáles no

Tal y como lo vaticinó en enero, Venezuela siguió en hiperinflación, pero la tasa de inflación será menor a la del año 2020.

«Efectivamente, terminará muy por debajo de 2020 y tanto que, como lo comentaba en este programa, vamos a salir de la hiperinflación en el primer trimestre del año próximo», dijo.

Además, recordó que también señaló que el costo de vida en dólares iba bajando «porque se estabiliza un poco la cadena de comercialización e, incluso, va a seguir bajando de cada a 2022”.

“La mayoría de los economistas pensábamos en una tasa de cambio muy por encima de los niveles que tenemos en estos momentos. La estimación de Ecoanalítica era cercana a los $13. No contábamos con dos factores: parte de los gastos del gobierno lo hace en dólares y el otro son las fuertes inyecciones de dólares en efectivo que ha venido haciendo el gobierno sobre todo a partir de octubre”, añadió.

A juicio de Oliveros, este 2021 mejoró un poco «el flujo de caja por un discreto aumento de las exportaciones petroleras», aunque actualmente no se es ni la sombra de lo que se era hace unos años, como 2012- 2013, pero hubo una mejora casi cercana a 1.800 millones de dólares».

 

«Esa mejora de caja le dio al gobierno la posibilidad de gastar en divisas e intervenir en el mercado cambiario, lo que incidió en la tasa de cambio y en el descenso de la inflación. No creo que el gobierno esté quemando una gran cantidad de dólares para intervenir el mercado cambiario”, dijo.

Por otra parte, consideró que el crecimiento del sector privado fue un poco superior al esperado, señalando que se ha visto «una caída un tanto más profunda del sector público y un leve rebote del sector privado”.

«Esperábamos un incremento del 20% y crecieron un poco por encima, pero estábamos bastante alineados, porque se registró un crecimiento de 24%”, expresó.

Además, añadió: “Otra cosa que se veía venir es que el Estado se iba a desprender de activos importantes, esa tendencia ha continuado, sin embargo, yo señalaba que el sector energético iba a ser manejado por privados, eso ocurrió, pero creo que es algo que está pendiente y puede venir”.

*También puede leer: Inflación se redujo en noviembre y siguen cayendo las reservas internacionales

TSJ declaró legal el pago de contratos en divisas
La ONG Acceso a la Justicia explicó que la Sala de Casación Civil advirtió que no es ilegal un pacto estipulado en moneda extranjera y menos cuando dicha moneda se ha previsto como de cuenta

 

Este 25 de mayo, la ONG Acceso a la Justicia, se refirió a la decisión de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de declarar legal el uso de divisas como moneda de cuenta o de pago en los contratos.

 Acceso a la Justicia explicó que el máximo tribunal del país distinguió el dólar como una moneda de cuenta y la fijó como exclusiva de pago. Dijo que, en el primer caso, el deudor se liberará entregando su equivalente en bolívares a la tasa corriente a la fecha de pago.

Aclaró que si las partes pactaron expresamente la moneda extranjera como exclusiva de pago, el deudor se liberará pagando la cantidad correspondiente en esa moneda extranjera.

«Advierte la Sala de Casación Civil que no es ilegal un pacto estipulado en moneda extranjera, y menos cuando dicha moneda se ha previsto como de cuenta. Para la Sala lo importante es que el convenio se adapte al marco cambiario vigente, así como a las restricciones legales», señaló la ONG.

La sentencia de la Sala de Casación Civil (Exp. AA20-C-2020-000164) se produce luego de la resolución de un contrato de opción de compra-venta y sus addenda que había sido celebrado en 2015, y en el que se cuestionaba la fijación del precio en moneda extranjera, señaló la ONG Acceso a la Justicia.

El salario está en ruinas: ¿va a aumentar en el corto plazo?
La tendencia general es hacia un lento incremento del salario en el sector privado, pero en algunas áreas el alza tendrá más vigor que en otras. Un elemento clave es superar las trabas que limitan la productividad

@vsalmeron

 

Tras la implosión de la economía y la demolición del salario los venezolanos asisten a la cristalización de una sociedad más desigual en la que trabajadores, técnicos y profesionales obtienen una retribución muy baja que los instala en la pobreza, al borde de la misma o en una clase media en declive.

