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45 partidos comunistas rechazaron los intentos del chavismo de intervenir el PCV
Según el documento, el vicepresidente del chavismo, Diosdado Cabello, busca «promover y ejecutar el plan dirigido a asaltar al PCV y usurpar sus siglas y personalidad jurídica-electoral

 

Un total de 45 partidos comunistas de todo el mundo condenaron lo que consideran un «plan para asaltar e intervenir el Partido Comunista de Venezuela (PCV)» por parte del Estado.

A través de un comunicado, difundido este domingo, 26 de febrero, por el PCV, denuncia que desde hace años el gobierno los ataca por diferentes vías por desmarcarse de la política que lleva a cabo Nicolás Maduro al frente del Ejecutivo.

El comunicado conjunto expresa la «solidaridad con la causas justas de los pueblos, con los comunistas que se enfrentan a la persecución y a las prohibiciones del libre ejercicio de sus derechos políticos y sociales, y contra la represión y discriminación en materia de derechos y libertades democráticas».

Asimismo, condena «los planes dirigidos a asaltar por medios fraudulentos su dirección política, ya sea a través de una ilegal intervención administrativa (vía Consejo Nacional Electoral) o judicial (vía Tribunal Supremo de Justicia)».

Según el documento, el vicepresidente del chavismo, Diosdado Cabello, busca «promover y ejecutar el plan dirigido a asaltar al PCV y usurpar sus siglas y personalidad jurídica-electoral, a través de la inaceptable maniobra de utilizar individuos que no forma parte del PCV, con el fin de presentarlos como supuestas bases del partido».

«Rechazamos enérgicamente esta vil maniobra, así como los sistemáticos ataques de este dirigente del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) en los que acusa reiteradamente al PCV de servir a los intereses del imperialismo estadounidense, con el claro objetivo de criminalizar las luchas de las y los comunistas en Venezuela», señala la nota.

*Con información de EFE

Reuben Morales Nov 26, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Si Adán y Eva hubiesen sido…
Si Adán y Eva hubiesen sido comunistas, hubiesen expropiado el Edén y lo habrían convertido en chatarra

 

@ReubenMoralesYa

Menos mal que Adán y Eva no nacieron en esta época. Es que de haber sido así, el destino de la Biblia hubiese sido otro totalmente distinto. Con solo pensar en la cantidad de comunidades que hoy abundan en el planeta, no cuesta imaginar qué hubiese pasado si Adán y Eva hubiesen sido miembros de algunas de estas tribus:

SI HUBIESEN SIDO COACHES

DIOS: “Adán… Eva… pueden disfrutar de todo el Edén, excepto del árbol de la vida”.

ADÁN: “¡Por favor, Dios! ¿Habiendo tantas cosas en el Edén vamos a enfocarnos en lo negativo? ¡Enfócate en el vaso medio lleno!”

SI HUBIESEN SIDO ECOLOGISTAS

DIOS: “Muchachos… no me coman del fruto prohibido”.

EVA: “¡Dios, por favor! Comernos ese fruto sería atentar contra la Pacha Mama. ¿Qué te pasa, brother?”.

SI HUBIESEN SIDO EMPRESARIOS

DIOS: “Me hacen el favor y no me comen de ese árbol”.

ADÁN: “Tranquilo que no comeremos, pero pronto llenaremos el Edén de puros cultivos de ese árbol para conquistar el mercado de exportación de manzanas”.

SI HUBIESEN SIDO ABOGADOS

DIOS: “No me pueden comer de ese…”.

EVA: “¡Ya va, ya va, ya va! Hazme el favor y me dices en cuál artículo de cuál ley dice que no se puede comer de ese árbol”.

SI HUBIESEN SIDO GAIS

DIOS: “Ni vean esa manzana porque van a caer en la tentación”.

ADÁN: “¡Por favor, Diosi!… O sea, tú no sabes que yo soy el mejor amigo de Eva porque ella me cuenta todo mientras yo la peino”.

