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Grupo Atahualpa: Cachucha, petróleo y ahora… agua por V.J. Los Arcos Ayape

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Está pasando por debajo de la mesa el Decreto 2.293 del 4 de Abril de 2016, en el cual Nicolás Maduro Moros, refrendado por el gabinete en pleno, autoriza la creación de Complejo Industrial Tiuna I, C.A. Se trata de una empresa mixta adscrita al Ministerio de la Defensa cuyo capital, todavía por determinarse en su monto, estará suscrito al 51% por la C.A. Venezolana de Industrias Militares (CAVIM) y al 49% por Grupo Atahualpa, C.A.

  •             Del Ministerio de la Defensa, ya se sabe; es el brazo armado militar, o con pretensiones de su jefe, general Vladimir Padrino López, de que así lo sea, como coadyuvante en la artillería leguleya del llamado tribunal supremo de justicia (tsj) contra la Asamblea Nacional (AN); es también, en principio, el llamado a respaldar las triquiñuelas concomitantes del Consejo Nacional Electoral (CNE) de una señora tramposa conocida como Tibisay Lucena Ramírez, cuya trampa en curso más notoria es evitar que el proceso de referéndum revocatorio ocurra dentro de los lapsos requeridos por la Ley y urgidos por la sociedad venezolana.
  •             De CAVIM, también ya se sabe; es un organismo cuya santabárbara quedó destruida, sin que se haya producido un solo reporte confiable; es el organismo bélico que, en tiempos de escasez profunda,  abastece con fluidez total al hampa común y al hampa política; desde liguitas hasta fusiles, pasando por granadas.
  •             De Grupo Atahualpa, C.A., lo mejor que se sabe es que se trata de una empresa fabricante de material POP (Point of Purchase), como así lo confirmó el interlocutor telefónico después de salvar la barrera de la central telefónica. Imposible conocer el nombre de su presidente o gerente; “por cuestiones de seguridad no le voy a dar esa información”, regaña una voz prepotente, como si se estuviese hurgando en la gaveta de un traficante de coltán.

 

Bueno será reproducir el artículo referente al objeto de la compañía:

Articulo 2°. La Compañía Anónima «COMPLEJO INDUSTRIAL TIUNA I, C.A.», tendrá como objeto social lo relativo al diseño, fabricación, industrialización, ensamblaje, comercialización, compra, venta, distribución, importación, exportación, prestación de servicios y, en general, la realización de cualesquiera tipos de actividades y negocios jurídicos lícitos respecto de, o relacionados con: Agua mineral y agua purificada apta para el consumo humano; productos textiles, ropa, calzado y accesorios para damas, caballeros y niños; artículos de piel; serigrafía; artefactos electrodomésticos, electrónicos, digitales, mecánicos, de audio y vídeo, computación, instalación de redes y equipos de oficina; muebles para el hogar y la oficina; equipos médico quirúrgicos; medicamentos y utensilios desechables para uso médico y sus similares; útiles y textos escolares y cualquier otro tipo de textos relacionados con la educación; juguetes y sus similares; equipos, insumos y utensilios de cocina; impresión, reproducción y afines; publicidad y propaganda; incluido todo tipo de actividades afines y conexas con las indicadas. (más adelante se indica que estas actividades son enunciativas y no limitativas)

Complejo Industrial Tiuna I, C.A. hará de todo… de todo lo que le dejen hacer; sobre todo importar, pero, a falta de garantías de dónde está y cómo se demuestra que es cierta la capacidad productiva en todas las actividades mencionadas, puede afirmarse que se está ante un nuevo montaje donde, léase bien, el objetivo principal es el relativo al control del agua.

En los considerandos del decreto se lee expresamente la meta de incorporar a la Fuerza Armada Nacional Bolivarianaa los procesos de purificación, filtración y tratamiento de agua mineral con el objeto de propiciar su crecimiento (el de la FANB) y coadyuvar al crecimiento de la Nación”. Pues eso… más claro, agua.

Cuando, a mediados de Febrero, Maduro creó C.A. Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMIMPEG), el ex ministro del (hoy Ministerio de Petróleo y Minería, Humberto Calderón Berti, restó importancia evento; “no le voy a hacer mucho swing a esa bola”, dijo.

También se ha dicho siempre que petróleo y agua no ligan, pero esta “revolución” contra natura está poniendo en duda el axioma.

CAMIMPEG ha recibido todo tipo de críticas; tantas o más como las que merece Complejo Industrial Tiuna I.

Ambas compañías tienen (todavía) algo en común: las dos han sido autorizadas, pero ninguna de las dos ha sido creada aún. Todavía hay espacio para la protesta… ya que no lo hay para la razón.

@vjlosarcosayape

Laboratorio de Paz pide que dinero para compra de armas se destine para aliviar crisis alimentaria y de salud

Kaláshnikov

 

La organización Laboratorio de Paz exhortó al Estado venezolano a desistir en la construcción de la única fábrica de fusiles Kalashnikov en la región y de la compra de armamento militar por considerar que la prioridad del país debe ser la inversión social y la reducción de la pobreza.

El exhorto llega después de que el ejecutivo de la corporación estatal rusa Rosoboronexport, Serguéi Ladiguin, anunciara, en el marco de la feria aeronáutica FIDAE 2016,  que el 01 de abril se reiniciarían labores para la construcción de dicha fábrica, esperando que estén listas entre 2016 y 2017.

Según el acuerdo que el Estado venezolano mantiene con esta compañía rusa desde mayo del 2005, una fábrica dedicada a la producción de fusiles Kaláshnikov y otra para la producción de municiones estarían en pleno funcionamiento en tres años y medio, es decir en 2008, con una capacidad de producción de 50.000 unidades al año.

En 2014, la construcción quedó paralizada luego que por petición de la Fiscalía rusa, Serguéi Popelniujov, exsenador ruso y dueño de la compañía contratista, fuera detenido y sometido a juicio por fraude. Entre 2010 y 2011, fueron sustraídos más de 14,7 millones de dólares del fondo para financiar las obras la construcción de la fábrica.

Desde que se conoció sobre la construcción de la fábrica, Laboratorio de Paz ha realizado reiterados llamados para que el Estado venezolano desista de esta inversión millonaria en dólares para la construcción de armas y municiones de guerra. La paralización de la fábrica parecía ser el inicio para recuperar la inversión y redirigir esos recursos en inversión social, sin embargo, tras este nuevo aviso, la ONG pide derogar el convenio con el Estado Ruso para la construcción de la fábrica y reconducir esos recursos para aliviar la grave crisis alimentaria y de salud.

CarreraArmamentista

¿Cuánto armamento se le ha comprado a Rusia?

Además de la fábrica, el contrato que el Ministerio de Defensa de Venezuela firmó con la compañía rusa Rosoboronexport incluía la compra de 100.000 fusiles AK-103, así como las maquinarias y la tecnología necesarias para producir localmente la munición.

Este convenio entre Rusia-Venezuela incluyó también 24 Sukhoi (SU-30) y 53 helicópteros militares, por el orden de los 3 mil millones de dólares, además del flujo continuo de personal militar, pilotos y técnicos, para proporcionar y recibir entrenamiento.

Posteriormente, vinieron los anuncios de adquisición de entre 10  a 12 misiles sistema de defensa antiaérea Tor-M1 de Moscú.

Un año después de la firma, en junio de 2006, Venezuela recibió 30.000 fusiles. Dos meses después, en agosto, una segunda remesa de 32.000 AK-103. Un último lote fue recibido el 29 de noviembre del mismo año.

 

¿Dónde están asignando el dinero?

Para el año 2015, según información del Instituto de Investigaciones de Paz de Estocolmo (SIPRI), Venezuela se mantiene en el puesto 18 como el mayor comprador de armas a nivel mundial, gastando solamente este último año, 162 millones de dólares en compra de armas. Pero si tomamos el periodo de 16 años del actual gobierno, el Estado venezolano ha destinado la suma de 5.620 millones de dólares en compras bélicas.

Por su parte, el presupuesto asignado al Ministerio de la Defensa en 2016 pasó de 33 mil millones de bolívares a 85,3 mil millones de bolívares. Es el 8vo. ministerio con más recursos asignados. Paradójicamente en la situación actual, recibe 4 veces más dinero que el Ministerio de Alimentación.

«La actual crisis venezolana necesita de más alimentos y medicinas, no de herramientas para matar», asegura Laboratorio de Paz y agrega que el Estado venezolano está obligado a la reducción progresiva de la inversión militar y un aumentó para crear y mejorar las condiciones y capacidades para un desarrollo sostenible que garantice la consecución de derechos, sin exclusión.

 

* Con información de Laboratorio de Paz

Granada M26 cuesta 130 mil bolívares en el mercado negro

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Durante el programa de radio Bajo la lupa, el periodista experto en criminología, Javier Mayorca, informó que una granada M26 de fabricación estadounidense pero ensamblada en la industria militar colombiana, cuesta 130mil bolívares en el mercado negro.

De acuerdo con el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalistas (Cicpc) estas granadas han pasado a manos del hampa común y colectivos. Mayorca asegura que esto se debe a la complicidad de militares o personas encargadas del cuido de estas armas de guerra.