No obstante, forzado por las circunstancias, Nicolás Maduro recurre a la empresa privada y alienta una apertura que oxigena a sectores específicos, mientras otros permanecen en el foso de la crisis. La tendencia, explican analistas, será una mejora lenta y desigual de los salarios.

Desde 2013 el Banco Central oculta el índice de remuneraciones, pero la consultora Anova Policy Research construyó uno con datos recolectados entre octubre de 2020 y enero de 2021, entrevistas a 313 empresas e inspección de las tablas salariales del sector público. 

Si bien el estudio no incluye a los trabajadores por cuenta propia, al sector informal y las empresas del área financiera, desnuda la insuficiencia del salario.

Anova señala que al cierre de enero de este año el salario promedio en el ala privada de la economía, incluyendo en este concepto sueldo, bonos y todo tipo de compensación, se ubicó en 70,1 dólares, una cifra enana que refleja el impacto de siete años consecutivos en recesión y una hiperinflación que estalló en 2017 y pulverizó la moneda.

La comparación con Perú es ilustrativa: en Lima el salario promedio mensual equivale a 420 dólares y permite comprar 212 kilos de pollo o si fuese el caso, 70 Mccombos grandes de cuarto de libra con queso en McDonald’s.

Un trabajador venezolano con el salario promedio en el sector privado tan solo podría comprar 29 kilos de pollo o si quisiera ir a McDonald’s, siete Mc Mccombos grandes de cuarto de libra con queso.

En el sector público la quiebra del Estado golpeó al salario con mayor virulencia que en las empresas privadas. La investigación de Anova, realizada para el Observatorio Venezolano de Finanzas, indica que el análisis de la distribución salarial por cargos de las tabulaciones oficiales señala que el salario promedio es de apenas 4,7 dólares.

Fuentes explican que el gobierno complementa este monto con la asignación de bonos y en el caso del personal mejor calificado, con cajas de comida conocidas como “el CLAP de los VIP” y reparto de euros en efectivo. Pero la gran mayoría de los trabajadores tiene un ingreso muy inferior al del sector privado.

Junto al salario también se han evaporado las prestaciones sociales, un dinero que el trabajador recibía al retirarse de acuerdo a sus años de servicio y que durante su vida laboral podía utilizar hasta 75% para emergencias médicas, gastos de educación y compra o reparaciones en la vivienda.

Aparte del impacto de la hiperinflación las prestaciones también se han difuminado porque están relacionadas al salario y la mayor parte del ingreso que reciben los trabajadores, tanto en el sector privado como público, corresponde a bonos y pagos en especie.

Gerentes apretados

En general los profesionales que han logrado escalar hasta puestos de dirección en la estructura laboral reciben una compensación exigua. Anova indica que en promedio un gerente en Venezuela obtiene a fin de mes una remuneración de 206,4 dólares, un monto que está muy por debajo de la tendencia en la región.

Según los datos del Total Remuneration Survey 2020 de la consultora en recursos humanos Mercer, los salarios más bajos a nivel de gerencia en la región, tomando en cuenta el costo de la vida, correspondieron a Argentina con 3.300 dólares al tipo de cambio oficial. Los más elevados estuvieron en Uruguay y Chile donde superaron los 6 mil dólares.

Enrique Gallardo es ingeniero civil y tiene el cargo de gerente en una empresa de construcción, explica que “mi salario es muy bajo porque este sector está paralizado, trabajamos muy poco, quiero irme de Venezuela junto a mi esposa que es arquitecto, afortunadamente no tenemos hijos”.

Industriales a la espera

Las leyes aprobadas para maniatar al mercado siguen vigentes, pero tras la catastrófica caída de la producción petrolera y de la recaudación de impuestos, el gobierno perdió poder en la economía, relajó los controles de precios y permitió la libre circulación del dólar.

El giro hacia el mercado resucitó a una economía muerta que entre 2014-2020 se redujo a la tercera parte de lo que era en 2013, pero la mejora del salario requiere medidas en distintos frentes.

Anova indica que el mayor ingreso mensual corresponde a los trabajadores de la manufactura donde el promedio es de 89,7 dólares. Luigi Pisella, director de Conindustria, explica que “hace un año el salario promedio en la industria estaba alrededor de 20 dólares y tenemos como objetivo que siga aumentando, pero necesitamos condiciones”.

