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De la excelencia a la decadencia: Fundaredes denuncia la crisis de las universidades de estados fronterizos
Fundaredes, en su informe, sostiene que los estudiantes universitarios han sido abandonados por el Estado, el cual no desarrolla políticas orientadas a garantizar la continuidad y permanencia de los jóvenes en el proceso de formación académica

 

«De la excelencia a la decadencia: el agónico declive de la educación universitaria en Venezuela», fue el informe que presentó la ONG Fundaredes sobre el estado de la educación universitaria en los estados fronterizos. 

El informe se refiere puntualmente a la crisis de la educación superior en los estados fronterizos Zulia, Táchira, Bolívar, y Delta Amacuro, donde un grupo de activistas en pro de la defensa del derecho a una educación de calidad y el derecho al trabajo, reunió testimonios de docentes universitarios y estudiantes sobre las vicisitudes que están afrontando desde el año 2014.

El documento expone que la crisis económica y la Emergencia Humanitaria Compleja afectan la calidad de la educación y degradaron la experiencia universitaria, y que el Estado venezolano «violó la autonomía y recortó el presupuesto universitario dejando a docentes, estudiantes y trabajadores en una situación de extrema vulnerabilidad».

En el informe la ONG detalló varios aspectos que a lo largo de estos nueve años han contribuido al deterioro del sistema de educación. 

Violación de la autonomía universitaria 

La autonomía de las universidades venezolanas ha sido violada en una continua secuencia de eventos, afectando la libertad académica y la calidad de la educación, pues la violación de este precepto también se ve reflejado en el presupuesto universitario.

En un análisis al presupuesto universitario de varios centros de estudios se determinó que las asignaciones, consideradas como insignificantes cuotas, han disminuido en 11 años en un 97,9 %, afectando la formación y capacitación del talento humano, el mantenimiento de la planta física, la investigación y programas de extensión de la universidad.

Por ende, la situación ha conllevado a una crisis universitaria, que ha generado una fuga de estudiantes y profesores calificados, por la falta de presupuesto y pérdidas de políticas adecuadas para el desarrollo universitario. 

Emergencia humanitaria impulsó la migración de docentes 

Según el informe de la ONG, la deserción de docentes es a consecuencia de varias circunstancias. La primera, los bajos salarios que oscilan entre 15 a 20 dólares, y a ello se une la falta de servicios médicos, infraestructuras inadecuadas, los escasos recursos para la investigación y la actualización académica.

«Un 55 por ciento de los docentes en el país desarrollan otro tipo de actividades para poder cubrir sus necesidades básicas, ya que los salarios como profesionales de la docencia no les permite tener acceso a mejores condiciones de vida”, se lee en el informe.

Sector estudiantil desasistido por el Gobierno

Fundaredes, en su informe, sostiene que los estudiantes universitarios han sido abandonados por el Estado, el cual no desarrolla políticas orientadas a garantizar la continuidad y permanencia de los jóvenes en el proceso de formación académica.

La ONG detalló que la desorientación y desmotivación que inunda al sector estudiantil obedece a factores como la falta de asesoría académica continúa, la ausencia de opciones laborales sostenibles una vez culminada la formación académica, los bajos ingresos que prometen las carreras, perdida de beneficios estudiantiles como becas de mérito, becas trabajo, comedor escolar, ruta estudiantil y programas de dotación de insumos para el aprendizaje.

La deserción estudiantil: Entre la migración y la informalidad

La situación de deterioro de las condiciones y del funcionamiento de las universidades públicas ha incrementado la deserción estudiantil en la educación superior. 

“La universidad ha sido abandonada, la matrícula ha bajado en todas las carreras. En el 2015 se poseía una matrícula de 14 mil estudiantes y en la actualidad (2023) difícilmente se llega a 2500 estudiantes, motivado a la crisis económica en la que se encuentra sumergido el país, al abandono y deterioro de las instalaciones (…), donde una gran cantidad ha desistido de sus estudios por buscar un sustento económico o terminan emigrando a otro país”, expresó el estudiante Siso Álvarez. 

A juicio de Fundaredes la situación es preocupante, en su estudio de campo determinó que el 85,7% de la población estudiantil de la Universidad del Zulia tiene intenciones de migrar, devenidas por problemas como la alimentación, realización personal, inseguridad, escasez de medicamentos, bajos salarios, corrupción, entre otros inconvenientes.

Recomendaciones al Estado 

El Observatorio de Educación, a través de FundaRedes, exhorta al Estado venezolano a considerar como prioridad la educación en el país, por lo que plantea las siguientes recomendaciones en pro de una calidad educativa universitaria:

  • El Estado debe garantizar la autonomía a las universidades públicas, respetando y reconociendo los derechos de las autoridades, docentes y personal universitario.
  • El Estado debe asegurar los derechos laborales a quienes ejercen la docencia en Venezuela, así como al personal administrativo y obrero.
  • El Estado debe consolidar sueldos y salarios dignos a los docentes universitarios activos y
    jubilados, que contribuyan con la calidad de vida.
  • Diseñar políticas que contribuyan con la recuperación de los beneficios estudiantiles (seguro,
    becas, comedor, rutas estudiantiles).
  • Constituir nuevas políticas educativas, que asistan a docentes y estudiantes que les permita
    formarse y actualizarse académicamente.
  • Consolidar acuerdos internacionales para activar el proceso en materia de investigación y
    avances tecnológicos.
  • El Observatorio de Educación exhorta al Estado a garantizar el derecho a la educación
    universitaria a la población más vulnerable.
estados fronterizos

Docentes universitarios convocan protestas nacionales el #18Sep y #20Sep para exigir ajustes salariales
Apucv informó que habrá una segunda jornada protestas el 20 de septiembre para denunciar 18 meses sin decretar un aumento salarial en un contexto inflacionario

Sindicatos del sector universitario convocaron una protesta nacional a llevarse a cabo el 18 de septiembre, además de una gran manifestación en todas las universidades del país el 20 de ese mes, con el objetivo de exigir salarios dignos a un Ejecutivo que acumula 18 meses sin decretar aumento salarial alguno.

El presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv), José Gregorio Afonso, detalló que el 18 de septiembre están convocados todos los sectores de la administración pública.

«Aquí nadie se ha rendido. Viene una jornada de lucha. El 18 vamos a estar en la calle a nivel nacional de forma intergremial e intersectorial. Todos los sectores de la administración pública que hoy no cuentan con salario, porque en este país no hay salario», explicó.

Docentes en ayunos

De acuerdo con el reporte mensual del mes de septiembre del Observatorio Venezolano de Finanzas, las tasas de inflación anualizadas y acumuladas se situaron en 422 % y 144,6 % respectivamente. Mientras tanto, el salario mínimo de los docentes ronda entre los 330 y 450 bolívares (o 9,89 y 13,49 dólares a la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela para el 12 de septiembre del 2023).  

En cuanto a la jornada planteada para el 20 de septiembre, se prevé una convocatoria en todas las universidades del país. Afonso indicó que en algunas localidades incluso se proponen ayunos como parte de la manifestación.

«El 20, una jornada de protestas en todas las universidades que vamos a llevar a cabo con algunos ayunos intermitentes en algunas localidades», aclaró.

Por su parte, el presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la UCV (SinatraUCV), Eduardo Sánchez, acotó que el punto de partida de la movilización el 18 de septiembre sería la Plaza Morelos de Caracas, y participarán personas que se trasladarán desde el interior del país.

«Invitamos a todos los caraqueños y compañeros que vengan desde el interior a que se concentren en la Plaza Morelos. Allí vamos a estar los trabajadores de la universidad, de la coalición, de distintos sectores. Allí vamos a esperar al pueblo venezolano», recalcó.

Los sindicalistas no dieron información sobre el destino de la movilización, pues tanto el itinerario como el punto de llegada se precisarán posteriormente.

Observatorio de Universidades: En 60% se ha reducido la matrícula estudiantil en universidades privadas
El director del Observatorio de Universidades enfatizó que si la universidad venezolana no recobra su función de formación de profesionales de calidad, el desarrollo y las posibilidades de salir de este «extensivo subdesarrollo con crisis humanitaria» va a ser muy difícil

 

Este lunes, 4 de septiembre , el director del Observatorio de Universidades (OBU) Carlos Meléndez, afirmó que la matrícula estudiantil en las universidades privadas se ha reducido en más del 60% desde el año 2008.

En entrevista transmitida por Onda la Superestación, Meléndez explicó que dicha reducción se debe principalmente a que solo en este año los pagos, en relación al 2022, se han incrementado en un 40%.

El director del OBU puntualizó que el promedio de las matrículas en las universidades privadas del país se pueden dividir en tres grupos. El primero, instituciones jóvenes con una oferta académica más limitada y las cuales se enfocan en la población estudiantil de pequeñas ciudades, varían en costos entre los $240 y $400.

El segundo grupo, universidades de las ciudades del interior del país, que mantienen una tradición y están vigente desde los 80’s y comienzos de los 90’s y ofrecen una oferta académica más amplia, se ubica entre los $800 y $1.000.

El último grupo encierra a las universidades del centro del país, y la región capital, que generalmente fueron las primeras instituciones del país, van desde los $900 hasta los $2.800.

Cabe destacar que el salario mínimo actual es de 130 bolívares, unos 3,96 dólares a la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela (BCV). 

De acuerdo con el reporte de Cendas-FVM, publicado el pasado 30 de agosto, el costo de la canasta alimentaria en el mes de julio fue de 502,27 dólares.

Futuro hipotecado

Carlos Meléndez alertó que si la universidad venezolana no comienza desde ya a salir de su crisis profunda, «el desarrollo del país estará hipotecado». 

«El desarrollo de los países en el mundo dependen en gran medida de las posibilidades de producción de conocimiento y la producción de conocimiento en la sociedad venezolana dependen de las universidades», dijo Meléndez. 

El director del Observatorio de Universidades enfatizó que si la universidad venezolana no recobra su función de formación de profesionales de calidad, el desarrollo y las posibilidades de salir de este «extensivo subdesarrollo con crisis humanitaria» va a ser muy difícil. 

Profesores con «salarios de pobreza extrema»

Carlos Meléndez aseguró que en las universidades privadas los profesores tampoco perciben salarios que se correspondan con el esfuerzo de dedicarse de manera exclusiva a la investigación y la formación de nuevos profesionales.

«El profesorado en las distintas universidades públicas y privadas no tienen salarios dignos. Son salarios de pobreza extrema, cosa que no pasa en el resto del mundo exceptuando Cuba y Haití», afirmó el director del OBU. 

«En Cuba y Haití los profesores perciben sueldos más altos que los docentes venezolanos. En Ecuador un profesor puede ganar 1500 dólares y en Chile, hasta 4 mil dólares al mes», dijo. 

