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País Plural y tres universidades graduaron a más de 60 líderes de la comunidad LGBTIQ+ y aliados
En la ceremonia de graduación, los participantes presentaron proyectos de incidencia pública para promover la igualdad de derechos de la población LGBTIQ+ en materia de salud, inclusión laboral, comunicaciones, entre otras

 

 

País Plural, con la certificación académica del CIAP-UCAB y el apoyo de los Centros de Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Metropolitana, graduó a más de 60 líderes LGBTIQ+ y aliados de la tercera cohorte del diplomado en Liderazgo Plural e Inclusivo PRISMA.

Los participantes, de las regiones del Distrito Capital, Miranda, La Guaira, Aragua, Lara y Anzoátegui, recibieron formación en trabajo en equipo, políticas públicas, activismo, emprendimiento, negociación y resolución de conflictos.

El director general de País Plural, Daniel Picado, invitó a los egresados a ser capaces de crear una influencia distinta alrededor de la comunidad LGBTIQ+.

“Hay que construir puentes y apuntar hacia la generación de acuerdos que desarrollen la construcción de una visión compartida de país en el cual todas las personas tengamos el derecho a vivir”, dijo.

En la ceremonia de graduación, los participantes presentaron proyectos de incidencia pública para promover la igualdad de derechos de la población LGBTIQ+ en materia de salud, inclusión laboral, comunicaciones, entre otras.

País Plural es una organización sin fines de lucro que trabaja por la promoción de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades en Venezuela. El diplomado en Liderazgo Plural e Inclusivo PRISMA es un programa de formación dirigido a personas que desean ser agentes de cambio en sus comunidades.

La graduación de líderes activistas de la comunidad LGBTIQ+ es un paso importante en la lucha por la igualdad y la justicia. Se espera que estos líderes continúen trabajando incansablemente para lograr un país más justo e inclusivo para todas las personas, independientemente de su orientación sexual, identidad o expresión de género.

Jóvenes de Petare reciben formación en periodismo para informar a sus comunidades
Los adolescentes acudirán a una clase semanal hasta marzo del próximo año, cuando entregarán un trabajo en el que reseñarán hasta cinco noticias de sus comunidades en cualquier formato

Foto: EFE/Miguel Gutiérrez

Un grupo de adolescentes de Petare, municipio Sucre, se reunieron en un salón de la Universidad Metropolitana (Unimet) para recibir formación sobre periodismo.

El objetivo de este encuentro es que transmitan noticias sobre sus comunidades, ante los cierres masivos de medios tradicionales por parte de las autoridades.

Los adolescentes, de entre 12 y 18 años, forman parte del programa «Sala de Influencers», una iniciativa de la Alianza Rebelde Investiga (ARI), conformada por los medios digitales TalCual, Runrunes y El Pitazo, junto al Centro de Artes Integradas de la Unimet.

En ese lugar, el grupo donde recibirá formación periodística basada en la libertad de expresión, la democracia, la dignidad humana y derechos humanos.

Carmen Riera, coordinadora de Proyectos de Runrunes, explicó a EFE que el objetivo es poder reforzar estos temas, que puedan identificar las «fake news» y convertirse en personas influyentes al informar sobre sus comunidades.

El nombre del programa, explicó Riera, es un guiño a las tendencias actuales de la juventud que siguen a personas influyentes en las redes sociales.

«Que ellos aprendan desde chiquitos que pueden ser como esas personas que ven como lejanas, pero aprendiendo a cómo debe ser tratada la noticia, la responsabilidad que es dar información (…) y, por lo tanto, empoderarlos a ellos como personas», agregó.

Relato local con innovación

Los adolescentes acudirán a una clase semanal hasta marzo del próximo año 2023, cuando entregarán un trabajo en el que reseñarán hasta cinco noticias de sus comunidades en cualquier formato.

«Vamos a fomentar también la innovación, porque aquí, en el Centro de Artes Integradas, ellos también están aprendiendo, por ejemplo, percusión, teatro, a cantar, ellos pueden hacer el noticiero desde una canción (…) a través de una obra de teatro, hacer un periódico normal o un vídeo», señaló Riera.

 

El resultado será publicado en los medios de la ARI, siendo otra meta, de acuerdo con Achrich, que esto se pueda mantener más allá del proyecto y que los adolescentes transmitan información de forma constante.

«La idea es que se puedan convertir en una especie de reporteros y de influencers para su propia comunidad, que puedan transmitir constantemente información positiva, con base verdadera y fidedigna», indicó Achrich.

Una radio que intenta llenar vacíos

A esta iniciativa, se suma «Radio Democracia» que desarrolla el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys), con 10 relatos en formato pódcast, dedicados a temas que afectan a los estados Apure, Bolívar, Falcón, Guárico, Mérida, Táchira y Zulia.