Los industriales esperan que el gobierno elimine la exoneración de aranceles a productos que se elaboran en el país, a fin de competir en igualdad de condiciones con los importados. Además, necesitan que avance el plan de vacunación contra el Covid-19 para incrementar las horas de trabajo.

La lista también incluye suministro sin interrupciones de electricidad, combustible, mejoras en el acceso al crédito y control de la hiperinflación. De esta forma, el uso de la capacidad instalada aumentaría e impulsaría los salarios. 

Durante la administración del expresidente Hugo Chávez el gobierno estatizó todas las empresas del sector eléctrico y la principal compañía de telecomunicaciones. Años de pésima gerencia han hundido la calidad del servicio, a lo que se añade la caída en la producción de diésel y gasolina por el mal estado de las refinerías de Pdvsa.

Luigi Pisella afirma que “el uso de la capacidad instalada, en promedio, está actualmente en 20%. Si logramos que aumente hasta 40% nuestros salarios podrían duplicarse. Venimos de muy abajo, si el uso de la capacidad aumenta, por ejemplo, hasta 30% puede parecer poco, pero es un incremento de 50% en la producción, es algo que se va a sentir”.

Según dónde estés

El director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, considera que la tendencia general es hacia un incremento pausado del salario en el sector privado, pero explica que en algunas áreas el aumento tendrá más vigor que en otras.

“Nuestras proyecciones contemplan un salario promedio en el sector privado de 72 dólares para este año, un aumento hasta 90 dólares en 2022 y otra alza hasta 115 dólares en 2023” dice Asdrúbal Oliveros.

“Veremos estructuras muy desiguales. En las áreas con capacidad de resistencia en la coyuntura actual como alimentos, medicamentos, clínicas, tecnología y telecomunicaciones habrá un ritmo más acelerado en el aumento del salario que, por ejemplo, construcción, educación y sector bancario que están muy deprimidos”, añade Asdrúbal Oliveros.

Un factor a tomar en cuenta es que en determinadas profesiones hay un viento a favor. “Existen ocupaciones donde la presión para mejorar los salarios es mayor por la escasez de personal. En tecnología, por ejemplo, las empresas tienen que ser competitivas porque el personal más calificado puede trabajar para compañías de otros países desde Venezuela”, explica Asdrúbal Oliveros. 

“Otra área es la de finanzas donde cuesta encontrar personal calificado tras la ola de emigración. También mercadeo y ventas, porque desde que se relajaron los controles las empresas han retomado los mecanismos de análisis del mercado. Además, el ajuste del salario va a ser más rápido en el sector informal” agrega Oliveros.

La productividad

La mayoría de los economistas coincide en que los salarios se relacionan con la capacidad de aumentar la producción por trabajador. Omar Zambrano, director de Anova, destaca este concepto y señala que “el salario de equilibrio está relacionado a la productividad y en este aspecto hay limitaciones importantes”.

El estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo y el IESA sobre las empresas venezolanas, con datos hasta el primer semestre de 2020, da una idea clara de las trabajas para elevar la productividad.

Macroconsultores resume los principales hallazgos del estudio: en el transcurso de un mes, en promedio, las empresas padecen once interrupciones en el servicio de internet, diez cortes de energía eléctrica y seis fallas en la disponibilidad de agua. El acceso al crédito es deficiente y hay escasez de trabajadores calificados por la emigración.

Omar Zambrano indica que “las restricciones, el ambiente macroeconómico, la inseguridad jurídica, colocan un techo bajo a la mejora que podría haber en la producción. Puede haber algunos nichos con mejor desempeño, pero la economía se va a ir atomizando, no hay condiciones para un crecimiento horizontal, de amplia base”.

Dólar e hiperinflación

Técnicamente Venezuela ingresó al túnel de la hiperinflación en diciembre de 2017. Para diagnosticar esta enfermedad la mayoría de los economistas emplea la definición que en 1956 estableció Phillip Cagan: un país sufre hiperinflación cuando la inflación alcanza 50% en un mes y culmina cuando en un período de doce meses no ha habido otro mes de 50%.