El director del OBU indicó que un profesor universitario puede ganar entre 5 y 15 dólares mensuales, mientras que un profesor en una institución privada puede percibir entre 40 y 250 dólares mensuales, «dependerá del tipo de universidad», aseguró. 

Meléndez afirmó que el Gobierno de Maduro sigue cerrado a las posibilidades de cumplir con la garantía de cumplir los derechos constitucionales a los profesores universitarios del país.

FAPUV convoca a paro nacional universitario por 48 horas
Se espera también que para este lunes, 27, ambas organizaciones tomen las calles como medida de protesta para exigir mejoras salariales

 

La Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv) se sumó a la convocatoria a un paro nacional por 48 horas a partir del martes 28 de febrero.

«Por salario digno indexado, negociación colectiva y libertad sindical», se lee en el Tweet que emitió la organización.

La convocatoria a paro nacional ya había sido convocada por los sindicatos nacionales de trabajadores y obreros universitarios el pasado jueves 23 de febrero. 

Se espera también que para este lunes, 27, ambas organizaciones tomen las calles como medida de protesta para exigir mejoras salariales. 

Desde el 9 de enero, docentes y demás trabajadores de la administración pública se encuentran protestando activamente para exigir salarios dignos y la derogación del  instructivo Onapre, aplicado desde marzo de 2022.

CLAVES | Educadores alertan sobre riesgos y potencialidades del ChatGPT
Los algoritmos del ChatGPT están diseñados y son capaces de entender y responder a los cuestionamientos o solicitudes que le hacen las personas
Chat GPT es una herramienta tecnológica muy fascinante, cuando se trata de utilizarlo en la universidad puede resultar un arma de doble filo, pues si el bot hace la tarea del estudiante, este no está aprendiendo lo que debería

 

@yeannalyfermin

 

Con cada día que pasa, la inteligencia artificial (IA) toma más fuerza y se apodera de espacios y tareas que solo eran realizadas por humanos. El pasado 30 de noviembre de 2022, la empresa OpenAI, fundada por el empresario, inversor y magnate, Elon Musk, hizo público el ChatGPT, un sistema de IA diseñado para mantener conversaciones mediante un chat escrito.

Según refiere la página principal del ChatGPT, este es un sistema de chat basado en el modelo del lenguaje por IA GPT-3 con más de 175 millones de parámetros entrenados y diseñados para realizar actividades relacionadas con el lenguaje, que van desde la traducción hasta la creación de textos de cualquier naturaleza. 

Los algoritmos del ChatGPT están diseñados y son capaces de entender y responder a los cuestionamientos o solicitudes que le hacen las personas.

El principal atractivo de este chatbot es que es capaz de ofrecer respuestas muy precisas y completas de cualquier tema, bien sea sobre política, economía, educación, música, tecnología, entretenimiento, cultura. Sin embargo, un problema se presenta en escuelas y universidades, y es que con la precisión de las respuestas que ofrece, resulta difícil distinguir si el texto fue creado por el estudiante o por inteligencia artificial.

Fraude académico o plagio

Para evaluar los riesgos y potencialidades del uso del ChatGPT en las universidades, el profesor y director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (ucab), Carlos Calatrava, apuntó que hay que tener en consideración que una cosa es plagio de información y otra es el fraude académico. 

Calatrava ejemplifica la situación con un caso que ocurrió en los Estados Unidos en donde se le pidió a un estudiante que hiciera un ensayo con ciertas características. El estudiante hizo la solicitud al bot y este le formuló la actividad, tal y como se lo habían indicado y lo hizo pasar como un texto propio. 

“Evidentemente ,esto no califica como plagio en las universidades porque para las casas de estudio superior el plagio es tomar información de otros autores y publicarlos como suyos”, afirmó el profesor. 

Sin embargo, Calatrava aclaró que este bot de inteligencia artificial no solo se está empleando con “fines más allá de entretenimiento y de distracción”, sino también para proponer algo asociado al fraude académico.

El profesor universitario Leonardo Guerra, coincide con Calatrava en que si bien es Chat GPT es una herramienta tecnológica muy fascinante, cuando se trata de utilizarlo en la universidad puede resultar un arma de doble filo, pues si el bot hace la tarea del estudiante, este no está aprendiendo lo que debería. 

“El Chat GPT puede hasta elaborar una tesis de grado, discursos académicos, utilizando toda la información que hay en la web en tan solo minutos. Eso, sin duda, es un fraude académico, porque no fue realizado por el estudiante”, dijo Guerra. 

Benéfico o perjudicial

A juicio del director de la Escuela de Educación de la Ucab, el Chat GPT son dos caras de una misma moneda. Afirma que es perjudicial cuando los estudiantes lo utilizan para presentar un análisis como propio.

“Si alguien hace un fraude académico mientras está estudiando, es muy probable que también lo haga en su campo laboral y en el lugar de trabajo, además de que el uso continuado de estos dispositivos de inteligencia artificial puede repercutir en la toma de decisiones y en la suplantación de identidad”. 

Otro punto negativo del Chat GPT, y es uno de los que más preocupa al profesor de historia, Leonardo Guerra, es que no hay hasta ahora un marco regulatorio o legal en ningún país del mundo para el buen manejo de estas tecnologías. 

Carlos Calatrava señala que con el ChatGPT se puede resolver un problema o una tarea momentánea, pero que en realidad no genera un cambio radical, que es el objetivo que se quiere con el aprendizaje. 

