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Crímenes sin Castigo | La tercera vía militar
Dentro de la Fuerza Armada se gestan grupos que acusan a “los políticos” de todas las tendencias por las penurias que pasa la población. La operación Aurora es apenas una demostración de lo que puede suceder.

@javiermayorca

El 22 de diciembre de 2019, un grupo de oficiales subalternos del Ejército acompañado por reservistas de ese mismo componente, pertenecientes a la etnia pemona, asaltó el batallón de infantería Mariano Montilla, en la población de Luepa, estado Bolívar.

La acción fue llevada a cabo en forma incruenta. Los asaltantes, liderados por tenientes del Ejército graduados en la promoción de la Academia Militar en julio de 2012, aprovecharon las horas de la madrugada para sorprender a los guardias de prevención, someter a los soldados y apoderarse del parque de armas.

Según el Fiscal General designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, los militares lograron sustraer 131 fusiles AK-103, 9 cañones Carl Gustaf, 5 lanzagranadas MK-15, 5 escopetas Remington, 2 ametralladoras MAG, 209 granadas MK-15, 99 bayonetas fusil AK-103, 3 lanzacohetes, 6 pistolas, además de miles de municiones para todas estas armas.

Una semana después, los oficiales que encabezaron esta irrupción divulgaron un video en Youtube para declarar que esa jornada marcó el inicio de lo que denominaron operación Aurora.

El comunicado fue leído por el teniente del Ejército Josué Abraham Hidalgo. A su derecha en la pantalla aparecía el también teniente Franklin Caldera y del otro lado el oficial del mismo grado Russo Cárdenas.

Todos forman parte de la promoción Coronel Diego Jalón. Sus integrantes fueron los últimos en recibir el sable del entonces presidente Hugo Chávez, quien moriría ocho meses después, en marzo de 2013.

En el comunicado del 28 de diciembre, Hidalgo dijo estar amparado en los artículos de la Carta Magna que abren la posibilidad de hacer uso de la fuerza para retomar el hilo constitucional, ante quienes según sus palabras “tienen secuestrada a la Nación mediante el engaño y la manipulación del pueblo y sus leyes”.

En la misma declaración, los oficiales afirmaron que la crisis venezolana no sería solamente responsabilidad de las decisiones del gobierno encabezado por Nicolás Maduro.

“Venezuela pasa por momentos difíciles, siendo los políticos los únicos responsables de estos hechos, sumiendo al pueblo en la miseria, para que solo un reducido grupo se enriquezca a costa del ciudadano común”, afirmó el líder del grupo.

Según el general de brigada retirado del Ejército Antonio Rivero, el núcleo de la operación Aurora está constituido por los mismos oficiales de ese componente que encabezaron la operación Espada de Dios, un complot gestado en la principal fuerza militar del país para derrocar a Maduro, y que fue desmantelado en sus etapas iniciales por agentes de la Dirección de Contrainteligencia Militar.

Hidalgo Azuaje escapó junto con otros once efectivos militares cuando era trasladado desde el Consejo de Guerra Permanente de Caracas, en Fuerte Tiuna, a la cárcel de Ramo Verde en Los Teques, en noviembre de 2017. Varios de ellos cruzaron la frontera y se quedaron en Colombia. Pero Hidalgo llegó hasta Perú.

Desde ese país, junto con otros oficiales y efectivos de tropa profesional, emitió un comunicado en el que apoyaba la iniciativa de llevar ayuda humanitaria a Venezuela, en febrero de 2019.

Rivero indicó que el distanciamiento del presidente del Parlamento Juan Guaidó (reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países), así como las denuncias sobre irregularidades en el manejo de los fondos destinados a la manutención de los militares que permanecían en Cúcuta en apoyo al diputado, forjaron en los participantes de la operación Aurora la convicción de que se necesita “un cambio generacional en los órdenes militar y político”.

“Ellos no dan su anuencia a Guaidó, y tampoco a Maduro. Van fundamentados en esa posición (…) Creen que (Maduro y Guaidó) son más de lo mismo. Y eso es lo que más temen los políticos”, añadió.