Tras no ahorrar durante el período de los altos precios del petróleo, endeudarse masivamente, no realizar las inversiones necesarias para mantener la producción petrolera y caer en una profunda recesión que merma la recaudación de impuestos, el gobierno se quedó sin recursos para cubrir el gasto y recurrió a la creación de dinero.

La economía es un juego de contrapesos y la inyección de dinero dinamitó el equilibrio entre la oferta y la demanda disparando los precios. De acuerdo con el Banco Central de Venezuela solo en 2020 la inflación fue de 2.959% y en el primer trimestre de este año ya acumula un avance de 127,8%. 

Ante la pulverización de la moneda las empresas utilizan al dólar par fijar los precios y crecientemente para pagar remuneraciones. Anova indica que en el sector privado 46% de las remuneraciones se cancelan en dólares.

Pero el ingreso en divisas no está vacunado contra la inflación. Mientras los precios aumentan velozmente porque el gobierno crea dinero para cubrir gastos, la cotización del dólar aumenta a un ritmo más lento: Ecoanalítica precisa que en febrero hacían falta 223 dólares para comprar lo que en enero de 2019 se compraba con 100 dólares. 

Muy atrás queda la ensoñación de 2004-2012, cuando el ingreso de los trabajadores y el consumo crecieron a paso firme. La fiesta financiada con petrodólares terminó en pobreza y todo apunta a un largo camino para que el salario se equipare con el del resto de los países de América Latina.

 

Sudeban frena los créditos en dólares: ¿Qué está pasando en la banca?
Un grupo de bancos comenzó a prestar en divisas, pero la Superintendencia prohíbe los créditos sin su autorización previa. Seis bancos controlan 88% de los depósitos en dólares. Los excluidos del sistema financiero operan en un submundo de maletines y tasas exorbitantes

 

@vsalmeron

 

El 21 de enero la Superintendencia de Bancos contuvo el avance de la dolarización al enviar una circular a las entidades financieras donde prohíbe otorgar créditos en moneda extranjera “sin la previa autorización del Banco Central de Venezuela y de esta Superintendencia”.

En vista de que los depósitos en dólares representan una porción sustancial de las captaciones, un grupo de bancos comenzó a otorgar préstamos en divisas a clientes que consideran de bajo riesgo; pero las autoridades han intervenido en el proceso.

La esencia del negocio bancario es captar dinero y prestarlo. Banqueros explican que los depósitos en dólares, que crecen día a día a través de las cuentas en divisas, pronto serán la columna principal del balance; por lo tanto, si las autoridades limitan los créditos en dólares la banca se reducirá a una plataforma que solo facilita pagos, transferencias y retiros de efectivo.

Leonardo Buniak, analista de riesgo bancario y director de la firma Buniak & Company, considera que “la Superintendencia busca formalizar lo que de manera informal ya estaba ocurriendo, la intermediación en dólares es una realidad”.

Formalmente la moneda sigue siendo el bolívar, pero avanza una dolarización de facto, similar a la que ocurrió en los años noventa en países como Perú y Bolivia, donde la hiperinflación desquició la economía. 

Estudios del Fondo Monetario Internacional demuestran que un paso crucial para la profundización de la dolarización es que al menos la mitad de los depósitos y créditos del sistema financiero estén en dólares y la banca venezolana camina en esta dirección.

Los depósitos en divisas que tienen “libre convertibilidad” y se emplean para otorgar créditos corresponden al Convenio Cambiario Uno. Buniak & Company precisa que al cierre de diciembre de 2020 estos depósitos se ubicaron en 234 millones de dólares.

El ranking de captaciones elaborado por Buniak & Company indica que seis bancos controlan 88% de los depósitos de libre convertibilidad: Nacional de Crédito BNC es líder con 36,9%, seguido de Mercantil con 17,2%, Venezuela 11,5%, BOD 9,7%, Bancaribe 8,6% y Banesco 4,46%.

Crédito en gotas

Por ahora el financiamiento bancario es incipiente en dólares e ínfimo en bolívares. Víctor Zapata es arquitecto y tiene una Visa Signature con la que no puede comprar un refresco. La tarjeta le financia hasta un máximo de un millón de bolívares que equivalen a poco más de medio dólar y una Coca Cola de dos litros cuesta un dólar y medio.