Sostiene que la otra cara de la moneda, o lo positivo del ChatGPT, es que esta herramienta de apoyo, bien canalizada y bien guiada, puede ser muy buena para encontrar diversas manera de resolver un problema, o de buscar ideas alternas para realizar cualquier trabajo. 

El papel de la universidad 

Según reseña el portal web The Guardian, las principales universidades en Australia han optado por centrar su metodología de evaluación utilizando solo lápiz y papel, mientras que en Nueva York, se ha prohibido el uso del ChatGPT en las escuelas. 

The Guardian también refiere que el Departamento de Educación en Cataluña, España, informó que no van a prohibir el uso del bot «ya que sería una medida poco efectiva».

Carlos Calatrava afirmó que falta mucho para que estas tecnologías se maximicen en Venezuela, pero afirmó que en la Ucab ya se han generado conversaciones con respecto al tema.  

“Aquí en la universidad en lo que se supo la noticia de la llegada del ChatGPT se comenzó a hablar e instruir a los profesores, sobre el tema. En este momento el planteamiento es tener a esta tecnología en atención, es prevenirlo”. 

Calatrava enfatizó que no se debe olvidar el momento en el que está Venezuela con respecto al uso de las tecnologías en otros países del mundo. 

“Nosotros tenemos unos años de atraso en el manejo de las computadoras y dispositivos, y muchas aplicaciones de inteligencia artificial no están corriendo en Venezuela de manera masiva, solo a través de VPN se puede lograr y no todos lo manejan por lo que nos dará el tiempo necesario para prepararnos y sacarle el jugo a la herramienta de una manera positiva”, dijo. 

Debido al revuelo que ha causado el uso del ChatGPT, la empresa OpenAI informó este martes que ya lanzó una herramienta que puede determinar si un texto ha sido escrito por un humano o por inteligencia artificial. 

«En nuestras evaluaciones sobre un ‘conjunto de desafíos’ de textos en inglés, nuestro clasificador identifica correctamente el 26 % de los textos escritos por inteligencia artificial como ‘probablemente escrito por inteligencia artificial’, mientras que etiqueta incorrectamente un 9 % de los texto escritos por humanos como si fueran producto de la inteligencia artificial», detalló la empresa mediante un comunicado. 

OpenAI aclaró que esta herramienta solo funcionará para textos en inglés y mejorará a medida que aumente la longitud del escrito que se analice. 

«Reconocemos que identificar el texto escrito por IA ha sido un punto importante de discusión entre los educadores y que es importante reconocer los límites y los impactos de los clasificadores de texto generados por IA en el aula», apunta el comunicado.

Cuatro escenarios que se proyectan para la educación superior en lo que resta de 2022
El observatorio señaló que la deserción estudiantil no solo se vislumbra en el sector público. En el sector privado la situación también compleja por el incremento de las matrículas

 

El Observatorio de Universidades (OBU) presentó los cuatro escenarios sobre la educación superior para el último trimestre de 2022. Aumento de la deserción estudiantil, empeoramiento de la infraestructura física y tecnológica, mantenimiento de la conflictividad laboral y manifestaciones de resistencia, son algunas de las proyecciones. 

Para el OBU, el primer escenario, el del aumento de la deserción estudiantil, vendría como consecuencia de la sorpresiva decisión de asignar cupos para carreras y universidades que no fueron seleccionadas por los bachilleres aspirantes a través de la plataforma de la Oficina de Planificación para el Sector Universitario (OPSU). 

El observatorio señaló que la deserción estudiantil no solo se vislumbra en el sector público. En el sector privado, la situación también es compleja por el incremento de las matrículas. 

El segundo escenario, nada alentador para las universidades públicas, son las condiciones de la infraestructura, lo que dificulta grandemente el desarrollar actividades académico-administrativas en condiciones mínimas de calidad. Sin contar los estragos que ha causado el hampa al robar equipos imprescindibles para el desarrollo de actividades. La falta de trasporte y comedor contribuyen a que el panorama se torne más sombrío. 

El llamado a reiniciar clases en medio de enérgicas protestas por parte de trabajadores y docentes, y la aplicación del instructivo Onapre, hacen que la conflictividad se mantenga hasta tanto los salarios no sean ajustados. Esta situación es el tercer escenario que proyecta el OBU para la educación superior.

El último escenario, pero no menos importante, son las manifestaciones de resistencia, ese gran esfuerzo que se viene realizando para que las instituciones de educación pública se mantengan. 

El OBU señaló que para este último trimestre del año, destacarán aspectos importantes de la historia de las universidades y fechas significativas, pero en condiciones muy distintas de las que se plantearon los pioneros de las universidades o quienes fijaron fechas que evocan el esfuerzo de generaciones anteriores. 

 

*Con información de OBU

OBU con pocas expectativas respecto a eventual ajuste salarial a trabajadores universitario
El Observatorio de Universidades calificó como una «burla» las nuevas tablas salariales para los profesores universitarios que han circulado recientemente a través de las redes sociales

 

El Observatorio de Universidades (OBU), a través de un comunicado, afirmó que no hay razones para estar optimistas con el reciente ajuste salarial anunciado por el gobernante Nicolás Maduro. 

OBU aclara que el pesimismo está justificado por la manera en que se han degradado progresivamente las condiciones salariales de los universitarios en los últimos 20 años.

«El salario mínimo de un profesor universitario en Haití es de 650 dólares y en El Salvador, 500 dólares. En Venezuela, hasta ahora, un docente del sector público clasificado en el nivel instructor (el más bajo del escalafón), solo gana 7 dólares y el titular (en el máximo renglón), recibe poco más de 11 dólares al mes por su trabajo«, cuestionó el observatorio.

