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Eddie Ramírez

Vicisitudes de nuestros trabajadores petroleros
Los trabajadores petroleros hemos pasado por muchas vicisitudes e incomprensiones, pero seguimos presentes y comprometidos

 

Casi todos pasamos por vicisitudes, es decir períodos positivos y otros adversos. Los trabajadores petroleros no somos la excepción. Aquí esbozaremos algunas de esos altibajos, desde los inicios de la actividad petrolera hasta nuestros días.

Inicialmente, nuestros trabajadores tuvieron pésimas condiciones de vida e incluso algunos fueron armados para enfrentar a los indígenas que defendían sus tierras. Las protestas de los obreros se materializaron en las huelgas de 1925 y 1936, que permitieron algunas mejoras. Los empleados venezolanos estuvieron relegados. Gradualmente, tanto por presiones del gobierno nacional, como por la toma de conciencia de las compañías foráneas, mejoró la calidad de vida de los trabajadores; instalaron comisariatos para el suministro de alimentos, construyeron campos residenciales y mejoraron los sueldos y salarios.

Con respecto al personal universitario, el Colegio de Ingenieros jugó un papel importante en venezolanizar a la industria y las empresas se percataron de que estaba en su interés enviar a jóvenes a formarse en el exterior. Cabe citar que al momento de la nacionalización varios venezolanos ocupaban cargos importantes y que solo había doscientos extranjeros. Al acercarse la nacionalización, redujeron drásticamente las inversiones, con el consecuente despido de personal. La producción que en 1970 llegó a un máximo de 3.700.000 barriles por día (b/d), cayó a 2.350.000 b/d en 1975. La nómina propia, es decir sin incluir los contratados, era de 23 097, de los cuales 10 552 eran obreros y 12 545 empleados.

A partir de 1976, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) mantuvo las mismas condiciones que tenían previamente los trabajadores. Pasar de 22 empresas privadas, incluyendo tres venezolanas, a solo cuatro operadoras no fue fácil. Hubo que hacer reacomodos del personal, pero se realizó sin traumas. Los sueldos estaban dentro del 75 percentil de las mejores empresas venezolanas, el plan médico era excelente y había préstamos para la adquisición de viviendas. El plan de jubilación contemplaba aportes del trabajador y no era indexado y con la inflación se volvió sal y agua.

En 1997 se eliminaron las filiales operadoras, quedando solo Pdvsa Petróleo, por lo que fue necesario reducir personal, incentivando el retiro o la jubilación prematura. En algunos casos se acogieron a ese plan profesionales que era preferible retener. Los trabajadores de la nómina contractual no fueron afectados y se respetaron los contratos colectivos. A principios del 2002 el presidente Chávez decidió poner a Pdvsa al servicio de su proyecto político y en junio de ese año, después del conflicto en defensa de la meritocracia, creamos la Asociación Gente del Petróleo para estrechar relaciones entre los petroleros y el resto de la sociedad, y el sindicato Unapetrol para defender los derechos laborales.

En diciembre 2002, todos los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil convocaron un paro cívico en defensa de la democracia, al que nos sumamos por iniciativa individual miles de trabajadores. Como consecuencia, fuimos despedidos 726 ejecutivos, 12 371 de la nómina profesional, técnico y supervisorio, 3705 operadores y artesanos y 1964 operadores y mantenedores, además de personal de empresas mixtas y contratados, para un total de unos 23 000.

Después de los despidos, la asociación se comprometió en la lucha por la democracia, y Unapetrol puso la denuncia de los despidos ilegales ante la Organización Internacional del Trabajo, la cual nos apoyó y es un aval para nuestros reclamos. Ambas organizaciones introdujeron ante la Asamblea Nacional 2015 un anteproyecto de ley para que se reconocieran nuestros derechos una vez que cambiara el régimen, ya que las demandas ante las Inspectorías del Trabajo y ante los tribunales fueron rechazadas por órdenes de Miraflores.

Ante esta situación, unos pocos trabajadores pensaron que lo apropiado era negociar con el régimen y no enfrentarlo. Otros fueron engañados por quien era o se hacía pasar como un militar cercano al gobierno, que ofreció solucionar nuestras demandas e incluso alguien ofreció que el gobierno interino otorgaría un bono en dólares. Ahora, otro grupo que pertenecía a la nómina contractual piensa demandar a Citgo para cobrar lo que nos deben. Esto lo entendemos, ya que la gran mayoría de nuestros trabajadores, al igual que muchos otros venezolanos, tienen muchas necesidades y sus prestaciones, depósitos en fondo de ahorros y aportes al plan de jubilación fueron confiscados.

Gente del Petróleo y Unapetrol no se oponen a esa acción, pero han advertido que los abogados consultados opinan que no es viable y que tiene un alto costo. Si alguien piensa lo contrario está en su derecho de intentar esa demanda. Solo hacemos notar que no es ético recurrir a calumnias contra quienes dirigen esas organizaciones, los cuales trabajan sin remuneración y corriendo riesgos para mantenerlas luchando por la democracia y por nuestros derechos confiscados.   

Por otra parte, referente a los trabajadores que laboran en Pdvsa, su último Informe del 2016 menciona que eran 168 905, pero muchos han renunciado por la falta de seguridad en las operaciones, por maltrato de gerentes sin méritos, bajos sueldos y deficiente atención médica. Sin embargo, todavía hay un cierto número de trabajadores que tienen conocimientos y cumplen con su trabajo. Con ellos habrá que contar cuando se proceda a recuperar la industria petrolera.

Hemos pasado por muchas vicisitudes e incomprensiones, pero seguimos presentes y comprometidos.