SI HUBIESEN SIDO ATEOS

DIOS: “Podéis recorrer todo el Edén, pero no acercaros a ese árbol”.

EVA: “Adán, ¿tú escuchaste algo…? Hay como un mosquito en el ambiente, ¿no?”.

DIOS: ¿Me escucháis?

ADÁN: ¡Ignóralo, Eva!… La, la, la, la, la, la.

SI HUBIESEN SIDO PROGRES

DIOS: “Es importante que no se acerquen a ese árbol”.

EVA: “Ya va… ¿y por qué solo a ese árbol? ¿Dónde dejas a los demás árboles? ¿Por qué los excluyes? Y además… ¿cómo sabes que ese árbol es “él” y no es “ella”? ¿Por qué no le dices “árbel”?”.

Avise a todes

Avise a todes

SI HUBIESEN SIDO VEGANOS

DIOS: “Terminantemente prohibido comer manzanas”.

ADÁN: “Lo lamentamos. Ya nos la comimos. Es lo único que comemos”.

SI HUBIESEN SIDO FEMINISTAS

DIOS: “Ni me miren esa manzana”.

EVA: “¡Y cuenta con eso! ¡No quiero que me culpen de haber iniciado el heteropatriarcado machista!”.

SI HUBIESEN SIDO GAMERS

DIOS: “Hijos míos”.

ADÁN: “Ya va”.

DIOS: “¿Me escuchan?”

EVA: “Ahorita no”.

DIOS: “Es importante”.

ADÁN: “¡Ya va, que estamos a punto de pasar de mundo!”

SI HUBIESEN SIDO MILLENNIALS

DIOS: “Y si se comen esa fruta, cometerán el primer pecado”.

EVA: “¡Ja, ja, ja, ja!… Ya nosotros cometimos ese pecado hace como diez años”.

ADÁN: Y seguimos siendo amigos y todo bien.

SI HUBIESEN SIDO CENTENNIALS

DIOS: “Adán… Eva… Es importante”.

EVA: “¡Adán!… ¿Y ese audiolibro?”.

ADÁN: “¡Me hackearon el teléfono!”

SI HUBIESEN SIDO CHINOS

DIOS: “Y si comen esa manzana, cometerán el pecado original”.

EVA: “Y te tenemos este pecao’ imitación que es igualito al oliginal”.

SI HUBIESEN SIDO DEMÓCRATAS

DIOS: “Prohibido comer del fruto prohibido de ese árbol”.

ADÁN: “Levante la mano el que esté de acuerdo con eso”.

SI HUBIESEN SIDO COMUNISTAS

Bueno… ya va… tampoco es tan bueno darle rienda suelta a la imaginación. Porque si Adán y Eva hubiesen sido comunistas, tengan por seguro: no hubiese habido Dios que les hablara, hubiesen expropiado el Edén, lo habrían hecho improductivo, Adán hubiese matado a Eva de hambre, luego se hubiese comido a la culebra para sobrevivir y este artículo ni siquiera hubiese existido porque de seguro ya lo habrían mandado censurar.

¡Ah, pero eso sí!, habrían publicado una Biblia muy bella donde todo se hubiese visto bien hermoso y abundante.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Carolina Jaimes Branger May 24, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Hipócritas y arrogantes

@cjaimesb

Uno de los problemas fundamentales del comunismo estriba en que simplemente no ha funcionado -en ninguna parte donde se haya experimentado- el tener una “revolución” para reconstruir la sociedad desde cero. En lugar de una sociedad ideal, esas revoluciones han terminado creando traumas sociales de todo tipo, distintos, nuevos y definitivamente peores de los que se querían combatir. Además de soluciones ad hoc que no se parecían en nada a lo que pretendían originalmente.

El problema con los sistemas “ideales” es que deben implementarse en condiciones no ideales y por personas que no son perfectas. Karl Marx ha debido imaginarlo porque hasta confesó que “construir castillos de arena en el aire es una pérdida de tiempo”.