Reagrupamiento

Luego del asalto al batallón Montilla, hubo otros dos enfrentamientos con unidades de la Guardia Nacional y de la policía del estado Bolívar. Un efectivo de tropa murió (Luis Jeanpier Caraballo) y otro fue capturado. Esto posibilitó la detención de otras diecisiete personas, que fueron imputadas por la Fiscalía por los supuestos delitos de conspiración para destruir la forma política republicana, terrorismo, sustracción de armas de fuego o municiones en resguardo y asociación para delinquir.

El general retirado de la Guardia Nacional Marco Antonio Ferreira indicó que en este movimiento participan militares del Ejército y también de su propio componente, aunque en menor medida. Los guardias nacionales se habrían unido a Aurora luego de cruzar la frontera hacia Cúcuta.

El 29 de diciembre, los ministerios de la Defensa y Relaciones Exteriores de Brasil emitieron una declaración conjunta para confirmar que dieron refugio a cinco oficiales del Ejército venezolano, que fueron detectados en su territorio del 26 de diciembre. El gobierno venezolano los pidió en extradición, pues asegura que participaron en la incursión en el batallón Montilla.

El comisionado de Seguridad de Juan Guaidó, comisario general Iván Simonovis, advirtió que los oficiales de la operación Aurora “van a continuar sus acciones”, y confirmó que no existe una alianza formal con el grupo opositor liderado por este diputado. Dijo que se trata de un plan ajeno al movimiento del llamado G4, donde participan los principales movimientos opositores.

“Esto es parte del despertar de la Fuerza Armada Nacional. Hay una genética que sigue viva y que se refleja en las acciones de estos muchachos. Son unos combatientes”, dijo.

Aurora fue el tercer movimiento armado contra el régimen de Maduro reportado en Venezuela durante 2019. Los otros dos fueron encabezados por sargentos de tropa profesional de la Guardia Nacional, el 21 de enero, y efectivos de un destacamento del mismo componente, el 30 de abril.

El líder del alzamiento que finalizó en el Escuadrón Montado de Cotiza hizo un llamado a la población en general para que los acompañara en su gesta, y en ningún momento se identificó como alguien cercano a los partidos opositores.

Hubo movimientos previos en el seno de la FAN cuyos exponentes tampoco profesaban simpatía hacia el liderazgo opositor, y desde luego aborrecen al jefe del Estado y a su entorno. Ese fue el caso del grupo liderado por el teniente coronel Igbert Marín Chaparro.

Este oficial fue alférez mayor de la promoción egresada de la Academia Militar en 1999. Quienes lo conocen tienen el mejor concepto de él en cuanto a su preparación académica y logros en el desempeño militar. Su carrera se desarrolló básicamente a la sombra de Hugo Chávez (de quien fue edecán), aunque con notable brillantez. Según el expediente ventilado en este juicio, de haber tenido éxito Marín hubiese encabezado un triunvirato netamente militar que no hacía concesiones a la oposición, y tampoco al oficialismo.

En todos los casos, así como en el de los drones que estallaron en la avenida Bolívar durante un acto aniversario de la Guardia Nacional, los agentes de la Dgcim intentaron demostrar algún nexo entre estos militares y jefes de los partidos que adversan a Maduro, desde Juan Guaidó hasta Antonio Ledezma y Maria Corina Machado. Pero nunca se logró una evidencia contundente, puesto que el divorcio entre la FAN y los políticos (en especial los de oposición) resulta evidente. Quizá por lo que admitió desde el exilio la diputada Gaby Arellano: “Creo que hemos fallado en nuestro mensaje a la Fuerza Armada”.

Breves

* El último informe de la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) salió de la rutina al incorporar una inusitada mención al llamado Cartel de los Soles. Esto resulta por lo menos una sorpresa, pues la JIFE no es un órgano que suela hacer referencias explícitas a grupos delictivos, menos aun si se trata de estructuras que hasta el momento no han sido referidas en ningún juicio o expediente judicial, referido a la violación de leyes sobre asociación mafiosa o delictiva con permanencia comprobada mínima de diez años. Desde la primera década de este siglo, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) instruía un expediente que era conocido precisamente con ese nombre: Cartel de los Soles. El centro de la pesquisa era un grupo de generales de la Guardia Nacional que habían promovido el cese de la cooperación bilateral antidrogas entre EE. UU. y Venezuela. En la lista estaban los oficiales Frank Morgado, Alexis Maneiro y otros. Pero en la medida en que pasaba el tiempo la lista iba cambiando, con lo que realmente no parecía adecuado acudir a la figura de un “cartel” para describir la situación. Muchos de estos oficiales, además, tenían relaciones antagónicas, con lo que realmente no se podía hablar ni siquiera de una estructura consolidada en torno a un negocio ilícito, como sería el tráfico de drogas. Estas circunstancias son bien conocidas en foros internacionales, por lo que la mención en el reporte JIFE (entidad de la ONU encargada de la evaluación del cumplimiento de las regulaciones internacionales en el área de drogas) debe tenerse como la antesala de señalamientos mucho más graves, sobre el presunto involucramiento del gobierno de Nicolás Maduro en el tráfico internacional de estupefacientes.