Como (había) en botica

  • Muchos se preguntan qué busca la veleta Carolina Uzcátegui.
  • Lamentamos el fallecimiento de la periodista Jurate Statkuté de Rosales, inmigrante lituana que aportó mucho a nuestro país.
  • ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamires@hotmail.com

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Eddie A. Ramírez S. Sep 06, 2022 | Actualizado hace 2 meses
Primarias sí, pero…
Nuestro candidato electo en las primarias debe comprometerse a tener testigos en todas las mesas electorales

 

Las elecciones primarias para elegir al candidato de la oposición que deberá enfrentar a Nicolás Maduro es el procedimiento que pareciera tener aceptación general. Es el más democrático y, además, ningún dirigente de los partidos políticos sobresale. De los precandidatos que se asoman, unos tienen méritos, otros no tanto. ¿El ganador tendría suficiente apoyo de los perdedores y del resto de los ciudadanos? ¿Su grado de aceptación sería suficiente para convencer a los abstencionistas y para vencer al aparato electoral del régimen? ¿Es posible unas primarias sui géneris?

El panorama político es complejo. Discutir si conviene o no negociar con el régimen pareciera que, en estos momentos, es una discusión bizantina, ya que Maduro considera que el chaparrón que le estuvo cayendo es hoy una simple garúa, por lo que no tiene interés en conversar. Ello implica que las elecciones se realizarán cuando le convenga, con un registro electoral no depurado, ni actualizado y en las mismas condiciones actuales; además, colocará todos los obstáculos para impedir el voto masivo en el exterior.

Del lado de la oposición, los dirigentes políticos no se ponen de acuerdo sobre cuándo deben ser las primarias, quiénes pueden participar, si es con el CNE o sin él, y si apoyan o no el voto de los venezolanos en el exterior. 

Realizar primarias sin el CNE tiene la ventaja de que podrían votar los venezolanos que están en el exterior. La desventaja es el mayor costo y que, aunque no nos guste, las elecciones se realizarán con este CNE. ¿Cómo reaccionarían los ciudadanos si se les dice que las primarias se harían sin el CNE porque no le tenemos confianza, pero después los convocan a votar en la presidencial con ese mismo organismo? 

Oposición errante

Oposición errante

Por si fuera poco, abundan los candidatos que solo cuentan con el apoyo familiar o de sus vecinos. Estos no deben preocuparnos, ya que los votantes los descartarán. Del grupo de los “alacranes” surgirá uno o más candidatos. Ya José Brito se lanzó al ruedo, aunque no tiene cuadrilla, ni simpatizantes en los tendidos. El único que podría restar algunos votos al candidato de la oposición es Bernabé Gutiérrez, pero confiamos que logren neutralizarlo quienes conocen su trayectoria.

Los probables precandidatos de los partidos cuentan con un porcentaje bajo de aceptación y un rechazo considerable. Además, varios de ellos están inhabilitados, aunque injusta e ilegalmente, y la dictadura no los aceptará. Entre los dirigentes de los partidos que podrían participar y que tienen cierta aceptación están María Corina, Andrés Velásquez, César Pérez Vivas y Omar Barboza. ¿Sería posible considerar otros nombres, como Ramón Guillermo Aveledo, Werner Corrales, Asdrúbal Aguiar, José Guerra, Eduardo Fernández, Cecilia García Arocha y Humberto Calderón Berti, entre muchos otros con méritos?

¿Es factible que uno de ellos sea apoyado por la mayoría y que su nombre sea sometido como el candidato de mayor respaldo en las primarias? Serían unas primarias sui géneris, en las que se presenta un candidato con más probabilidades de ganarlas, pero que debe competir con otros y ser avalado por el voto.

Nuestro candidato electo en las primarias debe comprometerse a tener testigos en todas las mesas electorales, asegurar que no se presentará a la reelección, promover la reconciliación de los venezolanos, que haya justicia y no retaliación por motivos políticos; dispuesto a gobernar con un equipo integrado por ciudadanos conocidos por su honestidad y experticia para reconstruir el país, pertenezcan o no a un partido político. Tiene que asegurar que sus prioridades serán enfrentar el problema de la pobreza, reactivar la industria de los hidrocarburos, la agricultura y la producción de acero, aluminio y petroquímica, y luchar para que puedan votar los venezolanos en el exterior.

El electorado está cansado de muchas décadas de promesas incumplidas, por lo que nuestro candidato debe tener credibilidad, ser capaz de convencer de que sí es posible tener un mejor país y tener el coraje de defender su eventual victoria electoral.  Respetamos a quienes piensan que no hay salida electoral. Es probable que tengan razón, pero en las circunstancias actuales no se visualiza otra vía. Hay que votar como instrumento de lucha. Una vez más, instamos a los partidos a unirse alrededor de un candidato.

Estrategia mata dilema

Estrategia mata dilema

Como (había) en botica

  • Las ONG de derechos humanos deben investigar las denuncias sobre el intento de asesinar y torturas al mayor Andrik Cañizales, quien perdió un ojo. Hay señalamientos contra un coronel y un sargento, entre otros.
  • Las acusaciones entre Rafael Ramírez y Tarek El Aissami evidencian el grado de corrupción del régimen Chávez-Maduro. Contundente la intervención del diputado Julio Montoya sobre la responsabilidad de Maduro en la corrupción en Pdvsa
  • ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com | 6-9-2022

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Responsabilidad social de nuestra industria petrolera

En la PDVSA roja-rojita los derrames de petróleo son parte de la normalidad. Foto Bloomberg

Las diferencias entre la PDVSA meritocrática y la roja-rojita son evidentes. Pasó de ser una empresa que manejaba eficazmente los hidrocarburos a una que descuidó su negocio y su responsabilidad social     

 

Howard Bowen publicó en 1953 su libro Responsabilidad social del hombre de negocios, en el que sostenía que este tenía la obligación de alinearse con objetivos y valores de nuestra sociedad. Hoy, realizar donaciones ya no es suficiente. Tampoco lo es solo respetar las leyes laborales, ambientales e impositivas. Las empresas deben cumplir con sus accionistas, trabajadores, clientes, proveedores y con su entorno. ¿Cómo ha sido el comportamiento de la industria petrolera venezolana?

Etapa de las transnacionales 1912-1975

En los primeros veinticinco años las compañías extranjeras cumplieron con sus accionistas, maximizando las ganancias. No así con sus trabajadores, que vivían en pésimas condiciones. Cumplían con sus clientes en Venezuela suministrándoles combustibles y lubricantes. Sus proveedores abastecían productos e insumos casi totalmente del exterior. Las empresas burlaban el impuesto sobre la renta y, desde luego, no tenían conciencia ambiental, ni de la necesidad de lograr mejoras en las comunidades cercanas. Se juntó el capitalismo salvaje con la alcahuetería del dictador Gómez.