El Observatorio de Universidades calificó como una «burla» las nuevas tablas salariales para los profesores universitarios que han circulado recientemente a través de las redes sociales. 

«Circulan unas tablas según las cuales un empleado en el máximo nivel tendría un nuevo salario mensual de 310, 73 bolívares (72 dólares aproximadamente), mientras que el obrero en el mayor renglón de la nómina ganaría 157,09 bolívares (36 dólares). El profesor titular a dedicación exclusiva, el más alto del escalafón, podría devengar según el referido instructivo, 522,16 bolívares (122 dólares), lo que lo mantendría muy rezagado con respecto de sus colegas de Haití, que lo superarían con más de 500 dólares de salario», se lee en el texto.

El OBU volvió a denunciar la manera cómo se le han despojado a los profesores y trabajadores universitarios sus derechos laborales.

Venezuela poscovid: El cambio en la vida de los ciudadanos que forzó la pandemia
La llegada de la pandemia de COVID-19 supuso una reinvención en la vida de muchas personas, más allá de las consecuencias sanitarias, en el aspecto laboral, educativo e incluso, económico
Alejandro Terenzani, director de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, señaló que que la educación universitaria “está pensada para la presencialidad y la transformación requiere de tiempo”, pero por ahora no es factible retornar a las clases presenciales, aunque hay opiniones encontradas

@Andrea_GP21 / Fotos: Cortesía

 

“Tengo una agencia de festejos con la que había trabajado por 10 años consecutivos, pero eso terminó el día que decretaron la pandemia”, contó el joven Jorge Montagna, de 28 años, quien ahora trabaja haciendo repartos para una empresa llamada Yalo Delivery.

La pandemia de COVID-19 cambió la vida de todo el mundo. En el caso de Venezuela, no solo son las consecuencias sanitarias que trajo, donde los reportes del oficialismo señalan que desde el 13 de marzo de 2020 se registran más de 517.000 contagios en todo el país; sino que supuso una reinvención de la vida de muchas personas.

Empresas, trabajadores, casas de estudios, entre otros, tuvieron que reinventarse en muchos aspectos: se aplicó el teletrabajo como método laboral, se implementaron las clases a distancia, donde estudiantes y docentes han enfrentado incontables desafíos. En otros casos más individuales, muchas personas dejaron negocios y profesiones a las que se dedicaban para “emprender” y generar ingresos.

Actualmente, muchas de las condiciones no han mejorado, especialmente en el ámbito educativo, donde reina la precariedad y tanto docentes como estudiantes han enfrentado incontables retos para poder ejecutar sus actividades.

 

Runrun.es preparó este trabajo con la finalidad de plasmar, en este segundo aniversario de la llegada de la COVID-19 a Venezuela, esas actividades que los venezolanos se vieron obligados a hacer y los cambios radicales que tuvieron que implementar en sus vidas como consecuencia de la pandemia.

Teletrabajo forzado

Una de las primeras medidas que tomaron muchas empresas con la llegada de la pandemia fue implementar el modelo de “teletrabajo”, que consiste en dedicar el tiempo laboral desde una ubicación diferente a la oficina de la empresa mediante la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

El cambio de pasar de la oficina a la casa no ha sido muy cómodo, especialmente por la falla en los servicios. William Peña, consultor en telecomunicaciones, declaró en 2020 a Voz de América que el mayor impedimento que existe para cumplir con el teletrabajo en Venezuela se relaciona con la conectividad a Internet, pues es un problema que no permite que las empresas operadoras de servicio den mayor capacidad de conectividad de la poca que ofrecen en la actualidad, lo que impacta en la posibilidad de trabajar desde casa o desde cualquier otro lugar.

A propósito de la conectividad a Internet en el país, de acuerdo con el Índice Global de Speedtest, Venezuela cerró el año 2021 con una velocidad media de Internet fijo de 7.19 Mbps. Este reporte indicó, además, que Venezuela tiene el tercer peor Internet móvil del mundo, con una velocidad de 5.88 Mbps, solo por encima de Afganistán y Turkmenistán, con 5.24 Mbps y 3.15 Mbps, respectivamente.

Aun cuando las condiciones no han sido las más óptimas, según una encuesta realizada por la organización VenAmCham sobre las perspectivas económicas para el año 2022, el 61,82% de las empresas consultadas declaró que para este año estiman que predomine el trabajo en modalidad híbrida. 

 

Por otra parte, según los resultados del estudio de VenAmCham, solo el 7% de las empresas estiman seguir con una modalidad de trabajo remoto y 30,92% con modalidad presencial.

Por otra parte, en enero del año 2022, el Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin), hizo un llamado al gobierno de Nicolás Maduro para que regularice los deberes patronales y los deberes y derechos de los trabajadores que por distintas razones llevan a cabo sus labores a distancia.

Según la organización, el estudio que realizaron, titulado ¿Cómo ha afrontado jurídicamente el Estado venezolano el proceso social de trabajo durante la pandemia?, concluyó que es conveniente regularizar el teletrabajo, pues no existe una normativa específica que aborde la prestación de servicio bajo esta modalidad.

El emprendimiento para generar ingresos

“Emprendedor” es una palabra que se ha vuelto tan popular en el país en el último año y que se traduce en algo a lo que las personas recurrieron para buscar ingresos en medio de la pandemia ante la imposibilidad de tener un empleo formal que solventara todas sus necesidades económicas. 