“También tengo una Master Black que tampoco sirve para nada. La verdad es que el crédito desapareció”, dice Víctor Zapata quien dice que hace dos años hacía mercado con una de sus tarjetas.

Entre las causas que explican el poco crédito destaca que el Banco Central lo limita con la idea de disminuir los préstamos para la compra de divisas y contener el aumento en la cotización del dólar que, desde el punto de vista de las autoridades, es la principal causa de la inflación que se mantiene a un ritmo de dos dígitos al mes.

Además, el bolívar se ha devaluado aceleradamente y su capacidad de compra se evaporó al punto que el billete de mayor denominación equivale a 0,02 dólares.

Para cerrar el grifo del crédito el Banco Central obliga a las entidades financieras a congelar a manera de reservas la mayoría del dinero que reciben en depósitos. En vista de que disponen de menos fondos para prestar, los bancos reducen el financiamiento a quienes quieren protegerse comprando dólares, pero también a las empresas que intentan producir, a los comercios y a las personas.

Hasta la semana pasada los bancos estaban obligados a inmovilizar como reservas -mediante lo que técnicamente se conoce como el encaje- 93% de los depósitos; pero la insuficiencia de liquidez de un grupo de entidades financieras encendió las alarmas y obligó al Banco Central a disminuir la proporción hasta 85%. En la mayoría de los países el encaje es inferior a 20%.

Un aspecto clave es que para reducir la posibilidad de que el crédito se utilice para compra divisas el directorio del Banco Central aplicó otras medidas. Ahora, prácticamente todos los préstamos en bolívares están indexados y el monto del crédito fluctúa de acuerdo a la cotización del dólar en el mercado oficial. Además, la tasa de interés máxima aumentó desde 6% hasta 10%.

En estas condiciones la disminución del encaje tendrá un impacto leve. Síntesis Financiera explica en su informe El Tesorero que “la reducción de la tasa de encaje es una medida en la dirección correcta: aumenta la liquidez disponible para el financiamiento. Pero no basta con estimular la oferta crediticia, toda vez que es pequeño el universo de empresas que está en condiciones de asumir el riesgo de financiarse con créditos indexados al dólar”.

Leonardo Buniak señala que los bancos estaban incumpliendo el encaje en 75 billones de bolívares y en primera instancia utilizarán la liberación de fondos para cubrir este déficit.

Datos de la consultora Ecoanalítica indican que el total de préstamos de la banca venezolana es enano y representa menos de medio punto del PIB, mientras que en el resto de los países de América Latina asciende a 30 puntos. 

Techo bajo

Tras seis años consecutivos en recesión, la actividad de las empresas se redujo y muchas utilizan la quinta parte de su capacidad. Un número relevante de compañías financia la producción con capital propio, en vista de que necesitan montos bajos, pero el esquema comienza a agotarse en un entorno donde sectores como alimentos y productos de cuidado personal han tocado fondo y tienen la posibilidad de aumentar las ventas este año.

Francisco Acevedo, vicepresidente de Conindustria, explica que “las empresas se redujeron mucho y han podido financiar la actividad con capital propio, pero a medida que haya algún crecimiento se va a sentir la falta de financiamiento”.

El poco crédito de la banca fluye por dos vías. En el primer esquema, las compañías con músculo financiero reciben créditos en divisas a través de las sucursales que los bancos venezolanos tienen en otros países como Panamá, República Dominicana y Curazao.

La Superintendencia de Bancos no controla las sucursales en el exterior por lo que esta autopista sigue libre, pero solo disponible para empresas con recursos, capaces de colocar en garantía una suma en dólares que, en la mayoría de los casos, asciende a más de la mitad del crédito que reciben.

Quienes no califican para recibir créditos de las sucursales en el exterior tienen como opción los préstamos en bolívares indexados al dólar, que resultan bastante costosos. Francisco Acevedo explica que se reciben bolívares que hay que cambiar en divisas para obtener materia prima y este es un paso que implica costos transaccionales, los plazos son cortos, generalmente pagarés de treinta o sesenta días y la banca cobra comisiones. 