Esta situación cambió gradualmente a raíz de las huelgas petroleras de 1925 y de 1936, y con la Ley de Hidrocarburos de 1943. Construyeron hospitales, dispensarios, escuelas, campos residenciales con centros recreativos y deportivos, establecieron comisariatos para suministrar alimentos a precios subsidiados y se firmaron contratos colectivos. También hicieron donaciones en las áreas de salud, educación e infraestructura. En 1947 la Creole estableció un plan de jubilación. Además, fueron incorporando a venezolanos en cargos de responsabilidad directiva y gerencial. En 1975 solo había doscientos extranjeros en toda la industria petrolera.

Cabe mencionar que, en 1953, en un intercambio de la Creole con distinguidos venezolanos, Carlos Ramírez MacGregror, entonces propietario del diario Panorama, declaró que antes de 1936 en el Zulia había un 80 a 90 por ciento de opinión negativa sobre las petroleras por las condiciones difíciles de los trabajadores, viviendas desastrosas, despidos injustificados, inestabilidad, rotación en el trabajo y las actividades especializadas estaban en manos de extranjeros. Después de esa fecha las condiciones socioeconómicas de los trabajadores mejoraron. Hoy no se justifica la nacionalización, como hace veinte años, sin embargo, perdura la inestabilidad de los trabajadores.

La Shell financió el Servicio Shell para el Agricultor que tuvo un impacto importante en nuestra agricultura. La Fundación Creole realizó valiosos aportes en el área cultural. En 1975 se produjeron 2.346.000 barriles por día.

Etapa de la Pdvsa meritocrática 1976-2002

La empresa cumplió con su accionista fortaleciendo sus actividades, adquiriendo refinerías en el exterior para garantizar mercado y atrayendo empresas privadas a Venezuela para aumentar la producción. Respetó las normas de seguridad y los contratos colectivos, y los trabajadores tenían acceso a las mejores clínicas. Garantizó el suministro de combustibles y lubricantes a sus clientes, y con los proveedores estableció una relación ganar-ganar.

Rafael Gallegos afirma que Pdvsa sustituyó el concepto de relaciones públicas por asuntos públicos e inversión social, incorporando el entorno como componente estratégico del negocio. El objetivo de la interacción con las zonas aledañas era elevar la calidad de vida de los pobladores y, a mediano plazo, generar una dinámica socioeconómica que se reflejara en las comunidades, para que al cesar las operaciones petroleras no quedara una zona empobrecida. El propósito era que equipos sociales, el gobierno central y el local, las empresas y las comunidades enfrentaran los retos del desarrollo.

Pdvsa llevó a cabo numerosos proyectos con las comunidades, realizados mediante convenios con universidades y ONG. Tuvo programas de asistencia técnica a los agricultores. Trabajó en la conservación de cuencas y saneamiento de pasivos ambientales, especialmente en las numerosas fosas con residuos de hidrocarburos. La mayoría de estos trabajos se realizaron con profesionales a los que se estimuló para que crearan pequeñas empresas. Los estudios de Desarrollo Armónico de Oriente y de Occidente debían servir de base para establecer prioridades. En el 2001, Pdvsa contaba con 69.284 trabajadores, incluidos los contratados y producía 3.342.000 barriles por día.

Etapa de la Pdvsa roja 2003-2022

La empresa desvió su misión. Incursionó en áreas que no le competen, sustituyendo la responsabilidad del Estado. Queda mal con su accionista al disminuir la producción de petróleo y permitir el deterioro de las refinerías por falta de inversión, de mantenimiento, por gerencia inadecuada y despido de 23.000 trabajadores calificados. Queda mal con sus trabajadores al no remunerarlos acorde con su trabajo y al no velar por la seguridad industrial.

Hasta el 2004 el Fondo de Pensiones se manejó en beneficio de los jubilados, posteriormente ha sido en beneficio de Pdvsa. Hoy los trabajadores son rechazados en las clínicas porque la empresa no cancela los servicios. Queda mal con sus clientes al no suministrarles combustibles y lubricantes. También con sus proveedores al no pagarles a tiempo y al expropiar empresas de servicio. Queda mal con su entorno al descontinuar los exitosos programas con las comunidades, sustituyéndolos por misiones que no están orientadas a la sustentabilidad. Los derrames en tierra y en cursos de agua están dañando severamente al ambiente. Desde el 2016 no presenta el Informe de Gestión. En esa fecha contaba con 164.370 trabajadores, incluidos contratados y en actividades no petroleras, y producía 2.373.000 barriles por día.

Las diferencias son evidentes. Pdvsa pasó de ser una empresa que manejaba eficazmente el negocio de los hidrocarburos y tenía programas de responsabilidad social, a una que descuidó su negocio y se concentró en programas sociales populistas, la mayoría incumplidos. Esta es una apretada síntesis que ampliaremos en un próximo libro.

Como (había) en botica

  • Esteban Trapiello es un típico militante del totalitarismo rojo: niega el Holocausto y admira a Hitler.
  • ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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Eddie A. Ramírez S. May 03, 2022 | Actualizado hace 2 meses
Burbujas de champaña y de miseria
Unas burbujas son de champaña. Otras de miseria. Pocos venezolanos están en la primera

 

Unas burbujas son de champaña. Otras de miseria. Pocos venezolanos están en la primera. La mayoría se ubica en la segunda. Esto ocurre tanto dentro de nuestras fronteras, como fuera de ellas. Las burbujas internas siempre han existido. Las de compatriotas en el exterior son una novedad. ¿Por qué se formaron? ¿Quiénes son los responsables de esta situación? ¿Cómo deshacerlas?