Venezuela es la nación con más muertos por el uso de granadas entre enero de 2013 y marzo de 2015, reseña un estudio realizado por la Organización de Naciones Unidas para el Desarme. En ese lapso de tiempo, 8 personas fallecieron a raíz de la manipulación de estas armas de guerra.

Recientemente, cinco ataques con granadas a sedes policiales, se registraron a lo largo del territorio nacional y causaron conmoción en la opinión pública.  Todo este material explosivo no se fabrica en el CAVIM, sino que es comprado en el exterior, en divisas y a precios internacionales. A pesar de que los Tratados de Ginebra y el Derecho Internacional Humanitario (DIH), señalan que las granadas son artefactos únicamente destinados para ser utilizados contra objetivos militares; en Venezuela no ocurre de esa manera.

Entre las sedes que han sido atacadas se encuentran: dos del CIPCP, Politáchira, Poliaragua, Polimiranda y Polibaruta las fueron impactadas por granadas lanzadas por desconocidos. Estos hechos han dejado tres personas fallecidas y 13 heridas.

 

Autoridades guardan silencio a una semana de ataques con granadas a policías

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A una semana de los cinco ataques con granadas a sedes policiales de tres estados del país, las autoridades del gobierno de Venezuela guardan silencio.

Los ministros de Relaciones Interiores, Justica y Paz, Gustavo González López; y Defensa, Vladimir Padrino López no han ofrecido ninguna información ni explicación sobre estos hechos. Los ataques se han atribuido -extraoficialmente-  a bandas organizadas que han decidido cobrar venganza por el asesinato de uno de sus líderes Jhonny Enrique Aponte Castillo, alias Mini Joe.

Durante la noche del 25 de septiembre de 2015 un grupo de delincuentes intentó ingresar por la fuerza a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Mariara, estado Carabobo. Al ser repelidos por los funcionarios de guardia optaron por arrojar tres artefactos explosivos y abrir fuego contra los uniformados.

En un lapso menor a 48 horas después de este incidente, se registraron otros cuatro ataques a sedes policiales, en dos estados del país.

No ha fijado posición Vladimir Padrino López, responsable del ministerio de la Defensa, ente encargado de supervisar las operaciones de los componentes de la Fuerza Armada Nacional. Una investigación hecha por Runrunes reveló que solo la Armada, el Ejército, la Guardia Nacional, la Aviación y las milicias pueden solicitar este armamento a la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), unica proveedora autorizada.

Solo el presidente de la República, Nicolás Maduro, se ha pronunciado al respecto. Durante su Consejo de Ministros del 30 de septiembre de 2015 aseguró que un motorizado pasó por una “importante” planta eléctrica del país y lanzó una granada que dañó parte de sus instalaciones.

Durante la noche del jueves 1 de octubre fue incautado un automóvil con dos granadas fragmentarias en su interior, en un procedimiento conjunto de la Dirección Contra Robos del Cicpc y la policía de municipio Baruta. El diputado y exjefe de la Comisión Presidencial para la Revolución Policial, Freddy Bernal, informó que durante la tarde del 2 de octubre fue frustrado un ataque con estos explosivos a la sede del eje oeste del Cicpc, en Caracas.

Guevara: Queremos que el gobierno explique por qué los malandros manejan armas de guerra que están bajo la supervisión de CAVIM

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El coordinador nacional político adjunto de Voluntad Popular y candidato unitario por el Circuito 2 del estado Miranda, Freddy Guevara, aseguró que Voluntad Popular y la Mesa de la Unidad Democrática solicitarán una investigación sobre los ataques de grupos antisociales a distintas sedes y comandos policiales en varias regiones del país. “Queremos que el gobierno nos explique como es que los malandros manejan armas de guerra cuando éstas se encuentran bajo la supervisión de la empresa CAVIM y del Ministro de Defensa Vladimir Padrino López”.

 

Guevara aseguró que iniciarán acciones judiciales en la Fiscalía y en la Defensoría con el objeto de que se determine la procedencia de las granadas, “y si estas granadas no formaban parte de las armas de la nación, entonces se debe investigar cómo es que entran a nuestro país armas de esta naturaleza y como pasan a manos del hampa organizada”.

 

“El gobierno es el único culpable de estos hechos, bien sea por acción o por omisión, porque ni las granadas se compran en Farmatodo, ni en los supermercados, ni se les compran a los bachaqueros, y por eso nosotros advertimos que pueden existir algunos grupos radicales dentro del gobierno que puedan querer aprovechar una situación de esta naturaleza para enturbiar el proceso electoral y nosotros les dejamos claro al gobierno, pero sobre todo a los venezolanos, que no nos vamos a dejar amedrentar y cualquier obstáculo que ellos le quieran poner al pueblo para que se exprese en las urnas electorales será superado por la voluntad de cambio que hemos visto a los largo y ancho de Venezuela”.

 

El líder progresista también dijo que para Voluntad Popular estos hechos violentos no fueron accidentales y que por el contrario pudieran formar parte de un plan sistemático para entorpecer las elecciones parlamentarias, ya que fue una seguidilla de ataques los días miércoles 23, viernes 25, sábado 26 y domingo 27 de septiembre, este último en dos lugares, llamando profundamente la atención en la tolda naranja que en estos 6 lugares en su mayoría ocurrieron el lugares donde gobierna la oposición. “Nosotros no queremos pensar tal y como lo han dicho el Gobernador de Miranda Henrique Capriles y el secretario de la MUD “Chúo” Torrealba, que esto tenga que ver con un plan para sabotear el proceso electoral del 6 de diciembre, sin embargo queremos dejar muy claro desde Voluntad Popular tampoco descartamos estas intenciones y antes de que el gobierno ahora quiera decir que los opositores son los que facilitan las armas a los malandros, tenemos que dejar claro que las policías no manejan granadas, porque estas son armas de guerra que no pertenecen a los cuerpos de seguridad ciudadana”.

 

Pese a que varios factores integrantes de la oposición han rechazado contundentemente está acciones sin embargo el dirigente naranja dijo no comprender como aún nadie del gobierno se ha pronunciado al respecto. “Nos preguntamos por qué el Ministerio de la Defensa, al mando de Vladimir Padrino López, no ha dado un pronunciamiento que le explique al país de como unas granadas llegan a manos de unos delincuentes que la lanzan a sedes de cuerpos policiales, cuando CAVIM que es la única empresa que importa armas y granadas está bajo su responsabilidad, porque no se ha iniciado una investigación, o porque ni siquiera han dicho si esas granadas formaban parte del parque de armas de la república o si entraron por contrabando. En segundo lugar no entendemos como el Ministro de Interior y Justicia Gustavo González López, se ha quedado callado ante un hecho de esta gravedad, no existe en el mundo una situación de tal gravedad en la cual el Ministro de Interior y Justicia que es el responsable de todos los cuerpos de seguridad no dé una respuesta, y por último el PSUV y Nicolás Maduro, que pareciera que se están haciendo los locos con esto, guardando silencio con respecto a estos hechos violentos y por eso nosotros exigimos que le den la cara al país”.

 

Guevara comparó las cifras de los presupuestos del año 2015 del Ministerio de la Defensa con la inversión destinada para la seguridad ciudadana.  “El presupuesto de este año para seguridad ciudadana fue de 4068 millones de bolívares casi 10 veces menos del presupuesto para el Ministerio de la Defensa que fue de 33 mil millones de bolívares. No tiene sentido que un país que no tenga conflictos bélicos reales invierta 10 veces más en armamento militar que lo que invierte en seguridad ciudadana”.

 

Por ultimo ratificó la solidaridad con los funcionarios policiales heridos, “y les decimos que esto no va a quedar impune y le recordamos al pueblo que queda un poco más de 9 semanas para que esta pesadilla empiece a cambiar y para que no tengamos unos diputados cómplices y rastreros como los del PSUV que a esta hora no se han dignado de interpelar a la comisión de interior y justicia para investigar los hechos, y que por el contrario desde esa nueva asamblea nacional podamos abrir las puertas del cambio en Venezuela. Por eso desde Voluntad Popular reiteramos que Venezuela quiere cambio y el 6 de diciembre nadie nos va a parar, el poder de tu voto para transformar a Venezuela no lo para nadie”, finalizó Guevara.

 

 

Zonas de paz: Corredores para el libre comercio de la droga
Un funcionario del gobierno, un policía y el líder de una de las bandas de la Cota 905 revelan como las zonas de paz soportan el nuevo esquema de crimen organizado que se extiende por todo el país. Armadas con AR-15, kalashnikov y granadas, las organizaciones delictivas de Caracas han hecho un pacto de no agresión, que les permite administrar sin conflicto el tráfico de droga, la extorsión y el secuestro.
Se han unido en “ejércitos” de más de 200 hombres por sector y le declararon la guerra a los policías, porque “ponen en riesgo” la estabilidad de un “negocio” que genera hasta 400 mil bolívares mensuales a cada uno de los integrantes de estos grupos. Estudios del Gobierno indican que la actividad criminal aporta casi 21% del PIB

 

@ronnarisquez | Visualizaciones y mapas: @AdrianitaN

AMAS DE CASA CON BOLSAS DE MERCADO, liceístas y escolares, obreros y mujeres embarazadas hacen cola en la parada de El Peaje, en la entrada de El Cementerio. Esperan el jeep que sube al sector Las Quintas, en la parte más alta de la Cota 905, donde hace 10 días se registró un tiroteo de 8 horas entre policías y delincuentes, que paralizó Caracas.