* La policía judicial ha avanzado en las pesquisas sobre el asalto al buque San Ramón, mientras se encontraba fondeado en las adyacencias de Isla Borracha, el 24 de febrero. En la incursión, los piratas mataron con un disparo en la cabeza al capitán de la embarcación, el colombiano Jaime Herrera Orozco, de 58 años de edad, e hirieron con un golpe al sargento segundo de Guardacostas Freddy José García. Según informe del grupo de Investigación de Homicidios de Cicpc  Anzoátegui, el propósito de la incursión era despojar de sus pertenencias a los once tripulantes de la nave, registrada en Togo. Siete hombres han sido detenidos hasta el momento de la redacción de esta nota, todos venezolanos: el teniente de corbeta Edgar José Amundaraín, de 28 años de edad; los agentes de la Dirección de Contrainteligencia Militar, Región Oriental, Eliézer Samuel Lagos (28), Néstor José Bastidas (32) y José David Salas Perfecto (26), quien además ostenta el grado de teniente del Ejército; el panadero Josmil José Pérez (32), el pescador Víctor Daniel Maleno (22) y Asdrúbal Ruiz (30). Otros tres individuos solo han sido parcialmente identificados. La embarcación permanecía anclada en ese lugar desde hace siete meses, pues sus tripulantes eran investigados por un supuesto tráfico de combustible. Durante el asalto, los hampones se apoderaron de cuatro teléfonos.

Reyes Theis Ago 11, 2015 | Actualizado hace 9 años
La tercera vía por Reyes Theis

CNE13

 

Un grupo de venezolanos ha postulado en forma independiente sus candidaturas fuera de las planchas del Gran Polo Patriótico  y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Integran lo que algunos de ellos bautizan como la “tercera vía”

Entender a quienes se autodenominan la “tercera vía” no es algo sencillo. En un país pleno de democracia el hecho que surjan múltiples opciones políticas, más bien hablaría en forma positiva de la pluralidad de alternativas en un escenario de transparencia y pulcritud electoral.

En este sentido, el contexto es un elemento sustancial y no complementario. ¿Estamos en democracia? ¿Es un escenario de transparencia y pulcritud electoral? A nuestro entender la respuesta negativa es obvia.

Apartando el contexto, podemos comenzar a analizar las motivaciones que mueven a la “tercera vía”. Algunos inscriben sus candidaturas con el resabio de haber quedado fuera de las planchas de la MUD, otros lo hacen con una clara intención divisionista, para hacerle el juego al Gobierno y recibirán en consecuencia su remuneración. Un tercer grupo lanza su postulación disgustados con la forma de conducción de la Mesa de la Unidad y se autoproclaman como “los verdaderos líderes de las regiones”.

En todo caso, no siendo el contexto normal, ni pleno de virtudes democráticas, la hora menguada que atraviesa el país exige de los factores opositores unidad de discurso y acción. El campo minado por el que está atravesando la oposición, producto de las incontables trampas que el Gobierno pone y pondrá en el camino hasta el 6D, reclama una gran cohesión.

El ejemplo que en ese sentido dio María Corina Machado es loable: Pocos como ella tiene tantas razones para cuestionar las decisiones de la MUD, pero su sindéresis la lleva a tomar la que consideramos la mejor decisión: respaldar a la plancha de la unidad. Después habrá tiempo para hablar de candidaturas y postulaciones, en estos momentos el país no solo reclama, sino le urge un cambio y cualquier postulación paralela atenta contra ese objetivo. Muchas veces las autopistas llevan al cementerio político, mientras las carreteras sinuosas conducen al poder.