“Al tomar en cuenta todos estos aspectos, el costo del financiamiento puede alcanzar una tasa de 24% anual en dólares”, dice Francisco Acevedo.

El mercado de capitales

Otro grupo de empresas utiliza el pequeño mercado de capitales, que comienza a resurgir de sus cenizas y se financian a un costo inferior al crédito bancario colocando papeles comerciales en bolívares. Este es el caso de compañías como Topenca, Y&V Ingeniería, Novaro Foods o Alimentos FM.

En este momento están en proceso de colocación papeles comerciales por un monto de 592 mil millones de bolívares y en diciembre Ron Santa Teresa colocó papeles comerciales en divisas por 300 mil dólares.

“El tema con el mercado de capitales es que es muy pequeño, hablamos de montos que están muy por debajo de las necesidades de las empresas”, dice Francisco Acevedo.

 Los intermediarios

 Los operadores del mercado informal de créditos se han dolarizado a tasas exorbitantes y ante la virtual desaparición de los préstamos para personas en la banca, tienen un nicho a explotar. Un intermediario, quien dice representar a un grupo de inversionistas, me explica las condiciones para un crédito en divisas: tasa de interés entre 10% y 15% mensual más una comisión de 15%. Además, debo entregar mi vehículo como garantía mediante un contrato de venta pura y simple. 

El monto del crédito debe ser menor a la mitad del valor de mercado del vehículo y el dinero se transfiere a una cuenta en dólares, en un banco nacional o en el exterior.

“Aparte se hace un documento privado donde consta que es un préstamo y las condiciones. A los inversionistas no les interesa quedarse con el vehículo, esto es un negocio”, agrega el intermediario.

También actúan intermediarios para “bancarizar” dólares en efectivo. Uno de ellos, que exige reservar su identidad, me explica que opera con comercios que reciben dólares en efectivo y necesitan transferirlos a una cuenta en el exterior, desde donde pagan sus importaciones.

“Si se trata de comercios pequeños los bancos no les prestan el servicio de transferirles las divisas al exterior. Entonces, los dólares en efectivo los recibo en maletines y les transfiero a su cuenta en el exterior. Por este servicio cobro una comisión de 4% sobre el monto del efectivo”, explica.

La dolarización de facto generó un área gris donde afloran mecanismos para suplir el poco crédito y las trabas para movilizar el dinero.

 

“El gobierno está atado de manos para manejar la economía”
Luis Zambrano Sequín, miembro de la Academia de Ciencias Económicas, explica que la dolarización de facto y la caída del ingreso de divisas restan poder a la administración de Nicolás Maduro que teje alianzas con el sector privado. La Ley Antibloqueo atraerá inversiones que buscarán alta rentabilidad en el corto plazo y tendrán un impacto limitado

 

@vsalmeron | Fotos: Manuel Sardá/Comunicaciones UCAB

 

Nicolás Maduro ha ganado fortaleza en el terreno político. La oposición está fragmentada, las sanciones de Estados Unidos no lo desalojaron del Palacio de Miraflores y mediante unas cuestionadas elecciones tiene un parlamento aliado. Pero en el frente económico su gobierno es frágil y no tiene más opción que permitir mayor protagonismo al capital privado.

Luis Zambrano Sequín, Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello, analiza este escenario, sus implicaciones y las perspectivas a futuro.

La renta petrolera se esfumó, el gobierno es pobre y el sector privado gana espacio: no hay control de cambio ni de precios y la Ley Antibloqueo incluye esquemas de privatización. ¿El resurgir de la lógica del mercado mejorará la calidad de vida visto que el PIB real per cápita en los últimos seis años cayó a niveles de 1940?

La economía se redujo 70% en seis años, al cierre de 2020 el tamaño de la economía de Colombia es casi 5,5 veces la economía venezolana, la de Chile 5 veces, la de Perú 4 veces y la de Ecuador 2 veces. Es un mercado muy pequeño y el empobrecimiento produjo una elevada desigualdad. La torta se convirtió en un ponqué mucho peor distribuido. De haberlo, será un crecimiento determinado por el poco tamaño de la economía y la peor distribución del ingreso.

Un aspecto clave al pensar en un rol protagónico del sector privado es que tiene baja capacidad para generar ingresos en divisas y se enfrenta a problemas de infraestructura de servicios básicos y escasez de combustible. ¿Eso no crea una gran debilidad?