Burbujas internas

Siempre habrá desigualdades. Lo repudiable es que las mismas sean tan grandes y que algunas sean producto de la corrupción. También es inaceptable que quienes tienen más sean indiferentes y no contribuyan a disminuir las desigualdades. Afortunadamente, en Venezuela tenemos numerosos ejemplos de empresas que han creado organizaciones sin fines de lucro que realizan una extraordinaria labor social. También hay personas que practican voluntariado en hospitales y otros servicios comunitarios.

A la par, muchos que pecan por egoístas o por ignorantes. Consideran, con razón, que por esfuerzo propio lograron el ascenso social. Constituyen un grupo relativamente reducido que pudo beneficiarse de las políticas de nuestros gobernantes en el período entre 1935 y el final del siglo XX. Lamentablemente, muchos otros quedaron marginados.

Entre los favorecidos hay quienes no se percatan que había dos países. Por un lado, el de las urbanizaciones, buenos colegios e ingresos que permitían viajar. Por el otro, el de los ranchos, educación deficiente e ingresos que solo permitían una alimentación precaria. Las desigualdades entre las ciudades y el medio rural siempre fueron abismales. ¿Hubo ascenso social en ese período? ¡Claro que sí!, pero muy por debajo de lo que ha debido ser. 

Hoy, las burbujas de champaña y las de miseria son más evidentes ante la pérdida del poder adquisitivo de la gran mayoría.

Jubilados que pensaban tener una vejez más o menos digna están pasando grandes dificultades. Educadores, abogados y otros profesionales dependen de una remesa del exterior. Quien era pobre, es ahora más pobre. Hay otras burbujas que no son criticables. En ellas se encierran compatriotas que por seguridad o por tranquilidad espiritual requieren alejarse por un tiempo del mundanal ruido.

Burbujas en el exterior

No difieren de las anteriores. En unas se encuentran compatriotas con dinero mal habido. En otras, quienes trabajaron duro y ahorraron. Unos siguen pendientes de la situación política en Venezuela. Otros han pasado la página. Los profesionales jóvenes que emigraron han tenido que empezar desde muy abajo en su área de experticia o se han visto obligados a trabajar en lo que se les presente. 

Quienes emigraron a países desarrollados mejoran gradualmente y sus hijos tendrán más oportunidades. Los que están en los países del sur tienen la desventaja de que a veces no son bien recibidos. Esta situación hay que entenderla y no culpar a los habitantes del país receptor. Toda migración masiva ocasiona graves distorsiones. Reconozcamos los problemas que causamos y que, a pesar de todo, nuestros compatriotas son en general bien recibidos. También hay un problema de estabilidad política y económica. Países hermanos que hace poco tiempo iban muy bien, hoy están próximos a un despeñadero.

Pinchar las burbujas

Hay que deshacer estas burbujas de miseria, así como las de indiferentes que disfrutan de recursos bien o mal habidos. No es fácil. Para lograr una sociedad más justa, los gobiernos deben dedicar más recursos a la educación, a la salud y a la infraestructura, así como crear las condiciones apropiadas para un crecimiento sostenible del sector privado. Ello implica abandonar la política del capitalismo de Estado, que solo ha producido empresas que tarde o temprano quiebran.

El sector privado es el que puede crear una riqueza perdurable que permita disminuir gradualmente la pobreza. Desde luego, ese sector debe actuar con responsabilidad social y el Estado debe velar por el respeto a las leyes. Además, corresponde al Estado introducir los correctivos necesarios para proteger a los grupos más vulnerables, sin caer en un asistencialismo extremo.

La quiebra de todas las empresas del Estado es una evidencia de que ese no es el camino. En el pasado hubo algunas exitosas, como Edelca, el Metro de Caracas y Pdvsa, pero fueron la excepción. Tarde o temprano tenían que sucumbir ante el clientelismo y la corrupción. Ojalá el sector político y la sociedad civil acepten esta realidad. Sería una ruptura con el pasado remoto y, desde luego, con el presente, que nos pondría en la senda del desarrollo sustentable.

Para la recuperación de Venezuela es imprescindible, como requisito necesario, pero no suficiente, salir del régimen.

La reciente designación del nuevo Tribunal Supremo de Justicia, que es igualmente sectario y mediocre como el anterior, es una señal clara de que Maduro y sus compinches no están dispuestos a ceder fácilmente el poder. Quienes por inocentes pensaban que se puede cohabitar, tienen que haber aterrizado. 

Para lograr el cambio, no nos cansaremos de repetir, se necesita una dirigencia con unidad de propósito, un acuerdo de transición y gobernabilidad por varios períodos presidenciales y que todos nos percatemos de que, salvo un imponderable deseable, no hay otra vía que la electoral; además, que en estos momentos se requiere un candidato presidencial que no tenga rechazo.

Si no pinchamos la burbuja interna nos asfixiaremo en ella. Si persiste la del exterior perderemos valiosos recursos humanos. 

Como (había) en botica

  • Carlos Canache Mata acaba de publicar el libro Rómulo Betancourt, líder y estadista. Dada la estrecha relación entre ellos, el libro tiene que ser muy interesante.
  • Mañana 4 de mayo será la presentación en Madrid del libro La Tumba, secuestro en Venezuela, del luchador y amigo Antonio Ledezma. Debe ser una importante contribución a la divulgación de los atropellos del régimen.
  • La Fundación Empresas Polar sigue cumpliendo una loable labor. Felicitaciones a los científicos ganadores del Premio Lorenzo Mendoza Fleury
  • ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com | 26 de abril 2022

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Eddie A. Ramírez S. Abr 19, 2022 | Actualizado hace 2 meses
La carta, ¿un cadáver exquisito?
Las sanciones teóricamente tienen algunos efectos indeseables. Sin embargo, el G25 no toma en cuenta que la mayoría son burladas por el régimen

 

Sobre el tapete está la carta enviada al presidente Biden por el G25, grupo de conocidos venezolanos que, con todo respeto, pareciera que se reunieron para redactarla jugando al cadáver exquisito. Este juego lo pusieron de moda los surrealistas franceses, al compás de los años 20 del siglo pasado. Cada uno redactaba un párrafo, dejando solo descubierto la última palabra que pasaba al siguiente jugador. En una oportunidad, los ilustres escritores obtuvieron como resultado la frase “El cadáver exquisito beberá buen vino”, que quedó como nombre para escribir poesía en conjunto. De allí, las diferentes interpretaciones de la polémica carta.