El colector ordena a los pasajeros, cobra el pasaje al subir y solo permite tres estudiantes por viaje. Rápidamente me acomodo junto a una ventana, con la expectativa de que en cualquier momento se cumplirá lo prometido por un vecino de la Cota 905: “Te montas en un jeep de esos que pasan por aquí (por Los Laureles, en El Paraíso) y cuando empieces a subir comienzas a ver todo el armamento y las granadas. Están todos por ahí. Ellos a ti no te van a hacer nada. Ellos no se meten con uno”.

Después de pasar la subida de Los Laureles y el sector La Pared, donde delincuentes quemaron nueve motos de la Policía de Caracas e hirieron a siete funcionarios con una granada —el pasado viernes 5 de junio—. La vía se convierte en una estrecha calle por la que solo puede circular un vehículo a la vez.

Allí reposan los restos de un camión cava blanco de Empresas Polar, que fue robado por las bandas el martes 9 de junio. “Estaba cargado con Harina Pan. Esa se la repartieron al pueblo. Pero el camión lo dejaron ahí como anzuelo para que la policía suba a rescatarlo y entonces atacarlos”, cuenta Pablo Arteaga, vecino del lugar, preocupado, porque cuando eso ocurre “esto es Vietnam”.

“Ellos están mejor armados que la policía. Tienen más armamento que el Sebin”, comentan residentes de Los Laureles, que aseguran haber visto a la GNB sacar cajas con la inscripción del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de algunas casas allanadas el día del último enfrentamiento.

“Se ha disminuido la capacidad policial y se ha hecho que hoy las bandas estén mejor equipadas que las fuerzas del orden público”, afirmó un funcionario del gobierno que está evaluando la situación de la actividad delictiva en el país, y que pidió no revelar su identidad.

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Casas de un lado y del otro, tramos de montaña de piedras que bloquean la visibilidad lateral y de cuando en cuando algún terraplén de cemento. En uno de ésos destaca un grupo de 6 hombres jóvenes. No exhiben rifles Kalashnikov, granadas, ni pistolas, pero todos tienen en sus manos un radio portátil.

“Usan radios portátiles Motorola de 5 canales y frecuencia libre. Así se comunican entre ellos y también con las bandas de El Valle y El Cementerio. Eso les permite organizar el ataque”, había advertido días antes una fuente de la policía científica, que ha investigado y tiene identificadas a las 4 bandas que operan en la zona.

“Son las bandas de ‘El Coqui’ o ‘El Chavo’, ‘Los barloventeños’, ‘Los Zanjoneros’ y ‘Los Guayabos’. Ellos se reparten todos los sectores de la Cota 905, desde Las Cumbres hasta Las Quintas; y parte de El Cementerio, como El Zanjón. También operan en combinación con otros grupos pequeños como el de ‘Casper’, en Las Luces; Juan Carlos ‘Mandril’, en El León; y El 70, en El Valle. Desde la Cota 905, los grupos se conectan con La Vega; y con El Cementario por La Peste y El Peaje; y con El Valle”, explicó el funcionario, mientras dibujaba un mapa con el organigrama delictivo que se está gestando desde las zona de paz de Caracas.

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El recorrido en jeep de casi 30 minutos hasta el sector Las Quintas —con paradas intermitentes para dejar y recoger pasajeros- termina en el tanque de agua de la comunidad, una estructura gigantesca de color azul. Allí se acaba el camino de asfalto y cemento, y comienza una breve carretera de tierra rodeada de ranchos. El jeep da la vuelta en “U” para iniciar el descenso por la misma vía estrecha.

“Esto es Barrio Nuevo”, dice una joven, que espera en la improvisada parada. Desde allí se ve toda Caracas, como si estuvieras en el Ávila. Unos 100 metros más abajo —en dirección al retorno— tres hombres, de no más de 30 años, conversan parados frente a una casa cercana a una bodega. También tienen radios Motorola y bolsos similares a los 5.11 que usan los escoltas (negros y colgados desde el hombro hasta la cintura).

Observan la presencia de extraños que avanzan hacia ellos, pero no asumen una actitud defensiva. Esperan a ser abordados y escuchan la presentación: “Somos periodistas y vinimos aquí porque queremos saber qué es está pasando con las bandas y qué pasó el otro viernes con Policaracas”.

“¿Y de qué periódico?”, preguntó el hombre moreno, de contextura regular, casi 1,70 mts de estatura, cabello rebajado y engominado.

Carlos —nombre ficticio— escucha la explicación de que para los periodistas que quieren contar lo que pasa en Venezuela, en este momento es casi imposible trabajar en un periódico, y para eso ahora existen páginas web. Acepta los argumentos, y parece comprenderlos, pide ver el carnet antes de comenzar la conversación con Runrun.es, sin cámaras ni grabadoras de por medio.

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“Los matamos porque son policías…”

¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué el enfrentamiento con la policía?

—¿Qué pasa? Que la policía abusa. Cada vez que suben se meten a las casas, roban a la gente. Tumban las puertas. Se llevan DVD, blu rays, teléfonos, todo… No respetan. Así, porque les da la gana. Ni siquiera traen orden de allanamiento y tendrían que tener una para cada casa. Se llevan preso a puro sano. Chamos tranquilos, padres de familia, trabajadores. Ahí está, después de lo del viernes, se llevaron a unos hermanos que son sanos.

En ese punto de la conversación, uno de los dos acompañantes de Carlos ya se había apartado del grupo, mientras que el otro comenzaba a prepararse un porro de marihuana. Hasta ese momento el hombre moreno, con zarcillos brillantes, jean, franela gris, tatuaje en su antebrazo y zapatos tipo vans, se mostraba como un miembro más de la comunidad, víctima de los excesos de los funcionarios policiales.

“Puedo llevarte para que hables con la gente y te cuenten. La gente está cansada. Por eso nos prefieren a nosotros que a la policía. Nosotros aquí no nos metemos a las casas de los vecinos, no robamos a nadie. Aquí se sienten seguros con nosotros. Tú te metes por todos esos callejones y no te va a pasar nada (dice señalando las decenas de caminos que conducen a la parte baja de la Cota 905, El Cementerio y La Vega). Claro, aquí el que hace algo malo sabe que tiene que pagar las consecuencias de sus actos”, dice Carlos, asumiendo finalmente su condición de líder de uno de los grupo que imponen su ley en el sector Las Quintas de la Cota 905.

¿Qué policía es esa que abusa y roba a la gente?

—Para acá suben los PNB (Policía Nacional Bolivariana), los Policaracas y los Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas). También a veces viene el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional).

¿Y la Guardia Nacional?

—No, la guardia no sube. Y eso que los tenemos aquí cerquita —dice señalando el destacamento de Villa Zoila y la Comandancia General de la GNB que está en El Paraíso.

—¿El problema es solo con la policía y no entre bandas?

—La guerra es contra el gobierno. Entre nosotros no. Nosotros estamos en la paz.

Aclara que para ellos, “el gobierno” es la policía. “Ah no, no es contra Maduro”, precisa entre risas.

—¿Cómo es eso de la paz. Son las zonas de paz?

—Es la paz entre las bandas. Hace unos meses vino para acá un viceministro de no sé qué…

—¿José Vicente Rangel Ávalos?

—Sí, ese mismo. Él se reunió con nosotros. Nos habló de eso de las zonas de paz. Nos ofreció electrodomésticos a cambio de que entregáramos nuestras armas. Noooo… Pero cómo yo le voy a dar una 9 milímetros que cuesta 250.000 bolívares por una cocina. Lo que sí nos gustó fue eso de que hiciéramos la paz entre las bandas. Nos pusimos a pensar que tiene razón. Para qué nos vamos matar nosotros mismos, si nos matan los policías. Ellos son los enemigos. Fue por eso que nos unimos con los de El Valle, El Cementerio y todos… También los de La Vega.

¿Pero cómo yo le voy a dar una 9 milímetros que cuesta 250.000 bolívares por una cocina? Lo que sí nos gustó fue eso de que hiciéramos la paz entre las bandas».

José Vicente Rangel Ávalos promueve la creación de zonas de paz desde septiembre de 2013, a través del Movimiento por la Paz y la Vida. Fue viceministro de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Relaciones Interiores hasta el lunes 8 de junio de 2015. Ese día fue designado viceministro de Asuntos para la Paz del Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno, según el decreto N° 1.806 de la Gaceta Oficial 40677 .

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—¿Se unieron todas las bandas de Caracas para luchar contra la policía?