La directora de IPYS, Marianela Balbi, indicó a EFE que este proyecto surgió tras el estudio «Atlas del Silencio» en el que identificaron «desiertos informativos», es decir, regiones rurales o urbanas, que no cuentan con medios informativos.

«Ideamos este programa, que lo llamamos así Radio Democracia, porque lo que quiere es intentar repoblar esos desiertos de noticias, en donde ya no hay información local, donde las personas, cada vez más, se encuentran sin la posibilidad de un medio de comunicación por el cual conocer las noticias pero además expresar sus problemas», señaló.

 

*Con información de EFE

Rogelio Pérez Perdomo: “Maduro es menos fuerte de lo que parece”
En un artículo publicado en la revista Democratización del Instituto de Estudios Políticos Forma, el decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Metropolitana, Rogelio Pérez Perdomo, sostiene que el régimen chavista es preso de las políticas que arruinaron al país, y advierte que sus aliados internacionales “no tienen capacidad o la voluntad de hacer inversiones” para frenar la debacle nacional

 

¿Nicolás Maduro ganó la guerra política? “El gobierno de Maduro se ha atrincherado con reformas que hacen prácticamente imposible el cambio por la vía electoral y pacífica, y la oposición parece carecer de fuerza para obligarlo a plantearse el cambio. Pero el gobierno es menos fuerte de lo que parece”, responde el profesor Rogelio Pérez Perdomo, decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Metropolitana.

La “debilidad” del régimen chavista reside “en la imposibilidad de cambiar las políticas que han conducido el país a la ruina. Son políticas que han producido una creciente paralización del aparato productivo como lo muestra la caída en la producción petrolera y la aguda escasez de gasolina”, explica Pérez Perdomo en un artículo publicado en la última entrega de la revista Democratización, editada por el Instituto de Estudios Políticos Forma.

El doctor en Derecho de la Universidad Central de Venezuela observa: “la condena de los principales países de América y Europa, que ha incluido sanciones a las altas personalidades y a las empresas del Estado, ha aislado al país y ha llevado a Maduro a buscar aliados entre los regímenes autoritarios. Estos expresan su solidaridad, pero no tienen capacidad o la voluntad de hacer inversiones que puedan revertir la declinación económica”.

Pérez Perdomo apunta que la destrucción provocada por el oficialismo ha puesto en entredicho sus pilares ideológicos.

“El enorme fracaso en resolver problemas sociales y en el manejo de la economía puede haber desprestigiado determinados tipos de políticas asociadas con el régimen”, sostiene e ilustra: “puede conjeturarse que los primeros en rechazar la nacionalización o expropiación de una empresa serían sus propios trabajadores, o que anuncios de aumento del salario mínimo o de regulación de precios serían vistos con extrema desconfianza por la población en su conjunto. La retórica socialista puede que tenga mucho menos tracción hoy que en la década de 1990”.

Tomando como referencia los informes de la oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el investigador afirma que los atropellos y la represión desatada por el chavismo supera con creces a las arbitrariedades cometidas hasta 1999. “La situación ahora es mucho más dramática que en la década de 1990. Los jueces ahora son todavía menos independientes y los abusos contra la población son mucho mayores”, asevera y observa que las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) del régimen son “escuadrones de la muerte” que llevan a cabo “ejecuciones extrajudiciales” particularmente en los sectores más pobres.

Pensando en los desafíos que impone la transformación democrática, Pérez Perdomo concluye que “el Estado, y especialmente todo el aparato de la represión, necesita ser renovado y reeducado. Es difícil ver cómo se puede contar con los actuales fiscales y jueces para una justicia que esté a cargo de castigar las peores violaciones de los derechos humanos”.

Recurrir a justicia transicional es una alternativa para rescatar la democracia
Dos universidades y Acceso a la Justicia participaron en el foro Propuestas para la Justicia en Venezuela

La situación de subordinación al Gobierno en la que se encuentra el Poder Judicial no es algo nuevo ni oculto, por el contrario, organizaciones nacionales y organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tienen años denunciando que en el país «existe un quebrantamiento del principio de separación de poderes» que, a su vez, se ha traducido en «una clara alteración del orden constitucional». Con el propósito de revertir esta situación Acceso a la Justiciareunió a expertos y organizaciones de derechos humanos para que expusieran las medidas que consideran necesario adoptar para que en el futuro el sistema judicial deje de ser un apéndice del Gobierno y sirva verdaderamente a los ciudadanos.

En el foro Propuestas para la Justicia en Venezuela, realizado el jueves 4 de junio vía Zoom Meetings, participaron representantes del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Metropolitana (Unimet), del Instituto de Investigaciones Jurídicas y del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), ambos; y de Acceso a la Justicia.