Unos consideran que no debió ser enviada. Algo así como la carta a Eufemia, que popularizó Pedro Infante, por aquello de “Cuando recibas esta carta sin razón, Eufemia…”. Otros la comparan con la carta a los Efesios, atribuida a San Pablo, que entre otros consejos dice que “La esposa se someta a su marido, como al Señor. Esclavo obedece a tu patrón…”. No falta quien le encuentre semejanza con la Carta de las Naciones Unidas; es decir, bien intencionada, pero muchos no la toman en cuenta.

La carta adolece de un análisis sobre el efecto de las sanciones. ¿Cómo afectan? Los signatarios sostienen que “Si bien las sanciones no son la raíz de la emergencia humanitaria de Venezuela, las condiciones empeoraron gravemente para el venezolano promedio”. Sin embargo, los proponentes no aportan data. Al reconocer que las sanciones no son la raíz del empobrecimiento, el eliminarlas no resolvería el problema. ¿Acaso consideran que la solución a la grave situación que aqueja a la población se solucionaría con paños tibios?

Las sanciones tienen como objetivo presionar para lograr elecciones transparentes. Además, conllevan un castigo moral.

Eliminar las sanciones sería darle la razón a un régimen que tuvo inmensos ingresos y que, por corrupción, ineptitud, resentimiento y mala intención descuidó el mantenimiento de la infraestructura, no invirtió en otras que eran necesarias y que se apropió indebidamente de empresas agropecuarias e industriales y a todas las quebró. Además, destruyó las empresas estatales del hierro, del aluminio, Pdvsa, el Metro, y las que suministran la electricidad y el agua.

Desde luego que las sanciones teóricamente tienen algunos efectos indeseables. Sin embargo, el G25 no toma en cuenta que la mayoría son burladas por el régimen. En el caso de la industria petrolera, esta exporta sin limitaciones lo poco que produce a China e India, que por cierto desde hace años el régimen escogió como su mercado preferido, por razones geopolíticas y no económicas. Gradualmente fue abandonando nuestro mercado natural que es Estados Unidos. En los dos últimos años, antes de las sanciones, solo exportaba a ese país un promedio de 220.000 barriles de petróleo por día. Importa libremente combustibles y diluyentes desde Irán. Adquiere maquinarias, equipos y repuestos de Rusia, Turquía, Irán y de la Unión Europea. Las transacciones financieras en dólares se le dificultan al régimen, pero logra sortearlas usando el yuan, rublo y criptomonedas. La importación, desde Estados Unidos y de otros países, de medicinas y alimento no está prohibida. 

El siguiente párrafo de la carta puso la guinda: “Hacemos un llamado al gobierno de los EE. UU. para que negocie por el mejor interés del pueblo venezolano y supere las presiones políticas internas, que lamentablemente han obstaculizado el proceso”. Cabe preguntar cuáles presiones internas. ¿Acaso no fue el régimen quien suspendió las conversaciones en México y se ha negado a reanudarlas? En qué entorpeció Estados Unidos, ¿extraditando a Saab, por decisión judicial?

Por otra parte, el G25 escribe “Hemos instado a Nicolás Maduro a aceptar reformas políticas y electorales significativas y continuar con la liberación de presos políticos. El gobierno debe reconocer que los acuerdos no pueden limitarse al ámbito económico”. Sin duda es a lo que todos aspiramos.

No tendría sentido suspender las sanciones sin que el régimen acepte lo que la Constitución nos otorga.

Agrega que “A la oposición venezolana le hemos planteado la necesidad de unificarse en torno a principios básicos y realistas que sustenten posibles acuerdos. Hemos alentado a la oposición a no ser rehén de posiciones extremas que solo prolongan el doloroso statu quo”. Lo de la unidad es obvio. Falta que los proponentes aclaren qué consideran posiciones extremas.

La carta de Antonio Ledezma señala las causas de la emergencia humanitaria. Apoyamos su petición, aunque hubiésemos preferido que fuese en conjunto con la posición del gobierno de Guaidó. Desconocemos si Ledezma realizó gestiones en este sentido, o si el gobierno interino sigue en hibernación. El artículo de Gustavo Coronel fustiga con razón al G25. Los tuits de Liliana Fasciani son de lectura obligatoria. Ojalá el G25 reflexione sobre el rechazo que ha tenido su carta, pero sobre todo de lo extemporáneo de su posición.

Hay que reconocer que las sanciones no han logrado que el régimen acepte realizar elecciones transparentes, ni que libere a los 220 presos políticos. Cabe preguntar si es porque el régimen ha podido burlarlas o porque no han sido suficientemente severas. Pensamos que por las dos causas. También por despelote de la oposición.

Como (había en botica)

  • Hoy, 19 de abril, recordemos que Venezuela no acepta sumisión.
  • Mucho dolor produce el caso de la ingeniera de Pdvsa que en horas nocturnas fue encontrada lavando su ropa en un edificio de oficinas de la empresa en Anaco. Al ser sorprendida por los vigilantes declaró “Duermo en la oficina porque no tengo para pagar una habitación. Tengo una hijita de cinco años y mi esposo tuvo un ACV, no tiene empleo y vive en otra localidad en vivienda prestada”. Este es un lamentable caso de cómo sobreviven los trabajadores de la Pdvsa roja. Antes, el personal devengaba un sueldo dentro del 75 percentil de las mejores empresas venezolanas, tenía acceso a un préstamo para adquirir vivienda y un buen seguro médico.
  • ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! 

eddiearamirez@hotmail.com

19 de abril 2022

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Arrepentimiento por conveniencia
¿Acaso Maduro está arrepentido con lo del Sambil y no está de acuerdo con las decisiones de su mentor? No, solo está asustado como Chávez en abril 2002

 

Contrario a lo que dice la famosa canción No me arrepiento de nada, Je ne regrette rien, que popularizó la Piaf, todos tenemos algo de qué arrepentirnos, aunque a veces no lo reconocemos. En la historia hay muchos casos de generales que fracasaron en alguna campaña y de jefes de Estado que no tuvieron éxito en su gestión. Pocos reconocen su responsabilidad, y menos se arrepienten de decisiones que condujeron al descalabro. Casi siempre culpan a un tercero. Hay otros casos en que el arrepentimiento es hipocresía para ganar tiempo y volver a las andadas.