—Sí. En todos los barrios está pasando igual. Aquí nos comunicamos con los de La Vega, El Valle y El Cementerio porque nos movemos por la misma montaña. Cuándo sube la policía los que están por aquí nos apoyan. Nos dispersamos por todo el cerro y volvemos locos a esos policías.

—¿Cuántos son ustedes?

(No responde)

—¿Cuántos son? ¿Más de 100?

(Sigue en silencio)

—¿Más de 200?

—Son más…

—¿Desde cuándo se unieron?

—Eso viene desde al año pasado. Pero más, después que hablamos con el viceministro.

La gestión para lograr la unión de las bandas se le atribuye a Jesús Alberto Ramos Caldera, conocido con el apodo de “El Chavo”, quien murió en un enfrentamiento con el Cicpc en enero de 2015. Carlos, de 25 años de edad, es el lugarteniente (segundo al mando) del nuevo líder de esa banda, identificado por la policía científica como “El Coqui”.

«Estuve preso y ahora estoy solicitado… Después que sales de la cárcel no hay oportunidades».

—¿Pero hicieron un acuerdo? ¿Esto es una zona de paz?

—Nosotros aceptamos la paz. Pero eso de dejar las armas por una nevera, no. Es que yo no gano nada así. Nosotros queremos que nos quiten los antecedentes y las solicitudes. Por ejemplo, yo no puedo bajar a la playa con mi cédula, porque yo estoy solicitado y si me paran me dejan preso. ¿Entonces voy a entregar mi arma y después me meten preso? Aquí hay muchos que están fugados de cárceles y otros que están solicitados. Eso no nos sirve.

—¿Tienes hijos?

—Sí, una niña.

—¿No te da miedo que te maten si sigues en esto. No piensas en ella?

(No responde)

—¿Te saldrías de esto?

—Estoy en esto desde los 13 años. Estuve preso y ahora estoy solicitado… Después que sales de la cárcel no hay oportunidades.

—¿Cómo logran estar tan bien organizados?

—También copiamos lo de las cárceles. Vimos que las cosas allá funcionaron y entonces lo estamos haciendo igual aquí.

—¿Te refieres a los pranes?

—No se llaman pranes. No sé quién inventó eso. Son principales. El principal tiene tres que los siguen en el mando, y luego los luceros.

Relata que estuvo cuatro años preso, primero en El Rodeo y luego en la Penitenciaría General de Venezuela. También pasó 6 meses en Uribana y quedó en libertad hace dos años. Mientras cuenta su historia pasa gente de la comunidad que está en sus actividades cotidianas. Todos lo saludan y algunos se acercan a la bodega de “Vicente” a comprar enseres o cigarros.

—¿Trasladaron a los barrios la estructura de mando de las cárceles?

—Sí.

—¿Qué armas tienen ustedes?

—Yo tengo dos AR-15 (fusiles), un 7,62 (viejos FAL de la GN), pistolas 9 milímetros y granadas. Algunos por aquí tienen Kalashnikov, como dos. De esos no hay muchos.

—¿Cuánto cuestan esas armas?

—Esta —agarra una granada fragmentaria que tiene en la ventana en la que está recostado y la muestra— cuesta 60 mil bolívares. Los AR-15 valen un millón 200 mil bolívares…

—¿Cómo consiguen las armas? ¿Quién se las vende?

—Con contactos, con amigos —explica mientras agita el radio, que no soltó durante toda la conversación—. Eso funciona así: por ejemplo, tú tienes una pistola y si no la quieres se la vendes a alguien. Y compras algo mejor. Igual pasa con todo.

—¿Pero no hay alguien a quién se las compren. A militares o policías?

—No, no. Es así como dije. Yo se la compro a alguien y otro me la compra a mí. Y mercado negro. Eso de que las armas nos las venden los militares, es como lo de los paramilitares. Después del tiroteo del viernes con la policía, nosotros hicimos una apuesta: Seguro mañana salen diciendo que esos fueron los paramilitares, jajajaja… Aquí no hay paramilitares —dijo burlándose, con sus amigos, de la versión que maneja el Gobierno de que en los barrios de Caracas hay paramilitares.

—¿En los barrios hay paramilitares?

—No, vale. Ojalá aquí tuviéramos paramilitares —comenta entre carcajadas— ahí sí es verdad que no podrían con nosotros.

Continuó haciendo bromas sobre los supuestos paramilitares que están en los barrios. En ese momento, ya había un grupo de 10 hombres jóvenes parados en la casa del frente, a unos tres metros de distancia. Algunos en moto, todos con radios y bolsitos terciados, miraban mientras compartían el porro de marihuana que había preparado el compañero de Carlos. No hay menores de edad.

—¿Hay algún problema si te ven hablando?

—No, no  —responde confiado y con tranquilidad.

—¿Y hay colombianos, como asegura el Gobierno?

—No, tampoco. Ah sí, los colombianos que son de aquí, que siempre han vivido aquí.

—¿Por qué matan a los policías, por las armas?

Nooo… Si fuera por las armas, mataríamos a los guardias nacionales que tienen fusiles.

—¿Entonces, por qué matan a los policías, por prestigio?

Los matamos porque son policías responde como si se tratara de un hecho obvio y natural. El prestigio ya lo tenemos.

—¿Ustedes a qué se dedican? Están parados aquí todo el día, dicen que no se meten con la gente, pero ¿qué hacen?

—Bueno, al negocio. Tú sabes…

—¿Al negocio? ¿Cuál negocio, la droga?

—Sí, ese —hace una mueca cercana a la risa y detalla que vende marihuana normal y cripy, perico (cocaína), piedra (crack) y heroína.

—¿Cómo consiguen la droga?

—Por ahí.

—¿Pero no tienes un proveedor o algo así. Alguien fijo que te la traiga?

—No. no. Por ahí, con los contactos. Gente que también estuvo presa. Aquí y allá. A veces en Catia, a veces en Petare.

—Además de vender droga, ¿en qué otros delitos están, secuestros?

— No, secuestro no. Eso muy complicado. A veces robamos carros.

—¿Cuánto ganan ustedes en promedio al mes?

—Como 400 mil —responde después de pensarlo un minuto—.

—¿400 mil bolívares? ¿Pero cómo, entre todos?

—No. Hasta 400 mil bolívares cada uno del grupo.

La conversación termina y se acerca uno de sus compañeros. “¿Qué pasó, dónde está la cosa?”, pregunta Carlos, refiriéndose al cigarro de marihuana. Su amigo le responde que ya se acabó. Los dos sonríen y siguen en los suyo.

85% del arsenal de las bandas sale de Cavim

En un jeep azul comienza el recorrido de regreso a la parada en El Peaje. Atrás quedan La Cota 905 y la parte alta de El Cementerio, dos de las seis zonas de paz de Caracas, donde la policía no puede llegar porque tiene prohibido el acceso desde hace dos meses.

Desde una oficina gubernamental en el centro de Caracas un funcionario del Ejecutivo y dirigente del Psuv dedicado a estudiar la situación de violencia y criminalidad ofrece su análisis: “¿Las zonas de paz? Eso es un adefesio. Una aberración. El Estado no puede conceder espacios de impunidad”.

El experto, que ha participado en investigaciones recientes sobre la actividad de las bandas que operan en el país afirma: “Hay dos grandes verdades: la primera es el suministro y tráfico de armas de Cavim. Se ha determinado que 85% de las municiones implicadas en delitos son fabricadas en Cavim. La segunda es la existencia de un mercado negro de armas, que ha facilitado la presencia de fusiles AR-15 (arma de fabricación estadounidense) que no son armas orgánicas de ninguna policía ni de la FANB, y que tampoco son importadas por el Estado”, explicó.

Las investigaciones realizadas por funcionarios del Cicpc que han hecho seguimiento a las bandas de las zonas de paz coinciden. “Las conchas que más se recolectan después de enfrentamientos como el del viernes 5 de junio son de proyectiles 9 mm de Cavim. El 85% son de Cavim y el resto son Luger, FCC y de origen ruso. No hay Winchester”, detalló un detective, quien agrega que las armas más utilizadas por estos grupos son AK-47, AR-15, subametralladoras Ingram, pistolas automáticas y granadas fragmentarias.

Armas

“Las zonas de paz se concibieron como una medida altruista para que fueran espacios para que las bandas se desmovilizaran y hubiera un desarme voluntario. Pero se convirtieron en un espacio de impunidad absoluta y paraestatal, utilizado para delinquir a sus anchas. Las zonas de paz funcionan como guetos en los cuales las autoridades policiales terminan siendo empleados y subalternos de los líderes de esas bandas”, afirma el funcionario gubernamental, que aceptó hablar del tema a cambio de no revelar su identidad.

Describe que los delitos más comunes en las zonas de paz son los secuestros, homicidios y tráfico de drogas. “Siendo este último el gran motor económico y financiero del crimen organizado hoy, que tiene sus ramificaciones dentro de algunos cuerpos de seguridad e incluso dentro de la propia FANB, tribunales y Fiscalía. Además con la presencia de paramilitares”.