@reyestheis

 

Entre sueños y pesadillas: La revolución en tierra de Juan Bimba por Armando Martini Pietri

RamosAllup

 

Por allá en la sede del partido blanco -¡cuántas cosas podrían contar esas paredes!- y de Juan Bimba, de silencios que en las soledades de las madrugadas se desahogan, hogar del recuerdo imborrable de Rómulo Betancourt, lleno de historias y fantasmas, se encontraba meditando –planificando, más bien, calculando, analizando, como hace permanentemente- el eternizado secretario general del partido cuando de repente se aparece la figura física del también eterno comandante Hugo Chávez. Quien en vida fuera Presidente y en muerte es recuerdo empecinadamente sostenido, vestía con liquiliqui como en los viejos tiempos entre Ramo Verde y Miraflores.

Henry Ramos Allup se quedó un par de segundos estupefacto pero rápidamente plantó cara y, en actitud retadora y con voz categórica, invocó de inmediato al espíritu de nada menos y nada más que al negro Encarnación y exclamó: “¡Negro ayúdame que Hugo vino a buscarme!”

Chávez riendo a carcajadas exclama: “Ramos, quédate tranquilo que Encarnación no viene, ya se convirtió al chavismo como la gran mayoría de los adecos”.

Ramos Allup, que siempre tiene respuesta rápida para todo, ripostó con voz calmada: “como decía Rómulo, adeco es adeco hasta que se muere, y yo añado que después que se muere sigue siéndolo”.

Henry Ramos se afirma en su sillón y marca el paso: “Francamente, Chávez, es una sorpresa, ¿qué haces por aquí? La verdad no creo que quieras inscribirse en…”

Chávez, que también tiene lo suyo y es veterano lo interrumpe: “Vine a conversar contigo un rato, ¿acaso no podemos dialogar?”

Ramos se repatinga en el sillón y desembucha: “¿Quieres que hablemos de su pupilo? ¡Puedo contarle muchas cosas!”

“No”, cortó tajante el comandante, “Deja tranquilo a Nicolás, que ya tiene bastantes rollos. Quiero apelar a tu conocimiento político, a tu veteranía, ¿cómo ves eso de la tercera vía?.

El líder adeco con su característica ironía contesta de inmediato: “No chico no te preocupes, esos son los que no salen ni están en nada, los frustrados y envidiosos. Tú lo sabes, fuiste uno de ellos. Además, comandante repito como loro lo que usted siempre decía: quedarán como “polvo cósmico” quienes se atrevan lanzarse fuera de la MUD-PSUV. Nosotros somos los que mandamos y por eso a la final polarizamos. Acaparamos entre nosotros, aquí no hay pa’más nadie, gústele a quien le guste y parézcale a quien le parezca”

“¿Y qué te parece la actitud de Henry Falcón?”, pregunta Chávez

“Guabinoso siempre resbaladizo”, responde rápido Ramos, “pero los resbaladizos también se pueden caer y se dan su culazo, ¿no le parece, Comandante?”

El ex presidente se queda en silencio por un momento, entrecierra los ojos, se frota las sienes con los dedos, suspira, mira a Ramos con expresión entre seria y dubitativa interroga: “¿Porque tú dices que la revolución entregó el Esequibo si nosotros nos plantamos con honor y dignidad ante Guyana?

“Bueno, Comandante”, se enseria el líder adeco, “es que resulta y acontece que usted nunca dijo mucho sobre el tema, casi que lo silenció por su delirio de la patria grande, ¿se acuerda?, y para colmo de males envió al Maduro, que actuaba como Canciller en 2013, a visitar Guyana y nada dijo sobre las perforaciones petroleras y otros proyectos con empresas americanas y chinas, y me va a perdonar pero ése es un silencio cómplice, casi criminal y traidor, para que ahora vengan a darse golpes de pecho”.

Chávez se desabotona el cuello del liquiliqui, resopla aliviado y sigue con lo mismo pero por un camino alterno más manejable: “Henry, ¿qué te pareció el discurso de Maduro con respecto al problema del Esequibo?”

El representante blanco, acostumbrado a ser directo, no vacila mucho y embiste: “Mire, comandante, Maduro es un bate quebrado que habla mucho y nada dice. Le dije al Diputado Zambrano que le trasmitiera e hiciera referencia a la experiencia de la Rebelión del Rupunnini y cuando comenzó a hacerlo, Maduro lo interrumpió y le dijo: ‘ya lo sé, es una canción nativa de la salsa guyanesa’, ¿en qué estabas pensando cuando lo designaste heredero? ¡En la MUD de vaina no montamos una fiestón!”

