La histórica Cumbre entre los Presidentes Xi Jing-pin y Ma Ying-yeo, recientemente celebrada, representa la primera vez en que los Presidentes de la China Popular y la China Nacionalista se reúnen. Singapur fue escogida como la sede del encuentro entre los herederos de Mao y de Chiang Kai-shek, quienes a raíz de la Guerra finalizada en 1949 asumieron posiciones ideológicas divergentes. Para el encuentro Cimero, ambas Cancillerías acordaron no dar ninguna Declaración después de la reunión, pero el sólo hecho de reunirse ambos Estadistas, confirman el triunfo del pragmatismo que marca las relaciones entre Pekín y Taipéi en los últimos años, y que tuvo como resultado directo que se multipliquen los vuelos, se constate el creciente aumento de un comercio floreciente, de un turismo cada vez mayor y de grandes inversiones en ambas vías. El encuentro reafirma la continuidad de la política del «status quo» y con ello, es una firme contribución que asegura la Paz en el estrecho que ha sido una fuente de constantes tensiones.
El Presidente Ma electo en el 2008 y reelecto en el 2012, ha logrado transformar la posición tradicional del Partido Kuomintang al fijar su prioridad diplomática en garantizar una apertura económica a través de la firma de múltiples acuerdos que han facilitado el comercio y las relaciones entre inversionistas, empresarios, parlamentarios y especialmente entre familias que estaban divididas por décadas y que hoy se pueden encontrar
Pero no todos los Taiwaneses están de acuerdo con esta política de apertura, porque ven en el Gigante vecino una amenaza a su desarrollo económico y social, mundialmente reconocido como uno de los llamados «Tigres de Asia». El próximo 16 de Enero los ciudadanos de Formosa deberán pronunciarse sobre quien será el nuevo Presidente y quiénes integrarán la nueva Asamblea Legislativa. La oposición está representada por el Partido Demócrata Progresista y pareciera difícil que el partido opositor liderado por la candidata Tsai Ing-wen se oponga al nuevo giro bilateral, ya que anteriormente mantenían una posición favorable en el ámbito de las relaciones con China.
Lo cierto es que la institucionalización de las relaciones entre ambos países, podría facilitar el derecho de Taiwán de tener una presencia en los Foros Internacionales como el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud o el Banco Asiático, por no mencionar sino algunas de las instituciones del sistema ONUSIANO a las que los Taiwaneses reciben el veto permanente de Pekín que dificulta su presencia diplomática en el mundo. La Cumbre determinará sin duda el rumbo que tendrán las relaciones Chino-Taiwanesas en el futuro.