Los comunistas, a pesar de ser ateos, son como fanáticos religiosos. Cuando están fuera del poder son solidarios, fraternales, empáticos. Creen –supuestamente- en una sociedad igualitaria. Y eso permanece inalterable hasta que llegan al poder. ¿Será que nunca están listos para “lo social”, como decía Marx?

Aquellos otrora seres humanitarios se convierten en los seres más despiadados por obra y arte del dinero.

Si estudiaron El capital, dejan atrás las teorías de Marx sobre dinero, valor y trabajo. Los reales sirven para comprar todo lo que quisieron tener y no tuvieron y para ello no tienen que trabajar, solamente echar mano del tesoro público… para eso llegaron al poder. El pueblo, esa masa anónima en nombre de quien actuaron, quedó relegado a lo que siempre fue: un instrumento para acceder al poder.

Los “comunistas”, como nuevos ricos, son la cosa más presuntuosa y despreciativa que hay. Los comunistas verdaderamente comprometidos, que no son muchos, han tenido que darles la espalda, como hicieron en la extinta Unión Soviética, donde los propagandistas anticomunistas no tuvieron que buscar fallas con argumentos abstractos y experimentos mentales, sino usando la realidad de la propia URSS.

Y aquí en Venezuela no son distintos… Llegaron con las fauces abiertas, hambrientos, desesperados, apremiados a saquear todo. Acabaron con el país. No hubo sector con el que no se metieran y destrozaran. Y encima, no tuvieron empacho en hacer público sus riquezas mal habidas. Aún ahora, cuando frente a la realidad de un pueblo que en más de sus tres cuartas partes está en estado de pobreza crítica, restriegan sus posesiones y privilegios. Hipócritas y, encima, arrogantes… Arrogantes y, encima, hipócritas.

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Asdrúbal Aguiar Mar 14, 2020 | Actualizado hace 3 semanas
La máscara del coronavirus

@asdrubalaguiar

Avanzo algunos párrafos de mi libro en edición Crónicas de Facundo, Bajo la usurpación de Nicolás Maduro (EJV, 2020). El miedo otra vez hace cuna entre nosotros por obra de una pandemia global de origen chino. Se suma a las pandemias anteriores y recientes, las culturales y las políticas que han significado la disolución de las seguridades modernas y el ingreso – diría Zigmunt Bauman – a la “modernidad líquida”.

Todo se mueve y vuelve informe. Todo se hace frágil y sin direcciones ciertas desde 1989. ¡Y cómo que nos hacen falta esas seguridades mínimas para enfrentar esta amenaza de muerte viral, el coronavirus, dilapidadas en el altar de lo relativo!

Cuando se derriba el muro de Berlín los marxistas no se van a Marte. Se cuelan por entre los intersticios occidentales y ocupan sus subterráneos para en venganza diluir los sólidos nuestros. Celebran la destrucción de las Torres Gemelas y después avanzan sobre la Iglesia de San Pedro, los íconos.

Dejarnos sin muros civilizatorios, relajar nuestras inmunidades morales como fracturar nuestras texturas asociativas ha sido el medio para favorecer que la violencia – islámica, la de las retículas que alegan razones de diferenciación étnico-racial o de género y se desprenden de los declinantes “estados de bandera”, y la china – atice los muchos miedos que a todos nos envuelven en la hora. Ellos paralizan y luego nos tornan indiferentes y resignados. Aceptar “la muerte de Dios” como en Zaratustra, que recrea al Papa jubilado, es el desiderátum.

Y viene al dedo para el despropósito la bondad multiplicadora de las plataformas digitales. Emergen el mismo año en que declina el socialismo real. Nace así, del maridaje, el mundo de la posverdad y el “posestado”.

Papa Francisco al apenas finalizar el año 2019, ante la Curia Romana que vela por los soportes de la civilización judeocristiana vigente ya 3.500 años, dice que “vivir es cambiar”. Ajusta que “no estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época”, signada por un reclamo: que la “memoria” sea dinámica y no termine siendo custodia de cenizas puesto que “no estamos más en la cristiandad”. Son sus palabras.