Pablo de Tarso se arrepintió sinceramente de haber perseguido a cristianos. Napoleón no se arrepintió por su invasión a Rusia, sino que culpó a otros del fracaso, en este caso al “general invierno”. Su ego no le permitía aceptar que falló en asegurar la línea de abastecimiento de sus tropas y que los rusos lo sorprendieron con retiradas estratégicas. Bolívar le atribuyó la culpa de la caída de la primera república a Miranda, obviando que él había perdido la importante plaza de Puerto Cabello. Que sepamos, nunca se arrepintió de haberlo entregado a los realistas. Nuestros presidentes tradicionalmente le echan la culpa al gobierno anterior por sus fracasos. Rara vez se arrepienten y reconocen sus errores.

Un caso excepcional es el del presidente Isaías Medina Angarita, cuyo derrocamiento se debió, entre otras causas, a su negativa a permitir el voto universal. Quería elegir a dedo a su sucesor. Sin embargo, en julio de 1945, tres meses antes de su derrocamiento, le dijo a don Mario Briceño Iragorry “Te juro que no tendré en mi vida días y horas suficientes para arrepentirme de no haber estado el año pasado con quienes me recomendaban la reforma constitucional en el sentido de hacer popular la elección del presidente. No estaría en este horrible brete”.

El polémico Jorge Olavarría se arrepintió de su apoyo a Chávez y a su proyecto político cuando se percató de que ese no era el camino. Su cambio lo evidenció fustigándolo severamente en la Asamblea Nacional. El general Baduel se arrepintió de haber creído en Hugo Chávez y lo demostró apoyando los siguientes procesos electorales de los demócratas, lo cual le costó que lo dejaran morir en la cárcel.

Hay otros que solo muestran arrepentimiento cuando los beneficia. Arias Cárdenas es un ejemplo. Fue chavista, denigró de su compañero de cuitas expresando arrepentimiento y, cuando percibió que el dictador no saldría en el corto plazo, le pidió perdón. Otro caso similar es Hermann Escarrá. No es que se arrepienten, lo cual es loable cuando se reconoce estar equivocado, sino hipócritas que buscan acomodo según sus conveniencias.  

El presidente Chávez pidió perdón al cardenal Velasco por las ofensas, así como a los petroleros por los despidos con un pito en cadena de radio y televisión. Además, con crucifijo en mano mostró arrepentimiento y ofreció enmendarse. Sin embargo, al poco tiempo volvió a las andadas. Es decir que fue un arrepentimiento fingido para ganar tiempo y deshacerse de los oficiales percibidos como no leales a su proyecto político. Lo mismo hizo con los petroleros.

En su etapa abiertamente dictatorial, Chávez expropió fincas en producción y empresas operando eficientemente, como Agro Isleña, todas quebradas por los gerentes rojos. Las Cristinas, Cristallex y Conoco fueron expropiadas arbitrariamente y hoy demandan por sumas elevadas al Estado venezolano.

Edificios como el Sambil y La Francia no escaparon a las arbitrariedades de Chávez, quien nunca mostró arrepentimiento, a menos que lo haya expresado en su interior cuando agonizaba en Cuba. Decir que todas esas acciones fueron expropiaciones no es correcto, ya que no hubo compensación. Como dijo María Corina Machado, fueron robos. Chávez le causó un gran daño al país y a los propietarios. Radio Caracas Televisión y las instalaciones de El Nacional fueron otros robos, este último por acción del actual usurpador de Miraflores.

Maduro y Jorge Rodríguez dijeron que no volverían a dialogar en México hasta que pusieran en libertad a Saab, pero se arrepintieron. ¿Será porque descubrieron que su “diplomático a la carrera” resultó informador de la DEA, o el arrepentimiento es por la presión de las sanciones?

Ahora, después de 14 años, Maduro devolvió a sus propietarios el centro comercial Sambil, ubicado en La Candelaria. ¿Quién compensa a la constructora y a los medianos comerciantes que habían adquirido un local?  La dictadura de Chávez-Maduro es la única del siglo XX, y hasta el presente, que no solo se apropia de los bienes públicos, sino también de los privados. Retrocedimos a los pillajes de la Guerra Federal.

¿Acaso Maduro está arrepentido y no está de acuerdo con las decisiones de su mentor? No, solo está asustado como Chávez en abril 2002. Sabe que tiene que mejorar su imagen. El fiscal Khan de la Corte Penal Internacional le quita el sueño, así como la estúpida y criminal invasión de Putin a Ucrania, que por carambola inmovilizó recursos depositados en Moscú.

En el caso del Sambil, nos alegramos se haya resuelto positivamente para sus propietarios. Llama la atención que ya no dispondrá de una Feria de Comida, sino un espacio gourmet. También que sus propietarios declaren que está en perfecto estado. Es lógico que estén contentos, pero no hay que guindarse. Sería un caso único de buen mantenimiento. Ese equipo debería manejar las refinerías. En Maduro y sus palafreneros no hay arrepentimiento, tendrán que responder ante la justicia.

Como (había) en botica

Costa Rica elegirá presidente el 3 de abril. Este bello y democrático país no escapa a la crisis de liderazgo. Dos expresidentes estuvieron presos por corrupción. Ahora, uno de los candidatos, Chaves, está señalado de acoso sexual, populista e impredecible; el otro, Figueres, ya fue presidente, tiene rechazo y fue mencionado de tráfico de influencias, pero pareciera el menos peligroso.

Felicitaciones a Vladimiro Mujica, liderará equipo de investigación  en biología cuántica en la universidad de Arizona.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Eddie A. Ramírez S. Dic 14, 2021 | Actualizado hace 1 mes
¿Embarrados por el Barroso?