Reformas a los instrumentos que regulan la actuación de los órganos del Poder Judicial, el uso de la tecnología o la aplicación correcta de las normas vigentes fueron algunos de los planteamientos formulados por los expertos.

Atacar la provisionalidad y la opacidad

Tras recordar que Venezuela ha intentado, sin mucho éxito, poner en marcha todos los modelos existentes de Gobierno Judicial, el profesor investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, Jaiber Núñez Urdaneta, planteó realizar «una interpretación real del modelo constitucional vigente, evaluando su real desempeño a mediano y largo plazo, para implementarlo de la mejor manera posible».

La Constitución de 1999 deja en manos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) el «gobierno y administración del Poder Judicial», con lo cual oficialmente el Ejecutivo no debería inmiscuirse en sus asuntos como sí podía hacerlo antes, pues tenía una representación en el extinto Consejo de la Judicatura, y por lo tanto, tenía voz y voto en el nombramiento o remoción de jueces y cualquier cambio que se quisiera aplicar en el sistema. Sin embargo, el Palacio de Miraflores ha conseguido mantener su influencia fundamentalmente mediante las cuestionadas designaciones de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.

Núñez propuso aprobar una nueva Ley de Carrera Judicial que permita asegurar que los titulares de los juzgados se hagan con sus puestos mediante concursos de oposición transparentes y confiables, tal y como lo manda el artículo 255 de la Carta Magna. Esto permitiría revertir la actual situación en que casi nueve de cada diez jueces son provisorios, temporales o accidentales y, por lo tanto, son nombrados y destituidos discrecionalmente por la Comisión Judicial del TSJ.

Asimismo, propuso garantizar la autonomía de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) mediante una reforma a la Ley Orgánica del TSJ que otorgue a su máxima autoridad un período de cuatro años. Este organismo administra el 85% de los fondos del Poder Judicial y tiene entre sus tareas el mantenimiento de la infraestructura física y tecnológica de los juzgados.

Por su parte, Andrea Santacruz, del Centro de Derechos Humanos de la Unimet, propuso que el Poder Judicial retome la senda de la modernización tecnológica que comenzó a recorrer a finales del siglo pasado y principios de este, para así «estimular el acceso a la justicia y la transparencia judicial».

Sin embargo, la experta reconoció que en la actualidad los obstáculos son muchos y difíciles de salvar, en particular en lo relacionado con la falta de recursos para adquirir equipos e instruir al personal, así como las deficiencias en los servicios de conexión a internet o de energía eléctrica.

Abriendo las puertas a la justicia transicional

Otro planteamiento que se hizo durante el evento fue el de recurrir a la justicia transicional para investigar y castigar las violaciones a los derechos humanos cometidas en el país en las últimas dos décadas. La propuesta la formuló Eduardo Trujillo, director del Centro de Derechos Humanos de la UCAB, quien la justificó indicando que sobre todo la justicia penal venezolana requiere de una «reinstitucionalización».

Tras afirmar que esta iniciativa solo se podría poner en marcha «bajo el supuesto del paso del autoritarismo hacia la democracia», el experto indicó que el éxito de la misma dependerá de que «haya acuerdos entre las partes en conflicto» para conseguir «la verdad y la reconciliación». También aseguró que la justicia transicional no buscará la impunidad, sino «hacer que las penas sean verdaderamente efectivas».

Respecto al tipo de mecanismo de justicia transicional, Trujillo recordó que hay dos grandes: las comisiones de la verdad y las leyes de amnistía.

Sacudiendo los cimientos

Por su parte, desde Acceso a la Justicia se propuso desenterrar la participación ciudadana, para así hacer más transparente al Poder Judicial. Esta figura fue eliminada en la última reforma que el Código Orgánico Procesal Penal (COPP) sufrió en 2012 y en la que se suprimieron los escabinos, esos ciudadanos que junto al juezdecidían si un acusado era inocente o culpable, por considerarlos responsables del retardo procesal.

«Se cree que la participación ciudadana no es oír, sino escuchar, porque la voz de la ciudadanía debe ser tomada en cuenta, afirmó el director de la organización, Alí Daniels, quien también planteó la necesidad de hacer más transparente y someter arendición de cuentas al TSJ y al conjunto del sistema de justicia.

Sin embargo, para lograr esto último propuso «hacer una auditoría del Poder Judicial, así como determinar cuántos y quiénes son los jueces activos. También debe hacerse pública su trayectoria profesional y especificar quiénes son los jueces titulares y suplentes».

Por último, Alí Daniels reclamó el restablecimiento de la justicia de paz.

 

La transición hacia la democracia moviliza a la universidad venezolana

EL AUDITORIO DEL CENTRO de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri, de la Universidad Metropolitana, se debatieron la transición hacia la democracia, el Estatuto que la rige y la Justicia Transicional, ante una audiencia superior a 200 personas entre líderes sociales, estudiantes y activistas.