El no saber ahora dónde estamos, hacia dónde vamos, con quién contamos, es el verdadero virus que nos enferma de gravedad y empeora la pandemia en curso. Es el miedo, es el pánico, la sensación de haber perdido todos a las seguridades todas.   

Según el Papa emérito Joseph Ratzinger “la seguridad que necesitamos como presupuesto de nuestra libertad y dignidad no puede venir de sistemas técnicos de control, sino que solo puede surgir de la fuerza moral del hombre”, de su vuelta a la razón práctica o iluminada, contenedora de lo animal e instintivo. “Donde esta falte o no sea suficiente, el poder que el hombre tiene se transformará cada vez más en un poder de destrucción”, argumenta en 2005, acaso mirando sobre el presente coronavirus y más allá de su circunstancia, transcurrida una generación. 

De lo que se trata, entonces, es de asumir con coraje que la fuente del miedo actual, cuya máscara lo personaliza y proyecta como en el antiguo teatro griego, tiene rostro cierto y esta lo oculta.

Luego de la caída de la Cortina de Hierro, hace exactamente treinta años, ocurre un quiebre civilizatorio que deja atrás tanto a los polos imperiales del mundo como a los espacios geográficos de los Estados. Son trastornados los fundamentos del Derecho internacional y constitucional una vez como abre sus compuertas la sociedad digital e impone el inédito ecosistema que nos envuelve, la llamada cuarta o quinta revolución industrial que predica la libertad de ataduras y el derrumbe incluso de los tejidos humanos y culturales. Coinciden con su visual, utilitariamente y como cabe admitirlo, los huérfanos de la Cortina de Hierro.

La máscara muestra a la persona y es la que causa el miedo. Oculta lo real y lo trastorna. Es, a modo de ejemplo, la máscara del Jóker, esa que endosan quienes destruyen a mansalva e indiscriminadamente por nuestras calles justificándose en sus indignaciones compartidas, ocultando miedos y orfandades individuales. Es el rostro final que cabe descubrir y mirar a los ojos acaso mirándonos en los nuestros, para perder el miedo y derrotarlo. 

La máscara esta vez es el coronavirus. Tras ella el miedo que oculta es la falta de esas seguridades que nos diera la modernidad, el olvido de nuestras formas de organizarnos y saber protegernos ante cualquier eventualidad, criminal o natural, y también política.

Occidente decidió avergonzarse de sus raíces – lo afirma Ratzinger ante los parlamentos italiano y alemán tiempo antes de su renuncia – y se descubre enseguida omisivo y titubeante ante la pandemia como parece intuirlo la Organización Mundial de la Salud. La gente, como en el mundo primitivo, apuesta a las estaciones, ve las cuarentenas medievales, juega al azar habiendo dado a Dios por muerto o por desconocerlo.

“Matamos a Dios y hoy estamos tratando de revivirlo como la única fuerza capaz de renovarnos espiritualmente y de resolver los problemas. Matamos a Dios y las posesiones materiales y el estatus y el poder se convirtieron en la razón de ser de los seres humanos”, leo cuanto escribe un periodista en Los Rostros del Miedo describiendo a la Medellín de Pablo Escobar, en 2003, pasados casi tres lustros desde el final del comunismo.

correoaustral@gmail.com

El Papa dice que son los comunistas los que piensan como los cristianos

papafrancisco

 

El papa Francisco afirmó que “son los comunistas los que piensan como los cristianos”, al contestar sobre si querría una sociedad de inspiración marxista, en una entrevista publicada hoy en el diario italiano “La Repubblica“.

“Son los comunistas los que piensan como los cristianos. Cristo ha hablado de una sociedad donde los pobres, los débiles y los excluidos sean quienes decidan. No los demagogos, los barrabás, sino el pueblo, los pobres, que tengan fe en dios o no, pero son ellos a quienes tenemos que ayudar a obtener la igualdad y la libertad”, explica Jorge Bergoglio.

Por ello, Francisco espera que los Movimientos Populares, de los que recibió en el Vaticano hace unos días una representación, entren en política, “pero no el politiqueo, en las luchas de poder, en el egoísmo, en la demagogia, el dinero, sino en la alta política, creativa y de grandes visiones”.