Foto de fondo: derrame de petróleo en Cabimas-Zulia (gráfica de Rafael Sulbarán de junio 2021, en revista.drclas.harvard.edu). En primer plano, el histórico reventón del Barroso II, en Cabimas, 1922.

Nos preguntamos si los miles de pozos perforados desde el reventón del Barroso II embarraron al país y a gran parte de los venezolanos

 

Hoy, hace 99 años se produjo el reventón del pozo Barroso número 2. Un reventón es la salida de un chorro de petróleo por la presión interna del pozo, la cual era difícil de controlar con las tecnologías disponibles en los años iniciales de la explotación del producto que cambió a Venezuela. Ese chorro embarró o embadurnó durante varios días a los habitantes de una aldea llamada Cabimas. Ya no se producen reventones, pero cabe preguntarnos si los miles de pozos perforados embarraron al país y a gran parte de los venezolanos.

Cegados por el petróleo

Creímos que éramos ricos porque teníamos grandes ingresos que permitieron a una parte de la población vivir sin preocuparse por la producción y productividad de otros rubros y, mucho menos, por los principios y valores. Promovimos un Estado fuerte, dueño de vidas y haciendas. Para sobrevivir, el ciudadano tiene que recostarse, humillarse ante el mismo o bien intentar apoderarse del gobierno para controlar las estructuras de ese Leviatán. Esto último es la razón de ser de los políticos. Una de nuestras desgracias es que, cuando han llegado al poder, no le han cortado las patas al monstruo, sino que, con buena o mala intención, lo han puesto al servicio de lo que consideran es conveniente.

Los adoradores del Estado

Han tenido la tendencia a poner obstáculos a las iniciativas privadas. La primera extracción mecánica de petróleo, destilación de kerosén y su exportación, la inició un grupo de emprendedores tachirenses encabezado por Manuel Antonio Pulido y Pedro Rafael Rincones, en 1878. El Estado no apoyó la iniciativa de la Petrolia del Táchira. Por el contrario, no renovó la concesión a sus herederos. Años después, cuando en 1976 se estatizó la industria petrolera, fueron eliminadas las empresas petroleras privadas venezolanas Talón y Mito Juan.

A pocos les interesa competir por la presidencia de una junta de condominio, en la que hay muchos sinsabores y pocas gratificaciones. Sí es atractivo luchar por la presidencia de la república o por un cargo importante en un país que tiene infinidad de empresas del Estado. Las abejas, insectos laboriosos que trabajan en equipo, abundan en países donde el Estado no posee empresas, ni la discrecionalidad para otorgar contratos. En casos contrarios, abundan los alacranes. En Venezuela, un cierto número de ciudadanos incursiona en política como medio para elevar su nivel de vida, frecuentemente por caminos tortuosos.  

Lo anterior pareciera evidente, pero el petróleo nos dificulta percibirlo. Chávez-Maduro han llevado el extremo el estatismo para ejercer un mayor control sobre la población.

Del lado de la dirigencia democrática, con excepción de María Corina, da la impresión de que la mayoría no tiene una oferta diferente. Por lo general se tilda de antipolíticos a quienes han hecho estas observaciones. Un caso relevante han sido las injustas descalificaciones a Uslar Pietri.

Trabas para lograr acuerdos

Ese petróleo, es decir los ingresos por su exportación, nos ha dificultado ponernos de acuerdo sobre lo que debemos hacer y el cómo hacerlo. Todavía no nos percatamos de que esos montos ya no son suficientes para atender nuestras crecientes necesidades. Es utópico pensar que, cuando salgamos de este régimen, bastará realizar una elección primaria para elegir al candidato de la democracia. Si no queremos volver a las andadas, será necesario un pacto político de gobernabilidad a largo plazo que establezca la privatización de las empresas del Estado, así como enmendar la Constitución para garantizar la descentralización y eliminar la reelección presidencial.

Mensajes con destino

Si aceptamos lo anterior, probablemente disminuirán las luchas sucias por alcanzar el poder y muchos abrirán los ojos. Cabe recordar algunos refranes. Los Claudios se darán cuenta de que honra y dinero mal habido no caminan por el mismo sendero. Los Borges entenderán que no es beneficioso tener la cruz en el pecho y el diablo en los hechos. Los Ramos se percatarán de que retirarse a tiempo no es huir. Las María Corinas percibirán que del dicho al hecho hay un largo trecho y que quien no oye consejos, no llega a viejo. Los Capriles descubrirán que con la vara que midas serás medido. Los Leopoldos advertirán que no por mucho madrugar, amanece más temprano. Los alacranes tenderán a desaparecer por aduladores, engañadores, y al cabo traidores

En el pasado, el ingreso petrolero permitió construir aceleradamente la infraestructura del país y formar buenos profesionales. Fallamos en formar buenos ciudadanos, en establecer instituciones sólidas, en eliminar el presidencialismo, el centralismo y el estatismo. Estas grietas no permitieron la reducción de la pobreza y de la desigualdad, y dieron paso al régimen corrupto, inepto y violador de los derechos humanos que rige de facto desde hace varios años.

El petróleo tiene todavía algún tiempo para contribuir parcialmente a nuestro desarrollo. Ojalá no nos sigamos embarrando y, por lo pronto, que nuestros diputados prorroguen el Estatuto de Transición y ratifiquen a Guaidó como presidente interino

Como (había) en botica

Esa excelente colonia italiana que vino a esta otrora Tierra de Gracia nos aportó a un distinguido venezolano. Don Armando Scannone nos proporcionó no solo magníficas recetas de cocina, sino ejemplo de buen ciudadano y gran caballero. Cuando la Gente del Petróleo estábamos en la lucha por la meritocracia, tuvo la amabilidad de invitarnos a un almuerzo en su casa. Que descanse en paz.

Felicitaciones al colega ingeniero agrónomo Ramón Bracho, electo alcalde del municipio Baralt. También a Rafel Uzcátegui, director de Provea, por el premio franco-alemán de derechos humanos. Igualmente, al diputado Carlos Paparoni, premio Campeones Anticorrupción otorgado por Estados Unidos.

Lamentamos el fallecimiento de Víctor García y de Freddy Jiménez, compañeros de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exilados!