Las organizaciones participantes, investigadoras y difusoras de diversas áreas del caso venezolano, fueron Bloque Constitucional, con la vocería de la doctora Cecilia Sosa; Transparencia Venezuela, representada por Mildred Rojas, y la “Fundación para el Debido Proceso”, por el experto internacional Ramiro Orias junto a la diputada a la Asamblea Nacional, Delsa Solórzano.

El acto inició con palabras del rector metropolitano, Benjamin Scharifker, quien mencionó la necesidad de conciliar “la ética, la política y el derecho» para una visión integral de la crisis venezolana, e invitar a los asistentes a complementar la voluntad de cambio con competencias y herramientas”.

Continuando con la promoción desde el Bloque Constitucional del “Estatuto que rige la transición hacia la democracia” la doctora Cecilia Sosa recordó que “en esta ruta están las respuestas a quienes hayan sido víctimas de violaciones de derechos humanos” y así: “devolver la oportunidad de confiar en la justicia ordinaria que jamás se debió dejar a un lado”.

Para la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia, la ley: “Es un orden de trabajo sin descanso, para construir una democracia estable y duradera”

La corrupción como parte de la crisis venezolana

Mildred Rojas, coordinadora de estrategia de Transparencia Venezuela, aportó las claves para entender a la corrupción en el caso nacional, como gran responsable de la emergencia humanitaria.

Esta organización ha detectado “cientos de casos de corrupción desde los más altos niveles del Estado, así como también vínculos con organizaciones internacionales”.

Incluida “una red complejísima de dinero, sin comparación en el mundo” que para la fecha incluye investigaciones en hasta 6 países sobre capital venezolano.

Como muestra de los incentivos que brinda a la corrupción el sistema institucional actual mencionó las más de 500 empresas del Estado, las cuales en su mayoría son difíciles de rastrear, y para entender la magnitud de la cantidad, recordó que Brasil cuenta con alrededor de solo 100.

Justicia transicional y sistema de justicia internacional

Ramiro Roas, experto boliviano, continuó con las ponencias, recordando que “la Justicia Transicional no solo investiga los hechos, sino tiene que brindar el motivo, responder por qué ocurrió” en referencia a violaciones de Derechos Humanos.

Lograr “justicia, reparación y no repetición” deberá ser el principal objetivo de un nuevo sistema de justicia, que en compenetración con organismos internacionales, para asegurar imparcialidad, logre expulsar a “pertrechadores de crímenes” de entre sus miembros.

Asamblea Nacional y Estatuto hacia la democracia

Como la voz del Parlamento nacional, la diputada Delsa Solórzano, demostró los avances legislativos, para el cumplimiento de los artículos del “estatuto que rige la transición hacia la democracia”.

Mencionando los artículos 7 y 18 del mismo, recordó que sin el cese de la usurpación son muchos los procesos detenidos, sin embargo, agregó que han sido capaces de brindar garantías a sectores claves en su opinión, para la transición, como lo son militares y empleados públicos.

Para finalizar, la diputada presidenta de la Comisión de Justicia y Paz, aseguró que desde el Parlamento están “listos para gobernar” y que pronto seguirán haciendo públicos los avances necesarios para lograr la ruta que dicta el Estatuto.

Andrea Santacruz o el derecho a protestar

Ha vivido en primera fila tres casos emblemáticos como defensora de los Derechos Humanos en Venezuela: Christian Holdack, Juan Pablo Pernalete y Embajadores Comunitarios. En ellos ha puesto su empeño y seguramente sus lágrimas.

Después de graduarse como abogada en la Unimet hizo una especialización en Ciencias Penales y Criminalísticas en la UCV. Desde 2014 trabaja en el centro de DDHH de la Metropolitana y lo dirige a partir de enero de 2017. Es un centro pequeño pero muy activo. Ella se incorpora de lleno a la lucha por los DDHH a raíz del 12 de febrero de 2014, luego de que el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello pide su concurso para apoyar a quienes habían sido arbitrariamente detenidos tras la manifestación. Específicamente le pidieron que asistiera a la audiencia de presentación que se realizaría el 14 de febrero.

—A partir de ese momento no he parado: entré de lleno en la defensa de los Derechos Humanos —recuerda Andrea.