En noviembre del 2021, representantes del Front Consulting Group y The Founder Institute estimaron la creación de al menos 3.000 emprendimientos desde marzo del 2020, cerca de 70% de ellos en Caracas.

Según explicaron, la mayoría de los rubros de mayor actividad son: distribución y venta de alimentos; gastronomía; salud; electrónicos y electrodomésticos; ropa, indumentaria y calzado; ocio y esparcimiento; servicios profesionales.

Algo que ha tenido un auge durante la pandemia en Venezuela es la venta de productos en urbanizaciones, residencias, edificios, entre otros. Muchas personas, con un poco de capital, invierten en un pequeño negocio que, si bien a muchos no les deja grandes ganancias, les ha permitido generar ingresos. La mayoría es venta de comida, postres, entre otros.

Eucarina Marval, de 41 años, es licenciada en Educación Preescolar y vive en Cumaná, estado Sucre. Durante cinco años ejerció su profesión y aunque señala tener una vocación muy grande para esto, dice que tuvo que dejarlo por la crisis económica, que además se acentuó con la llegada de la pandemia.

 

Marval tiene tres hijos, dos de ellos mayores de edad y uno de seis años, del cual tiene la responsabilidad total porque no recibe ayuda económica por parte del padre. Trabajar como maestra no le permite cubrir sus necesidades económicas y darle de comer a su hijo pequeño, por lo que desde hace unos meses inició una “bodeguita” donde vende algunos alimentos para sortear su falta de ingresos.

Minipuesto de venta de productos en la urbanización donde reside Eucarina Marval en Cumaná, estado Sucre

“Como no pude con el sueldo de maestra, abandoné mi cargo y me dediqué a lo que llaman la economía informal. Empecé a hacer heladitos, mejor conocidos como ‘tetas’ y vendo chucherías. Poco a poco le he ido metiendo a una mini bodega donde vendo casabe, sal, azúcar y de todo un poco”, dijo en conversación con Runrunes.

Marval vende sus productos desde su casa en la zona donde reside, pero también, al vivir en una zona costera, suele ir los fines de semana a la playa para vender los helados que ella misma prepara, dado que en ocasiones las ventas no son muy altas. También vende en las camionetas de pasajeros. Todo esto con el fin de llevarle a su hijo pequeño el plato de comida diario.

“Esto me da para medio comer, porque aquí en Venezuela tienes que tener más de un trabajo para sobrevivir. Por lo menos me da el sustento diario para mi familia y para mi niño que está en crecimiento”, comentó.

Lamenta tener que haber dejado de ejercer su carrera, pero considera que con “amor al arte” no puede darle de comer a su hijo.

El delivery como una novedosa forma de generar ingresos

Otra de las nuevas propuestas que llegaron durante la pandemia, ante la imposibilidad de salir que tenían muchas personas por la cuarentena decretada por el gobierno de Nicolás Maduro fue la del delivery. Esto no solo beneficia al consumidor, sino también a los establecimientos, cuyos propietarios encontraron una solución para poder seguir teniendo ventas. Llegó en pandemia y es algo que no parece que vaya a desaparecer pronto, porque muchos ciudadanos se acostumbraron a esa modalidad. 

Empresas como Yummy y Pedidos Ya son algunas de las que más popularidad han ganado a lo largo de este tiempo. Estas son compañías más grandes que otras, que cuentan con aplicaciones y una gran variedad de establecimientos afiliados. También cuentan con un numeroso capital humano (repartidores) que se dedican a este oficio como una forma de generar ingresos utilizando su propio método de transporte: carro o moto.

Pero estas no son las únicas. Hay otras empresas, quizás un poco más pequeñas que ofrecen este servicio. Por ejemplo, en agosto del año 2020, Runrunes elaboró un trabajo reportaje llamado “Bicidelivery: Sobrevivir en pandemia pedaleando”, que habla sobre algunas empresas comenzaron a ofrecer el servicio de delivery en bicicleta, donde aquellos que no tenían una moto o un vehículo, sino este medio de transporte, podían trabajar haciendo entregas a domicilio. Y esto es algo que todavía se mantiene. Incluso, muchos repartidores en bicicleta prestan su servicio a grandes cadenas de farmacias y llevan las medicinas hasta los hogares de los ciudadanos. 

Viendo más allá de la popularidad de estas empresas y la propuesta del delivery en Venezuela, hay que acercarse al recurso humano de ellas, en este caso, a los repartidores que ahora se dedican a hacer entregas a domicilio.

Jorge Montagna, de 28 años, vive en Caracas y trabaja como repartidor en una empresa llamada Yalo Delivery. Su decisión de dedicarse a ese oficio vino como consecuencia de la llegada de la pandemia y lo que eso significó para un negocio propio que tenía desde hace años.

“Tengo una agencia de festejos con la que había trabajado por 10 años consecutivos, pero eso terminó el día que decretaron la pandemia. Una vez decretada, como todos, pensé que iba a durar unas semanas, pero no fue así”, declaró a este medio.

 

Después de dos semanas de pandemia, cuenta, los clientes que tenían reservaciones para eventos fueron cancelando y pidiendo el reintegro del dinero. Todo eso hasta que ya no tuvo ninguna reservación. El negocio se fue a la pérdida total y, después de cuatro meses de pandemia, se vio forzado a usar el dinero de su empresa para gastos personales y quedar en quiebra.