El pontífice evita hablar del recién elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y asegura que de los políticos le interesa sólo “los sufrimientos que su manera de proceder pueden causar a los pobres y a los excluidos”.

Francisco explica que su mayor preocupación es el drama de los refugiados e inmigrantes, y reitera que es necesario “abatir los muros que dividen, intentar aumentar y extender el bienestar, y para ellos es necesario derribar muros y construir puentes que permitan disminuir las desigualdades y dar más libertad y derechos”.

Sobre los presuntos “adversarios” que tiene en el seno de la Iglesia, asegura que no les llamaría así y que “la fe une a todos, aunque naturalmente cada uno ve las cosas de manera diferente”.

Luis De Lión Ago 30, 2015 | Actualizado hace 9 años
Las crisis migratorias por @LDeLION

A boy pushes his bicycle loaded with a bucket across a dirt track next to people carrying their belongings, across to Colombia through the Tachira river at San Antonio in Tachira state, Venezuela

Históricamente las dos principales razones de la migración colombiana en dirección de Venezuela, es que fuimos refugio para los que huían de la guerra y de la pobreza.

Con el tiempo, ambas naciones descuidaron sus fronteras respectivas. Hoy, para nadie es un secreto que la frontera colombo-venezolana, lleva décadas siendo un teatro de todo tipo de tráficos ilegales. Pero Maduro, lejos de mirar las cosas de frente y actuar en consecuencia, ha preferido tergiversar.

Poco o nada, hizo la Venezuela chavista por la paz en Colombia. La prioridad ha sido darles refugio, atención y comodidad a los cabecillas de las FARC.

Así pasó Venezuela, de ser una orgullosa tierra receptora de inmigrantes desde los años 50, al presente en que Maduro, los expulsa manu militari.

Son las dictaduras, las que usan la fuerza armada contra los inmigrantes. Los regímenes comunistas son expertos en fronteras interiores.

Las democracias canalizan los flujos migratorios. Sabiendo que son corrientes casi que naturales e indetenibles. Obama con un injustificable retraso se ha propuesto reformar las leyes migratorias de su país. Europa creó en 1995 el primer espacio sin fronteras (Schengen) toda una aberración para un comunista, para un yihadista, para un castrista.

Europa, en el presente, es escenario de un importante flujo de inmigrantes, el cual está siendo gestionado por cada país a su propia manera. No hay política común. Los refugiados que llegan masivamente a Europa, huyen de la guerra en Siria y del terror del Estado Islámico. Muy distinto, a los inmigrantes que Maduro, expulsa.

Dentro de ese flujo masivo de inmigrantes en éste 2015 de los 300.000 refugiados que han llegado a Europa, 160.000 lo han hecho a través de Grecia. En su mayoría son ciudadanos sirios y afagnos, los que llegan a las costas griegas. Rumbo a los prósperos países del norte de Europa, los inmigrantes salen de Grecia y utilizan a Macedonia y a Hungría como una suerte de corredor.

Hungría en éste 2015 ha recibido unos 100.000 refugiados. Vale la pena detenerse en el caso húngaro por cuanto tiene algunas similitudes con el caso de la Venezuela de Maduro.

Hungría en 1989 fue el primer país en abrirles una puerta de salida a los inmigrantes que padecían la dominación soviética. La Hungría del 2015, quiere cerrarles el paso a los inmigrantes que vienen del sur y en ese sentido el régimen conservador húngaro acordó cerrar su frontera a partir del lunes 31 de agosto, a tales fines ha erigido un muro, que servirá de nada.

El asunto de los emigrados, nos va a tener que ocupar, más que el asunto griego y el del euro. Dijo Merkel recientemente.

Europa y Venezuela. Dos casos y dos tratamientos. Las proporciones no son las mismas, las razones tampoco lo son.

En 15 años de castrochavismo, Venezuela, pasó a ser una nación de emigrantes y se dispone a ser un espacio cerrado para los refugiados.