Cuatro jóvenes fueron juzgados junto con Leopoldo López tras los sucesos del 12-2-2014. Uno de ellos, Christian Holdack. Aquel día hubo unas cincuenta detenciones. Fueron divididos, los detenidos, en dos grupos: uno fue presentado al tribunal 26 y otro en el 28 de Control. Del primer grupo dejaron encerrados a seis jóvenes, cuatro de los cuales fueron vinculados al caso del dirigente López. Ella entra en la etapa de juicio, el cual terminó con una resolución condenatoria de diez años, seis meses y siete días para Holdack… Y todo porque estaba tomando fotos en el lugar equivocado a la hora menos oportuna: cuando los colectivos merodeaban por la esquina de Tracabordo. Holdack tomaba fotos, era bueno en ello y quería documentar la situación. Vio llegar a funcionarios del SEBIN y siguió tomando fotos. Tomó el momento en que disparan contra el joven Bassil Da Costa. Ya, para ese momento, el asesinato de Juancho Montoya había ocurrido. Incluso sucedió antes de que él llegara: lo que hizo fue tomarle fotos al charco de sangre que había dejado. Hizo seguimiento del traslado de Bassil hasta el vehículo que lo llevaría al hospital, y luego regresó hacia la Fiscalía —centro de la manifestación— y observó a personas lanzando piedras contra el edificio. Grabó. En eso estaba cuando recibe una llamada de su pareja, quien le pregunta dónde estás, la cosa aquí se ha puesto muy fea, vámonos. Pero no. Holdack quiere seguir. Una toma más. Una foto más. Fue su perdición. “Tranquila, estoy bien”, le dijo a su novia. Estaba vestido con una camisa verde fluorescente y los agentes que andaban por allí lo avistaron con facilidad. Los del CICPC, vestidos de civil, tomaban, por su parte, fotos. Su camisa era llamativa. En una que le tomaron aparecía hablando por el celular, y eso fue mostrado en el juicio como prueba de que atacaba a la Fiscalía. Así mismo: hablar por un móvil puede ser fundamento para que un tribunal decida que un joven venezolano es un delincuente.

Estaba en la Plaza Parque Carabobo. Quería hacer unas tomas de las patrullas que estaban ardiendo porque un grupo de furiosos manifestantes (¿infiltrados, quizás?) las habían prendido en fuego. Para hacer el cuento corto: los funcionarios se enfurecieron al ver sus patrullas arder. Querían llevárselos a todos, darles una buena lección. No distinguieron. Uno de ellos le pregunta a Holdack qué está haciendo, le aconseja que  salga corriendo. Holdack no le hizo caso. Más allá, un grupo había rodeado a un policía a quien quizás iban a linchar. Sí, la cosa estaba bastante fea y él seguía con su cámara. Vino un policía por detrás y le dio por las piernas, duro: lo desestabilizó, cayó al suelo. Lo apuntó con un arma de fuego en la cabeza y le dijo que quedaba detenido.

Desaparecieron su cámara y su celular. Lo llevaron al CICPC junto a unos treinta jóvenes a quienes mantuvieron por horas arrodillados, con las manos atrás. Los empujaban, les decían que los iban a matar o que los tendrían allí para toda la vida.

—No sé si llamar a eso tortura, pero al menos es trato inhumano o degradante —dice Andrea.

Los presentaron a las 48 horas, no tenían noticia de por qué estaban presos. Le dieron a Marco Coello, compañero de causa de Holdack, un papel para que lo firmara en el cual confesaba que había actuado por órdenes de Leopoldo López. Naturalmente, el muchacho se negó a firmarlo. Quedaron presos.  Christian estuvo preso hasta marzo de 2015, desarrolló ideas suicidas, un informe clínico habla sin tapujos de un trauma causado por este episodio. Estrés postraumático. Lo habían encerrado en Chacao. La sala Constitucional del TSJ vino a darle la libertad, sus miembros se dieron cuenta de la injusticia y al menos olfatearon el peligro que corría el joven. De alguna manera inédita, se compadecieron. Quizás los influyó el caso del aviador González, un hombre mayor que se había quitado la vida en el Helicoide por aquellos días, igualmente preso político.

Fobia a la injusticia

—¿Por qué te hiciste defensora de los Derechos Humanos, cómo se desarrolló en ti esta vena?

—Desde chiquita quise ser abogada. Tenía un tío abogado y lo admiraba muchísimo, Julián Aude, abogado de Valencia. Y la segunda razón es una anécdota. Estaba en un restaurante de Las Mercedes, comiendo con mi familia. Yo tendría cinco o seis años. Era la época anterior a Chávez. Entraron unos niños muy pobres, vendían flores. Los camareros les dijeron que se fueran y yo reaccioné. Les dije a mis padres que me quería ir, que en aquel lugar maltrataban a los niños y que eso era algo que no podía soportar.