Chávez no sonríe pero se va por otra tangente, se saca de adentro una sonrisa de apariencia y exclama “¡la verdad es que tu eres un inventa cuentos, Ramos! Pero hay que escucharte con cuidado, eres peligroso, me dan más bien pena esos carajitos de la MUD negociando contigo”.

Chávez cambia nuevamente el gesto, cambia el tema, curioso: “Explícame eso de la alianza del huevo frito”

Ramos Allup se sorprende y sonríe socarrón: “Carajo, Presidente, usted se entera de todo”, hace una breve pausa, ajusta ideas y explica: “Es sencillo, los de Un Nuevo Tiempo, que son en realidad viejos adecos, y los de Primero Justicia, que son calderistas del siglo XXI, hicimos un pacto para apoderarnos de la MUD porque la verdad es que los partidos pequeños, que no hacen nada sino ladillar –y me perdona la expresión-, querían puestos salidores y ni de vaina lo íbamos a aceptar, ya usted hizo algo parecido con su Polo Patriótico, ¿no?, y los arrogantes Leopoldo, María Corina y Antonio -que después de viejo se las tira de muchacho- querían la fulana “salida” y usted entiende mejor que nadie, que no podíamos ni podemos aceptar esa vaina. Los compromisos se respetan inclusive hasta después de la muerte. Las elecciones parlamentarias son la prioridad, lo demás es paja. Y lo que se interponga lo apartamos. Más nada”.

Sonriente el supremo comandante, que sintió compromiso y sinceridad en las palabras del adversario, de nuevo quiso saber: “¿Qué opinas de las declaraciones de este muchacho Stalin en Quinto Día? Primero dice que ‘ganarán las parlamentarias pero que si las pierden no es una tragedia’ y después parece que no sabe a quién complacer, dijo que ‘Henry Ramos tiene méritos para presidir la Asamblea, como también Julio Borges, Enrique Márquez y Roberto Enríquez’, cómo es eso, tú vales tanto como el jefe de lo que va quedando de Copei?”

El secretario general pone su eficiente sonrisa de compromiso y explica que  “ese muchacho es eso, un muchacho insubstancial que se cree gran cosa y la verdad es que no sabe nada, todavía le falta mucho burdel. ¿Cómo se le ocurre adelantar nuestra estrategia? La idea si no ganamos es cantar fraude y luego aceptar los resultados como siempre lo hemos hecho, y como decía alguno alguna vez: “hay que darle carnita a la gente, que disfruten la pelea pero sin tener que saquear”. Y con respecto a la segunda pregunta, el ambicioso de Enríquez no ganará jamás el circuito del 23 de Enero, tontamente se descartó a sí mismo; Borges jamás será aceptado por Diosdado ni Maduro, a pesar de que José Vicente lo recomiende ampliamente. Márquez es zuliano, responde y hace lo que le ordene Rosales –adeco, ¿recuerdas?-. El único que es aceptado por todos y está capacitado para presidir la Asamblea Nacional soy yo y nadie más, ¿no estás de acuerdo?”

Chávez  responde a la pregunta con otra: “Después de tanto que me criticaste ¿quieres eternizarte como secretario general de AD?”  Ramos no se deja pasar la recta, y batea: “No es que yo quiera morirme en el cargo, es que en AD al igual que en tu PSUV, no hay nadie que pueda sustituirnos, eso sin contar con que Primero Justicia también hace lo mismo; o, mejor dicho, lo hace Julio Borges, que ése sí que ha aprendido mucho”.

Chávez se ríe, “¡qué raro verte tan amiguito de la gente de Primero Justicia después que los criticaste e insultaste llamándolos pechugones, mariposones y petimetres!”. Ramos se mueve incómodo, “Ésas son vainas que se dicen dependiendo del momento, creí que se había olvidado; ahora somos super panas y ellos me han perdonado como lo han hecho con otros”

Al comandante le cambia el gesto, casi pierde los tiempos y gruñe: “A veces se perdonan hasta las traiciones y se les dan votos de confianza a los que andan saltando de un lado a otro, uno aprende que en política como en el amor se vale todo; pero al menos hay tipos como tú y como yo, que no cambiamos partidos”. Se detiene, cambia el tercio, “Oye, Henry, hablando de otra cosa, ¿qué piensas de las candidaturas de Henrique Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado?”