Neo-totalitarismo o socialismo del siglo XXI por Andrés Hobaica

Socialismo2

 

Los horrores ocasionados por el establecimiento de regímenes totalitaristas, tanto fascistas como comunistas, fueron contemplados por el mundo entero después de la segunda guerra mundial, a lo largo de la guerra fría e inclusive hasta nuestros días.

El Totalitarismo se traduce en una absorción de la sociedad al Estado, ésta desaparece como organización civil libre, pasando el Estado pasa a monopolizar la política, la economía y todo aspecto de la vida cotidiana del individuo. El hombre cesa de tener vida fuera del Estado. El desiderátum totalitarista es el sometimiento de la sociedad, transformar un grupo de individuos en una masa uniforme obediente a los caprichos de una cúpula política. Se trata de la desnaturalización del Estado como institución política cuyo fin es frenar o limitar el poder (arbitrario).

Los distintos regímenes totalitarios que surgieron a lo largo del siglo XX se valieron de múltiples métodos coactivos para someter a la población civil. Sin embargo, en su mayoría fueron medidas que buscaban infligir miedo/terror en la sociedad y controlar las necesidades más básicas del hombre: alimentos, vivienda, etc.

Los soviéticos, durante la Revolución rusa exterminaron todo vestigio monárquico para la implantación de su modelo comunista, pero, fue durante el mandato de Stalin que los rusos vieron el despliegue de la ideología Marxista-Leninista en su máxima expresión. Stalin estableció una política de control férreo, donde cualquier discrepante era asesinado o enviado a campos de trabajo forzoso (Gulags). Entre 1932 y 1933 mediante la colectivización (forzosa) de la agricultura murieron de hambre hasta 7 millones de personas. En la misma década, durante la llamada Gran Purga, exiliaron y ejecutaron a más de un millón de personas acusadas de ser saboteadores, espías y traidores a la patria. El Estado soviético hizo uso indiscriminado de la coacción pública para controlar a la población. Hay que distinguir de las medidas dirigidas abiertamente para la exterminación de la disidencia y lograr la sumisión mediante el terror (genocidio directo); y las medidas económicas para lograr la sumisión mediante la necesidad (genocidio indirecto), pues entendieron a la perfección que no hay nada más maleable que un pueblo hambriento.

Mao se valió de métodos similares a los soviéticos, fue de tal magnitud su crueldad, que su sistema de control se ha llamado Marxista-Leninista-Maoista. La implementación de su modelo político trajo como consecuencia más de 50 millones de muertes, a través de trabajo forzado, hambrunas, como consecuencia de la colectivización de la agricultura y ejecuciones de disidentes; siendo, demográficamente, el genocida más despiadado de la historia.

Los soviéticos y los chinos esparcieron su modelo por el mundo, principalmente al tercer mundo, anexando naciones y financiando conflictos armados para deponer gobiernos “capitalistas”, tal como ocurrió en Corea, Cuba, Vietnam, etc. El caso más particular es el de Pol Pot y el Khmer Rouge en Camboya durante los 70’s. El mandato de Pol Pot entre 1975-1979, en lo que llamaron la República Democrática de Kampuchea, es quizá el más crudo ejemplo de un sociedad distópica. Tras años de conflicto, el Khmer Rouge asciende al poder en Camboya en 1975. Pol Pot, el Hermano No. 1, educado en Francia y miembro de Cercle Marxiste, inicia rápidamente la ejecución de su modelo político: una “utopía agraria colectiva”. Pocos meses después de ocupar la capital camboyana y ascender al poder, el Khmer Rouge abolió la banca, sacó de circulación el dinero e inició el desplazamiento forzoso de millones de personas al campo. Paralelamente exterminaron a la clase comerciante, industrial y profesional, y de la misma manera los intelectuales, donde era suficiente que una persona utilizara anteojos para ser tildado de “intelectual”, y fuera, por ende, ejecutado. El resto de la población fue hacinada en centros de trabajo forzado, donde era separada de su familia, no existía propiedad privada. Al cabo de unos meses fueron abolidas todas las instituciones capitalistas, sometiendo a los camboyanos a vivir en una sociedad feudal. Se inició el más drástico proceso de colectivización: vestimenta, raciones y horas de descanso idénticas; en fin, se perdió cualquier rasgo de individualidad y así la población camboyana pasó a formar parte de una gran masa sometida a la voluntad arbitraria de sus crueles lideres. Claro que implantar una sociedad agrícola a través del secuestro de una población de la ciudad al campo ocasionó una hambruna descomunal. Bien fuese de hambre, ejecutados o agotamiento por las crueles condiciones de trabajo, fueron asesinadas casi 3 millones de personas, un cuarto de la población de Camboya del momento. El genocidio camboyano es prueba de la extensión de la crueldad humana.