Del lado de la demanda incide el empobrecimiento y la desigualdad, pero hay nichos, hablamos de una economía de 15 mil millones de dólares, hay sectores con capacidad de compra de ciertos productos. Del lado de la oferta hay fallas de servicios básicos, de infraestructura, déficit de gasolina y pérdida de capital humano por la emigración. Empresas del Estado que suministraban insumos al sector privado ya no están. Es difícil decrecer más, se llega a un mínimo y a partir de allí puede haber tasas positivas, pero el límite para crecer y sostener ese crecimiento es muy reducido.

Hay reducción del mercado nacional y un sector privado que difícilmente podrá exportar en el corto o mediano plazo en términos relevantes. ¿Plantas industriales que están utilizando entre 5% y 20% de su capacidad instalada tendrán que achicarse y vender sus máquinas?

La inversión privada en las últimas dos décadas fue mínima y muchas de esas plantas tienen obsolescencia tecnológica porque no hubo actualización de equipos ni innovación. 

La mayoría de esas empresas funcionó, en sus mejores momentos, con subsidios de todo tipo y créditos baratos, estas condiciones ya no existen. El sector privado tiene que jugar un papel protagónico en el futuro, pero prácticamente en todos los sectores tiene que construirse desde cero.

El mantra sembrar el petróleo suponía una identificación entre industrialización y desarrollo. No nos industrializamos, la industria petrolera se desplomó y los combustibles fósiles pierden protagonismo en el mundo. ¿La idea de un país industrializado está enterrada?

El país tiene que redefinirse, estamos en medio de una transición energética y a la energía producida con base en combustibles fósiles le quedan 10 o 15 años para llegar a su máximo y luego viene un proceso de decadencia. También hay una revolución tecnológica. El tema es cómo transitamos hacia una economía distinta. Eso requiere inversiones, cambios estructurales, recursos humanos. Estos temas están ausentes de la agenda de discusión porque estamos empantanados en una crisis política que nos impide avanzar en lo que va a determinar el largo plazo.

¿Hacia dónde caminar en caso de que lleguen condiciones para avanzar en la transición hacia esa nueva economía?

Alcanzar la mayor capacidad de adaptación, tener buenas telecomunicaciones, puertos, energía eléctrica, infraestructura, crear condiciones para que las empresas privadas puedan adaptarse con rapidez y ser flexibles para amoldarse a los cambios del mercado, pero cuando nos hablan de eso creemos que es ciencia ficción. Nuestros problemas son cómo llegar a la semana que viene.

Aparte de los problemas meramente económicos no hay un engranaje del sector empresarial, el sindical y el político bajo una idea clara de hacia dónde conducir al país. ¿Esto no es clave para generar las reformas que necesita una economía de mercado que funcione para la mayoría de la sociedad?

Una condición no suficiente pero necesaria para sentarte a discutir estas cosas y llegar a consensos es estabilidad política y esa condición la hemos perdido. Venezuela tiene un mercado interno muy reducido y para generar bienestar tiene que convertirse en una economía viable en el contexto internacional. El país se había insertado en la economía mundial a través del petróleo, pero esa es una vía que hoy tiene un gran signo de interrogación que obliga a redefinirse.

Pareciera que el gobierno ha perdido el poder de influir sobre la dirección de la economía, por ejemplo, tras el colapso del ingreso petrolero el Banco Central tiene muy pocas reservas para intervenir en el mercado cambiario, no tiene cómo regular el comportamiento del dólar.

El gobierno perdió instrumentos fundamentales, está atado de manos para manejar la economía, la economía es un avión sin piloto. Ciertamente no puede hacer política cambiaria, porque ni el Banco Central ni el gobierno tienen suficientes ingresos en divisas. Pero tampoco puede hacer política monetaria.

¿Se refiere a que el dólar ha desplazado al bolívar y por tanto el Banco Central ya no puede utilizar la cantidad de dinero como una variable para regular la economía?