Ramos Allup nunca ha sido de los que se resbalan en lo seco: “Mira Chávez, no me vas hacer caer en ese trapo rojo. Para mi ninguno está preparado pero no voy a opinar a destiempo y ahora es que falta para ese tema. Así que paso y gano. Lo que sí le aconsejaría a María Corina es que aproveche el año de inhabilitación para dedicarse a fortalecer su partido, ella ha perdido gente valiosa”.

Chávez saca un paquete más o menos arrugado de cigarrillos, se lleva uno a la boca, se palpa los bolsillos buscando un yesquero que no encuentra, desecha el cigarrillo sobre el escritorio. “Esa vaina da cáncer”, apunta no sin mala intención el dirigente adeco. Chávez no se inmuta, “ya eso dejó de preocuparme, mira, otra cosa, ¿qué piensas de las elecciones primarias de la MUD y las del PSUV?”

El secretario general agarra el fly a la altura del pecho y responde con firmeza: “con respecto a las primarias de la MUD, ¡hasta usted debe reconocerlo!, un éxito total, superaron todas las expectativas, no pudieron estar mejor; y en las de tu partido, ¡lo sabes bien!, allí hubo fraude y pronto presentaré las pruebas.»

Chávez lo mira fijo y le advierte, “No digas pendejadas, Henry, que no soy reportero de El Nacional, no tienes nada que exhibir. Pero dime otra cosa, aquí, entre nosotros, ¿quién crees que ganará las elecciones parlamentarias?”

“Tema difícil y complicado”, reconoce Ramos Allup mientras mira con disimulo el reloj, “falta mucho tiempo pero las encuestas, todas incluyendo las que ustedes hacen, nos dan ganadores por más de 20 puntos de diferencia. Pero eso puede cambiar con el ventajismo insolente y desproporcionado que hacen contra la oposición. En nuestra época lo hacíamos parecido pero con mas decoro y pudor, con mejor fachada democrática”

Retumba un trueno durísimo y comienza a caer un palo de agua, Henry ve para todos lados y se ve solo, se incorpora sin saber muy bien qué hacer; suena el teléfono y contesta entre molesto y aliviado: “Aló, ¿quién es?”

Una voz responde: “Es Luis Aquiles, ya es tarde y me voy a casa”. Henry Ramos Allup respira hondo, parpadea y recupera su tranquilidad: “Ok, también voy saliendo, tengo visitas en casa y Diana se va a molestar si llego tarde”

En eso otro estruendo estremece el ambiente y hace titilar las luces; entre sombras aparece el negro Encarnación Rivas. Ramos se siente en confianza, “Coño, negro, bien bueno que apareciste, te andaba buscando, por ahí anda Chávez, ¿te imaginas?”

El Negro Encarnación, inmutable, parece esfumarse en la oscuridad mientras comenta: “Ya se fue y yo también me voy”. Sonriente Henry mientras recoge unos papeles, se despide: “Bueno, Negro, siempre es un placer verte, no te pierdas, por estos lados sigues haciendo falta, un saludo”. Encarnación desaparece murmurando: “Chao, Henry, ¡hasta la victoria siempre!”

 

@ArmandoMartini

¿Entre la MUD y el PSUV, un tercer camino? por Orlando Viera-Blanco

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«Es salir del letargo ideológico que ofrece la pesada y violenta visión revolucionaria, o la nostalgia trasnochada y vetusta-del ideal «social-demócrata» petro-centralizador y avasallante‎»
Tercera vía  (Third way), es el nombre que se ha dado a una serie de aproximaciones teóricas y políticas, que sugieren un sistema de economía mixta y el centrismo o reformismo como ideología. En la práctica política, estas posiciones rechazan la validez absoluta de las filosofías tanto del laissez faire como del mercado totalmente controlado del marxismo-leninismo. Promueven la profundización de la democracia y enfatizan el desarrollo tecnológico, la educación y los mecanismos de competencia regulada. En el caso venezolano, queremos ir más allá. Es la tercer vía entre el populismo clientelar, gendarme-militarista vs. una falsa social-democracia, igualmente clientelar y pragmática a la saga del poder.