Esta afirmación pudiera responder algunas interrogantes planteadas por los funcionarios del Cicpc. “Es inexplicable lo que está pasando. Debería ser una política que el Estado debe agotar hasta sus últimos recursos para acabar con esas bandas. Pero eso no ocurre así. En las últimas 10 refriegas el subdirector (del Cicpc, comisario Douglas Rico) ha dado la orden de replegarse”, comentaron con frustración los investigadores de la policía judicial.

“No se entiende cómo a esas zonas ingresan vehículos costosos como si nada. Suben y bajan camionetas Machito blancas y 4Runner sin placas. Cómo puede haber droga en la Cota 905 si permanentemente hay alcabalas de la Guardia Nacional en las entradas de Los Laureles, El Cementerio y la avenida Guzmán Blanco”, se pregunta un detective, quien no duda al asegurar que: “las zonas de paz son corredores para el libre comercio de droga”.

Aseguran que entre los hombres del Cicpc existe la voluntad para combatir estas bandas. Que las han estudiado y lograron establecer su ubicación e identificar a sus líderes. “Pero no tenemos la logística. Mientras ellos tienen fusiles y granadas, los policías tenemos pistolas 9 mm”, lamentó.

El funcionario del gobierno y dirigente del Psuv tampoco oculta su angustia. “Es muy complejo. Se han georeferenciado 192 grandes bandas en todo el país. Todas vinculadas al secuestro, tráfico de drogas, sicariato y robo de vehículos. La industria del crimen es la más lucrativa del país, después del petróleo. Se calcula que el valor en dinero de todo lo que mueve la industria del crimen es casi 21% del PIB. Toda la sociedad termina beneficiándose de la industria del crimen. Es una terrible contradicción pero es así. Es muy, muy alta la rentabilidad”, explicó.

“En el gobierno todos estamos preocupados por el proceso acelerado de cartelización del crimen. Incluído el Presidente. Pero nuestro Estado es muy débil para confrontar eso”, dijo el experto que ejerce funciones de gobierno.

El sábado 13 de junio, el mandatario Nicolás Maduro prometió que acabará “hasta con la última banda que hay en el país” y anunció la aplicación de leyes. Sin embargo, un día antes se conoció de la creación del despacho del Viceministro de Asuntos para la Paz integrado a la estructura organizativa del Ministerio del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno.

En el gobierno todos estamos preocupados por el proceso acelerado de cartelización del crimen.

José Vicente Rangel Ávalos es el viceministro de este despacho que se encargará de la “articulación, integración, formulación e impulso de políticas y acciones de prevención, abordaje, rescate y reinserción de los ciudadanos en la sociedad para instaurar una cultura de paz en todo el territorio nacional”. El propósito es el reimpulso del Movimiento por la Paz y la Vida y la consolidación de las zonas de Paz.

Actualmente hay zonas de paz en seis entidades del país: Miranda (Valles del Tuy y Barlovento), Aragua (San Vicente), Guárico (centro y sur del estado), Zulia, Táchira y Caracas (Cota 905, El Cementerio, El Guarataro, Petare, Antímano y La Pastora). Están en procesos las zonas de paz de San Agustín del Sur y El Valle.

 

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Roberto Briceño León: En las zonas de paz gobierna la dictadura de los criminales

El sociólogo Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia, tiene claro el pronóstico: “Las zonas de paz son la entrega del país al crimen organizado. Y la renuncia del Estado a sus responsabilidades”, asegura.

El experto no descarta que “es posible construir una paz criminal. Es posible que entregándole territorios y zonas al crimen organizado exista menos violencia pública. Pero estamos hablando de un territorio controlado por el crimen. Es un territorio donde no hay democracia, libertad y no hay derechos. Donde no hay la vida civilizada sobre la cual hemos construido las sociedades”, explica el investigador.

La criminalidad puede producir violencia o no —apunta Briceño León—  pero no por eso deja de ser criminalidad. “Venezuela está entrando en un contexto de dictadura de los criminales. A veces las dictaduras pueden ser similares a las organizaciones criminales. Pero claramente uno entiende que son dictaduras. La civilización justamente ha avanzado para hacer que los grupos criminales no sean los que dirijan la vida social”.

Las zonas de paz son la entrega del país al crimen organizado

Lo que ha hecho el Gobierno es permitir que los grupos criminales lo sustituyan en sus funciones. Lo ha hecho en las zonas de paz y en las cárceles. “Eso siempre termina siendo arbitrario y frágil. Por ejemplo: si me gusta tu casa, te la quito. Si no me agradas, te mato. Esta es la esencia del asunto, en la cual se pierde la democracia, se pierde la libertad y la sociedad se hace más agresiva, más precaria y al final más violenta”, dice el director del OVV.

Explica además el fenómeno económico bajo el cual operan estas estructuras. “Funcionan bajo un proceso de captación de rentas. Primero la droga, pero luego la venta de cerveza, el cobro de peaje (afectando el libre tránsito). Luego sustituyen a los grupos de seguridad. Controlan el comercio. Se trata de un proceso notable de la captación de la rentas y en el fondo de capitalismo salvaje”.

Ya no existe la competencia legítima o la posibilidad de los consumidores de manifestar sus preferencias. “Se hace lo que estos individuos digan. Tienen el control territorial y un dominio que les permite hacer negocios, en términos técnicos esto es captación de rentas. Hacen negocios de manera ilegal y usando la fuerza”.

 

De la guerra al crimen: así se mueve una granada en Venezuela

@AdrianitaN

CUAL PELOTICAS DE GOMA, las granadas “ruedan” en los barrios, en las calles y en las cárceles venezolanas, bien lejos de los reglamentarios depósitos militares. A pesar de que el monopolio de su uso recae exclusivamente sobre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, cada vez son más comunes en las manos de los delincuentes que, como en una guerra, no tienen reparo para accionarlas al enfrentarse contra otras bandas o grupos policiales

Desde enero hasta la tercera semana de mayo de 2015 se contabilizaron 24 hechos delictivos que incluyeron el uso de granadas fragmentarias. “No hay cosa que conmocione más a un policía que un malandro con una granada en la mano”, asegura Luis Godoy, exjefe de la División contra Homicidios del Cicpc.

Un estudio de la Organización de Naciones Unidas para el Desarme, reseñado por el periodista Javier Ignacio Mayorca el 17 de mayo de 2015 en El Nacional, reveló que Venezuela fue la nación con más muertos por el uso de granadas entre enero de 2013 y marzo de 2015. En ese lapso, 18 personas fallecieron a raíz de la manipulación de estos objetos. Venezuela figura, además, en el segundo lugar del ranking de heridos por la explosión de granadas, con 16 víctimas.

Once personas muertas y cuatro heridas (dos civiles y dos funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, Cicpc) se han sumado a la lista de la ONU desde la última semana de abril hasta el cierre de esta edición. Además, tres subdelegaciones del Cicpc sufrieron daños estructurales por ataques con estos explosivos.

La alerta llegó hasta altas esferas del poder. Cuando aún era presidente de la Comisión Presidencial del Sistema Policial y Órganos de Seguridad Ciudadana, Freddy Bernal confesó su preocupación por el auge de estas armas desde 2014. “Dos elementos que empiezan a hacerse frecuentes: el uso de fusiles AR15 y el uso de granadas fragmentarias”, dijo Bernal a Runrunes. El excomisionado subrayó que: “ningún cuerpo policial tiene fusiles, armas de guerra. ¿Quién le da unos fusiles de alta potencia a una banda criminal? Pueden venir de la FANB o del extranjero, o de los perros de la guerra. Exhortamos al Ministerio de Defensa a descubrir el origen de esas municiones y eso sería darle un golpe duro a las bandas criminales”.

Miguel Dao, exdirector del Cicpc, tiene una respuesta: “las granadas se las dan unos malandros a otros malandros. No podemos culpar a todo el sector militar, sino a esos funcionarios que desvían el rumbo”.infoGranadas

¿De dónde vienen estos explosivos?

Juan González, nombre ficticio asignado a un alto funcionario de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM) para resguardar su identidad, explica que Venezuela no compra granadas en el exterior desde aproximadamente 15 años. Los explosivos tampoco son fabricados por esta empresa militar.

Sin embargo, revela que en Cavim se está desarrollando tecnología para producir este tipo de armas a largo plazo y así reducir la dependencia de otros países.“Antes, cada componente adquiría sus granadas. De unos años para acá toda la responsabilidad de la importación la asume Cavim”.

Los cuatro componentes de la FANB son los únicos organismos autorizados para el manejo de este tipo de armas, explica Godoy. “Los cuerpos de seguridad no tienen granadas. De hecho, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) solo las utiliza en funciones de resguardo de la frontera”, señala. Entonces, ¿cómo llega una granada a las manos de un delincuente?

Godoy descarta la posibilidad de que sean traídas desde el extranjero por “perros de la guerra”. “Armas que vienen de afuera, puestas en un mercado negro, son difìciles de adquirir por delincuentes de baja monta”, asegura el especialista.

¿Quién las saca del arsenal de la FANB?