Tenemos una economía bimonetaria con predominio clarísimo del dólar, la liquidez monetaria en forma creciente está determinada por la masa de dólares que circula y que el Banco Central no controla, no hay capacidad de hacer política monetaria. Además, el sector financiero se ha vuelto enano, sin capacidad para canalizar recursos hacia la actividad productiva. Por esto, las alianzas con los agentes que podrían tener capacidad para dinamizar la actividad económica tienen un lugar privilegiado en la agenda.

Con la Ley Antibloqueo queda claro que el gobierno va a desprenderse de empresas públicas y todo apunta a que los grupos que se beneficiarán de esta transferencia de activos son los más cercanos al poder. ¿A dónde puede conducir este capitalismo que William Baumol llamó de oligarcas?

La Ley antibloqueo es un cheque en blanco para que el gobierno tome decisiones sin rendir cuenta y sin una discusión pública. Busca dar seguridad jurídica a inversionistas que, principalmente, serán grupos con los que el gobierno pueda negociar y asegurarse de que quienes tomen el control de ciertos sectores de la economía sean agentes aliados que no generen problemas para el control político de la sociedad. Serán alianzas con nuevos agentes, muchos vinculados con gobiernos de países afines.

También esperaría que grupos económicos locales busquen un acercamiento.

Pero también están los viejos agentes que están desesperados y necesitan que se les tolere y facilite su actividad interna. Esos viejos agentes e incluso los nuevos agentes ante la debilidad de la oposición venezolana entienden que si quieren hacer negocios en Venezuela es mejor hacerlo de acuerdo con el gobierno.

¿Qué característica tendrán estas inversiones? 

No hablamos de grandes grupos económicos, son inversionistas que, por las circunstancias del país, con inestabilidad política, indefinición de la economía, inviabilidad del sector petrolero, tienen cortos horizontes. Estarán dispuestos a poner capital en inversiones de maduración corta, fácil recuperación y altos retornos. No va a haber inversiones a largo plazo, que son las que se requieren para desarrollar sectores básicos. Podrían crear cierta reactivación en algunos sectores, pero hablamos de un crecimiento muy espasmódico. 

¿Dejar atrás el estancamiento tras la caída brutal que ha sufrido la economía implica que a pesar de la desregulación y el espacio que se le abre al sector privado es vital contar con un gobierno que tenga acceso al financiamiento internacional y soporte de los organismos multilaterales?

Por eso decía que la condición política es necesaria, tener el soporte para asumir compromisos a largo plazo y recuperar el acceso al financiamiento externo y el respaldo de organizaciones internacionales y de otros gobiernos para generar credibilidad. Sin eso no habrá inversiones de largo plazo. 

Retomemos el tema de la dolarización de facto. Una característica de estos procesos es que tienen un avance relevante cuando lo que realmente importa a las empresas y las personas es la tasa de los precios en dólares. ¿Cree que estamos en ese nivel de dolarización?

Creo que si no estamos en ese escenario estamos muy cerca. Hoy en día el interés se centra en los precios en dólares, el precio en bolívares significa nada para muchos y poco para los otros. Lo que interesa es saber cuántos dólares vale algo. En una economía donde avanza la dolarización también la tasa de cambio pierde relevancia. 

¿Formalmente el bolívar sigue existiendo y el gobierno paga sueldos en bolívares, pero la dolarización es más profunda que meramente transaccional?

Es mucho más avanzada que un esquema donde el dólar es meramente transaccional. La dolarización comenzó hace décadas, buena parte del ahorro de los venezolanos está en dólares y hoy en día se utiliza como medio de pago, ya se están dolarizando los depósitos de la banca. Falta por dolarizarse el crédito y tarde o temprano eso va a ocurrir.

¿El gobierno está obligado a permitir una mayor dolarización en la actividad de la banca para comenzar a cobrar impuestos en dólares en un escenario donde tiene un enorme déficit en sus cuentas?

La dolarización tiene un altísimo costo fiscal porque no hay una estructura para gravar las operaciones que se realizan internamente con dólares o en divisas en general. Entonces se busca cómo hacer tributar las transacciones en dólares. Será muy difícil desdolarizar esta economía. Volver a hacer política monetaria, cambiaria va a tomar mucho tiempo, eso no está a la vuelta de la esquina; allí están las experiencias de Perú y Bolivia, son países que les ha costado mucho desdolarizarse a pesar de décadas de reformas y crecimiento.