La situación en Venezuela es mucho más compleja que la simple dicotomía, mercado libre vs. economía centralizada, o la autarquía legal opuesta a la dictadura del proletariado. Lo que ahora importa es el rescate  de la democracia y los DDHH, más  la maximización de la producción en un esquema que los recursos, ni son infinitos (Petróleo), ni totalmente moldeables (Condición de Samuelson), a los intereses del Estado o de lo privado. En nuestro país el chavismo (1998-actual) ha adoptado una posición contralora de los recursos públicos y de los ciudadanos, mientras sus oponentes no dejan de entrever una costura difusa, «social-demócrata», rentista, clientelar y centralizadora, que concibe el desarrollo económico bajo el modelaje petrolero (ver literal 75 del documento de MUD/Cien soluciones para Venezuela). En este documento, el federalismo real y auténtico, la diversificación  y la desconcentración del poder, queda desplazado por el centralismo de Estado.  En otras palabras: ni milicianos rojos ni progresistas azules, renuncian a los privilegios que le concede el «Estado-botín». Y atención, no hablamos de privatizar Pdvsa. Nos referimos a dejar de tenerla como latrocinante de un «Estado niñera»,  sofocador de sí misma, de las libertades y de la capacidad de los individuos.

En 1963 el catalán Ramón Trias i Fargas, publica su libro: ¿Entre el Capitalismo y el Comunismo, un Tercer Camino?. Parafraseando al profesor Trias i Fargas, nos preguntamos: ¿Entre la MUD y el chavismo, un tercer camino? Si después de la II Guerra Mundial filósofos como Muller-Armack comprendieron que «lo humano es más importante que el mercado mismo»(ver también Alfred y Hans-Gunter Krusselberg), y sí The third way de Bill Clinton o Tony Blair (Nuevo laboralismo, Nueva vida para Gran Bretaña), dieron el toque tercerista en Europa y en América, como toque reformador de políticas de desregulación, descentralización y reducción de impuestos, disminuyendo la sobredependencia del Estado  al tiempo de aumentar la productividad y el sentido de responsabilidad personal, plantear en Venezuela una tercerización político-económica, de nuevo impacto social, no es una destemplanza. Claro está, no hablamos de una tercera posición o tercerposicionismo, es decir,  un derivativo revolucionario o marea socialista, o una II versión (mala como todo segundón) del puntofijismo. Es salir del letargo ideológico y metodológico que ofrece la pesada y violenta visión revolucionaria, o la nostalgia antañona-por trasnochada y vetusta-del ideal «social-demócrata», petro-centralizador y avasallante. Es lo que pensadores como Joseph E. Stiglitz, Anthony Giddens y John Kay, proponían como la compatibilización de los valores tradicionales de centro-izquierda: solidaridad social, justicia social, responsabilidad y las oportunidades, con los postulados económicos del libre mercado y reducción del intervencionismo, conteniendo el afán privatizacionista y globalizante.

En el contexto de América Latina, fue lapidario lo que predijo Ricardo Lagos en su discurso, Hacia una tercera vía latinoamericana. «En nuestra región, el acento debe estar en incluir a los excluidos, mejorando la vida de éstos, sin que ello ocurra a expensas del resto. La idea es que nadie pierda en el proceso de inclusión social, para lo cual se requiere, simultáneamente, progreso material y progreso social…». Visiones similares han sido expresadas por el ex presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso. «Esas aspiraciones de justicia social, eficiencia, crecimiento y desarrollo; libertad y democracia, exprésense como se expresen, representan las ideas y aspiraciones que han llegado a constituir el objeto de la práctica política contemporánea».

La tercera vía no es un programa concreto de acción.  Es un conjunto de aspiraciones y motivaciones, que van desde lo moral a lo práctico. Es la constitución ciudadana a fondo. Dice Key, «Los ciudadanos buscan un rumbo. Y ese no es otro que saber cómo prosperar, cómo generar estabilidad y seguridad». Es proteger al ciudadano, con independencia del poder político, sin pagar el precio de convertirlos en clientes del patronaje estatal. No veo ni en la MUD ni en el PSUV, con una visión moderna, liberal y progresista que cabalgue por ese camino. Pues entre ellos o fuera de ellos, está la tercera vía venezolana. Hagámosla.

@ovierablanco

vierablanco@gmail.com