Lo que más le gustaba, mientras estudiaba la carrera, era el Derecho Penal, pero ella no concibe esta rama del Derecho sin el respeto a la dignidad humana, y en Venezuela eso simplemente no lo hay. Aun cuando solo ha entrado y visto el INOF o el SEBIN, sabe que las cárceles en Venezuela deben cambiar. Ese horror del que está consciente ha influido en su desarrollo profesional. Entre sus profesores recuerda tres en especial que le han dejado huella: el exdecano Rogelio Pérez Perdomo, miembro de la Academia de la Historia, con una visión muy innovadora del Derecho, aquel Derecho que sensibiliza al abogado frente a la realidad de la sociedad. Es un sociólogo jurídico. La profesora de Derecho Penal, Carmen Alguindigue, también ha sido importante para ella. Y alguien que, aunque no fue su profesora, le marcó un camino: Angelina Jaffé, directora del CDH en Unimet antes que ella. Andrea le confesaba sus temores, le hablaba del caso Ruanda en comparación con Venezuela, se preguntaba desesperadamente si el mundo estaba esperando a que sucediera lo del país africano para actuar en Venezuela. Angelina la calmaba, le hablaba de la paciencia que hay que tener y del trabajo de hormiguita que debe hacerse.

El caso Pernalete

El segundo caso que ha seguido muy de cerca, apoyando a sus familiares, es el del joven Juan Pablo Pernalete. Dice:

—Yo a Juan Pablo no lo conocí en persona, pero hoy siento que lo conozco a través de los ojos de sus padres.

Es duro no tener un consuelo siquiera que ofrecer a los padres que han perdido, y de esa manera, a un hijo tan querido y con tanto futuro.

—En 2014 les decía a los padres de los muchachos detenidos lo que harían para alcanzar la libertad de sus hijos, había esperanza. Aquí no. Lo único que podía era ofrecerles luchar juntos por justicia.

El 26 de abril se cumplió un año de su muerte y Elvira, su mamá, luego de hablar en público, la abrazó.  “Yo lo único que quiero es que mi hijo esté conmigo”, le dijo.

—Ahí uno se desarma —dice Andrea—, no hayas qué decirle al familiar. Solo eso: seguiremos luchando, no te derrumbes.

En la Unimet se constituyó un grupo, Apoyo Unimet. Hacen (o hacían) seguimiento de las manifestaciones y pasaban reportes al Centro de Derechos Humanos.

—Aquel día monitoreamos la manifestación. Nos reportan que todos los estudiantes de la Unimet salieron de la manifestación, que están bien, que no hay detenidos. Bueno, menos mal, cerramos el día… Cuando de repente empiezan a llegar informaciones sobre una persona fallecida. Nos dicen que es un unimetano. El rector se fue hasta Salud Chacao y se encontró con la mamá. Al día siguiente se hace una misa. Nunca había visto la universidad tan llena. Nos cuentan que lo matan con una bomba lacrimógena.

El chavismo, como seguramente recordarán los lectores, había inventado una patraña. Diosdado Cabello la había cacareado en su programa: que al joven lo había matado con una pistola de perno uno de sus propios compañeros. Así se justificaba el tatuaje que le había quedado en el pecho. Delcy Rodríguez y Ernesto Villegas repitieron la patraña en una rueda de prensa. Pasaron un vídeo en el programa Zurda Konducta donde se ve a Juan Pablo desmayándose. Lo cargan y lo colocan en un sitio. Pues bien: esos jóvenes que cargaban al compañero agonizante no habían visto el impacto, creían que simplemente se estaba ahogando por el efecto del gas lacrimógeno. Juan Pablo era miembro de la selección de básquet de la Unimet. Por su fortaleza no muere inmediatamente, pero luego le sobreviene un schock.

—La Fiscalía hizo una investigación bastante buena —recapitula Andrea—, en ese momento ya no respondía a los intereses del gobierno. Se demostró, tras un examen científico de las ropas,  que había restos de los componentes de una bomba lacrimógena en ellas. No cabía duda: hicieron una “comparativa” entre la forma de la bomba y la marca del golpe que tenía en el pecho Juan Pablo.

El cartucho le había afectado el corazón, provocando el schock cardiogénico que lo mataría minutos más tarde. El GN disparó a menos de quince metros, directamente, en un ángulo de noventa grados. Como si fuese un proyectil. Durante los disturbios se ha sabido de dos personas más a quienes les hicieron lo mismo. Los otros dos casos se salvaron por suerte y por un chaleco protector que cargaba el reportero gráfico a quien le dispararon del mismo modo. No hay casualidad, entonces. Es un patrón de conducta. Es una manera de reprimir la manifestación: disparar al pecho, a las piernas o a la cabeza.

En este caso el CDH de la Universidad Metropolitana ha hecho acompañamiento a la familia, documentando el caso, orientando a los familiares. Por ejemplo, los padres de Pernalete querían recurrir desde el principio a la Corte Penal Internacional, pero fueron convencidos de los procedimientos que hay que cubrir antes, y han llevado su demanda por pasos. Pudieron hablar, sin embargo, en una audiencia en la OEA.