No tardó mucho para que estos ideales cruzaran el Atlántico. Los cubanos, afianzados en el poder por más de 50 años, fueron receptores de la ideología soviética y afinaron su propia versión de totalitarismo latinoamericano, valiéndose de medidas mucho menos genocidas, pero no por eso menos efectivas. Igualmente, la Revolución cubana ocasionó miles de muertes y a lo largo de 5 décadas cientos de miles de exiliados. Vale decir que hasta hace poco, en Cuba el único Partido (comunista) no tenía disidencia, siendo aquella ilegalizada y paulatinamente exterminada. Cuba persistió en la continuidad de su modelo totalitarista-comunista, que si bien tuvo su auge en el siglo XX, fue prácticamente erradicado con el desmantelamiento de la Unión Soviética, la posterior caída del muro de Berlín, y recientemente con la apertura económica china.

El colapso de la Unión Soviética comprobó la inviabilidad del modelo comunista, quedando comprobado que la existencia de ciertas instituciones capitalistas son indispensables para el progreso. Tras el ascenso de Hugo Chávez en el poder, los Castro vieron una oportunidad dorada para seducir a este gobernante y apoderarse de una de las riquezas más vastas del mundo, mediante el establecimiento de un nuevo régimen totalitario, adaptando un modelo inviable al orden imperante en el siglo XXI.

El régimen chavista que detenta el poder en Venezuela desde 1998 rompe con el paradigma totalitarista-comunista del siglo XX. El auge del Estado social como equilibrio entre la intervención estatal y la libertad de mercado fue el espejo en que se reflejó el Estado venezolano por más de una década, por lo menos nominalmente. Pues utilizan la fachada de un Estado democrático de Derecho, aun cuando su núcleo es totalitarista-comunista. Se habla de separación de poderes, cuando estos se encuentran secuestrados por un partido político; se mantiene un supuesto esquema democrático con procesos electorales viciados y con un pluralismo político inexistente. Se trata de una perversión generalizada al Estado como institución liberal, degenerando la esencia y naturaleza de toda institución, pero manteniendo su nombre.

Se superaron las políticas genocidas por un terrorismo estatal más sutil. Intervención económica como mecanismo de control a la población y el despilfarro de la riqueza petrolera al servicio de la suprema felicidad del pueblo. A través de expropiaciones se desincentivó cualquier emprendimiento productivo en el área agrícola, aunado al intento de colectivización del campo, que al igual que sus predecesores en el siglo XX fue infructuoso. La escasez de alimentos e insumos básicos ha sido maquiavélicamente administrada, nuevamente el sometimiento de la población a través del hambre.

Finalmente, el régimen venezolano ha sido bastante frontal en cuanto a la erradicación de la disidencia, especialmente en los últimos años. Sin embargo, sus métodos han variado con respecto a las medidas tradicionales de los regímenes totalitaristas del siglo pasado. Adoptaron la impunidad procesal y penitenciaria como políticas estatales para el crecimiento desenfrenado de la criminalidad, gestionando prácticamente un genocidio indirecto: cientos de miles de muertes producto de la delincuencia y la emigración de miles más.

