La ONG SOS Orinoco revela, a través de un mapa, que la cantidad de sectores mineros en el parque creció 78% en solo dos años
Investigaciones recientes señalan que Maduro regala 1.000 hectáreas de este espacio a la minería
La fiebre del oro arremete contra el Parque Nacional Canaima, que este 12 de junio llegó a su 58 aniversario. Ante tal escenario, la organización no gubernamental SOS Orinoco, considera que «es urgente y necesario» que este Patrimonio Natural de la Humanidad sea recategorizado “en peligro crítico”, según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, órgano técnico asesor de UNESCO.
«Teniendo en cuenta la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela, y la política de Estado abiertamente minera y desconsiderada con las leyes ambientales, se hace necesario que UNESCO incluya a Canaima en la Lista de Sitios de Patrimonio Mundial en Peligro, como una acción política que empuje a las autoridades a actuar de forma decisiva y asertiva para lograr el cese de las operaciones extractivistas y ofrezca alternativas económica y ecológicamente sostenibles a la población residente del parque nacional», indica un comunicado de la organización.
SOS Orinoco recuerda que, según UNESCO, “Canaima es una de las principales maravillas de la creación, única en el mundo. Constituye uno de los territorios más antiguos y mejor conservados del planeta. Fue declarada parque nacional el 12 de junio de 1962 y en 1994 es incluida en la Lista del Patrimonio Mundial”.
Una serie de investigaciones realizadas desde 2018 han determinado que más de 1.000 hectáreas de sus ecosistemas, equivalentes a más de 1.300 campos de fútbol, han sido destruidas por la minería: “Situación Actual 2018 de la minería aurífera en el PN Canaima, reporte presentado a UNESCO y UICN” (SOSOrinoco), “Situación Actual 2020 de la Minería Aurífera en el PN Canaima” (SOSOrinoco), “Canaima: El paraíso envenenado” (Runrun.es), “Depredación minera frente a los ojos del tepuy Roraima” (Correo del Caroní) y el «Reporte 2020 del World Heritage Watch».
«Esta minería de oro, que emplea técnicas semi-mecanizadas y procesos químicos con base a mercurio, incluye unas 20 factorías flotantes o “balsas mineras” que arrasan con el fondo de los ríos cristalinos en las inmediaciones del gran Salto Ángel, la caída de agua ininterrumpida más alta del mundo», agrega.
A través de este mapa síntesis, la ONG integra todos los focos de minería ilegal en Canaima, incluyendo los sectores donde operan las balsas.
El mapa también revela que, de 33 sectores mineros que habían sido identificados por SOS Orinoco en 2018, se pasó a 59 que fueron señalados en la investigación del Correo del Caroní. En solo un par de años, la cantidad de puntos de extracción de oro dentro del parque creció 78%.
SOS Orinoco apunta que la fiebre del oro ha sido promovida por la administración de Nicolás Maduro a través de laa política extractivista del «Arco Minero del Orinoco», aprobada inconstitucionalmente en 2016, que abarca el 12% del territorio venezolano (111.843 km2) y equivale en tamaño a Portugal.
«En realidad, esta es la ‘marca’ de una política de apertura total a la minería, pero que tiene como ambición principal el oro, el coltán y cualquier otro mineral que pueda ser fácilmente traficado. Es una política que hace creer que tiene un marco geográfico delimitado, pero que en realidad busca abarcar todo el sur del Orinoco más allá de las zonas que muestran los mapas oficiales, como es el caso del Parque Nacional Canaima», señala.
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La ONG advierte que los escenarios futuros para Canaima son poco alentadores pues no existe en el terreno una autoridad ambiental, capaz o interesada en responder efectivamente a este problema. «No hay voluntad política, ni una gobernabilidad que permita hacer frente a las operaciones mineras, por lo que se espera que se incremente la devastación en su interior, uno de los espacios naturales más extraordinarios del planeta, generando graves daños a la cultura indígena pemón, gran parte de cuyo territorio ancestral se encuentra resguardado por el parque nacional», sentencia.
Canaima, indica SOS Orinoco, es hoy asediada por un acelerado crecimiento de la minería en sus fronteras, que se ha desbordado hacia su interior. Además, alerta que en los últimos meses se ha incrementado la violencia en la región, que está vinculada con la minería dentro y en los bordes del territorio patrimonial. «La actividad minera sigue en ascenso dentro de sus límites, y ahora incluso, en el marco de presuntos acuerdos políticos entre el gobierno y algunos líderes indígenas», recalca.