En 2018

A Santacruz le mueve el piso este otro caso: Fundación Embajadores Comunitarios, una organización que trabaja a favor de los Derechos Humanos conformada por jóvenes. Contra ella enfiló el gobierno. Un ataque sin precedentes a una ONG de este tipo, ensañándose en los activistas Gregory Hinds y Geraldine Chacón. Andrea ha trabajado como abogada para Hinds. Logró, en abril, una boleta de excarcelación. Sin embargo, los agentes del SEBIN hicieron caso omiso y hubo que esperar hasta el primero de junio para que se cumpliera la orden. Fue cuando el gobierno hizo una alharaca, maquillándose de piadoso. En verdad fueron mezcladas, entre aquellos que fueron puestos en libertad, personas que ya tenían boletas de excarcelación desde hacía semanas y presos comunes.

Lo cierto es que Hinds y Chacón fueron liberados. En este caso, el CDH de Unimet acompaña y asiste. Se espera sobreseimiento puesto que ellos no cometieron delito alguno. Ambas víctimas siguen en Caracas con medida de presentación periódica.

En 2014 hubo once detenciones arbitrarias de estudiantes de la Universidad Metropolitana; en 2017, nueve. Pero el modus operandi de la PNB y de la GNB se va modificando. Las cosas se han puesto más brutales, si cabe: de estos nueve, cinco jamás fueron presentados en tribunal alguno. El modus operandi consiste en tomarlos como presos, golpearlos y humillarlos, y soltarlos al cabo de ocho o diez horas. De los restantes cuatro, tres de ellos fueron liberados sin mayores exigencias pero al cuarto lo dejaron con medidas cautelares, incluyendo fiadores.

—Este último caso lo manejamos como tortura —dice Andrea—. No puedo dar nombre. Lo hirieron en una pierna, no le brindaron atención médica después de haberlo detenido y además  lo golpearon en la zona donde tenía la herida. O lo pisaban, en el pecho, en las piernas, lo golpeaban contra una pared. Ese día en que a él lo detienen fue cuando hubo una explosión en Altamira justo cuando pasaban los guardias nacionales en sus motos. Pero él ya estaba detenido cuando la explosión ocurre. O sea, no fue culpable.

Lo agarraron como chivo expiatorio. Una venganza. A las 48 horas, los representantes del Centro de Derechos Humanos exigen que se constituya el tribunal (el cual se negaba a actuar ese día) y además piden que el mismo tribunal ordene atención médica para el muchacho. Al fin el tribunal se constituye. Hubo que pelear con la GN  para que dejara entrar a Salud Chacao. El juez respectivo termina admitiendo la gravedad del caso. “Pero la orden es que debemos ponerle fiadores”, les manifiesta. La orden. En esos casos, la persona permanece detenida hasta que se verifican los fiadores. Los fiadores duran más o menos quince días en ser verificados, sin que esto se ajuste a Derecho. Probablemente, desde la perspectiva represiva, un mecanismo “aleccionador” para que los muchachos se lo piensen dos veces a la hora de salir a protestar contra el gobierno.

—En tu opinión, ¿qué es lo que pasa con el guardia nacional, con el policía venezolano, que es capaz de practicar la tortura, y hacerlo con premeditación y alevosía? ¿Es falta de valores o una política de Estado?

—Creo que es una combinación de las dos cosas. Quien está dentro del sistema sabe que es una política, que eso es así, y tiene miedo, también, a ser víctima del mismo sistema. Entonces prefiere ser victimario antes que víctima porque conoce el sistema a profundidad. Claro, hay otros que son simplemente gente sin escrúpulos. Por ejemplo, entre las peores cosas que tenemos hoy en Venezuela están el SEBIN y la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Ellos llegan sin orden de aprehensión, desaparecen a la gente, torturan, y no hay ningunas institución oficial que haga algo. Funcionarios del SEBIN me han dicho: “Señora, si fuera por mí, ya estarían libres. Pero usted sabe que yo tengo órdenes superiores”.

—Si tuvieras la oportunidad de dirigirte a la plana mayor del madurismo, ¿qué mensaje le darías?

—Lo primero es que tienen que aceptar que Venezuela hoy vive una emergencia humanitaria compleja; que eso viene del quiebre de las instituciones y ha derivado en violaciones graves de los Derechos Humanos, hoy vistas, además, como delito de lesa humanidad, tal y como lo señalan el informe de la OEA y los expertos independientes. El momento que tienen para tratar de que cese esa situación es hoy. Las violaciones  deben ser investigadas y reparadas. Deben comprometerse a la no repetición. Lo otro es que acepten los mecanismos internacionales de ayuda bajo los marcos de protección internacional existentes, porque en Venezuela la gente se está muriendo de hambre y porque no hay medicinas ni asistencia médica. Honestamente, creo que ellos saben todo esto pero parece que lo que les interesa es solo mantener el poder a costa, incluso, de la integridad física y mental de los venezolanos.