En noviembre de 2006, los soldados del Ejército Alexis Antonio Fuentes Soto y Gregory José Espinoza Jhon fueron imputados ante el Ministerio Público sustraer efectos pertenecientes a la FANB. Entre el botín de los soldados, adscritos a la 51 Brigada de Infantería de Selva (estado Bolívar), se encontraron 12 granadas. La consulta a especialistas arroja cinco posibles caminos que “toman” estos explosivos para llegar a los delincuentes.

En primer lugar, a través de algunos jóvenes que ingresan al servicio militar y se retiran en menos de dos años. En ese tiempo, sustraen las armas de los almacenes. Otra posibilidad está en las incautaciones de estas armas no declaradas de los cuerpos policiales.

Una tercera vía es el robo a casas de militares retirados, quienes las almacenan como souvenires de su paso por las FANB. También está la posibilidad de que el material bélico ingrese por las fronteras. La quinta fuente serían los funcionarios de la FANB que se las llevan de las prácticas y entrenamientos.

Miguel Dao advierte que “es una cadena de corrupción bien grande. De ella se conoce el origen, pero difícilmente el final”.

¿Cuántas armas circulan en el país? 

De cada 1.000 armas irregulares que circulan en las calles de Venezuela, una podría ser una granada, de acuerdo con proyecciones de Godoy. La Dirección de Armas y Explosivos (Daex) calculó en 2013 que el armamento ilegal alcanzaría un millón 678 mil. Según esta cifra, más de mil 600 granadas podrían estar en manos de delincuentes.

El gobierno no se ha pronunciado oficialmente sobre estos casos. La responsabilidad recae sobre los ministerios de Defensa y Relaciones Interiores, Justicia y Paz (MIJP). La Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y el Desarme, creada en 2013, no logró que la FANB revelara el tamaño del arsenal.

Alegó “secreto de Estado” y hasta allí llegaron las averiguaciones. “No rinden cuentas. ¿Les podemos confiar el monopolio de las armas? Lo están cediendo a grupos irregulares”, reflexiona el exjefe de homicidios del Cicpc. González, desde Cavim, corrobora que las cifras se manejan como un tema de seguridad nacional. Sin embargo, destaca que sí hay un registro reservado de las granadas existentes, así como de las faltantes y las “extraviadas”.

Las milicias también pueden pedir granadas

La Milicia Nacional Bolivariana también tiene la potestad de solicitar armamento de guerra al Comando Estratégico Operacional (CEO), según González, funcionario de Cavim, a pesar de que la Constitución de Venezuela establece que la FANB está compuesta por la Armada, el Ejército, la Guardia Nacional y la Aviación. “Hay que entender el concepto de corresponsabilidad. Todos debemos defender al país. En una situación de guerra, ellos (la milicia) deben actuar”, asegura.[/iconbox]

¿Cómo detenerlas?

De las 12 granadas incautadas a los soldados Fuentes Soto y Espinoza, 10 eran “polivalentes”, destinadas a misiones ofensivas, defensivas e incluso pueden ser lanzadas con un fusil. Las dos restantes eran ofensivas, menos mortales que las primeras, pero igualmente peligrosas.

El ex Polimirada Rodolfo Contreras (nombre ficticio asignado a un exfuncionario de la Policía de Miranda, quien pidió el resguardo de su identidad) aseguró que la mayoría de las granadas fragmentarias que posee la FANB son de origen estadounidense (modelo M26) y alemán (modelo DM51).

“Venezuela no ha sido un mercado de armas ilegales. Por el contrario, las armas ‘orgánicas’ son extraídas del país y vendidas en los mercados negros internacionales. Es muy fácil corromper el estamento militar”, señala Luis Cedeño, director de la ONG Paz Activa. Las granadas de mano están diseñadas para el combate en frontera, recuerda Cedeño. González justifica su existencia: “sirven para defender la soberanía”. Pero manipulada por delincuentes se convierten en una válvula de emergencia ante el acorralamiento, para amedrentar a la policía”, explica Godoy.

Existen tres tipos de granadas: de ejercicio, de práctica y de guerra, explica el funcionario de Cavim. La última es considerablemente más peligrosa. Se distingue por el color del anillo de seguridad. Quien no conozca esos, puede ser intimidado con facilidad. Dao califica el uso que hacen de ella los delincuentes como “temerario”, pues nada les garantiza que ellos mismos no serán barridos por la onda expansiva.

Encarcelar a quienes sean hallados con estas armas no es suficiente, a juicio de los especialistas consultados. Hacer un inventario claro de las que aún están en los almacenes de la FANB y realizar operativos para “recoger” las granadas son los primeros pasos para que estas armas de guerra dejen de «rodar» por las calles de Venezuela.

La cronología

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Lisseth Boon Abr 27, 2015 | Actualizado hace 5 años
Negocios potables con la “revolución”
La empresa de Atahualpa Fernández fue la proveedora de los “morrales de Chávez” durante la campaña presidencial de Maduro en 2013. También produce el agua mineral Tiuna, en alianza estratégica con la estatal militarista Cavim. Amante del automovilismo, el contratista del Estado expandió sus inversiones en Estados Unidos y España, donde financia la Fórmula 4, categoría en la que compite su hijo piloto de karting. Denuncias que presentará un diputado de la oposición ante el Congreso de España lo relacionan con financiamiento al partido Podemos

 

@boonbar  | Diseño y visualizaciones: Daniela Dávila Torres / @ideasdeDaniela

UNA BOTELLA DE AGUA MINERAL TIUNA podría pasar como la de cualquier otra marca en Venezuela: es de plástico transparente, con tapa de rosca y diseño cilíndrico. Incluso, como todas las demás, su existencia en los comercios es efímera por la escasez que registra el sector. Sería un producto regulado más, de no ser por su etiqueta, que certifica que es envasada por la Compañía Anónima de Industrias Militares (CAVIM), adscrita al Ministerio para la Defensa. Es decir, que la produce la misma empresa pública que desde 1975 se encarga de desarrollar armamentos, municiones, explosivos y maquinaria militar.

La inauguración de la planta embotelladora de agua, ubicada dentro del Fuerte Tiuna, se tomaría como uno más de los tantos proyectos socialistas anunciados durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, salvo por las figuras que estuvieron presentes en el acto celebrado la noche del jueves 28 de noviembre de 2013, transmitido por el canal estatal VTV. Detrás del viceministro de Servicio para la Defensa, almirante César Alberto Salazar, quien se encargó de la apertura, se encontraba un hombre de corbata gris y blazer oscuro que fue presentado como “representante del Grupo Atahualpa”, sin mencionar su nombre. Se trataba del propio presidente de esa compañía, Atahualpa Fernández Alburu, el mismo  que se dio a conocer en abril de 2013 como el  “empresario de los morrales de Chávez”.

En el mismo acto, el almirante Salazar también mostró un panel que explicaba la segunda parte del proyecto en el Fuerte Tiuna, que incluía la fabricación de textiles. En la esquina se observaban claramente los logos de CAVIM y el Grupo Atahualpa, una de las empresas del ramo textil y de material publicitario que ha registrado mayor crecimiento durante los gobiernos de Chávez y Maduro.

Todo en botella

¿Qué tiene que ver una empresa de textiles con un agua mineral? El número del Registro de identificación fiscal (RIF) de Agua Tiuna, que aparece en la web de la empresa, es idéntico al del Grupo Atahualpa, según su ficha en el Registro Nacional de Contratistas (RNC). Dentro del objeto social de la empresa creada en 2004, se menciona la confección, importación de textiles y material publicitario. Pero no aparece nada relacionado con agua mineral.

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Para la participación de esta empresa privada en esta alianza estratégica con el Estado, no se conoce llamado a concurso público ni licitación, tal como obliga la Ley de Contrataciones Públicas. En las respectivas memorias y cuentas de 2013 y 2014 del MinDefensa no es mencionado el nombre de esta compañía.

Sin embargo, el Grupo Atahualpa no siempre ha tenido el camino allanado para las contrataciones públicas. En el concurso abierto No. CA-Insopesca-B-002-2012, convocado por el Ministerio de Agricultura y Tierras en septiembre de 2012, la oferta para «el suministro de material de oficina y papelería» presentada por la empresa de Fernández fue «técnicamente rechazada».

Conexión militar

La embotelladora de Agua Tiuna forma parte del Complejo Industrial de las FANB, que ocupa 13 edificios en el fuerte del mismo nombre y dentro de los planes de desarrollo productivo de la Misión Negro Primero. Cuando fue inaugurada, ya habían pasado nueve meses de la muerte de Hugo Chávez y cinco desde que Maduro había asumido el poder. En la inauguración, celebrada en noviembre de 2013, el viceministro Salazar aseguró que la empresa tendría la capacidad de producir 3 mil botellas por hora (330 ml), lo cual se traduce en 24 mil botellas en una jornada de 8 horas, es decir, mil cajas diarias “para satisfacer la sed del pueblo venezolano”.

Dos meses antes de la apertura, el 17 de septiembre de 2013, la  ministra para la Defensa de entonces, Carmen Meléndez , inspeccionó los galpones del conglomerado de empresas militares donde funciona la embotelladora de agua y la empresa textil de la Fanb, “ambas en alianza estratégica con el grupo Atahualpa y Cavim” (nota de AVN del 17/09/13). En esa ocasión, el presidente de Cavim, general de división Julio Morales Prieto, dijo que las botellas se distribuirían en abastos Bicentenario e instalaciones de la Fanb.