“Tuve que empezar a buscar trabajo de lo que sea y lo que conseguí fue haciendo delivery, ya que no pedían tantos requisitos. En ese entonces estaba más afincado el tema de la gasolina y por eso tuve que esperar un poco más, hasta que entré en septiembre del 2020 a trabajar”, comentó.

Jorge Montagna con su uniforme de repartidor a domicilio en la empresa Yalo Delivery

Al preguntarle a Jorge cómo hace para trabajar y abastecerse de gasolina, dadas las condiciones puestas por el gobierno en la pandemia -clasificó estaciones con combustible a precio internacional y otras con combustible subsidiado- su respuesta fue: “La gasolina la surto en bombas subsidiadas, ya que aún tengo registrado el carro que me da 120 litros al mes y eso procuro rendirlo lo más que pueda. Ya luego de consumir el cupo, sí me toca pagar a precio internacional”.

Con respecto a la seguridad en su trabajo como repartidor, considera que es algo delicado. Cuenta que ha tenido tres incidentes en un año y medio. Él, que nunca había tenido accidentes en su moto, ahora tiene una costilla lesionada.

“Ahorita en la empresa que trabajo estamos optando por pagar seguros de salud personales porque de verdad que la atención por una emergencia en un hospital es patética y hasta para estabilizar a un herido es un tema”, comentó.

Para finalizar, dice que aunque las condiciones a veces no son las mejores, gracias a este trabajo ha podido subsistir todo este tiempo. “Quiero retomar la agencia de festejos y estoy trabajando en base a eso, pero no ha sido fácil crear un capital nuevamente con esta inflación hasta en dólares que vivimos a diario”, finalizó.

Clases a distancia: el reto de escuelas y universidades

Educación básica

El sector educativo fue uno de los más afectados con este cambio radical que implicó la llegada de la pandemia. 

En un comunicado publicado por la ONG Cecodap en septiembre de 2021, recordaron el impacto educativo que originó la pandemia por COVID-19. «Muchos niños, niñas y adolescentes vieron cortadas de forma abrupta sus dinámicas escolares y se asumió un proceso de educación a distancia con muchas dificultades de conectividad, metodologías y seguimiento”.

En el texto, la organización enfatizó en que el cierre de las escuelas generó un “impacto devastador en la educación física y mental; así como en el bienestar de los niños, niñas y adolescentes”.

Alexa Vergara, quien reside en el sector Sarría de Caracas, comentó a este medio que no ha sido fácil el proceso para que su hijo, que está actualmente en sexto grado de primaria en un colegio privado de San Bernardino, vea clases en este tiempo de pandemia.

Vergara cuenta que, desde que comenzó la pandemia, se implementó una modalidad de entrega de guías virtuales para que los estudiantes enviaran sus asignaciones, lo que considera que no es eficiente en cuanto al aprendizaje que tanto su hijo, como otros niños, puedan tener.

Después de ver clases bajo esta modalidad, desde hace unos meses la mujer comenta que su hijo está yendo dos veces a la semana a clases presenciales. “Dividieron su grupo en dos. Son 22 niños, entonces son 11 en un grupo y 11 en otro. Él va lunes y miércoles, y los otros niños van martes y jueves. Los viernes son solo para que los papás lleven los cuadernos para corregirlos porque ellos no han visto clases virtuales, sino que todo es por una guía”.

 

Asimismo, dice que en su caso, tanto ella como su esposo optaron por inscribir a su hijo en tareas dirigidas porque ambos trabajan y ninguno tiene la pedagogía adecuada para enseñar a su hijo, como puede hacerlo un profesor.

“Estaban yendo tres horas y ahora le alargaron una hora más de clase. Hay demasiadas carencias en ese colegio en cuanto al interés que tienen los profesores para que ellos aprendan, por utilizar métodos didácticos que sean cómodos para los niños, pero a pesar de eso lo he visto más motivado porque el estar encerrado no es sano y menos para un niño”, dijo.

Con respecto a retomar la presencialidad, comenta que desde el colegio les notificó que el Ministerio de Educación no les ha dictaminado implementar ese método de estudio nuevamente en su totalidad, aunque tiene conocimiento de otros colegios, sobre todo privados, donde los niños van más de dos veces a la semana a ver clases.

También destaca la precariedad del servicio de Internet en su zona, lo cual complica más aún mantener esta educación a distancia, por lo que quisiera que las clases presenciales se retomen todos los días, por lo menos tres horas diarias de lunes a viernes.

“Yo necesito que las clases presenciales vuelvan, porque nosotros trabajamos y aquí en la casa, aunque tenemos la ayuda de mi suegra, hay tareas del hogar que a veces se llevan tiempo y tareas del colegio se llevan mucho tiempo. Y no es lo mismo que ellos estén en el colegio recibiendo la información que necesitan de la mejor fuente que son los profesores y el poder socializar”, añadió.

Educación universitaria

En el caso de la educación universitaria, las facultades, docentes y estudiantes también tuvieron que reinventarse para entrar en algo nuevo: las clases a distancia.

Aunque después de dos años de pandemia se ha propuesto un retorno a la presencialidad, en algunas universidades, sobre todo las públicas, hay que tomar en cuenta muchos factores que todavía no están solventados y que, de alguna manera, impiden que esto se lleve a cabo, aunque sea necesario.

El profesor  Alejandro Terenzani, director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV), comentó a Runrun.es que el retorno a la presencialidad tiene tiempo en discusión.