La complejidad de este régimen nos lleva a la conclusión que el modelo político adoptado por los revolucionarios venezolanos no es el totalitarismo-socialismo puro del siglo XX. Si bien la esencia y finalidad son las mismas, Venezuela (aun) no es Cuba, ni Corea del Norte. Hemos generado nuestra versión de un totalitarismo tropical, enfocado principalmente en el saqueo de la renta petrolera y en posicionar a Venezuela como el eje del narcotráfico mundial. Lo que carecen de sanguinarios, en principio, lo compensan en corrupción. En fin, se trata de un modelo sui generis, una fachada democrática que oculta un régimen autocrático y criminal; orquestado por los propios cubanos, cuya formación socialista estuvo en manos de los propios soviéticos. En fin, tenemos un intento de adaptar el modelo totalitarista, superado en el siglo XX, a las exigencias del nuevo milenio: un neo-totalitarismo, o como lo han llamado sus supuestos creadores, socialismo del siglo XXI.

 

Nuestros viejos asesinos comunistas por Leopoldo Colmenares

En nuestro escrito anterior señalábamos que algunos autores afirman, que dado los cambios en la naturaleza de los conflictos armados posguerra fría, podría hablarse de la existencia de “nuevas guerras” o guerras no clausewitzianas. Uno de los objetivos que perseguíamos en ese artículo era exponer al lector una de las corrientes de pensamiento de la denominada “investigación para la paz” y como esto de alguna manera ha impactado sobre la denominada agenda de seguridad internacional.

Otro de los objetivos era introducir al amable lector con la existencia de taxonomías en este campo de la seguridad y defensa. Así entonces, se podía inferir que existe una clara división entre lo que son los conflictos armados durante la llamada “guerra fría” y posterior a ella.

Ahora bien resulta que más allá de cualquier diferenciación periódica que pueda aceptarse en el campo de la investigación para la paz, esta rama de la investigación académica ha constantemente llamado la atención sobre algunas cifras de muertes derivadas de conflictos que no pueden catalogarse como guerras, nuevas o no.

Las conclusiones de este “síndrome” de investigación, como cataloga el Prof. Rafael Grasa a la investigación para la paz, no pueden ser más reveladoras: durante el siglo XX los denominados democidios han sido los mayores causantes de muertes en el planeta, aun si realizamos la sumatoria de las bajas ocurridas en todas las guerras (nuevas o viejas) durante el período en cuestión.

El democidio puede definirse como el asesinato de una persona o grupo de gente por parte de un Gobierno. Esto incluye el genocidio que son asesinatos cometidos contra grupos, simplemente por ser miembros de una raza, etnia, religión, etc., el politicidio, que consiste en el asesinato por parte de un Gobierno de una persona o grupo de gente a causa de su política o por propósitos políticos y el asesinato masivo, que no es más que la matanza indiscriminada de personas por parte de un Gobierno.

Así entre las escalofriantes cifras que pueden señalarse para ejemplificar al democidio, tenemos los más de 76 millones de muertos durante el período 1949-1987 en China, los 62 millones de fallecidos en la URSS entre los años 1917-1987. Para tener algún patrón de comparación de estas cifras, podemos indicar que en el campo de batalla de las dos guerras mundiales ocurrieron cerca de 21 millones de muertes.

En una proporción menor, lo cual no significa que no sea también espeluznantes las cifras, se pueden mencionar el millón setecientos mil fallecidos en Vietnam en el período 1945-1987, el millón quinientos mil muertes entre 1945 y 1948 ocurridas en Polonia y al millón cien mil personas asesinadas en la Yugoslavia de Tito entre 1944 y 1987. En nuestro continente, tenemos a los 73 mil asesinatos cometidos por el régimen de Fidel Castro entre 1959 y 1987 y los 5 mil muertos atribuibles a los sandinistas.

Así pues, sin duda la conclusión que se desprende es que los gobiernos totalitarios o autocráticos comunistas suponen una de las principales causas de violencia y de riesgo para la vida humana en el planeta, más allá de las guerras convencionales.

Leopoldo E. Colmenares G.

@LCOLG