La embotelladora de Agua Tiuna (ubicada en el 312 grupo de caballería motorizada G/B Juan Pablo Ayala) es la única empresa no militar dentro de la llamada Fuerza Económica Militar, conformada por Banco de la Fanb (Banfanb), Empresa Agropecuaria de la Fanb (Agrofanb), Empresa Militar de Transporte (Emiltra), Empresa de Sistema de Comunicaciones de la Fanb, Canal de Televisión Digital Abierta para la Fanb (TV Fanb), Fondo de Inversión Misión Negro Primero, Constructora de la Fanb, C.A. (Construfanb) y Empresa Mixta Bolivariana Cancorfanb S.A.

Pista española

Entre el morral con los ojos de Chávez y el partido español Podemos podría haber más que una simple vinculación simbólica. Una denuncia sobre el presunto financiamiento irregular del gobierno Venezuela a la organización política en España relaciona a una de las empresas textileras que ha crecido gracias a contratos con el Estado venezolano durante los años del chavismo: el Grupo Atahualpa CA.

El señalamiento se presenta en un informe confidencial del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), en el que el diputado Julio Montoya, secretario de Asuntos Internacionales de Primero Justicia, basará su denuncia ante el Congreso de España sobre el supuesto financiamiento ilegal del gobierno venezolano a Podemos a través del empresario Atahualpa Fernández Alburu y su socio, el inversionista Luis Eduardo Álvarez, a quien el parlamentario identifica como primo del vicepresidente Jorge Arreaza.

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Atahualpa Fernández Alburu en la presentación de Fórmula Uno en España, noviembre de 2014

El diputado viajó a Madrid el 18 de abril de 2015 también para buscar pruebas sobre el caso de lavado de capitales por parte de funcionarios venezolanos en la Banca Privada de Andorra (BPA).

Según describe Montoya en una entrevista publicada en ABC.es de Madrid (07/03/15), las investigaciones de inteligencia arrojaron que las supuestas reuniones para el financiamiento a Podemos se realizaron en el despacho del presidente de Bancoex y un apartamento en la urbanización Campo Alegre, Caracas, a la que asistían el titular de Cencoex, Alejandro Fleming, y las empresas a ser favorecidas con dólares preferenciales  a tasa Sicad I  (Bs. 6,30 por dólar), que debían pagar 15% de comisión. Las sumas generadas por estas operaciones se repartían, de acuerdo con el documento avalado por el parlamentario, entre el vicepresidente Jorge Arreaza, Luis Eduardo Álvarez, Alejandro Fleming y Atahualpa Fernández. Este último se vincula a la organización política española mediante las empresas de maletín en Madrid y Navarra, que dirige en sociedad con el  periodista y empresario José María Rubio Hermoso de Mendoza, también socio de la Real Federación Española de Automovilismo.

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El 24 de febrero de 2015, Montoya también solicitó ante el Ministerio Público que se abra una investigación sobre los posibles nexos del Grupo Atahualpa y el partido liderado por Iglesias y Juan Carlos Monedero, asesor del gobierno de Chávez y dirigente del think tank del Centro Francisco de Miranda.

El partido español Podemos no ha respondido a estos señalamientos. Tampoco mencionó en su rendición pública de cuentas en España  al Grupo Atahualpa entre las fundaciones y empresas de las cuales había recibido financiamiento.

Tras bastidores

Hasta la muerte de Hugo Chávez en marzo de 2013, Fernández mantuvo bajo perfil su imagen pública. Sendas notas en Últimas Noticias el 4/04/2013 y El Mundo Economía & Negocios, Emen (04/06/2013) revelaron que Atahulapa era el hombre detrás de los morrales verde oliva con los emblemáticos ojos del ex mandatario, que se repartieron durante la campaña presidencial de Maduro en abril de 2013.

El morral de Chávez alude simbólicamente a una mochila «llena de enseñanzas» que Adán Chavéz, hermano del ex mandatario y gobernador de Barinas le regaló alguna vez al presidente fallecido. El primer ejemplar fue entregado por Maduro a la hija del comandante, María Gabriela Chávez, en un acto de campaña el miércoles 3 de abril en Mérida. El Grupo Atahualpa fabricó en tiempo récord 300 mil unidades del bulto que fueron distribuidos por el comando electoral Hugo Chávez del PSUV, cuyo jefe de propaganda y agitación fue Ernesto Villegas, actual jefe de gobierno del Distrito Capital.

A Fernández no le gusta dar entrevistas ni que le tomen fotos. Fue la condición que le impuso al diario El Mundo Economía & Negocios (Emen) para acceder a hablar sobre la empresa. En el perfil publicado el 4/06/2013 declaró que “los empresarios tenemos que creer firmemente en este gobierno y el presidente Nicolás Maduro”. En esa oportunidad negó que el crecimiento de su empresa haya sido por financiar políticos o campañas electorales. Insistió que “este gobierno ha dado oportunidad a todas las empresas que trabajan”.

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Aunque lleva más de 30 años de residencia en Venezuela, el empresario nacido en noviembre de 1970 en la ciudad de Chiclayo, Perú mantiene la nacionalidad española. Dudó ante Emen sobre las razones de por qué no se ha nacionalizado. No está inscrito en el Registro Nacional Electoral (RNE), es decir, no ha participado en procesos electorales en Venezuela.

Captura de pantalla 2015-03-30 a la(s) 15.41.21Runrun.es envió una solicitud de entrevista vía correo electrónico a Atahualpa Fernández el 26 de enero de 2015. También, la reportera se trasladó hasta la sede del Grupo Atahualpa, ubicado en la esquina de Romualda en La Candelaria el 04/02/2015 para buscar información sobre la empresa. Hasta la fecha, no se ha recibido ninguna respuesta.

El edificio del Grupo Atahualpa, situado en una calle poco transitada de La Candelaria (detrás del diario El Universal),  está flanqueado por una enorme puerta de hierro sin logos ni letreros. No hay señales de que allí funciona uno de los grupos textileros más activos del país, salvo por el vigilante que custodia varias motocicletas y carros con placas de gobierno y rótulos de la Compañía Anónima de Industrias Militares (Cavim). En la recepción, retratos de Simón Bolívar, Hugo Chávez y Nicolás Maduro reciben a los visitantes, como ocurre en cualquier oficina pública. La presidencia de la compañía, rediseñada con líneas modernas, se sitúa en el sexto piso. Guayaberas rojas cuelgan en los percheros de algunos puestos de ejecutivos y el logo de Cavim se exhibe junto al del Grupo Atahualpa, que lleva el símbolo de los Incas.

Solicitud entrevista Atahualpa

Empresario amigo de la revolución

Aunque se ha mantenido alejado de las pantallas, como contratista del Estado Atahualpa Fernández ha dado muestras de gran versatilidad para los negocios en cuestión de una década: desde la confección de chemises, morrales, franelas, gorras e impresos destinados a clientes estatales como Misión Sucre, CNE, CANTV, IVSS, Inatur, Ministerio de Turismo, Dirección de Inteligencia Naval (Dina), Bandes, Banco de Venezuela, Movilnet, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Comunas y Gobierno del Distrito Capital hasta un ramo más reciente: la producción de agua mineral Tiuna, la embotelladora ubicada dentro de fuerte militar del mismo nombre, al lograr la alianza estratégica de su grupo empresarial con la estatal CAVIM.

Su principal compañía en Venezuela, el Grupo Atahualpa, recibió dólares preferenciales de la extinta Comisión de Administración de Divisas, Cadivi: entre 2004 y 2011, el organismo le aprobó $557.159 en dos solicitudes para importaciones.

Aunque Cadivi desapareció, el grupo empresarial no dejó de ser “beneficiada” por dólares preferenciales a una tasa de 6,30. La empresa de textiles y material publicitario fue incluida por el Centro Nacional de Comercio Exterior, Cencoex, en la lista de empresas con bienes prioritarios, junto con alimentos y medicinas: hasta septiembre de 2014, le aprobaron 7 millones 26 mil 896 dólares dentro de la categoría “librería y útiles escolares”.

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Pero la situación de Fernández no siempre fue tan floreciente. Hace siete años, el empresario textil fue demandado por no pagar Bs. 2.500 mensuales de alquiler de un pent house en Terrazas del Avila, en Caracas, según consta en una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia del 5 de octubre de 2009 del juzgado 24 de Caracas. Los propietarios del inmueble, Juan Francisco Bermúdez y Elena Ruiz Roldán, decidieron ir a juicio por el incumplimiento del contrato por parte del inquilino durante los meses de mayo, junio y julio de 2008. La resolución obligó al desalojo y entrega del inmueble.

En 2015, los días de aprietos parecen quedar atrás. Fernández ha expandido sus inversiones en Estados Unidos y España. Posee condominios residenciales en la elegante avenida Brickell de Miami, indica la web Miami Dade, junto a su esposa Darin Wahbeh Saroukhan. 