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Eddie A. Ramírez S. Oct 19, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Antígonas para aplacar el odio
¿Será que nos hacen falta muchas Antígonas que contribuyan a deponer los odios entre los demócratas?

 

¿Qué cambio hemos tenido los venezolanos que hoy destilamos veneno cuando no estamos de acuerdo con otros puntos de vista dentro del marco democrático? ¿Por qué descalificamos sin base a quienes predican rutas diferentes para terminar con la dictadura de Maduro? ¿Por qué nos afincamos contra alguien que comete un error, sin considerar su trayectoria democrática o su arrepentimiento?

Sófocles nos narra la lucha entre dos hermanos por el poder. Eteocles y Polinices mueren en la confrontación fratricida. Ninguno era un santo. El primero fue enterrado con honores. El segundo fue expuesto a las aves carroñeras. Antígona, hermana de ambos, desobedeció esta decisión y también enterró a Polinices. Cuando el autócrata Creonte le reclamó, contestó: No nací para compartir el odio sino el amor, aunque sabía que eso le ocasionaría la muerte. ¿Será que nos hacen falta muchas Antígonas que contribuyan a deponer los odios entre los demócratas?

El odio está presente desde el inicio de la humanidad. Esta ha dado pasos cuánticos en todas las ciencias y también, con las excepciones de caso, en aceptar que la democracia es el mejor sistema de gobierno, en respetar la diversidad de opiniones y en rechazar las violaciones a los derechos humanos.

Sin embargo, extraña que personas con cierto nivel de educación, defensoras de los principios y valores de nuestra civilización, destilen niveles inaceptables de odio hacia quienes piensan diferente.

Esta intolerancia no solo se evidencia en las redes sociales por parte de escribidores anónimos o identificados, sino también en artículos y programas de opinión. Participan políticos, aficionados a la política e incluso periodistas, por cierto, la minoría. Tres temas sirven de ejemplo: 1. Las negociaciones en México; 2. Las elecciones regionales; y 3. El reciente fallecimiento del general Baduel en una de las mazmorras del régimen.

 Las negociaciones

Calificar de colaboracionistas a quienes participan o apoyan las negociaciones en México, no solo es una falta de respeto, sino tener poca visión política o intereses creados. No se puede sacrificar una población con el argumento de que con malandros no se debe intentar negociar, aunque quizá no se llegue a feliz término. Cuando no hay otras opciones y los países amigos lo requieren, solo queda negociar. No se puede pretender lograr todo lo que quisiéramos, pero tampoco ceder en todo lo que pretende la dictadura.

Sería un éxito si se logra que las condiciones electorales sean transparentes y que se realice el referendo revocatorio presidencial sin trabas. Lo sensato es no descalificar a priori. La reciente suspensión, suponemos temporal, de las negociaciones por parte de la delegación de Maduro, con la ridícula excusa de la extradición de Saab, debería dar pie a que tanto los Estados Unidos, como la Unión Europea ejerzan mayor presión.  

 Las regionales

Lo ideal hubiese sido que todos los partidos se abstuvieran o que todos decidieran votar. Lamentablemente, nuestra dirigencia no estuvo a la altura; además, hubo el llamado grupo de los alacranes que se prestó a hacerle el juego al régimen, no porque llamaran a votar, sino por aceptar las maniobras del oficialismo y dar declaraciones bochornosas.

Lo sensato sería votar, a pesar de las trampas del régimen y de la suicida decisión de ir divididos o con algunos candidatos no idóneos, lo cual arrojará resultados que no se corresponden con el rechazo al régimen. A quienes descalifican a los que apoyan el voto, cabe preguntarles si acaso son colaboracionistas el respetado padre Luis Ugalde y otros distinguidos venezolanos.

Voy a votar

Voy a votar

Ni acudir a México, ni votar en las regionales legitima a Maduro, quien seguirá en Miraflores como usurpador hasta que los civiles nos rebelemos o que los militares cumplan con la Constitución y lo depongan, a menos que se logre el revocatorio o una elección presidencial adelantada.  

 Caso Isaías Baduel

Este general cometió muchos errores y perjudicó a numerosos oficiales que perdieron sus carreras e incluso están o estuvieron presos o están exiliados. Pecó por acción y por omisión. Tuve oportunidad de decírselo cuando en varias oportunidades visité a los presos políticos en Ramo Verde, aunque también le expresé mi solidaridad por su injusta prisión.

Se arrepintió, como quedó claro en su discurso ante Chávez cuando pasó a retiro, y después cuando participó activamente en contra de su compadre. Tuvo un primer juicio, evidentemente en retaliación, siendo condenado sin pruebas por apropiación indebida. Después, fue nuevamente encarcelado por supuesta conspiración.

Fue, sin duda, un preso político. Los responsables de su muerte son Nicolás Maduro; Delcy Rodríguez, vicepresidenta y responsable del Sebin; Padrino López, ministro de la Defensa; y Gustavo González López, director del Sebin. Nuestro pésame a su familia, quien ha tenido una conducta valiente. Y particularmente a su hijo, quien sigue preso en una de las ergástulas.  

Si queremos tener un mejor país, se requiere que cesen los odios y que, cuando tengamos democracia, haya justicia sin venganza. No será fácil, requeriremos muchas Antígonas.

Como (había) en botica

El dejar morir a Baduel en la cárcel, la extradición de Saab y las probables de Claudia Díaz, enfermera de Chávez sobrevenida Tesorera Nacional y millonaria y del general  Carvajal; la payasada de suspender las negociaciones y la torpe retaliación en contra de los ejecutivos de Citgo tendrán un costo elevado para el régimen.

Tomás Guanipa declaró que deben estudiar si prorrogan la vigencia de la Asamblea Nacional y del gobierno interino. ¿Qué esperan? ¿Que se terminen de perder nuestros activos en el exterior y que los gobiernos retiren el reconocimiento al presidente Guaidó? ¡Qué irresponsabilidad!

El distinguido médico veterinario Pedro Piñate acaba de publicar el libro El campo llama, el cual puede adquirirse en línea.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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