—Andrea, ¿no estás casada todavía?

—No.

—Pero algún día querrás tener hijos… venezolanos.

—Claro, sí.

—¿Cómo ves el futuro?

—Junto a ellos en Venezuela.

@sdelanuez

Con una muestra variada, comienza Festival de Cine Judío este 17 de noviembre

cinejudio

 

Escena de La conspiración del silencio

Desde variados géneros, contextos, realidades y épocas, llega a Caracas el décimo Festival Internacional de Cine Judío desde el 17 al 23 de noviembre en las salas del Paseo del Trasnocho Cultural.

La selección está compuesta por doce títulos que van de la comedia hasta los documentales pasando por el romance y el drama basado en hechos reales.

El holocausto sigue siendo materia pendiente en la cinematografía hebrea y en ese sentido destacan: Agenda secreta, La conspiración del silencio, La travesía de Fanny y Una vez en la vida.

Agenda secreta del cineasta alemán Lars Kraumer y La conspiración del silencio, dirigida por el actor y cineasta de origen italiano Giulio Ricciarelli, tratan sobre los juicios a destiempo de ciudadanos nazis que continuaban viviendo en la sociedad alemana de posguerra sin pagar condena.

Por su parte, Una vez en la vida de la realizadora francesa Marie-Castille Mention-Schaar, recrea un hecho real acaecido en París, donde a través de un concurso, una profesora intenta dar a conocer a sus alumnos lo que significa ser adolescente en un campo de concentración nazi. Mientras en La travesía de Fanny de la la cineasta francesa Lola Doillon, una niña de 13 años intenta alcanzar la libertad junto a otros niños judíos en la Francia de 1943.

También destaca El balcón de las mujeres, una comedia dirigida por el cineasta israelí Ben Shimon, que refleja el derrumbe de un balcón de mujeres en una sinagoga durante el festejo de un bar mitzvah.

La muestra igualmente trae: Hakafot de Lee Gilat, un drama sobre la celebración de “Simja Torá”; El club del tatuaje, un policial dirigido por el actor y director Amir Wolf y Armonia, de Ori Sivan, adaptación del relato de Abraham y Sarah en el contexto de una orquesta sinfónica, La orquesta de medianoche del cineasta franco-marroquí Jérôme Cohen-Olivar y Una historia de amor israelí de Dan Wolman, quien se traslada en el tiempo hasta los años anteriores a la creación del Estado de Israel.

Asimismo, el documental tiene cabida en el Festival con Ben Gurion: Epilogue de Yariv Mozer y Mr Gaga de Tomer Heymann. Este primero revela los últimos años del fundador de Israel, David Ben Gurion, mientras que el segundo recrea la figura y el genio artístico de Ohad Naharin, reconocido coreógrafo y director artístico de la compañía Batsheva Dance.

La muestra también irá a la UCAB (Una vez en la vida el viernes 17 de noviembre), la Universidad Simón Bolívar (La conspiración del silencio el lunes 20 ), la UCV (Agenda secreta el miércoles 22) y la Universidad Metropolitana (La orquesta de medianoche también el miércoles 22).

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Universidades participarán en las primarias de la MUD de este #10Sep

Benjamin Scharifker

El director de la Universidad Metropolitana (Unimet) de Venezuela, Benjamín Scharifker, aseguró este viernes que el sector universitario del país participará en las elecciones primarias de la oposición del próximo domingo, en las que escogerá candidatos unitarios para los comicios regionales de octubre.

En un comunicado difundido por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que agrupa a los partidos de oposición en el país caribeño, Scharifker afirmó que las universidades están comprometidas “con el rescate del orden democrático” en Venezuela.

“Recuperar la democracia en Venezuela pasa por defender las instituciones (…) Venezolanos, debemos ejercer nuestro voto tanto en las primarias como en las elecciones regionales”, exhortó citado por la MUD.

Scharifker, que es miembro del Frente para la defensa de la Constitución y de la Democracia (Decode), instó a la población a participar en las primarias de la oposición el próximo domingo, con la finalidad de elegir a los 19 de los 23 candidatos que representarán a la coalición en las elecciones a gobernadores de octubre.

Los candidatos en los 4 estados restantes ya han sido consensuados por la MUD.

El académico también afirmó que el sector universitario participará en los comicios regionales, al tiempo que enfatizó que esta convocatoria electoral significa “otra oportunidad para seguir rechazando la crisis plural que atraviesa la nación”.

Scharifker fue uno de los rectores de las principales universidades del país caribeño que el pasado 16 de julio actuaron como garantes de la consulta de los opositores en contra de la Asamblea Nacional Constituyente, instalada semanas después a pesar de los resultados, según los cuales más de 7,5 millones de personas rechazaron esa junta.