“El primer asunto es que todos tuvimos que tomar la decisión de una enseñanza virtual y a distancia sin preparación previa, por la emergencia del confinamiento por el COVID-19. Cuando se pudo retomar la academia en esas nuevas circunstancias, las condiciones no eran totalmente adecuadas, no solo porque hubo que adaptar programas y contenidos a la carrera,  sino también porque no todos los profesores y alumnos estaban en condiciones tecnológicas para afrontar esta modalidad. Por esto se dejó a criterio de las facultades, escuelas y departamentos la implementación de esta forma de educación a distancia”, dijo.

Tras dos años, Terenzani considera que muchas circunstancias no han cambiado: “La pandemia no ha cesado, los factores tecnológicos siguen siendo los mismos y la experiencia sigue siendo compulsiva”, expresó.

Señala, además, que la Comisión Presidencial que está al frente de la recuperación de espacios en la Ciudad Universitaria no ha terminado de entregar las obras. También, los profesores están en una situación socioeconómica más precaria que la de año año 2019, así como empleados y obreros. En el caso de los estudiantes, tampoco hay mejoras.

“Ciertamente el problema del transporte (pasajes, combustible) influye en la comunidad universitaria. Es por esto que hay una parte importante de esa comunidad que se resiste a un regreso normal a una presencialidad normal. Más aún cuando se ha visto que, con tiempo, voluntad, ingenio, inteligencia y recursos, se puede manejar alguna forma de b-learning, que podría implementarse con un buen enfoque en la universidad”, añadió.

 

Sin embargo, recalcó que la educación universitaria “está pensada para la presencialidad y la transformación requiere de tiempo”, destacando que no todas las carreras tienen las mismas condiciones y circunstancias: “Laboratorios, prácticas, trabajo de campo. Eso hay que repensarlo”.

“En todo caso, no va a ser fácil, bajo las condiciones actuales, volver a la misma presencialidad y normalidad de hace dos años, por más que sería lo ideal. La verdad es que ahora tenemos que vernos de otra manera. Por supuesto que hay posiciones encontradas en el personal, por lo cual el retorno estará lleno de salpicaduras imprevisibles”, añadió.

Con respecto al reciente aumento en el salario mínimo decretado por la administración de Maduro, Terenzani considera que este puede suplir en algo las deficiencias salariales, “pero aún está lejos de ser lo que debe ser el sueldo de alguien con el trabajo y la responsabilidad de la academia”. 

Bajo su perspectiva, es posible que a pesar del aumento, volver a la presencialidad obligatoria impulse más la deserción en las universidades. “Hoy en día muchos profesores que trabajan dando clases desde su casa pueden permitirse tener otros ingresos que perderían con la presencialidad, por lo que la elección parece evidente”, apostilló.

La odisea de la gasolina

Con la llegada de la pandemia y el decreto de cuarentena radical, casi en paralelo, inició un problema para el abastecimiento de combustible. Aunque un hecho no está relacionado con el otro propiamente, en los primeros meses, cuando la población estuvo más encerrada por la cuarentena, la escasez de gasolina fue muy severa.

En un reportaje publicado por BBC Mundo en abril del 2020, señalaron que después de que el 16 de marzo de ese año, cuando el gobierno de Maduro decretó una cuarentena radical por la pandemia de COVID-19, en muchas estaciones de servicio se hizo un despliegue militar y policial, quienes informaron a los usuarios que solo estaban suministrando combustible a vehículos de servicios esenciales.

Unos días después, luego de mucho silencio al respecto, el gobierno confirmó en un comunicado lo que muchos ya habían notado. Entró en vigor un plan de racionamiento de combustible. 

En el texto responsabilizó al «perverso plan bloqueo naval de Estados Unidos», que estaría impidiendo el suministro de insumos necesarios para la producción del combustible. Sin embargo, esos problemas venían desde antes de la pandemia.

 

En entrevista al citado medio, Antonio de la Cruz, experto de Inter American Trends dijo que «los parques de refinería del país colapsaron y la producción nacional de gasolina es hoy muy baja».

Finalizando el mes de mayo de ese año, a Venezuela comenzaron a llegar unos buques iraníes cargados de combustible para poder surtir las estaciones de servicio y, solo unos días después, Tareck El Aissami, ministro de Petróleo, anunció que a partir del 1 de junio de 2020 comenzaría un nuevo esquema de distribución y comercialización de la gasolina, el cual contemplaba el subsidio directo a través del Sistema Patria.

Para ese momento, se habilitaron dos modalidades: una, donde la gasolina sería subsidiada y los usuarios podrían adquirir hasta 120 litros en el caso de automóviles y 60 litros para motos en el curso de un mes; y otra, donde se vendería el combustible a precio internacional sin límite mensual, por el costo de 50 centavos de dólar por litro.

Casualmente, Nicolás Maduro anunció que a partir de esa misma fecha, 1 de junio de 2020, iniciaría un esquema de flexibilización 5+10: cinco días de trabajo y días de cuarentena. Este modelo se mantuvo por un tiempo hasta que llegó el 7+7 (siete días de flexibilización y siete días de cuarentena).

Los buques iraníes siguieron llegando a Venezuela periódicamente en las semanas y meses posteriores.

Actualmente, a dos años de la llegada de la pandemia a Venezuela, ya sin cuarentena radical, se mantiene la modalidad de venta de combustible a precio internacional y las estaciones de servicio subsidiadas. La medida más reciente es que el gobierno incorporó otras 100 estaciones de servicio para vender gasolina a precio internacional. Esto se aplicó después del anuncio del aumento del salario mínimo, que ahora será de medio petro.