Cinco empresas en Miami están registradas a nombre de Fernández: Olse Enterprise Corporation (cuya directora es Darin Wahbeh) aparte de otras cuatro con similar nombre: Afa 1060-45; Afa 951-1704; Afa 951-2501 y Afa 951-3010, que se ubican en la misma dirección en el 1060 Brickell avenue. En 2009 y 2010 también creó otras dos compañías en Florida: Fergam Enterprise y Venezuela International Motorsport (de las cuales ya no forma parte de la junta directiva), aunque igual se encuentran domiciliadas en la dirección de la primera empresa mencionada, Olse Enterprise. Aparte, en 2012 creó Flp Inc., que se disolvió en 2014.

En España, tierra de sus ancestros paternos, Fernández registró cuatro empresas el 29 de octubre de 2014, tres de ellas en Madrid: Fórmula Cuatro Televisión y Medios; Stop&Go Medios España e Idreal Studios y Mercados, consta en el Boletín de Registro Mercantil de España (Borme). La cuarta, Fórmula Cuatro Ibérica, se registró en Los Arcos, Navarra, con el propósito de activar el circuito local y el campeonato automovilístico Fórmula 4 Spanish Championship, para el cual desembolsó 5,2 millones de euros junto al inversionista venezolano Luis Eduardo Álvarez (Diario de Navarra 13/01/15).

 

Para ello, se asoció como “administrador solidario” en España con José María Rubio Hermoso de Mendoza, empresario y periodista especializado en automovilismo, presidente de la empresa Los Arcos Motorsport (domiciliada en Navarra).

Pero la aventura empresarial automovilística de Fernandez en la península prácticamente murió al nacer, ya que en febrero de 2015 fue cancelado el Campeonato de Fórmula 4 Spanish Championship, apenas dos meses después de su lanzamiento en Navarra (15/12/2014), que generó gran expectativa en el deporte de motor. El evento contaba con el apoyo del Consejo Superior de Deportes y de la Real Federación Española de Automovilismo. 

El Campeonato de Fórmula 4, que se realizaría en mayo de 2015, fue creado para promover a los jóvenes pilotos menores de 14 años provenientes del karting, precisamente la categoría en la que compite su hijo Sebastián Fernández. Suponía un trampolín para los nóveles aspirantes a la F1. Ni Atahualpa ni su socio inversionista Álvarez ofrecieron alguna explicación. En una nota enviada a la prensa, Rubio –quien renunció como director ejecutivo del certamen- hizo referencia “al incumplimiento del compromiso financiero” de los inversores.

En la presentación de Formula 4 España (13 de noviembre de 2014), Fernández apuntó que era un proyecto empresarial, serio, de confianza en la marca España especialmente para América Latina, para atraer pilotos, para crear un semillero de pilotos”.

Entre las cuatro empresas creadas en España, Fernández ha invertido un capital inicial de 620 mil euros (datos de Borme). 

Tejer negocios

Sus puntadas con hilo para los negocios proviene de la tradición comercial textilera de su familia. Junto a su padre español (Senen Fernández Delgado) y madre peruana (Rosa Angélica Arbulú), llegó a Venezuela en 1983 con sus cuatro hermanos (Pedro, José Antonio, Patricio y Karla). El comercio de telas en Perú comenzó a ser cuesta arriba cuando la economía peruana entró en crisis en los años ochenta. Instalados en Caracas, los Fernández Arbulu continuaron la línea de negocios textil en la parroquia Candelaria. La muerte del padre apresuró su carrera desde joven.

Estos detalles se conocen por la postulación del Grupo Atahualpa al premio “Orgullo Peruano” edición 2012,en la categoría “empresa o asociación peruana exitosa”, que se otorga cada año en Perú para reconocer la labor de coterráneos por el mundo. En ella, la compañía se identifica entre “las más grandes del ramo textil en Venezuela”.

El Grupo Atahualpa fue inscrito en el Registro Mercantil el 10 de junio de 2004 en Caracas. Fernández Arbulu y su esposa Darin Wahbeh Saroukhan eran propietarios a partes iguales de la empresa. 

A esta compañía le antecedió Texticentro, una mayorista de telas e importadora de algodón peruano que creó en 2004 con su hermano José Antonio y que sirvió de apoyo a fabricantes y comerciantes informales del Mercado de Cementerio. Luego, abrió Texticentro II con su esposa Darin Wahbeh, según expediente del Registro Mercantil en Caracas. El negocio pasó a  su hermano mientras Atahualpa emprendió su propia ruta y se abrió al comercio con otros países.

En la última actualización del RNC, el Grupo Atahualpa presenta señales de crecimiento. Aumentó su nómina de 58 a 150 empleados como promedio anual y cambió de domicilio principal de la Avenida Este 5 de la esquina de San Ramón a Chimborazo al edificio 93 del callejón Romualda a Manduca, en La Candelaria. También entraron dos nuevas empresas como copropietrarias: el AF Group y Universal New Way con 53,25% y 64,25% de las acciones respectivamente. Fernández Arbulu mantiene sólo 0,5% de las acciones y su esposa sale de la junta directiva.

Además, el grupo empresarial aumentó 13 veces su capital entre 2010 y 2015 al pasar de Bs. 15.000.000 a Bs. 200.000.000, según certifica el RNC.

En 2005, Fernández crea la empresa Representaciones y Servicios ADWD (también domiciliada en La Candelaria), cuya junta directiva y propiedad comparte con su esposa. De acuerdo a su expediente en el RNC, se dedica a la comercialización, distribución y fabricación de productos textiles, así como también exportación e importación de maquinaria y equipos. Ha prestado servicios para el Ministerio de Agricultura y Tierras y el Ministerio de Comunas.

En 2009, abrió la sucursal llamada Productos Serigráficos Atahualpa, en Juan Griego, Nueva Esparta.

El Grupo Atahualpa ha sido un activo importador, como se registra en la base de datos internacional de movimientos portuarios http://www.importgenius.com/El grueso de sus compras en el exterior se concentran en China, Perú, Bolivia y Colombia, sumando 22 millones 237 mil 357 dólares por 944 toneladas de mercancía entre 2009 y 2014.

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Un negocio que rodó en España

El hijo de Atahualpa Fernández Arbulu, Sebastián Fernández, es piloto de karting y compite en campeonatos representando a Venezuela. En una entrevista concedida al diario El Nacional (18/05/2013), el joven corredor –quien se reconoció fiel seguidor del aragüeño Pastor Maldonado- destacó la afición por su padre por Ayrton Senna.

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El 5 de Noviembre de 2014, el periodista de automovilismo Max Lefeld informó en su columna “Máxima velocidad” (www.reporteinsular.com), que Fernández logró la casilla 13 ante 35 pilotos luego de las previas eliminatorias con más de 96 pilotos del mundo en el Campeonato de Italia, “el evento de más alto nivel en el karting mundial”.

El desempeño de Sebastián Fernández en el Circuito La Conca de Italia, realizado a comienzos de febrero de 2015, fue destacado por el diario deportivo Marca de España, en una nota firmada por el propio socio de su padre, José María Rubio. Allí resalta que el joven piloto venezolano fue el “primer hispano en la general del campeonato”, considerado “el más prestigioso del mundillo del karting”.Sin título13

Según nota de Radio Nacional de Venezuela, RNV (rnv.gob.ve) del 21 de marzo de 2014, entre sus patrocinantes se encuentran Grupo Atahualpa, Cavim y Agua Tiuna,  entre otras empresas.

Las fotos que el menor de los Fernández  comparte en su cuenta de Twitter registran sus constantes viajes a países de Europa y Nueva York, por entrenamiento o de vacaciones, bien sea con su equipo de carreras o su familia. También muestra el casco con los colores y logo oficial de Venezuela.

 

Agua bolivariana

La embotelladora fue creada por Cavim y el gobierno bolivariano a través de la Misión Negro Primero, (programa social abierto en mayo de 2013 para beneficiar al personal de la FANB), indica la web Aguatiuna.com. Según el texto digital, el objetivo principal de esta empresa es “envasar la mejor agua mineral de Venezuela” y ofrecer un producto “a precio totalmente accesible y al alcance de todos los estratos sociales”.

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Pero lo del “precio justo” es una condición impuesta a todas las aguas minerales en Venezuela. Por la regularización de precios dictada por la Superintendencia de precios justos (adscrita a la vicepresidencia económica), desde el primero de junio de 2014, la presentación de 330 ml debe venderse a Bs. 5,80 como precio máximo de venta al público (sin IVA). Por ello, el precio es igual para todas las marcas de este producto, el más utilizado para comparar el precio rezagado de la gasolina en Venezuela.

La creación de Agua Tiuna forma parte de un viejo sueño de Hugo Chávez, quien en 2004 asomó la posibilidad de expropiar las empresas embotelladoras por considerar el agua mineral un «bien del pueblo y de utilidad pública» que no puede ser comercializado. También en junio de 2010 amenazó con nacionalizar las envasadoras.  El proyecto hasta ahora no se ha concretado.